Rev. agron. noroeste argent. (2014) 34 (2): 113-116 ISSN 0080-2069 (impresa) ISSN 2314-369X (en línea) 113 Efectos de la adición de probiótico (Bacillus subtilis) y omega 3 (Salvia hispanica L.) sobre los parámetros sanguíneos en pollos parrilleros H.T. Fernández*; M. Morales; M.I. Amela; C. Salerno; H. Rodríguez Ganduglia; F. Arenaz; A. M. Zamponi Departamento de Agronomía, Universidad Nacional del Sur. Altos de Palihue. San Andrés 800 (8000) Bahía Blanca, Argentina. * Autor de correspondencia: hfernan@criba.edu.ar. Palabras clave: probióticos, omega 3, pollos parrilleros La dieta suministrada a los pollos parrilleros es un pilar fundamental para lograr un adecuado crecimiento y desarrollo del animal, así como la obtención de productos nutracéuticos e higiénicamente seguros desde el punto de vista de la salud pública. En la actualidad, existe un creciente interés por encontrar alternativas en el agregado de aditivos (probióticos, promotores del crecimiento, fuentes de omega 3 (W3), enzimas, etc.) en la dieta de pollos parrilleros, que conduzcan a mayores beneficios en la salud del animal y del consumidor. Los probióticos se definen como microorganismos vivos que al ser administrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped (Organización Mundial de la Salud). Estos aditivos equilibran el balance de la flora intestinal, inhiben el crecimiento de patógenos y favorecen la homeostasia del sistema inmunológico (Santin, 2001; Haghighi, 2005; Mutus et al., 2006). En los últimos años, el uso de probióticos en la alimentación animal ha suscitado un gran interés por su capacidad de mejorar el rendimiento de la canal (Reuter, 2001), la tasa de crecimiento, la conversión alimenticia (Kalavathy et al., 2003) y disminuir el nivel de colesterol en pollos parrilleros (Arun et al., 2006). Los ácidos grasos omega 3 en el hombre, contribuyen en la prevención de hipertensión, diversos tipos de cáncer (Connor, 2000) y disminuyen la concentración de colesterol (Simopoulous, 1991). La dieta occidental presenta alto contenido en lípidos, especialmente ácidos grasos omega 6 y grasas saturadas. Las recomendaciones nutricionales sugieren una relación omega 6: omega 3 no mayor a 5:1. Con el fin de balancear el consumo de ácidos grasos insaturados (AGI) en la dieta del hombre, se han llevado a cabo numerosos estudios utilizando diferentes fuentes de ácidos grasos omega 3 en la dieta de animales (Ayerza and Coates, 2005; Az- cona et al., 2008). Yau et al., (1991) demostraron que el tipo de grasa utilizada en la dieta de pollos determina la composición de ácidos grasos en la carne del mismo. Por lo tanto, el enriquecimiento con ácidos grasos omega 3 en la dieta de pollos parrilleros permitirá obtener un alimento funcional con un impacto favorable directo sobre la salud humana (Connor, 2000). La evaluación del equilibrio en los parámetros sanguíneos (homeostasis) permite conocer el estado fisiológico del animal e inferir los efectos bioquímicos de la suplementación en estudio (Rajput et al., 2013). La bibliografía consultada indica los beneficios derivados de la aplicación individual de probióticos o ácidos grasos insaturados. Sin embargo, existe escasa información sobre el uso combinado de probióticos y una fuente de omega 3 y el posible efecto sinérgico entre ambos componentes, en dietas de animales domésticos. El objetivo del presente experimento fue evaluar el efecto del agregado de un subproducto de la agroindustria (harina de chía) y de un aditivo nutricional (probiótico: B. subtilis) en forma combinada en la dieta de pollos parrilleros sobre diferentes parámetros sanguíneos. El experimento se llevó a cabo en la Unidad de Experimentación Avícola del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional del Sur. Doscientos pollos parrilleros línea Cobb (37 g ± 0,1 kg, media ± 1 d.e.) fueron divididos al azar en 16 grupos de 12 animales cada uno (6 machos y 6 hembras). Los pollos fueron colocados al azar en corrales de 1 x 1 m, los cuales se distribuyeron en 4 bloques dentro de un galpón con condiciones de temperatura controlada. En cada bloque se sorteó al azar uno de los 4 tratamientos experimentales: 1) C: alimento basal (AB): 60,56% grano de maíz (GM), 6,73% grano de trigo (GT), 23,27% harina de soja (HS), 5,8% harina de carne (HC), 0,4% conchilla molida (CM), 2,35% aceite Recibido 06/07/14; Aceptado 20/09/14; Publicado en línea 03/11/14. Los autores declaran no tener conflicto de intereses. 114 Rev. agron. noroeste argent. (2014) 34 (2): 113-116 ISSN 0080-2069 (impresa) ISSN 2314-369X (en línea) Tabla 1. Parámetros sanguíneos en pollos parilleros alimentados con distintas dietas. Tratamientos C W3 W3 + P P EE 6 RGR (10 /µl) 2,62 a 2,80 b 2,77 b 2,87 b 0,05 Hemoglobina (g/dl) 11,20 11,55 11,61 11,84 0,18 34,17 a 35,84 ab 35,06 ab 36,69 b 0,63 Variables Hematocrito (%) Glucosa g/l 2,24 2,23 2,35 2,26 0,04 1,31 ab 1,23 a 1,36 ab 1,45 b 0,04 Proteínas Totales g/dl 4,28 3,75 3,97 4,71 0,25 Albúmina g/dl 1,55 1,54 1,59 1,53 0,04 Globulina 2,73 2,21 2,38 3,18 0,26 Colesterol g/l C: control-dieta basal; W3: dieta basal con 15% de harina de chía; W3 + P: dieta basal con harina de chía y probiótico y P: dieta basal con probiótico. Letras distintas indican diferencias significativas (p<0,05). vegetal (AV), 0,25% sal, 0,5% núcleo vitamínico (V), 0,14% metionina; 2) W3: AB (49,20% GM, 13% GT, 14,1% HS, 4,3% HC, 0,55% CM, 3,1% AV, 0,25% sal, 0,5% V) + 15% harina de chía; 3) P + W3: AB (49,20% GM, 13% GT, 14,1% HS, 4,3% HC, 0,55% CM, 3,1% AV, 0,25% sal, 0,5% V) + probiótico (P; B. subtilis 250 g/tn; 1x109 UFC) + 15% harina de chía; 4) P: AB ( 60,56% GM, 6,73% GT, 23,27% HS, 5,8% HC, 0,4% CM, 2,35% AV, 0,25% sal, 0,5% V, 0,14% metionina) + P. Durante las primeras 4 semanas, los animales consumieron ad libitum un alimento “iniciador” (23% proteína bruta (PB); 50% GM, 2,75% GT, 36% HS, 6% HC, 3,5% AV, 0,5% CM, 1,25% vitamina y minerales) y a partir de los 29 días de edad y hasta los 49 días recibieron ad libitum las dietas experimentales, las cuales eran isoproteicas (19% PB) e isoenergéticas (3450 kcal EMV). A los 48 días de edad, se extrajeron muestras de sangre de 16 animales en cada tratamiento (4 pollos/bloque; dos machos y dos hembras) por punción de la vena alar. Las muestras de sangre fueron colocadas en dos tubos. En un grupo, fueron conservadas con etilen diamino tetra acético y se determinó el valor de hematocrito (Hto), hemoglobina (Hb) y recuento de glóbulos rojos (RGR) con un contador hematológico MYTHIC 18. En el otro grupo, el suero fue separado por centrifugación (2,300 g x 15’ a 4 °C), y almacenado a -20 °C hasta su posterior análisis. En estas muestras se determinó las concentraciones de proteína total (PT), albúmina, globulina, colesterol y glucosa mediante el uso de kits comerciales (WIENER LAB, Argentina). Los datos fueron analizados como un diseño de parcela dividida con el factor principal en bloques. La comparación entre valores medios se realizó mediante el test de Tukey (Steel y Torrie, 1980). Los resultados del presente experimento se observan en la Tabla 1. Los diferentes tratamientos no afec- taron las concentraciones de Hb de acuerdo con lo observado por Dimcho et al. (2005) y Alkhalf et al. (2010). Sin embargo, en pollos parrilleros Gheisari and Kholeghipour (2006) encontraron diferencias entre tratamientos suplementando con Saccharomyces cerevisiae. Los mayores valores encontrados en los animales suplementados con P para RGR y Hto concuerda con lo observado por Cetin et al. (2005) y contrasta con lo observado por Gheisari and Kholeghipour (2006) y Alkhalf et al. (2010). Las diferencias encontradas entre los diferentes autores podrían atribuirse al número y especie de bacterias presente en los probióticos utilizados. En el caso de pollos suplementados con W3 los mayores niveles obtenidos en el RGR concuerdan con lo encontrado por Radwan et al. (2012) y Jameel y Sahib (2014) y podrían deberse a cambios fisiológicos en el metabolismo del animal debido a la presencia de una fuente extra de AGI. Korever and Klasing (1997) observaron que el enriquecimiento de dietas con omega 3 podría disminuir la respuesta inflamatoria, incrementar la eritropoyesis y mejorar la inmunidad y el crecimiento animal. Newman et al. (2002) y Saleh et al. (2009) observaron que la suplementación con AGI como el aceite de pescado reduce la concentración plasmática de colesterol en pollos. En el presente experimento, se observaron resultados similares suplementando con harina de chía, sin remanencia en el sabor y olor. Los AG W3 suprimen la síntesis de triglicéridos, incrementan la remoción de lipoproteínas de muy baja densidad por los tejidos periféricos o el hígado e incrementan la excreción de bilis en heces (Leaf y Weber, 1988), lo cual puede reducir la concentración sérica de colesterol. El uso de probióticos basados en colonias de lactobacilos disminuyen las concentraciones de colesterol en pollos parrilleros (Jin et al., 1998; Kalavathy et al., 2003; Arun et al., 2006). Naka- Rev. agron. noroeste argent. (2014) 34 (2): 113-116 ISSN 0080-2069 (impresa) no et al. (1999) observaron que al suministrar una mezcla probiótica (Lactobacillus, Bacillus, Estreptococcus y Saccharomyces) disminuía el nivel de colesterol sérico en aves. Las diferencias entre los resultados del presente experimento y de los autores citados podrían deberse al uso de un solo género bacteriano (B. subtilis). Por otro lado, los efectos del probiótico sobre los niveles de colesterol dependen del tipo de microorganismo probiótico así como de la dosis óptima, la frecuencia de alimentación y la duración de los tratamientos. Sin embargo, los resultados obtenidos coinciden con los encontrados por Tanaka y Santoso (2000), Rajput et al. (2013). No se observó un efecto sinérgico en el uso combinado de P + W3 sobre los parámetros sanguíneos dosados, lo cual podría ser atribuido a una posible interacción negativa entre el probiótico y los ácidos grasos saturados e insaturados aportados principalmente por la harina de carne y el aceite vegetal, respectivamente. Sheu y Freese (1972) y Jae-Suk et al. (2013) corroboraron el efecto inhibitorio del agregado de ácidos grasos sobre el crecimiento de B. subtilis y otras bacterias Gram (+). Los ácidos grasos insaturados mostraron mayor efecto inhibitorio que los ácidos grasos saturados mediando la desestabilización de la membrana bacterial, el desacople de la síntesis de ATP y la formación de ácidos grasos hidroperóxidos. Si bien se observaron modificaciones en los niveles de los parámetros sanguíneos en pollos parrilleros suplementados con harina de chía o con B. subtilis, el uso combinado de ambos elementos no produciría una mejora significativa. Se requieren estudios adicionales que evalúen el uso de diferentes dosis de estos componentes dietarios y la interacción entre probióticos y ácidos grasos insaturados. Agradecimientos A DESUS S.A y Laboratorios Biotay por la donación de la harina de chía y probiótico, respectivamente. Referencias bibliográficas Alkhalf A., Alhaj M., Al-homidan I. (2010). Influence of probiotic supplementation on blood parameters and growth performance in broiler chickens. Saudi Journal of Biology Sciences 17: 219-225. Arun K., Rama Rao P., Savarm V., Raju Mantena V. L. N., Sharma Sita R. (2006). Dietary supplementation of Lactobacillus sporogenes on performance and serum biochemico-lipid profile of broiler chickens. Journal of Poultry Science 43: 235-240. ISSN 2314-369X (en línea) 115 Ayerza R., Coates W. (2005). Ground chia seed and chia oil effects on plasma lipids and fatty acids in the rat. Nutrition Research 25: 995–1003. 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