Efectos de la adición de probiótico (Bacillus subtilis) y omega 3

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Efectos de la adición de probiótico (Bacillus subtilis) y omega 3 (Salvia
hispanica L.) sobre los parámetros sanguíneos en pollos parrilleros
H.T. Fernández*; M. Morales; M.I. Amela; C. Salerno;
H. Rodríguez Ganduglia; F. Arenaz; A. M. Zamponi
Departamento de Agronomía, Universidad Nacional del Sur.
Altos de Palihue. San Andrés 800 (8000) Bahía Blanca, Argentina.
*
Autor de correspondencia: hfernan@criba.edu.ar.
Palabras clave: probióticos, omega 3, pollos parrilleros
La dieta suministrada a los pollos parrilleros
es un pilar fundamental para lograr un adecuado
crecimiento y desarrollo del animal, así como la
obtención de productos nutracéuticos e higiénicamente seguros desde el punto de vista de la salud pública. En la actualidad, existe un creciente
interés por encontrar alternativas en el agregado
de aditivos (probióticos, promotores del crecimiento, fuentes de omega 3 (W3), enzimas, etc.)
en la dieta de pollos parrilleros, que conduzcan a
mayores beneficios en la salud del animal y del
consumidor. Los probióticos se definen como microorganismos vivos que al ser administrados en
cantidades adecuadas, promueven beneficios en la
salud del organismo huésped (Organización Mundial de la Salud). Estos aditivos equilibran el balance de la flora intestinal, inhiben el crecimiento
de patógenos y favorecen la homeostasia del sistema inmunológico (Santin, 2001; Haghighi, 2005;
Mutus et al., 2006). En los últimos años, el uso de
probióticos en la alimentación animal ha suscitado un gran interés por su capacidad de mejorar el
rendimiento de la canal (Reuter, 2001), la tasa de
crecimiento, la conversión alimenticia (Kalavathy
et al., 2003) y disminuir el nivel de colesterol en
pollos parrilleros (Arun et al., 2006). Los ácidos
grasos omega 3 en el hombre, contribuyen en la
prevención de hipertensión, diversos tipos de cáncer (Connor, 2000) y disminuyen la concentración
de colesterol (Simopoulous, 1991). La dieta occidental presenta alto contenido en lípidos, especialmente ácidos grasos omega 6 y grasas saturadas.
Las recomendaciones nutricionales sugieren una
relación omega 6: omega 3 no mayor a 5:1. Con
el fin de balancear el consumo de ácidos grasos
insaturados (AGI) en la dieta del hombre, se han
llevado a cabo numerosos estudios utilizando diferentes fuentes de ácidos grasos omega 3 en la
dieta de animales (Ayerza and Coates, 2005; Az-
cona et al., 2008). Yau et al., (1991) demostraron
que el tipo de grasa utilizada en la dieta de pollos
determina la composición de ácidos grasos en la
carne del mismo. Por lo tanto, el enriquecimiento
con ácidos grasos omega 3 en la dieta de pollos
parrilleros permitirá obtener un alimento funcional con un impacto favorable directo sobre la salud humana (Connor, 2000).
La evaluación del equilibrio en los parámetros
sanguíneos (homeostasis) permite conocer el estado fisiológico del animal e inferir los efectos bioquímicos de la suplementación en estudio (Rajput
et al., 2013). La bibliografía consultada indica los
beneficios derivados de la aplicación individual de
probióticos o ácidos grasos insaturados. Sin embargo, existe escasa información sobre el uso combinado de probióticos y una fuente de omega 3 y el
posible efecto sinérgico entre ambos componentes, en dietas de animales domésticos. El objetivo
del presente experimento fue evaluar el efecto del
agregado de un subproducto de la agroindustria
(harina de chía) y de un aditivo nutricional (probiótico: B. subtilis) en forma combinada en la dieta de pollos parrilleros sobre diferentes parámetros
sanguíneos. El experimento se llevó a cabo en la
Unidad de Experimentación Avícola del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional
del Sur. Doscientos pollos parrilleros línea Cobb
(37 g ± 0,1 kg, media ± 1 d.e.) fueron divididos al
azar en 16 grupos de 12 animales cada uno (6 machos y 6 hembras). Los pollos fueron colocados al
azar en corrales de 1 x 1 m, los cuales se distribuyeron en 4 bloques dentro de un galpón con condiciones de temperatura controlada. En cada bloque
se sorteó al azar uno de los 4 tratamientos experimentales: 1) C: alimento basal (AB): 60,56%
grano de maíz (GM), 6,73% grano de trigo (GT),
23,27% harina de soja (HS), 5,8% harina de carne
(HC), 0,4% conchilla molida (CM), 2,35% aceite
Recibido 06/07/14; Aceptado 20/09/14; Publicado en línea 03/11/14.
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
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Tabla 1. Parámetros sanguíneos en pollos parilleros alimentados con distintas dietas.
Tratamientos
C
W3
W3 + P
P
EE
6
RGR (10 /µl)
2,62 a
2,80 b
2,77 b
2,87 b
0,05
Hemoglobina (g/dl)
11,20
11,55
11,61
11,84
0,18
34,17 a
35,84 ab
35,06 ab
36,69 b
0,63
Variables
Hematocrito (%)
Glucosa g/l
2,24
2,23
2,35
2,26
0,04
1,31 ab
1,23 a
1,36 ab
1,45 b
0,04
Proteínas Totales g/dl
4,28
3,75
3,97
4,71
0,25
Albúmina g/dl
1,55
1,54
1,59
1,53
0,04
Globulina
2,73
2,21
2,38
3,18
0,26
Colesterol g/l
C: control-dieta basal; W3: dieta basal con 15% de harina de chía; W3 + P: dieta basal con harina de chía y probiótico y P: dieta basal con probiótico. Letras distintas indican diferencias significativas (p<0,05).
vegetal (AV), 0,25% sal, 0,5% núcleo vitamínico
(V), 0,14% metionina; 2) W3: AB (49,20% GM,
13% GT, 14,1% HS, 4,3% HC, 0,55% CM, 3,1%
AV, 0,25% sal, 0,5% V) + 15% harina de chía; 3)
P + W3: AB (49,20% GM, 13% GT, 14,1% HS,
4,3% HC, 0,55% CM, 3,1% AV, 0,25% sal, 0,5%
V) + probiótico (P; B. subtilis 250 g/tn; 1x109
UFC) + 15% harina de chía; 4) P: AB ( 60,56%
GM, 6,73% GT, 23,27% HS, 5,8% HC, 0,4% CM,
2,35% AV, 0,25% sal, 0,5% V, 0,14% metionina)
+ P. Durante las primeras 4 semanas, los animales
consumieron ad libitum un alimento “iniciador”
(23% proteína bruta (PB); 50% GM, 2,75% GT,
36% HS, 6% HC, 3,5% AV, 0,5% CM, 1,25% vitamina y minerales) y a partir de los 29 días de edad
y hasta los 49 días recibieron ad libitum las dietas
experimentales, las cuales eran isoproteicas (19%
PB) e isoenergéticas (3450 kcal EMV). A los 48
días de edad, se extrajeron muestras de sangre de
16 animales en cada tratamiento (4 pollos/bloque;
dos machos y dos hembras) por punción de la vena
alar. Las muestras de sangre fueron colocadas en
dos tubos. En un grupo, fueron conservadas con
etilen diamino tetra acético y se determinó el valor de hematocrito (Hto), hemoglobina (Hb) y recuento de glóbulos rojos (RGR) con un contador
hematológico MYTHIC 18. En el otro grupo, el
suero fue separado por centrifugación (2,300 g x
15’ a 4 °C), y almacenado a -20 °C hasta su posterior análisis. En estas muestras se determinó las
concentraciones de proteína total (PT), albúmina,
globulina, colesterol y glucosa mediante el uso de
kits comerciales (WIENER LAB, Argentina). Los
datos fueron analizados como un diseño de parcela dividida con el factor principal en bloques. La
comparación entre valores medios se realizó mediante el test de Tukey (Steel y Torrie, 1980). Los
resultados del presente experimento se observan
en la Tabla 1. Los diferentes tratamientos no afec-
taron las concentraciones de Hb de acuerdo con
lo observado por Dimcho et al. (2005) y Alkhalf
et al. (2010). Sin embargo, en pollos parrilleros
Gheisari and Kholeghipour (2006) encontraron
diferencias entre tratamientos suplementando con
Saccharomyces cerevisiae. Los mayores valores
encontrados en los animales suplementados con P
para RGR y Hto concuerda con lo observado por
Cetin et al. (2005) y contrasta con lo observado
por Gheisari and Kholeghipour (2006) y Alkhalf
et al. (2010). Las diferencias encontradas entre los
diferentes autores podrían atribuirse al número y
especie de bacterias presente en los probióticos
utilizados. En el caso de pollos suplementados
con W3 los mayores niveles obtenidos en el RGR
concuerdan con lo encontrado por Radwan et al.
(2012) y Jameel y Sahib (2014) y podrían deberse
a cambios fisiológicos en el metabolismo del animal debido a la presencia de una fuente extra de
AGI. Korever and Klasing (1997) observaron que
el enriquecimiento de dietas con omega 3 podría
disminuir la respuesta inflamatoria, incrementar la
eritropoyesis y mejorar la inmunidad y el crecimiento animal. Newman et al. (2002) y Saleh et
al. (2009) observaron que la suplementación con
AGI como el aceite de pescado reduce la concentración plasmática de colesterol en pollos. En el
presente experimento, se observaron resultados similares suplementando con harina de chía, sin remanencia en el sabor y olor. Los AG W3 suprimen
la síntesis de triglicéridos, incrementan la remoción de lipoproteínas de muy baja densidad por los
tejidos periféricos o el hígado e incrementan la excreción de bilis en heces (Leaf y Weber, 1988), lo
cual puede reducir la concentración sérica de colesterol. El uso de probióticos basados en colonias
de lactobacilos disminuyen las concentraciones de
colesterol en pollos parrilleros (Jin et al., 1998;
Kalavathy et al., 2003; Arun et al., 2006). Naka-
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no et al. (1999) observaron que al suministrar una
mezcla probiótica (Lactobacillus, Bacillus, Estreptococcus y Saccharomyces) disminuía el nivel
de colesterol sérico en aves. Las diferencias entre
los resultados del presente experimento y de los
autores citados podrían deberse al uso de un solo
género bacteriano (B. subtilis). Por otro lado, los
efectos del probiótico sobre los niveles de colesterol dependen del tipo de microorganismo probiótico así como de la dosis óptima, la frecuencia
de alimentación y la duración de los tratamientos.
Sin embargo, los resultados obtenidos coinciden
con los encontrados por Tanaka y Santoso (2000),
Rajput et al. (2013). No se observó un efecto sinérgico en el uso combinado de P + W3 sobre los
parámetros sanguíneos dosados, lo cual podría ser
atribuido a una posible interacción negativa entre
el probiótico y los ácidos grasos saturados e insaturados aportados principalmente por la harina de
carne y el aceite vegetal, respectivamente. Sheu
y Freese (1972) y Jae-Suk et al. (2013) corroboraron el efecto inhibitorio del agregado de ácidos
grasos sobre el crecimiento de B. subtilis y otras
bacterias Gram (+). Los ácidos grasos insaturados
mostraron mayor efecto inhibitorio que los ácidos
grasos saturados mediando la desestabilización de
la membrana bacterial, el desacople de la síntesis
de ATP y la formación de ácidos grasos hidroperóxidos. Si bien se observaron modificaciones en
los niveles de los parámetros sanguíneos en pollos parrilleros suplementados con harina de chía
o con B. subtilis, el uso combinado de ambos elementos no produciría una mejora significativa. Se
requieren estudios adicionales que evalúen el uso
de diferentes dosis de estos componentes dietarios
y la interacción entre probióticos y ácidos grasos
insaturados.
Agradecimientos
A DESUS S.A y Laboratorios Biotay por la donación de la harina de chía y probiótico, respectivamente.
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