Las figurillas femeninas y los rituales del Preclásico Temprano

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Ganador del Reconocimiento al Mérito Estatal de Investigación 2014 en la Subcategoría de Divulgación y Vinculación
Las figurillas femeninas y los rituales del
Preclásico Temprano
María de las Mercedes García Besné Calderón
E
n el área de Mesoamérica, para 1500 a. C., los
agricultores ya realizaban el cultivo de la llamada
“Triada Mesoamericana”maíz, frijol y calabaza, sin
embargo, la subsistencia a través de la agricultura seguía siendo
una actividad riesgosa ya que no controlaban los factores
que permitían las cosechas, como era el ciclo de la lluvia y
la misma fertilidad de los campos. De tal manera, para estas
comunidades el ritual era una forma para invocar la fertilidad de
la tierra, así como la de sus animales y la de sus mujeres, por lo
que la relación con lo sagrado tenía un papel decisivo para su
supervivencia.
Como parte de esos rituales, los antiguos habitantes de
Mesoamérica realizaron una gran cantidad de figurillas femeninas
elaboradas en barro en las cuales se exagera especialmente,
la anchura de la cadera, enfatizando así su capacidad para ser
fertilizada y crear una nueva vida, de ahí que estas figurillas
sirvieron como representación de toda la fertilidad de la
naturaleza.
Las figurillas femeninas en estos cultos tempranos de fertilidad
agrícolas serían la base para creencias más tardías que darían
por resultado el culto a la tierra como diosa madre. Es importante
destacar que las figurillas no representaban a los sobrenaturales,
sino que formaban parte de rituales mágicos, en los cuales se
propiciaba la fertilidad.
La labor agrícola se encontraba dentro de las actividades que
debían realizarse dentro del tiempo y espacio sagrado, en el
Chamán D2
Figurilla D1
cual el agricultor debía despejar un área, la cual era el hogar
de gran cantidad de entidades sobrenaturales, las cuales debían
ser expulsadas y a la vez apaciguadas, así como “herir” a la
madre - tierra para depositar las semillas y permitir que las
fuerzas de creación y regeneración permitieran el crecimiento
de la cosecha, realizar la petición de las lluvias en su cantidad
exacta, para finalmente cosechar las plantas, con la violencia
que implica su corte y recolección, y solicitar y favorecer el
retorno de los espíritus de la naturaleza a su fuente original,
para el siguiente ciclo agrícola. Es por esto que el cultivo era en
sì mismo un rito, el cual necesitaba de la participación de todo
el grupo social, que dependía de esta actividad. Las figurillas
muy probablemente son solo uno de los elementos que se
utilizaban, pero por sus características, fueron las que mejor se
conservaron.
Las figurillas femeninas
Para la región cultural del Altiplano Central de Mesoamérica,
donde se ubica al estado de Morelos, y en este periodo temprano
que va de los años 1500 a 1000 antes de Cristo, se tienen tres
estilos diferentes de manufacturar figurillas femeninas. Estos
tres estilos han sido nombrados por los arqueólogos D1, D2 y K.
Estos tres estilos son contemporáneos, pero fueron elaborados
en diferentes regiones. Por ejemplo, la D1 predomina en la región
de los lagos, la Cuenca de México; mientras que la D2 es muy
común en Morelos. La K se ha encontrado principalmente hacia
el Noroeste de Morelos, en las faldas del volcán Popocatépetl.
Eso no quiere decir que sean exclusivas de esas regiones, ya
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que se les pueden encontrar en un mismo asentamiento antiguo,
aunque siempre predominará una de ellas.
Las figurillas D1, comúnmente llamadas como “mujer bonita”,
por el preciosismo en los rasgos tienen como características
principales las caderas anchas, las piernas bulbosas y cortas,
senos pequeños, los brazos a veces son exageradamente cortos;
las caras son ovaladas, las cejas están hechas por la aplicación
de dos placas de barro delgadas y fundidas en la parte inferior,
aunque también las hay con cejas al pastillaje, o sin cejas, los
ojos están hechos con dos punzaduras contrapuestas, sobre
pastillaje recto y las pupilas señaladas. Las bocas son dos
presiones encontradas y una punzadura al centro, por lo regular
vienen desnudas con solo un collar como adorno y pequeñas
orejeras. Los tocados se hacen con aplicaciones y son muy
elaborados, predominando los rapados parciales de la parte
antero-superior de la cabeza y se usa el esgrafiado para indicar
cabello y adornos; es común ver dos tiras a modo de trenzas
que nacen en la parte posterior de la cabeza y cuelgan al frente
sobre el pecho Por lo regular son de tamaño pequeño y siempre
están de pie, aunque en raras ocasiones las podemos encontrar
sedentes
Las figurillas D2 se caracterizan por tener cuerpos gruesos y
cortos, cabezas grandes, alargadas y planas, los brazos cortos
y abiertos en posición abierta, las piernas son de forma cónica.
Las cabezas son comúnmente de forma trapezoidal, los ojos y la
boca están indicados por medio de cortes largos y delgados sobre
aplicaciones. Los ojos tienen las pupilas hechas con punzaduras
finas y en posición diagonales. Lo que más caracteriza a las D2
son las orejas, el tocado y las cejas; las orejas son dos tiritas
largas en forma de gota con una punzadura o bolita punzonada
que indican la orejera. Las cejas se forman por medio de tiritas
aplicadas en forma de “V” o de forma horizontal. Los tocados
se hacen con aplicaciones y se usa el esgrafiado para indicar
cabello y adornos; es común ver dos tiras a modo de trenzas
que nacen en la parte posterior de la cabeza; también pueden
presentar chongos enrollados. Como vestimenta suelen tener
pequeñas faldas y taparrabos y en las pantorrillas unas sartas
de esferitas representando cascabeles realizados con algunas
semillas o capullos de mariposas.
Las figurillas K se caracterizan por tener cabezas, ojos y bocas
muy grandes, los tocados son abstractos y presentan diseños
geométricos esgrafiados que también se observan en la parte
trasera de la cabeza, en algunos casos también presentan
sombreros, los cuerpos son cortos y anchos, las caderas
se abren abruptamente al final de la cintura y descienden
adelgazando la pierna, más o menos a la mitad de ella, para
formar los tobillos; sobresale la diversidad de posturas de los
brazos, ya sean en el cuerpo, en posición horizontal o abiertos,
lo que indica movimiento; las manos y pies son anchos con
los dedos indicados por incisiones, aunque en ocasiones se
pueden presentar menos anchos y sin dedos, tienen orejeras
muy grandes con perforación al centro, algunas presentan
Figurilla D1 embarazada
domingo 21 de junio de 2015
Figurilla D1 mujer amamantando
dos perforaciones a la altura del tocado. Por lo regular están
desnudas sin otro adorno que el tocado y las orejeras, pueden
presentar pintura blanca y roja.
Diferencias y similitudes básicas entre los tres estilos
Entre estos estilos, el D1, el D2 y el K, encontramos atributos de
manufactura que las diferencian, entre los cuales sobresalen que
los cuerpos de las D1 están hechos de manera más delicada, las
piernas son bulbosas, los brazos pequeños, y siempre aparecen
desnudas. En cambio, los cuerpos de las figurillas D2 son más
gruesos y a veces aparecen con una pequeña falda; las caras de
las D2 tienden a ser trapezoidales y las de la D1 más ovaladas.
En general, se puede decir que las figurillas D1 están hechas de
manera más fina y que las D2 son más toscas. En cuanto a las
figurillas K, a diferencia de la D, se caracterizan por tener ojos
exageradamente grandes en una cabeza más grande y plana, así
como los brazos en posiciones en movimiento y los cuerpos
son mucho más anchos y cortos.
Como se dijo en un principio, se tiene una distribución geográfica
Figurilla D2
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diferencial entre los tres estilos, porque muy probablemente
cada uno de estos estilos estaba asociado a grupos que
compartían una sola identidad. Sin embargo, si consideramos
que estas figurillas fueron realizadas con base en una ideología
y cosmogonía común, entonces podemos considerar que lo que
estas figurillas representaban era una misma concepción del
mundo y de lo sagrado independientemente del estilo con que
fueron realizadas. Esta estructura de pensamiento o ideología,
que muchos autores consideran como el “Núcleo Duro”
mesoamericano, fue la fuente de la cual los creadores de las
figurillas se sirvieron para plasmar los conceptos que pretendían
representar en estos objetos. De tal manera, la fabricación de
estas figurillas se realizó a través de un código que permitió
representar en el barro una serie de conceptos que podían ser
interpretados o leídos por quien fuera el destinatario del mensaje.
En este caso, los sobrenaturales. Este código de representación,
no presenta la claridad o riqueza que manifiestan los códigos
posteriores, sin embargo, permite la lectura o interpretación de
las figurillas, la cual se presenta a continuación.
Las figurillas y los rituales asociados
En los tres estilos de figurillas D1, D2 y K se tienen atributos
que hacen referencia a la tierra, comenzando porque son
representaciones femeninas en las que resaltan las caderas
anchas, es decir, hay un énfasis en el área reproductora y de
ahí en la fertilidad de la mujer. También está el hecho de que
las figurillas están desnudas, prístinas, puras, como la tierra
recién preparada para recibir la semilla. De tal manera, es
posible proponer que, en general, estos tres estilos de figurillas
fueron utilizadas en los rituales agrícolas como petición de
fertilidad de la tierra; enterrándolas en las parcelas de cultivo ya
cuando inician las labores de preparación de la tierra, o cuando
comienzan a plantar la semilla.
Sin embargo, es únicamente en las figurillas D1 que se tiene
representaciones que hacen referencia al ciclo agrícola,
por ejemplo, representaciones de la mujer embarazada y
amamantando o con el niño en sus brazos, es decir, las plantas
ya germinadas y la cosecha. Pero, no se debe descartar que estas
mismas figurillas D1 hayan sido utilizadas en rituales asociados
Figurilla K
Figurilla doble cabeza
al ciclo femenino, el paso de la niñez a la adultez, el embarazo
y cuando da frutos la mujer, el nacimiento.
Por otro lado, aunque en las figurillas D2 predominan las
femeninas que son consideradas parte de la parafernalia de
los rituales agrícolas, además se tiene las representaciones
principalmente masculinas que han sido interpretadas como
imágenes del chamán en diferentes acciones. La figurilla
del chamán es reconocida tanto por la postura del cuerpo
contorsionada, como por los objetos que porta; estos objetos
son el sombrero con la copa dividida en cuatro, la barba, el
pendiente circular que puede ser un espejo, la bolsa y un
taparrabos del que cuelgan largas tiras que corren a lo largo de
las piernas.
Generalmente, estas figurillas D2 tienen posturas rígidas,
hieráticas, que cambian cuando se trata de imágenes de chamanes;
por ello, se propone que estas figurillas están representando un
momento durante algún ritual. El cuerpo contorsionado indica
que el chamán está pasando por un momento extático, está en
contacto con la sobrenaturaleza, inducido bajo la influencia de
psicotrópicos, el canto y la danza.
Por lo que respecta a la K, también representan la fecundidad de
la tierra; sin embargo, llama la atención que tienen perforaciones
para colgarse, es decir, forman parte de la indumentaria del
chamán. Estos colgantes podían ser zoomorfos o antropomorfos;
el hecho de que el chamán se colgara una figurilla nos habla de
los acompañantes del chamán, como su animal o su alter ego.
Las figurillas K sobresalen por los grandes ojos abiertos, tal vez
como una referencia a ese otro mundo adonde acompañaban
al chamán.
En los tres estilos de figurillas tempranas, D1, D2 y K, se tienen
figurillas de doble cabeza y caras, pueden tener tres o cuatro
ojos, dos bocas y una o dos narices en una sola cara. Han sido
relacionadas con uno de los conceptos más antiguos del núcleo
duro mesoamericano, la dualidad; si la connotación principal de
estas figurillas es la fertilidad de la tierra, esta dualidad podría
ser la tierra productora y la tierra en descanso. Tanto al inicio
como al final del ciclo agrícola se debió necesitar la intervención
del chamán para garantizar que ese ciclo continuara.
Esta dualidad para el periodo Posclásico de Mesoamérica es vista
en todos los niveles, desde la idea universal de la pareja divina
Cielo-Tierra, en donde el cielo está concebido como divinidad
suprema y la tierra como su consorte, hasta la idea en donde el
cielo fecunda y la tierra da los frutos; así mismo, esta dualidad
es parte del ciclo de secas y lluvias, así como el dualismo de la
vida y muerte, entendiéndose la época de secas a la vida y la
de lluvia a la muerte, en donde las entidades relacionadas con
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el agua se encuentran en el mundo subterráneo de los muertos,
lo húmedo relacionado con lo femenino, el inframundo y las
entidades como el sol en el plano celeste, con lo masculino,
lo que nos da una asociación importante del agua para que
germinen las semillas y el sol para que maduren los frutos.
Conclusiones
Podemos concluir, que la diferencia de estilos entre los tres
grupos principales de figurillas están asociados principalmente
al fenómeno identitario. Sin embargo, pese a este intento de
mantener cierta individualidad en la producción de figurillas
cerámicas, los conceptos que se plasmaron en los diferentes
estilos eran los mismos. Todo parece indicar, que para este
momento, la ideología mesoamericana que formaba el núcleo
duro tenía suficiente coherencia interna como para que los
diferentes grupos mostraran en sus discursos rituales los mismos
elementos sagrados. La importancia que tenía el chamán
como operador de lo sagrado y las figurillas como elementos
petitorios, dentro de los rituales agrícolas de los ciclos cósmicos
del tiempo, segmentado en estaciones y el ceremonial agrícola
del comienzo (figurillas D1), y del final del proceso productivo
(maternidades), así como de una regeneración espiritual por
iniciación. Finalmente, en relación directa con estas creencias
de la regeneración cíclica, realizada por el ceremonial agrario,
la regeneración de la tierra está fuertemente ligada con la de la
sociedad por la regeneración del tiempo.
Museo
Histórico
del Oriente
Casa de Morelos
Figurilla doble cabeza
Ubicado en un monumento histórico del siglo
XVIII, habitado durante la Independencia por
el caudillo José María Morelos y Pavón. Según
se cree, más tarde fue ocupado por el General
Emiliano Zapata como cuartel.
Callejon del Castigo Núm. 3
Col. Centro
Cuautla, Morelos
01 (735) 3 52 83 31
Admisión general: $39.00
Los días domingo acceso sin costo para nacionales y
extranjeros residentes en México.
Órgano de difusión de la comunidad de la Delegación INAH Morelos
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