Charla de Quincho Despreocupado de estas querellas, en el balcón, otro grupo de invitados festejaba a Adrián Werthein por haber recibido el premio de «dirigente de empresa del año» por la ADE, con brindis que intercambiaban Diego Pellegrino, titular de Megathlon, el arquitecto Vicente Aguirre, Alejandro y Gustavo Mascardi, rodeados de algunos empresarios, miembros de la Justicia, como el ex ministro de Seguridad de la provincia y fiscal, Carlos Stornelli, y otros colegas del cumpleañero, quien acercó a todos los invitados al ventanal para que vieran, a la medianoche, el regalo que le hacía su vecino Enrique Gallo, propietario de la fábrica de pirotecnia Júpiter, antesala del baile al que invitó el grupo de cumbia Amar Azul. Werthein prolongó los festejos por ese premio en un restorán de Palermo, al que asistieron, entre otros, el ex embajador y escritor Jorge Asís, Daniel Haddad, Enrique Llamas de Madariaga -quien comentaba su violenta salida de radio Rivadavia con un choque frontal con Mauro Viale, que ha hecho un takeover sobre esa emisora; y su decisión de radicarse junto a su esposa Denise Pessana en el Uruguay-. Hubo otros que se destacaron, como un par de Fernández que mostraron destrezas poco conocidas: Roque, el ex ministro de Economía, entonó junto al festejado Werthein un completo repertorio de chacareras y de zambas. Pero el must de la noche lo dio Alberto, quien ensayó varios blues empuñando su guitarra hasta que comenzaron a retirarse los invitados. Vamos a terminar con un chiste aéreo. Dos pilotos de una pequeña empresa regional de una provincia de España hacen el vuelo inaugural a un destino que hasta ese momento no cubrían. Los pilotos, José y Manuel, reciben instrucciones de la torre de control: - Aquí Barajas, Galicia Air 101; por favor vayan alineándose para aterrizar en la pista número uno. José le dice a Manuel: - Manolo... ¡es imposible que aterricemos allí, hombre! ¡Mira lo corta que es esa pista! ¡Es cortísima, es ínfima! ¡Nunca ví una cosa igual! Manuel llama a torre de control: - Torre, aquí Galicia Air 101: ¿estáis seguros de que la pista es la número uno? - Pero sí, hombre... ¿por qué la pregunta? - Porque no sé si podré aterrizar allí... - Aquí torre; es una de las mejores pistas de España y cientos de aviones tocan tierra allí por día. Repito, Galicia Air 101: diríjase a la pista número uno; tiene vía libre para aterrizar. El piloto encara la cabecera de la pista y entre un chirrido espeluznante de hierros, olor a neumáticos quemados y con las turbinas a full en reversa, logra el aterrizaje no sin inconvenientes: pasajeros en pánico, muebles que se desprenden del piso del avión, «jump seats» de las azafatas que se rompen por la presión de la desaceleración. Pasado el susto, José dice, aliviado: - ¡Manolo, eres un genio, un as de la aviación! ¡Todavía no entiendo por qué hicieron en Madrid una pista tan corta! - ¡Sí, y tan ancha! http://www.informedigital.com.ar/secciones/medios/nota.php?id=43144