Estudios Geográficos - Ministerio de la Presidencia

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Cub Est. Geograficos 272_Cub Est. Geograficos 268 19/07/12 07:40 Página 1
Estudios
Geográficos
Estudios
Geográficos
Noticias y comentarios
Reseñas bibliográficas
http://estudiosgeograficos.revistas.csic.es
www.publicaciones.csic.es
Nº 272
enero-junio 2012
Madrid (España)
ISSN: 0014-1496
2012
Pablo Barreira González, Victoria González Cascón y Joaquín Bosque
Sendra: Detección de errores temáticos en el CORINE Land Cover a través
del estudio de cambios: Comunidad de Madrid (2000-2006).
Jaime Escribano Pizarro: Servicios educativos y sanitarios elementales en
el medio rural: percepción social e influencia sobre la calidad de vida.
Julio Fernández Portela: Cambios en la industria y en el paisaje vitivinícola
de la Denominación de Origen de Cigales (Castilla y León, España).
José Antonio López Sánchez, Manuel Arcila Garrido y Adolfo Chica
Ruiz: Tendencias y perspectivas del turismo de sol y playa en Marruecos. El
caso de la región Tánger – Tetuán.
Susana Navarro Rodríguez, Carmen Ocaña Ocaña y Remedios Larrubia
Vargas: Inmigración y dinámicas demográficas andaluzas a comienzos del
siglo XXI. Una perspectiva territorial.
Alfredo Pérez Morales y Salvador Gil Guirado: La avenida de 22 de octubre de 1948 en la cuenca del Segura. Revisión y análisis.
Juan Ignacio Rengifo Gallego: Evaluación de la actividad cinegética en Extremadura en los albores del siglo XXI. Retos a corto y medio plazo.
David Serrano Giné: Consideraciones en torno al concepto de unidad de
paisaje y sistematización de propuestas.
José Antonio Sotelo Navalpotro, Jorge Olcina Cantos, Fernando García
Quiroga y María Sotelo Pérez: Huella hídrica de España y su diversidad territorial.
JianNan Xu y José Luis Yagüe Blanco: El desarrollo regional en la República Popular China: de la administración centralizada a la planificación del desarrollo.
Volumen LXXIII
Madrid
ISSN: 0014-1496
Nº 272
Sumario
356 págs.
Volumen LXXIII
enero-junio 2012
Estudios Geográficos
Nº 272
INSTITUTO
CSIC
Volumen LXXIII
DE
ECONOMÍA, GEOGRAFÍA Y DEMOGRAFÍA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 12/07/12 12:25 Página 1
Estudios
Geográficos
Volumen LXXIII Nº 272 enero-junio 2012 Madrid (España) ISSN:0014-1496
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
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Volumen LXXIII Nº 272 enero-junio 2012 Madrid (España) ISSN:0014-1496
ESTUDIOS GEOGRÁFICOS
Revista publicada por el Instituto de Economía, Geografía y Demografía, CCHS, CSIC
La Revista Estudios Geográficos fue fundada en
1940 por el Instituto Juan Sebastián Elcano
del CSIC. Se ha editado hasta 2004 en números trimestrales incluyendo artículos dedicados a la investigación científica en Geografía,
noticias y comentarios, y reseñas bibliográficas de actualidad editorial. Desde 2005 se
edita en dos números al año. Las aportaciones
que recibe Estudios Geográficos son, tanto de
carácter conceptual y metodológico, como
de análisis del espacio y territorio geográficos,
dando entrada también a artículos relacionados con otras ciencias afines como la cartografía, geología, ecología, ingeniería forestal,
edafología, economía, demografía, sociología,
etc. Recientemente, la revista ha estado atenta
a las nuevas tecnologías de la información
geográfica (Sistemas de Información Geográfica y Teledetección). Edición electrónica:
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Founded in 1940 by the Institute Juan Sebastián
Elcano at the CSIC, the Estudios Geográficos
journal published quarterly until 2004 articles
on geographical research, news, commentaries,
as well as reviews of current publications. Since
2005, is published half yearly. Estudios Geográficos is addressed to the academy and research and accepts theoretical and methodological
treatises, analyses of the geographical areas of
Spain, principally, as well as articles from related sciences such as cartography, geology,
ecology, forestry, economics, demography, and
sociology. In addition, the journal has also
incorporated articles on new information technologies, e.g. Geographical Information Systems and Remote Sensing. Electronic edition:
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Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 18/07/12 12:14 Página 4
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Volumen LXXIII Nº 272 enero-junio 2012 Madrid (España) ISSN:0014-1496
Estudios Geográficos
Sumario
Artículos
Pablo Barreira González, Victoria González Cascón y Joaquín Bosque
Sendra: Detección de errores temáticos en el CORINE Land Cover a través del estudio de cambios: Comunidad de Madrid (2000-2006) / Thematic error detection in the CORINE Land Cover through the study of
changes: Community of Madrid (2000-2006) ...........................................
Jaime Escribano Pizarro: Servicios educativos y sanitarios elementales en el
medio rural: percepción social e influencia sobre la calidad de vida / Basic
education and health-care services in rural areas: social perception and
influence on the quality of live ...................................................................
Julio Fernández Portela: Cambios en la industria y en el paisaje vitivinícola
de la Denominación de Origen de Cigales (Castilla y León, España) /
Changes in the industry and landscape wine of the guarantee of origin of
Cigales (Castile and León, Spain) ...........................................................
José Antonio López Sánchez, Manuel Arcila Garrido y Adolfo Chica Ruiz:
Tendencias y perspectivas del turismo de sol y playa en Marruecos. El
caso de la región Tánger – Tetuán / Perspectives and trends of sun and
beach tourism in morocco. The case of Tangiers - Tetouan region .............
Susana Navarro Rodríguez, Carmen Ocaña Ocaña y Remedios Larrubia
Vargas: Inmigración y dinámicas demográficas andaluzas a comienzos
del siglo XXI. Una perspectiva territorial / Immigration and andalusian
demographic dynamics at the beginning of the 21st century. A territorial
perspective..............................................................................................
Alfredo Pérez Morales y Salvador Gil Guirado: La avenida de 22 de octubre
de 1948 en la cuenca del Segura. Revisión y análisis / The flood of October 22, 1948 in the Segura Basin. Revision and analysis..........................
Juan Ignacio Rengifo Gallego: Evaluación de la actividad cinegética en Extremadura en los albores del siglo XXI. Retos a corto y medio plazo /
Evaluation of the Extremadura hunting in the beginning of the XXI century. Challenges in the short to the medium term .....................................
David Serrano Giné: Consideraciones en torno al concepto de unidad de
paisaje y sistematización de propuestas / Considerations about the landscape unit concept and systematization of proposals ................................
7-34
35-61
63-90
91-123
125-162
163-187
189-214
215-237
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SUMARIO
José Antonio Sotelo Navalpotro, Jorge Olcina Cantos, Fernando García
Quiroga y María Sotelo Pérez: Huella hídrica de España y su diversidad
territorial / Water footprint in Spain and its regional diversity ................
JianNan Xu y José Luis Yagüe Blanco: El desarrollo regional en la República Popular China: de la administración centralizada a la planificación
del desarrollo / Focusing on Regional Development of the People’s Republic of China: from centralized administration towards planning of development ....................................................................................................
239-272
273-307
Noticias y comentarios
Una primera historia de la Geografía española en el prólogo del Diccionario
de la Academia de la Historia (Fernando Arroyo Ilera) .........................
Influencia del fenómeno El Niño-La Niña y cambio climático en el patrón de
lluvias en São Carlos-SP, Brasil (Cristian Youlton, Taís Shiratsubaki,
Paulo Tarso Sanches de Oliveira y Edson Wendland) .........................
309-323
325-331
Reseñas
Cócola Gant, Agustín, El Barrio Gótico de Barcelona (Ibán Diáz Parra);
Comellas, José Luis, Historia de los cambios climáticos (Juan José Sanz
Donaire); Lindón, Alicia y Hiernaux, Daniel (dirs.), Los giros de la
Geografía Humana (Diego Sánchez González); Muñoz Navarro, Daniel y Urzainqui Sánchez, Sergio, El Camino Real de Valencia a Castilla, S. XV-XVIII: El Camí de Requena, un itinerario histórico (Concepción Camarero Bullón); Zárate Martín, Manuel Antonio y Morice,
Jean-René (coords.), Visita de empresa y turismo: contexto español y
perspectivas europeas (Francisco José Morales Yago); Zárate Martín,
Manuel Antonio y Rubio Benito, María Teresa, Paisaje, Sociedad y
Cultura en Geografía Humana (Francisco José Morales Yago) ............. 333-349
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Estudios Geográficos
Vol. LXXIII, 272, pp. 7-34
Enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496
eISSN: 1988-8546
doi: 10.3989/estgeogr.201201
Detección de errores temáticos en el CORINE Land
Cover a través del estudio de cambios: Comunidad de
Madrid (2000-2006)1
Thematic error detection in the CORINE Land Cover
through the study of changes: Community of Madrid
(2000-2006)
Pablo Barreira González*, Victoria González Cascón**
y Joaquín Bosque Sendra***
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los mapas de usos y coberturas del suelo han sido a lo largo de la historia
uno de los puntos más recurrentes en cartografía temática. A partir de este
tipo de mapas se pueden realizar comparaciones temporales de los mismos
para entender los fenómenos dinámicos y estables que se producen sobre la
superficie terrestre. En los últimos años el interés por el análisis de los cambios de uso y cobertura del suelo ha ido en aumento, puesto que, con estos estudios se puede favorecer la adopción de políticas de actuación más eficaces
1 Trabajo financiado por el proyecto SIMURBAN del Ministerio de Educacion y Ciencia
(MEC España) a traves de la convocatoria de 2006 de proyectos del Plan nacional de Investigación científica, Desarrollo e Innovación 2004-2007, Programa nacional de Ciencias Sociales,
Económicas y Juridicas (Referencia SEJ2007-66608-C04-00/ GEOG).
* Departamento de Geografía, Universidad de Alcalá (pablobarreiragonzalez@hotmail.com).
** Unidad de Sistemas de Información Geográfica, Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (victoria.gonzalez@cchs.csic.es).
*** Departamento de Geografía, Universidad de Alcalá (joaquin.bosque@uah.es).
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PABLO BARREIRA GONZÁLEZ, VICTORIA GONZÁLEZ CASCÓN, JOAQUÍN BOSQUE SENDRA
en busca de un correcto aprovechamiento de los recursos naturales y humanos y en definitiva, de un desarrollo sostenible.
La cartografía de cambios de los usos / cobertura del suelo puede generarse
de varias formas:
– Por intersección de dos mapas de una zona de forma directa —siendo resoluciones, coordenadas y leyenda de ambos comparables— mostrando
y caracterizando las zonas que permanecen estables en el tiempo y las
que han cambiado de un uso a otro.
– Por cartografía directa, es decir, tomando como referencia una cartografía temática de la fecha inicial, imágenes de satélite u ortofotos de la fecha inicial y de la fecha posterior se puede generar la cartografía de
cambios mediante la comparación de dichas imágenes y la posterior digitalización de los polígonos que suponen cambio de uso entre dichas
fechas.
El primer método es el más automático y rápido, y en la mayoría de los casos es el indicado siempre que las cartografías sean de gran calidad temática.
Si se estudian estas variaciones temporales en los usos del suelo a través de
una cartografía de cambios (Catalá et al., 2008) podremos obtener qué clases,
usos o coberturas del suelo presentan mayor pérdida o ganancia superficial,
pero lo más importante es que al generar esta cartografía aparecen en multitud
de ocasiones cambios que huyen de una explicación lógica o de la dinámica
habitual que puede producirse en un territorio.
Estos cambios extraños suelen ir unidos a un error de asignación temática
en una de las dos cartografías utilizadas, bien por una mala asignación de los
códigos de leyenda a los polígonos de cobertura del suelo, por una mala fotointerpretación en la generación de las cartografías o bien por una falta de
criterio homogéneo a la hora de decidir qué categoría se asigna a un polígono
en cuestión. Vinculados a estas posibilidades también se encuentran los errores de apreciación que pueden tener los fotointérpretes derivados de la escala
y la densidad de la leyenda.
En esta línea hemos desarrollado una metodología sencilla apoyada en la
planteada por Catalá et al. (2008), y extrapolable a otro tipo de cartografías
que no sean sólo de usos del suelo, para la detección de errores temáticos a
través del estudio de cambios entre dos fechas. En este caso particular se empleará la cartografía europea de usos del suelo CORINE Land Cover (CLC),
para los años 2000 y 2006, para mostrar los resultados que se pueden obtener
con la metodología en la Comunidad de Madrid (CM en adelante). Este trabajo además ahonda en los tipos de cambio no estudiados por los citados auEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 7-34, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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DETECCIÓN DE ERRORES TEMÁTICOS EN EL CORINE LAND COVER...
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tores, incluyendo a su vez el estudio de cambios de tipo 1 —considerados razonables y posibles— y superficies estables —descritos en el epígrafe de metodología—, los cuales como veremos más adelante también pueden ser
susceptibles de error de asignación cartográfica. A diferencia de Catalá y otros
el periodo de estudio es 2000-2006.
La importancia que tiene la cartografía de los usos del suelo reside en la
posibilidad de poder tomar innumerables decisiones que condicionan el futuro del entorno, tanto a nivel urbano como rural. Es por esto por lo que la calidad de los datos de partida para la toma de dichas decisiones debe ser
óptima, puesto que conforme mejoramos los datos de partida nuestros resultados podrán llegar a ser de mejor calidad. Esto debería ser una constante en
la totalidad de trabajos científicos, puesto que en muchas ocasiones se pretende obtener resultados de calidad cuando la fuente de datos es bastante deficiente en cuanto a exactitud temática.
La mejora de la calidad temática de la cartografía pasa por una detección de
errores de asignación temática en la misma. Esta detección se puede realizar a
través de la cartografía de cambios y la consecuente detección de cambios
anómalos, así como la comprobación de la veracidad que puedan tener los
cambios considerados como normales y, a su vez cómo no, las zonas que permanecen estables.
Pero aprovechando la situación, no sólo se centrará el estudio en la detección de los errores, sino que también se procederá a una propuesta de correcciones para que esta cartografía pueda ser mejorada por sus productores y a la
vez aumente su calidad temática.
En resumen, el estudio englobará cuatro bloques de trabajo:
1. Desarrollo de la metodología que permita la detección de errores de
asignación temática en cartografía de usos del suelo, de tal forma que
sea fácil de aplicar y a la vez extrapolable a otras cartografías.
2. Aplicación de la misma a la cartografía CORINE Land Cover en las versiones del 2000 y del 2006 en la CM para la detección de errores temáticos
así como la proposición correspondiente de corrección de los mismos.
3. Comparación del estudio con el realizado por Catalá et al. (2008).
4. Valoración de la calidad, a partir de los resultados, de la cartografía empleada.
En cuanto a la zona de estudio, la Comunidad de Madrid se encuentra en
el centro de la Península Ibérica (figura 1), siendo colindante a las Comunidades Autónomas de Castilla-La Mancha —provincias de Guadalajara, Cuenca y
Toledo— y Castilla y León —Ávila y Segovia—. Su población es 6,4 millones
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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PABLO BARREIRA GONZÁLEZ, VICTORIA GONZÁLEZ CASCÓN, JOAQUÍN BOSQUE SENDRA
FIGURA 1
SITUACIÓN DE LA ZONA DE ANÁLISIS (COMUNIDAD DE MADRID)
Fuente: elaboración propia.
de habitantes (INE, 2010), la cual se concentra en el área metropolitana de
Madrid —capital de España—. Cuenta con un total de 179 municipios distribuidos a lo largo de los 8.025 km2 de superficie total de la Comunidad. De
ellos nueve superan los 100.000 habitantes en 2010.
Desde el punto de vista de los fenómenos de cambios de uso del suelo, el
crecimiento poblacional ha sido una constante en las últimas décadas, debido
sobre todo al contexto económico positivo en la década de los 90 y principios
del milenio, incentivado por un comportamiento favorable de las actividades
productivas, entre las que podemos destacar la revitalización del mercado de
la vivienda (Catalá et al., 2008).
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 7-34, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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DETECCIÓN DE ERRORES TEMÁTICOS EN EL CORINE LAND COVER...
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Uno de los factores de crecimiento de superficie artificial —ocupada por el
hombre tanto para vivienda como para comercio, industria o infraestructuras— que se debe de vigilar a la hora de entender los fenómenos que ocurren
entre 2000 y 2006, es la necesidad de situar nuevos núcleos industriales y comerciales, que como se puede apreciar es de forma dispersa y fragmentada,
tendiendo a estar estas nuevas zonas próximas a las vías de comunicación
para favorecer el transporte (Gutiérrez, 2004).
En el estudio de Plata et al. (2008) se concluye que el principal crecimiento
de las zonas artificiales entre 1990 y 2000 fueron zonas industriales y comerciales, zonas en construcción, urbanizaciones exentas y estructura urbana
laxa —según la leyenda CORINE Land Cover—. En el caso que nos atañe, un
estudio preliminar de los dos mapas de usos del suelo utilizados para el estudio de la CM revela que esta dinámica también se sucede a lo largo del periodo
estudiado en el presente documento. Debemos destacar también la gran cantidad de pérdida de superficie de cultivo en las dos últimas décadas así como de
superficie natural de pastizal. Ambos procesos —disminución de superficie
natural y vegetal, y aumento de la superficie artificial— denotan un claro proceso de urbanización dentro de la CM.
Dadas las cifras implicadas seguramente podemos considerar que, aún estando los mapas que se utilicen sujetos a errores, éstos no son tan significativos como para influir en esta visión general de los cambios entre el 2000 y el
2006. Aún así, no supone que los errores temáticos puedan ser de alguna
forma obviados. Todo lo contrario, si de ellos se van a derivar otro tipo de trabajos, se deberán tener en cuenta.
El CORINE Land Cover: una breve descripción del proyecto
El proyecto CORINE Land Cover se fraguó en el seno del programa CORINE (Coordination of Information of the Environment) a partir del 27 de junio de 1985, fruto de una decisión del Consejo de Ministros de la Unión
Europea (CLC, Ministerio de Fomento). A partir de 1995 pasaría a ser responsabilidad de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA, EEA en inglés).
Los objetivos de este programa pueden agruparse, principalmente, en tres bloques:
– Compilar información del estado del medio ambiente en relación a los
temas de especial interés de los Estados miembros.
– Coordinar la compilación de los datos así como la organización de la información entre países.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 7-34, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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PABLO BARREIRA GONZÁLEZ, VICTORIA GONZÁLEZ CASCÓN, JOAQUÍN BOSQUE SENDRA
– Asegurar que la información sea coherente y que los datos sean compatibles.
Dentro de este programa, surge la necesidad de investigar en profundidad
el estado de la ocupación del suelo en el territorio europeo a través del proyecto CORINE Land Cover (CLC en adelante), el cual, pretende la creación y
la actualización de una base de datos a escala 1:100.000 sobre ocupación del
suelo en toda Europa. Esta base de datos se consigue a través de fotointerpretación de imágenes multiespectrales. Además, pretende servir de referencia a
través de sus componentes georreferenciadas a otras partes del programa global CORINE.
Otra de las razones por las cuales surge este proyecto es la imposibilidad de
comparar mapas de usos del suelo entre países de forma directa, debido a la
heterogeneidad con la que se trata este tema en cada país. De manera que con
esta cartografía lo que se consigue es obtener una idea globalizada de los usos
del suelo en Europa. A su vez, supone una herramienta estadística de vital importancia en la toma de decisiones de medioambiente e inventariado de recursos. Como hemos mencionado con anterioridad, actualmente la gestión del
proyecto es llevada a cabo por la Agencia Europea de Medio Ambiente, que a
su vez tiene vínculos con otras instituciones para garantizar el correcto funcionamiento del mismo.
En la actualidad existen tres versiones de dicha cartografía como son el
CLC1990, CLC2000 y CLC2006 —CORINE Land Cover en versión de 1990,
2000 y 2006 respectivamente—, estos dos últimos llevan asociados también el
proyecto IMAGE que se centra en obtener imágenes de satélite de las zonas
del CLC para poder hacer comprobaciones de la correcta asignación temática
de los mismos y, a su vez, desarrollar el CLC2000, en su momento, y el
CLC2006, de manera adecuada. En nuestro caso partiremos de la cartografía
CLC para los años 2000 y 2006.
La nomenclatura para los mapas de ocupación del suelo se estableció de
acuerdo a la leyenda de 44 clases CLC —desglose de la leyenda hasta el tercer
nivel de detalle, tabla 1—. Dentro de lo que serían los puntos de partida del
estudio a realizar, conviene saber que desde la producción del CORINE Land
Cover se nos indica que la exactitud temática de la cartografía alcanza entorno
al 85% y que la precisión geométrica está por debajo de los 100 m. No se representan polígonos de superficie inferior a 25 ha.
Aun existiendo diferentes procesos de verificación y de validación de la
cartografía en el proceso de producción del CLC, la cartografía está sujeta
errores de asignación temática, lo que provocaría fallos de gran envergadura
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 7-34, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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DETECCIÓN DE ERRORES TEMÁTICOS EN EL CORINE LAND COVER...
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TABLA 1
LEYENDA CLC AL NIVEL 3 PARA LA COMUNIDAD DE MADRID EN
LAS VERSIONES DEL 2000 Y DEL 2006
NIVEL 1
NIVEL 2
NIVEL 3
1.1. Zonas Urbanas
1. Superficies
Artificiales
1.1.1. Tejido urbano continuo
1.1.2. Tejido urbano discontinuo
1.2. Zonas industriales, comerciales y de transportes
1.2.1. Zonas industriales o comerciales
1.3. Zonas de extracción minera, vertederos y de
construcción
1.3.1. Zonas de extracción minera
1.4. Zonas verdes artificiales,
no agrícolas
1.4.1. Zonas verdes urbanas
2.1. Tierras de labor
1.2.2. Redes viarias, ferroviarias y terrenos asociados
1.2.4. Aeropuertos
1.3.2. Escombreras y vertederos
1.3.3. Zonas en construcción
1.4.2. Instalaciones deportivas y recreativas
2.1.1. Tierras de labor en secano
2.1.2. Terrenos regados permanentemente
2.2.1. Viñedos
2.2. Cultivos permanentes
2.2.2. Frutales
2.2.3. Olivares
2. Zonas Agrícolas
2.3. Praderas
2.3.1. Prados y Praderas
2.4.2. Mosaico de cultivos
2.4. Zonas agrícolas
heterogéneas
2.4.3. Terrenos principalmente agrícolas pero con
importantes espacios de vegetación natural y seminatural
2.4.4. Sistemas agroforestales
3.1.1. Bosques de frondosas
3.1. Bosques
3. Zonas forestales con vegetación natural y
espacios abiertos
3.1.2. Bosques de coníferas
3.1.3. Bosque mixto
3.2. Espacios de vegetación
arbustiva y/o herbácea
3.3. Espacios abiertos con
poca o sin vegetación
4. Zonas húmedas
4.1. Zonas húmedas
continentales
5. Superficies
de agua
5.1. Aguas continentales
3.2.1. Pastizales naturales
3.2.3. Matorral esclerófilo
3.2.4. Matorral boscoso de transición
3.3.2. Roquedo
3.3.3. Espacios con vegetación escasa
3.3.4. Zonas quemadas
4.1.1. Humedales y zonas pantanosas
5.1.1. Cursos de agua
5.1.2. Láminas de agua
Fuente: elaboración propia a partir de leyenda de la EEA (European Environment Agency).
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en la elaboración de inventario de recursos, toma de decisiones, catalogación
de territorios y en definitiva cualquier trabajo derivado de la cartografía mencionada. De hecho, nunca se alcanzará el 100% de exactitud en la clasificación
temática de una zona debido a la imposibilidad de representar completamente
la realidad, puesto que un mapa no es más que una simplificación de la misma,
impidiendo de esta forma su perfecta reproducción. Por ello es necesario buscar siempre la mejor calidad posible y más próxima al 100% de exactitud.
METODOLOGÍA
El presente documento pretende utilizar las ideas expuestas por Catalá et
al. (2008) para la detección de errores temáticos en datos sobre de usos / cobertura del suelo, a través de la cartografía de cambios en el periodo 20002006 en la CM. Pero consideramos importante revisar —antes de detallar la
metodología que se va a aplicar— cómo se ha tratado la comparación de mapas de usos del suelo a lo largo de los últimos años.
El estudio de cambios de usos del suelo es un punto fundamental para entender los procesos que ocurren en un territorio así como para comprobar si
un entorno avanza hacia un desarrollo sostenible (Observatorio de la Sostenibilidad en España, 2007). En primer lugar un punto fundamental donde se
suelen comparar mapas de usos del suelo, es en la aplicación de métodos de
clasificación de imágenes. Esta comparación se realiza para determinar el
grado de exactitud que tiene una clasificación determinada, es decir, su grado
de representación de la realidad. El elemento utilizado para verificar dicha
exactitud no es otro que la matriz de confusión, utilizada en multitud de trabajos y procesos de validación de cartografía. La matriz propone una forma de
entender cómo se distribuyen los píxeles entre el mapa que representa fielmente la realidad y el resultante de la clasificación de una imagen, de tal
forma que, podremos ver en la diagonal principal de la misma los elementos
que están clasificados de forma correcta y fuera de ella los errores que se cometen en la clasificación.
Según esta matriz se pueden obtener diferentes parámetros que estiman la
exactitud de la clasificación: en primer lugar la exactitud global que se refiere
al porcentaje de píxeles clasificados de forma correcta, en segundo término la
exactitud del productor que señala la probabilidad de que un píxel de una
clase «i» esté correctamente clasificado, y por último la exactitud del usuario
que indica la probabilidad de que un píxel clasificado como perteneciente a la
clase «i» pertenezca realmente a dicha clase. Estos dos últimos parámetros
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está directamente relacionados con los conocidos errores de «omisión» y de
«comisión» (Niclós et al., 2009).
Otro método de relevante interés en el cual se aplican comparaciones de
mapas de usos del suelo, es el aplicado por Mas y Fernández (2003) por ejemplo, donde se busca estudiar la realidad de los cambios de usos del suelo
cuando se comparan cartografías de distintas escalas o de distintas fechas y diferentes sistemas de interpretación. Este método se basa principalmente en
ponderar cada cambio por la superficie de ese uso en concreto en cada hoja
del mapa, lo que lo hace verdaderamente complejo para estudios cuyo objetivo no es valorar las cartografías de uso del suelo sino utilizarlas como fuente
para un modelo posterior. Demostraron que los errores inherentes a la diferencia de escala o a la captura en la cartografía en formato digital generaron
falsos cambios de una amplitud comparable o superior a los cambios reales
(Mas y Fernández, 2003).
Por otro lado nos encontramos con el trabajo realizado por Bach et al.
(2006), en el que se comparan tres cartografías digitales de la misma zona
de distintas fuentes, con el interés de comprobar exhaustivamente pequeñas
áreas, en concreto, comparando las superficies de cada uso con las bases de
datos declaradas en el catastro alemán, en vez de analizar puntos elegidos
de forma aleatoria. De hecho en el documento escogen dos zonas para su
estudio, el principal problema que plantea el método es que detectan que
los resultados no se pueden extrapolar a zonas más amplias del territorio
estudiado.
Dentro del marco del CORINE Land Cover, Siedentop y Meinel (2004) realizan un estudio a cerca de la calidad temática del CLC2000 en comparación
con otro tipo de cartografías. Además es interesante cómo la clasificación de
los errores la realizan en términos técnicos: errores debidos a una incorrecta
asignación temática, errores de delimitación, de digitalización o de generalización. Como veremos más adelante la clasificación empleada en nuestro trabajo se enfoca más a la detección de errores temáticos basándonos en el uso de
ortofotografía aérea.
Por su parte, Pontius y Lippit (2006), plantean una metodología desglosada en tres bloques a la hora de comparar cartografías de usos del suelo. En
primer lugar, se establece cuándo un error puede explicar un cambio de uso
entre dos mapas, en segundo término se representan los cambios en mapas de
forma visual y tercero, se explica cómo los resultados pueden ser sensibles a
una pequeña variación en el error del mapa.
Otro trabajo (Pontius et al., 2004) señala las grandes posibilidades que
ofrece la matriz de cruce para entender cómo ha cambiado un territorio entre
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dos fechas a partir de la misma y a su vez poder detectar errores temáticos en
las cartografías empleadas
Es por esto por lo que se partirá de la matriz de cruce con el fin de realizar
el estudio para la detección de errores temáticos. En nuestro caso la matriz de
cruce se refiere a los cambios de uso del suelo entre el año 2000 y el 2006 en
la Comunidad de Madrid. A partir de la matriz se detectarán los diferentes tipos de cambio que se producen, utilizando las directrices propuestas por la
Agencia Europea de Medio Ambiente. Dichas directrices establecen una matriz que nos indica la complejidad que presenta cada cambio de uso del suelo
entre dos fechas, es decir, nos valora de 0 a 3 la habitualidad del cambio. Estos
valores indican lo siguiente:
– Valor 0 o Zonas estables: son aquellas que no cambian de asignación
temática entre las dos fechas, es decir, son zonas que permanecen estables.
– Valor 1 o Cambios normales: que pueden ser esperados fruto de la dinámica espacio temporal del suelo.
– Valor 2 o Cambios poco habituales: son aquellos que deben llevar asociada una explicación debido a que suelen ocurrir pero no con alta frecuencia.
– Valor 3 o Cambios incongruentes: que se escapan de la dinámica lógica.
Se suele partir de que en estos casos siempre hay un fallo de asignación
temática en una de las dos fechas o se busca una razón poderosa para
poder entenderlos.
Llegados a este punto, la metodología en rasgos generales sería la siguiente:
1. Obtención de la matriz de cruce completa.
2. Establecer las bases del estudio, definir qué cambios interesan investigar.
3. No se consideran los polígonos de menor superficie que la mínima a representar —en la cartografía de cambios CLC no se representan polígonos menores de 5 ha—.
4. Aislar los polígonos de cambio que se deseen estudiar y vectorizarlos.
5. Montaje del polígono sobre imágenes aéreas o satelitales en fechas próximas a las de la cartografía utilizada —en nuestro ejemplo, próximas al
2000 y al 2006—.
6. Estudio de la situación y catalogación de la misma dentro de una categoría acorde a lo que está ocurriendo (tabla 2).
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TABLA 2
TERMINOLOGÍA A APLICAR EN LOS POLÍGONOS ESTUDIADOS
Categoría
Bien Cartografiado:
Error en CLC2000:
Error en CLC2006:
Fallo Técnico:
Sin Conclusiones:
Descripción
No existe error en ninguna de las cartografías, entendiendo existe la correcta asignación temática.
En este caso se encuentra un error temático claro en el
CORINE Land Cover del año 2000, debiendo establecer una propuesta de cambio temático para este año.
Existe un error temático en el CLC del año 2006 y
como consecuencia se deberá hacer una propuesta
de cambio de asignación temática para el polígono
en cuestión.
A este tipo de desajustes se refieren principalmente
incoherencias como por ejemplo, ausencia de criterio en la delimitación de los polígonos. Este problema suele manifestarse porque los límites de las
superficies no son exactamente los mismos en ambos años debido a que los fotointérpretes varían y
entonces al hacer la cartografía de cambios nos encontramos con estos pequeños fallos. También se incluyen dentro de esta categoría polígonos en los
cuales el operador o fotointérprete no puede tener
capacidad suficiente de apreciación a la hora de asignar una clase determinada a un polígono, debido al
tamaño de éste o por la escala a la cual se trabaja. A
su vez incluimos aquí algunos casos extraños que
ocurren en zonas de láminas de agua como embalses. Se pueden hacer aquí propuestas de cambio.
Por la mala visibilidad o la dificultad de apreciación
en algunos casos no es posible obtener conclusiones.
En una de estas cinco situaciones deberá encajar cada caso.
Fuente: elaboración propia.
7. Realización de una ficha completa que describa la situación concreta —
polígonos que intervienen en ambos años, tipo de cambio que ocurre,
catalogación de la situación, imágenes en fechas próximas a las cartografías, etc. —.
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Para la identificación de las coberturas existentes en el terreno en fechas
próximas a las del CLC00 y CLC06 se acudirá a servidores online donde se
pueden localizar imágenes georreferenciadas, tanto ortofotos como cartografía
oficial e incluso planos catastrales. Los visores de imágenes utilizados han
sido el «Visor Urbanístico GeoMadrid» (http://bdp.geomadrid.com/visorbdp/visorprueba.html) así como el «Nomenclátor Oficial y Callejero de la
Comunidad de Madrid» (http://www.madrid.org/nomecalles/) y el «Sistema
de Información Geográfica de la Política Agraria Común» (SIGPAC). En ambos casos se han seleccionado imágenes aéreas de 1999 y 2001 para verificar
la cartografía CLC00 e imágenes de 2006 para verificar el CLC06.
En cuanto a la leyenda de coberturas del suelo que presenta la cartografía
utilizada, será la leyenda CLC desglosada al tercer nivel de detalle (tabla 1), la
cual engloba un total de 44 clases, aunque en la zona de estudio (CM) solamente quedan reflejadas 31 de las 44 totales.
Por último, otro de los elementos que se han necesitado para la correcta
detección de errores y con el fin de establecer una jerarquía entre todos los tipos de cambio de uso que se dan en el terreno es la matriz de tipología de
cambios propuesta por la EEA (European Environment Agency). La matriz
mencionada es la que aparece reflejada en la tabla 3, de tal forma que se identifica cada modalidad de cambio con un valor de 0 a 3, estos números significan el tipo de situación expresado más arriba.
Una vez descrita la metodología propuesta por el presente texto para detectar errores de clasificación en cartografía temática se aplicará al área de estudio de la CM. Para realizar el cruce de mapas de usos del suelo —cuya
representación raster tiene una resolución de 50 m— se ha acudido al módulo
LCM (Land Change Modeler) del software Idrisi Andes, el cual proporcionará
la imagen que reflejará los diferentes cambios que se dan en el territorio estudiado y la correspondiente matriz de cruce. El cruce de mapas contiene como
fecha inicial el ráster CLC de la CM para el año 2000 y el del año 2006 para fecha posterior. Se ha clasificado cada cambio en función de su tipología (tabla
3), y podremos apreciarlo en la figura 2.
Bien es cierto que existen algunos problemas de comparabilidad entre el
CLC00 y el CLC06. En el caso de la cartografía del año 2000, en España se incluían polígonos de suelo urbano menores a las 25 ha —tamaño mínimo cartografiable— que posteriormente en el 2006 no se recogen. Además también
ocurre lo mismo en el caso de infraestructuras de comunicación como algunas
carreteras que no quedan reflejadas en la cartografía del 2006. Estos errores no
han sido contemplados en este estudio ya que se considera que no son errores
de asignación temática sino cuestiones de generalización cartográfica.
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TABLA 3
MATRIZ DE TIPOLOGÍA DE CAMBIOS ENTRE LOS MAPAS DE COBERTURAS
DEL SUELO CLC00 Y CLC06 PARA LA CM
Las filas indican los usos para el CLC00 y las columnas los usos para CLC06. Los números de tres cifras de
los márgenes se corresponden con el nivel 3 de la leyenda (tabla 1).
Fuente: elaboración propia.
Además de la imagen que refleja los tipos de cambios que se dan entre el
año 2000 y el 2006, LCM ha generado a su vez la matriz de cruce entre ambos
mapas, donde se nos refleja la superficie de cambio para cada clase. Como veremos en el apartado de resultados, se pueden sacar varias conclusiones preliminares al estudio de errores acerca de la naturaleza de la zona de estudio,
viendo qué clases temáticas pierden o ganan representación superficial en el
transcurso de los 6 años indicados.
Llegados a este punto es el momento de decidir cómo abordar la búsqueda
y la detección de errores. En primer lugar y por orden de prioridad, se estudiarán los polígonos de cambio de tipo 3, puesto que éstos se consideran cambios que ocurren fruto de un error en la asignación temática en una de las
cartografías de las dos fechas que intervienen en el proceso. Se estudiarán en
su totalidad debido al bajo número existente. En segundo lugar, se valorarán
también los cambios de tipo 2, a través de un muestreo aleatorio y, además, los
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FIGURA 2
POLÍGONOS DE CAMBIO DE USO/OCUPACIÓN DEL SUELO EN LA CM 2000-2006
Los tipo 3 son muy poco visibles.
Fuente: elaboración propia.
de mayor superficie para verificar que los errores afectan tanto a grandes polígonos como a pequeños. En tercer punto se estudiarán los polígonos de tipo 1
de igual forma que se estudiaron los de tipo 2. Puesto que este tipo de cambios
son los considerados habituales y que entran dentro de la lógica que puede
producirse en el territorio, se pretende demostrar que en los cambios habituales también pueden existir errores de asignación temática.
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Por último, y siguiendo esta línea de investigación, es altamente recomendable aparte de estudiar los errores a partir de los cambios de uso, comprobar
si las zonas estables también pueden ser susceptibles de error. Por ello, también se estudiarán los polígonos de tipo 0 o estables a través también de un
muestreo aleatorio, aunque de menor tasa de sondeo.
El procedimiento a seguir a la hora de estudiar los polígonos correspondientes a cada tipo de cambio relatado en los párrafos anteriores es el mismo
en todos los bloques del estudio:
1. Eliminación de los polígonos menores de 5 ha —no deben representarse en la cartografía de cambios polígonos de menor tamaño al citado,
EEA—.
2. Aislar cada polígono de estudio y proceder a su vectorización.
3. Búsqueda de imágenes próximas a las fechas de 2000 y 2006 en el Nomenclátor Oficial y Callejero de la CM, en el Visor Urbanístico GeoMadrid o en el SIGPAC.
4. Montaje del polígono en cuestión sobre las imágenes.
5. Estudio de la situación y catalogación de la misma dentro de una de las
categorías establecidas (tabla 2).
Evidentemente la situación de cada polígono no es la misma en todos los
casos, puesto que unas veces el mismo estará bien clasificado en ambas fechas,
otras existirán errores en alguna de ellas, etc. Para ello se ha creado una terminología para referirse a cada situación en concreto quedando ésta reflejada en
la tabla 2, de tal forma que siempre se asignará una de estas etiquetas a cada
polígono estudiado.
RESULTADOS
Una vez realizado el cruce de mapas se dispondrá de la matriz que muestra cómo se distribuye la superficie entre las clases de las dos fechas que intervienen en el estudio. De la propia matriz se pueden obtener los siguientes
datos:
De un total de 802.568,167 ha que posee la CM, hubo 53.561,592 ha que
han cambiado de asignación temática entre los años 2000 y el 2006, es decir,
el 6,67% de la superficie total de la Comunidad Autónoma ha cambiado de
uso o cobertura del suelo, de las cuales:
– Cambios de tipo 1 o normales: 46.172,528 ha (5,75% de la superficie total de la CAM, 86,2% del total del cambio).
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– Cambios de tipo 2 o poco habituales: 6.283,179 ha (0,78% de la superficie total de la CAM, 11,7% del total del cambio).
– Cambios de tipo 3 o incongruentes: 1.105,885 ha (0,14% de la superficie
total de la CAM, 2,1% del total del cambio).
Fruto del estudio multitemporal se puede apreciar qué ha pasado en cada
clase temática, obteniendo derivado de la misma las ganancias y pérdidas, así
como el balance, es decir, la diferencia entre ganancias y pérdidas, que podemos ver reflejada en la figura 3.
Los resultados del balance son bastante claros. Las clases que ganan superficie son principalmente urbanas, demostrando así que los núcleos urbanos e
industriales de la Comunidad de Madrid no cesan de crecer, y que estamos
ante un fenómeno de ocupación del territorio de enormes proporciones, ya
que poco a poco la CM se va quedando sin zonas de cultivo —clase que más
FIGURA 3
BALANCE DE SUPERFICIE GANADA O PERDIDA ENTRE EL 2000 Y 2006
PARA CADA CLASE TEMÁTICA
Ver leyenda de las clases en Tabla 1.
Fuente: elaboración propia.
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pérdidas presenta—. Por otro lado los prados y praderas crecen tímidamente
al igual que lo hace el matorral boscoso de transición. En concreto la Comunidad de Madrid demuestra en este periodo (2000-2006) la constante que se
lleva repitiendo en los últimos años, la continua urbanización del suelo por la
necesidad de crecimiento de los núcleos urbanos sacrificando para esto superficies principalmente agrícolas.
En definitiva, en la tabla 4 se puede apreciar cuántos polígonos se han estudiado y cómo han quedado encuadrados dentro de cada categoría. Además
podemos ver qué tasa de sondeo —porcentaje de polígonos estudiados sobre
el total de polígonos— tiene cada apartado del estudio. De igual forma se
puede comprobar la distribución espacial de cada tipo de cambio dentro de la
Comunidad de Madrid (figura 4).
TABLA 4
RESUMEN DE LOS POLÍGONOS ESTUDIADOS EN EL PRESENTE DOCUMENTO
Zonas
Estables
Tipo 1
Tipo 2
Tipo 3
TOTALES
Error
CLC2000
2 / 8%
12 / 32%
30 / 79%
13 / 43,3%
57 / 43,5%
164,20 ha
871,36 ha
871,36 ha
871,36 ha
871,36 ha
Error
CLC2006
2 / 8%
1 / 2,5%
4 / 11%
4 / 13,3%
11 / 8,5%
164,20 ha
2199,77 ha
422,61 ha
265,91 ha
3052,49 ha
Bien
Cartografiado
23 / 92
21 / 55%
1 / 3%
0/-
45 / 34,5%
2719,10 ha
4773,93 ha
20,74 ha
0 ha
7513,77 ha
Sin
Conclusiones
0/-
3 / 8%
5 / 13%
1 / 3,3%
9 / 7%
0 ha
913,95 ha
857,97 ha
10,50 ha
1782,42 ha
Fallo
Técnico
0/-
1 / 2,5%
0/-
12 / 40%
13 / 10%
0 ha
6,5 ha
0 ha
140,69 ha
147,19 ha
Pe
Pt
Ts
25 Pe
3332 Pt
1% Ts
38 Pe
508 Pt
7,5% Ts
38 Pe
141 Pt
27% Ts
30 Pe
30 Pt
100% Ts
131
4011
3,3%
Las filas expresan el tipo de asignación que se le ha dado a cada polígono y las columnas la tipología del
cambio en cuestión. Dentro de cada fila se pueden ver tres valores, el primero es el número de polígonos
dentro de esa clase, el segundo el porcentaje sobre el total de ese tipo de cambio y el tercero el total de hectáreas que ocupan dichos polígonos. Por último, al pie de cada columna se reflejan el total de polígonos estudiados (Pe), el número total de polígonos (Pt) y la tasa de sondeo (Ts).
Fuente: elaboración propia.
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FIGURA 4
POLÍGONOS DE CAMBIO ESTUDIADOS EN EL PRESENTE DOCUMENTO
El tipo 3, por su reducido número y extensión superficial, es muy poco visible.
Fuente: elaboración propia
Como se puede apreciar existe una distribución espacial de los polígonos
estudiados más o menos homogénea a lo largo de toda la Comunidad de Madrid. Debemos tener en cuenta que el muestreo utilizado es el aleatorio simple
con el fin de simplificar la selección de polígonos de forma inicial. Es bien sabido que según el caso es más correcto utilizar otros métodos y de hecho se
pueden utilizar en este tipo de muestreos además del aleatorio simple, el aleatorio estratificado, por conglomerados, sistemático y sistemático no alineado
siendo este último el más frecuentemente utilizado en verificación de clasificaciones (Chuvieco, 2007). A modo de ejemplo dentro de la figura 5 podemos
apreciar dos casos de error temático bastante obvios.
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FIGURA 5
EJEMPLOS DE ERRORES TEMÁTICOS DENTRO DE
LOS POLÍGONOS ESTUDIADOS
En el primer caso es un error temático en la cartografía CLC2000, asignando de forma incorrecta la clase
111 al polígono en cuestión. El segundo caso se corresponde con una mala asignación en el año 2006.
Fuente: elaboración propia.
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Partiendo de los polígonos de tipo 3, se han tomado la totalidad de los mismos puesto que no representaban una gran cantidad, por ello la tasa de sondeo
es del 100%. Se demuestra dentro de los polígonos estudiados en este caso que
este tipo de cambios suelen estar sujetos a error de forma que el 56,6% de los
polígonos presentan una incorrecta asignación temática en alguna de las dos
fechas estudiadas —un 86% de la superficie estudiada— y además un 40% de
los polígonos refleja un fallo técnico —un 13% de la superficie estudiada—.
En el caso de los polígonos de tipo 2 que reflejan cambios difíciles de producirse y que deben llevar asociada una explicación, la tasa de sondeo es bastante representativa alcanzando el 27%. Destacar que dentro de los polígonos
aquí recogidos, el 79% de los estudiados —62% de la superficie estudiada—
presenta un error en la cartografía del 2000 y el 11% en la del 2006. En el 13%
de los mismos no es posible obtener conclusiones debido a la complejidad de
la interpretación de la leyenda en algunos casos, puesto que es difícil diferenciar a través de las ortofotos algunas clases entre sí.
Conforme se pasa de un cambio de tipo 3 a uno de tipo 1, disminuye también el porcentaje de error temático. Por ello al ver los valores de error de tipo
1 se puede comprobar que el 55% de los polígonos están bien cartografiados,
pero aún así siguen apareciendo errores sobre todo en mayor magnitud en la
cartografía del 2000 (32%). La tasa de sondeo no es tan representativa como
las anteriores, puesto que se han comprobado el 7,5% de los polígonos de
cambio de tipo 1. Dentro de los polígonos de mayor superficie —ocho estudiados— aparecen 2 errores de asignación temática, reflejando que se comenten también fallos independientemente del tamaño del polígono en cuestión,
además uno de ellos es muy representativo, ya que el error en 2006 cubre casi
un 25% de la superficie de cambios de tipo 1 estudiada.
Por último, en el caso de los polígonos estables que representan más del
93% del total de la superficie de la CM nos encontramos con una aceptable
asignación temática, superando el 90% de correcta clasificación —tanto en
número de polígonos como en superficie estudiada—. Pese a ello se siguen
encontrando errores además en el caso de algún polígono en concreto en ambos años, puesto que en polígonos estables la asignación de una clase concreta de la leyenda de manera errónea puede implicar un error en ambas
cartografías.
Estos valores para los polígonos estables están dentro de lo esperado según
lo que se indica desde la realización del CORINE Land Cover —85% de exactitud temática—. Por el contrario los polígonos de cambio no cumplen estas
expectativas. En la figura 4 se pueden visualizar los polígonos que se han empleado para la realización del estudio.
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En última instancia se ha aplicado el estudio de la matriz de confusión para
verificar la fiabilidad de la clasificación de los polígonos (CLC). Se tomó como
verdad terreno la categoría que se debiera haber asignado en el momento de
producción del CLC —a través de la visualización de fotografías próximas a
las fechas de realización del CORINE realizada por los autores de este trabajo— y como clasificación la realizada por el CLC para los años 2000 y 2006.
Se han obtenido dos matrices en concreto, una para la clasificación del 2000
(figura 6) y otra para la del 2006 (figura 7) para ver con todos los polígonos
estudiados cómo de buenas son las clasificaciones realizadas, de tal forma que
en cada matriz las filas reflejan la cartografía CLC en cada caso y las columnas
la referencia verdad terreno —lo que entendemos que debería haberse cartografiado en cada caso—. La diagonal principal recoge los polígonos que se han
cartografiado correctamente en cada año en cuestión. El resto de valores reflejará el número de los errores cometidos en cada caso.
En primer lugar la cartografía del 2006 presenta una exactitud global de la
clasificación del 86% entrando dentro de los valores esperados. Por otro lado
el valor del estadístico kappa nos indica que la clasificación realizada desde el
CLC es del orden del 85% mejor que una realizada de forma aleatoria. La clase
temática que peor parada sale de la clasificación sería las «zonas forestales, vegetación natural y espacios abiertos» —clase nº 3 al nivel 1 de la leyenda
CLC— que alcanza el 76% de correcta clasificación —24% de error—, demostrando la complejidad de la leyenda en este punto.
Por otro lado en lo concerniente a la cartografía CLC del año 2000, los valores de exactitud global (47%) demuestran que dicha cartografía es de peor
calidad temática que la del año 2006. Además los valores del estadístico kappa
también disminuyen considerablemente —alcanzando el 42%—. Las clases de
«zonas agrícolas» —clase nº 2 al nivel 1 de CLC— y las «zonas forestales, vegetación natural y espacios abiertos» —clase nº 3 al nivel 1 de la leyenda
CLC— muestran un pobre porcentaje de correcta clasificación en ambos casos
para la fecha en cuestión, añadiendo más razón a la hipótesis de excesiva densidad de la leyenda temática del CLC al nivel 3 de desglose.
Según el estudio de Catalá et al. (2008) para la cartografía de los años 1990
y 2000, se demuestra que un 68% de los polígonos que se estudiaron entonces
presentaban error en alguna de las dos cartografías estudiadas. En nuestro
caso dicho porcentaje alcanza el valor de 62% incluyendo los fallos técnicos
puesto que se consideran que son derivados de un error, y el 69% si se incluyen los polígonos en los cuales no se han podido obtener conclusiones claras
por la complejidad de la situación.
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FIGURAS 6 Y 7
MATRICES DE CONFUSIÓN PARA EL AÑO 2000 Y 2006 RESPECTIVAMENTE
En cada una se compara la asignación temática del CORINE Land Cover (filas) con lo que consideramos
como verdad (columnas) tras comprobar con ortofotos y demás imágenes. E.P. nos da la suma de todos los
valores de la columna y a posteriori podremos calcular la exactitud del productor. E.U. nos da la suma de
los valores de la fila en cuestión y a posteriori se calculará la exactitud del usuario (Niclós R. et ál., 2009).
Fuente: elaboración propia
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Los polígonos cartografiados de manera correcta incluyen en su caso el
26% y en el del presente documento el 35%. Este valor aumenta en cierto
modo debido a que la cartografía del 2006 es bastante más precisa temáticamente hablando que la otra cartografía utilizada en su caso (CLC1990). Otra
razón por la cual el valor es más alto es porque se han incluido los polígonos
estables dentro del porcentaje que proporcionalmente tienen mejor balance de
polígonos correctamente clasificados, si se excluyen éstos, nos encontramos
con un 21%, valor muy próximo al obtenido en Catalá et al. (2008).
Los resultados son bastante parejos, lo que parece indicar la validez de la
metodología para detectar errores temáticos dentro de cartografías de usos del
suelo multitemporales.
CONCLUSIONES
Como se puede comprobar, la aplicación de la metodología aquí propuesta
es bastante efectiva a la hora de determinar errores temáticos dentro de la cartografía.
A la vista de los resultados, se puede apreciar de forma clara que existen
multitud de errores en la cartografía que se está empleando. De hecho, la mayoría de los casos de error se encuentran en la cartografía del año 2000 —
aproximadamente 5 por cada 1 que nos encontramos en 2006—. Se debe
plantear pues una pregunta: ¿Existe un motivo claro por el que aparezcan tantos errores en la asignación temática o los considerados fallos técnicos?
Pues bien, existen diferentes factores que influyen en la caracterización temática de un territorio, que van desde los verdaderamente obvios fruto de los
errores puramente humanos a los derivados de las decisiones y restricciones
impuestas en la realización de la cartografía.
En primer lugar existen dos elementos fundamentales que están interrelacionados y que condicionan siempre la elaboración de la cartografía temática:
la escala de trabajo y la superficie mínima de representación. Esta última,
desde las especificaciones del CLC alcanza las 25 ha, de tal forma que por debajo de ella no se pueden representar polígonos de forma independiente. Esta
limitación va vinculada a la escala puesto que cuanto mayor sea la escala menor será el área mínima a representar y viceversa.
Otro punto importante a tener en cuenta son los errores derivados de la acción humana, puesto que cualquier tipo de trabajo realizado por el hombre de
esta índole siempre viene afectado por una serie de errores que comete, o bien
de manera sistemática o por puras equivocaciones. Además el fotointérprete
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no es el mismo en todas las hojas —evidentemente— ni a lo largo del tiempo
luego a su vez influirá la falta de criterio homogéneo en la toma de decisiones
poco habituales —delimitación de un polígono con bordes difusos, elección
de una clase determinada cuando existen dudas… en definitiva, los fallos técnicos—.
El punto fundamental donde creemos que está la fuente de gran cantidad
de errores —sino de la mayoría— es el gran número de clases que presenta la
leyenda al tercer nivel de detalle para la escala de trabajo elegida. Tenemos un
total de 44 clases temáticas, y en concreto en la zona de estudio figuran 31 de
las 44 totales que podrían aparecer que para la escala de trabajo fijada en
1:100.000 son excesivas.
Por un lado las clases de superficie artificial no presentan graves conflictos
ya que son relativamente fáciles de diferenciar dentro de las mismas si presentan una superficie lo suficientemente grande. El problema viene con ciertas
clases en las que, a la escala de trabajo manejada, no es posible discriminar
con claridad unas de otras a la hora de fotointerpretar, principalmente las zonas forestales y, en menor medida, alguna de índole agrícola. Esto pasa con las
confusiones generadas con los tipos de matorrales, el pastizal con prados y
praderas e incluso en ocasiones con tierras de labor en secano. También se
pueden llegar a confundir matorrales boscosos con bosques, espacios con vegetación escasa con roquedos e incluso con matorral esclerófilo o por ejemplo
algunos terrenos regados permanentemente con praderas o pastizales.
Si se mantiene la idea de trabajar a 1:100.000, es necesario utilizar un menor nivel de detalle para esta escala o generalizar la leyenda existente. A su
vez, si lo que se deseara es mantener la leyenda para asegurar la correcta catalogación de recursos, será necesario realizar la cartografía a mayor escala.
Consideramos que el optar por una leyenda tan amplia dificulta las labores de
interpretación del personal que digitaliza los polígonos, teniendo que tomar
decisiones rápidas y en ocasiones desacertadas para no ver frenado el ritmo de
producción. Éste es uno de los fenómenos que influyen negativamente en el
resultado de la calidad temática de los mapas.
Una vez vistos los motivos fundamentales por los que pueden generarse
gran parte de los errores temáticos, podemos concluir en varios puntos: la cartografía CLC00 es del orden de 5 veces de peor calidad temática que la del
2006. La leyenda es excesivamente densa para la escala de trabajo presentada.
Los resultados obtenidos pueden ser susceptibles de aplicarse a través de las
propuestas realizadas en cada polígono de cambio como corrección de las cartografías CLC2000 y CLC2006, con el fin de obtener una mejora en la calidad
temática de los mapas.
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Otra de las conclusiones que se pueden derivar del estudio es que aparecen
polígonos con error de cartografía temática en zonas de aguas embalsadas. La
recomendación lógica es qué, en estos casos, en la elaboración de cartografía,
se respeten las líneas de embalse de la cartografía oficial en cada país con el fin
de evitar que se produzcan errores al generar la cartografía de cambios en este
tipo de lugares.
En cuanto a la calidad de la cartografía que se ha empleado, se puede concluir que no es tan fiable, en principio, como indican desde la entidad productora del CLC —85% de exactitud temática, EEA—. Tras la aplicación de la
metodología propuesta sobre la zona de estudio, queda en entredicho el uso
de la cartografía de cambios para la toma de decisiones y adopción de políticas
ambientales —derivadas de la cartografía de cambios— sin tener en cuenta el
porcentaje de error existente en la cartografía. Aún con esto, la cartografía del
2006 se encuentra dentro de los valores esperables de exactitud temática,
siendo válida para la derivación de trabajos de la misma.
En resumen, a través de la sencilla metodología aquí expuesta, se pueden
determinar con claridad errores de asignación temática en cartografía de usos
del suelo multitemporal. Además puede incluirse, por su sencillez, dentro de
los métodos de verificación y validación durante la producción de cartografías
de usos o coberturas del suelo. El método es extrapolable a otro tipo de cartografías temáticas, no siendo exclusiva para los usos del suelo. Con la metodología propuesta se pretende mejorar los datos de partida, lo cual en esencia
debería ser una constante en los trabajos científicos para poder obtener los
mejores resultados posibles.
FUTURAS LÍNEAS DE TRABAJO
Se debe tener en cuenta que solamente se ha realizado el estudio a un porcentaje de la superficie2 de manera que para obtener una mejor tasa de sondeo
y con ello resultados más consolidados se podría ampliar el número de polígo-
2 Toda la información concerniente al presente estudio podemos encontrarla en la página
web: http://www.geogra.uah.es/simurban/cartografia_cambios_clc/index.php dentro de la cual se
puede ver la totalidad del proceso seguido en la realización del mismo. Además se pueden visualizar los polígonos en cuestión estudiados, así como los mapas resultantes, documentos complementarios, matrices, etc. En está web se pueden encontrar los resultados detallados de dos
trabajos realizados recientemente: González (2010) y Barreira (2010). La web se emplaza dentro
del entorno del proyecto SIMURBAN del Departamento de Geografía de la Universidad de Alcalá.
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nos a estudiar. Además los métodos de muestreo como se señaló con anterioridad se podrían variar para que las condiciones de los polígonos seleccionados fueran distintas.
Parece bastante interesante la aplicación de la metodología a otro tipo de
cartografías que no sean de usos del suelo, así como extrapolarla a otro tipo de
Comunidades Autónomas o países con distintas condiciones en el terreno
para ver cómo influyen las diferentes clases temáticas dentro de la detección
de errores y con el fin de mejorar la calidad del CORINE Land Cover.
Recibido: 11/03/2011
Aceptado: 01/02/2012
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2012).
RESUMEN:
La cartografía temática suele ser el punto de partida en muchos trabajos. Es necesario
tener cuidado con los errores que pueda presentar la fuente de datos para conseguir
un buen resultado. Utilizando una sencilla metodología se pueden determinar errores
temáticos en las cartografías CORINE Land Cover de los años 2000 y 2006 a través de
la intersección de ambas bases de datos. Dicha intersección de mapas nos dará una serie de polígonos estables y de cambio y una matriz de cruce con la que interpretar el
balance de superficie ganada o perdida. Mediante el estudio a través de muestreos de
los diferentes tipos de cambio y su verificación con ortofotos se puede llegar a encontrar diversos errores de asignación temática en las cartografías empleadas. Además, el
uso de las matrices de confusión permite establecer el nivel de exactitud global y de
las categorías más propensas a errores.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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PALABRAS CLAVE: errores temáticos; CORINE; Matriz de Confusión.
ABSTRACT:
Thematic cartography use to be the starting point in several works. It is necessary to
be careful with the errors that data source may have to achieve a good outcome. Using
a simple methodology we can identify thematic errors in the CORINE Land Cover
cartography from the years 2000 and 2006 through the database intersection. That
map intersection will give us a group of stable and changing polygons and a cross tabulation matrix with which the surface gain or loss can be interpreted. By means of
studies through sampling stable and changing polygons and their verification with
orthophotos we can find several thematic errors in the cartography used. Besides, the
use of confusion matrices determines the level of global accuracy and categories most
prone to error.
KEY WORDS: thematic errors; CORINE; Confusion Matrix.
RÉSUMÉ:
La cartographie thématique est généralement le point de départ pour de nombreuses
activités. Des précautions doivent être prises pour les erreurs qui peuvent survenir
dans la source de données pour obtenir un bon résultat. En utilisant une méthode
simple permet de déterminer les erreurs dans les cartes thématiques de la CORINE
Land Cover 2000 et 2006 par l’intersection de deux bases de données. Cette intersection des cartes nous donnent un ensemble de polygones stables et de changement et
une matrice du croisement avec laquelle interpréter le bilan de surface gagnée ou perdue. Au moyen de l’étude à travers des échantillonnages de différents taux de change
et sa vérification avec ortofotos on peut arriver à trouver de diverses erreurs d’assignation thématique dans la cartographie employée. De plus, l’usage des matrices de confusion permet d’établir le niveau d’exactitude globale et des catégories les plus
enclines aux erreurs.
MOTS CLÉS: erreurs thématiques; CORINE; Matrice de confusion.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201201
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Estudios Geográficos
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ISSN: 0014-1496
eISSN: 1988-8546
doi: 10.3989/estgeogr.201202
Servicios educativos y sanitarios elementales en el
medio rural: percepción social e influencia sobre la
calidad de vida
Basic education and health-care services in rural areas:
social perception and influence on the quality of live
Jaime Escribano Pizarro*
CALIDAD DE VIDA EN EL MEDIO RURAL
Hasta hace poco, el análisis geográfico del medio rural se apoyaba casi por
completo en estudios etnográficos sobre la evolución y el cambio acontecido
en las relaciones económicas y políticas de este espacio. Sin embargo, la creciente realización de trabajos sociales y culturales sobre la población rural ha
alterado esta tendencia. Ahora son más habituales las investigaciones sobre
los discursos e interpretaciones que los habitantes de zonas rurales realizan de
su vida diaria, lo que permite avanzar con mayor facilidad en la comprensión
de los procesos de producción del espacio rural —como la contraurbanización, la gentrificación, etc.—. Procesos en los que cada vez resultan más determinantes las interpretaciones que realiza la población, sobre aspectos como
la ruralidad y la calidad de vida del medio rural (Brereton et al., 2011, p. 204).
De hecho, son varias las investigaciones que señalan la elevada calidad de
vida de que disfruta la población de zonas rurales, especialmente si las comparamos con las urbanas (Richmond et al., 2000, pp. 159-160; Pospěh, Delín y
Spěšná, 2009, p. 292; Shucksmith et al., 2009, pp. 1.283-1.285). Sin embargo,
*
Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local, Universidad de Valencia (jaime.escribano
@uv.es).
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JAIME ESCRIBANO PIZARRO
esto no significa que la sociedad rural sea en general optimista sobre su futuro; más bien al contrario, ya que observa como los cambios que se producen
en su espacio no están protagonizados por ella, ni responden a proyectos propios. Básicamente, porque cualquier alternativa de futuro parece asentarse en
una percepción urbana de la ruralidad, apoyada en estilos de vida y valores
tradicionales, y en donde la calidad de vida se concibe, primero, como oposición a todo cambio que se aleje de un pasado idílico; y segundo, de forma subyacente, como rechazo al actual estilo de vida urbano (Ray y Ward, 2006, pp.
5 y 8; Bustos, 2009, pp. 455-457).
En consecuencia cuando desde las ciudades se habla de calidad de vida,
más valorados son aspectos propios de zonas rurales como la disponibilidad
de espacio abierto de carácter privado —para la construcción de viviendas de
baja densidad— y/o colectivo —para la realización de actividades de ocio, deportivas, etc.—; la proximidad a un medio físico único, singular, y «poco» alterado, en donde prevalezcan los espacios verdes y sea posible un contacto
rápido y directo con la naturaleza; la mayor sensación de seguridad, ante problemas derivados del exceso de circulación, conductas delictivas, etc.; ciertos
atractivos económicos, como por ejemplo el menor coste del metro cuadrado;
las mayores calidades de los recursos ambientales —como el aire y el agua— y
alimentarios —productos naturales y frescos, generados en circuitos cortos—;
las relaciones sociales de proximidad caracterizadas por valores de amistad,
sinceridad, confianza… (Richmond et al., 2000, p. 162; Deller et al., 2001,
pp. 352-354; Auh y Cook, 2009, pp. 377-378 y 387-388; Grgić et al., 2010,
pp. 655-658; Brereton et al., 2011, p. 223).
Ahora bien, hablar de calidad de vida en zonas rurales es algo más complejo,
ya que no hay una única definición aceptada y consensuada del propio concepto de calidad de vida. En general se trata de una noción que difiere de una
persona a otra, de manera que resulta complicado establecer con precisión
cuántas y qué variables considerar, su carga de subjetividad, y las variaciones
que pueden presentar según el tipo de sociedad en la que trabajemos. En consecuencia, la mayoría de autores coinciden en que se trata de un concepto al que
cabe aproximarse desde una triple perspectiva (Massam, 2002, pp. 145-157;
Royuela, Lambiri y Biagi, 2008; Gómez Piñeiro, 2009, pp. 284-286; Kazana y
Kazaklis, 2009, pp. 210-211; Pospěh, Delín y Spěšná, 2009, pp. 285-286):
a) Según la diferenciación entre una dimensión psicológica —cultural o
subjetiva— y otra ambiental —material u objetiva—. La primera hace referencia a toda una serie de mecanismos psicológicos del ser humano, que determinan el grado de satisfacción con que cada persona califica sus experiencias
vividas —grado de libertad, confianza, felicidad, etc.—. Por su parte, la seEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 35-61, enero-junio 2012
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SERVICIOS EDUCATIVOS Y SANITARIOS ELEMENTALES EN EL MEDIO RURAL…
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gunda alude a las condiciones externas que activan esos mecanismos internos;
a menudo, se trata de una dimensión asociada a espacios concretos de vida,
como por ejemplo la configuración del lugar de residencia, la calidad ambiental del mismo, etc., relacionados a su vez con el entorno más inmediato, es decir, con el territorio en su vertiente local. Recientemente, esta escala espacial
habría modificado su perspectiva gracias al aumento de la movilidad, y al uso
constante y continuo de las tecnologías de la información y la comunicación
(TIC). En todo caso, la calidad de vida es un conjunto de múltiples facetas en
donde resulta clave combinar las dos dimensiones para obtener una imagen
completa de la calidad de vida de cada persona y/o de cada espacio.
b) En función de la adopción de una visión individual o colectiva, resultado esta última de la pertenencia a una sociedad o a un grupo específico de
ella. La calidad de vida puede definirse como la satisfacción o felicidad individual con la vida y el medioambiente, incluyendo en ésta necesidades y deseos,
aspiraciones, preferencias por estilos de vida concretos, etc. Pero también
puede concebirse como el resultado de las interrelaciones sociales y medioambientales de las que se dispone a nivel colectivo, y de los aspectos económicos
y culturales que guían al grupo o sociedad al que se pertenece.
c) Y por último, la calidad de vida se refiere al mayor o menor grado de satisfacción que cada persona alcanza a lo largo de su vida. Es decir, no es un
concepto estático en el tiempo, sino que se trata de un proceso que se va construyendo de manera continua, de forma que se pueden realizar comparaciones
en diferentes momentos.
Ahora bien, si regresamos al conjunto de aspectos que favorecen la calidad
de vida en el medio rural, llama la atención que entre los elementos señalados
con mayor regularidad no aparezcan ni los servicios básicos educativos, ni los
sanitarios. Un hecho paradójico si tenemos en cuenta la revalorización que
los servicios públicos en general —especialmente estos dos—, alcanzan hoy
en día en numerosas zonas rurales. Primero, como consecuencia del reciente
viraje neoliberal del Estado de Bienestar; y segundo, por el aumento de las demandas de una población rural más plural y «numerosa».
En primer lugar, la desregularización y privatización de industrias y servicios hasta hace poco nacionales, como bancos, eléctricas, empresas de telecomunicaciones, de transporte público, hospitales, etc., ha reducido de forma
considerable el papel del Estado en la prestación de servicios. Es cierto que estos cambios no se limitan a zonas rurales, pero sus impactos son mayores en
ellas debido a que sus bajas densidades y elevadas dispersiones de población,
incrementan las dificultades de mantener activos servicios de este tipo. De hecho, aunque son numerosas las administraciones que intentan garantizar una
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protección mínima, la mayoría termina por adoptar prácticas de mercado en la
ordenación y en la gestión de estos servicios, como por ejemplo mediante
la concentración de las prestaciones en unidades de mayor tamaño —con el
cierre correspondiente de los servicios poco o nada rentables económicamente—, o la fijación de precios según criterios geográficos (Furuseth, 1998,
pp. 236-238; Woods, 2006, pp. 584-585).
En segundo lugar, los servicios educativos y los sanitarios han aumentado
su valor en el medio rural debido a que forman parte de los aspectos sociales
que más urgentemente necesitan mejorarse, para atender así a un conjunto de
población cada vez «numeroso» y exigente —en cuanto a calidad y cantidad
de ofertas— (Michalski y Marland, 2001, pp. 10-14; Bustos Gisbert, 2005,
pp. 145-146; Fundación Encuentro, 2007, pp. 373-387; Grgi et al., 2010, pp.
658-660; Brereton et al., 2011, p. 220). Sobre todo por la diversidad de su
composición, ya que junto a los residentes tradicionales nos encontramos
cada vez más con un mayor número y tipo de habitante rural, y por tanto de
demandas y necesidades —particularmente, procedentes de inmigrantes urbanos de zonas cercanas—.
Así, mientras que la población local busca evitar, o simplemente mitigar, el
desmantelamiento gradual que presenta gran parte del espacio rural en materia de infraestructuras básicas —no sólo relacionadas con la educación y la sanidad, también con los transportes, las telecomunicaciones, la vivienda, el
empleo, etc.—, los recien llegados esperan encontrar unos niveles de atención
similares a los de sus zonas urbanas de procedencia, de forma que difícilmente
acepta ciertas carencias en las prestaciones básicas. Sobre todo en aquéllas
para las que se encuentran más «desprotegidos», ante la falta de medios tradicionales mediante los que dar respuesta a sus demandas —como es el papel de
la familia en el cuidado de niños y/o adultos con necesidades especiales—
(Brereton et al., 2011, pp. 221-222).
En este contexto, resulta interesante determinar cómo los servicios y los
equipamientos educativos y sanitarios de nivel elemental participan en la valoración que realiza la población rural sobre su calidad de vida. En especial, para
conocer si hay o no algún tipo correlación entre ésta y la influencia que en ella
pueden ejercer las prestaciones vinculadas a ambos servicios. Es decir, si la
oferta educativa y sanitaria local aparece: a) como un componente explícito de
la calidad de vida a partir de la que se puede obtener cierta satisfacción y/o bienestar personal; b) como un medio para alcanzar y/o beneficiarse de una serie
de factores que serán los que permitan hablar realmente de calidad de vida; o
c) como un conjunto de elementos que no intervienen en la valoración, más
o menos positiva, con que cada individuo percibe su calidad de vida.
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METODOLOGÍA: SUJETOS Y ÁREA DE ESTUDIO, RECOGIDA Y ANÁLISIS DE DATOS
La evaluación de la calidad de vida se ha realizado tradicionalmente desde
una doble perspectiva: por un lado, bajo un enfoque cuantitativo, objetivo y medible con relativa facilidad, a través de estudios apoyados en indicadores cuantificables de corte socioeconómico destinados por ejemplo, a determinar el grado
en el que se cubren las necesidades humanas —como el Índice de Desarrollo
Humano—; por otro, desde una visión subjetiva, basada en el conocimiento de
la apreciación que las personas tienen sobre su calidad de vida, sobre sus necesidades. Obviamente, este segundo enfoque está condicionado no sólo por la población que juzga su bienestar, sino también por aquélla con la que se compara.
Sin embargo, en la medida que trabajamos sobre territorios, y estos evolucionan y desarrollan nuevas complejidades, el enfoque cualitativo aparece
como relativamente más sugerente. En particular, porque junto a las medidas
económicas tradicionales, también es necesario conocer y evaluar de forma directa la percepción y las características cambiantes de los individuos en relación a sus redes sociales, acceso y uso de los servicios, y las dimensiones
medioambientales de su calidad de vida (Brereton et al., 2011, p. 205). Y porque una cosa es la imagen que ofrece un territorio, y otra distinta la que perciben sus habitantes (Gómez Piñeiro, 2009, p. 293).
Ahora bien, en el medio rural la tarea de analizar la calidad de vida se hace
aún más compleja no sólo por la falta de datos directos y actuales, sino también por la diversidad de situaciones que caracterizan a los espacios rurales
—algunos territorialmente más dinámicos que otros—, lo que sin duda influye en la valoración que la población rural tiene sobre su calidad de vida.
Por ello, a continuación adoptamos una metodología cualitativa, y tomamos
con unidad de análisis espacial el territorio rural de la provincia de Valencia
delimitado por la iniciativa comunitaria LEADER+ (2000-2006). Éste, pese a su
relativo dinamismo, engloba todo un conjunto de poblaciones capaces de ejemplificar gran parte del cambio territorial acontecido en los espacios rurales españoles durante las últimas décadas (Piqueras, 2012, pp. 71-78; Esparcia y
Noguera, 2001, pp. 345-356), y por tanto, poder mostrarnos no sólo qué aspectos condicionan la calidad de vida en medio rural, sino también cómo lo hacen.
Para ello, en concreto utilizamos como casos de estudio una serie de municipios capaces de recoger tanto los contrastes territoriales del medio rural como,
en función del objetivo planteado, las diferencias socioespaciales que la organización funcional de los servicios básicos de educación y sanidad generan sobre
el territorio. Para el primer aspecto nos hemos basado en el tamaño demográfico
municipal, puesto que a priori cuanta mayor población, mayor es también la poEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 35-61, enero-junio 2012
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FIGURA 1
MUNICIPIOS DE ESTUDIO: EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA 2001-2010
Y TAMAÑO DE POBLACIÓN 2010
Nota: en la provincia de Valencia podemos distinguir: 1) Rincón de Ademuz; 2) Serranía del Turia; 3) Tierras del Interior; 4) Valle de Ayora-Cofrentes; 5) Macizo del Caroig. El resto de grupos LEADER+ de la Comunidad Valenciana se reparten, como se puede ver en el mapa autonómico, dos en la provincia de
Castellón (al norte Els Ports-Maestrat, y al sur de éste limitando con la provincia de Valencia el Alto Palancia – Alto Mijares) y uno más en la provincia de Alicante (Aitana).
Fuente: elaboración propia a partir de la Unidad de Promoción y Animación del Desarrollo Rural y los Grupos de Acción Local de los LEADER+ elegidos, los Censos de Población y Viviendas de 2001 y el Padrón
Municipal de 2010 del INE (2011).
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sibilidad de estar ante un territorio relativamente más dinámico —al ser posible
contar con más iniciativas de todo tipo, mayor participación, etc.—. Y viceversa,
los municipios con menor población suelen presentarse regularmente como
ejemplo de territorios con escaso dinamismo debido a su «reducido» atractivo
económico, geográfico y social para conseguir mantener y/o atraer población
(Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2009, p. 188) (figura 1).
Además, este criterio permite también distinguir con facilidad las valoraciones que la población del medio rural puede tener sobre cómo los servicios
básicos señalados influyen en su calidad de vida habitual. En general, porque
la actitud de la población no es la misma cuando las prestaciones educativas y
las sanitarias están físicamente presentes a nivel local —es decir, núcleos de
tamaño demográfico elevado—, o por el contrario, hay que recurrir a instalaciones situadas en zonas próximas ante su inexistencia local, debido a una escasa demanda municipal capaz de rentabilizar económicamente este tipo de
prestaciones —por tanto, núcleos con poca población—.
En segundo lugar, las diferencias territoriales que genera la organización funcional de los servicios básicos educativos y sanitarios, se han recogido a través
de la distinta tipología y combinación local que presentan sus establecimientos
en el espacio rural1; básicamente, porque ni todos los municipios disponen simultáneamente de ambos servicios, ni en caso de ser así, presentan el mismo
grado de cobertura temporal, igual cartera de prestaciones, o idénticos recursos
materiales y/o humanos. En consecuencia, este criterio ha permitido identificar
municipios tanto con distintos tipos de oferta educativa y sanitaria local, como
caracterizados por presentar únicamente la oferta de alguno de ellos (figura 2).
Finalizada la selección de municipios, la información cualitativa derivó de
varias entrevistas personales con diversos actores clave. Estos se eligieron en
función de su doble capacidad para, por una parte, ofrecer una visión integral
de las diferentes dinámicas demográficas presentes en el espacio rural seleccionado, y vinculadas en modo alguno con la posibilidad de disfrutar de una
mayor o menor calidad de vida en éste. Y por otra, generar valoraciones argumentadas sobre el papel de estos en la calidad de vida local, gracias a su vinculación personal y/o profesional con los servicios educativos y/o sanitarios
del ámbito elegido.
1 El sistema valenciano de educación básica distingue los Centros de Educación Infantil y
Primaria, y los Colegios Rurales Agrupados. Mientras, el sistema sanitario elemental distingue:
Centros de Salud —centros de referencia dotados de servicio de urgencia—; Consultorios Médicos —subordinados funcionalmente a los anteriores—; y Consultorios Auxiliares —sirven de
apoyo a las unidades precedentes con una menor dotación de recursos—.
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FIGURA 2
LOCALIZACIÓN Y OFERTA DE SERVICIOS EDUCATIVOS Y
SANITARIOS BÁSICOS EN EL ÁREA DE ESTUDIO
Nota: al hablar de oferta educativa entendemos opciones de educación que integran no sólo el nivel básico,
sino también la educación postobligatoria bachilleratos y módulos de formación profesional, educación
infantil y pre-escolar, escuelas de música, idiomas, centros para adultos, etc. Recordemos que CRA equivale
a decir Centro de educación Rural Agrupado.
Fuente: elaboración propia a partir de la Guía de Centros Docentes de la Conselleria de Educació (Generalitat Valenciana) y del Listado de Centros de Atención Primaria de la Conselleria de Sanitat (Generalitat Valenciana).
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De este modo entre los meses de abril y mayo de 2006, y mayo y julio de
2007, se registraron en audio un total de ochenta entrevistas2, cada una
de ellas con una duración media comprendida entre los 45 y 60 minutos. Diecinueve a representantes políticos locales y/o supramunicipales; diecinueve
más a técnicos encargados de la puesta en marcha y/o la gestión de planes de
desarrollo territorial; diecisiete a diversos responsables de establecimientos sanitarios; doce entrevistas a directores y jefes de estudio de centros educativos;
y por último, trece más a varios miembros de la sociedad civil encargados de
asociaciones relacionadas con el territorio, la sanidad, y/o la educación —presidentes de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS), directores
de Escuelas para Adultos, coordinadores de Protección Civil,…—.
Es cierto que la elección de la entrevista personal como método de trabajo
principal3, y en concreto la de tipo semiestructuado, conlleva tener presentes
diversas cuestiones que pueden debatir su validez y consistencia (Valles,
2002, pp. 53-134). De entre ellas, tras nuestro trabajo de campo, destacamos
las estrategias utilizadas con las que hacer frente a las dos más habituales.
Por un lado, ante la dificultad de conseguir un registro en audio útil, debido a que el entrevistado se sintiera invadido en su intimidad —personal y/o
profesional— o inseguro ante el posible uso posterior de la conversación registrada, se trabajaron especialmente las fases de concertación y presentación.
Para ello, se subrayó en cada una de ellas y de forma clara aspectos como el
anonimato y la confidencialidad del entrevistado, el objeto y el marco de la investigación, los motivos de su elección, y los beneficios que reportaba su participación como informante clave. Lógicamente, aún así cabe reconocer que
en ocasiones las contestaciones ofrecidas se desviaban relativamente de las
cuestiones planteadas, abordando temas considerados menos controvertidos
y/o de mayor interés por parte del entrevistado; en este sentido, la capacidad
de reconducir la conversación mediante reafirmaciones, recapitulaciones,
aclaraciones, etc., fue esencial. De este modo, se consiguió que las respuestas
2
Esta muestra forma parte del conjunto total de entrevistas realizadas para la elaboración
de una Tesis Doctoral —financiada la Universidad de Valencia—, enfocada a comparar el papel
de los servicios básicos educativos y sanitarios en los procesos de desarrollo local de diferentes
áreas rurales de España y de Francia.
3 Para conseguir mayor información, esta técnica se acompañó en menor medida de varios
métodos cualitativos complementarios, como la observación, el desarrollo de conversaciones
informales, la realización personal e interpretación de fotografías de los espacios visitados y el
uso de fuentes indirectas de tipo documental —prensa nacional y/o regional, boletines de información local, revistas escolares, programaciones de AMPAS, etc.—.
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fueran en su mayoría oportunas y denotasen implicación, reduciendo los tradicionales sesgos derivados de la deseabilidad social.
Y por otro, en tanto en cuanto la entrevista es una herramienta de trabajo
susceptible de quedar con facilidad expuesta a errores de traducción y de interpretación de la información por parte del entrevistador, frente a otros métodos como la encuesta estadística, se optó por llevar a cabo un amplio proceso
de precodificación temática del objeto de estudio. Para ello, en primer lugar y
tras la revisión bibliográfica oportuna, se estructuró el conjunto de la investigación en una serie de temas centrados en aspectos básicos como por ejemplo,
la calidad de vida y la calidad de los servicios educativos y sanitarios, la influencia de estos en la evolución sociodemográfica del medio rural, etc. En segundo lugar, se establecieron diferentes categorías de análisis para cada una de
las temáticas identificadas, buscando así señalar los aspectos clave que influyen en ellas: decisiones de localización residencial, uso de los equipamientos y
prestaciones educativas y/o sanitarias, impacto de los transportes públicos, etc.
Y por último, en tercer lugar, se confeccionaron los discursos resultantes con
los que responder al objetivo de la investigación, tras relacionar las respuestas
de los entrevistados —reagrupándolas por categorías y temas—, con los diferentes procesos territoriales presentes en los dos tipos de municipios-casos de
estudio examinados —según su tamaño demográfico—. De hecho, se optó por
la entrevista como método de trabajo por la sencillez con que permitía establecer dicha interrelación, al ser una herramienta capaz de recoger con facilidad
no sólo información comparable sobre un aspecto tan complejo como es la calidad de vida, sino también el valor argumentado que la sociedad rural otorga
al papel de los servicios educativos y sanitarios sobre su bienestar diario.
PERCEPCIÓN
SOCIAL SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LOS SERVICIOS BÁSICOS EDUCATIVOS Y
SANITARIOS EN EL MEDIO RURAL
Antes de analizar si los servicios educativos y sanitarios básicos influyen sobre la calidad de vida en el medio rural, y de ser así, cómo lo hacen, resulta interesante contextualizar la valoración que la sociedad de estas áreas tiene sobre los
mismos. Porque pese a la necesidad de continuar con la mejora de las prestaciones asociadas a estos servicios —tal como afirmábamos con anterioridad—, no
se puede negar que ambos han experimentado una mejoría notable en las últimas décadas. Sobre todo, como resultado del esfuerzo normativo realizado por
las administraciones para mejorar e incrementar la oferta de servicios de todo
tipo en zonas rurales, y reducir así las desigualdades cuantitativas y cualitativas
con las áreas urbanas (Fundación Encuentro, 2007, pp. 376 y 381-382).
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Por ejemplo, en materia educativa dos son las referencias normativas básicas que ayudan a comprender la valoración positiva que la sociedad rural
tiene actualmente sobre la oferta disponible. El Real Decreto 1174/1983 sobre
educación compensatoria4 es la primera de ellas; básicamente, porque favoreció una transformación cuantitativa y cualitativa sin precedentes para la escuela «rural», al resolver el problema que hasta entonces había generado la
aplicación de Ley General de Educación de 19705: el cierre de numerosas escuelas «rurales» ante la supuesta mejora de la calidad educativa que ofrecían
los centros comarcales o de concentración (Corchón, 2000, pp. 13-39).
La segunda referencia deriva de la creación de los Colegios Rurales Agrupados (CRAS)6, y su progresiva generalización por el espacio rural. Gracias a
ellos, se consiguen unificar administrativamente diferentes escuelas «rurales»
en una sola, manteniendo en cada municipio los distintos aularios que pudieran existir. De este modo, una cantidad considerable de localidades consigue
mantener su escuela municipal, al superarse con esta organización los problemas derivados de cumplir estrictamente con los criterios reglamentarios generales para la «adecuada» prestación educativa —normalmente, de carácter
urbano—, como por ejemplo el número de alumnos por aula, los ratios de
profesorado, los apoyos de especialistas, etc.
Aparte, lógicamente, esta nueva forma de trabajo agrupado permite que los
diferentes equipos directivos y consejos escolares disgregados hasta entonces
por el espacio rural, puedan compartir todo tipo de labores y funcionar de este
modo como unidades integrales. En consecuencia, no sólo se realizan de
forma más sencilla tareas como la asignación presupuestaria, la distribución
de materiales y recursos humanos,… sino que incluso mejoran respecto a situaciones precedentes, ya que al dejar de estar fragmentada la demanda, se
consigue rentabilizar mejor cualquier tipo de inversión.
En todo caso, parte de los cambios normativos acontecidos en los últimos
años destacan no sólo por solucionar carencias y/o aspectos problemáticos
procedentes de situaciones previas, sino también por corregir errores u omisiones que medidas relativamente recientes —con objetivos a priori igual-
4 RD 1174/1983, de 27 de abril, sobre educación compensatoria. BOE n. 12, de 11 de mayo
de 1993.
5 Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa. BOE n. 187, de 6 de agosto de 1970.
6 Orden de 15 de mayo de 1997, de la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia, por la
que se regula la constitución de Colegios Rurales Agrupados de Educación Infantil y Primaria
en la Comunidad Valenciana. DOGV n. 3.028, de 04 de julio de 1997.
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mente positivos—, han terminado por generar al llevarse a la práctica. En
concreto, porque en muchos casos se ha intentado sin éxito compaginar la
mejora y el aumento de las dotaciones educativas en las zonas rurales, con las
limitaciones económicas resultantes del viraje neoliberal del Estado.
Así ocurre por ejemplo, con la Ley 1/1990 de Ordenación General del Sistema Educativo y su ampliación de la edad escolar obligatoria7. Con independencia de los beneficios educativos y los cambios que supuso en la estructura
del mercado laboral —la entrada a éste se retrasa hasta los 16 años—, para el
territorio rural representó una nueva concentración espacial de la demanda
educativa, si bien a una edad más tardía8. De hecho, para muchos entrevistados esta diferencia constituye la razón por la que el medio rural no perdió
nuevamente parte de su ya reducida estructura educativa elemental, puesto
que en comparación fueron menos los centros obligados a cerrar en este momento. Aunque en realidad, como también se reconoce, el problema fundamental seguía existiendo, ya que sólo se conseguía desplazar en el tiempo la
salida de sus poblaciones más jóvenes.
Por su lado, la evolución y la adaptación de la normativa sanitaria en los últimos años, también explica en gran parte la valoración positiva que los actores
entrevistados manifiestan sobre la actual oferta y disposición de los servicios
sanitarios «rurales». Sobre todo, por el avance que supuso para la sociedad rural pasar de un sistema de Asistencia Pública Domiciliaria9, apoyado en el ejercicio de unos pocos profesionales aislados —tanto espacial como organizativamente—, con escasos medios materiales y sin apenas descansos, a otro modelo más amplio e integrado, sustentado en el trabajo de equipos formados por
múltiples y diferentes profesionales sanitarios10, coordinados entre sí, y dotados de más y mejores recursos (Escribano, 2009, p. 293).
7 La etapa de Educación Secundaria Obligatoria contempla la enseñanza básica y abarca cuatro cursos académicos, entre los doce y dieciséis años de edad. Artículo 17.a. Ley 1/1990, de 3 de
Octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo. BOE n. 238 de 4 de octubre de 1990.
8 Aparte de este hecho, el traslado diario de alumnos que supone esta nueva organización educativa pierde gran parte del dramatismo anterior, gracias a medidas de apoyo como la generalización de comedores escolares; la ampliación del número de itinerarios y la reducción del tamaño de
los mismos; el progresivo aumento y mejora de los sistemas de seguridad de los autocares escolares.
9 El Decreto de 29 de septiembre de 1934 constituyó el Cuerpo de Médicos de Asistencia
Pública Domiciliaria (APD) a partir de los funcionarios del escalafón del Cuerpo de Médicos Titulares Inspectores Municipales de Sanidad (Alonso, R., et al., 2000, p. 125).
10 Orden de 20 de noviembre de 1991, de la Conselleria de Sanidad y Consumo, por la que
se establece el Reglamento de Organización y funcionamiento de los Equipos de Atención Primaria en la Comunidad Valenciana. DOGV n. 1.691, de 26 de diciembre de 1991.
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Obviamente, estos cambios también han repercutido favorablemente sobre
las labores del personal sanitario asignado a centros rurales; no sólo porque
estos ven incrementar y mejorar sus medios de trabajo, sino porque su actividad profesional deja de realizarse de forma aislada, una de sus principales reivindicaciones. De hecho, su consecución ha permitido acceder a otra serie de
ventajas, entre las que destacan especialmente dos: por un lado, la separación
entre la vida profesional y la vida personal, gracias al aumento registrado en el
número de profesionales capaces de hacerse cargo de las labores sanitarias. Y
por otro, poder centrarse estrictamente en el desarrollo de su oficio, en la medida que al aumentar la tipología de personal asignado a los centros sanitarios
se consigue liberar a los médicos «rurales» de las tareas igualmente necesarias
para el funcionamiento de estos servicios —gestión administrativa, mantenimiento, etc.—, pero no destinadas en principio a ser atendidas por ellos.
No obstante, el cambio en la percepción social sobre el nivel de servicio y
la dotación existente en materia educativa y sanitaria elemental, no procede
únicamente de la evolución y la adaptación normativa sectorial a las especificidades del medio rural. Es más, con frecuencia la mayor parte de los entrevistados hacen referencia a factores de tipo espacial, cuya importancia llega a ser
incluso más elevada al actuar directamente sobre aspectos tan sensibles como
la proximidad, la accesibilidad y la movilidad, y por tanto favorecer el acceso
y el uso de los equipamientos y los recursos asociados a ambos servicios básicos (Entrena, 2006, p. 193).
Así, por ejemplo se gana en proximidad gracias a que servicios y profesionales hasta ahora centralizados en unidades jerárquicas superiores —como los
hospitales—, se desplazan por determinados periodos de tiempo hasta centros
localizados en el medio rural, coordinando a la vez su labor entre ellos. También se mejora la proximidad a través de la firma de convenios interterritoriales entre distintas administraciones para el uso de servicios similares, y de este
modo mejorar en la práctica las zonificaciones regionales poco operativas. O
simplemente, mediante el aumento del número de equipamientos e instalaciones educativas y sanitarias existentes en estas zonas.
Las actuaciones en materia de accesibilidad, desde el aumento y mejora de
las infraestructuras de comunicación, hasta las condiciones o normas que regulan el funcionamiento de los servicios —como horarios de apertura, libertad para la elección de médico, citación telefónica, etc.— son señaladas
también como básicas para el desarrollo de estos territorios y el consecuente
aumento de su atractivo (Escalona y Díez, 2007, pp. 66, 87 y 89).
Aunque de las tres variables espaciales, la movilidad es la más determinante si tenemos en cuenta que ofrece no sólo mayores perspectivas de inteEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 35-61, enero-junio 2012
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rrelación territorial, sino que además sus posibles actuaciones necesitan con
frecuencia de «menores» asignaciones económicas que la mayor parte de iniciativas de las otras dos variables. Un buen ejemplo, procede del aumento registrado por parte de colectivos que actúan sin ánimo de lucro, pero con una
clara voluntad por completar la, en ocasiones «limitada» oferta de transporte
público sanitario.
Ahora bien, tampoco hay que olvidar que la percepción relativamente positiva existente en los territorios analizados sobre la situación en la que los servicios básicos de educación y sanidad se organizan, es resultado de la cada vez
mayor conciencia que la sociedad rural tiene sobre las limitadas posibilidades
que su reducido tamaño demográfico les confiere, y la consecuente dificultad
de conseguir más equipamientos e infraestructuras de todo tipo (Furuseth,
1998, pp. 236-238). En consecuencia, la población de estas zonas se encuentra en parte acostumbrada a la situación actual —a sus ventajas e inconvenientes—, buscando eso sí destacar siempre las primeras; de ahí que a
menudo, se señalen las fortalezas que estos servicios ofrecen en comparación
a los de otras zonas: menores problemas de tráfico, contacto más personalizado y próximo con sus profesionales, etc.
En definitiva, nos encontramos ante tres tipos de variables —normativas,
espaciales y actitudinales— que explican en gran medida la percepción positiva que en general tiene la población rural, sobre la oferta y la organización
que presentan los servicios educativos y sanitarios de carácter elemental en
sus ámbitos de vida cotidiana. Aun así, como señalábamos antes, esto no impide que en el conjunto de los espacios rurales existan aspectos a mejorar; sobre todo, en aquellos municipios con una infraestructura educativa y/o
sanitaria relativamente peor en cantidad, tipología y capacidad de atención —
es decir, en las localidades de menor tamaño demográfico— (Escribano, 2010,
pp. 36-43). En consecuencia, es lógico que para estas poblaciones el papel que
estos servicios desempeñan en la calidad de vida se valore, como veremos a
continuación, de forma distinta.
LA INFLUENCIA DE LOS SERVICIOS EDUCATIVOS Y SANITARIOS BÁSICOS SOBRE LA CALIDAD
DE VIDA DE LA SOCIEDAD RURAL
En líneas generales, las argumentaciones ofrecidas por los entrevistados sobre los principales componentes que la sociedad rural estima responsables de
su calidad de vida, y en particular el valor que en ella tienen los servicios educativos y sanitarios elementales, nos indican la existencia, primero, de dos siEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 35-61, enero-junio 2012
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tuaciones según el papel más o menos activo que se les concede a estos —
coincidiendo cada una de ellas con los dos conjuntos de municipios trabajados; por un lado los de mayor población, y por otro los menos poblados—. Y
segundo, para el conjunto de municipios en donde los servicios educativos
y sanitarios presentan mayor valoración, se llegan a observar diferencias en la
capacidad de intervención de cada uno de ellos (figura 3).
FIGURA 3
EL PAPEL DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS EDUCATIVOS Y SANITARIOS
EN LA CALIDAD DE VIDA RURAL
Fuente: elaboración propia a partir de los resultados de las entrevistas realizadas en los años 2006 y 2007.
Cuando los servicios educativos y sanitarios son caracterizados por su capacidad para influir de manera activa en la calidad de vida del medio rural,
nos situamos en los municipios con menor población. Sencillamente, porque
para los habitantes de estas localidades disponer de estos servicios en el
mismo municipio de residencia supone un factor fundamental para permanecer en ellos, y por tanto de bienestar, al igual que la movilidad individual de
que pudieran disfrutar —mediante automóvil particular—, la oferta laboral en
proximidad, la vivienda en propiedad, y las relaciones sociales y familiares locales (Escribano, 2011, pp. 12-20).
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Tres son las principales razones que nos ayudan a entender la importancia
de los servicios educativos y sanitarios básicos en estos municipios: en primer
lugar, por la negativa social a perder una clase de servicios que desde siempre
han estado presentes en estas zonas, y que tras los procesos de despoblación
acontecidos en los últimos años, no sólo son los últimos en permanecer abiertos, sino que además constituyen casi la única vía de interacción social. Es decir, se trata de una clase de servicios básicos que junto a otros como las
pequeñas tiendas locales de alimentación, las oficinas de correo, los bares,
etc., constituyen el «pegamento» de la vida rural. Por ello, las señales de cierre y supresión de estos son en realidad amenazas al conjunto de comunidades
rurales y a su modo de vida en general, ya que su desaparición no sólo supone
una pérdida de funciones elementales, también conlleva el deterioro de uno
de los rasgos simbólicos más importantes del mundo rural (Woods, 2006, pp.
586-589; Jean y Champollion, 2007, pp. 24-26; Bustos, 2009, pp. 457-458;
Brereton et al., 2011, pp. 220-221).
En segundo lugar, puesto que con frecuencia los grupos de población más
numerosos en estas zonas no disponen y/o no pueden hacer uso de medios de
transporte particulares con los que desplazarse de forma autónoma de un núcleo a otro —es decir, a través del automóvil particular—, si estos servicios terminan por localizarse fuera del ámbito local su calidad de vida se reduce
debido a la necesidad de recurrir a un transporte público caracterizado por su
limitada oferta y escasa ordenación. En consecuencia, su «penalización rural»
se ve incrementada al tener que hacer frente a unos tiempos de acceso a los servicios mayores; modificar sus hábitos de uso —no se pueden utilizar realmente
cuando son necesarios—; cambiar la organización de su vida cotidiana, debido
a la dificultad para compaginar su acceso y/o su uso con otro tipo de tareas habituales —como por ejemplo, la compra de productos de primera necesidad—;
etc. (Hernández y Moltó, 2002, pp. 660-662; Collantes, 2005, pp. 528-529;
Fundación Encuentro, 2007, pp. 388-389; Brereton et al., 2011, pp. 220-221).
Y en tercer lugar, porque la alternativa de recurrir a las prestaciones de municipios contiguos supone el uso de unas vías de comunicación con frecuencia no
sólo en «mal» estado de conservación y con trazados estrechos y sinuosos —resultado de una abrupta orografía—, sino también inutilizadas durante largos períodos de tiempo debido a problemas de viabilidad invernal (Escalona y Díez,
2007, pp. 67, 72, 103-104). En consecuencia, la inseguridad de desplazarse por
ellas hará que su uso se reduzca al mínimo, o bien que determinada población
evite utilizarlas trasladando su domicilio habitual a otros núcleos en los que estos servicios se encuentren asegurados físicamente, y sean accesibles sin necesidad de recurrir a ningún medio de transporte (Escribano, 2011, p. 22).
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Ahora bien, pese al destacado valor ofrecido tanto a los servicios educativos como a los sanitarios, la capacidad de intervención en la calidad de vida
con que los entrevistados juzgan a ambos en los municipios menos poblados,
es un tanto desigual a favor de los de carácter sanitario. Básicamente, debido
al proceso de envejecimiento y «vacío» demográfico que afecta de forma más
clara a estas localidades, ya que en ellas la emigración de población joven y
adulta ha actuado con frecuencia de forma más temprana y continua, frente a
los procesos de emigración de zonas demográficamente más dinámicas en
donde estos son relativamente recientes, de carácter más intermitente, y/o
compensados en cierta parte por la llegada de «nuevos» residentes. En consecuencia, en los núcleos con menor población quedan cada vez menos habitantes y, en cierta forma, estos se encuentran socialmente más aislados ante la
falta de lugares de interacción social —debido a su cierre por escasa rentabilidad económica— y/o de población con la que relacionarse.
De este modo, el matiz que hace que los servicios sanitarios de carácter elemental aparezcan como los responsables directos de la calidad de vida rural en
estos municipios, es la función de relación social y de apoyo psicológico que
ofrecen a la población más abundante en los mismos. Es decir, su valor excede
la mera función asistencial con que son concebidos normativamente, convirtiéndose así en un punto focal para la vida comunitaria, gracias por ejemplo a
las conversaciones informales que surgen a su alrededor y que estructuran la
vida social de la localidad. Por tanto, la simple dicotomía de disponer o no de
servicios sanitarios es ya sinónimo de disfrutar o no de cierta calidad de vida,
sin necesidad de llegar a plantearse cualquier otro tipo de variación en la atención recibida que pudiera aumentar y/o disminuir dicho bienestar, como la
amplitud de horarios, las posibilidades de transporte a demanda, etc.
No obstante, la menor relevancia que alcanzan los servicios básicos educativos en estos municipios no hay que confundirla con desinterés. Se trata más
bien, de una cuestión vinculada a la composición de la demanda existente, la
capacidad de que dispone ésta para hacer prevalecer sus necesidades, y sus características. De hecho, la población capaz de beneficiarse de los servicios
educativos presenta normalmente una mayor facilidad de desplazamiento que
la población envejecida, gracias a sus mejores condiciones de salud y a la diversidad de transportes disponibles de los que hacer uso, desde medios familiares hasta otros de carácter público como los autocares escolares.
En consecuencia esta población puede adaptarse mejor al espacio, y por
tanto depender menos de la oferta local, lo que se traduce en dos resultados:
por un lado, disminuye la valoración de estos servicios como factores determinantes de la calidad de vida. Simplemente con estar disponibles en un entorno
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cercano —comarcal y/o mancomunado—, permiten disfrutar a sus usuarios
de otros aspectos y valores capaces de mejorar y/o incrementar su bienestar
diario. Sobre todo, gracias a la sensación de tiempo y libertad para conciliar la
vida laboral con la de tipo familiar, o sencillamente poder realizar otras actividades que acrecientan la percepción de utilidad y/o productividad de las acciones diarias (Michalski y Marland, 2001, p. 17; Woods, 2006, p. 588;
Shucksmith et al., 2009, pp. 1.283-1.285).
Y por otro, favorece introducir el tema de la calidad de los equipamientos y
servicios como aspecto igualmente capaz de intervenir en la calidad de vida de
la sociedad rural (Auh y Cook, 2009, p. 380). De hecho, es habitual que cada
vez más padres empleen aspectos relacionados con el tipo y la cantidad de la
oferta escolar y extraescolar, la proximidad y la actitud de los docentes con la
sociedad local, sus competencias pedagógicas, su estabilidad laboral, etc., para
decidir la escuela en la que matricular a sus hijos11 (Michalski y Marland,
2001, p. 17; Bouju-Goujon, 2007, pp. 84-88, 91-104; Walker y Clark, 2010).
Es decir, para ciertos entrevistados contar simplemente con estos servicios resultará «insuficiente» si los mismos sólo se ofertan en términos de cantidad y
no se atiende a las cualidades que los configuran: desde los materiales con que
se trabaja en ellos, hasta su disposición espacial, capacidad adaptación a las
demandas sociales o implicación de sus profesionales.
Por su parte, en los municipios con mayor número de habitantes la situación cambia considerablemente, puesto que como nos trasladan los entrevistados, en ellos los servicios educativos y sanitarios básicos apenas son
valorados por su capacidad para incidir sobre la calidad de vida rural. Para la
población local se trata de unos servicios elementales que con dificultad van a
desaparecer de sus municipios debido a la elevada demanda con la que cuentan, que no sólo asegura la dotación y cobertura básica de ambos, sino que
también permite disponer tanto de niveles más especializados como de otra
serie de prestaciones sociales, culturales, económicas, etc. En consecuencia, su
valoración en la calidad de vida pasa por completo desapercibida, siendo otros
los elementos que condicionan el bienestar diario de que se disfruta en estas
zonas. De hecho, en líneas generales estos pueden diferenciarse en dos grandes
conjuntos complementarios, según se incida en aspectos materiales o no:
11 Una de las consecuencias inmediatas que este cambio provoca es la alteración de los mapas escolares. Básicamente, porque los centros educativos con mayor capacidad para ofertar actividades extraescolares y/o complementarias, y calidad en sus recursos —plantillas estables,
equipamientos actualizados a las necesidades educativas…— ven aumentado el número de
alumnos en detrimento de aquellos otros sin las mismas capacidades (Escribano, 2011, p. 21).
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a) Por un lado, existe la percepción de que la calidad de vida en el medio
rural procede básicamente de elementos vinculados tanto con el medio
natural —relacionados con el clima y la disposición de sus recursos y
paisajes resultantes— como con el espacio, entendiendo éste desde una
doble perspectiva suplementaria:
– Como la disponibilidad de tierras para realizar algún tipo de tarea
agrícola de autoconsumo —pequeños huertos—, o simplemente actividades de ocio como por ejemplo jardinería, que permitan desde recuperar y/o mantener recuerdos familiares y valores asociados a la
ruralidad, hasta superar el modelo artificial de vida urbana y trabajo
asalariado, incapaz de ofrecer algo más que pseudo-satisfacciones por
el esfuerzo y el trabajo diario (Hervieu y Leger, 1980, p. 18).
– Y como vía para disponer de una vivienda en propiedad capaz de responder a un estilo y tipología concreta, habitualmente de baja densidad, y por tanto asegurarse así cierta privacidad.
Aunque también dentro de esta agrupación encontramos otro tipo
de valores materiales, como por ejemplo: la disponibilidad de vehículo
particular con el que desplazarse y hacer uso de los servicios del entorno, tanto socioculturales como medioambientales; la posibilidad de
tener un trabajo adecuado al nivel de formación adquirido; o incluso, la
opción de contar con buenas telecomunicaciones: cobertura móvil, acceso a internet a través de banda ancha, etc. (Fundación Encuentro,
2007, p. 384; Kazana y Kazaklis, 2009, pp. 214-215; Grgić et al., 2010,
pp. 655-658).
b) Por otro lado, para una cantidad significativa de población residente en
estos espacios, la calidad de vida deriva igualmente de los valores ambientales existentes en los mismos; las mayores posibilidades de disfrutar de éstos al estar menos afectados por la contaminación, polución y/o
degradación lumínica, acústica…, propia de zonas urbanas; y del capital social que caracteriza a estas comunidades. De hecho, las redes sociofamiliares locales a través de las que la mayor parte de la gente se
conoce entre sí, y en donde se generan valores como la amistad, la
ayuda mutua, la sinceridad, o la simple idea de pertenecer a un grupo
social concreto, son fundamentales no sólo en la atracción hacia la comunidad desde un punto de vista individual, sino también para influir
en la satisfacción residencial (Auh y Cook, 2009, pp. 378-379 y 387388). Sobre todo, gracias a la cercanía social resultante del encuentro
cotidiano y la realización de toda una serie de tareas habituales en un
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ámbito espacial reducido; es decir, en un medio donde el establecimiento de lazos de confianza y apoyo resulta más sencillo que en espacios complejos y con más población con la que interactuar.
Ahora bien, si examinamos específicamente la percepción que los actores
entrevistados de los municipios con mayor población muestran sobre la influencia de los servicios educativos y sanitarios elementales en su calidad de
vida, de nuevo resulta que son las prestaciones sanitarias las señaladas por su
mayor capacidad para incidir en ésta (figura 4). Los principales argumentos
son similares a los empleados anteriormente: primero, se trata de los servicios
con mayor demanda potencial, al abarcar prácticamente a toda la población
municipal, e incluso en algunos casos supramunicipal; pero también real, ya
que si bien ésta se presenta en porcentajes más reducidos que en los municipios menos poblados, la población envejecida sigue siendo mayoritaria, sobre
todo durante temporadas concretas como períodos estivales, vacaciones y
ciertos fines de semana (Hernández y Moltó, 2002, pp. 662-663). Y segundo,
FIGURA 4
VALOR SOCIAL DE LOS SERVICIOS EDUCATIVOS Y SANITARIOS BÁSICOS
EN LA CALIDAD DE VIDA SEGÚN MUNICIPIO Y SERVICIO ANALIZADO
Nota: a mayor intensidad de la cuadrícula, mayor calidad de vida rural gracias a los servicios educativos y/o
sanitarios.
Fuente: elaboración propia a partir de los resultados de las entrevistas realizadas en los años 2006 y 2007.
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sus usuarios más habituales son los que tienen mayores necesidades de disponer de ellos localmente, ante los frecuentes problemas que presentan en
cuanto a autonomía personal y/o capacidad de desplazamiento —el problema
de los transportes públicos afecta casi por igual a todos los espacios rurales—.
De ahí que también sea normal encontrarnos con un mayor número de solicitudes por ampliar la oferta sanitaria que caracteriza a estas localidades, y que
vienen a reforzar la mayor relevancia que para la población local tienen, o
pueden llegar a tener, estos servicios en la calidad de vida.
REFLEXIONES FINALES
Si tenemos en cuenta la situación educativa y sanitaria elemental en la que
se hallaba la práctica totalidad de territorios rurales durante el último cuarto
del siglo pasado, es lógico encontrar que la sociedad rural en general valore de
forma positiva tanto el tipo como la cantidad de oferta de ambos servicios disponible en la actualidad. De hecho, su mejora ha supuesto un incremento directo tanto de la calidad de vida de estos espacios como de las perspectivas y
situaciones desde las que la población rural disfruta de ésta.
No obstante, esta pluralidad de opciones hace ahora que la capacidad de
ambos servicios para incidir en el bienestar diario de la población no sea vista
de idéntica forma por todo el medio rural. Así es como encontramos, por un
lado, actitudes para las que contar tanto con los servicios educativos como sanitarios resulta clave para alcanzar y/o mantener una calidad de vida adecuada; y otras para las que, por otro lado, se trata de unos servicios sin apenas
importancia, o que en el mejor de los casos tan sólo son capaces de incidir de
forma secundaria en la calidad de vida. De hecho, así ocurre en los municipios
con mayor población, al verse aquí como unos servicios asegurados gracias a
la elevada demanda existente, y por tanto cuya oferta no corre riesgo de desaparición.
En todo caso, esto no quiere decir que se trate de unos servicios sin problemas y/o necesidades de mejora. Es más, el reciente viraje neoliberal del Estado
de Bienestar y la tendencia resultante a la concentración de cada vez más servicios, entre ellos los educativos y sanitarios aquí analizados, demuestra no sólo
que todavía hay margen de actuación, sino que los avances alcanzados hasta el
momento pueden desaparecer a corto y/o medio plazo; entre ellos, gran parte
de la calidad de vida de la que se disfruta actualmente en el medio rural.
Todo ello en un momento en el que el medio rural, primero, no demanda
necesariamente un mayor número de servicios educativos y/o sanitarios —en
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líneas generales se acepta la cantidad de la oferta actual—, sino que éstos sean
capaces de recoger tres tipos de actuaciones:
a) En primer lugar, que ambos servicios consigan adaptarse a las necesidades de la población más representativa de estos espacios, y evitar así
problemas de desatención y/o de ineficiencia en el uso de los recursos.
b) En segundo lugar, que tanto unos como otros alcancen una mayor calidad, ya que ésta influye claramente en la mayor o menor utilización
que la población hace de las prestaciones educativas y/o sanitarias. Por
ejemplo, con frecuencia en zonas rurales nos encontramos cada vez con
más grupos de población para los que relativamente poco o nada importa contar con estos niveles elementales en la proximidad de sus domicilios, si el servicio que prestan es concebido de insuficiente y/o
inadecuado, y necesitan buscar otros puntos en los que poder acceder a
una oferta similar pero caracterizada por una mayor y/o mejor calidad.
c) Y en tercer lugar, que ambos servicios se ajusten realmente a la idiosincrasia de estos territorios, tanto desde el punto de vista de la actitud de
la sociedad rural como de su organización espacial —a menudo, caracterizada por su elevada dispersión—. Un objetivo para el que se proponen a su vez tres líneas de trabajo complementarias:
– El incremento de la proximidad a estos dos servicios mediante actuaciones en la variable más determinante para conseguir el uso eficiente de los mismos, pero a la vez más deficitaria e insatisfactoria: la
movilidad derivada del uso de transportes públicos (Escalona y Díez,
2007, p. 111).
– El ajuste, en la medida de lo posible, de la organización funcional de
ambos servicios a los estilos de vida de la población local; por ejemplo, a través de la adopción de horarios de atención sanitaria general
coordinados con la duración de las jornadas de trabajo predominantes en estas zonas (Bustos Gisbert, 2005, pp. 148-149).
– El desarrollo de un marco normativo integral capaz de superar la visión sectorial de las distintas políticas existentes en materia de servicios a la población. En particular, por la configuración universalista
que tradicionalmente las ha caracterizado —es decir, sin distinción alguna entre zonas urbanas y rurales—; su falta de adaptación a las diferentes particularidades sociales, resultado de su voluntad por generar
respuestas homogéneas; y su confección incapaz de ofrecer soluciones
integrales a las nuevas demandas sociales, precisamente cuando esto
sería lo más demandado (Fundación Encuentro, 2007, pp. 391-392).
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Segundo, en un momento en el que los servicios educativos y sanitarios
elementales se presentan como uno de los recursos más importantes en los
procesos de autoafirmación de la identidad local, de búsqueda de raíces y de
referencias tangibles, de cercanía y de proximidad, frente el avance de la uniformidad y la homogeneidad urbana (Entrena, 2006, pp. 180-184 y 200; Bustos, 2009, pp. 451 y 455). De hecho, una de las potencialidades más
reconocidas de estos servicios, y en concreto de la escuela «rural», es su capacidad para ofrecer a la sociedad rural toda una serie de estrategias y recursos
con los que poder entender y respetar la cultura local, valorar las fiestas tradicionales, el entorno natural, la propia historia del pueblo, etc.; es decir, ofrecer
una estructura abierta a partir de la que crear, conservar y difundir conjuntamente todo una serie de conocimientos locales (Boix, 2003, pp. 4-7).
Y tercero, en un momento en el que la cada vez mayor dependencia del automóvil particular está mostrando claramente sus aspectos negativos sobre la
calidad de vida de la población en general, pero en particular sobre la residente
en zonas rurales. Por un lado, a través de la degradación y/o desaparición que
el uso de este medio de transporte genera progresivamente sobre toda una serie
de recursos medioambientales de gran valor, presentes todavía en estos espacios en su estado natural, y que suponen por ello uno de sus principales atractivos. Y por otro, acelerando la exclusión de aquella parte de la sociedad rural
más vulnerable a la desaparición de estos servicios, o concentración en el mejor de los casos (Brereton et al., 2011, p. 223). No sólo porque esta población
ve aumentar los costes temporales de acceso a los mismos, sino porque también termina por experimentar una reducción de sus recursos económicos
como resultado de la crisis económica actual, al aumentar ésta los precios de
los combustibles fósiles, y disminuir a su vez las opciones laborales existentes.
De ahí que si los actores entrevistados estiman de forma positiva el papel
desarrollado por estos servicios en la calidad de vida de la población rural, ésta
es una valoración resultado en gran parte del esfuerzo y el coste con que los habitantes de estas zonas asumen por cuenta propia la resolución, o más bien la
mitigación, de los problemas que afectan a estos servicios. Es decir, gracias a la
inversión adicional que en aspectos materiales como los recursos económicos
destinados al transporte, e inmateriales como el tiempo a invertir para acceder
a las prestaciones, realizan tanto sus usuarios como los profesionales que trabajan en ellos —al aceptar por ejemplo, ámbitos territoriales más amplios de actuación, realizar tareas que les impidieran ser más eficientes, etc.—.
Recibido: 22/08/2011
Aceptado: 03/04/2012
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RESUMEN
Una de las principales características del medio rural es su elevada calidad de vida; sin
embargo, aspectos elementales en la estructuración de su sociedad como los servicios
educativos y sanitarios básicos, apenas aparecen como responsables del bienestar del
que goza su sociedad, aunque continuamente se apunte la necesidad de mejorar su
oferta. En consecuencia, resulta interesante plantear cómo la población rural valora
en realidad la capacidad de estos servicios para intervenir en su calidad de vida. Lógicamente, la diversidad de espacios rurales, hace que los resultados difieran entre sí; de
hecho, así lo demuestra el discurso de los actores clave entrevistados: mientras que
para municipios poco poblados estos servicios resultan determinantes, sobre todo por
la vertebración social que favorecen las prestaciones sanitarias, para aquellos otros
con más habitantes apenas destacan sobre aspectos como el paisaje, el espacio, la tranquilidad…, por la presencia asegurada que su elevada población les garantiza.
PALABRAS CLAVE: calidad de vida; escuela rural; centros sanitarios; movilidad; territorios rurales.
ABSTRACT
One of the main characteristics of rural areas is a higher quality of life. However, the
basic aspects of the social structure, e.g. the basic education and health-care services,
are barely responsible for the wellbeing of the society, although the necessity of improving their offer is continually emphasised. Consequently, it is interesting to disEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 35-61, enero-junio 2012
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SERVICIOS EDUCATIVOS Y SANITARIOS ELEMENTALES EN EL MEDIO RURAL…
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cover how the rural population actually values the capacity of these services to intervene in their quality of life. Logically, because of the diversity of spaces that constitute
the rural areas, the results vary; at least that is what the analysis of the interviews of
various key actors shows: while the services are crucial for the municipalities with
low population, especially because the health-care services facilitate the social structure, for those with a higher population they barely stand out from other aspects, e.g.
the landscape, space, tranquillity, etc., because due to a higher population they are
guaranteed.
KEY WORDS: quality of life; rural school; health-care centres; mobility; rural territories.
RÉSUMÉ
Une des principales caractéristiques du milieu rural est sa qualité de vie élevée. Toutefois, des aspects fondamentaux dans la structuration de sa société comme les services
éducatifs et sanitaires élémentaires ne sont pas presque signalés comme responsables
du bienêtre. Par conséquent, il est intéressant d’examiner comment la population rurale évalué réellement la capacité de ces services pour intervenir dans sa qualité de
vie. Logiquement, la diversité des zones rurales fait que les résultats soient différents ;
de fait, ceci témoigne le discours des acteurs clés interviewés : tandis que pour les
communes les moins peuplées ces services sont déterminants, spécialement pour la
structuration sociale que les équipements sanitaires favorisent, pour les communes
les plus peuplées ces services ressortissent assez peu comme facteurs de qualité de vie
sur éléments comme le paysage, l’espace, la calme…, à cause de la présence assuré qui
les permet une population élevée.
MOTS CLÉS: qualité de vie; école rural; établissements sanitaires; mobilité; territoires
ruraux.
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eISSN: 1988-8546
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Cambios en la industria y en el paisaje vitivinícola
de la Denominación de Origen de Cigales
(Castilla y León, España)
Changes in the industry and landscape wine of the
guarantee of origin of Cigales (Castile and León, Spain)
Julio Fernández Portela*
La industria vitivinícola en Castilla y León ha experimentado importantes
transformaciones a lo largo de su historia. Desde la producción de vinos para el
autoabastecimiento hasta la elaboración de caldos de calidad han pasado muchos
siglos y se han acometido cambios muy relevantes en las estructuras productivas
de las diferentes bodegas presentes en la región. Sin duda alguna la evolución sufrida por este sector ha sobrepasado la propia actividad vitivinícola y ha conseguido cambiar de forma sustancial las comarcas tradicionales productoras de
vino, convirtiendo a alguna de ellas —como la Ribera del Duero o Rueda— en
unas de las Denominaciones de Origen más prósperas de España (Clarke, 2005),
además de modernizar sus estructuras socioeconómicas y diversificar el tejido
económico y empresarial con nuevas actividades relacionadas con el mundo del
vino que han ayudado a incrementar las rentas agrarias y, en algunas ocasiones, a
fijar nueva población o mantener la existente entre otros aspectos.
A partir de 1980, con el nombramiento de las primeras Denominaciones de
Origen (D.O.) en Castilla y León, pero sobre todo a partir de la década de
1990, se produjo un reconocimiento de esta rama de la industria agroalimen*
Investigador del Programa de Formación de Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educación. Departamento de Geografía, Universidad de Valladolid (juliofernandez
potela@ hotmail.com).
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JULIO FERNÁNDEZ PORTELA
taria convirtiéndola en uno de los emblemas de la región y en un buen embajador en el extranjero (Alonso Santos et al., 2003a).
El nombramiento de las diversas D.O. desencadenó un proceso de modernización e innovación importante en la industria vitivinícola de la región, especialmente en algunas D.O. como Rueda, Ribera del Duero, Toro o El Bierzo,
a través de una serie de agentes implicados en este proceso —los bodegueros,
los viticultores o las administraciones públicas—, que ha tenido consecuencias positivas en este sector por la atracción de capital exógeno, la expansión
de los mercados, la promoción del producto en diversos eventos y plataformas
digitales, la incorporación del personal cualificado para desempeñar las diferentes tareas en el campo y en la bodega, la formación de nuevos viticultores o
la diversificación económica de esta actividad principalmente hacia el ámbito
del enoturismo (Alonso Santos et al., 2003b; Sánchez Hernández, 2003a; Sánchez Hernández, 2003b; Alonso Santos et al., 2005; Aparicio et al., 2008).
Cigales ha seguido la estela de estas cuatro D.O. mencionadas en lo respectivo al proceso de innovación y de modernización de la industria. Aunque la
orientación vitivinícola de esta comarca se aleja en el tiempo fue la aparición
del Consejo Regulador en 1991 el motor principal de los cambios acometidos
durante los poco más de veinte años de vida que posee. El nombramiento de la
D.O., así como la adhesión a otros sellos de certificación, han ayudado —y lo
siguen haciendo— a promocionar los productos agroalimentarios autóctonos y
artesanales de forma fiable y segura, fomentando este tipo de industria y revalorizando el potencial endógeno que poseen los municipios en los que se asientan
(Tolón y Lastra, 2009). Esto ha permitido la modernización del sector vitivinícola con la renovación de las bodegas por la introducción de los sistemas más
actuales en las técnicas de vinificación y de conservación del vino, se ha incorporado personal cualificado de diversas ramas del sector y se ha conseguido
crear un tejido económico más sólido complementario a esta industria. Aunque
Cigales se encuentra distante respecto a la situación existente en la Ribera del
Duero o Rueda sigue la senda que antes han recorrido estas D.O. y poco a poco
está consiguiendo abrirse un hueco en el panorama vitivinícola nacional.
OBJETIVOS, METODOLOGÍA Y ESTRUCTURA
El artículo pretende analizar las transformaciones ocurridas en la industria
vitivinícola y en el paisaje de la D.O. Cigales a través de la evolución en la superficie cultivada, en los nuevos métodos de plantación, la construcción de
nuevas bodegas industriales, el origen de su capital o las nuevas actividades
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que desempeñan y que constituyen una nueva orientación a la actividad clásica de la producción de vino.
Este espacio vitivinícola se sitúa en el centro de Castilla y León, en el corredor de la A-62 que comunica Valladolid y Palencia por el territorio conocido
como bajo valle del Pisuerga entre los páramos del Cerrato y de Torozos. Está
compuesto por un total de doce municipios, once pertenecen a la provincia de
Valladolid como son los de Cabezón de Pisuerga, Cigales, Corcos del Valle, Cubillas de Santa Marta, Fuensaldaña, Mucientes, Quintanilla de Trigueros, San
Martín de Valvení, Santovenia de Pisuerga, Trigueros del Valle y Valoria la Buena,
además de Dueñas, que pertenece a Palencia. A estos municipios hay que añadir
el pago denominado El Berrocal —integrado en el municipio de Valladolid—,
por lo que en su conjunto poseen 574 km2 (figura 1).
FIGURA 1
LOCALIZACIÓN DE LA D.O. CIGALES
Fuente: elaboración propia.
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El periodo de estudio elegido para este análisis se centra en algo más de
veinte años (1987-2008). Las fechas escogidas se deben a diversos factores.
Como comienzo del estudio se ha elegido 1987 que permite ver la importancia que tenía esta actividad antes de su constitución como D.O. y 2008 por ser
los últimos datos disponibles que se poseen a esta escala. Entre medias de este
periodo se han elegido otros dos años: 1994 con el objetivo de ver las repercusiones que tuvo el nombramiento sobre la actividad y 2001 para observar el
comienzo de la expansión que se produjo gracias a la modernización del sector y de las nuevas inversiones acometidas por capital endógeno y exógeno.
Para poder analizar estos cambios se van a tener en cuenta diferentes variables que abarcan la evolución de la superficie de viñedo cultivada, su peso relativo respecto al resto de cultivos o la aparición de nuevas bodegas entre
otros aspectos. Para ello se han utilizado diversas fuentes y herramientas. La
principal ha sido los Documentos 1T de la Junta de Castilla y León de los años
1987, 1994, 2001 y 2008. Estos documentos ofrecen la superficie total de viñedo a escala municipal de toda la región. Los datos que poseen hacen referencia a la superficie total de viñedo inscrita o no a una D.O. o a cualquier
otra figura de calidad, y que gracias a los Sistemas de Información Geográfica
(SIG) se han podido plasmar en una serie de cartogramas que permiten ver su
distribución espacio-temporal en la comarca.
Para el estudio se ha decidido utilizar estos datos ya que el paisaje vitivinícola de la comarca lo forman todas las hectáreas de viñedo —formen parte o
no de la D.O.— por lo que de esta forma obtendremos la superficie total existente en todos los municipios además de la información facilitada por el Consejo Regulador de Cigales.
Esta información, principalmente de carácter cuantitativa, se complementa
con el trabajo de campo que se ha basado en la visita de algunas bodegas y entrevistas a sus responsables, en concreto 17 de las 33 bodegas existentes (51,5%
del total). La muestra de las bodegas elegidas se ha realizado teniendo en cuenta
algunas de sus características como la capacidad de la bodega, la superficie que
controlan de viñedo, el origen de su capital o el año de su fundación, lo que ha
permitido abarcar a un grupo muy representativo —desde pequeñas bodegas
hasta grandes grupos empresariales— para la realización del trabajo. Para estas
entrevistas se ha elaborado un cuestionario con diferentes preguntas que se han
considerado fundamentales para esta investigación como el empleo que generan
o el desarrollo de actividades alternativas a la producción de vino.
También se han mantenido conversaciones con viticultores de algunos de
los municipios, en concreto de Cubillas de Santa Marta, Dueñas y Trigueros
del Valle, que han ofrecido la versión más clásica del cultivo de la vid, la elaEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 63-90, enero-junio 2012
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boración del vino, así como de las funciones que se desempeñaban en las tradicionales bodegas subterráneas (Fernández Portela, 2011).
El trabajo de campo realizado en los doce municipios que conforman esta
D.O. ha permitido elaborar, entre otras cosas, un listado con las bodegas existentes en cada uno de ellos además de observar sus diferentes tipologías constructivas desde las subterráneas a los grandes complejos vitivinícolas
realizados a modelo de los Chateau franceses1 que se sitúan a lo largo de las
vías de comunicación.
De esta forma el artículo se estructura en cinco epígrafes en los que se pretende destacar los aspectos más característicos de este espacio vitivinícola
como pueden ser sus condicionantes ecológicos, su tradición histórica, la
orientación hacia la producción de vinos de calidad, la construcción de nuevas bodegas y la expansión del enoturismo. Finalmente el artículo termina
con una serie de conclusiones que pretenden destacar las transformaciones
económicas y paisajísticas más relevantes ocurridas en estos municipios.
Para poder desarrollar esta investigación es necesario conocer los orígenes
de este producto, que se remontan varios siglos atrás, así como los condicionantes ecológicos que permiten que en este espacio de la región se produzcan
vinos de buena calidad.
LA HISTORIA DE LA VID Y EL VINO CONDICIONADA POR LAS CARACTERÍSTICAS ECOLÓGICAS
Y LOS AVATARES SOCIO-ECONÓMICOS
El desarrollo del cultivo del viñedo está ligado estrechamente a los condicionantes del medio natural. El clima, los suelos o el relieve son algunos de
los elementos que más influyen en el desarrollo vegetativo de esta planta.
La distribución por el territorio se ha llevado a cabo teniendo en cuenta estos
aspectos así como los factores históricos que han tenido lugar en estas tierras y
que han ido modificando ligeramente la situación de los viñedos en la región.
Las fuertes oscilaciones térmicas y la escasa calidad de los suelos
Los factores ambientales constituyen un elemento que limita la actividad
agrícola, siendo el clima, en el caso de los viñedos, el principal factor que condiciona el cultivo de la vid.
1
Huetz de Lemps los denominó complejo viñedo-bodega (Huetz de Lemps, 2005).
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Durante muchos años las vides se han localizado en los suelos que no eran
aptos para otros cultivos como las laderas de los páramos o los sectores con
mayor pendiente. La vid es una planta que se adapta fácilmente a todo tipo de
suelo y no es muy exigente en lo que respecta a la calidad de los mismos. La
impronta que ha adquirido esta actividad en la D.O. Cigales en las dos últimas
décadas ha dado lugar a la expansión del cultivo por todo el territorio en terrazas fluviales, glacis, laderas, superficies llanas, etc.
Los suelos de la comarca son del Mioceno y están formados por sedimentos del terciario y del cuaternario, predominando los materiales calizos, gredas
yesíferas y arenas que reposan sobre arcillas y margas. Carecen de pedregrosidad y poseen una estructura granular débil sin materia orgánica.
La distribución ha tenido lugar en los cuatro niveles de terrazas que se distinguen en la margen derecha del río Pisuerga —97,66% de la superficie— dando
lugar a un mosaico de cultivos en el que se alternan el trigo, la remolacha, el
maíz, el girasol o la cebada, entre otros. Mientras tanto, en la margen izquierda
predominan los cultivos de regadío de la vega del Pisuerga para pasar después a
los cereales que llegan hasta la superficie del páramo de Cerrato. En este sector
el viñedo aparece como un cultivo marginal muy disperso por el territorio.
El clima es el mayor condicionante del viñedo en este sector. Se caracteriza por ser Mediterráneo de interior con irregularidad en las precipitaciones,
elevadas oscilaciones térmicas y abundancia de nieblas y de heladas. Las precipitaciones totales en el área de estudio se sitúan entre los 400-450 mm
anuales distribuidos entre 90-100 días y posee una temperatura media de
unos 11,9 ºC. La media anual de horas de sol es de 2.600 obteniendo el máximo en el mes de julio con unas 350-400 horas y el mínimo en diciembre,
con menos de 100 horas.
Los inviernos se caracterizan por ser fríos y secos con temperaturas negativas, en algunas ocasiones de hasta 7 ºC bajo cero, frente a los veranos que suelen ser secos y muy calurosos superando varios días los 35 ºC, por lo que las
oscilaciones térmicas anuales pueden superar los 40 ºC (Anuario de Agroclimatología de España, 1977).
Pero el clima posee una influencia importante en la vid con efectos muy
diversos dependiendo de la estación en la que nos encontremos, de esta
forma, los diferentes tipos de tiempo que se van sucediendo a lo largo del año
ayudan a obtener la perfecta maduración alcohólica de las uvas proporcionando al fruto y a la planta las características necesarias para ser recogidas en
la vendimia.
Su posición estratégica muy cerca de Valladolid ha sido uno de los factores
más importantes en la expansión de esta comarca como un espacio vitiviníEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 63-90, enero-junio 2012
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cola emergente desde la Edad Media hasta la actualidad. Ha sido una zona de
paso entre el centro peninsular y la cornisa Cantábrica por lo que fue recorrida por comerciantes, viajeros y trajineros entre otras personas que han podido conocer el vino que se elaboraba en estas tierras, transportándolo a otros
rincones de España y dándolo a conocer a un público cada vez más amplio.
Aunque existen datos de la producción de vino en la comarca desde el siglo X,
la época de mayor esplendor comienza a partir del siglo XVII con la instauración de la Corte de Felipe III en Valladolid extendiéndose hasta la invasión de
la filoxera a finales del siglo XIX. A lo largo de todos estos años la historia vitivinícola de Cigales ha sufrido una serie de altibajos hasta que se produjo su
nombramiento como D.O. a finales del siglo XX.
La impronta de la industria del vino en el territorio de Cigales: desde sus
orígenes hasta la conformación de la D.O.
La evolución histórica de la comarca vitivinícola de Cigales no puede analizarse ni entenderse, si no se tiene en cuenta lo ocurrido en el conjunto regional y nacional a lo largo de la historia pero con especial énfasis en lo acaecido
en los siglos XVIII, XIX y XX.
Los restos arqueológicos relacionados con el banquete aparecidos en algunos yacimientos de la región reflejan las primeras evidencias del consumo de
vino. El posible origen de la viticultura en Castilla y León se remonta a la llegada de los Vacceos a la Cuenca del Duero en los siglos VII a. C. y V a. C. como
demuestran los restos de ajuares encontrados en el yacimiento de Pintia, en la
localidad de Padilla de Duero, en el municipio vallisoletano de Peñafiel (Sanz
Mínguez, 2009). Desde este momento el consumo y el cultivo del vino se fue
generalizando por toda la región alcanzando gran esplendor con la llegada de
los romanos a la Península entre los siglos III y II a. C.
La gloria de este cultivo terminó en el siglo V. d. C. con las invasiones de los
Suevos, los Vándalos y los Visigodos entre otros pueblos. Estos últimos permanecieron en la península hasta el 711 momento en el que desembarcaron las
tropas árabes y comenzaron a conquistar el territorio peninsular. En el 728 los
árabes sufrieron una batalla clave en Covadonga lo que les impidió terminar
de conquistar toda la Península (Valdeón, 2006). A partir de entonces comenzó la Reconquista cristiana que tuvo un papel muy importante en la
Cuenca del Duero fijando población a través de la puesta en marcha de tierras
destinadas al cultivo, con especial incidencia de los viñedos, utilizando el sistema de presura y la plantación de viñas a medias que permitieron configurar
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grandes centros de producción de vino como la Tierra de Medina, el Valle del
Duero vallisoletano y burgalés, y con menor intensidad, la comarca de Cigales.
Fue a partir de este periodo cuando comenzaron a aparecer mayores referencias de los viñedos del entorno de Cigales. Si bien, es cierto, que ya en el siglo X aparecen propietarios de viñedos en los municipios de Conforcos
—actual Corcos del Valle—, y Covellas —actual Cubillas de Santa Marta—.
La actividad repobladora tuvo en la Iglesia su principal aliada para restablecer la población en el entorno del valle del Pisuerga en los monasterios de San
Isidro de Dueñas o Santa María de Palazuelos en Corcos. El cultivo del viñedo
era considerado un elemento clave en el proceso de repoblación. Desde la
plantación de las viñas hasta obtener los primeros frutos podían transcurrir
hasta cinco años por lo que la población tenía que permanecer en la villa para
rentabilizar el cultivo. A la actividad religiosa se sumó la nobiliaria, muy arraigada en este territorio, que a partir del siglo XV comenzó a adquirir mayor
peso gracias a la edificación de imponentes castillos como el de los Robles de
Guevara en Trigueros del Valle o el de Fuensaldaña mandado construir por la
familia Vivero; palacios como el de los Condes de Buendía en Dueñas o el de
los Vizcondes de Mendoza en Valoria la Buena. Esta importancia nobiliaria y
religiosa fue fundamental para la expansión del cultivo del viñedo ya que el
consumo del vino entre estos estratos sociales era muy elevado.
El cultivo de la vid experimentó un fuerte crecimiento entre los siglos XVI y
XVII en los municipios de la margen derecha del Pisuerga que preocupó a las
autoridades ya que las vides relegaron a un segundo plano a cultivos como los
cereales, los frutales y los propios bosques. Esta abundancia de vino permitió
la exportación de estos caldos a las regiones del norte de la Península, que
apreciaban el vino de Cigales, así como a algunos municipios de la provincia
de León.
Este aspecto queda reflejado en los diferentes relatos de los viajeros europeos de los siglos XVIII y XIX, principalmente franceses como Gautier, Laborde,
Merimée o Teste e ingleses como Twiss, Ford, Townsend, pero también holandeses como Cock, italianos como Guicciardini o Baretti (Plasencia, 1995) e
incluso de los propios españoles como Ponz.
En estos manuales los viajeros se ocupaban de narrar los aspectos culturales, económicos y sociales del país. En los diferentes viajes que realizaron por
la Península relataron aspectos del sector vitivinícola con especial incidencia
de los territorios de la actual Castilla y León, Valdepeñas en la Mancha, los vinos de Jerez y Málaga en Andalucía y los de Rioja.
Generalmente la impresión que despertaban los vinos españoles a los viajeros extranjeros eran la de unos caldos de gran calidad pero producidos en muEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 63-90, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201203
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chas ocasiones de forma tosca. En sus recorridos estos viajeros describían de
forma minuciosa los diferentes paisajes vitivinícolas que atravesaban, la forma
de recolección y elaboración de vino y su comercialización fuera de la región
(Plasencia, 1995). Así algunos autores decían del entorno de Tordesillas «La
comarca desta villa es abundante de todas cosas necesarias á la vida humana,
de pan, muchos y buenos vinos que se sacan para Viscaya y las montañas,…»
(Cock, 1897, p. 19) o de Benavente «… un llano y fértil campo, pródigo en viñedos y cereales» (Münzer, 2002, p. 211). Respecto a la comarca de Cigales
casi todos los autores destacan su posición estratégica en el entorno de la ciudad de Valladolid y una excelente calidad de los caldos.
Las citas más numerosas de estos viajeros en esta comarca hacen referencia
a la peculiaridad de las bodegas que existían en estos municipios y que constituían barrios anexos a la trama urbana tradicional. Teste observa en Dueñas
que las bodegas se entremezclaban con las propias casas cueva excavadas en la
roca del promontorio donde se asentaba la ciudad y comenta que «en la colina
hay unos agujeros que se cierran con zarzas. Supuse que estos agujeros daban
acceso a las bodegas…» (1959, p. 42). Otra cita es la del francés Gautier que
describiendo su estructura decía que estaban «cavadas en la roca viva, reciben
la ventilación por torrecillas de forma de turbante, que ofrecen un falso aspecto
de minarete muy singular» (recogido en Figueroa y Melgar, 1997, p. 246).
Uno de los cambios más significativos que sufrieron los viñedos de Castilla
y León y de todo el conjunto de España fue la llegada de las diferentes plagas
como el oídio, mildeu, pero sobre todo de la temida filoxera. Esta última enfermedad llegó en un primer momento a Inglaterra y Francia procedente de
América y posteriormente a la Península Ibérica. La llegada de este parásito al
viejo continente se remonta a 1863 en unos invernaderos cerca de Londres expandiéndose en 1865 a la región francesa de Orange (Provedo, 1987). Desde
este momento se fue extendiendo por todo el país galo hasta arrasar por completo su superficie de viñedo. Los franceses tuvieron que recurrir a los caldos
españoles para poder satisfacer su demanda y de esta forma el viñedo español
vivió su época dorada con un incremento muy importante de su superficie
con más de 500.000 nuevas has en apenas veinte años siendo Valencia, Cataluña, la Mancha, el valle del Ebro y Castilla los espacios que más atrajeron a
los viticultores franceses para realizar sus inversiones y establecer su método
de elaboración bordelés que permitiera satisfacer los refinados paladares que
tenían los ciudadanos franceses.
Esta situación de bonanza se mantuvo hasta la entrada del insecto en la Península en el último tercio del siglo XIX por tres focos distantes entre sí: Málaga,
Oporto y Gerona. Los dos primeros como consecuencia de la importación de
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pies americanos y el último tuvo lugar, por la invasión natural de la filoxera a
través de Francia por el Roselló y los Pirineos Orientales (Piqueras, 2005).
Los viñedos castellanos se vieron afectados por el foco portugués que apareció en Gounvinhas, cerca de Oporto, y que se fue propagando por los viñedos del Duero portugués hasta entrar en España por el Miño hacia Galicia y
por el Duero hacia Castilla. Los cultivos de vid de la región se vieron seriamente afectados, sobre todo los de las provincias de Valladolid y Zamora, con
una destrucción de más del 50% de su viñedo original, por lo que los tradicionales majuelos castellanos fueron sustituidos por cultivos de cereal acrecentando la imagen de Castilla como la región triguera por excelencia. La
superficie en Castilla pasó de las 387.689 has en 1857, antes de la invasión filoxérica, a las 264.372 has en 1889 cuando la plaga había afectado a sus viñedos (Huetz de Lemps, 2005).
A lo largo del siglo XX se vivió un periodo de alti-bajos en la producción
con una caída muy brusca en la comarca en los años sesenta motivada por el
fenómeno del éxodo rural que asoló al conjunto español pero de forma especial a Castilla y León. Se produjo un abandono masivo de los campos y con
ello de los viñedos. No fue hasta comienzos de los años ochenta cuando el
sector vitivinícola comenzó a resurgir de sus cenizas expandiéndose de forma
considerable gracias a los primeros nombramientos de D.O. que se produjeron
en la región y que han constituido un gran impulso para recomponer la industria del vino en Castilla y León.
LAS FIGURAS DE CALIDAD EN CASTILLA Y LEÓN: LA EXPANSIÓN DE LAS DENOMINACIONES
DE ORIGEN EN EL ÁMBITO VITIVINÍCOLA
El sector agroalimentario de Castilla y León constituye uno de los pilares esenciales en el tejido económico regional además de contribuir en el desarrollo rural.
La variedad de estos productos es muy amplia y engloban hasta un total de
252 artículos (Molinero Hernando et al, 2001). De este conjunto de productos
54 poseen alguna figura de protección, véase: Denominación de Origen (D.O.),
Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) o Marca de Garantía (M.G.) entre otras
(Portal de la Junta de Castilla y León a fecha de 2012). Dentro de estos productos son las carnes y los vinos los que presentan el mayor número de figuras de
calidad con un total de 16 y 13 respectivamente, seguidos de las frutas y las hortalizas con ocho productos, los quesos y las legumbres con cinco cada uno, cuatro para productos de panadería y repostería, además del aceite de oliva del
Noroeste, la agricultura ecológica y la producción integrada de Castilla y León.
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Según el Reglamento CE 510/2006 del Consejo de 20 de marzo de 2006 sobre la protección de las indicaciones geográficas y de las denominaciones de
origen de los productos agrícolas y alimenticios se define Denominación de
Origen como «el nombre de una región, de un lugar determinado o, en casos
excepcionales, de un país, que sirve para designar un producto agrícola o un
producto alimenticio». Los productos deben de ser de dicha región y su producción, transformación y elaboración se tiene que realizar en la zona geográfica delimitada. El objetivo prioritario es defender los intereses de los
productores en concreto y garantizar la calidad de lo que se consume a los
propios consumidores (De la Calle Robles, 2002).
Siguiendo estos criterios existen en Castilla y León un total de nueve D.O.
que han ensalzando a esta región a lo más alto del sector vitivinícola además
de tener otras zonas productoras de vino (figura 2).
FIGURA 2
FIGURAS DE CALIDAD DE PRODUCTOS VITIVINÍCOLAS EN CASTILLA Y LEÓN
Fuente: elaboración propia a partir de los reglamentos de las diversas figuras.
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La historia de las D.O. en la región es muy reciente y se remonta a los últimos treinta años. La primera D.O. que se estableció en la región fue la de
Rueda a través de una Orden del Ministerio de Agricultura el 12 de enero de
1980. Desde ese año se han ido sucediendo una serie de nuevos nombramientos en otras comarcas de fuerte tradición vitivinícola como la Ribera del Duero
en 1982, Toro en 1987, el Bierzo en 1989 y Cigales en 1991. En poco más de
diez años se tejió el entramado de una industria agroalimentaria que ha sido y
es el soporte de muchas áreas rurales.
Hasta 2007 no se volvió a producir ningún nuevo nombramiento de D.O.
En este año se incorporaron a la lista regional cuatro nuevos espacios véase:
Tierra de León, Arribes, Arlanza y Tierra del Vino de Zamora.
Finalmente hay que mencionar un conjunto de áreas productoras que
cuentan con otras figuras de protección como es la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) de los vinos de la Tierra de Castilla y León, y otros tres espacios
vitivinícolas amparados bajo la mención de «Vinos de Calidad» como son Valtiendas, Valles de Benavente y Sierra de Salamanca. A estos espacios hay que
añadir la comarca vitivinícola de Cebreros, al Sur de Ávila, así como el resto
de viñedos esparcidos por todo el territorio regional dando lugar a una superficie total de 75.874 has en la región en 2011.
La apuesta por la calidad y la promoción han sido los principales objetivos
de las D.O. Son un instrumento para el desarrollo local y regional porque potencian un producto que solo se elabora en una zona determinada y ayudan a
difundir la comercialización del mismo más allá del ámbito local traspasando
fronteras (Molleví, 2001).
Como se puede comprobar Castilla y León se está orientando hacia la producción de caldos de mayor calidad. La expansión que han experimentado las
diversas D.O. ha sido muy importante pero con mayor intensidad en los casos
de Ribera de Duero, Rueda, Toro y Cigales. Ha sido esta última la elegida para
analizar las transformaciones paisajísticas, económicas, sociales y culturales
que se han producido en los diferentes municipios que la conforman con un
crecimiento importante de la superficie de viñedo, así como profundos cambios urbanos derivados de su cercanía a la capital vallisoletana.
CAMBIOS
EN LA INDUSTRIA VITIVINÍCOLA: TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y PAISA-
JÍSTICAS
El nombramiento de Cigales como D.O. se aprobó el 9 de Marzo de 1991
por orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Desde entonEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 63-90, enero-junio 2012
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ces se ha ido consolidando como una zona productora de vinos de calidad a la
vez que se han ido produciendo grandes inversiones para modernizar todo el
sistema productivo apareciendo nuevas instalaciones que han incrementado la
comercialización de los vinos. Estas transformaciones han provocado una serie de cambios en el paisaje tradicional consolidando a la industria vitivinícola
como un elemento vertebrador del territorio.
El aumento de la superficie del viñedo en el conjunto de la D.O. Cigales
La evolución de la superficie de viñedo en los municipios que componen
la comarca de Cigales ha sido positiva. En poco más de veinte años casi se ha
duplicado la superficie pasando de 1.735 has a 3.437 has. De este conjunto
2.217,18 has se encontraban inscritas en la D.O. Cigales a fecha de 8 de
agosto de 2011, el resto no pertenecían a ella (datos facilitados por la D.O.
Cigales).
En la figura 3 se puede observar la tendencia que ha seguido el incremento
de la superficie. Se distinguen dos periodos clave. Por un lado se observa un
FIGURA 3
EVOLUCIÓN DE LAS HAS DE VIÑEDO EN LA COMARCA DE CIGALES
Fuente: elaboración propia a partir de Documentos 1 T de la Junta de Castilla y León (JCyL).
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ligero crecimiento de un 17% en los años previos a su constitución. En este
periodo se volvieron a replantar antiguos majuelos que habían sido arrancados o se habían dejado de cultivar. Los viticultores vieron en la D.O. una salida a la crisis que había vivido la vid desde los años sesenta y decidieron
invertir de nuevo en este cultivo sopesando las facilidades que podrían obtener al ampararse a una figura de calidad de esta magnitud.
Sin duda alguna el segundo periodo de crecimiento (2001-2008) ha sido
más intenso con un aumento de casi el 50%. Las plantaciones se volvieron a
esparcir por el territorio regional aunque nunca volvieron a llegar a las cifras
existentes antes de la invasión de la filoxera. En esta ocasión se fue enfocando
hacia la producción de caldos de mayor calidad al igual que había ocurrido en
otras D.O. dentro y fuera de la región.
Las diferentes políticas vitivinícolas que se han ido sucediendo con el paso
de los años han ido configurando un sector clave para la economía regional al
otorgar ayudas a la restructuración y replantación del viñedo, a la formación
de nuevos viticultores y nuevos empresarios o a la reconversión varietal. El
principal objetivo era mejorar la competitividad de los diferentes productores
de Cigales para poder comercializar los vinos en el mercado regional, nacional
e internacional adaptando este producto a la nueva demanda que había en el
mercado. De esta forma se produjo un cambio transcendental en la industria.
Se fueron instalando grupos multinacionales que compraron derechos a pequeños viticultores que habían decidido arrancar sus viñedos, así como otros
que vieron una buena oportunidad para jubilarse y venderlos a buen precio.
La presencia de grandes bodegas continuo en aumento y algunas de las explotaciones de vides fueron a parar a manos de estas bodegas que carecían de viñedos viejos plantados en vaso.
El primero de estos grandes grupos que se estableció en la D.O. fue Frutos
Villar en el municipio de Cigales en 1960 mucho antes del nombramiento
como D.O. Pero fue a partir de 1991 cuando comenzó su política de expansión adquiriendo nuevos viñedos en los diferentes municipios de la comarca. La Bodega Valdelosfrailes en Cubillas de Santa Marta perteneciente
al Grupo Matarromera y Bodegas Museum en Cigales perteneciente al
Grupo Varón de Ley constituyen otros de los ejemplos más significativos de
la instalación de grandes bodegas en este territorio con presencia en otras
D.O. como Ribera del Duero, Rueda, Toro o la D.O.Ca. Rioja siguiendo el
mismo modelo ocurrido en otros espacios vitivinícolas. Rueda es un ejemplo con la instalación de la bodega riojana Herederos de Marqués de Riscal
bajo la razón social Vinos Blancos de Castilla S.A. en 1972 (Sánchez Hernández, 2002).
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Otros viticultores decidieron continuar con el negocio y realizaron inversiones para ampliar sus instalaciones a través de la compra de maquinaria y de
nuevos viñedos. Las bodegas familiares que han permanecido elaborando sus
propios vinos se han adaptado a las exigencias del mercado y han ido modernizando sus instalaciones como ha sucedido con Bodegas Alfredo Santamaría
en Cubillas, Bodegas Remigio Salas en Dueñas, Bodegas Hijos de Félix Salas
en Corcos o la Bodega La Legua en Fuensaldaña.
Estos cambios han modificado el paisaje de forma considerable. Han aparecido numerosas explotaciones de vides con nuevos sistemas de plantación en
espaldera que van adquiriendo poco a poco mayor representatividad —25%
del total de la superficie de viñedo— aunque todavía las plantaciones en vaso
siguen teniendo el mayor peso en esta D.O. Con este nuevo sistema se ha podido mecanizar una parte de la vendimia ahorrando costes en la mano de
obra. Antes la recogida de la uva la realizaban las personas de los propios pueblos o de los alrededores con el tranchete y la uva que cortaban la depositaban
en unos conachos de mimbre. Ahora los majuelos se caracterizan por la presencia de grandes máquinas que recogen la uva y las personas que todavía trabajan en la recolección suelen ser de Europa del Este en su mayoría.
Los rendimientos que se obtienen de las plantaciones en espaldera son
mayores que los obtenidos, en las de vaso pero las grandes bodegas se están
interesando en obtener majuelos con cepas viejas —a poder ser centenarias—, ya que la calidad de la uva que obtienen es mayor y la utilizan para
elaborar vinos tintos de crianza y reserva que están adquiriendo gran fama en
la actualidad.
El paisaje ha cambiado en el conjunto de la comarca pero no se ha producido con la misma intensidad en todos los municipios. Han sido los localizados en la margen derecha del Pisuerga los que han experimentado las mayores
transformaciones paisajísticas y económicas al soportar la mayor expansión
de este cultivo.
La dicotomía de los viñedos de la margen derecha del Pisuerga frente a los
de la margen izquierda
El desarrollo del cultivo del vino se ha llevado a cabo a lo largo de la margen derecha del río Pisuerga (figura 4). Han sido los municipios de Cigales,
Cubillas, Mucientes, Corcos, Trigueros y Fuensaldaña los que han experimentado la máxima expansión de la vid con el 99% del crecimiento total con
1.685 de las 1.702 nuevas has entre 1987-2008.
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Los casos más espectaculares han sido los de Cubillas con un incremento
del 263,43% y 366 nuevas has, Trigueros con un 182,22% y 164 has y Corcos
con un 168,21% y 291 has. En cifras absolutas ha sido el municipio de Cigales
—que partía con los datos más elevados— el que ha aumentado más su superficie con 495 has alcanzando la cifra total de 1.065 en el año 2008 siendo el
municipio con mayor extensión —30.98% del total de viñedo de la comarca—.
Esta desigual evolución se puede observar en los diferentes cartogramas
elaborados a escala municipal para los cuatro años de análisis. Entre 1987 y
2008 se ha ido configurando un sector con una presencia de la vid muy importante en la margen derecha del río Pisuerga frente a los municipios de la
margen izquierda como Cabezón, Valoria, San Martín o Santovenia donde el
crecimiento ha sido muy pequeño y en algunos casos inexistente (figura 4).
FIGURA 4
EVOLUCIÓN DE LA SUPERFICIE DE HECTÁREAS DE VIÑEDO
Fuente: elaboración propia a partir de Documentos 1 T de la Junta de Castilla y León (JCyL).
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Han sido dos las razones más importantes que han originado esta localización pero que se encuentran encadenadas la una con la otra. La primera de
ellas se debe al fuerte peso histórico del cultivo de la vid en este sector. Desde
sus orígenes los viñedos se han localizado en estos municipios y han respetado en la actualidad este emplazamiento privilegiado. Este hecho ha dado lugar a que se produzcan grandes inversiones a cargo de viticultores locales y
foráneos instalando los nuevos complejos vitivinícolas en este lado del río. La
cercanía a los viñedos constituía un atractivo para las nuevas bodegas industriales que han intentado imitar el modelo francés de Chateau localizando en
el entorno de la bodega sus propios viñedos. Los ejemplos más característicos
son los que se han producido en el municipio de Cubillas de Santa Marta con
las Bodegas Valdelosfrailes y Santa Rufina.
De esta forma se ha ido originando un paisaje vitivinícola de fuerte arraigo
entre la población constituyendo un elemento clave para su economía a la vez
de un símbolo distintivo entre otros municipios de la región incrementándose
la superficie a costa de los cereales.
La imagen de Castilla se caracteriza por la de ser una tierra destinada al
cultivo del cereal conocida como el «granero de España». En este sector la actividad cerealística posee un peso muy importante y es uno de los pilares esenciales en la economía rural de los agricultores. A pesar de esta impronta la
superficie de viñedo ha ido arañando terrenos al cereal representando en algunos municipios un peso muy importante en el sector agrícola. Sin duda alguna
el caso más llamativo es el de Cubillas que ha pasado de representar el 7,45%
de la superficie cultivada en 1987 al 31,84% en 2008 (figura 5). En este municipio se han llevado a cabo grandes inversiones en lo concerniente a la mejora
de las explotaciones, así como la construcción de nuevas bodegas, ensalzando
a Cubillas como uno de los lugares más emblemáticos de la D.O. Cigales junto
con el propio Cigales con el 22,85% y Fuensaldaña con el 18,90%.
Este incremento de la superficie de vides ha tenido consecuencias directas
sobre la estructura de las bodegas. Ante el incremento de la producción de uva
y de la elaboración de vino, las bodegas subterráneas tradicionales no podían
hacer frente a la nueva cantidad que tenían que elaborar de estos caldos, por
lo que en los últimos veinte años se ha producido una expansión de las nuevas
bodegas, la gran mayoría en forma de naves industriales, que han permitido
elaborar mayor cantidad de vino además de poseer los medio más modernos
para su elaboración y conservación, adecuando sus instalaciones a las exigencias impuestas por las normativas sanitarias en este sector.
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FIGURA 5
PORCENTAJE DE LA SUPERFICIE DEL VIÑEDO RESPECTO
AL TOTAL CULTIVADO
Fuente: elaboración propia a partir de Documentos 1 T de la Junta de Castilla y León (JCyL).
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EL CAMBIO DE LA BODEGA TRADICIONAL A LA INDUSTRIAL: DE LA CONCENTRACIÓN EN
BARRIOS A LA DIFUSIÓN POR EL TERRITORIO
Al igual que la superficie cultivada las bodegas han sufrido una serie de
cambios de gran relevancia tanto en su arquitectura como en el ámbito económico y social.
Existen bodegas en las que se elabora el vino de forma tradicional y en pequeñas cantidades frente a los nuevos complejos vitivinícolas de grandes dimensiones y con la tecnología más avanzada en el proceso de vinificación que
producen vino en cantidades industriales destinado principalmente a un
nuevo mercado a nivel provincial y regional, pero que cada vez se ha ido vendiendo más a una escala nacional e internacional.
En total existen en la D.O. 512 viticultores y se encuentran inscritas 33 bodegas (Consejo Regulador, 2012). La mayor parte de estos viticultores poseen
pequeñas bodegas tradicionales que han obtenido generalmente por herencia
donde elaboraban el vino que consumían o vendían a sus personas más allegadas. Hoy día este sistema ha cambiado por completo, ya que el vino, generalmente, se elabora en las nuevas bodegas industriales localizadas principalmente en Mucientes, Cubillas y Cigales (figura 6).
FIGURA 6
NÚMERO DE BODEGAS INSCRITAS EN LA D.O. CIGALES
Fuente: elaboración propia a partir de datos de www.do-cigales.es.
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A pesar del papel que juegan a día de hoy las nuevas bodegas en la industria vitivinícola no se debe olvidar el papel que han tenido y tienen las bodegas tradicionales. Durante muchos siglos, y en concreto entre el XIV y hasta el
último tercio del XX, consiguieron elaborar excelentes caldos que vendían en
la ciudad de Valladolid así como en la Cornisa Cantábrica permitiendo forjar
un nombre a la comarca de Cigales que sigue perdurando en la actualidad.
Su distribución en el territorio seguía una lógica espacial determinada concentrándose en barrios propios anexos al municipio como en Cubillas y Mucientes, o muy cerca del mismo como en Corcos o Valoria la Buena.
Los barrios de bodegas tradicionales anexos al núcleo urbano
La expansión del cultivo del viñedo no solo ha transformado el campo vitivinícola. El crecimiento de la superficie de vides ha ido parejo a un desarrollo
muy importante en la proliferación de nuevas bodegas industriales que han
salpicando el territorio de la D.O. Hasta finales de la década de los ochenta el
conjunto de Cigales se caracterizaba por la existencia de barrios de bodegas
anexos al municipio donde se llevaba a cabo todo el proceso de vinificación.
Estas bodegas eran subterráneas y para su construcción se tenían que tener
en cuenta una serie de aspectos. El más importante era la elección de un terreno apropiado que necesitaba «…la existencia de un subsuelo adecuado con
una capa impermeable, compacta, homogénea y consistente de arcilla, margas
o rocas calizas o yesíferas blandas, con un espesor superior a los diez o doce
metros para que no existiese una capa freática. Todas estas características de
suelo se presentan en casi todas las laderas o cerros pero no en los suelos llanos de terrazas de aluvión, en los que era necesario profundizar hasta encontrar suelos compactos […] Por ello la mayoría de las bodegas están
construidas en cuesta, ladera o cerro, siendo una de las características definitorias» (Franco et al., 2005, p. 143).
Una vez elegido el lugar se comenzaba a hacer un agujero que constituía la
nave central y a partir del mismo se excavaban en el interior los diferentes
compartimentos para albergar las diversas estancias. La arena que se extraía se
depositaba en la parte superior dando forma a una especie de bóveda que servía como aislante proporcionando la temperatura adecuada para la fermentación y la conservación de los caldos. Finalmente se realizaban los vanos
correspondientes a la puerta de entrada, la zarcera y el respiradero.
Estas construcciones han ido configurando un paisaje inconfundible en el
bajo valle del Pisuerga con montículos de arena y unas especies de chimeneas
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conocidas como respiraderos cuya función era ventilar la bodega en periodos
de vendimia expulsando al exterior un gas tóxico conocido como tufo (Fernández Portela, 2011).
Estos barrios han constituido en elemento fundamental en la vida social y
económica de los habitantes de estos municipios. Además de ser un lugar destinado a la elaboración del vino, en las bodegas, se llevaban a cabo reuniones
sociales con el objetivo de entablar conversaciones y comentar los pormenores de la vendimia así como otros asuntos de diversa índole.
A día de hoy muchas bodegas tradicionales han dejado de elaborar el famoso clarete de esta zona y conservan un papel socio-cultural. Muchas de ellas
se han reformado y se han convertido en restaurantes, merenderos y museos.
El incremento de la producción de uva hacía imposible la elaboración del
vino en estas bodegas tanto por su tamaño como por las incomodidades derivadas de sus obsoletas instalaciones y rudimentarias herramientas. Este aspecto originó la creación de nuevas bodegas de mayor tamaño dispersas por el
territorio pero localizadas en los ejes de comunicación para facilitar el transporte del producto. De esta manera comenzaron a surgir por el campo grandes
naves industriales de forma dispersa que fueron fraguando un nuevo paisaje
vitivinícola y una nueva forma de elaborar el vino ya que con los estatutos de
la D.O. Cigales el tradicional vino clarete dejó de elaborarse para producir el
vino conocido como rosado.
Los nuevos complejos vitivinícolas: las bodegas industriales
La orientación en la industria vitivinícola que adquirió Cigales tras su
nombramiento como D.O. dio lugar a una serie de grandes inversiones con el
objetivo de remodelar y modernizar el entramado económico vitivinícola a
través de la construcción de grandes bodegas capaces de producir cientos de
miles de litros de rosado y de vinos tintos.
Estas nuevas bodegas, dispersas por el territorio y cercanas a los ejes de comunicación como la autovía o las carreteras comarcales, han hecho de Cigales
un centro vitivinícola importante y un referente del rosado en la región y poco
a poco en el conjunto nacional.
Aunque todas cumplen la misma función su tipología arquitectónica ha
sido muy diversa alejándose de los grandes diseños vanguardistas realizados
en otras D.O. por prestigiosos arquitectos como en la Ribera del Duero con las
Bodegas Protos en Peñafiel diseñadas por Richard Rogers y Bodegas Portia en
Gumiel de Izán por Norman Foster, o Ysios en La Guardia (D.O.Ca. Rioja) a
cargo de Santiago Calatrava.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201203
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En el caso de Cigales la enoarquitectura o arquitectura del vino no ha tenido el mismo peso que en otras áreas de producción de vino pero se pueden
diferenciar tres estilos en su construcción.
Uno de ellos lo conforman aquellas bodegas que han intentando mantener
cierta integración en el paisaje en el que se insertan y han utilizado materiales
nobles como la piedra, el adobe, el ladrillo y la madera realizando una serie de
construcciones típicas de este territorio siendo el caso más representativo la
Bodega Alfredo Santamaría en Cubillas.
Por otro lado estarían las nuevas naves industriales, la gran mayoría de las
bodegas de reciente construcción. En este tipo se puede hacer una distinción
entre aquellas que son simples naves de hormigón y ladrillo sin ningún diseño
como Bodegas Concejo en Valoria la Buena, Sinforiano Vaquero en Mucientes o
Frutos Villar en Cigales, frente a otras cuyo objetivo es otorgar mayor distinción y elegancia a la bodega forrando las fachadas principales con piedra en un
intento de adecuar la bodega al medio rural en el que se inserta como Bodegas
Valeriano y Santa Rufina en Cubillas de Santa Marta.
Finalmente estarían las nuevas bodegas que han seguido unos criterios
algo más vanguardistas en su diseño y han combinando materiales tradicionales como la piedra y el ladrillo con otros materiales como el mármol o el cristal surgiendo de esta forma edificios más atractivos como las Bodegas Museum
e Hiriart en el municipio de Cigales.
Frente a estas nuevas construcciones muy pocas bodegas tradicionales siguen
manteniendo sus antiguas instalaciones para la elaboración del vino en cantidades industriales. El ejemplo más significativo lo constituye la Bodega Remigio
Salas en Dueñas que conserva la bodega tradicional como el centro principal de
un complejo vitivinícola con largas galerías repletas de tinos de madera y de hormigón donde descansan los tintos que producen hasta que salgan al mercado.
Ante las nuevas exigencias sanitarias y el incremento de la cantidad de vino
elaborada las nuevas instalaciones han ido incorporado modernos sistemas de
producción y conservación de los caldos adquiriendo la maquinaria adecuada.
De esta forma los depósitos de hormigón o las grandes cubas de madera que se
encontraban en las bodegas subterráneas han sido sustituidos por grandes depósitos de acero inoxidable y poliéster que permiten controlar de forma más eficaz
la temperatura del vino y llevar un control más estricto del producto. Además poseen modernos laboratorios, salas de catas, de reunión, comedores, salas de exposiciones, etc. que permiten realizar nuevas actividades siempre relacionados con
el mundo del vino conocidas como enoturismo y que han contribuido a diversificar la actividad económica de este medio rural a través de la apertura de hoteles,
casas rurales o restaurantes, muchos de ellos a cargo de las propias bodegas.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201203
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LA
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DIVERSIFICACIÓN DE LA ECONOMÍA VITIVINÍCOLA A TRAVÉS DEL PAPEL DEL ENO-
TURISMO
La industria vitivinícola en la D.O. Cigales ha supuesto un impulso económico, social y cultural de gran envergadura y se ha consolidado como uno de
los elementos más representativos del desarrollo rural de Castilla y León.
Las bodegas no solo elaboran y venden vino sino que han diversificado sus
actividades y hoy día organizan eventos de todo tipo como congresos, comidas, exposiciones, etc. Las inversiones que se han llevado a cabo en los últimos veinte años destinadas a la creación de nuevas bodegas industriales y
rehabilitación de las ya existentes han permitido habilitar espacios destinados
a acoger eventos y otras actividades.
El enoturismo ha supuesto un valor añadido muy importante a este negocio aunque en el caso de Cigales no ha sido tan intenso como en otras D.O.
como Ribera del Duero (Alvear González, 2007). La principal actividad que se
realiza son las visitas guiadas a sus instalaciones y en ocasiones a los viñedos,
seguidas de una degustación de su vino. También han habilitado salas de catas
donde organizan cursos y congresos de temática vitivinícola, enológica y paisajística entre otros además de poseer grandes salones en los que organizan
bodas y comidas de empresas.
Sin duda alguna ha sido el mundo de la restauración y la hostelería donde
se han producido las mayores inversiones por parte de los propios bodegueros. Los ejemplos más representativos son el Centro de Turismo Rural Pago de
Trascasas a cargo de Bodegas Alfredo Santamaría en Cubillas de Santa Marta y
Hospedería Concejo en Valoria La Buena por parte de Bodegas Concejo. También es destacable la actuación llevada a cabo por Bodegas Lezcano Lacalle en
Trigueros del Valle que ofrece la posibilidad de comer entre las barricas.
A estos establecimientos hay que sumar una red muy amplia de casas rurales y restaurantes que han ido apareciendo en los diferentes municipios y han
creado un tejido turístico muy importante —desconocido hasta la fecha—
creando trabajo para los familiares de los propios bodegueros así como para
personas de los diferentes municipios.
En total hay ocho casas de turismo rural, cuatro centros de turismo rural,
otros siete alojamientos repartidos entre posadas, moteles, hostales y campings, y cuarenta seis restaurantes, todo ello distribuido por todos los municipios de la D.O. Cigales. De todos estos establecimientos han sido las casas
rurales, los centros de turismo de rural, y algunos restaurantes los que han
surgido asociados a la industria del vino y las iniciativas han sido planteados
por los propios bodegueros como una nueva forma de promoción de sus vinos.
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Como valores añadidos hay que considerar la rica gastronomía de esta comarca, siendo el lechazo asado la especialidad; el abundante patrimonio Histórico-Artístico como San Isidro de Dueñas, el castillo de los Robles de Guevara en
Trigueros del Valle, la iglesia de Santiago de Cigales, el Castillo de Fuensaldaña,
las esclusas del Canal de Castilla o el Puente Romano de Cabezón de Pisuerga;
así como otras actividades que se realizan en torno a la figura del vino como los
conciertos de órgano con degustación de vino en Cubillas, el museo del Cántaro
en Valoria la Buena o el Aula de interpretación del Vino en Mucientes.
Sin duda alguna uno de los mayores reclamos turísticos de esta comarca lo
constituye la «Fiesta de la Vendimia» celebrada a finales de Septiembre en Cigales y que está declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional. Durante
la semana en la que tiene lugar esta celebración se organizan catas, conferencias sobre el mundo del vino, exposiciones de pintura, ferias gastronómicas,
bailes y música tradicional que atraen a cientos de visitantes a degustar los famosos rosados de la comarca.
Todas estas actividades han ayudado a dinamizar un territorio agrario por
excelencia que ha ido adaptándose a los nuevos tiempos y a la impronta del
cultivo del viñedo colocando el nombre de Cigales entre las D.O. más representativas de Castilla y León a la vez que algunos de sus municipios se han ido
configurando como el periurbano norte de la ciudad de Valladolid con una expansión urbanística que ha transformado de forma importante el paisaje agrario, y en concreto el vitivinícola, pero que a su vez ha contribuido a la
expansión de este producto.
CONCLUSIÓN
Desde el nombramiento como D.O. pero sobre todo a partir del comienzo
del siglo XXI la industria vitivinícola ha sufrido una serie de transformaciones
muy importantes en la economía, en el paisaje y en el ámbito social y cultural
del conjunto de los municipios que la conforman. Estas transformaciones derivan directamente de la expansión de la superficie de viñedo por las diferentes terrazas del Pisuerga que ha provocado un mayor peso de esta actividad en
el territorio.
Estos cambios acaecidos no se han producido con la misma intensidad
por todo el territorio. Han sido los situados en la margen derecha del Pisuerga, y en concreto Cigales, Cubillas y Mucientes los que han soportado
prácticamente todo el crecimiento de la superficie del viñedo y los que han
recibido las mayores inversiones para la instalación de las nuevas bodegas
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industriales y la adaptación de las ya existentes a la nueva demanda del
mercado.
La industria vitivinícola ha generado cambios paisajísticos muy significativos en un espacio agrario tradicional muy característico para esta comarca.
Las bodegas subterráneas se han ido sustituyendo por las grandes naves industriales dispersas por el territorio que en pocas ocasiones han sabido adaptarse al medio que las rodea, y permanecen como instalaciones fabriles en
medio de los campos de trigo y de los viñedos. Hace poco más de treinta años,
cuando se entraba a los pueblos por la carretera principal la primera imagen
que se tenía del mismo era el campanario de la iglesia mientras que hoy día se
observan los almacenes de cereales y las nuevas bodegas.
Las cepas en vaso van dejando paso a las plantadas en espaldera y los majuelos aparecen llenos de estacas de madera y alambres que permiten a la vid
trepar lateralmente y a lo alto, lo que facilita la mecanización de la vendimia y
que en estos espacios sea cada vez más frecuente la presencia de grandes máquinas vendimiadoras y menos personas cortando los racimos de uvas.
La gran expansión de las vides ha dado lugar a la elaboración de vino en
mayor cantidad generando nuevos puestos de trabajo. Estos empleos no han
sido solo en las labores del campo como la poda o la vendimia que poseen un
carácter estacional y que pueden llegar a emplear cada año a más de 600 personas, sino que hay que tener en cuenta los empleos fijos compuestos por distribuidores, enólogos y diversos técnicos que trabajan en el interior de las
bodegas y que se elevan a unas 150 personas. Además hay que añadir todo el
personal que cada vez va siendo más numeroso destinado a las labores derivadas directamente del enoturismo como guías de bodegas, camareros, cocineros, regentes de casas rurales, etc. que superan las 50 personas.
Los cambios paisajísticos e industriales ocurridos en la D.O. Cigales han
supuesto un aliento de aire fresco para la población que reside en estos lugares. La expansión de la industria ha permitido crear nuevos puestos de trabajo
y en ocasiones mantener una parte de la población que llevaba saliendo del
pueblo hacia la ciudad desde los años sesenta. En menor medida ha permitido
el asentamiento de nuevos pobladores que han abierto algún negocio derivado
del enoturismo y han decidido establecer su residencia en el municipio. A pesar de todo la mayor parte de los propietarios de estos negocios realizan la gestión desde la ciudad o se desplazan a diario a su lugar de trabajo sin mantener
otro vínculo con el municipio.
La apertura de las bodegas y los nuevos eventos organizados por las mismas han permitido dinamizar un territorio que se caracterizaba por la intensidad de la actividad agraria y que gracias a este fenómeno se ha diversificado
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surgiendo nuevas actividades que atraen a turistas de diferentes partes de la
geografía española y europea consolidándose como uno de los motores de
la economía y de desarrollo rural de esta comarca extrapolándose a otros espacios vitivinícolas de la región.
Recibido: 31/08/2011
Aceptado: 25/04/2012
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RESUMEN
El objetivo de esta investigación consiste en analizar las transformaciones ocurridas
en la industria y en el paisaje vitivinícola de la Denominación de Origen Cigales, una
de las de mayor importancia en Castilla y León.
Para poder llevar a cabo este trabajo se han utilizado diferentes fuentes estadísticas que
han permitido realizar una recreación histórica de la superficie cultivada en los últimos
veinte años de esta comarca, así como entrevistas a viticultores y visitas a las bodegas.
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Los resultados que se han obtenido confirman una serie de cambios de gran calado en
el territorio que han contribuido a dinamizar un medio rural que languidecía económica y socialmente a través del incremento de la superficie de viñedo y la aparición de
grandes bodegas industriales dando lugar a la creación de un tejido económico más
diversificado con nuevas actividades ensalzando a la industria del vino como un referente clave de este territorio.
PALABRAS CLAVE: Denominación de Origen (D.O.) Cigales; Castilla y León; paisaje vitivinícola; industria vitivinícola; bodega tradicional; bodega industrial; enoturismo.
ABSTRACT
The target of this investigation consists of analyzing the transformations that took
place in the industry and in the wine scenery of the Guarantee of origin Cigales, one
of those of major importance in Castile and León.
In order to carry out this task different statistical sources have been used, which have
made it possible to make a historical recreation of the surface cultivated in the last
twenty years in this region, as well as interviewing wine growers and visiting the
wineries.
The results that have been obtained confirm a series of important changes in the territory that have contributed to energize a rural area that was languishing economically
and socially through the increase of the surface of vineyard and the appearance of big
industrial wineries leading to the creation of a more diversified economic textile with
new activities extolling the wine industry as a key reference in this territory.
KEY WORDS: Guarantee of origin (D.O.) Cigales; Castile and León; landscape wine;
wine-producing industry; traditional winery; industrial winery; enotourism.
RÉSUMÉ
L’objectif de cette recherche est d’analyser les transformations dans l’industrie et du
paysage du vin d’Appellation d’Origine Cigales, une des plus importants en Castilla y
León. Pour mener à bien ce travail, nous avons utilisé sources statistiques différentes
qui nous ont conduit à effectuer une récréation historique de la superficie cultivée au
cours des vingt dernières années dans cette région, ainsi que des entrevues avec des
viticulteurs et des visites des caves.
Les résultats obtenus confirment une série de changements majeurs dans le territoire
qu’ils ont contribué à dynamiser une des zones rurales faible économiquement et socialement en augmentant la superficie de vignobles et de l’émergence de grands caves
industrielles. De cette façon on a créé une structure économique plus diversifiée avec
de nouvelles activités qui a transformé l’industrie du vin en une référence clé dans ce
territoire.
MOTS CLÉS: Appellation d’Origine Cigales; Castilla y León: paysage du vin; industrie
du vin; cave à vin traditionnelle; cave industrielles; enotourisme.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201203
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Tendencias y perspectivas del turismo de sol y playa
en Marruecos. El caso de la región Tánger-Tetuán
Perspectives and trends of sun and beach tourism in
Morocco. The case of Tangiers-Tetouan region
José Antonio López Sánchez*, Manuel Arcila Garrido**
y Adolfo Chica Ruiz***
JUSTIFICACIÓN Y METODOLOGÍA
El artículo que se presenta analiza el turismo en Marruecos en los últimos
años. Somos conscientes que en la actualidad el turismo del país alauita es
muy atractivo debido a la apuesta que han realizado las autoridades marroquíes a través de diferentes planes turísticos para su desarrollo (Tresserras,
2003). En esta misma línea podemos decir, que hablar de Marruecos, es sinónimo de hablar del turismo tradicional que ha venido dándose en las ciudades
imperiales, pero en la actualidad es comenzar también a hablar del turismo de
sol y playa, del turismo rural, del turismo cultural, etc. (Ezaidi et al., 2007).
Cuando un europeo se plantea, desde la aparente seguridad de las sociedades
occidentales, un acercamiento a la realidad marroquí lo primero que brota a
su mente es «la primavera árabe» y la inseguridad que ésta produce, pero a
poco que se conozca o que se realice un análisis del contexto marroquí se observa una situación bien distinta.
*
Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, Universidad de Cádiz (joseantonio.
lopez@uca.es).
** Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Cádiz (manuel.arcila@uca.es).
*** Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Cádiz (adolfo.chica@uca.es).
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JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁNCHEZ, MANUEL ARCILA GARRIDO Y ADOLFO CHICA RUIZ
En este sentido se pretende analizar la realidad del sector turístico en la región del norte de Marruecos desde diferentes perspectivas. Primero se profundiza en las actividades turísticas de Marruecos y como se está transformando
la región y por ende, la cultura de los pueblos que la habitan, el paisaje, la
forma de relacionarse y la cultura. Posteriormente se analiza la evolución turística en la última década centrando la cuestión en los planes que han servido
para su desarrollo. Por último se plasma cómo ha evolucionado el turismo de
sol y playa en la región Tánger-Tetuán concretando algunos ejemplos en la
zona de Cabo Negro y su repercusión territorial.
El turismo en la última década es, y posiblemente seguirá siendo en el futuro, un elemento omnipresente en este territorio con grandes posibilidades y
potencialidades de desarrollo, siempre y cuando, se desarrolle de manera sostenible y no se esquilmen los recursos existentes (Saïgh, 2005). De hecho
existen poderosas razones para pensar que Marruecos, dentro del sector turístico del sur del Mediterráneo, tiene un gran potencial, aun por desarrollar, sobre todo si se considera como oferta particular, diferenciada y de calidad
(Humbert, 2009).
En la actualidad tanto las autoridades políticas, que tienen responsabilidad
en el sector turístico, como los empresarios están intentando potenciar un turismo en Marruecos caracterizado por estancias en un entorno natural, cultural y económico en las que el cliente disfruta de una experiencia autentica
—aún sin contaminar— donde la cultura y el medio juegan un papel primordial (Héctor, 2003). Esta oferta básica tradicional deberá apoyarse y desarrollarse en una complementaria, inexistente en la actualidad, que ayude al
turista a elegir este destino.
Este trabajo, por su peculiaridad, se encuadra dentro de una doble temática:
en primer lugar el análisis de la planificación turística del reino de Marruecos
en las últimas décadas y en segundo lugar la plasmación de las políticas turísticas marroquíes en la región Tánger -Tetuán centrándonos en el caso de la costa
atlántica desde Tánger hasta Tetuán. En ambos apartados se analiza la importancia del desarrollo turístico y su repercusión en la sostenibilidad territorial.
Para la realización de este texto han sido fundamentales los trabajos realizados dentro del marco del proyecto Ibn Battouta1. No podemos obviar que
1 «Ibn Battouta: Programa de formación e información de sostenibilidad turística para la región Tánger-Tetuán» comenzó en 2008 y su plazo de ejecución es de cuatro años. En él participan grupos de investigación de las universidades de Cádiz —España— y Abdelmalek Essadi
—Marruecos— cuyos miembros pertenecen a distintas disciplinas: geografía, biología, geología, historia, estadística, economía y turismo.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS…
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no existe un gran número de obras referidas a esta temática en particular, ni
datos estadísticos desagregados, por lo que nos hemos visto obligados a realizar un exhaustivo trabajo de búsqueda de fuentes básicas a veces de difícil
consecución. Por ello en este artículo se plantea la hipótesis de que el turismo
de sol y playa va a desarrollar un crecimiento exponencial en los próximos
años. En este contexto es necesario articular los mecanismos de gestión mínimos que contribuyan a mitigar los posibles impactos territoriales que este modelo turístico provoca. Por lo tanto esto nos llevará a estudiar la situación
actual de la actividad turística en Marruecos, la planificación y políticas turísticas emanadas del gobierno marroquí y por último, las características del turismo de sol y playa en la región septentrional del reino alauita y su impacto
en el litoral. Apreciando, de este modo, la importancia que tiene desarrollar
una planificación turística para lograr una posible alternativa al modelo económico tradicional sustentado en el sector primario pero cada vez más compensado por las aportaciones que realiza el sector turístico a la economía
regional y nacional.
LA SITUACIÓN DEL TURISMO EN MARRUECOS
El turismo es una actividad consolidada en Marruecos. Con unos seis millones de dólares de ingreso por turismo internacional en 2009 se sitúa como
el primer país del Magreb y el segundo del Mediterráneo africano según la
OMT (2010). Los potenciales recursos naturales y culturales lo proyectan
como una futura potencia turística de la región. Pero a pesar de estas expectativas es necesario ordenar el crecimiento de la actividad para evitar los impactos negativos del turismo tradicional, principalmente el de sol y playa, y
mejorar la oferta orientada al turismo extranjero y nacional. Para ello, entre
otras líneas de actuación, es sustancial el conocimiento de todos los sectores
implicados en la actividad y la participación en la planificación y en la gestión
de todos los agentes, incluyendo a los ciudadanos que son los principales receptores de la actividad.
La primera característica de la estructura turística de Marruecos es el peso
específico que tienen los turistas de procedencia internacional siendo casi del
78% del total de pernoctaciones habidas en 20092 (OMT, 2010). Esta proporción ha ido descendiendo en la última década ya que a principios del siglo XXI
2 Como ejemplo en el caso de España el peso de las pernoctaciones de turistas extranjeros
ronda el 60%.
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JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁNCHEZ, MANUEL ARCILA GARRIDO Y ADOLFO CHICA RUIZ
los turistas internacionales significaban más del 80%. Este descenso puede ser
explicado por un lado por la mejora relativa del nivel de vida de la población
marroquí y por otro por el retroceso de las visitas internacionales provocadas
por la percepción de inseguridad de los países árabes y la recesión económica
de los principales países de origen del turismo marroquí. Este es un elemento
a tener en cuenta debido al comportamiento sociológico de la sociedad árabe
ante el turismo sol y playa. A pesar de ello cada vez más se puede ver a la población marroquí, mujeres y hombres, disfrutando del sol y del mar3.
TABLA 1
EVOLUCIÓN DE LAS PERNOCTACIONES POR NACIONALIDAD
2001
Nacionales
2.402.104
%
18,9
2005
2.956.100
%
19,4
2009
%
Var %
2001-2009
3.717.778
22,9
54,8
Internacionales 10.293.123
81,1 12.259.489
80,6 12.520.803
77,1
21,6
Total
100 15.215.589
100 16.238.581
100
27,9
12.695.227
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Turismo de Marruecos, 2011.
Pero la evolución y la distancia entre ambas tipologías de turismo se observa con mayor nitidez en el gráfico evolutivo de las pernoctaciones en la última década. En él se detectan tres momentos diferenciados: una primera fase
que abarca desde 2001 a 2003 donde se percibe un ligero descenso provocado
por la repercusión de los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York; un
segundo momento de aumento hasta el 2007 donde se recuperan y se superan
los datos del 2001 y por último una nueva fase de descenso hasta la actualidad
provocado por la situación de crisis económica de los países emisores y por
«la primavera árabe».
3
A pesar de esta normalización del uso de las playas, los comportamientos en horarios e indumentaria es todavía muy diferente del observado en las playas de los países externos al
mundo árabe. Estas diferencias se hacen aún patentes entre los usuarios marroquíes e internacionales. También se puede percibir un uso distinto entre las playas urbanas como la de Tánger
o Martil en la región Tánger-Tetuán, y las playas no urbanas aprovechadas por resort y urbanizaciones turísticas.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 91-123, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201204
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS…
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FIGURA 1
NÚMERO DE PERNOCTACIONES POR NACIONALIDAD
Fuente: Ministerio de Turismo de Marruecos, 2011.
Estas afirmaciones se ratifican con el estudio de las tasas de ocupación hotelera de la última década donde marcan los tres periodos anteriormente descritos —de 2001 a 2003, de 2003 a 2006 y de 2007 a la actualidad— (OMT,
2005, 2006 y 2007 a y b). Es necesario destacar que la tasa de ocupación de
2009 es inferior en 7 puntos a la conseguida en 2001, y que solo en 2006 se alcanzó una tasa superior.
TABLA 2
EVOLUCIÓN DE LA CAPACIDAD DE ALOJAMIENTO
Y LA TASA DE OCUPACIÓN
2001
Nº camas
Tasa
ocupación
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
97.001 102.097 109.615 119.248 124.270 133.230 143.269 152.927
48
42
39
43
47
49
48
45
2009
s/d
41
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Turismo de Marruecos, 2011.
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Por todo ello parece interesante centrarnos en las características del turismo internacional. Si se analiza tanto las cifras de llegadas de turistas como
de ingresos alcanzadas en las últimas décadas se aprecia un aumento exponencial del número de personas que visitan el país, pasando de los dos millones y medio de turistas a más de nueve en 2010 según la OMT (2011), que
significa un incremento del 115%. De igual manera los ingresos se han multiplicado por cuatro desde 1995 hasta 2010. También es interesante destacar el
mayor peso de Marruecos en la cuota turística del continente africano pasando en el número de llegada del 13% a mediados de la década de los noventa a casi el 19% de la actualidad. Hay que indicar que en la primera década
del siglo XXI el peso del turismo marroquí ha crecido en cuatro puntos en relación al número de llegadas pero ha perdido posición relativa con respecto al
montante de ingresos por dicha actividad. Esta circunstancia es esencial que
sea tenida en cuenta por las autoridades competentes.
TABLA 3
EVOLUCIÓN DE LAS LLEGADAS DE TURISTAS INTERNACIONALES E
INGRESOS POR LA ACTIVIDAD TURÍSTICA EN MARRUECOS
Llegadas
(en miles)
1995
1999
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Variación
1995/1999 (%)
Variación
2002/2010 (%)
Variación
1995/2010 (%)
Cuotas %
%Ingresos
(en millones $ USA)
Cuotas %
2.602
3.824
4.303
4.552
5.477
5.843
6.558
7.408
7.879
8.341
9.288
12,9
14,2
s/d
14,8
s/d
15,9
16,1
16,7
16,9
18,2
18,8
1.304
1.960
2.646
3.221
3.924
4.617
5.967
7.181
7.168
6.557
6.720
16,2
17,4
s/d
22,4
s/d
21,5
24,5
25,7
23,6
22,7
21,2
46,9
1,3
50,3
1,2
115,8
4,0
153,9
-1,2
256,9
5,9
415,3
5,0
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la OMT, 2008 (a) y el Observatorio Turístico de Marruecos, 2011.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS…
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En este somero análisis de la nacionalidad de los turistas internacionales se
observan tendencias muy distintas en función del país de procedencia. Así los
turistas españoles ocupan el primer lugar durante la última década, un peso
que se ha acentuado en los últimos años significando en 2008 casi el 45% del
total de turistas internacionales (OMT, 2009 a y b). Francia también ha aumentado su presencia turística en Marruecos al contrario del resto de países
europeos que pierden peso en este mismo periodo como se observa en los gráficos posteriores. Dentro de ellos destaca Alemania que ha disminuido la
afluencia de turistas tanto en valores absolutos como porcentuales. Por último, también es reseñable la evolución del turismo estadounidense que ha
descendido a más de la mitad entre 2001 y 2008 pasando de más del 12% a
principio del periodo a menos del 4% en 2008.
TABLA 4
TURISTAS EXTRANJEROS POR NACIONALIDADES EN MARRUECOS
Nacionalidad
2001
2007
2008
Var % 07/08
España
77.344
138.205
147.063
6
Francia
38.443
71.589
76.605
7
Reino Unido
21.622
28.984
28.040
-3
Países Árabes
14.233
18.185
17.902
-2
Alemania
18.200
15.252
14.618
-4
Estados Unidos
27.707
13.468
12.232
-9
Portugal
8.249
12.166
12.024
-1
Italia
7.000
7.875
10.545
34
Holanda
4.564
8.367
7.662
-8
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Observatorio turístico y Ministerio de Turismo de Marruecos, 2010.
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FIGURA 2
PORCENTAJE DE LOS TURISTAS INTERNACIONALES
POR NACIONALIDAD EN 2001
Fuente: Observatorio Turístico y Ministerio de Turismo de Marruecos, 2011.
FIGURA 3
PORCENTAJE DE LOS TURISTAS INTERNACIONALES
POR NACIONALIDAD EN 2008
Fuente: Observatorio Turístico y Ministerio de Turismo de Marruecos, 2011.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS…
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POLÍTICA TURÍSTICA PARA EL DESARROLLO DEL TURISMO EN EL NORTE DE MARRUECOS
Antecedentes de la política turística en Marruecos
Marruecos ha optado por el turismo como sector estratégico para lograr un
desarrollo socio económico. Esta línea de trabajo se inició en 19654 cuando el
Ministerio de Turismo apostó por el desarrollo del sector. Desde entonces la administración ha intentado reglamentar y estructurar5 el sector. Actualmente el
esfuerzo se encamina hacia la calificación y la ordenación del territorio en cuatro zonas prioritarias: Tánger; Al-Hoceima; Restinga Smir (Tetuán) y Agadir.
El turismo marroquí dentro de los grandes circuitos internacionales ha quedado constreñido tradicionalmente a la tipología de turismo cultural anclado en
las rutas tradicionales, que incluyen el eje Marrakech-Fez-Meknes —las llamadas villas imperiales— combinadas con un turismo de aventura tanto en los desiertos, como en los oasis del sur del país y de la cordillera del Atlas. Sin embargo
hasta el siglo XXI, la política turística marroquí ha obviado el potencial turístico
que ofrecen sus costas, tanto en la vertiente atlántica como en la mediterránea.
La única excepción a esta política ha sido la realizada en la ciudad de Agadir, que fue reconstruida a raíz del terremoto que la destrozó totalmente en
1960 y que tras su reconstrucción se desarrollo un incipiente turismo internacional, alemán y británico, basado en los recursos de sol y playa. Alcanzando
cierto grado de desarrollo durante la década de 1980-1990 y que fue copado
por los grandes tour operadores europeos.
Una apuesta por la planificación, el «Plan Estratégico Visión 2010»
Conscientes de la relevancia del sector turístico como eje prioritario del
desarrollo económico marroquí, las autoridades están llevando a cabo diversas
actuaciones (Inspection Régionale de l Amenagement du Territoire et de l Enviroment Tanger-Tétouan, 2011). El año 2001 marcó un punto de inflexión
4 En la década de los setenta es cuando el Estado crea la Oficina Nacional Marroquí de Turismo (ONMT) y la Caja de Depósito y de Gestión (CDG), iniciándose un incipiente desarrollo
del sector con la construcción de las primeras unidades hoteleras. El sector se benefició de inversiones específicas (1973, 1983, 1993) que le otorgaron una serie de ventajas fiscales.
5 En 1965, la capacidad hotelera rondaba las 14.708 camas homologadas. Tras estas iniciativas esta capacidad ha ido creciendo a un ritmo que de 1960 a 1973 fue de 2.000 camas por año;
entre 1973 a 1985 de 2.500 anuales, 4.000 camas por año en el periodo 1985-1992 y 2.000 camas anuales en el periodo 1993-2000.
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100 JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁNCHEZ, MANUEL ARCILA GARRIDO Y ADOLFO CHICA RUIZ
para su actividad turística con la elaboración de un plan estratégico denominado «Visión 2010». Un ambicioso plan concertado entre el gobierno y los
profesionales del sector cuyo objetivo era dar un impulso al turismo marroquí
centrado en tres ejes de actuación:
1. Renovación de los hoteles.
2. Creación de un sector profesional debidamente formado.
3. Desarrollo del turismo de sol y playa mediante la puesta en marcha del
llamado «Plan Azur», consistente en la construcción de seis complejos
turísticos en seis playas del litoral marroquí.
Marruecos tiene importantes recursos naturales y un gran patrimonio cultural, según Bernal et al. (2011), pero el «Plan Azur» optó por un desarrollismo rápido, de masas y agresivo con el medio basado en el modelo de sol y
playa tradicional cuyo principal objetivo era alcanzar los 10 millones de turistas para el año 2010, lo que supondría prácticamente duplicar el número de
turistas que recibía Marruecos en el 2001. El objetivo fundamental del Plan ha
sido desarrollar la oferta hotelera y aumentar el número de llegadas de turistas
internacionales (figura 4).
El «Plan Estratégico Visión 2010» pretendía movilizar todos los recursos
públicos y privados alrededor de una serie de objetivos comunes, sustentados
en seis pilares: producto, transporte aéreo, marketing y promoción, organización institucional, formación y el medio ambiente —aunque éste último no se
tiene demasiado en consideración—.
FIGURA 4
OBJETIVOS DEL «PLAN ESTRATÉGICO VISIO 2010»
Fuente: elaboración propia.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201204
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 101
El desarrollo de estos seis temas prioritarios tiene como objetivos cubrir el
déficit estructural del sector turístico marroquí planteando su desarrollo a través de ayudas públicas6. El primer tema se relaciona con el producto hotelero.
Se ha pretendido multiplicar por tres la capacidad de alojamiento turístico de
Marruecos para alcanzar las 230.000 camas. Asimismo se proyectó reequilibrar y diversificar la tipología turística existente para basarse a partir del 2010
no solo en el turismo cultural de las ciudades imperiales sino también en el
turismo de sol y playa, el turismo cultural y el turismo rural. El segundo trata
de la mejora de los recursos humanos para ello se pretendía formar a 70.000
profesionales, hecho que no se ha conseguido. El tercer punto aborda el desarrollo y la mejora de las infraestructuras aéreas. En cuarto lugar proyecta mejorar la imagen exterior de Marruecos a través de campañas de marketing. En
los últimos meses este aspecto se ha visto afectado negativamente por la «primavera árabe». En relación con el medio ambiente se apuesta por mejorar la
acogida, la calidad de los servicios y la animación, pero nada se menciona sobre la conservación del patrimonio natural existente. Por ello pensamos que
este plan apuesta por un desarrollo rápido del sector que, sin lugar a dudas,
traerá consecuencias económicas positivas a corto plazo para el desarrollo de
la sociedad de la región del norte de Marruecos, pero en cambio, adolece de
una verdadera política de sostenibilidad turística, que pasará una factura medioambiental a largo plazo a las generaciones futuras (Hilali, 1995). Por último, se desarrolla por primera vez una política relacionada con la
organización institucional. Esta organización se estructura en una doble vertiente; por un lado teniendo presente todos los aspectos relacionados con el
sector público y por otro, como catalizador de las diferentes empresas e instituciones privadas con el objetivo de alcanzar los postulados planteados en el
«Plan Visión 2010».
Con todo, el «Plan Azur» es un programa que pretende la colaboración entre el sector público y el privado y que se caracteriza por la cesión de terreno
público al sector privado a un precio inferior a su valor en el mercado. A cambio la empresa privada se compromete a la realización de las infraestructuras
necesarias para su posterior urbanización. Del mismo modo, la empresa se
compromete a realizar las infraestructuras necesarias para conectar los complejos turísticos con las infraestructuras del Estado —conexión a la red estatal
de carreteras, distribuidor de agua, electricidad, teléfono, saneamiento—.
6 Las ayudas públicas que están propiciando estas inversiones son las denominadas «Fondo
Hassan II para el Desarrollo Económico y Social».
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Dentro de estas acciones también se contempla la venta de terrenos por los inversores a los operadores hoteleros, inmobiliarios, de ocio… aunque el valor
de los terrenos para la construcción de hoteles lo determina el Estado7.
Por primera vez en el país alauita se presentaba una estrategia prospectiva
con una visión a largo plazo, dotada económicamente y en cierta medida planificada. El Estado consciente del potencial del sector turístico declaró al turismo como una prioridad económica a escala nacional. Por lo tanto, se
pretendía hacer competitivo a Marruecos como destino turístico. Los lugares
prioritarios para el desarrollo del turismo de sol y playa son los que aparecen
reflejados en la figura 5.
FIGURA 5
ESTACIONES INCLUIDAS EN EL «PLAN AZUR»
Fuente: Ministerio de Turismo y de Artesanía, 2008.
7 El Estado, a través del «Plan Azur», concede una serie de ventajas a los inversores. De hecho al inversor hotelero se le subvenciona parte del suelo y con exoneración de impuestos.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 103
TABLA 5
PROGRAMAS DE DESARROLLO TURÍSTICO CONTEMPLADO
EN EL «PLAN AZUR»
Destino
Saidia
Tagahazout
Mazagan
Lixux
Mogador
Playa
Blanca
Inversor
Fadesa
Colony
Capital
Satocan
Kerzner CDG Thomas/
Somed/Mamda Piron
Thomas/
Piron
Fadesa
Capacidad
en camas
30.000
21.000
7.600
12.000
10.600
30.000
Enero 2007
Junio 2007
Febrero 2006 Junio 2006
Fecha inicio
Abril 2004
de la obra
Inversión
952 Mill. 1.059 Mill. 538 Mill. Apertura
Enero 2009
Diciembre
2009
Fin 2009
Septiembre
2008
447 Mill. 415 Mill. 1000 Mill. 2010
Fin 2009
2012
Fuente: elaboración propia a partir de documentos del Ministerio de Turismo y Artesanía y el Observatorio de
Turismo de Marruecos, 2008.
El segundo pilar del «Plan Visión 2010» y paralelo al desarrollo del «Plan
Azur» es el «Plan Mada’In», cuya puesta en marcha se sustenta en los «Planes
de Desarrollo Regional Turístico (PDRT)» donde participaron de forma conjunta diferentes instituciones —el gobierno central, los gobiernos regionales,
las comunas y los consejos regionales de turismo—. Su objetivo principal es la
reactivación y revalorización del turismo cultural en Marruecos. Se trata, por
tanto, de potenciar y extender los destinos tradicionales a otras zonas que tienen gran cantidad de recursos y que por sus atractivos poseen posibilidades
de desarrollo turístico. Entre los destinos destacan: Agadir, Tánger, Tetuán,
Fez, Ouarzazate / Zagora y Casablanca. Así el plan se desarrolla sobre dos
principios básicos:
1. Apostar por un posicionamiento diferenciado.
2. Realizar acciones de promoción de aquellos elementos socioculturales
que se consideran singulares.
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FIGURA 6
METODOLOGÍA DEL «PLAN MADA’IN»
Fuente: elaboración propia.
A partir de 2007 las autoridades marroquíes adoptaron una estrategia global para potenciar una oferta turística basada en el turismo urbano y cultural.
Asimismo, se reforzó el «Plan Mada’In» con el desarrollo de los PDRT de Tetuán-Tamuda Bay, Ouarzazate-Zagora y Rabat et Meknes.
TABLA 6
PROGRAMA DE LOS PDRT
Programa
Firma de
Convenio
Nuevas Zonas Turísticas
PDRT Fez
Nov.2005
Ouislane/Oued Fez/
Medina de Fez
PDRT
Casablanca
2006
PDRT Agadir
PDRT Tánger
Camas
Fecha de
añadidas funcionamiento
5.000
2014
City Center/Marina/
Rehabilitación de la Medina
10.000
2012
2007
Founty/Taghazout/ Bensergao
33.000
2015
en espera
Ghandouri/Tánger City
Center, Reconversión del
Puerto, equipamiento cultural
2.200
2012
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Observatorio de Turismo de Marruecos, 2011.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 105
Por otro lado, el «Plan Biladi» busca promover el turismo nacional para
ello se proyectó la construcción de las infraestructuras necesarias —siete estaciones o complejos turísticos que tienen previsto terminarlas este año 2012—.
TABLA 7
CARACTERÍSTICAS DE LAS ESTACIONES DEL «PLAN BILADI»
Superficie media/apart.
Precio por noche/apart.
Residencias hoteleras verticales
60 a 70m²
18 a 38 Résidences hoteleras horizontales (pueblo de vacaciones)
70 a 80m²
27 a 45 Camping con normas internacionales
Residencial
Animación, comercio y ocio
9 a 13 80m²
Restaurantes, terrenos deportivos, juegos de niños,
comercios, piscinas…
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Turismo y Artesanía, 2008.
Por último dentro del «Plan Azur» también se despliegan una serie de medidas para promocionar el turismo rural. Esta tipología turística basa su existencia en la necesidad de mantener unas condiciones medioambientales
aceptables ya que su desarrollo se fundamenta en el legado histórico recibido
y se sustenta en un frágil equilibrio cultural y ambiental con el entorno.
Marruecos para desarrollar el turismo rural ha desarrollado una serie de
normas recogidas en el País Acoge Turístico (PAT). Con el PAT8 se busca que
8 Características del PAT:
– Zona geográfica limitada y con gran entidad territorial y cultural.
– Deben presentar curiosidades naturales, humanas y culturales.
– Se comprometen a disponer de equipamientos turísticos: alojamiento, restauración y señalización turística.
– Animación especifica.
– Voluntad de participar en el desarrollo turístico por parte de los actores locales —población local, políticos, ONG s, profesionales…—.
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los turistas descubran las zonas rurales del país a través de circuitos e itinerarios establecidos donde se muestra la forma de vida tradicional de los núcleos
rurales. De hecho, para que un territorio tenga el reconocimiento oficial de
región turística es necesario que cumpla algunos de los aspectos que aparecen en los PAT. Para ello, es preciso el apoyo de la población local y que las
autoridades locales presenten un proyecto donde se constate la importancia
del turismo rural para dicha población. El plan fija dos grandes líneas de actuación:
– PAT nuevos: se desarrollan en zonas donde la actividad del turismo rural
era inexistente o escasa como son Chefchaouen, Ifrane, Immouzer Ida
Outanane.
– PAT a consolidar: son zonas donde la actividad turística tiene cierta tradición como son las zonas del Alto Atlas, el desierto de Errachidia,
Ouarzazate y Zagora.
Un elemento común, en toda estrategia marroquí para el desarrollo del sector turístico, es que no existe una planificación medioambiental global, sino lo
que prima es el desarrollo de las infraestructuras hotelera, sin que se constaten planteamientos claros de sostenibilidad. Igualmente, las líneas de acción
que contempla presentan carencias respecto al análisis del mercado nacional
para averiguar cuáles son las necesidades y las demandas del turista marroquí,
y del mismo modo, se observan estas mismas deficiencias respecto al mercado
internacional. Esto indica la escasa importancia que el sector empresarial y el
Estado otorgan a la sostenibilidad, en cambio, se apuesta por un desarrollo
económico a cualquier coste.
– Casa del País: es el centro de acogida y de recepción del PAT. Se trata de un edificio
donde tendrá lugar la recepción de los visitantes, donde se les facilitará la información
turística necesaria, los circuitos, etc. Es decir, donde se efectúan todas las acciones relacionadas con el PAT. Por lo tanto, Casa del País es donde se ubica físicamente la acogida,
la gestión, la organización y el funcionamiento del PAT sobre el territorio.
– Asociación del País: es la entidad que se ocupa de gestionar la Casa del PAT. Se encarga
del funcionamiento y la inversión que se realiza en el PAT. Su órgano rector está constituido por profesionales del sector turístico, ONG, representantes de la administraciones
públicas, autoridades locales…
– Carta de calidad y Label del País: cada PAT tiene que girar sobre una temática determinada, norte Rif Mediterráneo; desierto interior; desierto Atlántico; cascadas y lagos del
medio Atlas; naturaleza y montañas de la región centro (región de Fez); etc.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201204
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 107
EL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN LA REGIÓN TÁNGER - TETUÁN
La actividad turística en la región Tánger-Tetuán (RTT) es de relevante importancia para la economía regional. En base a ello, y a lo largo de la segunda
mitad del siglo XX, se crea la industria turística regional, estando la mayor
parte de la planta hotelera de la RTT dirigida al turismo masivo de sol y playa.
La privilegiada situación geográfica de la región Tánger-Tetuán la convierte
en un espacio idóneo para la oferta turística de sol y playa. La región tiene 375
kilómetros de costas distribuidos entre el Atlántico y el Mediterráneo, playas
de arena dorada y blanca intercaladas con zonas acantiladas; un clima suave
durante todo el año —con una temperatura media entre 14 y 18 grados—;
precipitaciones medias de 800 milímetros al año; con una insolación anual
muy similar a la de provincia de Cádiz y un diversificado patrimonio sociocultural y histórico; son factores que han favorecido su atracción turística.
Las características granulométrica y mineralógica son muy favorables para
el baño. La pendiente del intermareal y la estabilidad de la trasplaya hacen a
las playas adecuadas para la instalación permanente de servicios. La estabilidad de las playas favorece el baño durante todo el año. Las condiciones del
oleaje no son peligrosas para el baño.
FIGURA 7
TIPOLOGÍA DE COSTA EN LA REGIÓN TÁNGER-TETUÁN
Fuente: Azzariohi, 2010.
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108 JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁNCHEZ, MANUEL ARCILA GARRIDO Y ADOLFO CHICA RUIZ
Atendiendo a las características tipológicas de la línea de costa se presentan
multitud de áreas adecuadas para la actividad turística de sol y playa, entre las
que se pueden destacar (Wahbi, 2007):
– Ras R’mel: ubicada en la margen derecha de la desembocadura del río
Loukkos, ofrece un paisaje atractivo por la presencia próxima de un
bosque y una playa de arena, que se extiende a lo largo de 3 km de longitud.
– Cabo Espartel: situada al oeste de la ciudad de Tánger entre esta y el
cabo Espartel, conectando el Atlántico con el Mediterráneo. Al sur del
Cabo, una serie de playas de arena, relativamente bien conservadas, salpican el paisaje acantilado.
– Asilah: es una de las áreas más consolidadas de la costa atlántica. Destaca por la cantidad y calidad de sus playas que se extienden a lo largo de
5 km y con una anchura que oscila entre los 70 y 100 metros.
– Ksar Sghir: situada a medio camino entre Tánger y Tetuán por la carretera de la costa. Es un área con una reputación turística bien ganada.
Se caracteriza por situarse al final de la rambla de Ksar Sghir, que se
plasma en una hermosa playa de más un kilómetro de longitud y unos
100 metros de anchura cercana a una zona boscosa.
– Cabo Negro y Marina Smir: área situada entre Castiilejo y Martíl caracterizada por playas de arena fina que predominan en toda la línea de
costa con zonas de gran belleza paisajística como la de Cabo Negro.
– Stihat: situada en la costa de la provincia de Chefchaouen, se extiende
por unos 3 km de playa situada en la desembocadura de la rambla Thighissas, de gran belleza paisajística.
– Oued Lau: sin duda, la más importante de toda la costa sur de Tetuán. Se
extiende a lo largo de 5 km y se compone por una arena gris con presencia de guijarros.
Con esa estructura territorial la apuesta por el turismo de sol y playa de las
autoridades regionales y nacionales es evidente. Así las 29 zonas declaradas
como zonas de interés turístico de la región Tánger-Tetuán por el Ministerio
de Gestión del Territorio, de las Aguas y el Medio Ambiente se localizan en la
zona costera desde Larache a Chefchaouen.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 109
FIGURA 8
ZONA DE INTERÉS TURÍSTICO DE LA REGIÓN TÁNGER-TETUÁN
Fuente: Ministerio de Gestión del Territorio, de las Aguas y el Medio Ambiente, 2007.
La oferta global de la región Tánger-Tetuán es de 260 establecimientos de
diferentes tipologías de alojamiento con una capacidad total de 18.819 camas,
de las cuales 8.530 pertenecen a 64 hoteles de distintas categorías. La región
Tánger-Tetuán tiene el 16,8% de los establecimientos hoteleros nacionales —
independientemente de la categoría— y 14,7% de la capacidad hotelera del
país. Estos establecimientos se concentran en Tánger y Tetuán distribuidos
por los dos principales núcleos urbanos y las zonas costeras más demandadas
para uso turístico.
Se puede afirmar que el turismo de sol y playa abarca cerca del 95% de las
plazas de alojamiento hotelero de la región. En efecto, a excepción de las 566
camas que ofrecen los hoteles de Chefchaouen, prácticamente toda la oferta
de la región se sitúa en los primeros 20 km de costa.
Si analizamos los datos por prefecturas y provincias destaca la insuficiente
oferta hotelera en Larache con sólo establecimientos de una y dos estrellas.
Igualmente destacable es su reducida presencia en la provincia de Chefchaouen siendo un territorio con grandes posibilidades turísticas sobre todo
aquellas actividades orientadas a la oferta de cultura y de naturaleza, y también con una fachada costera importante aunque alejada de la capital de la
provincia.
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110 JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁNCHEZ, MANUEL ARCILA GARRIDO Y ADOLFO CHICA RUIZ
TABLA 8
NÚMERO DE HOTELES CLASIFICADOS POR NÚMERO DE ESTRELLAS
Chefchaouen
Larache
Tánger
Tetuán
Total región
1 Estrella
2
1
9
5
17
2 Estrellas
2
2
8
4
16
3 Estrellas
1
-
10
9
20
4 Estrellas
1
-
4
3
8
5 Estrellas
-
-
2
1
3
Total
6
3
33
22
64
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Haut Commissariat au Plan, 2007.
Más del 50% de todos los hoteles de la región se concentran en Tánger que
se eleva al 86% si se incluye a Tetuán. En sentido contrario el número de hoteles en Larache no llega a representar el 5% de toda la región. Es importante resaltar la reducida cifra de hoteles de cinco estrellas, sólo tres establecimientos
en toda la región concentrados en las provincias de Tánger y Tetuán, aunque
nos consta que en los últimos años este número ha aumentado sobre todo en
Tánger.
TABLA 9
NÚMERO DE CAMAS CLASIFICADAS POR CATEGORÍA HOTELERA EN
LAS REGIONES DEL ESTRECHO
1 estrella 2 estrellas 3 estrellas 4 estrellas 5 estrellas
RTT
884
1.461
3.865
1.322
998
Totales
Camas/
Población
8.530
3,45
Fuente: elaboración propia a partir de datos del censo de Haut commissariat au plan, 2004.
Si se analiza el número de camas se confirman los datos anteriores. Tánger
concentra el 66,4% del total. Las camas en hoteles de cinco estrellas significan
algo más del 11% de total de camas y se concentran en Tánger y Tetuán; principalmente en Tánger que representa más del 76% del total de camas en hoteles de cinco estrellas.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 111
Chefchaouen destaca por su oferta en hoteles de nivel medio. Más del 50%
de todas las plazas se ofertan en la provincia de Tánger, y casi el 77% de las camas de más de cinco estrellas están en la misma provincia, como ya se dijo en
el anterior párrafo. Por otra parte si se analiza la relación entre la oferta de camas y la población, se observa como los datos más positivos coinciden con
Tánger y Tetuán con valores que superan la media regional.
TABLA 10
NÚMERO DE CAMAS POR TIPOLOGÍA DE HOTEL EN
LAS PROVINCIAS Y PREFECTURAS
Chefchaouen
Larache
Tánger
Tetuán
Total región
1 Estrella
84
36
452
312
884
2 Estrella
230
128
815
288
1.461
3 Estrella
184
-
2.897
784
3.865
4 Estrella
68
-
740
514
1.322
5 Estrella
-
-
760
238
998
Total
566
164
5.664
2.136
8.530
Camas/población
1,08
0,35
7,43
4,13
3,45
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Haut commissariat au Plan y el Observatorio de Turismo de
Marruecos, 2004 y 2008.
También es de interés analizar los equipamientos de ocio asociados a la
oferta hotelera. En este caso los equipamientos dedicados al golf. Actualmente
son dos las instalaciones de esta tipología: el «Golf Royal Tánger», en la costa
atlántica, cercano a la ciudad de Tánger y, el «Golf Cabo Negro», en la mediterránea, a pocos kilómetros de las ciudades de Tetuán y Martil. Por otra parte
existen siete proyectos de nuevos campos de golf asociados a instalaciones residenciales, estando todos ellos ubicados en las proximidades a playas o zonas
costeras de ocio.
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FIGURA 9
EQUIPAMIENTOS EXISTENTES Y PROYECTOS DE GOLF
Fuente: Haut Commissariat au Plan, 2009.
La RTT registró en 2005 un 7,5% de las pernoctaciones nacionales, teniendo
en cuenta la capacidad hotelera de la región que representa el 13% del país. De
las tres grandes unidades administrativas, la prefectura de Tánger es la que crece
en pernoctaciones en la primera década del dos mil mientras que la wilaya de
Tetuán y la provincia de Chefchaouen bajan en sus datos. Por ello el peso de las
pernoctaciones de la región a escala nacional disminuye en tres décimas.
TABLA 11
EVOLUCIÓN DE PERNOCTACIONES TURÍSTICAS EN
LA REGIÓN DE TÁNGER - TETUAN
Ámbito
2001
2002
2003
2004
2005
Tánger
596.595
580.663
630.477
677.452
752.887
Tetuán
360.426
346.544
341.546
339.991
357.956
35.531
34.258
27.580
26.595
25.982
992.552
961.465
999.603
1.044.038
1.136.826
12.695.227
11.320.882
11.173.119
13.164.870
15.215.589
7,8%
8,5%
8,9%
7,9%
7,5%
Chefchaouen
R.Tánger-Tetuán
Nacional
% Tánger-Tetuán/
Nacional
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Turismo, 2010.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 113
Al observar las tasas de ocupación de los hoteles de mayor categoría se observa
como los datos han ido mejorando en todas las categorías en la última década. La
tasa de ocupación global es de 54% por debajo de la media de ocupación de los
hoteles de cuatro y cinco estrellas como se puede observar en la siguiente tabla.
TABLA 12
TASAS DE OCUPACIÓN HOTELERA EN LA REGIÓN TÁNGER-TETUÁN
Hoteles
3 estrellas
Hoteles
4 estrellas
Hoteles
5 estrellas
Global
2001
36
42
48
38
2007
44
62
58
48
2008
49
69
69
54
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Observatorio Turístico de Marruecos, 2011.
Si descendemos al estudio del comportamiento de la demanda en las dos
principales ciudades de la región, obtenemos unos resultados interesantes. En
TABLA 13
CARACTERÍSTICAS DE LAS PERNOCTACIONES Y LAS TASAS DE OCUPACIÓN
EN LAS CIUDADES DE TÁNGER Y TETUÁN
Ciudad
Tánger
Tetuán
Variables
Pernoctaciones totales
% Pernoctaciones en meses
de verano sobre el total
Tasa de ocupación
Tasa de ocupación en verano
(mes de mayor ocupación)
Pernoctaciones totales
% Pernoctaciones en meses
de verano sobre el total
Tasa de ocupación
Tasa de ocupación en verano
(mes de mayor ocupación)
2001
2010
2011
483.213
630.131
629.010
47,5
38,0
39,4
44
53
51
74 (agosto)
75 (julio)
77 (julio)
324.945
260.386
245.938
62,1
58,9
61,8
40
34
35
90 (agosto)
65 (julio)
69 (julio)
Los meses de veranos considerados han sido julio, agosto y septiembre.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Observatorio Turístico de Marruecos, 2011.
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el caso de la ciudad de Tánger ha habido un aumento del 30% de las pernoctaciones en esta última década aunque se detecta un pequeño descenso en el último año. Ha disminuido la concentración de los turistas en los meses de
verano no llegando al 40% en 2011 aunque los valores de ocupación en la estación estival sean los más alto de todo el año rondando en el mes de mayor
ocupación el 75%.
En el caso de la ciudad de Tetuán el descenso de pernoctaciones en la última década es más notable siendo de casi el 24%. También es más alta la concentración de visitantes durante los meses de verano alcanzando en 2011 más
del 60% de las pernoctaciones de todo el año. La tasa de ocupación de los meses de verano está muy por encima de la media de ocupación siendo en 2011
del 69%.
Por último si se analiza las pernoctaciones en las dos ciudades por la nacionalidad de los turistas nos encontramos con diferencias sustanciales. En las
dos ciudades predominan los visitantes marroquíes oscilando entre el 55% de
Tánger y el 61% de Tetuán, pero las diferencias se marcan en la nacionalidad
situada en segundo lugar que en el caso de Tánger es la española, justificada
entre otras razones por su conexión marítima con este país, y en el caso de Tetuán es la francesa. También es destacable en ambos casos la importante presencia de ciudadanos de otros países europeos como pueden ser Reino Unido,
Italia, Portugal, Bélgica o Alemania.
FIGURA 10
PERNOCTACIONES EN 2011 EN TÁNGER POR NACIONALIDAD
Fuente: Observatorio Turístico de Marruecos, 2011.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 115
FIGURA 11
PERNOCTACIONES EN 2011 EN TETUÁN POR NACIONALIDAD
Fuente: Observatorio Turístico de Marruecos, 2011.
La región ha diversificado su turismo, avanzando hacia el balneario y sus
variantes, spa e hidroterapia que son una opción para completar la oferta de
sol y playa, evitando la estacionalidad. Aunque en los últimos años se ha producido un aumento de la oferta hotelera de la región, sobre todo en las zonas
costeras, el gobierno marroquí es consciente de un déficit en el país en general, y particularmente de la región Tánger-Tetuán. Los planes turísticos analizados en apartados anteriores prevén un crecimiento de las plazas hoteleras
que multiplica por cinco la actual oferta a nivel nacional.
Las potencialidades turísticas de la región Tánger-Tetuán son comparables
a las de Andalucía, uno de los mayores atractivos turísticos de España, sin embargo, sus recursos están mínimamente aprovechados. La competitividad de
Andalucía viene dada, tal y como afirman Barroso y Flores (2006), por la posición de factores productivos abundantes —recursos naturales, humanos y
económicos—, aunque el éxito suele estar relacionado, según Porter (1999),
con la forma de uso y de gestión de estos elementos. Es evidente que la oferta
turística marroquí debe mejorar en cantidad pero sobre todo en calidad. Una
encuesta realizada en 2010 revela que más del 30% de los encuestados9 valo9 Encuesta realizada dentro del proyecto del AECID «Ibn Battouta». Se elaboraron tres tipos
de encuestas para sondear la opinión de los diversos colectivos relacionados más directamente
con la actividad turística: turistas, ciudadanos, expertos y empresarios del sector turístico de las
ciudades de Tánger y Tetuán. Se han realizado 605 encuestas con la siguiente distribución: 183
a Turistas, 177 a expertos y gestores, y 245 a ciudadanos.
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ran negativamente la limpieza de las playas pero por el contrario más del
80% considera que Marruecos ha superado sus expectativas, con casi el 20%
que se siente muy satisfecho con lo encontrado en Marruecos. Todo ello hace
de la región de Tánger-Tetuán un área potencial de actividad turística que
debe ser planificada adecuadamente para paliar los posibles impactos territoriales que dicha actividad pueda acarrear y que en algunos casos ya ha provocado.
La actividad turística también provoca fuertes impactos territoriales en la
región Tánger-Tetuán. La playa, el elemento básico del turismo de sol y playa,
es un recurso extremadamente frágil y sensible, siendo su capacidad de recuperación muy limitada. El proceso de litoralización, común en todos los
países costeros, se ha hecho evidente en la región Tánger-Tetuán en la última
década. Todo ello unido al desarrollo inmobiliario, que principalmente se ha
concentrado en la zona de Martil a Castillejo —en la costa mediterránea— y
desde la ciudad de Tánger al puerto Tánger-Med —en la costa atlántica—, ha
provocado un fuerte impacto paisajístico y territorial en una parte nada despreciable de la costa de la región Tánger-Tetuán.
Según Bello et al. (2006): «Las instalaciones turísticas construidas tienden a un cierto aislamiento territorial, que las aproxima a las playas pero las
aleja de los núcleos urbanos preexistentes. Ello implica, entre otras cuestiones, la obligación de dotarlas de equipamientos e infraestructuras específicas que, por otra parte, sólo serán utilizadas a pleno rendimiento durante
un mes al año».
A su vez, la creación de infraestructuras de transporte viario paralelas a la
costa en toda el área comprendida entre Ceuta y Tetuán y entre Castillejo y
Tánger ha propiciado el desarrollo de promociones residenciales y hoteleras
en los últimos años. El efecto más importante de la ocupación física de este
territorio, aparte de suponer la destrucción completa de los ecosistemas preexistentes, es la alteración de la dinámica costera (Bello el al., 2006). Estos
mismos autores proponían la clasificación de impactos provocados por la actividad turística que se refleja en la tabla 14.
En el recorrido por la costa tangerina y teutaní se pueden observar algunos de estos impactos que ponen en peligro el uso turístico del área
además de su equilibrio ambiental. En la foto se advierte como en algunas
zonas de este litoral se ocupan de forma indiscriminada provocando una regresión de la playa además de la acumulación de residuos procedentes de los
usos urbanos.
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 117
TABLA 14
IMPACTOS OBSERVADOS EN LA LÍNEA DE COSTA DE LA REGIÓN TÁNGER-TETUÁN
ACCIONES
IMPACTOS
Ocupación física del territorio
terrestre
Destrucción de los ecosistemas preexistentes
Utilización exclusiva del territorio
Alteración de la dinámica costera
Creación de barreras artificiales
Privatización de los espacios públicos
Ocupación física del territorio
marítimo-terrestre
Destrucción de los ecosistemas preexistentes
Transformación del paisaje
Ruptura de líneas horizontales
Alteración y sustitución del paisaje autóctono
Aumento accesibilidad
a ecosistema
Degradación de la vegetación
Desaparición del ecosistema
Alteración de la dinámica costera
Disminución de la calidad del agua
Vertidos de residuos
Aumento de la turbidez del agua
Aumento de nutriente en el agua
Construcción de equipamientos Vertidos residuales incontrolados
para servicio de temporada
Gastos de mantenimiento durante todo el año
Dragados
Fuente: elaboración propia a partir de Bello et al, 2006.
FIGURA 12
PLAYA ENTRE MARTIL Y CASTILLEJO
Fuente: Grupo de investigación Planificación y Gestión Litoral, 2008.
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En las últimas décadas, la imagen turística de la región se ha transformado
sin un objetivo claro, mezclando una nueva apuesta mal definida entre el turismo cultural y de ocio costero. Con aspectos negativos que van desde la deficiente accesibilidad, falta de de información y de difusión adecuados y escasos
niveles de calidad en alguna de la oferta, sobre todo la más tradicional.
CONCLUSIONES
Según lo analizado debemos cuestionarnos el modelo turístico de sol y playa
que se está implantando en Marruecos y concretamente en la región Tánger-Tetuán. Se presenta un modelo desarrollista basado en un uso poco racional de los
recursos litorales que conlleva una degradación paisajística del territorio. El excesivo desarrollo inmobiliario de los últimos años ha modificado las costas de
esta región principalmente las existentes entre Martil y Castillejo, y las que se
encuentran entre el nuevo puerto Tánger-Med y la ciudad de Tánger. El mal estado de algunas de las playas urbanas donde la calidad de las aguas no es la adecuada, la falta de zonas verdes, el problema de residuos y de suciedad, la
erosión del borde costero, son algunos de los males que aquejan a estas costas.
A pesar de ello aún existen en la región zonas que pueden ser calificadas de
semi-vírgenes y que deben ser salvaguardadas del crecimiento inmobiliario desaforado. La mirada de muchas empresas constructoras europeas —donde destacan las francesas y españolas10—, se ha dirigido, en estos momentos de crisis
inmobiliaria en sus países de origen, hacia estos espacios. Circunstancia que
unida al crecimiento exponencial de la demanda turística por este territorio,
hace de la costa Marroquí y especialmente del litoral Tangerino-Tetuaní un espacio objetivo de gran número de proyectos urbanísticos. En resumen las siguientes condiciones son las que favorecen al futuro desarrollo del sector
turístico de sol y playa en la región Tánger-Tetuán (López y Arcila, 2012):
1. Unos recursos naturales propicios —grandes playas vírgenes, playas de
adecuada granulometría, espacios naturales, etc. —.
2. Unas condiciones climáticas adecuadas —alta temperatura media, precipitaciones concentradas en algunos meses, número elevado de horas
de sol—.
10 Empresas como FADESA, MIXTA ÁFRICA, FONAMENTS SOLIDS, URBAS tienen promociones en la región (García y Tasias, 2007).
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 91-123, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201204
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 119
3. Voluntad política de incentivar el turismo en la región que se concreta
en una serie de planes turísticos —«Plan Azur» y «Plan Visio 2010»—.
4. La crisis económica e inmobiliaria de los países europeos.
5. Unas condiciones económicas —precio del suelo, mano de obra de bajo
coste, etc. — que facilitan las promociones inmobiliarias.
6. Una incipiente imagen de Marruecos como destino de sol y playa.
De igual forma existen elementos que amenazan el desarrollo de la actividad turística en la región. Estos aspectos deberán ser corregidos o paliados
para garantizar el crecimiento de este sector:
1. La imagen de inseguridad que la población occidental posee de los países árabes.
2. Las características sociológicas de la población marroquí en ocasiones
choca con el comportamiento del turista de sol y playa.
3. La baja calidad de algunos de los servicios y equipamientos turísticos
del norte de Marruecos.
4. El bajo nivel de gestión de residuos provoca degradación en los recursos
costeros.
5. Una excesivo desarrollismo inmobiliario que no respete la fragilidad del
litoral.
La concentración de la infraestructura hotelera en la proximidad de las
grandes ciudades —Tánger y Tetuán— ha permitido preservar las características físico-naturales de la mayor parte de su ámbito costero, aunque en los últimos años ha habido un fuerte desarrollo urbanístico en una parte de la franja
costera. Por tanto, se hace necesario gestionar íntegramente la capacidad hotelera de la región y racionalizar el número de las nuevas construcciones. Evidentemente, se debe apostar por un desarrollo sostenible, la mejora de la
calidad de las infraestructuras de comunicación, el diagnóstico de las carencias y los puntos fuertes de la oferta turística de la región, la mejora de la imagen turística, el complemento del turismo de sol y playa con otras
modalidades: turismo urbano, cultural, histórico, rural, deportivo, etc. En definitiva, reforzar la identidad turística de región Tánger-Tetuán como un producto único. Crear una marca turística de la RTT y apoyar la especialización
de las playas —playa urbana-turística, playa natural, playa paisajística—, diversificando la oferta. Todo ello permitirá reducir la estacionalidad del turismo de sol y playa y aumentar la competitividad de la zona.
En general, el sector turístico de la región Tánger-Tetuán, principalmente
el segmento de sol y playa, goza actualmente de una relativa buena salud aunEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 91-123, enero-junio 2012
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120 JOSÉ ANTONIO LÓPEZ SÁNCHEZ, MANUEL ARCILA GARRIDO Y ADOLFO CHICA RUIZ
que aún incipiente. Lo que no impide seguir mejorando la calidad del servicio
y de la oferta para conquistar nuevos mercados internacionales e incorporar el
de ámbito nacional.
Recibido: 02/09/2010
Aceptado: 12/03/2012
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Observatoire National du Développement Humain: «http://www.ondh.ma/»
Organización Mundial del Turismo (OMT): «http://unwto.org/es»
RESUMEN
Este artículo pretende analizar la actividad turística en la región Tánger-Tetuán en
Marruecos. Además del estudio de las principales variables estadísticas disponibles en
la zona, se ha realizado un trabajo de campo enmarcado dentro de un proyecto de investigación más amplio sobre turismo sostenible denominado Ibn Battouta. Se comparan los valores de la región con otras áreas cercanas dentro del estrecho de Gibraltar.
En este análisis se constata el potencial turístico de la región. El gobierno marroquí ha
apostado de forma evidente por el sector con planes como el «Plan Azur». Su desarrollo debe ir paralelo a la mejora de los parámetros medioambientales que se han visto
afectados por algunas de las actuaciones realizadas en la costa de dicha región.
PALABRAS CLAVES: turismo sol y playa; gestión turística; litoral; Marruecos; región Tánger-Tetuán.
ABSTRACT
The aim pursued in this paper is to analyze the tourism activity of the region TangierTetouan in Morocco. In addition to the study of the main available variables statistics
for the region, a fieldwork has been carried out in the framework of an extensive research project on sustainable tourism, called Ibn Battouta. The values of the region
have been compared with the values of other nearby areas in the Strait of Gibraltar. As
a result of the analysis performed, the tourist potential of the region has been confirmed, including the sun and beach tourism. The current global situation has raised a
number of questions and queries about the tendency of this activity in Morocco. Moroccan government has clearly opted for schemes —such as the called Plan Azur—
for the sector. The development of the tourism activity should also be accompanied
by improving environmental parameters that have been affected by some of the actions taken in the coast of Tangier-Tetouan Region.
KEY WORDS: sun and beach tourism; tourism management; coast; morocco; région
Tangier-Tétouan.
RÉSUMÉ
Cet article analyse l’activité touristique dans la région Tanger-Tétouan au Maroc. En
outre l’étude des principales variables statistiques dans la zone, nous avons réalisé en
travail sur le terrain plus approfondi encadré dans le projet de recherche sur le touEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 91-123, enero-junio 2012
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TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO DE SOL Y PLAYA EN MARRUECOS… 123
risme soutenable Ibn Battouta. Notre investigation compare les valeurs de la région
avec celles des aires prochaines dans le Détroit de Gibraltar. Notre analyse constate le
potentiel touristique de la région. Le Plan Azur du gouvernement Marrocain a soutenu favorablement ce secteur; son développement doit être parallèle à l’amélioration
des paramètres environnementaux qui ont été affectés par certaines interventions réalisées dans la côte de la région en question.
MOTS CLÉS: tourisme soleil et plage; gestion du tourisme; littoral, Maroc; Tanger-Tétouan région.
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Inmigración y dinámicas demográficas andaluzas a
comienzos del siglo XXI. Una perspectiva territorial
Immigration and andalusian demographic dynamics at
the beginning of the 21st century. A territorial perspective
Susana Navarro Rodríguez*, Carmen Ocaña Ocaña**
y Remedios Larrubia Vargas***
INTRODUCCIÓN: NUEVA ETAPA EN LA DINAMICA DEMOGRÁFICA DE ANDALUCÍA
El interés por el tema de las dinámicas demográficas se intensifica siempre
que algún componente del crecimiento experimenta una transformación importante. Así como la emigración rural lo fue en otro tiempo, o la fecundidad
en época reciente, en este momento la oportunidad de volver sobre el tema se
cifra en el impacto que está teniendo la inmigración extranjera sobre la población española. Sabido es cómo ha conmovido su demografía, debido a su
cuantía y al revulsivo estructural que desprenden sus caracteres demográficos,
o sus pautas de fecundidad. En este estado de cosas, es normal indagar sobre
la forma en que están afectando también las dinámicas demográficas regionales o locales1.
*
Departamento de Geografía, Universidad de Málaga (susanros@uma.es).
Departamento de Geografía, Universidad de Málaga.
*** Departamento de Geografía, Universidad de Málaga.
1 El tema ha sido ampliamente tratado, desde una perspectiva general (López De Lera,
2001; Bernardi, 2003; Delgado, 2003; Delgado y Zamora, 2004; Fernández Cordón, 2004; Bodega, 2004; Carrasco, 2005; Nieto, 2005; Izquierdo, 2008; Pozo, 1998, 2005 y 2009) o por sus
efectos en los comportamientos demográficos (Izquierdo, 1995; Ferrer, 2004; Arango, 2004;
Bodega, 2004; Fernández, 2004; Urdiales, 2007).
**
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126 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
El llevar este análisis al marco de Andalucía ha surgido tras la realización
de un estudio previo del crecimiento y de la distribución de los extranjeros sobre su territorio (Ocaña y Larrubia, 2011; Larrubia y Ocaña, 2011).
Si se parte de una visión comparativa de las divisiones mayores del territorio español, como las CCAA, no sería Andalucía el ámbito más sugerente para
este tipo de análisis, pues en comparación con Baleares, Valencia, Madrid, Región de Murcia o Cataluña, no destacaría entre las más afectadas. Cierto que
bajo otro ángulo, el volumen real de asentados, despertaría más atención. Pero
lo que hace muy sugerente la incidencia del fenómeno dentro de Andalucía es
la manera en que se distribuye en su territorio; el doble fenómeno de concentración —las aglomeraciones costeras son las más expresivas— y la enorme
difusión espacial, incluso sobre espacios de montaña y en despoblación.
A través del seguimiento de cómo se distribuyen los extranjeros resulta reveladora la existencia de áreas en declive, poco densamente pobladas, que
atraen ahora población, además de otras que aglomerando mucha población y
en vías de crecimiento, se han visto espoleadas a más, por la acumulación de
extranjeros.
Tras esa distribución se reconocen distintos motivos de atracción y los dos
modelos migratorios de trabajadores o meros residentes, pues la inclusión de
Andalucía en la «transición migratoria» (Castles, 2009) desde una posición
periférica europea, la hace simultanear su atracción de emigrantes residenciales, provenientes de la Europa desarrollada, y los emigrantes económicos
del «sur».
Los factores económicos y las relaciones con el mercado laboral (Izquierdo,
2003; Carrasco, 2003; Cereijo, 2005; Jiménez, 2006; López, 2007; Jimeno,
2009), apoyan la concentración espacial —áreas urbanas o turísticas—, pero
la irregularidad del mercado de trabajo agrario, y el hueco que los extranjeros
ocupan en el mercado laboral, también impulsan a la dispersión rural. Se suma
a este factor de dispersión, la fracción significativa de extranjeros, jubilados o
residentes turísticos, que escogen su residencia por factores puramente ambientales. Como ya se percibía en las migraciones de retorno, los flujos de esta
otra movilidad, por estar desvinculada de la actividad laboral, pueden ser más
erráticos y en definitiva dispersos.
Este panorama ha sido el impulsor del presente trabajo. La forma en que
estas corrientes inmigratorias irrumpen en un territorio con desequilibrios
productivos y poblacionales tan marcados, plantea un amplio campo para el
análisis territorial de las dinámicas demográficas. A este fin abordamos el análisis buscando identificar qué modelos de dinámicas se han originado y cuáles
son los factores territoriales de su distribución espacial.
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1. LOS RASGOS ACTUALES DE LA DINÁMICA DEMOGRÁFICA ANDALUZA
Haciendo una retrospectiva de la población andaluza hasta 1950, los procesos que se están produciendo en esta primera década de siglo XXI permiten
identificar estos años como una tercera fase en la dinámica demográfica de
Andalucía, tras la de despoblación por emigración que cubrió de 1950 a 1975;
y la de desaceleración vegetativa del último cuarto del siglo. Tercera fase que
inevitablemente, como en el conjunto de la sociedad española, está profundamente afectada por las inmigraciones extranjeras.
La novedad de este proceso —interpretado como la ruptura del patrón migratorio tradicional (Rodríguez, 1985; García y Puyol, 1997) e inicio o consolidación de un nuevo modelo inmigratorio (Lora, 1997; Gómez y Bell, 2000;
Arango, 2004; Cazorla, 2002; Castles y Miller 2009)— resulta especialmente
anómala en una de las regiones que más alimentó la emigración española, interna y al extranjero, de los años sesenta.
En los estudios sobre Andalucía, el proceso emigratorio de 1950-1975 ha
sido desmenuzado en cientos de trabajos por su gran trascendencia geográfica. Tuvo el poder de reducir al estancamiento a una región que solo entre
1950 y 1970 generó un crecimiento vegetativo de 1,8 millones de personas.
Cerrado con las crisis de 1974, cede paso a una etapa de estabilidad aparente
y de moderado crecimiento. Las migraciones de menor alcance toman el relevo a
los desplazamientos hacia fuera de Andalucía (Instituto de Estadística de Andalucía, 1993; Palazón, 1998; Recaño, 1998; Zoido, 2002), por lo que el saldo migratorio de la región perdió protagonismo. Andalucía recupera un crecimiento
del que había carecido antes de 1975 a un ritmo que refleja muy directamente la
dinámica vegetativa, aunque permanecen soterrados sus desequilibrios internos
(Ocaña y Navarro 1999). Esta segunda etapa cubre hasta finales del siglo XX.
El balance de la movilidad migratoria iba modificándose en los años finales
del siglo. Pero es en la primera década del siglo XXI cuando se manifiestan de
manera vigorosa las nuevas circunstancias que genera la inmigración extranjera. Con esta tercera etapa el ritmo del crecimiento regional se acelera (figura
1). Esto le diferencia de las fases previas, pero sobre todo, que la inmigración
sea la clave del cambio, perfila un escenario absolutamente inédito.
Cabe preguntarse si este nuevo escenario refleja una situación generalizable
a su territorio, o la compensación entre las disparidades de sus 770 municipios,
como cabe esperar de la diversidad geográfica de Andalucía. Cualquier panorama de la región que obvie estas diferencias locales resulta impreciso en exceso,
por lo que al revisar los rasgos de esta nueva fase se hará una breve inspección
de los márgenes y variabilidad entre los municipios, como preámbulo de los
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128 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
FIGURA 1
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE ANDALUCÍA (HABITANTES)
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes.
contrastes espaciales. Para esta perspectiva municipal se ha escogido el quinquenio 2004 - 2009, cuando ya los asentamientos extranjeros están más definidos, y sus efectos en las dinámicas demográficas resultan más apreciables.
Para dejar constancia de la transformación que se produce en pocos años,
antes de entrar en el análisis de este quinquenio, se representa en la figura 2
una comparación respecto a 1996-2001 —la referencia espacial son las «unidades territoriales» de Andalucía, que se utilizarán posteriormente para el
análisis espacial—, como mera demostración de cómo se transforma la dinámica de muchas zonas de la montaña, o cómo se acentúan procesos de crecimiento ya visibles en áreas costeras o urbanas.
1. Tasas de crecimiento
El elemento que denuncia el cambio de dinámica es el crecimiento de la
población, importante para el modelo demográfico actual. Se salda el quinquenio 2004-2009 con un aumento del 8%, con una tasa media anual del
15,5‰2. Tasa que refleja el ritmo de la mayor parte de sus municipios, pero
2
Tasa media anual: se define como el cociente entre la diferencia entre las poblaciones al
inicio y al final del periodo dividido por el periodo de tiempo y la población media del periodo
expresado en tanto por mil.
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 129
FIGURA 2
COMPARACIÓN DE LAS TASAS DE CRECIMIENTO REAL Y SALDO
MIGRATORIO EN LOS QUINQUENIOS 1996-2001 Y 2004 -2009
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes y de las estadísticas del
Movimiento Natural de la Población.
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130 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
que encubre contrastes muy importantes. La figura 3 muestra lo frecuentes
que son todo tipo de tasas en la región, y la tabla 1 las especifica a nivel general y por agregados de municipios de acuerdo a sus volúmenes demográficos.
FIGURA 3
NÚMERO DE MUNICIPIOS POR TASAS DE CRECIMIENTO MEDIO ANUAL
ENTRE 2004 Y 2009
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes.
TABLA 1
NÚMERO DE MUNICIPIOS POR RANGOS DE VOLUMEN DEMOGRÁFICO Y
TASAS DE CRECIMIENTO ANUAL (‰)
Volumen
de población
Tasa de crecimiento medio anual
>20
10-20
2-10
0 a2
0 a -2
<500 hab.
18
11
16
4
6
11
14
16
500 a 1.000
16
14
15
2
2
19
14
12
94
1.000 a 5.000
60
44
77
14
23
73
25
4
320
5.000 a 20.000
65
42
40
12
11
10
20.000 a 100.000
32
19
17
>100.000
Municipios
-2 a -10 -10 a -20
<-20
SUMA
96
180
68
2
3
3
1
1
2
193
133
168
33
43
115
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes.
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12
53
32
770
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 131
Sobre estos datos, interesa destacar dos hechos. Uno, el predominio de los
municipios que crecen con tasas superiores al 2‰. Otro, indicativo de los
nuevos tiempos, por deberse al efecto repoblador de la inmigración, es que los
municipios que pierden población en estos años (243), son apenas la mitad de
los que estarían abocados a ello de descansar exclusivamente en su movilidad
natural.
En la misma línea, la relación muy estrecha que venía relacionando crecimiento y tamaño demográfico de municipios —por el progresivo declive de
los más pequeños—, parece menos intensa en estos años, prodigándose los
municipios de poca población con altos crecimientos3 (tabla 1). Con esta referencia de cómo ha sido el crecimiento, la cuestión a valorar es en qué medida
participan la movilidad migratoria o natural, y claro es, si suman o restan sus
efectos.
1. Crecimiento por vía natural
Aunque la novedad de esta fase se cifra en la inmigración, el crecimiento
vegetativo también tiene rasgos propios en estos años, duplicando los valores
de la segunda mitad de los años noventa. Sus valores al comenzar el siglo son
apenas diferentes a la de los años precedentes, y en realidad solo a partir de
2003 y 2004, se hace sensible el aumento, precisamente a partir de la fecha en
que el Padrón registra un volumen de extranjeros de cierta significación.
El aspecto más revelador es el progresivo aumento de los nacimientos (tabla 2). Andalucía ya no es la región natalista que a mediados de los ochenta
registraba 120.000 nacimientos anuales, pero en fecha reciente ha vuelto a superar el umbral de los 100.000. Fue en 2008, año que marca el cenit de una
recuperación que la crisis ha contenido, por el momento. Tal aumento —30%
sobre 1996, la fecha que marcó los mínimos históricos— ha elevado la tasa de
natalidad a 12,37‰, nada que ver con las de las mejores épocas, pero que nos
retrotrae a los primeros noventa, antes de que se produjera el desplome final
de la fecundidad. Como en el resto de España, en esta recuperación se dejan
sentir los nacimientos de madres extranjeras y sus tasas de fecundidad más
3 No obstante la relación se mantiene. Los municipios de más población —los soportes de
las ciudades medias— son los que de manera más homogénea tienen las tasas más altas, y los de
menor volumen en términos relativos hacen una concentración importante de las tasas negativas y más bajas. De esta regla se descuelgan los 12 municipios de más 100.000 habitantes que
hacen gala de una apreciable disparidad.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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132 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
elevadas. Su efecto es responsable del incremento de los nacimientos que apenas se habría sentido sin su participación (tabla 2). Y además, localmente el
efecto se traduce en tasas de natalidad superiores a la media —del 13 al 15‰
en el quinquenio— en zonas como el litoral almeriense, al combinarse la alta
proporción de extranjeros con una estructura demográfica joven.
TABLA 2
NACIMIENTOS POR NACIONALIDAD DE LA MADRE
Y TASAS DE MOVILIDAD NATURAL
Nacimientos
Totales
De madre
española
Tasas de Movilidad natural
De madre
% de
extranjera extranjeras
Natalidad
Mortalidad
Saldo
vegetativo
2001
81.108
78.304
2.804
3,5
11,06
8,18
2,88
2005
91.808
84.400
7.408
8,1
11,87
8,52
3,35
2008
100.295
87.976
12.319
12,3
12,37
8,09
4,28
2009
94.623
82.879
11.744
12,4
11,56
7,93
3,63
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
En comparación a las etapas de alta fecundidad, el margen de variación de
las tasas de natalidad es ahora de menor amplitud —de muy bajas a medias—,
pero de similar importancia. La figura 4 representa su frecuencia. A la observación de sus cifras hay que añadir que los municipios con tasas superiores al
FIGURA 4
MUNICIPIOS POR TASAS DE NATALIDAD
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 133
10‰ suman 7.000.000 de habitantes. Lo que implica que los 342 municipios
que tienen tasas muy inferiores a la media regional acumulan menos del 10%
de la población total. Todo apunta a una clara relación positiva entre ellas y el
rango demográfico de las localidades, que se refleja en la línea de tendencia de su
distribución en función del volumen demográfico de los municipios (figura 6), a
pesar de la variabilidad que también le caracteriza (R2 de 0,259).
FIGURA 5
MUNICIPIOS POR TASAS DE MORTALIDAD
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
FIGURA 6
TASAS DE NATALIDAD Y VOLUMEN DEMOGRÁFICO DE LOS MUNICIPIOS
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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134 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
FIGURA 7
TASAS DE MORTALIDAD Y VOLUMEN DEMOGRÁFICO DE LOS MUNICIPIOS
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
Aún más variable son las tasas de mortalidad (figura 5), de modo que la
media regional es sobrepasada por 500 de los 770 municipios, pero al contrario que en la natalidad, se relaciona inversamente con el rango demográfico de
las localidades (figura 7).
Si se tiene presente la alta correlación existente entre estas tasas y la proporción de mayores de 65 años a escala de municipios —positiva de 0,75 en el
caso de la mortalidad y negativa de -0,8 en el de la natalidad—, hay que concluir que el envejecimiento es la clave de las diferencias y al mismo tiempo el
eslabón que relaciona estrechamente las tasas de movilidad natural con el
rango demográfico de los municipios, por acentuarse el envejecimiento con el
mayor declive de las poblaciones.
Como acaba de advertirse, un mismo factor, el envejecimiento, es clave en
la variabilidad de las tasas de natalidad y de mortalidad, y su incidencia inversa refuerza las oscilaciones de las tasas de crecimiento vegetativo y su relación con el volumen demográfico de los municipios (figuras 8 y 9). Todos los
matices tienen su interés, pero respecto al crecimiento vegetativo nos fijaremos en una diferencia en particular: la que separa a los municipios que pierden población por vía natural.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 135
FIGURA 8
NÚMERO DE MUNICIPIOS POR TASAS DE CRECIMIENTO VEGETATIVO
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
FIGURA 9
TASA DE CRECIMIENTO VEGETATIVO Y VOLUMEN DEMOGRÁFICO
DE LOS MUNICIPIOS
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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136 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
El hecho a subrayar es que 431 municipios andaluces tengan ya saldo negativo, aunque es cierto que sólo representan a 1.045.449 de habitantes. No
hay duda que son los de menor volumen demográfico, de modo que en los de
más de 5.000 habitantes, apenas 40 reflejan saldos negativos, y son excepcionales los casos —Cádiz o Cabra— entre los de más de 20.000 habitantes.
La situación se resume en la figura 10 en la que se han presentando por tramos de volumen demográfico, las tasas de los municipios ordenadas en sentido creciente. Se aprecia como la superficie de las tasas negativas va
reduciéndose en los tramos de la figura que representan rangos de poblaciones más elevadas.
FIGURA 10
TASAS DE CRECIMIENTO VEGETATIVO, POR RANGOS DEMOGRÁFICOS
DE LOS MUNICIPIOS
Fuente: elaboración propia a partir de las estadísticas del Movimiento Natural de Población.
2. Saldos migratorios
El rasgo de la nueva etapa es sin duda la intensidad y la difusión espacial
de los saldos migratorios positivos.
El resultado de la función compensatoria entre los crecimientos registrados
en los sucesivos registros del Padrón de habitantes de los municipios, y los derivados del saldo de nacimientos y defunciones de la Estadística de Movimiento Natural de Población —dos fuentes oficiales de máxima fiabilidad—
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 137
permiten evaluar el alcance de la siempre más escurridiza cifra de las migraciones. Los resultados para el periodo 2001 a 2010 (tabla 3) cifran la aportación del saldo migratorio de estos años en un balance positivo de 724.046
habitantes. El hecho es destacado por sí mismo: la inmigración ha generado el
75% del crecimiento regional en la última década.
TABLA 3
CRECIMIENTOS (REAL, NATURAL Y MIGRATORIO) DE ANDALUCÍA
2001 A 2010
Crecimiento anual (función compensatoria)
REAL
VEGETATIVO
MIGRATORIO
967.007
242.961
724.046
% del debido
al saldo migratorio
74,9
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes y de las estadísticas del
Movimiento Natural de la Población.
Desgraciadamente, la función compensatoria que mide muy objetivamente
el balance de las migraciones, no desentraña su composición ni su naturaleza.
Pero hay pocas dudas al respecto. Basta con analizar la estadística de movilidad
—altas y bajas residenciales— para apreciar cuáles y de dónde han sido los
aportes inmigratorios más voluminosos. Si se observa el último quinquenio, se
comprueba cómo el saldo de Andalucía en las migraciones exteriores es 10 veces superior al que ha obtenido en las migraciones interiores. O más evidente
aún: del saldo neto de inmigrantes, más del 90% corresponde al saldo neto de
los inmigrantes exteriores de nacionalidad no española (tabla 4).
TABLA 4
SALDO DE MOVILIDAD EN LOS AÑOS 2004 A 2009
Inmigrantes netos
Saldo de migraciones interiores
34.228
Saldo de migraciones exteriores: de nacionalidad española
11.898
Saldo de migraciones exteriores: de nacionalidad extranjera
416.458
Fuente: elaboración propia a partir de la Estadística de Migraciones.
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138 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
Aplicando la función compensatoria a cada uno de los municipios se confirma que la función de atracción es mucho más generalizada que la inversa;
también que las tasas de saldos positivos son de mucha más cuantía que las
que se experimentan en los saldos negativos; y tercero y principal, que contrariamente a la movilidad natural, su dependencia con el rango demográfico de
los municipios —siempre sabiendo que hablamos de tasa y no de volumen—
es mucho menos perceptible, por la dispersión de los extranjeros en todo el
espacio regional.
Repitiendo el modelo de representación en que las tasas municipales se
presentan ordenadas por tramos de volumen demográfico de los municipios,
la figura 11 refleja la distribución de la tasas del saldo migratorio. Es muy conveniente examinar sus diferencias respecto al mismo gráfico de la movilidad
natural, para advertir que existe un espacio de coincidencia entre declive natural y atracción demográfica. Basta comprobar que en gran parte de los escalones de menor población predominan las tasas de saldos migratorios
positivos, e igualmente entre ellos y de manera más acusada los saldos negativos de crecimiento natural.
FIGURA 11
TASAS DE SALDO MIGRATORIO, POR RANGOS DEMOGRÁFICOS
DE LOS MUNICIPIOS
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes y de las estadísticas del
Movimiento Natural de la Población.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 139
2. Los modelos de dinámicas demográficas
El saldo migratorio se convierte en una pieza esencial en la dinámica reciente de la región y de la gran mayoría de los municipios. Pero además de su
cuantía, nos interesa la forma en que condicionan el crecimiento efectivo de la
población, sumándose a los saldos naturales, o enmascarando las tasas del crecimiento natural.
Para esta perspectiva global hay que superar la dificultad de combinar la
amplia variabilidad de los componentes del crecimiento. Así que en orden a
hacer comprensible esta diversidad, se justifica la generalización y simplificación que supone reducirla a unos modelos básicos —«tipos de dinámicas demográficas»—4.
En la definición de estos tipos se han tenido en cuenta sólo rasgos muy
esenciales: el signo positivo o negativo de la movilidad natural, combinado
con el signo positivo o negativo de los saldos migratorios; y ambas combinatorias puntualizadas por la intensidad en el declive o crecimiento demográfico
que de ellos se deriva. De acuerdo a esta combinación básica se han identificado nueve modelos de dinámicas (tabla 5).
Cuatro de ellos representan a las poblaciones que están en crecimiento.
Responden a dos categorías muy diferentes; una, la de los modelos que suman
crecimiento vegetativo y migratorio —«crecimiento global», de los modelos
1º y 2º—; y otra, la de aquellos en los que el saldo inmigratorio genera crecimiento y encubre la pérdida por vía natural —el denominado «crecimiento
por succión», de los modelos 8º y 9º—. Los cuatro tipos resultan de subdividir estas dos categorías en función de que el resultado genere, o no, un crecimiento apreciable.
Dos modelos —el 3º y el 4º— se producen en municipios con escasos o
nulos crecimientos. El modelo 3º, es el que reproduce mejor la circunstancia
de estancamiento, porque la debilidad es el signo de todos sus componentes.
El modelo 4º «crecimiento leve con abandono» es igualmente estancado, porque la emigración reduce el efecto del crecimiento positivo, pero débil, de la
movilidad natural. Curiosamente, este modelo que fue dominante en épocas
de éxodo rural y natalidades altas, hoy es meramente testimonial.
4 La tipificación de las dinámicas demográficas ha sido objeto de distintos estudios, el pionero en España fue el realizado por Ocaña (1976) a partir de tipificaciones más simples que se
venían utilizando en la escuela francesa, posteriormente se han sucedido otros para distintos
ámbitos territoriales (Ocaña y Navarro, 1999; Nieto y Egea, 2005) adaptados a los nuevos modelos demográficos.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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9. Crecimiento intenso por succión Positivo alto
-
-
8. Crecimiento por succión
Positivo
-
-
+
+
+/- (1‰)
+
+
+
+
-
-
-
-
+/-(1‰)
+
+
Saldo
Saldo
Vegetativo Migratorio
7. Declive intenso con agotamiento Negativo bajo
Negativo
Negativo
5. Declive por abandono
6. Declive con agotamiento
Positivo
+/- (1‰)
3. Estancamiento
4. Crecimiento leve con abandono
Positivo
Positivo alto
Crecimiento Real
Criterios de definición
2. Crecimiento global
1. Crecimiento intenso global
Fuente: elaboración propia.
Total
Crecimiento
Declive
Estancamiento
Crecimiento
TIPOS
Denominaciones
770
111
84
84
104
17
5
74
76
215
Número
8.302.923
199.093
243.679
215.395
235.143
285.900
25.672
1.087.098
1.948.064
4.062.879
Habitantes
en 2009
Municipios clasificados
MODELOS DE DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS: CRITERIOS DE DEFINICIÓN
TABLA 5
Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 12/07/12 12:26 Página 140
140 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 141
Otra categoría, la que abarca a los modelos 5º, 6º y 7º, refleja la situación
de los municipios que pierden población. Uno de ellos, el 5º, por causa del
saldo migratorio negativo, aunque su movilidad natural es positiva. Igualmente es un tipo en extinción, pues la emigración a través del envejecimiento
va generando un progresivo deterioro de la movilidad natural. Por eso es también testimonial, frente a la mayor amplitud de municipios que responden a
los modelos 6º y 7º identificados como de «agotamiento» porque ya añaden a
la emigración, un saldo natural negativo —se diferencian entre sí por la intensidad de la pérdida demográfica que resulta—.
Como se ha señalado, algunos de estos modelos son reductos en vías de extinción de la dinámica más tradicional que restaba el éxodo rural al más elevado crecimiento natural. Tales reductos son los que combinan crecimiento
vegetativo positivo y emigración —4º y 5º—, y cuyo declive natural les condena a evolucionar a declive con agotamiento —tipos 6º y 7º—. En realidad
éste hubiera sido el destino de muchos más municipios de no producirse la inmigración extranjera. Sin embargo el saldo inmigratorio ha reconducido a
parte de estos municipios más agotados demográficamente —con movilidad
natural negativa— hacia cierto crecimiento efectivo. En ello radica el interés
de las dinámicas por crecimiento de succión —tipos 8º y 9º— que se ven reflejadas en 195 municipios que, en general de poca población, sumaban unos
440.000 habitantes en 2009 (tabla 6).
Recuperando la perspectiva general, por significativos que sean estos perfiles más particulares, no debe perderse de vista que, entre todos los modelos
destaca el 1º, por representar más que ningún otro la media de Andalucía. Lo
reproducen 215 municipios, pero suman casi la mitad de la población por incluir el 75% de los de 20.000 a 100.000 habitantes, y 5 de los 12 municipios
con más de 100.000 habitantes. Este grupo ha crecido en el quinquenio medio
millón de habitantes.
2. EL TERRITORIO Y LAS DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS
Para captar la dimensión territorial de las disparidades en la que hemos
visto descomponerse la dinámica demográfica del conjunto de la población
andaluza, es necesario resituar las divergencias municipales en sus ámbitos
geográficos.
A este fin se adopta como demarcaciones de referencia las denominadas
por el Plan de Ordenación de Andalucía, Unidades territoriales (U.T.). No
equivalen a ninguna de las divisiones comarcales tradicionales, pero por atenEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
MONTAÑA S. NORTE
GUADALQUIVIR
PENIBÉTICA S. I.
9,7
17,6
Vega del Guadalquivir
-1,7
-2,9
2,3
10,5
20,9
10
6,4
Altiplanicies Orientales
Depresiones de Antequera y Granada
Sureste árido-Almanzora
Alpujarras-Sierra Nevada
Serranías de Cádiz y Ronda
1,7
0,8
-2,1
3,8
10,4
La Janda
2,8
16,9
6,1
3
2,8
0,8
0,8
-4,3
-4,4
-2,7
-5,4
1,4
-2,1
Veg.
Aljarafe-Condado-Marismas
14
6,2
Campiña y Subbético de Córdoba-Jaén
Campiña y Sierra Sur de Sevilla
Bajo Guadalquivir
-1
Sierra de Aracena
3,1
1,3
Sierra Norte de Sevilla
Montoro
-1,4
Valle del Guadiato-Los Pedroches
Andévalo y Minas
6,3
-2,3
Centro-Norte de Jaén
-0,9
Real
4,8
12,9
22,6
9,6
4,5
6,6
14,1
7,9
14,6
6,9
5,5
2,3
3,4
5,7
1,3
3,1
4,9
1,2
Migra.
Tasas medias anuales ‰
Cazorla, Segura, Las Villas y Mágina
Unidad territorial
Crecimiento global
Crecimiento + por succión
Crecimiento + por succión
Crecimiento global+
Crecimiento por succión
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Estancamiento con succión
Crecimiento por Succión
Declive con agotamiento
Declive con agotamiento
Crecimiento global
Estancamiento (en succión)
Tipo de Dinámica
2004-2009
-3,3
-8,8
-5,8
-2,4
-10,2
4,2
2,3
2,7
-0,3
1,6
1,8
-0,7
-6,4
-6,9
-4,1
-7,7
-2,9
-9,0
Real
2,3
-2,8
-1,9
1,4
-0,8
3,2
1,1
4,8
1,8
2,9
1,6
0,3
-4,3
-4,4
-3,0
-3,2
2,0
0,0
Veg.
-5,6
-6,0
-3,9
-3,9
-9,3
1,1
1,2
-2,1
-2,0
-1,3
0,2
-1,0
-2,1
-2,5
-1,1
-4,6
-4,9
-9,0
Migra.
Tasas medias anuales ‰
Abandono
Declive con agotamiento
Declive con agotamiento
Abandono
Abandono+ agotamiento
Crecimiento global
Crecimiento global
Reserva
Reserva
Reserva
Natural
Abandono
Declive con agotamiento
Declive con agotamiento
Declive con agotamiento
Declive con agotamiento
abandono
Abandono fuerte
Tipo de Dinámica
1996-2001
DINÁMICA DEMOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN AGREGADA POR UNIDADES TERRITORIALES
TABLA 6
Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 12/07/12 12:26 Página 142
142 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
COSTA
10,4
30,4
20,4
19,9
15,2
10,8
15,1
11,3
7,2
18
6,7
Costa Occidental de Huelva
Centro Regional de Almería
Centro Regional de Málaga
Centro Regional de Bahía de Algeciras
Centro Regional de Bahía Cádiz-Jerez
Centro Regional de Huelva
Centro Regional de Sevilla
Centro Regional de Córdoba
Centro Regional de Granada
Centro Regional de Jaén
3,8
3,1
4,7
3,4
5,2
5
5
4,7
4,4
6,4
5,9
6,2
7
2,6
4
9,8
5,5
Veg.
11,6
3,6
13,2
3,8
6,1
10,1
5,8
10,4
15,6
13,9
24,5
4,2
38,1
32,4
20,9
41
37,7
Migra.
Crecimiento global+
Crecimiento global
Crecimiento global+
Crecimiento global
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Tipo de Dinámica
5
9,2
7,5
4,7
6,7
5,1
4,5
7,6
3,2
6,8
9,9
6,7
30,4
8,4
0,4
28,2
16,5
Real
4,6
3,2
3,2
2,5
3,0
2,8
3,3
3,1
2,4
3,6
4,0
5,9
4,1
0,9
2,7
8,2
3,0
Veg.
2,5
6,0
4,3
2,1
3,8
2,3
1,1
4,5
0,8
3,2
5,9
0,8
26,3
7,5
-2,3
20,1
13,6
Migra.
Tasas medias anuales ‰
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Reserva
Crecimiento global+
Crecimiento global+
Tipo de Dinámica
1996-2001
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes y de las estadísticas del Movimiento Natural de la Población.
15,4
45,1
Costa Noroeste de Cádiz
35
Vélez-Málaga y Axarquía
Costa del Sol
25
50,8
Poniente almeriense
Costa de Granada
43,2
Real
Tasas medias anuales ‰
Levante almeriense
Unidad territorial
2004-2009
DINÁMICA DEMOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN AGREGADA POR UNIDADES TERRITORIALES
Media de Andalucía
CENTROS REGIONALES
TABLA 6 (continuación)
Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 12/07/12 12:26 Página 143
INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 143
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
Sector
MONTAÑA S. NORTE
GUADALQUIVIR
S. I.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
PENIBÉTICA
8
5
Vega del Guadalquivir
Bajo Guadalquivir
4
3
4
Sureste árido-Almanzora
Alpujarras-Sierra Nevada
Serranías de Cádiz y Ronda
11
1
Altiplanicies Orientales
Depresiones de Antequera y Granada
4
La Janda
16
7
Campiña y Sierra Sur de Sevilla
Aljarafe-Condado-Marismas
4
Campiña y Subbético de Córdoba-Jaén
Montoro
7
1
2
4
3
2
1
1
4
16
12
3
7
4
5
4
8
1
1
1
3
5
7
3
2
2
3
1
9
9
2
6
11
2
2
7
1
5
3
Andévalo y Minas
1
9
7
6
1
12
12
4
8
2
1
7
Crecimiento
por succión
6
15
7
3
18
3
5
4
3
1
5
10
5
12
9
4
12
4
1
1
2
6
3
3
7
2
7
11
10
18
7
4
1
3
1
9
1
1
3
7
Por
Con
Intensa Fuerte Débil
abandono agotam.
Declive
Sierra de Aracena
3
Centro-Norte de Jaén
2
6
Estancados
Sierra Norte de Sevilla
1
1
Fuerte Débil
Valle del Guadiato-Los Pedroches
Cazorla, Segura, Las Villas y Mágina
Unidad territorial
Crecimiento
Global
NÚMERO DE MUNICIPIOS POR TIPO DE DINÁMICA Y UNIDAD TERRITORIAL
TABLA 7
51
56
47
39
60
7
25
7
16
34
36
7
21
29
14
35
25
45
Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 12/07/12 12:26 Página 144
144 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
Sector
COSTA
9
2
5
8
8
Costa del Sol
Costa Noroeste de Cádiz
Costa Occidental de Huelva
Centro Regional de Almería
Centro Regional de Málaga
Centro Regional de Córdoba
Centro Regional de Granada
215
4
5
29
Centro Regional de Sevilla
Centro Regional de Jaén
7
24
Centro Regional de Huelva
5
8
Vélez-Málaga y Axarquía
Centro Regional de Bahía Cádiz-Jerez
7
Costa de Granada
6
7
Poniente Almeriense
Centro Regional de Bahía de Algeciras
9
76
2
1
1
2
1
1
2
2
Fuerte Débil
Levante almeriense
Unidad territorial
Crecimiento
Global
79
1
2
1
1
1
Estancados
Crecimiento
por succión
17
1
4
1
047
1
1
2
84
4
84
3
1
1
1
111
1
4
1
2
1
18
4
2
2
Por
Con
Intensa Fuerte Débil
abandono agotam.
Declive
NÚMERO DE MUNICIPIOS POR TIPO DE DINÁMICA Y UNIDAD TERRITORIAL
Fuente: elaboración propia.
TOTAL
CENTROS REGIONALES
TABLA 7 (continuación)
770
12
41
8
28
8
6
7
13
8
6
4
9
29
17
9
11
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 145
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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146 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
der a diferencias naturales —que las hace relativamente afines a otros marcos
de divisiones geográficas— y también a la moderna estructura funcional, resultan muy adecuadas a este propósito. Son un total de 34, y para reforzar la
imagen de su distribución espacial, en las tablas aparecen ordenadas por sectores geográficos con la finalidad de que facilite la observación de los datos
por ámbitos espaciales mayores.
Los resultados de este análisis están sintetizados en dos tablas. La primera
(tabla 6) presenta las tasas de cada unidad como agregados de población, y su
adscripción a uno de los tipos de dinámicas que se han diferenciado, y la segunda (tabla 7) recoge por U.T. el número de municipios por tipo de dinámica
demográfica. Aunque el objetivo es el quinquenio 2001-2009, en la tabla 6 se
recoge la misma información referida al quinquenio 1996-2001, con la intención de reforzar la idea del cambio que implica la situación analizada.
El resultado es muy satisfactorio en términos geográficos. La disparidad
aludida adquiere una gran coherencia al observarla en su distribución espacial, de tal manera que las diferencias por comarcas o sectores espaciales, se
hacen geográficamente comprensibles por el paralelismo que muestran con
otras características socioeconómicas.
1. Los trazos territoriales mayores: las montañas, las depresiones interiores
y la costa
Como la representación cartográfica es la forma más eficiente de obtener
una perspectiva territorial de las diferencias espaciales, se introduce este epígrafe con un mapa sobre las dinámicas demográficas municipales (figura 12).
Se ha optado por una representación solo parcial —las dinámicas con crecimiento— para adecuar la información a la escala, de modo que la lectura de la
imagen es clara por mostrar lo esencial: los espacios que crecen y con qué dinámica lo hacen, frente a los espacios estancados o en claro declive demográfico —en blanco en el mapa—.
La representación, aunque simplificada, deja bien asentado que los grandes
contrastes apuntan a diferenciar el litoral del interior, y dentro de éste, las zonas montañosas de las que no lo son. Sobre estos trazos fundamentales se superponen con entidad propia las áreas urbanas de las mayores ciudades, con
peculiaridades derivadas de esta característica funcional, pero en general no
ajenas a los entornos geográficos a las que corresponden.
Descontando a estas últimas, de la perspectiva espacial cabría destacar
como rasgos básicos cinco aspectos de la distribución:
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 147
FIGURA 12
DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS CON CRECIMIENTO
Fuente: elaboración propia.
1º. El predomino amplio de las dinámicas más regresivas de Sierra Morena
y la cabecera del Guadalquivir.
2º. La mayor extensión de las dinámicas de crecimiento global de la Depresión del Guadalquivir.
3º. La fragmentación demográfica entre el sector oriental y occidental del
Surco Intrabético.
4º. La importancia de las dinámicas de succión en la Penibética.
5º. Las dinámicas de fuerte crecimiento y de atracción de la Costa.
1º. Las dinámicas más regresivas de Sierra Morena y la cabecera del Guadalquivir
Los perfiles positivos de la nueva fase demográfica son poco perceptibles
en el sector montañoso norte, solo discrepa del conjunto la U.T. centro norte
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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148 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
de Jaén como el sector más urbanizado. Las restantes se unifican por presentar
saldos negativos en el crecimiento natural, de acuerdo también al elevado
peso de la población mayor —20% o más— y las tasas altas (140 a 200) de su
envejecimiento.
Caber subrayar que por vía vegetativa o por emigración, en estas Unidades
territoriales la población española ha retrocedido en cinco años un total de
8.458 habitantes. A pesar de este declive, el saldo migratorio es en todos los
casos positivo. En general es bastante débil como para no ocultar las pérdidas
vegetativas, de ahí que las dinámicas sean de estancamiento o de claro declive.
Sólo en Sierra de Aracena se llegan a compensar las pérdidas vegetativas, y se
produce un pequeño crecimiento real —crecimiento por succión—.
Debe valorarse el crecimiento de los extranjeros —unos 6.600 en estos
años—, como un amortiguador en el declive, que además aporta elementos jóvenes en una estructura muy envejecida. El perfil predominante es población
joven rumana, aunque en algunas localidades —Sierra de Aracena, por ejemplo— también es significativa la presencia de población portuguesa y, en menor medida, inglesa de mayor edad.
Los municipios responden al perfil medio de cada U.T. La disparidad más
significativa se presenta a favor de los municipios cabeceras comarcales —Villacarrillo, Castillo Banco de los Arroyos o Aracena— materializada en crecimientos reales apreciables, pero sólo en un caso con saldo natural positivo
—Pozo Blanco, en los Pedroches—. En este contexto despega el centro norte
de Jaén, pues su crecimiento real se debe a un saldo inmigratorio positivo no
lastrado por las pérdidas vegetativas. Pero hay que subrayar que este rasgo de
la comarca lo imprimen sus cinco municipios de más de 15.000 habitantes.
2º. La extensión de las dinámicas de crecimiento global por la Depresión del Guadalquivir
La imagen cartográfica refleja claramente como las dinámicas de crecimiento global se expanden en el eje de la Depresión. Un recuento de los municipios de estas comarcas lo reafirman (tabla 8). Frente a los ámbitos
montañosos opone un menor envejecimiento, una movilidad natural positiva
y una menor dependencia en su crecimiento de la inmigración extranjera. De
hecho ha generado un crecimiento de 63.635 personas en el quinquenio, y un
54% del mismo corresponde a las de nacionalidad española.
Pero dicho perfil se descompone territorialmente en dos ámbitos. En la zona
baja del valle, en la proximidad de la aglomeración de Sevilla y sus grandes regaEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 149
TABLA 8
MUNICIPIOS POR DINÁMICAS EN LAS UNIDADES TERRITORIALES
DE LA DEPRESIÓN (RESUMEN)
Crecimiento Global
Declive
Estancados
Fuerte
Débil
44
39
Crecimiento por succión
Por
Con
Intenso con
abandono agotamiento agotamiento
0
12
3
Total
Fuerte
Débil
8
5
21
83
132
15
13
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la tabla 6.
díos, el crecimiento aparece con una fuerza que no existe en la zona media de
las campiñas, y que en realidad no existe en ningún otro espacio rural fuera del
litoral. Su perfil esta claramente definido: juventud, alta tasa de crecimiento natural y un crecimiento de la población española importante, que se ve reforzado
por asentamientos extranjeros —americanos y rumanos— de trabajadores jóvenes. La dinámica de crecimiento global intenso en que se incluyen las unidades
vega del Guadalquivir, bajo Guadalquivir, Aljarafe-Condado-Marismas y La
Janda, ratifica la identidad de este sector occidental de la Depresión.
La dinámica cambia en las campiñas y más aún en sus rebordes, que presentan rasgos de envejecimiento propios de la montaña. Las U.T. de esta otra zona
—Montoro, Campiña y Subbético de Córdoba-Jaén y Campiña y Sierra Sur de
Sevilla— ofrecen un crecimiento global débil, que revela la compensación de
su mayor heterogeneidad interna. En estas disparidades internas cabe destacar
las industriosas ciudades del sur de Córdoba —entre ellas Lucena Montilla o
Puente Genil— que presentan una dinámica de crecimiento global intenso.
3º. La fragmentación demográfica entre el sector oriental y occidental del Surco
Intrabético
El corredor intramontañoso del Surco Intrabético, agrava en estos años las
diferencias tradicionales de las altiplanicies orientales con las depresiones occidentales de Granada y de Antequera.
Las altiplanicies orientales reflejan los efectos de la despoblación, con alto
envejecimiento —el nivel más alto de la región— y movilidad natural negaEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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150 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
tiva. Solo el saldo migratorio, y más concretamente el de los extranjeros, las
salva de una real disminución de población. Su dinámica es por tanto de succión. Pero a nivel interno, esta compensación no alcanza a todos los municipios, de modo que el saldo migratorio negativo se suma con frecuencia a los
efectos de la dinámica natural. El pequeño crecimiento está muy polarizado
por una de las cabeceras comarcales, Baza, que parece una excepción en su entorno por catalogarse de crecimiento global.
Por el contrario, la proximidad de la aglomeración granadina y la revaluada
posición de la depresión de Antequera, se traduce en una recuperación de las
dinámicas de estas áreas acordes a la nueva fase demográfica. Con envejecimientos medios, y movilidad natural también de tipo medio, son los inmigrantes los que producen un crecimiento apreciable, en cuya cuantía un 90%
se debe al positivo saldo migratorio. La relación con la inmigración extranjera
es incontestable, puesto que la población no española ha generado el 80% del
crecimiento real.
4º. La importancia de las dinámicas de succión en la Penibética
Se ha hecho hincapié en señalar el carácter especial de los tipos de dinámicas a las que se han denominado «crecimiento por succión» por representar la
síntesis de un largo proceso de despoblación y declive demográfico con una
repentina absorción de inmigrantes, generalmente extranjeros. La amplitud
que alcanza en la Penibética se puede enunciar como una rasgo geográfico de
primer orden en la evolución de esta montaña, decaída en sus actividades y
menguada en sus asentamientos, y al mismo tiempo alcanzada por la urbanización difusa por su proximidad a la costa, por sus características ambientales, y en muchos casos, llevada a extremos no deseables por la permisividad o
avaricia de las corporaciones municipales5.
Lo corroboran las tres Unidades territoriales que se engloban plenamente
en este ámbito geográfico6: Sureste Árido - Almanzora, Alpujarras - Sierra Ne5 Es curioso, pero no excepcional, el caso de Arboleas en el Almanzora, que ha duplicado su
población en estos cinco años —de 2.300 a 4.527 habitantes— gracias al asentamiento de población inglesa. Actualmente el 65% de su población es extranjera, inglesa la mayoría, y la municipalidad está envuelta en uno de múltiples conflictos urbanísticos.
6 La continuidad geográfica sería perfecta de incluir el sector oriental malagueño, cuya
montaña —la Axarquía— acentúa estos rasgos, pero que por la unidad funcional con la costa se
funde en la comarca de Vélez-Málaga y Axarquía cuyos caracteres medios están muy enmascarados por el peso demográfico de los municipios costeros.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 151
vada y Serranías de Cádiz y Ronda. Reúnen un total de 154 municipios, en general de tamaño demográfico pequeño —en conjunto suman 343.665 habitantes—, de los cuales el 75,6% presenta una dinámica natural negativa, que
se corresponde con el envejecimiento elevado que aqueja a estos pueblos en
histórico despoblamiento por emigración. Y sin embargo, en estos años, solo
una parte menor (48 municipios) traduce este declive natural en una reducción real de sus poblaciones (tabla 9).
TABLA 9
MUNICIPIOS POR DINÁMICAS EN LAS UNIDADES TERRITORIALES
DE LA PENIBÉTICA (SIN AXARQUÍA)
Crecimiento Global
Declive
Estancados
Fuerte
Débil
11
10
Crecimiento por succión
Por
Con
Intenso con
abandono agotamiento agotamiento
4
20
28
Total
Fuerte
Débil
26
39
16
21
154
48
65
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la tabla 6.
La uniformidad entre estas unidades sería aun más completa de no ser por
dos municipios importantes, los de Ronda y Arcos de la Frontera —38.666 y
31.210 habitantes respectivamente— que han preservado su vitalidad como
cabeceras urbanas y enmascaran el declive de los otros municipios de las Serranías de Cádiz y Ronda. Pero incluso incluyendo estas ciudades, el saldo de
todo el sector es igualmente expresivo: un crecimiento de 17.162 personas,
16.700 de ellas extranjeras.
La repoblación de esta montaña tiene efectos demográficos muy diferentes
a los que se desprenden de la presencia de los extranjeros en las zonas turísticas y agrarias. Se derivan de los caracteres sociales de los inmigrantes que fijan, en general población europea —inglesa y alemana, especialmente— de
edades maduras que no aportan el complemento de juventud de los extranjeros trabajadores7. Efecto de envejecimiento que se afirma cuanto más potente
7Es
un tema que ha sido reiteradamente tratado en los estudios de Andalucía: Izquierdo,
1995; Cohen, 1998; Feria, 1998; Sánchez, 1999; García, 2000; Fernández, 2001; Egea, 2005;
Nieto, 2005; Sole, 2006; Ocaña, 2011.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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152 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
es la dinámica de succión, pues en realidad alimentan el declive por vía natural por incluir elementos mayores en estructuras ya envejecidas.
5º. Las dinámicas de fuerte atracción de la Costa
Las dinámicas de crecimiento global intenso bordean sin interrupción a
toda la región, por el litoral, en relación con el conocido dinamismo socioeconómico de las zonas costeras. Su peculiaridad reside en las elevadas tasas de
atracción que han propiciado crecimientos muy altos, con aportación extranjera muy elevada. El saldo de estos años se cifra en un crecimiento de 207.367
habitantes, de los cuales 67.530 corresponden a la población española y
139.831 a la de nacionalidad extranjera. Los ritmos más intensos los ofrecen
la costa almeriense y malagueña y, a un grado menor, la granadina y la onubense. Solo la costa noroeste de Cádiz participa en el proceso de manera más
amortiguada pero ni siquiera en su caso deja de responder a la dinámica de
crecimiento global intenso.
A escala de municipios las diferencias en los crecimientos son siempre justificables en el contexto de sus crecimientos urbanos, por la saturación que alcanzan algunos de ellos. Y la divergencia más importante que se registra
respecto a la tónica general, la de 28 municipios que crecen por succión, tienen una adscripción territorial precisa: los pequeños municipios rurales de la
montaña litoral —la mayor parte de ellos pertenecen a la Axarquía— que son
un apéndice de los crecimientos costeros.
TABLA 10
MUNICIPIOS POR DINÁMICAS EN LAS UNIDADES
TERRITORIALES LITORALES (AXARQUÍA INCLUIDA)
Crecimiento Global
Declive
Estancados
Fuerte
Débil
47
2
Crecimiento por succión
Total
Por
Con
Intenso con
abandono agotamiento agotamiento
Fuerte
Débil
2
1
27
4
2
49
85
6
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la tabla 6.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
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28
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INMIGRACIÓN Y DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS ANDALUZAS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI… 153
Una llamada de atención sobre las diferencias de la movilidad natural que
se advierten en la costa por su relación con la composición social de los vecinos extranjeros. Como en ningún otro ámbito la Costa superpone los dos modelos de inmigrantes, residencial y trabajador, con su característica diferencia
en la estructura de edad, de modo que la incidencia de los extranjeros en la
movilidad natural está afectada por el predominio de uno u otro grupo. En un
extremo Vélez Málaga-Axarquía, área de localización preferente de residentes
alemanes e ingleses, constituye el ejemplo de escasa reactivación natural; en el
opuesto, el poniente almeriense ejemplifica el efecto más positivo. La razón es
que entre sus extranjeros predominan los trabajadores africanos —a la cabeza
todavía los marroquíes— seguidos de rumanos y de latinos. De su juventud da
idea que solo tengan 21 años de media de edad, y debido a su volumen —un
28% de la población local—, repercute en acentuar, y mucho, la juventud de
la media de la población. Este hecho y el mayor número de nacimientos de
madres extranjeras, deriva en la amplitud del crecimiento vegetativo, el más
alto entre las 34 Unidades territoriales.
2. Las dinámicas de los centros regionales: capitales y áreas urbanas
Una atención especial merecen las unidades correspondientes a los Centros
regionales (C.R.), aunque sólo fuera por concentrar más de la mitad de la población regional. Pero también porque dentro de cada provincia —sobre todo
de las interiores— concentran parte esencial de sus recientes crecimientos.
Como agregados de población todos los Centros regionales se clasifican en
dinámica de crecimiento global, con saldos positivos naturales y migratorios.
Difieren en la intensidad de los crecimientos resultantes, que oscilan desde
muy altos, casos de Almería, Málaga y Granada —por encima de la media regional— a valores similares a la media —Huelva y Algeciras— o algo inferiores; pero por debajo del 10‰ anual se quedan solo los Centros regionales de
Córdoba y Jaén —dinámica de crecimiento global débil— y son ciertamente
los menos dinámicos y más envejecidos.
En todos ellos el crecimiento vegetativo supera a la media regional —el valor más bajo, el del C.R. de Córdoba, también la alcanza—, y el hecho resulta
coherente con el menor peso de la vejez que en general comparten estos espacios. Salvo Granada y Córdoba, los restantes presentan valores mucho más favorables que la media regional, y a la cabeza de ellos Almería y Algeciras que
encabezan el ranking junto al bajo Guadalquivir, y el poniente Almeriense.
Tras su grado de juventud se trasluce la atracción inmigratoria que venían
ejerciendo en las migraciones internas, actualmente reforzada por los extranEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 125-162, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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154 SUSANA NAVARRO RODRÍGUEZ, CARMEN OCAÑA OCAÑA Y REMEDIOS LARRUBIA VARGAS
jeros. En orden a los saldos migratorios actuales va a la cabeza el Centro regional de Málaga, seguido por el de Almería —15,6 y 13,9‰ respectivamente—,
mientras que en la cola quedan los de Córdoba y Jaén, con menos de un 4‰,
confirmando las diferencias regionales interior-litoral, pues son los litorales
los que espolean su crecimiento por acoger más inmigrantes de esta procedencia. Esta regla litoral-interior la incumple el Centro regional de Granada, con
una tasa de crecimiento comparable a las costeras, pero a diferencia de ellas
concentra inmigración esencialmente provincial.
El recuento de sus municipios por tipos de dinámicas demográficas confirma una gran homogeneidad interna (tabla 11). Además las divergencias que
aparecen, con frecuencia son de poco interés por ir vinculadas a términos municipales marginales funcionalmente en la demarcación de estas unidades. El
interés es mucho mayor si son los municipios cabeceras los que difieren respecto a sus áreas urbanas. Circunstancia no extraña porque la secuencia de
crecimiento hacia los espacios periurbanos, tiende a generar dinámicas divergentes entre las ciudades centrales y en sus áreas de influencia.
TABLA 11
MUNICIPIOS POR DINÁMICAS EN LOS CENTROS REGIONALES
Crecimiento Global
Declive
Estancados
Fuerte
Débil
96
10
Crecimiento por succión
Por
Con
Intenso con
abandono agotamiento agotamiento
6
2
8
Total
Fuerte
Débil
5
8
4
106
131
16
13
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la tabla 6.
Para establecer estas diferencias se presenta en la figura 13 un gráfico de
cada Centro regional, con los crecimientos real, natural y migratorio diferenciando la cabecera urbana y el resto del área. De estos gráficos se desprende que
el panorama de los Centros regionales es variado. Sólo los municipios de Almería y Algeciras se identifican plenamente con el alto y genérico crecimiento de
sus áreas y existe también consonancia entre Córdoba y su área, pero su significado es otro pues la capital es el 70% de la población del Centro regional.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201205
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FIGURA 13
VOLUMEN DE LOS SALDOS DE CRECIMIENTOS, REAL NATURAL Y
MIGRATORIO, DE ÁREAS Y CABECERAS, DE LOS CENTROS REGIONALES
Fuente: elaboración propia a partir de la tabla 6.
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En los restantes el contraste es real, si bien de magnitud diferente. En unos
casos, Málaga y Huelva, las capitales sólo quedan rezagadas respecto al crecimiento más potente de sus áreas. En los restantes, la capital, o no participa del
mediocre crecimiento —caso de Jaén—, o está estancada frente al crecimiento
de su área —caso de Sevilla— o incluso pierde población mientras crece su
periurbano —caso de Granada—8.
Por último, el grado más profundo de contraste corresponde al Centro urbano de Cádiz, donde la capital provincial se incrusta en un espacio urbano
dinámico y joven, con una tasa de envejecimiento más que doble del resto de
sus poblaciones, presentando una dinámica de declive fuerte con agotamiento
—ha perdido en estos años 6.476 habitantes, de los cuales 701 se han debido
a un saldo negativo de nacimientos y defunciones— que nada tiene de parecido con la positiva dinámica de su área urbana —de la que es representativa
Jerez de la Frontera, la segunda cabecera de este Centro regional—. El contraste que se deriva del envejecimiento de la ciudad, tiene por causa la emigración que viene sufriendo hacia el resto del área.
Esto nos lleva a considerar que vistos los crecimientos generalizados de los
Centros regionales no hay duda de la vitalidad de estas Unidades territoriales.
De modo que los saldos migratorios negativos en las cabeceras, han de ser el
resultado del flujo de la movilidad interna; fundamentalmente por el trasvase
de jóvenes familias desde la ciudad central a favor de espacios periurbanos de
reciente urbanización, circunstancia que puede estar derivando a su reemplazo dentro de la ciudad por inmigrantes extranjeros, en una especie de correa de trasmisión exterior-ciudad y de ésta al área urbana.
Y efectivamente, dentro de las cabeceras, la inmigración extranjera está
compensando estas pérdidas. Basta observar la pérdida de población española
de las ciudades de Sevilla o Granada (figura 14), para comprender el efecto
compensador de los residentes extranjeros, que han impedido que se plasme
en un retroceso demográfico más efectivo. La observación es aplicable en mayor o menor medida a todas las cabeceras, incluso las que no manifiestan un
descenso real de población —caso de Málaga—.
8 El municipio de Sevilla aparece en estancamiento con leve pérdida real (- 997 habitantes)
debido a que ha perdido en estos años, vía migratoria, 11.220 habitantes. En la misma línea
frente al importante crecimiento del área urbana de Granada (48.600 habitantes), el municipio
de la capital ha perdido 3.967 habitantes por un saldo migratorio de - 5.282 habitantes.
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FIGURA 14
CRECIMIENTO REAL (2004-2009) POR NACIONALIDAD EN
LAS CABECERAS DE LOS CENTROS REGIONALES
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Padrón Municipal de Habitantes.
Esta especie de sustitución hay que relacionarla con factores muy diversos de localización de los inmigrantes trabajadores dentro de las áreas urbanas (López De Lera, 1995; Bayona 2008; García, 2007; López, 2007),
particularmente con la cuestión de las vivienda en alquiler o las viviendas
vacantes en zonas antiguas de las ciudades históricas, junto al factor clave
de las oportunidades de trabajo, concretamente para las mujeres —lo que
justifica sex ratios muy negativas entre los extranjeros en las ciudades de Sevilla, Córdoba, Jerez o Cádiz—. La realidad es que este proceso es uno de los
fenómenos más significativos de la dinámica demográfica de las capitales
andaluzas, ha frenado su declive y ha introducido cambios en el mapa social
de la ciudad.
CONCLUSIÓN
Como conclusión general cabe destacar la confirmación de la hipótesis del
análisis. Las premisas de partida —a saber, la existencia de una etapa nueva en
la evolución demográfica por efecto de la inmigración, y que pudiera derivar a
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modelos de dinámicas demográficas diferentes de acuerdo a su forma de implantación sobre un territorio con los desequilibrios geográficos de Andalucía— se han comprobado en los términos esperados.
Como resultado se han podido identificar diferentes modelos de dinámicas
demográficas en gran sintonía con las áreas geográficas y la afección de las
mismas por la inmigración extranjera.
De los resultados del análisis espacial, sin entrar en un resumen de lo ya
expuesto, puede concluirse que corrobora la parte fundamental de la hipótesis: la relación de las dinámicas con la forma de distribuirse en el territorio la
población extranjera. Destaca así el efecto amortiguador del declive en las
áreas interiores y lo que es más significativo, la importancia de las dinámicas
de succión de la montaña, como elemento añadido a los crecimientos muy
elevados y la renovación demográfica de la zona costera. A otra escala, resulta
muy interesante la comprobación del efecto de la inmigración extranjera en la
dinámicas de las mayores ciudades andaluzas —especialmente las capitales de
provincia—; de modo que las positivas dinámicas de atracción de los Centros
regionales se descomponen entre las de atracción / crecimiento de población
autóctona en el área urbana en general y la concentración de extranjeros —
con efecto de sustitución de población española— en los núcleos de las capitales.
Añadiremos una puntualización sobre el alcance de esta nueva etapa demográfica. Se ha identificado por su contraste con los periodos precedentes,
pero su dependencia tan alta de la inmigración extranjera, genera la normal
incertidumbre sobre su continuidad. Incertidumbre que se acentúa día a día
por el impacto de la crisis y la profundidad del problema laboral de Andalucía.
Así que la situación descrita podría descomponerse si estas corrientes migratorias se paralizaran. En la mayor parte del interior, las tasas de extranjería alcanzadas no permiten que se desprenda una reactivación de la movilidad
natural, pues no llegan a modificar las estructuras demográficas, que pudieran
invertir el declive actual, y en las área que cifran su crecimiento en los extranjeros residenciales, aunque la crisis no compromete la continuidad de esta
atracción, es hecho comprobado que son poco proclives a la renovación natural. Por el contrario el impacto más duradero sería en los espacios litorales.
Las concentraciones han alcanzado un umbral del que cabe esperar una positiva evolución demográfica a medio plazo, por su fuerza de atracción y una dinámica natural capaz de mantener el impulso de crecimiento.
Por último, respecto a la oportunidad de utilizar tipos o modelos para describir las dinámicas demográficas, el trabajo ha mostrado su capacidad descriptiva, y la virtud de su simplicidad para proceder a comparaciones espaciales.
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Nuestra postura ha sido siempre a favor de estas tipologías que por su clara
definición operativa tiene el significado general que se desea de un indicador
demográfico.
Recibido: 16/06/2011
Aceptado: 21/02/2012
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RESUMEN
La presencia de la inmigración extrajera en Andalucía ha propiciado una fase nueva
en la evolución de su dinámica geográfica, cuya manifestación espacialmente tiene
rasgos diferentes, por los desequilibrios poblacionales propios de la región y por la
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forma en que incide sobre ellos la inmigración extranjera, que si bien se concentra en
las áreas más dinámicas, tiene también una presencia difuminada en áreas en declive,
de alto impacto local. El artículo procede a identificar los modelos distintos de dinámicas demográficas que esta conjunción de circunstancias ha generado, y los factores
territoriales de su distribución en la región.
PALABRAS CLAVE: dinámica demográfica; modelos; inmigración extranjera; repoblación; Andalucía.
ABSTRACT
The presence of foreign immigration in Andalusia has prompted a new phase in the
evolution of the region’s geographic dynamics, characterised by different spatial traits
due to pre-existing population imbalances in the region and the manner in which
these are affected by foreign immigration which concentrates in the most dynamic areas but also has a significant local impact in areas in decline where its presence is
more diffused. This paper identifies the different models of demographic dynamics
that this combination of circumstances has generated, as well as the territorial factors
of their distribution throughout the region.
KEY WORDS: demographic dynamics; models of demographic dynamics; foreign immigration; repopulation; Andalusia.
RÉSUMÉ
La présence de l’immigration étrangère en Andalousie a conduit a une nouvelle phase
dans l’évolution de sa dynamique géographique, dont la manifestation spatiale a des
traits différents, à cause des déséquilibres des populations propres à la région et de la
façon par laquelle l’immigration étrangère les affecte, qui, bien qu’elle se concentre
dans les zones les plus dynamiques, elle a aussi une présence diffuse dans des zones
en déclin, avec un impacte local élevé. L’article vise à identifier les différentes modèles
des dynamiques démographiques que cette conjonction de circonstances a générées,
ainsi que les facteurs territoriaux de leur distribution dans la région.
MOTS CLÉS: dynamique démographique ; modèles de dynamiques démographiques ;
immigration étrangère; repopulation; Andalousie.
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La avenida de 22 de octubre de 1948 en la cuenca del
Segura. Revisión y análisis
The flood of October 22, 1948 in the Segura Basin.
Revision and analysis
Alfredo Pérez Morales* y Salvador Gil Guirado**
ANTECEDENTES
Las principales catástrofes motivadas por riadas e inundaciones que han
afectado a la ciudad de Murcia y la vega baja del río Segura desde que se tienen registros de las mismas, han sido originadas por la conjunción de las ondas de crecida de dicho curso fluvial y su principal afluente, el Guadalentín.
Así lo corroboran todos aquellos autores que de una u otra manera han analizado los episodios más relevantes en los últimos diez siglos (Calvo, 1968; Torres y Calvo, 1975; López et al., 1971 y 1979; Romero y Maurandi, 2000;
Pelegrín, 2006; MIR, 2006), y sobre todo, así lo percibieron los principales
responsables de la elaboración y puesta en marcha de los dos planes de defensa contra avenidas que se han llevado a cabo para la cuenca del Segura
(García y Gaztelu, 1886; Bautista y Muñoz, 1986).
El riesgo que representan las avenidas del río Guadalentín, ha tratado de ser
mitigado con mayor o menor fortuna por las poblaciones que resultaban afectadas por la violencia de las crecidas. Pese a que existen varios intentos por reducir
y controlar la intensidad de este fenómeno natural, no será hasta finales del siglo
XIX, concretamente hasta 1886, año de la redacción del primer proyecto global de
* Área de Geografía Humana, Universidad de Murcia (alfredop@um.es).
** Becario predoctoral. Fundación SENECA, Universidad de Murcia (salvador.gil1@um.es).
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164 ALFREDO PÉREZ MORALES Y SALVADOR GIL GUIRADO
obras de defensa en la cuenca del Segura. Este documento es el que marca verdaderamente el punto de partida en la estrategia por resolver el problema de las
inundaciones y ya incluía un apartado exclusivo para la cuenca del Guadalentín.
Con el objetivo de reducir los aportes de este afluente del Segura, se instaló
un complejo sistema de infraestructuras que contaba como principales elementos —además de los que estaban en funcionamiento— la renovación de
presas y la construcción, en 1918, del canal de derivación que pasa por Totana
y conduce el agua hasta el mar, con una capacidad de 200 m³/seg.
Sin embargo, el plan de defensa pronto empezó a perder su funcionalidad
inicial debido, sobre todo, al proceso de aterramiento que sufrían los grandes
embalses de la cabecera de la cuenca, hasta entonces, Fuensanta en el Segura,
y Puentes y Valdeinfierno en el Guadalentín. Este hecho, unido a la recuperación del terreno urbano perdido a consecuencia de anteriores inundaciones,
motivó que el umbral teórico de seguridad volviese a cernirse peligrosamente
sobre el espacio ocupado de la depresión prelitoral murciano-alicantina. Por
tanto, la necesidad de una nueva actuación integral era ya evidente a finales
del primer tercio del siglo pasado.
En 1944 se presenta el «Anteproyecto de defensa de la Huerta de Murcia
contra las avenidas del río Guadalentín» que amplió nuevamente la capacidad
de evacuación del canal del Reguerón1.
Sobre la cuenca del río Guadalentín se realizan también diversas actuaciones
de carácter puntual: en el embalse de Puentes se llevó a cabo una obra de recrecimiento de su labio fijo de aliviadero en 1947, dimensionado para una descarga
no superior a los 250 m³/seg., y que aumentaba la capacidad de embalse en 1,2
Hm³. Sin embargo, un año después, la riada de octubre de 1948 demostró que dicha actuación era insuficiente, al superarlo nuevamente, una crecida del río Vélez
en su coronación. Así mismo, la capacidad de desagüe del canal de Totana al mar,
quedó en entredicho en ese mismo episodio, lo que provocó la enésima unión de
las ondas de crecida de los ríos Segura y Guadalentín, aguas abajo de este punto.
Tras este episodio, todas las autoridades responsables de la gestión del agua
de las vegas de los ríos Segura y Guadalentín pidieron que se emprendieran
acciones urgentes para la lucha contra las inundaciones, ya que, la década de
los años cuarenta, fue especialmente virulenta en este sentido, registrándose
numerosas inundaciones de mayor o menor impacto, siendo las de 1946 y, sobre todo, la de octubre de 1948, las más graves.
El canal de derivación del Reguerón conduce las aguas del río Guadalentín desde antes de
la confluencia con el Segura a fin de evitar la unión de las ondas de crecida de ambos cursos fluviales a la altura de la ciudad de Murcia.
1
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 165
FIGURA 1
PLAN DE DEFENSA CONTRA INUNDACIONES EN LA CUENCA DEL SEGURA.
CATÁLOGO DE ACTUACIONES INSTALADA EN LA ACTUALIDAD
Fuente: Confederación Hidrográfica del Segura, apartado sobre avenidas, 2011.
En este contexto, el día 10 de abril de 1949, se produjo la reunión de la
Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia2 con la participación de representantes de todas las vegas del río Segura, la del Guadalentín, así como de los
Juzgados Privativos de Aguas de la Vega Baja. La principal motivación de dicho encuentro fue la de organizar las nuevas obras de defensa contra las inundaciones necesarias y reparaciones de las infraestructuras dañadas.
El día 3 de junio se volvieron a reunir para examinar el plan de actuación y
los trabajos que beneficiarían a las vegas del río Segura. Entre ellas destacan,
para la cuenca del Guadalentín: la ampliación del canal de Totana —Paretón—
al mar; y para la del Segura, la ejecución de arreglo de motas y trenques del canal
2 En la Huerta de Murcia la comunidad general de regantes del municipio de Murcia se denomina Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia.
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166 ALFREDO PÉREZ MORALES Y SALVADOR GIL GUIRADO
del Reguerón que la riada de 1948 había destruido. Igualmente, se aprobaron las
bases para constituir un organismo de defensa, conservación y fomento de los
regadíos y ordenación de los cultivos, en el que se integraron cuantas organizaciones de regantes existiesen en el espacio regado por el Segura y sus afluentes.
Nunca en toda la historia de la cuenca las tres vegas del río Segura habían
estado tan unidas. Las inundaciones que se padecieron durante la década de
los años cuarenta y la especial severidad de una de ellas, la de 22 de octubre
de 1948, hicieron reflexionar a sus representantes —y a su vez a todos los
usuarios—, para unificar criterios y acercar posturas en la lucha contra las
avenidas. Incluso, según señala Muñoz Bravo (1989, p. 467), esta situación
propició la construcción de los dos embalses de cabecera de la cuenca: Cenajo, en el Segura, y Camarillas en el río Mundo —ambos con especial incidencia en el control de avenidas—.
METODOLOGÍA
Este trabajo analiza con detalle los aspectos más significativos que sirven
para revisar el episodio de 21 de octubre de 1948. Por un lado, la repercusión
social de dicho evento, ha tratado de ponerse de manifiesto mediante la consulta de las actas de las reuniones de la Junta de Hacendados de la Huerta de
Murcia y las crónicas de la prensa de los dos principales diarios regionales y
nacionales que cubrieron la noticia. Con esta última fuente, también se ha
pretendido analizar la percepción del riesgo de inundación por parte de la sociedad. Mediante el análisis detallado de las noticias que se publicaron en días
posteriores a la materialización de la catástrofe —de forma indirecta—, podemos más o menos concebir como se organizaba la población en situaciones de
riesgo, lo que nos da una idea aproximada de la vulnerabilidad que presentaban ante los efectos de dicho peligro en ese momento.
Desde el punto de vista meramente natural o de análisis del peligro, la anterior información se completa con una interpretación profunda de la situación sinóptica e hidrológica de esos días mediante la consulta de la base de
datos meteorológicos alemana Wetterzentrale y el Catálogo Nacional de Inundaciones Históricas (CNIH), publicado por el Ministerio del Interior (2006).
Finalmente, y a modo de ilustración cartográfica, la existencia de fotogramas
del año 1945 que ofrece la IDEERM (Infraestructura de Datos Espaciales de la Región Murcia) a través de su página web «www.cartomur.com» nos permite componer con más o menos precisión el espacio inundado por el exceso de caudales
del Guadalentín y del Segura en base a toda la información previamente señalada.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 163-187, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201206
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 167
ANÁLISIS DEL PROCESO DE INUNDACIÓN DE 21 A 23 OCTUBRE DE 2008
Situación sinóptica
La situación sinóptica en esos días revela los motivos de estas intensas lluvias. En la madrugada del 21 al 22, las altas presiones penetran hacia Centroeuropa en forma de cuña, produciendo el estrangulamiento del Jet y dando
lugar a la formación de una DANA —Depresión Aislada en Niveles Altos—
sobre el Mar de Alborán, con un ápice de -15 ºC a 500 Hpa. Queda patente en
el mapa de dicha altura (figura 2) el papel que desempeñó la presencia en la
FIGURA 2
EVOLUCIÓN DE LOS MAPAS SINÓPTICOS DE 21 Y 22 DE OCTUBRE DE 1948
DE LAS TOPOGRAFÍAS DE 500 Y 850 HPA
Fuente: Centro Meteorológico Alemán (www.wetterzentrale.de).
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 163-187, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201206
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168 ALFREDO PÉREZ MORALES Y SALVADOR GIL GUIRADO
rama ascendente de la vaguada de un campo de divergencia en delta o por difluencia. Este mecanismo provocó un fenómeno de succión que favoreció la
canalización del aire cálido en superficie con cierto recorrido marítimo procedente del continente africano. Se establece así una exageración de gradiente
por la estratificación de dos masas de aire con gran contraste térmico, que
provoca un aumento importante del gradiente vertical y una corriente de aire
ascendente con elevada relación de mezcla y sumamente inestable. Así
mismo, dicho proceso se aceleró por la entrada en superficie de un débil flujo
de viento de componente este, procedente del Mediterráneo, probablemente
muy recalentado en superficie. Bajo estas condiciones se dieron las principales
precipitaciones en el área objeto de análisis y en apenas 5 horas se registraron
los siguientes volúmenes: Puentes, 75 l/m²; Puerto Lumbreras, 240 l/m²; Valdeinfierno, 80,6 l/m². En 14 horas, fueron del orden de: 80 l/m² en Murcia;
56,8 l/m² en Caravaca; 49,5 l/m² en Orihuela. Como se puede advertir, el
grueso de las precipitaciones se recogieron en la cabecera del río Guadalentín
y en la de su afluente, la rambla de Nogalte.
Reconstrucción de los hidrogramas de las ondas de crecida en los cauces
principales afectados
Efecto de la riada en el río Guadalentín
En el embalse de Puentes, la avenida procedente del Río Vélez —con nacimiento próximo a la cabecera de la rambla de Nogalte, que es donde se registraron las mayores precipitaciones— vertió un caudal medio de 140,4 m³/seg
y un máximo instantáneo de 382 m³/seg, lo que provocó que en media hora se
acumulasen 12 Hm³ de un total de 31,9 Hm³ de capacidad —el 19,7% del total
anual—. Las aguas vertieron por el aliviadero y por encima de la coronación
de la presa, lo que aportó un caudal importante al río Guadalentín. Los desagües de Puentes, y los que se unían al río a lo largo de su recorrido, reunieron
unos 800 m³/seg (Confederación Hidrográfica del Segura, 2011) e inundaron
la parte baja de la ciudad de Lorca. Aguas abajo se había cerrado la presa de
3 La presa de los Sangradores, en Lorca, de la que se tienen noticias desde 1674, tenía como
función derivar las aguas por el cauce artificial de Tiata —capacidad de 250 m³/seg—, en principio para las necesidades de riego pero usado también en las grandes crecidas para disminuir
las aportaciones del Guadalentín en su último tramo.
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 169
los Sangradores para desviar parte del caudal hacia la rambla de Tiata3. El agua
que continuó por este canal de derivación, superó su capacidad de contención, rompió el muro de la margen izquierda a la altura de la diputación4 del
Campillo e inundó la totalidad de dicha delimitación administrativa inframunicipal. En el acta capitular del pleno del Ayuntamiento de Lorca de 27 de octubre de 1948 se describen los hechos:
«[…] Por la Presidencia se dio cuenta del hecho ya conocido por todos los vecinos de Lorca de las inundaciones y destrozos producidos por las considerables
avenidas registradas en nuestros ríos y en las ramblas a ellos afluentes, asó como
en la Diputación de Campillo ocasionada por la rotura del muro de contención de
la margen izquierda de la Rambla de Tiata, cuyas avenidas han producido daños
de extraordinario valor en los lugares a que afectaron hasta el extremo de haber
desaparecido gran número de hectáreas de tierra de huerta enclavadas en las márgenes de los ríos Vélez y Guadalentín, en las de las Ramblas, Ramblizos y Barrancos a ellos afluentes y en el lugar de la desembocadura del portillo abierto en la
margen de reseñada Rambla de Tiata, en donde inclusive han sido arrastradas edificaciones por la fuerza de la corrientes de las aguas; todo lo cual ha ocasionado
considerabilísimos daños materiales de los que los agricultores afectados tardarán
buen número de años en poderse reponer. […]»
En ese mismo documento se realiza también un detenido agradecimiento a
todos aquellos organismos oficiales y privados que prestaron ayuda durante
los momentos críticos. Cabe destacar el que se le hace al Alcalde de Águilas,
que da idea de la envergadura de esta catástrofe, decía así:
« […] Siguió manifestando que merecen especial gratitud el Ilustrísimo Alcalde de
Águilas, que ante las llamadas de este Ayuntamiento aprestó con rapidez inusitada
buen número de barcas con sus dotaciones de la vecina Villa […]»
En Puerto-Lumbreras la riada de 22 de octubre de 1948 es conocida como
la del «Ranchito» (Romera, 1998, p. 147). Este calificativo viene dado por la
existencia de un establecimiento con ese nombre, que se situaba en el cauce
de la rambla. Las intensas lluvias caídas sobre la cabecera de Nogalte, originaron una crecida fugaz que arrasó las instalaciones de dicho establecimiento.
Aguas abajo interceptó la carretera de Lorca, donde las aguas llegaron a tener
una altura de un metro (MIR, 2006).
4
Calificativo de demarcación administrativa inframunicipal en el municipio de Lorca.
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170 ALFREDO PÉREZ MORALES Y SALVADOR GIL GUIRADO
FIGURA 3
ESPACIO INUNDADO TRAS LA RIADA DE 21 DE OCTUBRE DE 1948 EN
EL ENTORNO DEL VALLE DEL GUADALENTÍN
Fuente: elaboración propia a partir de la información recabada.
Contrariamente, hay que destacar el efecto positivo del episodio de lluvias,
puesto que supuso una gran aportación hídrica que aumentó las reservas disponibles. El año hidrológico anterior había tenido un volumen de precipitaciones muy bajo, el segundo en la serie desde que se tienen datos, sólo
superado por 1989. Sin embargo, los ingenieros responsables de las presas de
Puentes y Valdeinfierno, afirman que la avenida mencionada se podía haber
represado íntegramente con mayor capacidad de vaso, evitando la inundación
de más de 15.000 ha (Pelegrín, 2006, p. 185 y Toledano, 2007, p. 345) y fertilizando, posteriormente, con el agua regulada el campo lorquino. Ésta última
cifra, aunque no se indica, se sobrentiende que incluye la vega del Guadalentín y su afluente en cabecera, el río Vélez. Para el primero se ha tratado de estimar la superficie inundada en su tramo por la fosa intrabética de los ríos
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 171
FIGURA 4
RECONSTRUCCIÓN ESPACIAL DE LA RIADA DE 1948 A SU PASO
POR LORCA SOBRE LA ORTOFOTO DE 1945
Fuente: Infraestructura de Datos Espaciales de la Región de Murcia (IDEERM), vuelo americano de 1945
(www.cartomur.es).
Guadalentín-Segura. Si tenemos en cuenta las circunstancias particulares que
dieron lugar a que las aguas se dirigiesen por la derivación de la rambla de
Tiata en lugar de por su curso natural, y la inclinación del cono aluvial del
Guadalentín hacia ese sector, a buen seguro, la mayor acumulación de caudal
se produjo en el extremo suroccidental del valle. Es decir, precisamente en el
saladar de Altobordo, un espacio llano semiendorréico, donde confluyen las
aguas de la rambla de Nogalte, y tiene su cabecera la de Viznaga (Navarro
et al., 1996). En dicho lugar, de acuerdo a las cifras que proporciona el CNHI
(MIR, 2006), se registró un calado de entorno a un metro de profundidad. El
resto de cursos fluviales que alimentan al Guadalentín en dicho tramo también aportaron sus caudales y afectó una superficie inundable que se ha estimado en, aproximadamente, unas 7.900 ha.
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172 ALFREDO PÉREZ MORALES Y SALVADOR GIL GUIRADO
Hidrograma de la riada en el curso medio del Segura y en la Vega Baja
Como ya se ha comentado, las ciudades de Murcia y Orihuela fueron en las
que más se dejaron sentir los devastadores efectos de las avenidas debido a la
unión de ondas de crecida. Los más de 1.000 m³/seg que se registraron en el
río Segura a su paso por la estación de aforo de Vistabella antes de la destrucción por la riada de la misma, indican el acusado máximo de la crecida.
En la estación del inicio del curso medio del Segura (Almadenes, Calasparra), a las 19 h del día 21, se señaló un caudal de 45 m³/seg que llegó a 116 a
las 24 h y a 562 a las 4 h del día 22, alcanzando el máximo de 583 a las 5 h, y el
descenso a las 6 h, 379 m³/seg. Esta avenida sostuvo una media de 44 m³/seg el
día 21; 210 m³/seg, el 22 y 54 m³/seg el día 23 (figura 5).
Su explicación está en lo que sucedió sobre las cuencas menores que aportan caudales en este sector del cauce del río Segura. Así, las extraordinarias precipitaciones en el noroeste regional (Caravaca 118 l/ m²; 60 l/ m² en el Embalse
del Cenajo; 87 l/ m² en Barranda; 105 l/ m² en el Embalse de Alfonso XIII) provocaron que el río Segura en Cieza comenzara a crecer a las 6:30 h del día 21
por desbordamiento de aguas en el Embalse del Cárcavo y Agua Amarga. A las
9 h el nivel bajó 50 cm, para volver a subir a partir de las 23 h, hasta las 6.30 h
del día 22, cuando la altura del agua alcanzo los 5 m sobre la media ordinaria
FIGURA 5
CAUDAL DEL RÍO SEGURA ANTES DE LA CONFLUENCIA CON
EL RÍO GUADALENTÍN DURANTE LA RIADA DE OCTUBRE DE 1948
Nota: los datos reflejan los valores medios diarios.
Fuente: Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/
default.asp).
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 173
—587,52 m³/seg según los anuarios de aforos del CEDEX, con un caudal medio en el día 22 de 212 m³/seg—. A las 9:30 h del día 22, comenzó a descender
lentamente, paralelamente las ramblas del Moro y del Judío se salieron a las 3
h del día 22 (figura 5).
En Archena a la 1 h del día 22, comenzó la crecida que alcanzó 1,4 m sobre
la presa central de río Muerto, y siguió así hasta alcanzar los 2 m a las 3.30 h,
manteniéndose así hasta las 13 h con un caudal medio de 238 m³/seg durante
todo el día 22.
En Ceutí, la rambla de Huete se desbordó sobre las 23 h del día 21, hacia
las 3 h del día 22, comenzó a descender por la rotura de una pared en la acequia de Alguazas. La rambla de Olla se salió también a las 3:30 h, aproximadamente al igual que el río Segura. En Alguazas, a las 24 h del día 21, se
desbordó el río Mula, hora a partir de la cual, comenzó a subir el Segura, que
alcanzó su máximo nivel a las 10 h del día 22 para bajar a partir de las 24 h.
En Molina de Segura, el Segura comenzó a desbordarse sobre las 23 h del día
21, y subió su máximo nivel hacia las 2:30 h del día 22, poco después se desbordaron las cañadas de las Heras y del Morcillo. El río Mula venía muy crecido y, en su confluencia con el Segura, inundó toda la huerta próxima.
A su paso por Murcia el río sobrepasó su nivel ordinario de 7,6 m en la estación de aforo de Vistabella —unos 400 m³/seg— a las 12 h del día 21, a 9,1 m
—unos 600 m³/seg— a las 3:45 h y a 9,55 m —683 m³/seg— a las 6:30 h del
día 22. El caudal siguió esta pauta hasta las 9:30 h, cuando se calcula que superó los 1.000 m³/seg —antes de la destrucción de la estación de aforo por la
avenida—. Tras la aportación de las aguas de la crecida del río Guadalentín en
las proximidades de Beniaján —Murcia—, el caudal se mantuvo estacionario
hasta las 11:30 h, momento a partir del cual se produjo un lento descenso de
unos 15 cm en una hora, continuando un ritmo similar posteriormente. Si
bien, aún no había llegado la crecida del rió Segura por Almadenes, desconociéndose si se superó el máximo anterior, pues ya se había destruido la estación de aforo. Así, la riada comenzó a notarse en Murcia a partir del día 21,
con un caudal de 15 m³/seg de media el día 20, de 75 m³/seg el día 21, hasta
llegar a un máximo el 23, con 757 m³/seg Ese día comienza producirse un
lento descenso, que mantuvo una media de 645 m³/seg, de 236 m³/seg el 24, y
unos 78 m³/seg el día 25 de octubre (MOPU, 1983) (figura 6).
En Orihuela, el Segura comenzó a desbordarse en las primeras horas del
día 22, poco después quedaban inundadas toda la huerta y la parte baja de la
ciudad. No obstante, la avenida comenzó a inquietar a la población el día 21,
pues les llegaron las noticias de las inundaciones en la Región de Murcia y al
mismo tiempo contemplaban como el Segura pasaba de tener una media diaEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 163-187, enero-junio 2012
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ria de poco más de 12 m³/seg el día 20, a unos 88 m³/seg el 21. Pero la situación se volvió insostenible a partir del día 22, con un caudal medio de 466
m³/seg, y pico máximo el 23 —un día después que en Murcia—, con un sorprendente caudal de 950 m³/seg de media, momento a partir del cual comenzó
un lento descenso del nivel del río, manteniendo medias de 477 m³/seg el día
24, 318 m³/seg el 25, 161 m³/seg el 26 y 85 m³/seg el día 27. Resultó llamativo
que durante todo el mes siguiente se registraron medias diarias superiores a
los 20 m³/seg, cuando la media de octubre es de 12,2 m³/seg y la de noviembre
11,4 (figura 6). Esta tendencia de la curva del hidrograma, se debe a que la desembocadura natural se hacía en forma de un delta interior que en la actualidad está ocupado por las tierras bonificadas de las Pías Fundaciones del
Cardenal Belluga, y en cuya área semipantanosa, el río desagüa por la gola de
Guardamar. De ahí su lento vaciado (Canales y Vera, 1985).
FIGURA 6
CAUDAL DEL RÍO SEGURA TRAS LA CONFLUENCIA CON
EL RÍO GUADALENTÍN DURANTE LA RIADA DE OCTUBRE DE 1948
Nota: los datos reflejan los valores medios diarios.
Fuente: Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/
default.asp).
Si se observan las anteriores figuras, se aprecia claramente como en este episodio de precipitaciones de fuerte intensidad horaria, a medida que el río se
aleja de su cabecera, la crecida se extiende en el tiempo al ir uniéndose al aumento de caudal propio, las aportaciones de sus afluentes. Este proceso natural
cobra especial relevancia cuando confluyen el Segura y el Guadalentín, lo que
unido a la poca pendiente existente desde Murcia a Orihuela explica que en las
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estaciones de aforos de Almadenes, Cieza y Archena la crecida se dejó notar
durante tres días, pero es durante el 22 de octubre cuando se produce el mayor
incremento, y el descenso de caudal, se produce de manera más lineal. Por su
parte, en la estación de aforos de Vistabella la crecida es importante durante
cinco días y en la de Orihuela durante siete. Además, el incremento y descenso
desde el pico de caudal, se produce de manera más irregular y menos lineal a
causa de la unión de las diferentes crecidas en momentos temporales distintos.
Por otro lado, después de la avenida se mantiene un caudal mayor al momento
anterior de la crecida por un periodo de, por lo menos, dos semanas, debido a
la regulación los embalses, al flujo de base, a la escorrentía residual en las
cuencas receptoras y a la recuperación temporal de la zona semipantanosa que
era la Vega Baja hasta mediados del siglo XVIII anteriormente mencionada.
FIGURA 7
CAUDALES MÁXIMOS REGISTRADOS EL DÍA 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN
DISTINTAS ESTACIONES DE AFORO DE LA CUENCA DEL SEGURA
Fuente: elaboración propia a partir de información recabada.
Impacto socioeconómico de la catástrofe
En cuanto a los efectos que produjo la inundación, en la ciudad de Murcia
se vieron dañados los parques aledaños al río y los molinos cercanos al cauce
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del Segura. Tampoco pudo evitarse que por la zona de Vistabella el agua rompiera la muralla de sacos terreros levantada agónicamente por los vecinos, y penetrara en las calles y en las casas. De igual modo se anegaron bajos y viviendas
en el centro de la ciudad incluyendo los del Ayuntamiento, así como la Plaza
del Cardenal Belluga. No obstante, las pérdidas fueron mucho mayores en los
pueblos y espacios agrarios de la huerta murciana situados en la margen derecha, al quedar comprendidos entre el río y el cauce artificial del Reguerón, que
rompió sus motas en varios puntos desde la población de El Palmar hasta Beniaján, afectando a una superficie de unas 7.000 hectáreas (MOPU, 1983).
Para tener una idea aproximada de la magnitud de la catástrofe y de los costes económicos, es necesario hacer una reconstrucción espacial de los efectos
de la inundación en función de la localización de las acequias que más daños
sufrieron (figura 8). Para lo cual se han consultado las actas de las reuniones
FIGURA 8
ORTOFOTO DE 1945 DONDE SE SUPERPONEN LOS PRINCIPALES
HEREDAMIENTOS AFECTADOS POR LA RIADA EN LA HUERTA DE MURCIA
Fuente: Infraestructura de Datos Espaciales de la Región de Murcia (IDERM), vuelo americano de 1945
(www.cartomur.es).
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entre particulares de diferentes heredamientos de los 28 «juntamentos»5, que
se produjeron entre el 22 de octubre de 1948 y el 30 de noviembre del mismo
año, periodo en el que dichas reuniones tenían como primer punto del orden
del día, «[…] el tratar de resolver la cuestión sobre los desperfectos causados
por la inundación del 22 de octubre de 1948». En mayor o menor grado, la
gran mayoría de los heredamientos de la Huerta de Murcia, sufrieron impactos
que trastocaron la frágil economía agrícola de la época, lo cual, por otro lado,
no era un escenario novedoso para los huertanos.
Económicamente, los periódicos de la época hablan de más de 30 millones
de pesetas en daños en la Huerta de Murcia, pero solo valoran sucintamente lo
que se refiere a la huerta como unidad agraria. Aunque este dato se quedase
corto en la estimación, supondría a fecha de 2010 casi 36 millones de euros si
deflactamos la cantidad a un promedio de 8,91 puntos, tal y como sugieren
Gadea, Ben-Kaabia y Sabate para la segunda mitad del siglo en España (Gadea
et al., 2002, p. 5). Esta cifra supondría en la actualidad casi un 8% del presupuesto consolidado de 2010 para el Ayuntamiento de Murcia, lo que señala el
impacto de esta avenida.
En Orihuela las pérdidas económicas se calcula que ascendieron a varios
cientos de millones de pesetas por los destrozos en la ciudad, la huerta —se
perdieron la totalidad de las cosechas—, el sistema productivo y las comunicaciones. La riada afectó a esta ciudad los días 22, 23 y 24 de octubre, con una
situación desoladora, puesto que a la inundación de toda su huerta, siguió la
de la mayoría de sus calles con altura de agua de hasta 2 metros. El espacio
afectado abarcó una superficie de 6.140 ha, localizadas entre Orihuela y Guardamar (Juaréz et al., 1989, p. 311). La causa fue la ya mencionada recuperación de la antigua albufera.
Pero fuera de estas ciudades, se sucedieron los destrozos por otros sectores
de la Cuenca del Segura. En Cartagena se desbordó la rambla de Benipila, las
calles del centro fueron anegadas llegando el agua a alturas no recordadas. Se
produjeron graves daños en el comercio y la industria, se vieron afectadas las
infraestructuras de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, las líneas conductoras de energía, el tranvía y otras carreteras. En Lorquí se inundo todo su espacio agrario. En Alguazas, más de 1.300 tahúllas de huerta, al igual que en Ceutí,
con pérdidas de dos tercios de las cosechas. En Molina las tahúllas inundadas
fueron más de 2.000 y en Cieza unas 4.000. En Mazarrón y Blanca se produjeron derrumbes de viviendas debido al volumen e intensidad horaria de las pre5 El «Juntamento» es una asamblea o junta general constituida por todos los Hacendados de
la Huerta de Murcia.
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TABLA 1
HEREDAMIENTOS AFECTADOS POR LA RIADA EN LA HUERTA DE MURCIA
Nombre del Heredamiento
Fecha del
"Juntamento"
Valoración económica
de daños
Acequia de Aljada
Acequia de Alarilla
Acequia deAlfande
Acequia de Alguazas
Acequia de Alquibla Madre,
Mediodía y Norte
Azarbe de Beniel
Acequia de Beniaján
12/11/1948
12/11/1948
12/11/1948
12/11/1948
1,5 pesetas por tahúlla
1 peseta por tahúlla
1 peseta por tahúlla
Gastos sufragados con el fondo
13/11/1948
Gastos sufragados con el fondo
13/11/1948
13/11/1948
Acequia de Benicomay
13/11/1948
Acequia de Benicotó
Acequias del Junco y Rumia
Acequia de Carcanox
Acequia de La Daba
Acequia de Las Parras
Acequia de Turbedal
Azarbe Mayor
Acequias de Benetucer, Raal Viejo,
Santa Cruz y San Antón
Acequia de Cabecicos
Acequia de Zeneta
13/11/1948
15/11/1948
15/11/1948
15/11/1948
15/11/1948
15/11/1948
16/11/1948
Gastos sufragados con el fondo
Gastos sufragados con el fondo
Reconstrucción Canal sobre el
Reguerón, con un coste aproximado
de 60.000 pesetas (en créditos de 25
pesetas por tahúlla a particulares)
5 pesetas por tahúlla
5 pesetas por tahúlla
Sin valoración concreta
6.000 pesetas para reparaciones
2 pesetas por tahúlla
5 pesetas por tahúlla
Sin valoración concreta
15.000 pesetas para arreglos en Benetucar y 1.500 para Raal Viejo
3 pesetas por tahúlla
Sin valoración concreta
Acequia de Churra la Nueva
16/11/1948
Landrona de los Molinos
Landrona de los Pérez
17/11/1948
17/11/1948
Landrona del Rodeo
17/11/1948
Acequia de Bollo Norte
Acequia de Hilo Nuevo
Azarbe del Meranchón
Acequia de Caravija
Acequia de Zaraiche 3º Tercio
18/11/1948
18/11/1948
18/11/1948
18/11/1948
20/11/1948
16/11/1948
16/11/1948
16/11/1948
Crédito de 50.000 pesetas
ampliables a 100.000 en caso
de necesidad
Sin valoración concreta
Sin valoración concreta
6 pesetas por tahúlla y un
crédito de 12.000 pesetas
Sin valoración concreta
30 pesetas por tahúlla
Sin valoración concreta
2 pesetas por tahúlla
Sin valoración concreta
Fuente: elaboración propia a partir del Libro de Juntamentos Generales de la Junta de Hacendados de la Huerta
de Murcia, Archivo Municipal de Murcia.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 163-187, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201206
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cipitaciones que no permitió evacuar el agua acumulada sobre los tejados de las
viviendas tradicionales de techos planos e impermeabilizados con tierra.
Con motivo de estas inundaciones, en el Consejo de Ministros celebrado el
día 21 de enero de 1949, fueron aprobados varios expedientes urgentes de reparaciones en cauces de las vegas media y baja del Segura y la del Guadalentín. Entre ellas se encontraban el acondicionamiento del canal del Reguerón y
la ampliación de la capacidad de desagüe del Paretón, cuyas obras se finalizaron al año siguiente, pasando de 100 a 300 m³/seg. La primera verificación sobre la utilidad de la nueva obra se produjo en octubre de 1950, cuando un
temporal generó una crecida sobre el Guadalentín, que fue casi totalmente absorbida por el vaso del embalse de Puentes y laminada por su presa. Posteriormente, el canal de derivación de Totana fue puesto a prueba y llegó a evacuar
un máximo de 200 m³/seg. hacia el mar.
Percepción periodística de la catástrofe
La prensa diaria es una fuente útil para el estudio de episodios naturales de
rango extraordinario, puesto que aporta información sobre consecuencias socioterritoriales causadas por estos. No obstante, tal y como señalan Olcina
et al. (2004), el manejo de esta información debe de realizarse con cierta cautela ya que, por lo común, los efectos que se comentan, están sobrevalorados
al tratarse de opiniones y crónicas obtenidas de poblaciones directamente
afectadas a las pocas horas de ocurrido un episodio.
De acuerdo a lo anterior, resulta justificado alejarnos de la crónica propiamente dicha, donde cualquier episodio de lluvias intensas que provoca algún
anegamiento es tratado como un suceso catastrófico. Sin embargo, aunque las
lluvias de octubre de 1948 si que parece que representan un suceso extraordinario, se han comprobado las noticias de esos días con datos reales y los aspectos más controvertidos que podrían inducir su sobrevaloración, se han
tratado de filtrar mediante el cotejo de la información entre diversos diarios y
otras fuentes de información. La noticia se convierte de esta manera en una referencia útil para la investigación de episodios de peligrosidad natural tal y
como indican Olcina et al. (2004), e incluso permite discenir la posible percepción del riesgo de la sociedad, al tratarse de un medio que refleja dicha
cualidad. Según D’Adamo y García (2003), la percepción de la opinión pública
acerca de la violencia y de la inseguridad social es una construcción psicológica, construida parcialmente a partir de las noticias publicadas en los medios
de comunicación.
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El aspecto más importante que se vislumbra de la lectura de la crónica de
la riada de octubre de 1948 es como el episodio natural se convierte en una
catástrofe haciendo responsable a la naturaleza de las consecuencias que ocasionaron las lluvias torrenciales. Este hecho se manifiesta en frases como las
que siguen:
«Otra vez se ha extendido sobre las vegas del Segura y sus afluentes, el azote trágico
de la inundación. La intensidad de las lluvias ha superado toda humana previsión,
con caracteres sin antecedentes en la ya mencionada y dolorosa historia de las avenidas» (Diario LÍNEA NACIONAL SINDICALISTA, 23 de octubre de 1948).
La prensa escrita de los días posteriores a la riada, presentaba esa uniformidad en cuanto al discurso publicado. La percepción del riesgo y, por ende,
de las causas que originaron la catástrofe, pudo estar condicionada por el
control mediático del régimen político tratando de ocultar una mala gestión.
Sin embargo, parece más lógico pensar que las verdaderas objeciones se concentraron en la deficiente respuesta de las infraestructuras ante el evento natural y, sobre todo, la imprevisibilidad del fenómeno. Estos dos últimos
serían los motivos principales que produjeron el desastre a ojos de la sociedad y que, a todas luces, son señal inequívoca de lo vulnerable que era la población afectada.
Al considerar la percepción del riesgo que se tenía por aquel entonces, es
decir, la naturaleza como principal agente causante de los desastres, justifica
FIGURA 9
PORTADA DE LOS DIARIOS REGIONALES LÍNEA NACIONAL SINDICALISTA
Y LA VERDAD DEL 23 DE OCTUBRE DE 1948
Fuente: Archivo Municipal de Murcia.
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 181
lo acontecido durante el periodo de resiliencia. Las necesidades primordiales
que salieron a relucir en las distintas reuniones de los colectivos afectados
que se han comentado en otros apartados, serán las de reestablecer el sistema
de defensa y sus umbrales de seguridad por medio de nuevas actuaciones e
infraestructuras que enmienden las deficiencias que fueron puestas de manifiesto por las riadas. Ninguna mención se hace a la ocupación de espacios
inundables.
En definitiva, el funcionamiento socioeconómico y el devenir histórico de
la cuenca del Segura ayudaba a que se mantuviera el status quo, sin hacerse demasiadas preguntas sobre los responsables. Las inundaciones son una constante en la razón de ser de los moradores de sus vegas, que fundamentan sus
sistemas de cultivo en la irregularidad de la disposición del agua, tanto por su
exceso, como por su defecto. Esta alternancia, genera un modelo de exposición humana a unas condiciones climáticas caracterizadas por la irregularidad
de las precipitaciones y una respuesta secular estoica ante las mismas. Por ello,
la forma de proceder para mitigar los riesgos de inundación en la cuenca del
Segura ha presentado una respuesta unidireccional basada en el uso de las
obras públicas. Muy posteriormente, comienzan a plantearse cuestiones más
plurales que competen a aspectos relacionados con la ordenación territorial y
que, pronto se convierten para muchos en la orientación más acertada para resolver estos desajustes.
FIGURA 10
TITULAR DE LOS DIARIOS NACIONALES ABC Y LA VANGUARDIA
SOBRE LA RIADA DE 23 DE OCTUBRE DE 1948
Fuente: hemeroteca digital de los diarios ABC (http://hemeroteca.abc.es/) y La Vanguardia (http://www.
lavanguardia.com/hemeroteca/).
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182 ALFREDO PÉREZ MORALES Y SALVADOR GIL GUIRADO
CONCLUSIONES
La experiencia nos indica que, una catástrofe de consecuencias importantes, mueve a los colectivos poblacionales afectados hacia una asunción de medidas de defensa para contener una riada de características similares a la
anterior que puso de manifiesto las carencias existentes (Calvo, 2001). Un
comportamiento idéntico, es el que se ha seguido en la cuenca del Segura.
Cuando los episodios de lluvias intensas han afectado a los grandes núcleos
de población, la situación se agrava y despierta una sensación de inseguridad
que pronto reclama ser, al menos, minimizada. Este es el caso de las inundaciones catastróficas de 1879, 1948 y 1973, tres momentos de la historia de dicha cuenca y sus principales vegas, que cumplen perfectamente con el patrón
anteriormente señalado.
El análisis de este evento, revela una lógica comportamental de la sociedad
hacia el riesgo de inundación, que resulta particularmente interesante. De
acuerdo al análisis de las fuentes consultadas, se advierte una percepción de
estos fenómenos donde todas las connotaciones de responsabilidad y de búsqueda de causas, se otorgan a la naturaleza como ente que se personifica y se
convierte en el principal culpable de la tragedia. Es lógico entonces, que las
crónicas de la época no señalasen ningún tipo de responsabilidad en los administradores del agua, aún cuando se sabía ya, que la mala gestión, precisamente de una de esas obras estructurales como es el canal de derivación de la
rambla de Tiata, motivó la inundación de unas 7.900 hectáreas de la huerta
lorquina.
Parece claro que el momento en el que acontece un episodio de estas características, la percepción de la población ante el riesgo de inundación y su manera de actuar para mitigarlo se hizo tratando de controlar lo incontrable, es
decir, la naturaleza y sus efectos. Es más, la reacción posterior de la sociedad,
fue la de tratar de alcanzar el reestablecimiento del umbral de defensa mediante la reconstrucción de las infraestructuras que habían sido destruidas, o
la mejora y capacitación de las anteriores para contener una riada de características similares, tal y como lo demuestran los recrecimiento que se llevaron a
cabo en el Reguerón, canal del Totana, e incluso, la construcción de nuevos
embalses en la cabecera del Segura (Muñoz, 1989, p. 467).
Desafortunadamente, y aunque se produjo un consenso generalizado en las
tres vegas durante el periodo de resiliencia que bien podría haber servido para
tomar decisiones más drásticas, este hecho solo motivó una vez más el aumento de los espacios expuestos al peligro a consecuencia del exceso de confianza en las medidas estructurales desarrolladas tras la catástrofe y el
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deterioro de la percepción del riesgo de inundación con el paso del tiempo.
Las riadas que acontecieron posteriormente, sobre todo la de 19 de octubre de
1973, así lo prueban.
En la actualidad, según Muñoz y Toledano (2005, p. 145), los sectores
donde tradicionalmente las inundaciones han producido crisis periódicas
como es el caso de los núcleos poblacionales de Murcia y de Lorca, disponen
de sistemas defensivos que permiten un umbral de seguridad aceptable, aunque, ciertamente, sus límites estén aún por acreditar. Sin embargo, la reciente
e intensa ocupación de nuevos sectores afectados por los excesos de caudal,
indica que se está tropezando nuevamente con la misma piedra. Las últimas
inundaciones de agosto de 2010 en el municipio de Águilas han revelado que
existen espacios escasamente preparados ante estos eventos y, por tanto, muy
vulnerables. Nuevamente volvemos a enfrentarnos a un problema que nos resulta más que familiar y que presenta tintes de secularización.
Pese a contar con la capacidad suficiente para ordenar la ocupación de
nuestro territorio de forma racional y coherente con los condicionantes ambientales, los problemas anteriormente comentados debilitan enormemente el
equilibrio establecido entre usos del suelo y funcionamiento de la naturaleza.
Asistimos otra vez, a la creación espacios afectados por el riesgo natural, principalmente en el ámbito litoral, como señalan Giménez (2003), Calvo (2006),
Olcina (2007) y Pérez (2008). Se trata de nuevas evidencias que ponen de manifiesto la acumulación de trabajo por hacer. Los pasos se están acometiendo
lentamente, y ya se está elaborando una cartografía por parte de la administración central que pretende clasificar de forma integral todos aquellos puntos
sensibles de sufrir los efectos de las riadas (Sistema Nacional de Cartografía de
Zonas Inundables). El uso eficiente de la misma, y su integración en las políticas de ordenación del territorio, puede suponer un motivo de esperanza para
buscar un atisbo de equilibrio entre el hombre y el medio.
Recibido: 03/01/2012
Aceptado: 25/03/2012
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LA AVENIDA DE 22 DE OCTUBRE DE 1948 EN LA CUENCA DEL SEGURA… 185
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– Diario LA VERDAD DE MURCIA, días 22, 23, 24 y 25 de octubre de 1948.
– Diario LÍNEA NACIONAL SINDICALISTA, días 22, 23, 24 y 25 de octubre de 1948.
– Libro de Juntamentos Generales de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia.
Archivo Municipal de Lorca
– Acta capitular del pleno del Ayuntamiento de Lorca de 27 de octubre de 1948.
Hemeroteca digital del Diario ABC «http://hemeroteca.abc.es/»
– Diario ABC, días 22 y 23 de octubre de 1948.
Hemeroteca digital de LA VANGUARDIA «http://www.lavanguardia.com/
hemeroteca/»
– Diario LA VANGUARDIA, días 22 y 23 de octubre de 1948.
RESUMEN
La riada de 19 de octubre de 1879 que afectó a la cuenca del río Segura marca un
punto de inflexión en la política de defensa contra avenidas a nivel internacional. Un
evento natural de características funestas pone de acuerdo a todos los agentes sociales
de la época para llevar a cabo el primer plan de defensa integral contra inundaciones a
nivel nacional.
Transcurridos setenta años desde la puesta en funcionamiento de dicho sistema, una
nueva riada, la de octubre de 1948, pone de manifiesto el deterioro de las obras acometidas y la necesidad de actualizar los umbrales de seguridad que los procesos de
ocupación habían transgredido.
El presente trabajo, pretende caracterizar un episodio poco conocido como el de 20 a
23 octubre de 1948 pero que, sin embargo, tuvo una repercusión singular sobre la mejora de las actuaciones de prevención, seguridad y control del territorio analizado.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 163-187, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201206
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PALABRAS CLAVE: riesgo; riada; revisión; percepción; vulnerabilidad.
ABSTRACT
The flood of October 19, 1879 that affected the Segura River basin marks a turning
point in defense policy at the international level boulevards. A disastrous natural
event features agrees to all stakeholders of the time to conduct the first comprehensive plan to protect against floods nationwide.
After seventy years from the commissioning of the system, a new flood, the October,
1948, shows the deterioration of the works undertaken and the need to update security thresholds that the processes of occupation had transgressed.
The present work aims to characterize an episode little known as 20 to October 23,
1948 but which nevertheless, had a singular impact on the performance improvement
of safety, security and territorial control analysis.
KEY WORDS: risk; flood; review; perception; vulnerability.
RÉSUMÉ
La crue du 19 Octobre 1879 que affecté le bassin du fleuve Segura marque un tournant dans la politique de défense au niveau international les boulevards. Une des caractéristiques désastreux événement naturel consent à toutes les parties prenantes du
temps pour effectuer le premier plan exhaustif pour se protéger contre les inondations
à l’échelle nationale.
Après soixante-dix ans de la mise en service du système, un nouveau flux, l’Octobre,
1948, montre la détérioration des travaux entrepris et la nécessité de mettre à jour les
seuils de sécurité que le processus d’occupation avait transgressé.
Le présent travail vise à caractériser un épisode peu connu de 20 au 23 Octobre, 1948,
mais qui a néanmoins eu un impact singulier sur l’amélioration des performances de
sûreté, de sécurité et de l’analyse du contrôle du territoire.
MOTS CLÉS: risques; inondation; examen; perception; vulnérabilité.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201206
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Estudios Geográficos
Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214
Enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496
eISSN: 1988-8546
doi: 10.3989/estgeogr.201207
Evaluación de la actividad cinegética
en Extremadura en los albores del siglo XXI.
Retos a corto y medio plazo.
Evaluation of the Extremadura hunting
in the beginning of the XXI century.
Challenges in the short to the medium term.
Juan Ignacio Rengifo Gallego*
INTRODUCCIÓN
La caza en Extremadura ha gozado de un extraordinario arraigo a lo largo
de los siglos, consecuencia lógica de la perdurabilidad en el tiempo de unas favorables condiciones de índole social y ecológica. Por ello, el ejercicio de las
artes venatorias tiene un carácter secular, constatable a través de fuentes y testimonios de diversa índole. En el siglo XIV, Alfonso XI, el Rey Justiciero, dejó
escritas sus incursiones cinegéticas en Extremadura en el célebre y recurrentemente citado Libro de la Montería. Las manchas en que cazó, detalladas y cartografiadas con indicación de sus vocerías y armadas por Terrón (2002),
fueron muy numerosas. Para mayor abundamiento pueden citarse otros textos
en los que se aprecia, igualmente, el enraizamiento de la caza en la sociedad
extremeña. Estamos hablando, a decir de Terrón (1981), de las obras clásicas
que escribieron los cuatro grandes de la literatura venatoria extremeña:
– Luis de Zapata (1979), autor de un tratado de cetrería del siglo
fue escrito en verso.
*
XVI
que
Departamento de Arte y Ciencias del Territorio, Universidad de Extremadura (irengifo
@unex.es).
Estudios Geograficos 272_Estudios Geograficos 272 12/07/12 13:28 Página 190
190 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
– Juan de Mateos (1979), perteneciente a una saga de cazadores reales de
origen extremeño (Peris 2009), quien redactó su libro en el XVII, basándose en sus experiencias cinegéticas.
– Varona (1976) compositor del texto Instrucción de cazadores a finales del
siglo XVIII.
– Covarsí (1998) autor de varios libros de narraciones cinegéticas personales que vieron la luz a finales del XIX y principios del XX.
A estas referencias podrían añadirse otras muchas de diferente naturaleza
acaecidas en sucesivas etapas históricas. Por ello, con estos antecedentes no es
de extrañar que la caza se haya ganado un protagonismo que se puede advertir
en los siguientes ámbitos:
A) Normativo. Con los antecedentes de la Ley Nacional de Caza del año
1970, que abrió una nueva etapa en la legislación cinegética española (Martínez y Torija, 2009) y supuso el crecimiento espectacular de la superficie sometida a régimen cinegético especial (Martínez, 2009), la clase política regional,
tras la cesión de competencias en materia de caza a las comunidades autónomas durante la década de los ochenta, se entregó a la redacción de una Ley
que fue aprobada en el año 1990. En este sentido, Extremadura fue la segunda
región, tras Asturias, en ratificar una ley en dicha etapa. Aquella Ley del año
1990 (Ley 8/1990, de 21 de diciembre, de caza de Extremadura), no exenta de
polémica, fue modificada a principios del siglo XXI (Ley 19/2001, de 14 de diciembre, de modificación de la Ley 8/1990, de 21 de diciembre, de caza de Extremadura). Las razones esgrimidas en aquel entonces para su transformación, en un lapso de tiempo de sólo diez años, quedaron plasmadas en el apartado de la exposición de motivos bajo el siguiente tenor: por necesidad de
ajustarse a cambios normativos surgidos tras la aprobación de la primera Ley,
por interpretación judicial de la Ley de Caza, por regulación tributaria, por
perfeccionamiento técnico de la Ley y por su adaptación a criterios administrativos.
Una década después de la entrada en vigor de esta Ley de modificación, el
parlamento regional ha vuelto a aprobar una nueva norma con rango de Ley
(Ley 14/2010, de 9 de diciembre, de caza en Extremadura), amparándose en la
necesidad de alcanzar una serie de objetivos que se ponen de manifiesto, una
vez más, en el preámbulo: la planificación cinegética, la simplificación administrativa, la profesionalización del sector y el fomento de las especies y de su
calidad. Tras este último episodio las autoridades competentes en la materia se
han comprometido a la aprobación de un Reglamento de caza que ha sido publicado en el DOE número 105 del día 1 de junio de 2012.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 191
B) Social. La relevancia social de la caza en Extremadura no solo se manifiesta en el número de licencias expedidas, sino en la abultada relación de sociedades de caza a las que están vinculados miles de cazadores repartidos por
todos los municipios extremeños. Los clubes deportivos locales, además de
cumplir una importante función social, al garantizar el acceso a la práctica cinegética de los cazadores más modestos, gestionan la mayor parte de los territorios de caza en la región, más de 1,6 millones de hectáreas en la temporada
2009-2010, lo que viene a representar casi el 40% de la superficie acotada. Estos terrenos disfrutan, entre otras ventajas, de una menor presión impositiva,
distinguiéndose claramente del resto de terrenos cinegéticos. En la Ley de
2001 estas diferencias se cuantificaron del siguiente modo: 0,08 euros / hectárea frente a, por ejemplo, los cotos privados de caza mayor, que debían tributar a razón de 4,66 euros / hectárea. De igual forma, la Dirección General con
competencias en asuntos venatorios ha venido convocando ayudas destinadas
a los clubes deportivos locales de cazadores, de las que han podido beneficiarse aquellos que realizasen actividades de mantenimiento, de conservación
y de mejora de los recursos cinegéticos. Por último, la función social de los
clubes deportivos locales de caza se plasma, igualmente, a través de la participación de los socios en una de las escasas formas de ocio que ofrece el medio
rural.
C) Económico. Los efectos económicos derivados de la caza son incuestionables en Extremadura, aunque las cifras ofrecidas por la administración no
son más que estimaciones que acaban siendo utilizadas como titulares de
prensa1. A otras escalas existen encuestas de gran calado que vienen a refrendar el impacto económico de la actividad venatoria en múltiples apartados. En
Estados Unidos, los ingresos de la caza se cifran en 22.900 millones de dólares
(U.S. Fish y Wildlife Service, 2007) y, en algunos países europeos, los cálculos
traspasan, igualmente, la barrera «milmillonaria»: casos de España (Federación Española de Caza, 2003), Inglaterra (PACEC, 2006) o Francia (Federation Nationales des Chasseurs, 2006). En Extremadura, al margen de las
valoraciones absolutas, se detectan otros indicios que permiten verificar la dinámica en que se desenvuelve el sector. Un ejemplo es la celebración, con carácter anual, de ferias monográficas en las que cazadores y empresas
relacionadas con la caza —hostelería, armerías, complementos, gestores, co-
1
Es recurrente la aparición de datos sobre la deriva económica de la caza en la prensa regional, citando estimaciones de responsables de la administración autonómica. Las cifras ofrecidas
en los últimos años oscilan entre los 300 y 350 millones de euros por temporada.
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192 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
tos, perros, transporte— buscan un punto de encuentro, en el que hacer transacciones comerciales. En Badajoz se viene realizando, desde hace 21 años, la
«Feria de la Caza, Pesca y Naturaleza Ibérica (FECIEX)», a la que acuden expositores y visitantes de España y Portugal. De la misma forma, las instalaciones de FEVAL en la localidad de Don Benito acogen la «Feria Espacio
Alternativo de la Naturaleza. Caza, pesca, forestal y ocio» desde el año 2003.
Por su parte, en la comarca de la Siberia se han celebrado, hasta la fecha, cinco
ediciones de la Feria del Turismo de Caza y de Pesca.
D) Profesionalización del sector. Desde el momento en que la corriente
mercantilista aterrizó en el sector de la caza, se ha vivido un proceso de cambio que ha cristalizado en una creciente profesionalización y en la aparición
de empresas que intervienen en el proceso de gestión, parcial o integralmente,
de los cotos y, a su vez, en la comercialización. El rol que asumen estas empresas es, por tanto, diverso: pueden participar con carácter exclusivo en la comercialización, al funcionar como simples intermediarios, o bien participar en
el proceso completo del manejo de los terrenos y las especies.
E) Investigación. La comunidad científica, consciente del papel que tiene
la caza en Extremadura, no ha permanecido inactiva y ha realizado distintas
aportaciones desde enfoques muy diferentes, debido a la versatilidad del fenómeno. Por este motivo no faltan los estudios, escasos en algunas disciplinas,
que abordan la temática cinegética bajo una perspectiva histórica, biológica,
antropológica, sanitaria, económica o geográfica. Incluso se pueden contabilizar en el haber de las acciones llevadas a cabo en este ámbito, la celebración
de jornadas, seminarios y congresos monográficos. Entre estos últimos se encuentra el Congreso Internacional de la Caza (VV.AA., 1987), además de una
batería de jornadas sobre caza, conservación y desarrollo celebradas en el
marco de Eurocaza (2001, 2003, 2004a, 2004b).
Especial relevancia tienen para la elaboración de este artículo las contribuciones realizadas por geógrafos, dentro de las cuales hay que resaltar las que
responden a enfoques generalistas (Alvarado, 1991a y 1991b; Melchor, 2003).
En estos trabajos se han analizado las principales variables relacionadas con la
caza desde la óptica de la oferta —espacios y especies de caza—, la demanda
—evolución del número de cazadores con licencia— y la pertinente interpretación de las repercusiones del fenómeno. Igualmente, la contribución de la
caza al desarrollo regional, por su impronta económica y potencialidad turística, ha sido abordada en distintos estudios realizados por geógrafos y profesionales de otras disciplinas (Alvarado, 1983; Álvarez, 2007; Coca et al., 2005;
Coca et al., 2007; Fernández, 1992; Leco, 1997; Calvo y García, 1988; Sánchez
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 193
y Fuentes, 1992; Serrano, 2005; Rengifo, 2010). Estas contribuciones inciden
en la importancia que tiene la caza en clave de desarrollo como fuente generadora, directa e indirecta, de empleo y de rentas. Por último, investigaciones recientes han explorado aspectos más novedosos como la certificación de
calidad en la caza (Carranza y Vargas, 2007), cuestión que de alguna forma se
ve reflejada en la nueva Ley de Caza de 2010, a través del artículo que alude a
la certificación de calidad denominada «Caza Natural de Extremadura».
Con estos antecedentes toca evaluar en el próximo capítulo, con el objetivo de conocer la situación actual de la caza en Extremadura, los principales
dígitos asociados a la actividad cinegética en el periodo 2000-2010. Ello nos
permitirá plantear retos de futuro, teniendo en cuenta el contexto actual.
LA CAZA EN EXTREMADURA EN EL PERIODO 2000-2010
La caza es una actividad fuertemente regulada por su carácter de ejercicio
consuntivo en el que intervienen recursos silvestres y porque en su práctica se
utilizan artes que, en muchos casos, requieren el manejo de armas de fuego y
de animales domésticos. En Extremadura, la llegada del siglo XXI trajo consigo, como ya ha sido expuesto, la modificación de la Ley de Caza aprobada a
principios de la década de los noventa de la centuria pasada. Será precisamente esta Ley modificada (Ley 19/2001 de Modificación de la Ley 8/1990 de
Caza Extremadura) la que estará en vigor durante toda la década 2000-2010,
debido a que hasta mediados de diciembre de 2010 no llegó a publicarse la
nueva Ley de caza que entró en vigor a mediados del año 2011 (Ley 14/2010,
de 9 de diciembre, de caza de Extremadura).
Además de la Leyes mencionadas, en la etapa 2000-2010 fueron dictados
no pocos Decretos, a los que cabría añadir las Órdenes que fijan los periodos
hábiles de caza que emanan anualmente de la Consejería competente en la
materia: Consejería de Agricultura y Medio Ambiente entre los años 20002007 y Consejería de Energía, Industria y Medio Ambiente, entre 2007 y junio
de 2011. A través de los mencionados Decretos se han atendido cuestiones relacionadas con el reglamento de impuestos de actividades cinegéticas, las condiciones para la instalación de cerramientos cinegéticos y no cinegéticos, las
ayudas a los Clubes deportivos locales de cazadores, la reglamentación de los
terrenos sometidos a régimen cinegético especial gestionados por la Junta de
Extremadura, la creación de la Reserva Regional de Caza denominada «La Sierra» y la composición y reglamento de la Comisión Regional de Homologación de Trofeos de Caza, entre otros.
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194 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
La organización de los espacios de caza
Extremadura es la quinta Comunidad Autónoma española por superficie,
con algo más de 41.600 km2 repartidos entre las dos provincias más extensas
de España: Cáceres y Badajoz. Ambas provincias acogen una población absoluta integrada por 1.107.220 habitantes (Padrón INE a 1 de enero de 2010) que
se distribuye entre 383 municipios. Por tanto, las densidades de población,
tanto en Cáceres (20,8 hab./km2) como en Badajoz (31,6 hab./km2) están muy
alejadas de la media española, aproximadamente tres veces superior. Estas características, junto con otras relacionadas con su estructura productiva, han
hecho de Extremadura un lugar que dispone de grandes espacios abiertos, escasamente humanizados y bien conservados que acogen una variada y abundante fauna silvestre, incluida la que tiene la consideración de cinegética.
Con estos antecedentes no es de extrañar que la mayor parte del territorio
haya estado sometido a un régimen de aprovechamiento cinegético especial
en el periodo 2000-2010, como puede observarse en el cuadro 1, de acuerdo
con la doble clasificación que marcó la normativa vigente en esta época:
a) Terrenos de aprovechamiento cinegético común, donde el ejercicio de la
caza podía llevarse a cabo libremente sin más limitaciones que las que fijaban las normas. Estos terrenos han sido minoritarios en Extremadura,
desde el punto vista superficial, durante esta década. En la temporada
2009-2010, último consignado, algo más del 12% de los terrenos figuraban como de aprovechamiento cinegético común frente a un 86% de terrenos sometidos a régimen cinegético especial.
b) Terrenos de aprovechamiento cinegético especial, espacios donde, salvo
prohibiciones expresas en alguna de las figuras, el ejercicio de la caza
quedaba limitado a sus titulares o a las personas a quienes estos autorizasen, de acuerdo con las diferentes tipologías existentes. Por su naturaleza, estos terrenos determinan las potencialidades cinegéticas de una
área determinada, pues, en buena lógica, aquellos espacios cuyo aprovechamiento cinegético sea más favorable estarán sometidos a un régimen
cinegético especial para garantizar el aprovechamiento privativo de sus
recursos. La razón no es otra que el valor económico que la caza tiene,
sea complementario o principal, en el ámbito de las explotaciones agrarias y ganaderas. Durante el periodo 2000-2010 los terrenos de aprovechamiento cinegético especial respondían a la siguiente clasificación:
– Espacios Naturales Protegidos
– Refugios de caza
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–
–
–
–
–
–
–
–
Reservas regionales de caza
Zonas de seguridad
Zonas de caza controlada
Cotos regionales de caza
Cotos deportivos de caza
Cotos privados de caza menor
Cotos privados de caza mayor
Cercados
Dentro de estas figuras la caza quedaba severamente limitada, o prohibida,
en alguna de ellas como los Espacios Naturales Protegidos —Parques Naturales—, las Zonas de Seguridad —vías y caminos públicos, aguas, núcleos urbanos y rurales, áreas habitadas— los Refugios de Caza y los Cercados, siendo
factible el aprovechamiento cinegético en el resto de espacios de acuerdo con
lo que estipulaba la normativa.
No obstante, conviene hacer una doble distinción, por su especial trascendencia social y económica, entre los terrenos cinegéticos cuyo fin es eminentemente social y deportivo —cotos deportivos, tanto los que son gestionados
por sociedades locales de caza como no—, y los terrenos que son explotados
con un fin lucrativo —cotos privados—. Esta diferenciación siempre se ha
visto reflejada en el espíritu de las leyes de Caza que han sido aprobadas, hasta
el momento, en Extremadura.
Los cotos deportivos gestionados por sociedades locales son los que abarcan una mayor superficie. En el periodo 2003-2010 se constata que estos cotos mantienen prácticamente inalterables sus dígitos, tanto en el plano
numérico como superficial. Sin embargo, los cotos deportivos que no son gestionados por sociedades locales sí experimentan una tendencia a la baja de
-21.898 hectáreas. En cuanto a los cotos privados, se advierte un comportamiento diferente. Se da la circunstancia de que los de caza menor disminuyen
en ambas provincias (-13.775 has) y los de caza mayor aumentan en ambas
provincias (+151.825). Sin duda, una de las razones que explica este comportamiento ha sido la constante expansión geográfica de las especies de caza mayor por nuevos territorios, como se podrá comprobar cuando se hable de
capturas.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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196 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
CUADRO 1
EVOLUCIÓN DE LOS TERRENOS CINEGÉTICOS DE GESTIÓN PRIVADA
Temporada 2003-2004
Provincia
Cotos
Núm.
Superficie
(has)
Temporada 2009-2010
Núm
Superficie
(has)
Diferencia
Superficie
Locales
253
878.643
254
888.330
+ 9.687
Deportivos
871
361.629
804
334.328
-27.301
Privado Mn
447
343.136
457
331.465
-11.671
Privado My
212
196.560
324
276.361
+79.801
1.783
1.779.968
1.824
1.810.289
+50.516
Locales
345
753.932
341
749.324
-4.608
Deportivos
598
255.063
554
234.855
-20.208
Privado Mn
255
188.699
267
186.595
-2.104
Privado My
383
358.206
484
430.230
+72.024
1.581
1.555.900
1.644
1.607.202
+45.104
598
1.632.575
595
1.637.650
+5.079
1.469
616.692
1.358
569.183
-47.509
Extremadura Privado Mn
702
531.835
724
518.060
-13.775
Privado My
595
554.766
808
706.591 +151.825
3.393
3.335.868
3.468
Badajoz
Total
Cáceres
Total
Locales
Deportivos
Total
3.417.491
+95.620
Fuente: elaboración propia a partir de datos facilitados por Dirección General de Medio Ambiente, Junta de
Extremadura.
Aunque la gestión de los terrenos de caza es mayoritariamente privada, la
gestión pública de terrenos cinegéticos también es una realidad; de hecho
afecta a 111.178 hectáreas. Se trata de terrenos de titularidad pública o de
gran fragmentación parcelaria sobre los que recae alguna de las figuras establecidas por la Ley, en los que se lleva a cabo anualmente la Oferta Pública de
Caza de la Junta de Extremadura. Estos terrenos conforman una red de 27 espacios a la que pertenecen espacios tan emblemáticos como las Reservas de
Caza del Cíjara y La Sierra y los Cotos Regionales de Matallana y Cañamero,
sobre los que pesa la mayor parte de la referida oferta pública de Caza.
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 197
CUADRO 2
TERRENOS DE APROVECHAMIENTO CINEGÉTICO ESPECIAL
GESTIONADOS POR LA JUNTA DE EXTREMADURA
Temporada
2008-2009
Denominación
PARQUE NATURAL
Nº
18.386
1
170
2
RESERVA REG. CAZA
38.009
2
COTO REG. DE CAZA
19.431
3
ZONA CAZA CONTROL.
35.182
19
111.178
27
REFUGIO CAZA
EXTREMADURA
Superficie
TOTAL
Fuente: elaboración propia a partir de datos facilitados por Dirección General de Medio Ambiente, Junta de
Extremadura.
La cuantificación de los aprovechamientos
Independientemente de la tipología de los terrenos de caza, el aprovechamiento cinegético recae sobre una relación concreta de especies, clasificadas
como especies de caza mayor y menor, que hay que analizar en tres dimensiones:
a) Variedad. La pluralidad venatoria se refleja en el número total de especies que la Consejería competente en la materia incluye en la Orden que
aprueba anualmente. El estudio pormenorizado de las Órdenes publicadas en
la última década —desde la temporada 2000-2001 a la temporada 20092010— revela que el número de especies cinegéticas comprendidas en las respectivas Órdenes ha experimentado escasas variaciones. En el periodo
estudiado, el número de especies de caza menor —aves y mamíferos— ha decrecido de 27 a 24, al perder la condición de cinegéticas las siguientes: el estornino negro, la corneja y la tórtola turca. En su mayor parte, las especies de
caza menor son aves —migratorias y sedentarias— frente a solo tres mamíferos —conejo, liebre y zorro—. Este número global de especies de caza se ve
superado por el del resto de comunidades autónomas excepto por Madrid y
Murcia (Rengifo, 2009), aunque hay que señalar que las diferencias tienen escasa trascendencia puesto que no se ven afectadas las especies de mayor
arraigo e interés venatorio.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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198 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
Las especies de caza mayor, por su parte, se han mantenido en idénticos
guarismos a lo largo del periodo consignado. En total, siete son las especies
que conforman este grupo: jabalí, ciervo, cabra montés, corzo, gamo, muflón
y arruí. En relación con otras Comunidades Autónomas, Extremadura sólo se
ve superada por Castilla y León en variedad de animales de caza mayor (8 especies), debido a que en determinadas zonas de su territorio se puede cazar el
lobo —protegido en Extremadura— y el rebeco —sin distribución en el territorio extremeño—. Por su parte, hay seis comunidades en las que se puede cazar idéntico número de especies, es decir, siete: Andalucía, Aragón, Castilla la
Mancha, Cataluña, Murcia y Comunidad Valenciana (Rengifo, 2009).
CUADRO 3
RELACIÓN DE ESPECIES DE CAZA MENOR
Conejo
Paloma Torcaz
Zorzal Charlo
Faisán
Tórtola Turca
Pato Cuchara
Liebre
Paloma Bravía
Zorzal Real
Urraca
Ánade Real
Becada
Zorro
Paloma Zurita
Estornino Pinto
Grajilla
Focha Común
Perdiz Roja
Zorzal Común
Estornino Negro
Corneja
Agachadiza C.
Codorniz
Zorzal Alirrojo
Avefría
Tórtola Común
Cerceta Común
Nota: en negrita, especies que han perdido la consideración de cinegéticas en el periodo 2000-2001 y 2009-2010.
Fuente: Órdenes publicadas en el Diario Oficial de Extremadura que fijaron los periodos hábiles de caza
durante las temporadas 2000-2001, 2001-2002, 2002-2003, 2003-2004, 2004-2005, 2005-2006, 20062007, 2008-2009 y 2009-2010.
b) Abundancia. Examinar la evolución del número de capturas es un factor
de sobresaliente importancia para evaluar la situación en la que se encuentran
las especies de caza. En los últimos diez años, las principales especies cinegéticas de caza mayor y menor muestran avances significativos en lo que a capturas declaradas se refiere, si exceptuamos la tórtola. De especial interés
resulta el incremento de ciervos y jabalíes abatidos por las connotaciones económicas y espaciales que ello conlleva. Detrás de esa consideración se halla el
principal motivo que explica el avance de los cotos privados de caza mayor en
Extremadura, como se observa en el cuadro 1.
Evaluar en términos comparativos la preponderancia de Extremadura en lo
que a número de capturas se refiere, en relación con el resto de Comunidades
Autónomas, es complejo por la dificultad que entraña la recopilación de datos
de capturas. No obstante, a escala estatal la Federación Española de Caza viene
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 199
elaborando un documento estimativo de las capturas de especies cinegéticas
por Comunidades Autónomas que permite calibrar el posicionamiento de Extremadura en relación con el resto de regiones (FEDENCA, 2011). De acuerdo
con los datos que ofrece el documento, la situación de Extremadura en términos de capturas de caza mayor y menor, acumulando las cifras resultantes del
periodo 2000-2010, es la siguiente: ciervo, gamo y muflón —tercera posición—,
jabalí y codorniz —sexta posición—, perdiz roja y liebre —cuarta posición—,
tórtola común —segunda posición— y zorzal —quinta posición—. El resto de
especies de las que disponemos datos —conejo, becada, corzo, cabra montés y
arruí— juegan un papel secundario en relación con las anteriormente referidas.
CUADRO 4
EVOLUCIÓN DE LAS CAPTURAS DE LAS ESPECIES CINEGÉTICAS
MÁS REPRESENTATIVAS
DIFERENCIA
INCREMENTO
ABSOLUTA
PORCENTUAL
2000-2010
TEMPORADA
2000-2001
TEMPORADA
2009-2010
150.551
221.167
+ 70.616
+46%
Liebre
76.564
118.378
+ 41.814
+54%
Conejo
128.909
179.410
+ 50.501
+39%
Tórtola
90.632
77.606
- 13.026
-14,37%
119.918
185.383
+ 65.465
+54%
Ciervo
14.647
23.745
+ 9.098
+62%
Jabalí
10.619
15.485
+ 4.866
+45%
ESPECIE
Perdiz Roja
Paloma Torcaz
Fuente: elaboración propia a partir de datos facilitados por Dirección General de Medio Ambiente, Junta de
Extremadura.
c) Distribución espacial. La desagregación de los datos globales a escala
provincial dibuja un patrón que se repite con rotundidad a lo largo del periodo estudiado: la disímil composición de los resultados en ambas provincias. Por un lado se observa que la provincia de Badajoz registra un mayor
número de capturas en especies de caza menor, frente a la provincia Cáceres
en la que los logros cuantitativos sobresalen entre las especies de caza mayor.
En cualquier caso, ambas provincias muestran avances en casi todas las especies consignadas, aunque se aprecia un mayor crecimiento en el número de
especies abatidas en la provincia de Badajoz.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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200 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
CUADRO 5
DISTRIBUCIÓN PROVINCIAL DEL NÚMERO DE ANIMALES ABATIDOS.
TEMPORADAS 2001-2002 Y 2009-2010
BADAJOZ
ESPECIE
CÁCERES
TEMPORADA
2001/02
TEMPORADA
2009/10
104.380
149.403
46.171
71.764
Liebre
55.182
96.798
21.382
21.580
Conejo
86.974
136.125
41.935
43.285
Tórtola
69.539
43.285
21.093
34.321
Paloma Torcaz
55.415
115.952
64.503
69.431
Ciervo
3.314
7.128
11.333
16.617
Jabalí
3.554
6.322
7.065
9.163
Perdiz Roja
TEMPORADA
2001/02
TEMPORADA
2009/10
Fuente: elaboración propia a partir de datos facilitados por Dirección General de Medio Ambiente, Junta de
Extremadura.
El comportamiento de la demanda
Durante el siglo pasado España vio crecer el número de licencias de caza
de forma continua hasta la década de los noventa, para emprender, con posterioridad a esa fecha, una disminución. Este rumbo no hace sino seguir el
itinerario que se ha observado en otros lugares. Por ejemplo, la encuesta estadounidense del U.S. Fish y Wildlife Service (2007) cuantifica una pérdida
de cazadores de 1,5 millones en el periodo 1996-2006. Por su parte, y siguiendo este patrón, en la Unión Europea se produce un declive de entre el
12 y el 15% de cazadores para el mismo espacio temporal (Kenward y Sharp,
2008). Este proceso no se advierte en Extremadura, región en la que hubo
fases, en periodos alternantes, que mostraron avances o sostenimiento de
los dígitos. De igual forma, y para mayor abundamiento, el número de licencias expedidas, en relación con la población absoluta, demuestra valores elevados en comparación con la mayor parte de los países europeos, lo que
viene a remarcar el importante peso de la caza en la sociedad extremeña
(Rengifo, 2008).
Sin embargo, como dato inquietante y en cierto modo contradictorio, se
aprecia que la distribución de los poseedores de licencia por grupos de edad
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 201
GRÁFICO 1
EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE LICENCIAS DE CAZA EN EXTREMADURA
Fuente: elaboración a partir de datos facilitados por la Junta de Extremadura.
se concentra en los grupos que han superado la barrera de los 40 años, en detrimento de los más jóvenes —en Extremadura la normativa prevé que pueden practicar la caza los mayores de 14 años que se encuentren en posesión
GRÁFICO 2
CAZADORES POR GRUPOS DE EDAD. AÑO 2003
Fuente: elaboración a partir de datos del Anuario Estadístico de Extremadura 2005, Junta de Extremadura.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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202 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
de la oportuna licencia—. Concretamente, los grupos de edad comprendidos
entre los 40 y 54 años serían los más numerosos, tal y como se observa con
claridad en el gráfico 2. A tenor de lo expuesto hay que hablar de un envejecimiento de la población cazadora que concentra la mayor parte de sus efectivos entre los 40 y 64 años (60,79%), a los que habría que sumar el 6,05% de
los mayores de 65 años, frente a un menor porcentaje de cazadores entre 15 y
39 años (33,15%).
En cuanto a la tipología dominante de licencias, sobresalen con claridad las
de «clase A», es decir, las licencias que facultan para cazar con armas. En
comparación con esta, el resto son minoritarias. Asimismo, el análisis del lugar de residencia de los poseedores de licencia descubre una mayoritaria procedencia intrarregional (82%), a la que sigue el grupo de cazadores nacionales
residentes en otras Comunidades Autónomas (15%) y, por último, y en mucha
menor cuantía, el de los residentes en el extranjero (3%). Aunque esta distribución parece lógica por razones de proximidad, no siempre se observa este
modelo en otras Comunidades Autónomas. En Castilla la Mancha, región con
una indudable entidad cinegética a escala estatal, los cazadores residentes en
la región y los cazadores residentes en otras comunidades autónomas alcanzan el mismo peso porcentual (Rengifo, 2011).
GRÁFICO 3
LICENCIAS POR RESIDENCIA DEL CAZADOR. AÑO 2009
Fuente: elaboración propia a partir de datos facilitados por Junta de Extremadura.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 203
LOS DESAFÍOS
El análisis de la situación general de la caza en Extremadura demuestra la
vitalidad que mantiene el sector en un contexto interno y externo nada fácil.
Con estas bases, la actividad cinegética tiene que afrontar a corto y medio
plazo, retos y desafíos que se sitúan en las esferas de lo ecológico, lo social y lo
económico, con el fin de conservar y, si fuera posible, desarrollar el actual potencial existente. Planteamos a continuación los desafíos más representativos.
Un reto en clave ambiental: la necesidad de conjugar el binomio caza y conservación
A nadie se le escapa que la caza, desde que adquirió el papel de actividad
recreativa, es el foco de un encendido debate en el que participan sectores pro
y anti caza. Quienes se oponen a la caza esgrimen argumentos de índole ético
—sufrimiento de los animales, matar por placer y no por necesidad— y de
conservación —muerte de animales, molestias a otras especies—, para justificar su posicionamiento. Por contra, quienes se postulan a favor de las artes venatorias recurren a variados y diferentes razonamientos para defender la caza:
la generación de rentas y de empleo, el mantenimiento de una tradición fuertemente arraigada y la posibilidad de practicar esta actividad en términos sostenibles, en cuyo caso la práctica cinegética juega un papel positivo en pro de
la conservación, pudiendo compaginar los intereses inherentes al desarrollo
sostenible, tanto a nivel socio-cultural, como económico y ecológico.
En Extremadura, la necesidad de relacionar en positivo la actividad cinegética con la conservación tiene, si cabe, mayor importancia debido a las características que presenta su territorio, como consecuencia de que casi un tercio
de la superficie de Extremadura está protegida bajo alguna de las figuras que
la normativa en vigor tiene establecidas. A esta situación se ha llegado tras un
proceso que se inició en 1979, cuando el emblemático espacio de Monfragüe
fue declarado Parque Natural. No obstante, habría que esperar a la década de
los noventa para que se produjera la auténtica eclosión proteccionista del territorio.
Actualmente, las Áreas Protegidas de Extremadura se reparten, de acuerdo
con la clasificación establecida por la Ley 8/1998, de 26 de junio, de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura, modificada por
la Ley 9/2006, de 23 de diciembre, entre diferentes figuras. En total nueve son
las tipologías que conforman los ENP (Espacios Naturales Protegidos): ParEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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204 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
ques Naturales (2), Reservas Naturales (1), Monumentos Naturales (4),
Paisajes Protegidos (1), Zonas de Interés Regional (4), Corredores Ecológicos
y de Biodiversidad (4), Parques Periurbanos de Conservación y Ocio (4), Lugares de Interés Científico (1), Árboles Singulares (37) y Corredores Ecoculturales (sin representación). A esta relación habría que incorporar las figuras
integradas dentro de la Red Natura 2000 —ZEPAS (69) y LIC (87)— y otras
figuras como el Parque Nacional de Monfragüe (1), Reserva de la Biosfera de
Monfragüe (1) y las zonas Ramsar (2). Porcentualmente, los espacios de la
Red Natura 2000 son los que tienen mayor protagonismo, especialmente la
red de ZEPAS constituida por 69 espacios que suman una superficie de
1.089.232,90 hectáreas. Dentro de ellas hay gran variedad en cuanto a dimensión superficial se refiere. Las hay que superan las 100.000 hectáreas —Sierra
de San Pedro, Monfragüe-Dehesas del Entorno y La Serena-Sierras Periféricas—, y también las hay de minúsculo tamaño como las que protegen las diferentes colonias de cernícalos primilla (Falco naumanni) que ocupan áreas muy
limitadas de diferentes núcleos urbanos.
CUADRO 6
ÁREAS PROTEGIDAS DE EXTREMADURA POR SUPERFICIE
Hectáreas
% de Extremadura
Extremadura
4.168.021,60
100,0 %
ZEPAS (Zonas de Especial Protección de Aves)
1.089.232,90
26,1 %
LIC (Lugares de Importancia Comunitaria)
828.949,17
19,9 %
ENP (Espacios naturales protegidos)
314.110,89
7,5 %
Red Natura 2000 (ZEPA + LIC)
1.257.787,05
30,2 %
Áreas Protegidas (ZEPA + LIC + ENP)
1.276.288,09
30,6 %
Fuente: Dirección General de Medio Ambiente, Junta de Extremadura.
Como es lógico, en este tercio de superficie protegida la caza ha sido uno
de los principales aprovechamientos tradicionales. De hecho, en relación
con el pasado y el presente de la práctica cinegética, se admite que son muchos los espacios naturales que se han conservado en mejor estado gracias a
los intereses vinculados al aprovechamiento cinegético, al evitar el empuje
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 205
del desarrollo y su destrucción (Comisión Europea, 2004). En Extremadura
se pueden citar numerosos ejemplos de espacios protegidos que son emblemáticos para el aprovechamiento cinegético: Sierra de San Pedro, Villuercas,
Monfragüe y área periférica o La Siberia, serían algunos de los más representativos.
La caza fue prohibida por Ley en los parques naturales extremeños, dejando únicamente abierta la puerta a su aprovechamiento por «razones de orden biológico, técnico o científico». Esta política restrictiva produjo un grave
problema de superpoblación de ungulados silvestres —jabalíes y ciervos—,
con considerables impactos sobre la flora autóctona y expansión de determinadas enfermedades a los animales domésticos que aún siguen de plena actualidad. En fechas más recientes, la Ley de Conservación de la Naturaleza y
Espacios Naturales de Extremadura del año 2006, que modificó la anterior de
1998 (Ley 9/2006, de 23 de diciembre, DOE 30-12-2006), estableció limitaciones al ejercicio de la actividad cinegética en los parques naturales de la siguiente forma: «salvo que expresamente se autorice y regule en sus
instrumentos de planificación, manejo y gestión o cuando, por razones de orden biológico, técnico o científico, el órgano competente en materia de medio
ambiente conceda la oportuna autorización». El caso de Monfragüe, declarado
Parque Nacional en el año 2007, se ve afectado por la Ley estatal de Parques
Nacionales (Ley 5/2007 de la Red de Parques Nacionales) que señala con carácter específico la prohibición «de la pesca deportiva y recreativa y la caza deportiva y comercial», dejando en manos de la administración gestora del
Parque Nacional la programación y la organización de actividades de control
de poblaciones, de acuerdo con el Plan Rector de Uso y Gestión.
Para el resto de figuras de espacios protegidos, la Ley extremeña prevé diferentes instrumentos de gestión y manejo del territorio como los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG), obligatorios para Parques Naturales, Reservas
Naturales, Monumentos Naturales, Paisajes Protegidos, Zonas de Interés Regional y Corredores Ecológicos y de Biodiversidad. Hasta el momento, a pesar
de que la Ley habla de una serie de plazos, sólo cuatro espacios protegidos disponen de PRUG aprobado. En ellos se plasman objetivos básicos de gestión de
la actividad cinegética, además de planes de actuación.
En síntesis, habida cuenta de que muchos de los espacios mejor conservados de Extremadura han sido, y son, territorios en los que el aprovechamiento cinegético es tradicional, los retos futuros pasan por elaborar normas,
criterios y códigos de buenas prácticas dirigidos a cazadores, gestores y propietarios, en los que prevalezca el espíritu marcado por las directrices de Addis Abbeba (Rengifo, 2010b). En ellas se recoge el principio de que el uso de
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206 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
los recursos silvestres, si se hace bajo las condiciones de un adecuado manejo, se convierte en una herramienta válida para la conservación de la biodiversidad (Convention on Biological Diversity, 2004). La traslación de este
espíritu a la actividad cinegética es posible, si se entiende que el uso de las
especies de caza y sus hábitats debe realizarse a un ritmo que no lleve a la
disminución a largo plazo de la diversidad biológica, al tiempo que satisfaga
las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes y futuras (Council of Europe, 2007, p. 4).
Del mismo modo, se debe estimular a los cotos para que apuesten por alcanzar estándares de calidad, al igual que lo hacen otras actividades. La certificación de calidad de los cotos «pretende promover la gestión integral de los
acotados y las prácticas extractivas de bajo impacto, con el fin de potenciar la
caza como actividad socioeconómica ecocompatible, ética y beneficiosa para
la conservación de la naturaleza» (Vargas, 2007, p. 19). Algunas comunidades
autónomas, como Andalucía, han legislado al respecto y cuentan con un Decreto sobre certificación de calidad, cuyos objetivos, en el caso apuntado, pasan por una aspiración: la de convertir el certificado en un modelo de gestión
capaz de armonizar los aprovechamientos con la conservación, «garantizando
la calidad de las especies cinegéticas y de los ecosistemas naturales en los que
se asientan y constituyendo un elemento diferencial que potencie el desarrollo
rural en áreas desfavorecidas» (Decreto 14/2008, de 22 de enero, por el que se
regula la certificación y el distintivo de calidad cinegética de Andalucía; BOJA
Núm. 26 de 6 de febrero de 2008). En Extremadura es alentadora la inclusión,
en el artículo 46 de la vigente Ley de Caza, de la certificación de calidad cinegética, que permitirá obtener a los cotos el distintivo de «Caza Natural de Extremadura».
Las incógnitas relacionadas con el relevo generacional y el apoyo a la caza
social
Aunque en Extremadura, en términos comparativos con respecto de otros
países, la proporción de población cazadora es muy alta, se aprecia que los
grupos de edad en los que se concentra el mayor número de cazadores es el
comprendido entre los 40 y 64 años. De ahí que los interrogantes, a este respecto, se planteen en la dirección de si el relevo generacional está o no garantizado. En este sentido, la desconfianza o el pesimismo ganan fuerza si
tenemos en cuenta que la práctica cinegética está más arraigada en las áreas
rurales donde, precisamente, la población está más envejecida.
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 207
Pero no sólo hay que hacer frente en las próximas décadas a desafíos sociales relacionados con el relevo generacional, también se plantean otros que
tienen que ver con el modelo actual. La política cinegética extremeña se sustenta en un modelo que contempla, por una parte, la caza social y, por otro,
la caza con fines comerciales. La caza social, cuya máxima expresión son los
cotos deportivos gestionados por sociedades locales, debe responder a las
expectativas de los numerosos cazadores que las integran. En esta línea, no
basta con disponer de grandes extensiones de terreno si, a la postre, la caza
es escasa y los resultados exiguos. Frente a este problema la respuesta de las
sociedades ha sido la de repoblar o la de llevar a cabo pequeñas intervenciones sirviéndose de sus escasos recursos económicos —las cuotas que pagan
los socios son bajas— y las limitadas ayudas de la administración. Problemas a los que se incorporan la falta de apoyo de profesionales y el oportuno
seguimiento para garantizar que estas acciones se hagan con una mínima
solvencia.
Por tanto, ante estos retos las acciones a tomar deben ir orientadas en un
doble sentido:
– Recabar asesoramiento técnico y recursos económicos que hagan efectiva la recuperación de las poblaciones de las diferentes especies de
caza menor. En esta tarea es imprescindible que se implique la administración.
– Trabajar para transmitir una imagen asociada de la caza con la conservación entre los grupos más jóvenes de la sociedad. En esta tarea se
deben volcar los colectivos de cazadores y empresas del sector, grupos
más interesados que nadie en darle prolongación a este ejercicio tradicional.
El desafío económico: el turismo cinegético como actividad generadora de
riqueza en áreas rurales
La predominancia de municipios con un rango-tamaño cuya población es
inferior a 10.000 habitantes —96% de los 383 municipios—, la baja densidad
de población que registran la mayor parte de sus términos, así como la importancia social y económica del sector primario, junto con otros factores, hacen
de Extremadura una región predominantemente rural, en cuyo medio hay carencias y problemas que necesitan de soluciones. Ante este panorama, no es
de extrañar que las políticas de Desarrollo Rural, procedentes de la Unión EuEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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208 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
ropea a principios de la década de los noventa, hayan tenido en cuenta a Extremadura desde un primer momento. Cronológicamente, en el año 1992,
cuatro comarcas —La Serena, Alcántara, Sierra de Gata y Valle del Jerte— fueron beneficiarias de la Iniciativa Comunitaria LEADER I, tras iniciarse el proceso de aplicación de programas europeos al desarrollo de las zonas rurales.
Posteriormente, en el periodo 1994-1999, tras la puesta en marcha del LEADER II y los programas PRODER, el número de comarcas afectadas aumentó
de forma considerable al pasar de 4 a 22. Finalmente, en la etapa 2000-2006
se pusieron en marcha las iniciativas LEADER + y PRODER II que terminaron
afectando a 24 comarcas. Durante estos años, iniciativas de diferente índole
han recibido el apoyo de los programas de desarrollo rural. El turismo, como
actividad que contribuye a la diversificación de la economía rural ha sido una
de las apuestas clave. Como resultado de ello, se han otorgado ayudas que han
favorecido el aumento de la oferta alojativa de carácter rural, tal y como la definen los sucesivos Decretos publicados por la Junta de Extremadura de los
años 1992, 1998 y 2007. La realidad evidencia que desde que se publicó a finales del año 1992 el primer Decreto que regulaba los alojamientos en el medio rural, se inició una etapa de permanente crecimiento que ha cristalizado
en la apertura de más de 600 establecimientos turísticos en el periodo 19932010 —391 casas rurales, 60 hoteles rurales y 199 apartamentos turísticos rurales a finales del año 2010 (Campesino et al., 2010)—.
La apertura de estos establecimientos ha permitido la llegada de flujos turísticos por diferentes motivos a lugares donde, hasta la aparición de estos alojamientos, eran inexistentes. El saldo observado en el periodo 2001-2010, en
lo que a volumen absoluto de viajeros se refiere es positivo. Se ha pasado de
los poco más de 30.000 viajeros del año 2001 a los 107.525 del año 2010 —en
el año 2007 se alcanzó la cifra más elevada con 117.807 viajeros—, con un
grado de ocupación por plazas que, para los mismos años, ha fluctuado entre
el 14,61% y el 12,43% (INE, 2010). Como se puede apreciar, el elevado número de establecimientos y su bajo nivel de ocupación requieren de medidas
de estímulo que contribuyan a incrementar los guarismos reflejados. Ante esta
situación, la caza puede funcionar como un segmento que aporte clientes a estos establecimientos situados en el medio rural. La razón no es otra que la
existencia de lo que se denomina turismo cinegético, definido por Rengifo
(2008) como «el conjunto de actividades llevadas a cabo por las personas que
se desplazan a un espacio concreto, atraídas por el recurso caza, con objeto de
capturar con criterios sostenibles una pieza, utilizando distintas técnicas y
medios».
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 189-214, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201207
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EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EXTREMADURA EN LOS ALBORES ... 209
CUADRO 7
DEMANDA EN ALOJAMIENTOS RURALES. AÑOS 2008-2010
BADAJOZ
2008
Nº de Viajeros
Nº de Pernoctaciones
Grado de ocupación por plaza
Estancia media
CÁCERES
2010
2008
2010
7.801
10.470
101.363
97.054
16.871
23.463
246.780
228.052
17,47
12,74
14,45
12,4
2,16
2,24
2,43
2,35
Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta de Ocupación en Alojamientos Rurales (INE 2008 y 2010).
La razón de ser del turismo cinegético se relaciona con la necesidad que
tienen los cazadores de llevar a cabo desplazamientos que, de acuerdo con
Pinnet (1995), se pueden sintetizar de la siguiente forma:
– Cazadores que nunca cazan fuera de su país y generalmente lo hacen en
lugares próximos a su lugar físico de residencia. Este es, sin duda, el
grupo más numeroso y el de menor consumo turístico.
– Cazadores que cazan en varios lugares de su país y ocasionalmente en el
extranjero.
– Cazadores que habitualmente practican la actividad cinegética fuera de
sus fronteras.
Un repaso a los datos del lugar de residencia de los poseedores de licencias de caza en Extremadura, durante el año 2009, nos señala la existencia
de estos tres grupos en proporciones muy asimétricas. Por una parte, se observa la supremacía de los cazadores residentes en la región que son el 80%,
frente a los cazadores residentes en otra Comunidad Autónoma y el extranjero que aglutinan el resto. Este equilibrio porcentual es diferente al que se
registra en otras Comunidades Autónomas como Castilla La Mancha, donde
el ratio de cazadores residentes y no residentes se mueve en porcentajes similares (Rengifo, 2011). En síntesis, con estos antecedentes es factible aspirar a un mayor incremento de los cazadores foráneos que demandarán,
como demuestran los estudios económicos realizados (Federación Española
de Caza, 2003; Federation nationale des Chasseurs, 2006; PACEC, 2006; U.
S. Fish y Wildlife Service, 2007) servicios relacionados con la hostelería. En
este sentido, sería muy positiva la integración del segmento de la caza en las
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210 JUAN IGNACIO RENGIFO GALLEGO
acciones promocionales que la administración competente en la materia lleva
a cabo. Eso sí, de una forma decidida y permanente y recurriendo a la participación en ferias especializadas y encuentros con los profesionales del sector.
Además, hay que tener en cuenta que los periodos hábiles de caza se concentran entre los meses de octubre y de febrero, fechas en las que la ocupación
está muy por debajo del grado de ocupación media anual. Por ejemplo, la
ocupación de los alojamientos rurales durante el mes de enero del año 2010
fue del 5,74% menos de la mitad de la media registrada durante ese año.
CONCLUSIONES
El secular arraigo que ha tenido la práctica de las artes venatorias en Extremadura tiene plena vigencia en la primera década del siglo XXI, a tenor de los
datos manejados. A la enorme extensión superficial de terrenos acotados bajo
alguna de las fórmulas propuestas por la normativa vigente, se añaden otros
indicadores que caracterizan, sin ambages y en términos muy positivos, el panorama cinegético extremeño actual. En la esfera de la oferta descuellan los
volúmenes de capturas de una amplia relación de especies y, en el ámbito de la
demanda, las cifras reflejan una tendencia alcista en un entorno nacional e internacional que va por otros derroteros. Con estos antecedentes, es una obviedad señalar la importante presencia que mantiene la actividad cinegética en
Extremadura, en los ámbitos económico, ecológico y social. Por ello, y en un
contexto donde se generan debates recurrentes sobre si la caza por recreación
es oportuna o no en la sociedad actual, es necesario reflexionar sobre el futuro
de esta actividad a corto, medio y largo plazo. En este sentido, los esfuerzos
habría que centrarlos en la necesidad de ejercitar la caza en términos sostenibles, caminando por delante de lo que señalan las normas, máxime cuando en
Extremadura una importante proporción de su superficie está protegida y los
intereses ligados a la caza y a la conservación pueden entrar en conflicto. Del
mismo modo, se hace necesario trasladar a los grupos más jóvenes que la caza,
cuando se practica bajo determinados criterios, es compatible con la conservación, lo que redundaría en una imagen positiva de la actividad y garantizaría el relevo generacional. Por último, y teniendo en cuenta el potencial
económico que tiene la caza, el turismo cinegético puede contribuir a una mayor demanda de los alojamientos situados en el medio rural, en un período —
meses de octubre a febrero— en el que la demanda se retrae. Además, como
consecuencia del crecimiento de la red de alojamientos rurales, su escaso
grado de ocupación y la débil integración de muchas de las áreas de caza en el
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mercado turístico, la caza puede aportar efectos claramente beneficiosos que
contribuyan a su mantenimiento, con lo que ello conlleva de cara al desarrollo
de las áreas rurales.
Recibido: 23/11/2011
Aceptado: 13/04/2012
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RESUMEN
En el artículo constatamos la importancia que tiene la caza en Extremadura durante la
primera década del siglo XXI, tras el pertinente análisis y evaluación de las principales
variables relacionadas con el fenómeno: terrenos de caza, cuantificación de los aprovechamientos y comportamiento de la demanda. Con estos antecedentes, exponemos
en el artículo la necesidad de plantear retos futuros para mantener su actual estatus a
tres niveles (económico, ecológico y social).
PALABRAS CLAVES: caza; Extremadura; siglo XXI; desafíos; futuro.
ABSTRACT
We propose in the article, based on the analysis and evaluation of hunting in Extremadura, in the first decade of XXI century, the need to reflect on future changes and
challenges at three levels: economic, ecologic and social.
KEY WORDS: hunting; Extremadura; XXI century; challenges; future.
RESUMÉ
Dans l’article, nous avons noté l’importance de la chasse en Estrémadure durant la
première décennie du siècle XXI, après une analyse et une évaluation appropriées des
variables clés relatives à ce phénomène: les terrains de chasse, de la quantification des
ressources de chasse et de comportement de la demande. Dans ce contexte, nous
avons énoncée dans l’article de la nécessité de relever les défits futurs pour maintenir
son statut actuel à trois niveaux (économique, écologique et sociale).
MOTS CLÉS: chasse; Extremadura; siècle XXI; défis; l’avenir.
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Consideraciones en torno al concepto de unidad de
paisaje y sistematización de propuestas
Considerations about the landscape unit concept
and systematization of proposals
David Serrano Giné*
INTRODUCCIÓN
El término paisaje es vasto y dilatado, hecho por el cual bajo un mismo significante se cobijan distintos significados. La Convención Europea del Paisaje,
firmada en Florencia en 2000 y ratificada por España en 2008, entiende por
paisaje «cualquier parte del territorio, tal como es percibida por las poblaciones, cuyo carácter resulta de la acción de factores naturales y/o humanos y de
sus interrelaciones». Resulta evidente, pues, la diversidad de planteamientos
que pueden desarrollarse bajo este concepto, que tanto admite «factores e interrelaciones naturales y/o humanos», concretizados y delimitados en «cualquier parte del territorio».
Bajo esta coyuntura parece acertado afirmar que uno de los conceptos de
mayor importancia en los estudios de paisaje es, sin duda, el de unidad de paisaje, ya que reúne en una sola idea todo aquello relacionado con «factores e
interrelaciones naturales y/o humanos» y, también, con aquellas perspectivas
de trabajo de carácter territorial. Distintos autores se han hecho eco de esta
singularidad. Isaak Zonneveld, por ejemplo, señala que «the land unit, as an
expression of landscape as a system, is a fundamental concept in landscape
*
Departamento de Geografía, Universitat Rovira i Virgili (david.serrano@urv.cat).
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ecology… It provides a basis for studying topologic as well as chorologic
landscape ecology relationships. A land unit survey aims at mapping such
land units» (Zonneveld, 1989, p. 67). En la misma línea, Emma Pérez-Chacón
argumenta una doble importancia, ya que la unidad de paisaje tanto permite
calificar como clasificar el paisaje; la delimitación del paisaje es «una herramienta básica de integración de la información territorial y, al mismo
tiempo, una trama de referencia espacial para analizar los componentes, la organización y el funcionamiento de los paisajes» (Pérez-Chacón, 2002, p. 124).
Autores como Joan Nogué (2010) evidencian de manera manifiesta el valor de
las zonificaciones de paisaje, particularmente en el caso de los estudios de ordenación territorial: «Las unidades de paisaje se delimitan pensando en las características paisajísticas del ámbito territorial de estudio […], pero también
considerando su prioritaria utilidad para los instrumentos de planificación territorial, el planeamiento urbanístico y todas las decisiones de actuación e intervención sobre el territorio derivadas de la implementación de políticas
sectoriales. Así, la unidad de paisaje pasa a ser, a través de los catálogos de paisaje, la pieza territorial básica sobre la que se fundamentará la política de paisaje de Cataluña en los próximos años» (Nogué, 2010, p. 430).
Existe un número considerable de trabajos sobre esta temática, tanto desde
planteamientos teóricos como aplicados. Georges Bertrand (1968) sugiere las
bases a seguir, destaca el aspecto dinámico de las unidades de paisaje e indica
la importancia del inventario geoecológico y de la cartografía resultante. Las
hermanas Soledad y María Luisa López Fernández (1985) recopilan los criterios que tienen que emplearse para delimitar unidades de paisaje, y concluyen
que éstos deberían ser objetivos y sistemáticos, de manera que permitan comparar trabajos realizados en lugares distintos y desde perspectivas diferentes.
Maria de Bolòs (1992) define y caracteriza las unidades de paisaje según criterios de dominio y predominio de elementos y Paloma Ibarra (1993) diseña
una metodología que combina trabajo de campo y de gabinete y que concede
gran importancia a la ficha de campo y a los cambios de escala. Julio Muñoz
(2002) recoge y caracteriza las metodologías utilizadas por distintas escuelas
de paisaje, mientras que Josep Pintó (2010), por su parte, distingue entre unidades tipológicas y unidades corológicas.
LAS ÁREAS HOMOGÉNEAS DE PAISAJE
No cabe duda de que la regionalización, compartimentación y delimitación
territorial es un recurso de gran utilidad en los estudios de paisaje. Sin emEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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bargo, a causa de la ya comentada polisemia, distintas perspectivas de estudio
y escuelas de trabajo se han acercado a este tema de diversa manera, existiendo tantas definiciones y denominaciones como experiencias, marcos epistemológicos y escuelas de trabajo puedan señalarse.
Diversidad de propuestas
Guillermina Garzón Heydt (1988) afirma que la «unidad territorial» es un
área homogénea de terreno con propiedades análogas y respuesta similar ante
la introducción de determinadas actuaciones específicas. Por otra parte, para
Díaz de Terán (1988) una «unidad homogénea» es una porción del territorio
con cierta homogeneidad interna, tanto a nivel de descripción como de integración de variables. Si esta homogeneidad interna atiende a aspectos ambientales con base geológica, se puede hablar de una «unidad geoambiental».
Para Domingo Gómez Orea (1978, p. 79) una «unidad ambiental» es una
síntesis de numerosas características que se repiten y que tienen una relativa
homogeneidad: «por lo tanto, puede concebirse como la representación externa del ecosistema subyacente, denunciado en forma externa por indicadores fácilmente perceptibles... Su delimitación, como los ecosistemas, es
arbitraria, si bien debe ser coherente con el grado de detalle del estudio. Como
en su interior cabe que se den variaciones detectables cuando aumenta el nivel
de percepción, puede subdividirse indefinidamente, tanto como requiera el
objetivo que se persigue». Con cierto matiz de diferencia, Ángel Ramos
(1979) apunta que una «unidad ambiental» es un concepto amplio definido
por una «homogeneidad extrínseca» según la forma en que la unidad reacciona a las acciones exteriores; dentro de una «unidad ambiental» se pueden
diferenciar distintas «unidades ambientales de planificación física con base
ecológica», que son una porción del territorio que responde de manera uniforme al desarrollo de una actividad humana. Por el contrario, Paloma Ibarra
(1993) propone que una «unidad ambiental» es una unidad de paisaje de pequeña dimensión —de 1 a 10 km2—.
Una «land unit» es una porción de territorio que es ecológicamente homogénea a una escala determinada (Zonneveld, 1989). Igualmente, un «patch»
es una superficie no linear diferenciada fisonómicamente del entorno; normalmente los «patch» componen estructuras de mayor dimensión, llamadas
«matrices» (Forman y Godron, 1986). Para Rafael Escribano y José Eugenio
Martínez (1989) una «unidad de paisaje visual» puede ser asimilada a una
«cuenca visual», es decir, una síntesis de las condiciones físicas del territorio
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que recoge información de los puntos visibles y no visibles de acuerdo con la
pendiente de una recta imaginaria que se establece desde un punto significativo del terreno.
Finalmente, Maria de Bolòs (2006) afirma que una unidad de paisaje es el espacio y el geosistema que la modelan en un tiempo determinado, considerando
que la unidad se caracteriza por una estructura interna y una fisiognomía externa, así como por una dinámica marcada por los elementos, energías e interrelaciones propios del espacio y tiempo considerados. La dualidad derivada de
estructura interna y fisiognomía externa es designada por Fernando González
Bernáldez (1981) como criptopaisaje y fenopaisaje, respectivamente.
Problemas de definición
Las definiciones indicadas no terminan de ser cómodas, en algunos casos
resultan redundantes y en otros poco concretas. Según el ámbito en que se hayan concebido fijan mayor o menor atención en determinados aspectos, mientras que en otras ocasiones pueden considerase como sinónimas; en general,
se nota cierto grado de dispersión. Sin embargo no parece arriesgado apuntar
que todas ellas asimilan la delimitación de las unidades de paisaje a la delimitación de porciones de territorio que comparten cierto grado de homogeneidad, teniendo bien presentes todos los matices que procedan.
Dicha homogeneidad puede ser considerada desde un punto de vista fisiognómico, o de percepción, y desde un punto de vista interno, o de funcionamiento. Puede atender a igualdad de elementos, energías o interrelaciones.
Incluso puede referirse a una abstracción absoluta o relativa donde, de manera
independiente de la igualdad que se considere, puedan entenderse cambios de
intensidad gradual, desde niveles de homogeneidad altos a niveles de homogeneidad bajos. De esta manera se abre la puerta a concepciones de paisaje
que contemplan unidades de carácter continuo y concepciones que contemplan unidades de carácter discreto, según la importancia que concedan y los
criterios que utilicen para delimitar áreas homogéneas. En cualquier caso, el
establecimiento de límites se halla estrechamente ligado a la concepción con
la que se hayan establecido las unidades de paisaje e, indiscutiblemente, es
uno de los aspectos más delicados a la hora de delimitar unidades: «... verificar a coerência e os limites das unidades e introduzir as correcções necessárias. Tais correcções continuaram à medida que se foram preenchendo as
fichas relativas a cada unidade de paisagem. A delimitação das unidades mostrou ser uma tarefa complexa, uma vez que raramente a transição de uma uniEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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dade de paisagem para uma outra se faz através de uma linha de mudança
brusca» (Pinto-Correia, 2001, p. 201).
PROPUESTA DE SISTEMATIZACIÓN
Cualquier intento de clasificar unidades de paisaje debería ser flexible y general; de hecho, ya hemos hecho hincapié en la dispersión y variedad de ideas y
planteamientos que aparecen al respecto. Juan-Javier García-Abad (2002) diferencia siete maneras de dividir el espacio en cartografía ambiental. Precisamente
en el caso de las unidades homogéneas destaca una dificultad creciente a medida
que se integran elementos, y advierte de la necesidad de solucionar carencias de
información a partir de criterios de predominio o muestreo de datos; oportunamente observa cierta dependencia metodológica: «en otro caso, las unidades de
paisaje presentan dificultadas inherentes a la propia metodología de los estudios
de paisaje, teniendo una validez parcial» (García-Abad, 2002, p. 53).
En las páginas que siguen proponemos una sistematización de los principales procedimientos para dividir y zonificar el paisaje. Nos basamos en criterios de forma y de contenido; los primeros se refieren a la apariencia que
toman las delimitaciones, mientras que los segundos se centran en la lógica
con la que se han establecido dichos límites. Esta división nos permite incardinar con dos grandes planteamientos en estudios de paisaje que, ciertamente,
atienden a criterios fisiognómicos y de funcionamiento. Huelga decir que,
tanto en la clasificación que proponemos como en los planteamientos de estudio, criterios de forma y de contenido se combinan con gran permeabilidad.
Por otra parte, nuestra propuesta tiene el interés y la singularidad de ejemplificarse con distintos estudios de paisaje realizados en el Estado español.
Delimitaciones según criterios de forma
De acuerdo a la forma de las unidades delimitadas se distinguen dos maneras de dividir el paisaje, según si adoptan geometrías regulares o geometrías
irregulares.
Geometrías regulares
Las geometrías regulares, o geometrías artificiales, consideran que el paisaje contiene información diversa —distribuida de manera regular, causal o
aleatoria— susceptible de ser capturada a través de reconocimientos metódiEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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cos del territorio (García-Abad, 2002). La característica definitoria de estas
unidades es la implantación de unos límites artificiales de geometría constante
y regular, distribuida uniformemente sobre el espacio a partir de una pauta
preestablecida. Los límites se sobreponen a las entidades naturales del paisaje,
hecho por el cual su consideración queda supeditada al porcentaje de superficie recluido dentro de cada unidad, o a protocolos que den un peso especial a
determinados valores. Es por este motivo que el grado de fiabilidad del análisis se corresponde con el tamaño de la unidad empleada. La unidad mínima
de información, evidentemente, ha de corresponder con la escala de trabajo
utilizada y, eventualmente, con la escala de la cartografía resultante. La cuadrícula UTM se adapta eficazmente a este planteamiento. Por norma general la
información se acostumbra a estructurar en polígonos cuadrados, aunque
también se han obtenido resultados satisfactorios con otras experiencias.
Ramos (1979) propone una metodología para evaluar la calidad y la fragilidad del paisaje a partir de polígonos hexagonales (figura 1). El autor delimita unidades homogéneas en el territorio y, posteriormente, las divide en
hexágonos de un quilómetro de radio. En cada lado del hexágono aplica una
valoración de las características del medio según una escala de valores preestablecida y de acuerdo con la realidad existente en cada lado del polígono. En
concreto se contempla la diversidad —con valores de 1 a 5—, la singularidad
local y regional —valores de +1 o +2—, la naturalidad —valores de +1 o +2—
y la escala —representada por el porcentaje de cada unidad homogénea dentro
del hexágono—. El sumatorio de todos los valores da una puntuación total del
hexágono, a partir de la cual se establecen escalas de valor para acoger determinadas actividades, establecer influencias visuales o indicar potencialidades
de uso. El interés del uso de hexágonos yace en el número de lados que reportan información (6), superior al de un polígono cuadrado y, por tanto, de mayor utilidad para métodos basados en la percepción.
César Pedrocchi y colaboradores (1998) aluden a un estudio de paisaje realizado en Los Monegros según el análisis de componentes principales. Los autores toman como unidad de referencia una fotografía aérea de 228 milímetros
de lado —no se menciona la escala en el nadir— sobre la cual se marcan tres
perfiles equidistantes y se miden doce variables —cultivos de secano, cultivos
de regadío, bosque, lagunas, vegas de ribera, matorral, balsas, frutales, casco
urbano, canales, ríos y arboledas— establecidas a partir del conocimiento del
área de estudio. De cada variable se analiza la media aritmética y el porcentaje
ocupado respecto el total del fotograma; los datos se transforman a logaritmos, se tabulan y se procesan con un análisis de componentes principales. El
resultado es una matriz marcada por la dimensión de los distintos fotogramas
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CONSIDERACIONES EN TORNO AL CONCEPTO DE UNIDAD DE PAISAJE ... 221
FIGURA 1.
APLICACIÓN DEL MÉTODO DE HEXÁGONOS PROPUESTO
POR RAMOS FERNÁNDEZ. EN LA IMAGEN SE INDICA LA CONSERVACIÓN
Y LAS LIMITACIONES PARA EL DESARROLLO
Nota: el área representada corresponde a un sector de Cantabria; en la bahía del centro de la imagen se encuentra la localidad de Suances.
Fuente: Ramos Fernández, 1979.
donde se establecen cuatro clases dominantes: zona de influencia de lagunas
endorreicas, regadíos, bosques y matorrales, y cultivos. Los autores señalan la
ausencia de determinados ambientes de elevada significación pero poca superficie como, por ejemplo, las zonas esteparias. También indican la necesidad de
caracterizar ciertos espacios de manera subjetiva.
Javier Martínez Vega y colaboradores (2003) realizan un estudio de la zona
de especial protección para las aves Encinares de los ríos Alberche y Cofio (Madrid), a partir de un sistema de información geográfica. Los autores tratan la
información en formato vectorial y, posteriormente, la rasterizan para realizar
distintas superposiciones. La escala de trabajo es 1:50.000, relación adecuada
para una celda cuadrada de 20x20 metros. En esta trama se integra diferente
cartografía temática ponderada —ocupación del suelo, diversidad biogeográfica, unidades de relieve—, a partir de la cual se deriva cartografía de calidad
del paisaje y de fragilidad visual del paisaje. Los mapas resultantes tienen por
objeto indicar lugares con mayor o menor vulnerabilidad —visual y ambiental— y, en consecuencia, con mayor o menor capacidad de acogida de usos.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201208
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Geometrías irregulares
Las geometrías irregulares se constituyen a partir de la delimitación detallada —según la escala de trabajo— del territorio y de acuerdo con distintos
niveles de homogeneidad. A causa de esta intención homogeneizadora, su vocación se pretende sintética e integrada, hecho que facilita la creación de clasificaciones jerárquicas. Por norma general las variables que entran en síntesis
no acostumbran a ser coincidentes, motivo por el cual conviene priorizar elementos que permitan establecer criterios de delimitación. Lo más adecuado es
seleccionar distintos elementos, o grupos de elementos, según la escala de trabajo. En opinión de Georges Bertrand es preciso hacer referencia, en este orden, a los componentes macroestructurales —morfoestructura y clima—, que
son de carácter independiente y se ponen de relieve en escalas pequeñas, a
componentes mesoestructurales abióticos —geomorfología e hidrogeografía—, que dependen de los anteriores, y a componentes mesoestructurales
bióticos —organización antrópica, vegetación y suelos—, que dependen de
los anteriores y entre ellos. En última instancia el objetivo final del estudio determina qué variables conviene considerar y con qué peso relativo.
El principal problema que afrontan las sistemáticas corológicas se refiere
a la delimitación de unidades (López Fernández y López Fernández, 1985;
Garzón, 1988; Pérez-Chacón, 2002) que, a menudo, se tilda de inconstante y
subjetiva. Por este motivo se han propuesto distintas alternativas; las más
habituales son: delimitación por predominio de elementos, por elementos
estructurantes, por niveles de funcionalidad, por dinámica, por superposición de cartografías, por combinación de cartografías y según el criterio de
expertos.
María de Bolòs y Antonio Gómez (2006) han estudiado el paisaje del alto
Pirineo catalán a partir del predominio de elementos. Las unidades de paisaje han sido caracterizadas según el predominio de elementos antrópicos,
bióticos y abióticos, de manera jerarquizada según cada unidad. En total se
han identificado quince tipologías de paisajes: unidades de paisaje con predominio de elementos antrópicos —llanos y fondos de valle antropizados de
alta montaña, núcleos de población con predominio de regadíos, áreas
de cultivos de secano, valles encajados con infraestructuras, valles de alta
montaña con pequeños núcleos de población, rellanos y pendientes suaves
de alta montaña—; bióticos —bosques aciculifolios y caducifolios de alta
montaña, áreas de bosques de montaña media, mosaico de prados, matorrales y bosques, prados alpinos, matorrales de áreas deforestadas de antiguos
cultivos y pastos, áreas de matorral y bosque con cantiles— y abióticos —
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áreas culminares y roquedales, áreas de cabeceras fluviales, desfiladeros con
corredores de comunicación—.
Jesús Saz (2001) analiza el paisaje del sector intraibérico del entorno de
los ríos Pancrudo y Jiloca. El autor establece una delimitación a partir de elementos estructurantes, cartografía temática, trabajo de campo y de gabinete.
Señala siete unidades de paisaje —sierras paleozoicas, glacis del Jiloca, montañas y colinas, plataformas, depresión de contacto, glacis y fondos de valle—
y veintiséis unidades ambientales, aparte de los núcleos de población. El relieve y la vegetación son los elementos que mejor definen el área de estudio:
el primero es el gran estructurante de la zona, y el segundo es el que crea variaciones. El relieve atiende a la geomorfología, la morfoestructura, la hipsometría y las pendientes; la vegetación se identifica con la ocupación del suelo
y atiende a formaciones vegetales —encinares, quejigares, melojares, pinares
de repoblación, sabinares, coscojares y vegetación de ribera— y a áreas de
cultivo. El clima se ha abordado como factor condicionante de ambos elementos pero, dada la homogeneidad climática de la zona, no se ha utilizado
para definir unidades.
José Manuel Llorente (1985) desarrolla un estudio sobre el paisaje de la
dehesa de Salamanca. A tal efecto el autor realiza una profunda introducción
al aprovechamiento de la dehesa desde el punto de vista agrario y rural; de
manera posterior, se centra en los elementos que estructuran el sistema de la
dehesa, fijando atención al modelado —formas heredadas y procesos actuales—, a las condiciones fitoclimáticas y edáficas —climatología, edafología y
biogeografía— y a las actividades humanas —«sistema de explotación antropozoógeno»—. De esta manera diferencia veinticinco «geosistemas adehesados», que define según la combinación y el peso de elementos estructurantes.
De forma paralela agrupa las delimitaciones en siete clases, según su dinámica: geofaces en biostasia —cuatro categorías— y geofaces en rexistasia
—tres categorías—. El documento se completa con una cartografía de los geosistemas definidos, donde también figura la delimitación de las regiones naturales, el límite de las unidades estructurales y el tipo de discontinuidad entre
geosistemas —discontinuidad fuerte, neta y difusa—.
Yolanda Jiménez (1991) ha trabajado el paisaje de Sierra Nevada a partir de
la cartografía «sintética de las discontinuidades territoriales marcadas por el
clima, la vegetación, los suelos y las actividades socioeconómicas, delimitando
una serie de unidades espaciales sintéticas que expresen el juego de relacionas
dinámicas que en un determinado lugar se establecen entre los elementos antes citados» (Jiménez, 1991, p. 101). A tal efecto la autora delimita «unidades
básicas» a partir de la vegetación y los usos del suelo y, posteriormente, las reEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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laciona con distintos tipos geomorfológicos. Establece unidades mínimas de
trabajo a través de una retícula de cuadrados de un quilómetro de lado; en total se generan 2.369 polígonos, que se codifican en dos grupos —geomorfología y uso antrópico o vegetación— y se ponen en común gracias a una base de
datos relacional. Se obtienen 186 tipos de combinaciones, que finalmente se
reducen a 132 por un proceso de simplificación según proximidad y parentesco. Posteriormente el contorno rectilíneo de los polígonos se suaviza a partir de los límites de las «unidades básicas». Éstas se agrupan en criterios de
orden macromorfológico y climático. En conjunto distingue tres agrupaciones, que se desmiembran en dos niveles: dominio climático de ponientes y
abregos: región de alta montaña, región de media montaña y región de baja
montaña; dominio climático de transición atlántico-mediterráneo: geosistema
de la alta montaña oriental, geosistema de transición entre las influencias climáticas atlánticas y mediterráneas en vertientes medias y silíceos de la solana,
geosistema de transición entre las influencias climáticas atlánticas y mediterráneas en vertientes bajas de la solana, y dominio climático de Los Levantes:
región de las vertientes nororientales, región de las vertientes surorientales y
región semiárida.
Jordi Bellmunt y Alfredo Fernández (2005) estudian, en el ámbito del Plan
territorial parcial de Girona, las condiciones paisajísticas de las comarcas gerundenses. Los autores definen cincuenta y dos «unidades espaciales significativas» y las agrupan en siete comarcas administrativas y un sistema
intercomarcal. La visibilidad tiene un peso especial en la delimitación de dichas unidades. El estudio hace especial hincapié en los «objetivos de calidad»
y los «paisajes de excelencia»; estos últimos se delimitan con «la idea de
reconèixer els espais, més o menys vulnerables, on conflueixen les màximes
aptituds de tot ordre i s’identifiquen com a referència inequívoca del sistema
paisatgístic de cada regió, àmbits de territori la identitat dels quals es considera un valor col·lectiu i que cal pensar, de manera eficaç, a protegir-los i gestionar-los en el futur tant per part dels planificadors com dels usuaris»
(Bellmunt y Fernández, 2005, p. 112). El concepto de excelencia también
atiende a valores culturales y a valores de fragilidad —ambiental y perceptiva—. Los autores elaboran numerosa cartografía mediante un sistema de información geográfica y delimitan dichos paisajes a través de la superposición
de las fragilidades y las potencialidades detectadas. El resultado se completa
con cartografía temática variada como, por ejemplo, de las «unidades espaciales significativas» o de los espacios de interés natural.
José Manuel Moreira y colaboradores (2005) realizan el mapa de los paisajes de Andalucía. A tal efecto utilizan una metodología basada en la comEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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binación de capas de información establecidas a partir de la selección de parámetros. El mapa se estructura en dos niveles. En el primer nivel se definen
ochenta y cinco «ámbitos paisajísticos», según las características morfoestructurales y naturales, pero con matices de cariz histórico y socioeconómico; se designan con topónimos de aceptación social y, a grandes rasgos,
coinciden con regiones reconocidas —por ejemplo, La Hoya de Guadix o
Las Alpujarras—. Estos ámbitos paisajísticos se agrupan en diecinueve
«áreas paisajísticas» que, a su vez, se recogen en cinco «categorías de paisaje», definidas según parámetros geomorfológicos: serranías, campiñas, altiplanos y subdesiertos esteparios, valles, vegas y marismas y litoral. En un
segundo nivel se señalan treinta y cinco unidades fisonómicas, responsables
de las características formales del paisaje: cubierta vegetal forestal —once
categorías—, aprovechamientos agrícolas —ocho categorías—, geoformas
—doce categorías— y construcciones y espacios muy alterados —cuatro
categorías—. Aparte los autores establecen indicadores sobre la diversidad,
la naturalidad y la fragmentación del paisaje, que complementan el documento base.
Paloma Ibarra (1993) elabora la cartografía del paisaje del Campo de Gibraltar a partir de la combinación de elementos, escogidos con un criterio preestablecido, en función de la fisonomía y la dinámica: «el tipo de unidades
que nos interesa es el que las define como aquellos espacios irregulares en que
se subdivide el conjunto territorio a una escala determinada, caracterizados
por una fisonomía homogénea y una evolución común... el método utilizado
para delimitar espacialmente, a escala 1:50.000, las unidades de paisaje es la
combinación de información extraída de los mapas temáticos de aquellos elementos seleccionados como criterios de delimitación» (Ibarra, 1993, p. 103).
Con este método se definen siete grandes unidades de paisaje: sierras del Aljibe, piedemonte de las sierras del Aljibe, cerros abruptos, colinas, vegas, costa
y concentración urbana e industrial de la bahía de Algeciras; éstas zonificaciones, a su vez, se subdividen en otras de menor entidad.
Delimitaciones según criterios de contenido
De acuerdo al contenido, es decir, la lógica empleada para realizar las delimitaciones, se distinguen tres maneras de dividir el paisaje. A tal efecto partimos de la propuesta de Arturo García y Julio Muñoz (2000), que se basa en el
marco empírico y procedimental de los estudios de paisaje, y que diferencia
una vía sumativa, una vía ecológica y una vía sistémica.
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Vía sumativa
La vía sumativa representa la sucesión de los estudios regionalistas clásicos. Sus planteamientos consideran el territorio como una excepcionalidad
única e irrepetible, que se puede estudiar a partir del análisis de la totalidad de
valores biofísicos y socioeconómicos. Puntualmente puede existir una integración de las variables analizadas, pero en general su trascendencia es escasa. La
consecuencia es una compilación de información completa y exhaustiva, pero
de aplicabilidad restringida. Este planteamiento historicista permite un buen
conocimiento del territorio alcanzado, aunque dificulta la extrapolación a
otros lugares y el establecimiento de generalidades.
Rafael Mata y Concepción Sanz (2003) identifican, clasifican y cartografían
los paisajes de España (figura 2). Los autores establecen distintas delimitaciones en tres rangos jerárquicos, que se definen según criterios relacionados con
la escala de trabajo. Las unidades de orden inferior se denominan «unidades
FIGURA 2
EL ATLAS DE LOS PAISAJES DE ESPAÑA ES UN BUEN EJEMPLO DE TRABAJO
DESARROLLADO BAJO LOS POSTULADOS DE LA VÍA SUMATIVA.
EN LA IMAGEN SE REPRESENTA LA ZONA LIMÍTROFE ENTRE
ASTURIAS Y CANTABRIA
Nota: la escala original del documento es 1:700.000; la porción de territorio cartografiada corresponde parcialmente con las representadas en las figuras 1 y 3.
Fuente: Mata y Sanz, 2003.
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de paisaje», se cuentan en número de 1.263 y se definen por su homogeneidad interna y las diferencias respecto unidades vecinas. En el segundo nivel se
encuentran los «tipos de paisajes», se cuentan en número de 116 y se definen
a partir de la agrupación de «unidades de paisaje» con estructuras que se repiten de manera sintética; su carácter es regional. El tercer nivel jerárquico se
conforma por «asociaciones de tipos», se cuentan en número de 34 y se constituyen a partir de tipos con afinidades biofísicas. La obra contempla una selección de unidades representativas, que se han tratado de manera más
desarrollada. En concreto se ha hecho referencia a la organización, la dinámica, la percepción, los valores ecológicos, culturales y perceptivos y la valoración cualitativa del paisaje. La obra trabaja a diferentes escalas y es rica en
material cartográfico y fotográfico.
Vía ecológica
La vía ecológica es una variante epistemológica de la vía sumativa; mantiene el carácter historicista pero se diferencia de ella a la hora de favorecer determinados elementos. La distinción espacial se encuentra en la relación ser
humano-medio y se centra en la integración y adaptación de las culturas a su
hábitat. El estudio sobrepasa el ejercicio antropológico y alcanza el análisis e
interpretación del hábitat desde una óptica ambiental.
Rafael Mata (1997) propone una regionalización de los paisajes y estructuras agrarias de España. Establece la diferencia principal entre paisajes a partir
del «factor agroclimático» y advierte especialmente los condicionantes topográficos, litoedáficos y, evidentemente, la intervención secular humana. Su propuesta incluye: sistemas y paisajes de secanos mediterráneos de cultivo
intensivo; secanos leñosos mediterráneos: olivos y viñedos; sistema y paisaje
agrario adehesado del oeste peninsular; sistemas y paisajes rurales de montaña;
paisajes y sistemas agrarios de regadío; paisajes y sistemas agrarios de la España
atlántica húmeda. Para completar estas delimitaciones se recomienda la consulta del Mapa de cultivos y aprovechamientos de España (escala 1:1.000.000),
de 1988.
El Atlas temático de España reserva un capítulo a los paisajes agrarios. Según Felipe Fernández (2010) los elementos más fácilmente identificables en
ellos son los usos del suelo, las formas y dinámicas derivadas del poblamiento
y el parcelario, que se explican por otros de menor visibilidad, ya sean de carácter natural —topografía, clima, suelos—, histórico —tenencia y explotación de la tierra, sistemas de cultivo—, de transportes, relacionados con el
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mercado, las infraestructuras de riego o las innovaciones técnicas, entre otros.
A pequeña escala el factor más identificable son los usos del suelo, que a escalas medias se matizan con la topografía, las orientaciones, los microclimas, la
red de asentamientos o las infraestructuras. A gran escala toman mayor protagonismo el poblamiento, el parcelario, las formas de utilización del espacio o el
grado de desarrollo técnico de la sociedad, aspectos no siempre fáciles de zonificar. La obra admite las dificultades de representación gráfica, de donde se intuyen también las de regionalización, pero esclarece unos criterios a observar.
El estudio distingue entre paisajes agrarios de la España atlántica, la España interior, la fachada mediterránea y las islas, que se ejemplifican de manera muy
ilustrativa con ortofotomapas y mapas temáticos a escala media y grande.
Vía sistémica
La vía sistémica considera el paisaje como una realidad funcional y dinámica integrada por elementos biofísicos y socioeconómicos interrelacionados.
Los distintos grados de interrelación entre elementos dotan de carácter y cohesión el paisaje. La diferencia principal respecto otros planteamientos es
cierto dinamismo evolutivo, que no es fruto de la combinación binaria de elementos, sino de una codependencia holística. Desde el punto de vista epistemológico conviene distinguir tres propuestas: la escuela de la Ciencia del
geosistema, la de Reconocimiento de territorios y la de Estudios integrados.
La Ciencia del geosistema se configura influenciada por la Teoría General
de Sistemas. Concibe la superficie terrestre de una manera unitaria y adimensional, definida por flujos de materia y energía que conforman «geohorizontes» y «geofaces». Se pueden distinguir subunidades mutuamente interdependientes, según el grado de intensidad de dichos flujos. Todos los procesos
que se desarrollan son fruto de interrelaciones complejas y dinámicas entre las
energías de la aeromasa, la biomasa, la litomasa, la hidromasa y la artefactomasa: «s’attache à appréhender le sujet comme un complexe mettant en cause
de multiples liaisons avec les composantes physiques et biotiques du paysage»
(Rougerie y Beroutchachvili, 1991, p. 56). Los estudios que se derivan pueden
emplearse para realizar modelos de carácter funcional basados en flujos de
materia y de energía. Las aportaciones realizadas en este ámbito son de gran
valor y constituyen el corpus teórico más rico y fundamentado de los estudios
de paisaje. La mayor contribución al respecto es la formulación del concepto
«geosistema», que fue definido por Sochava el año 1963 a partir de enunciados de Dukuchaev y de Tansley.
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José Mateo (1984) selecciona las obras más representativas de la escuela
soviética de la Ciencia del geosistema. Los trabajos referidos se centran en
considerar la articulación espacial de las conexiones entre elementos y energías, y tienen un eminente carácter cuantitativo. Son un ejemplo los estudios
de «circulación de sustancias en la envoltura geográfica» (Markov, 1970), de
«cambios latitudinales de la humectación y la productividad biológica» (Isachenko, 1980) o el «esquema de las principales zonas geográficas y los principales tipos de paisajes en un continente hipotético» (Riabshikov, 1972). En
general se observa un interés por las interrelaciones entre elementos y por el
papel estructurante de las energías, a menudo a partir de estudios cuantitativos y experimentales. En cualquier caso, aquello referido a la funcionalidad
del paisaje siempre se encuentra mucho más desarrollado que aquello referido
a su fisiognomía.
El Reconocimiento de territorios se basa en una aproximación fisiográfica
del territorio desde una perspectiva holística. Su objetivo principal es realizar
un levantamiento territorial rápido y eficiente de áreas poco conocidas; el interés del ejercicio yace en su carácter práctico. Su vocación es aplicada, motivo por cual el interés se centra en la agricultura, la ingeniería y el campo
militar. Según la clasificación de Colin Mitchell (1991), se trata de un método
centrado en el uso de parámetros. El grado de integración y el cuerpo epistemológico, sin embargo, es menor que en otras escuelas. La propuesta de la
Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO) es
la más sólida. A tenor de Christian y Stewart (1968) este método toma el territorio como síntesis del clima, el suelo, la vegetación y, particularmente, la topografía, la geología y la geomorfología. Todo ello se integra en una unidad
llamada «land», donde se contemplan las interacciones de los distintos elementos del medio: «the word land is used to refer to the land surface and all
its characteristics of importance to man’s existence and sucess. It is integration of all such factors rather than mere likeness or unlikeness in some of the
more obvious observable characteristics which determine the similarity or
dissimilarity of aerial subdivision in respect to land potential». Este carácter
sintético de la sectorialización acaba de definirse con la integración de todos
los elementos existentes: «land must be considered as the whole vertical profile at a site of the land surface from the aerial environment down to the underlying geological horizons, and including the plant and animal populations,
and past and present human activity associated with it».
Eduardo Martínez de Pisón (1977) aplica el método de reconocimiento de
territorios a un sector de la Meseta ibérica. El estudio se realiza sectorialmente
en Segovia, Ávila, Toledo y Cáceres. Para cada provincia se contemplan las caEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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racterísticas biofísicas —relieve, clima, suelo, vegetación— y, de manera relacionada con las actividades humanas, se hace una mención incipiente al estado ambiental del conjunto; globalmente se favorece el peso otorgado a la geomorfología. El estudio propone una delimitación de «unidades naturales» o regiones naturales para cada provincia. Cada una de éstas se encuentra esquematizada por un bloque diagrama y una ficha síntesis donde se ponen en relación las
subunidades de cada delimitación. También se incluye una valoración del conjunto, por unidad o subunidad, donde se propone una recomendación de usos.
El documento se acompaña con cartografía de las unidades naturales delimitadas y, eventualmente, de las formas de relieve, la geomorfología, las unidades fisiográficas, de un perfil de vegetación o de la valoración del conjunto.
Los Estudios integrados toman el paisaje como eje de referencia para acceder al conocimiento de un territorio. Se considera el territorio como un sistema, donde su morfología es resultado de las interacciones entre flujos de
materia y energía, y donde es posible distinguir distintos subsistemas —abiótico, biótico y antrópico— interrelacionados y con dinámica y funcionamiento propio. Bajo este postulado las formas del paisaje son el resultado de
su funcionamiento; por este motivo un estudio integrado de paisaje no sólo se
justifica por sí mismo, sino también por la aplicabilidad que se le refiere
como, por ejemplo, estudios de valoración, potencialidad, ordenación y gestión del territorio, entre otros. Los estudios geocientíficos son una variante de
los estudios integrados, tienen por propósito principal elaborar mapas descriptivos para derivar mapas interpretativos y normativos, que constituyan
una base científica para la planificación (Cendrero, 1992). La escuela de Tolosa denomina estos estudios bajo la forma Geografía física global (Bertrand,
1968), y los estructura sobre el concepto de geosistema de la escuela soviética
y la tradición historicista francesa (figura 3).
Emma Pérez-Chacón y Carlos Suárez Rodríguez (1993) realizan un estudio
de paisaje en el archipiélago Chinijo a partir de la funcionalidad y el significado de elementos. Los autores combinan los elementos que configuran con
más peso el lugar, estableciendo diez unidades de paisaje: caldera volcánica
con áreas de nidificación de aves marinas y rapaces; edificios volcánicos con
vegetación xerofítica; edificios volcánicos con vegetación xerofítica y colonias
de aves pelágicas y rapaces; malpaíses y campos de piroclastos con vegetación
xerofítica; depresiones endorreicas colonizadas por comunidades halofiloxerofíticas; arenales con vegetación psammófila; arenales con vegetación psammófila y avifauna esteparia; franja litoral con comunidades halófilas y áreas de
nidificación dispersas; asentamientos poblacionales y áreas de máxima antropitzación; cultivos abandonados.
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FIGURA 3
IMAGEN ENGRANDECIDA DEL CLÁSICO MAPA DE GEORGES BERTRAND
SOBRE LOS GEOSISTEMAS DE LAS MONTAÑAS CÁNTABRAS, TRABAJO
PIONERO DENTRO DE LOS LLAMADOS ESTUDIOS INTEGRADOS
Fuente: Bertrand, 1968.
Juan Sánchez y colaboradores (1995) analizan el potencial del medio natural de la isla de Gran Canaria a través de cartografía a escala 1:50.000. A tal
efecto se realiza una división jerarquizada de la isla en «ambientes», «subambientes», «sistemas» y «unidades» a partir de: «la división del territorio en
áreas que tienen en común determinadas características que las hacen diferentes de otras contiguas. La idea que subyace es considerar el clima, la litología,
la morfogénesis del relieve, los procesos erosivos, la vegetación, los suelos y
los usos antrópicos como los principales factores que explican la organización
del paisaje de una determinada región» (Sánchez, 1995, p. 21). La metodología utilizada se ha inspirado en el «Land System» de la CSIRO y en el método
geosistémico. La unidad de trabajo más detallada es la unidad; en total se han
delimitado 2009 unidades. Éstas se inscriben en veinticuatro «sistemas», que
se corresponden con ocho «ambientes» de la isla de Gran Canaria: desértico
costero del norte; desértico costero del este; transición; húmedo de medianía;
húmedo de cumbre; árido del sur y el oeste; semiárido del sur y el oeste; subhúmedo del oeste. En las 2009 compartimentaciones se han desarrollado disEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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tintas metodologías para evaluar la potencialidad del medio, a partir de distintos parámetros y fijando especial atención a la valoración edáfica. En concreto
se han desarrollado cinco estudios: capacidad de uso del suelo; grado actual y
riesgo potencial de erosión hídrica; orientación de uso agrario; calidad para la
conservación y recomendaciones de uso.
CONCLUSIONES
En los estudios de paisaje de corte territorial uno de los aspectos de mayor
importancia es la división y delimitación del paisaje. Estas zonificaciones responden a distintas lógicas y planteamientos de trabajo, pero pueden englobarse por la expresión «unidad de paisaje», que se encuentra ampliamente
difundida y aceptada. Los diversos planteamientos que existen persiguen
identificar porciones de territorio de características similares, es decir, con un
grado de homogeneidad análogo, que dota de sentido y coherencia a la unidad
establecida. Dicha homogeneidad debe entenderse de manera relativa; debe
entenderse como una abstracción que permite identificar paisajes similares de
paisajes distantes, de acuerdo a variaciones de intensidad gradual establecidas
a partir de parámetros de referencia y, también, a partir del grado de detalle
perseguido en el estudio. Siguiendo este planteamiento se conocen distintas
maneras de definir unidades de paisaje, según si se atiende a criterios de
forma o de contenido, distinguiéndose en el primer caso entre geometrías regulares y geometrías irregulares, y entre los postulados de la vía sumativa, la
ecológica y la sistémica, en el segundo (figura 4). Esta diferenciación resulta
de notable utilidad, porque de la delimitación de unidades se colige su caracterización y, con ello, el planteamiento seguido en el estudio de paisaje.
Aquellos procederes más sistemáticos, como el que genera geometrías regulares, conllevan la disminución de la ambigüedad propia de cualquier delimitación territorial, al tiempo que aseguran una constancia en el estable
cimiento de límites. Estos planteamientos han sido popularizados con la difusión de los sistemas de información geográfica que, operando bajo modelos de
datos ráster, permiten desarrollar ejercicios muy creativos. Por otra parte esta
misma sistematicidad dificulta la integración de variables y la adopción de
planteamientos holísticos, no siempre fáciles de ajustar a delimitaciones predefinidas y constantes.
Las geometrías irregulares, por el contrario, siempre se hallan sujetas a
cierto grado de subjetividad, motivo por el cual es necesario establecer criterios o protocolos que orienten su compartimentación. Estos criterios persiEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 215-237, enero-junio 2012
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FIGURA 4
SISTEMATIZACIÓN DE DIVERSAS EXPERIENCIAS SOBRE DELIMITACIÓN
DE UNIDADES DE PAISAJE
criterio de
clasificación
tipo de estudio
de paisaje
ejemplo de estudio
de paisaje
retícula UTM
geometrías regulares
celdas cuadradas
celdas hexagonales
predominio de elementos
elementos estructurantes
forma
niveles de funcionalidad
geometrías irregulares
dinámica
superposición de cartografías
combinación de cartografías
criterio de expertos
vía sumativa
vía ecológica
contenido
vía sistémica
ciencia del geosistema
reconocimiento de territorios
estudios integrados
Fuente: elaboración propia.
guen la homogeneidad a través de distintos aspectos como, por ejemplo, el
predominio de elementos, los elementos estructurantes, los niveles de funcionalidad o la dinámica. Acostumbran a adolecer de cierta dificultad de aplicación, ya que estos criterios no siempre resultan fáciles de detectar y, en
consecuencia, de aplicar. Es por ello que se han ideado procedimientos basados en la superposición y combinación de unidades que, previamente cartografiadas, permitan trazar límites con cierto rigor argumentativo. En otro
orden de cosas se encuentran las delimitaciones realizadas bajo criterio de expertos, que descansan en el conocimiento del paisaje que posee el responsable
del estudio, de manera independiente al método o métodos aplicados al
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234 DAVID SERRANO GINÉ
efecto. Las geometrías irregulares, con todo, sea cual sea el procedimiento por
el cual se delimitan, acostumbran a ofrecer cierta falta de precisión, cuando no
subjetividad, que en determinadas circunstancias desacredita su validez.
Según la lógica con la cual se delimitan las unidades de paisaje puede distinguirse entre la vía sumativa, donde el paisaje se entiende como el sumatorio de los distintos elementos que lo componen; la vía ecológica, que fija
énfasis en las interrelaciones derivadas de la sociedad y el medio que habita;
y la vía sistémica, centrada en las interrelaciones de elementos. Esta última
propuesta es la que ofrece mayor grado de integración entre variables y, por
ende, la que mejor predisposición muestra para desarrollar estudios de carácter aplicado.
La existencia de distintas metodologías para delimitar el paisaje, para caracterizarlo y, a la postre, para comprenderlo, acostumbra a generar una dicotomía entre procedimientos correctos y procedimientos no correctos. Este
maniqueísmo se encuentra fuera de lugar, ya que la validez de cualquiera de
los métodos citados reside en su adecuación a la realidad estudiada, a la finalidad perseguida y, evidentemente, a la bondad de su uso. Este último aspecto, como en cualquier procedimiento, se vincula a su conveniencia
epistemológica y a lo sistemático de su aplicación. Con todo resulta interesante notar cierta confusión en la distinción de planteamientos, así como
desconcierto en la selección de metodologías de trabajo y procedimientos
para delimitar y diagnosticar unidades. Estas contrariedades, sin duda relacionadas con la permeabilidad propia de los trabajos de paisaje, dificultan el
desarrollo adecuado de numerosos ejercicios, así como la corrección del corpus teórico de la disciplina.
Recibido: 23/09/2011
Aceptado: 26/03/2012
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RESUMEN
Un número considerable de estudios de paisaje se incluyen en la llamada perspectiva
territorial, que es aquella que centra su labor en cuestiones de carácter espacial. En
este ámbito toma especial interés el concepto «unidad de paisaje», por ser el resultado
de las bases epistemológicas y metodológicas empleadas por cada escuela de trabajo.
La presente aportación reflexiona en torno a este concepto y sistematiza la diversidad
de planteamientos, tomando como punto de referencia criterios de forma y criterios
de contenido. El ejercicio presenta la singularidad y el valor añadido de usar como
ejemplo estudios de paisaje realizados en el Estado español.
PALABRAS CLAVE: paisaje; unidad de paisaje; fisiografía; homogeneidad; límites.
ABSTRACT
An important number of landscape approaches are included in the called territorial
perspective, which is that centres its work in spatial issues. From this point of view
the concept «landscape unit» takes special interest, being the result of epistemological bases and methodological tools used by each work team. This paper is about this
concept and systematizes the diversity of expositions, taking as reference point form
and content criteria. Besides that, the exercise presents the singularity and the added
value to use as examples studies made in Spain.
KEY WORDS: landscape; landscape unit; physiographic; homogeneity; borders.
RÉSUMÉ
Un nombre considérable d’études de paysage sont inclus dans la perspective territoriale, c’est à dire, celle qui centre sa tâche dans questions de caractère spatial. Dans ce
cadre prend spécial intérêt le concept «unité paysagère», étant le résultat des bases
épistémologiques et méthodologiques gérées par chaque école de travail. La présente
contribution s’interroge autour de ce concept et systématise la diversité d’approches,
en prenant comme point de référence des critères de forme et de contenu. D’ailleurs,
l’exercice présente la remarque et la singularité d’utiliser exemples d’études de paysage développées dans l’État espagnol.
MOTS CLÉS: paysage; unité paysagère; physiographie; homogénéité; limites.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201208
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ISSN: 0014-1496
eISSN: 1988-8546
doi: 10.3989/estgeogr.201209
Huella hídrica de España y su diversidad territorial
Water footprint in Spain and its regional diversity
José Antonio Sotelo Navalpotro, Jorge Olcina Cantos, Fernando García
Quiroga y María Sotelo Pérez*
AGUA Y SER HUMANO. NUEVAS APROXIMACIONES
El agua es un elemento fundamental en la vida de los seres humanos. Una
persona adulta necesita diariamente 12 kilos de aire y entre 2 y 4 litros de
agua para su subsistencia. A finales de octubre de 2009, la organización de defensa ambiental WWF-España presentó el informe «Planeta Vivo 2008», según el cual la Tierra ha entrado en una crisis de crédito ecológico. Su origen
estaría en el aumento de la demanda de la humanidad sobre el capital natural,
que ya ha superado en un 30 por ciento la capacidad de abastecimiento de la
Tierra (WWF, 2008). El informe revela que la riqueza y la diversidad natural
continúan decreciendo, a la vez que aumenta el número de países en situación
de estrés hídrico. En este Informe se incluyó por primera vez el indicador de
«huella hídrica», cuyos resultados resultan de gran interés para el territorio
español.
El ser humano desde sus inicios, ha tenido la necesidad de preservar sus
huellas, en un soporte más robusto que su propia memoria. Es así como han
surgido vocablos que permiten abstracciones para dar respuesta a la complejidad. En este estudio se maneja uno de estos vocablos, surgido en 2002, que
tiene al agua como objeto de estudio: la huella hídrica. Se trata de un indicador, propuesto por Arjen Hoekstra, para analizar la sostenibilidad del sistema
* Grupo de Investigación «Desarrollo y Gestión Ambiental del Territorio», Universidad
Complutense de Madrid (UCM – 930539) (jasotelo@ghis.ucm.es).
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240 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
de gestión desde el punto de vista de la disponibilidad del recurso hídrico
(vid. infra). En el contexto de la sostenibilidad ambiental existen además otros
indicadores de interés para el estudio del agua; sin duda, el parámetro de la
calidad es fundamental cuando se aborda la sostenibilidad de este recurso, ya
que ésta es la que garantiza, cuando existe, tanto su uso directo como la posibilidad de reutilizarla, tanto directa como indirectamente. La calidad del agua
asegura la propia funcionalidad del agua como recurso económico, ambiental
y social. Y la capacidad que ésta tiene de satisfacer los requerimientos ambientales, y por tanto, de tener capacidad para convertirse en factor de producción, en regeneradora de residuos y en suministradora de bienestar y de
servicios sociales. La Directiva Marco del Agua (DMA 2000/60/CE) define el
buen estado de las aguas superficiales, el estado alcanzado por una masa de
agua superficial cuando tanto su estado ecológico como su estado químico
son, al menos, buenos. Este buen estado de las aguas superficiales esta en función de la zona climática donde se encuentren y de sus particulares factores
biofísicos y geográficos. La planificación hidrológica de cada demarcación hidrográfica debe definir las calidades ecológicas de cada masa de agua para asegurar la sostenibilidad del uso del recurso.
No debemos olvidar que el agua es mucho más que un recurso natural,
dada la relevancia territorial, paisajística y como regulador de ecosistemas del
mismo en todo el mundo y asimismo en España, una de las regiones con mayor biodiversidad, y donde el agua adquiere valor como activo socioeconómico. Los indicadores muestran que en España no hay, con carácter general,
escasez de recursos sino limitación en el uso de los mismos, debido al desigual reparto territorial de sus volúmenes disponibles, lo que obliga a una gestión en condiciones de escasez atendiendo a los principios de eficiencia y de
suficiencia. A ello se unen los efectos sobre el agua disponible del cambio climático que, se manifiestan en el ámbito Mediterráneo con una reducción de
las precipitaciones y un aumento de la evaporación, aspectos que seguirán
acrecentándose en las próximas décadas, por lo cual es previsible un incremento en la vulnerabilidad ante los recursos de agua disponibles. La respuesta ante ello debe pasar por una planificación y una gestión adaptada a
condiciones de escasez.
En cuanto a la calidad del recurso, España, dentro del contexto europeo,
ha mejorado considerablemente la calidad físico-química y biológica de sus
masas de agua pero no lo suficiente como para hablar de una recuperación óptima de cara a los desafíos que impondrá el cambio climático. Hay indicadores
que deben seguir mejorándose como el grado de salinidad de las aguas, que sigue aumentando o los niveles de nitratos y de nitritos que siguen resultando
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 241
elevados —especialmente en las aguas subterráneas—, además de la baja recuperación de la fauna piscícola y de ribera fluvial y, los problemas derivados de
la ocupación de zonas inundables1.
NUEVOS
CONCEPTOS NECESARIOS EN LA PLANIFICACIÓN DE LOS RECURSOS DE AGUA:
AGUA VIRTUAL Y
«HUELLA HÍDRICA»
Este trabajo parte de la estrecha relación existente entre agua y medioambiente, que ha puesto de manifiesto la Directiva Marco del Agua (2000/60)
y la aparición de nuevos conceptos surgidos de dicho binomio, como el de
agua virtual y la huella hídrica. La primera se define como el volumen total
de agua requerido para producir un bien o un servicio (Allan, 1998). Este
concepto fue introducido por vez primera en 1993 por el profesor J. A. Allan
en sus trabajos sobre la «importación» de agua virtual, —en lugar de agua
real—, en las producciones de los países del Medio Oriente. Allan consideró
que exportar un producto que tiene altos requerimientos hídricos —agua virtual— es equivalente a exportar agua. De manera, que el país importador no
necesita utilizar agua nacional para obtener un determinado producto y, por
tanto, puede dedicarla a otros ámbitos. La potencialidad del concepto de agua
virtual, más allá de la aplicación agrícola de requerimiento hídrico del cultivo,
se basa en dos factores: a) la información proporcionada de los requerimientos
de agua de todos los bienes y servicios, permite cuantificar la cantidad de agua
necesaria para producir una cantidad de un determinado producto —por
ejemplo: kilo de maíz, tonelada de carne de porcino, litro de cerveza, etc.— y
b) la relación del concepto de agua virtual con la actividad comercial —alcanzando así todo su potencial—, permitiendo analizar la información de los flujos de agua virtual entre regiones. Se considera, pues, que el concepto «agua
virtual» es un complemento útil para el análisis de los recursos hídricos, de su
disponibilidad y de su uso en una región determinada.
En el ensayo «Los colores del agua, el agua virtual y los conflictos hídricos» (2005) el profesor Ramón Llamas señala que el estudio de las huellas hidrológicas de los diversos países aporta nuevos datos y perspectivas que están
permitiendo obtener una visión bastante más optimista de la tan frecuente-
1
Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (2011): Perfil ambiental de España
2010. Informe basado en indicadores. Madrid, Secretaría General Técnica, 339 pp.; Observatorio de
la Sostenibilidad en España (2011): Sostenibilidad en España 2010. Mundi-Prensa, Madrid, 479 pp.
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mente difundida inminente «crisis del agua». Se verá que los datos disponibles confirman lo que algunos autores ya anunciaron hace años (Llamas, 1992
y 1995): que esa supuesta y fuertemente señalada crisis del agua, no es una
crisis debida a la escasez física de este recurso, sino que esencialmente se trata
de un problema de mala gestión.
Hughes (2009) ha propuesto una clasificación de tipos de agua asignando
un color a cada categoría: agua azul, agua verde y agua gris. Por «agua azul»
se considera el agua dulce superficial y las aguas subterráneas, es decir, el agua
de los lagos, los ríos y los acuíferos (Llamas, 2005; Water Footprint Network,
2010). El «agua verde» es el agua procedente de las precipitaciones que no se
pierde o alimenta a las aguas subterráneas, permaneciendo de manera temporal, en la parte superior del suelo o de la vegetación (Water Footprint Network, 2010) debido a que se evapora directamente desde el suelo o por la
transpiración de las plantas, también se le llama agua del suelo (Llamas,
2005). El «agua gris» es aquella que se evapora directamente a la atmósfera,
sin haber sido utilizada de manera productiva, e incluye a las pérdidas en
aguas abiertas y en la superficie del suelo, también es considerada como la
parte no productiva del agua verde (Hughes, 2009). Asimismo, se identifican
otros «colores» de agua —agua blanca, agua negra y agua dorada— en virtud
de la calidad de los recursos hídricos.
El informe “Water in a changing world” de la UNESCO, indica que a nivel
mundial el uso total de agua dulce —agua azul— es de 4.000 kilómetros cúbicos (km3) al año (Margat, 2008), y que otros 6.400 km3 de agua procedente de
las precipitaciones —agua verde— son utilizados «directamente» en las actividades agrícolas (UNESCO, 2009). Zimmer y Renault (2003) estimaron en
5.200 km3 año-1 el volumen de agua azul y verde necesarios para producir
todo tipo de alimentos a nivel mundial. También, se resalta que la naturaleza
es el usuario más importante de agua, con un volumen estimado de 70.000
km3 de agua que se evapora al año en los bosques, las superficies con vegetación natural —sin cultivar— y los humedales (Comprehensive Assessment of
Water Management in Agricultura, 2007).
Por su parte, el agua consumida por el ser humano se estima (Naciones
Unidas, 2003) en 6.000 km3/año, como volumen de agua necesario para la
producción de alimentos para los seis mil millones de personas del planeta.
Según Zimmer y Renault, de esa cantidad el 29% se utiliza para producir
carne, un 17% para la producción de productos animales elaborados (Zimmer
and Renault, 2003); los cereales sólo suman el 23%. Hay que tener en cuenta
que en las carnes y en los productos animales elaborados se incluye el agua
virtual utilizada para la producción de forrajes que han alimentado a esos aniEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
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males. En cambio, desde el punto de vista del valor energético, la situación es
diferente. Los cereales suponen el 51% del valor energético y la carne y los
productos animales elaborados sólo el 15%.
El uso consuntivo total de agua en la agricultura es la suma del uso consuntivo del agua azul y del agua verde, y representa la evapotranspiración total y real del cultivo (Siebert y Döll, 2010). Aproximadamente, el 70% del
agua azul es utilizada en la agricultura, siendo mayor su porcentaje en países
áridos y semiáridos (Comprehensive Assessment of Water Management in
Agricultura, 2007), y mayor aún si se considera el agua verde (Aldaya et al.,
2008a y b). Llamas (2005) apunta que entre el 80 y el 90% del agua de riego
se pierde por evapotranspiración y que la eficiencia del riego en los cultivos
tradicionales no suele ser superior al 50%. También, menciona que el uso consuntivo del agua en los cultivos —evapotranspiración—, tanto de agua verde
como de agua azul, se ha incrementado principalmente por la ampliación de
la frontera agrícola y de las zonas de regadío (L’vovich y White, 1990; Klein
Goldewijk y Ramankutty, 2004; Freydank y Siebert, 2008). Respecto al agua
gris, se estima que el 80% del agua utilizada en los hogares regresa a la red de
alcantarillado, pudiendo ser reutilizada (Llamas, 2005).
La aparición del concepto de agua virtual añadió una nueva dimensión al
comercio internacional, y puso de manifiesto una nueva perspectiva de la escasez y la gestión de los recursos hídricos (Novo et al., 2009). Mas aún,
cuando el creciente comercio mundial de alimentos estrecha en mayor medida
el vínculo entre el consumidor y las regiones productoras mediante los flujos
del agua virtual (Allan, 2003a y b). En función de los flujos comerciales del
agua virtual, y del agua contenida en los productos comercializados, se puede
diferenciar entre el agua virtual exportada y el agua virtual importada (Velásquez, 2009). Además, de acuerdo con la región productora de un determinado
producto, se puede diferenciar entre el agua virtual real y el agua virtual teórica (Hoekstra, 2003), siendo el agua virtual real, el volumen de agua realmente utilizado en la producción de un bien o servicio en el país de
producción del mismo, y el agua virtual teórica, el agua que se utilizaría en el
país de destino si se produjera en ese país el producto importado.
Gracias a los flujos de agua virtual, el acceso a los recursos hídricos, inclusive el agua azul, ya no se limita únicamente a un sistema hídrico o región
donde viven un grupo de personas (Siebert y Döll, 2010), lo que nos ayuda a
valorar de forma distinta la escasez de agua en muchas regiones áridas, si bien
pone de manifiesto la dependencia de recursos hídricos externos. En la figura 1,
se presenta un esquema de los flujos de agua virtual que se producen en un
sistema hídrico territorial —país, región, provincia, etc.— como resultado de
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las actividades económicas que en él se desarrollan; de hecho, en el sistema hídrico existen unos recursos propios que son extraídos para las actividades
agrarias, la industria y el consumo doméstico, a los que hay que añadir el agua
virtual contenida en los productos importados. Como producto de las actividades dentro del sistema hídrico, se exporta agua virtual a través del comercio de
los productos elaborados dentro de este sistema y de aquellos que son transformados a partir de otros productos importados —reexportación de agua virtual—. Además se producen pérdidas del recurso hídrico por los vertidos y por
su evaporación, junto con la reutilización de los recursos hídricos mediante el
tratamiento de aguas residuales, la recarga de acuíferos y riegos, etc. (figura 1).
A nivel mundial existe un flujo de agua virtual desde los países o regiones
exportadoras hacia los países o regiones importadoras. Estados Unidos, Australia, Canadá, Argentina y Tailandia son los países que mayor volumen de
agua virtual exportan, y Japón, Sri Lanka, Italia, Corea del Sur y los Países Bajos, los países que más la importan. Para Chapagain y Hoekstra (2004) el anáFIGURA 1
LOS FLUJOS DEL AGUA VIRTUAL
Fuente: elaboración propia.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 245
lisis del flujo comercial del agua virtual constituye un enfoque innovador para
hacer frente al déficit hídrico que existe en determinadas regiones a nivel
mundial, debido a que incluye el consumo real de agua en la producción de un
determinado producto. Este análisis puede ser una herramienta eficaz para
guiar a las administraciones públicas en la planificación de su economía, en
función de la disponibilidad de recursos hídricos. De manera, que en los países
con abundancia de recursos hídricos se impulse la exportación de productos
«caros en agua» —water-expensive products—, y que se fomente la importación
de estos productos en los países que presentan un déficit hídrico (Hispagua,
2006), como es el caso de España o de los países de Oriente Medio.
En este sentido, para medir el volumen total de agua utilizada por los habitantes de una determinada región, se desarrolló el índice «huella hídrica», término propuesto en 2002 por Arjen Hoekstra del UNESCO - Institute for Water
Education y desarrollado por Chapagain y Hoekstra (2004) que lo definieron
como un indicador del uso de agua en relación con el consumo de la población, que generalmente se expresa en volumen de agua utilizada por año. Una
definición más completa de huella hídrica es aquella que la identifica como el
«volumen total de agua utilizada para producir los bienes y servicios consumidos por un individuo, por un grupo de personas o por un país, respectivamente» (Hoekstra, 2003; Chapagain y Hoekstra, 2004). Chapagain y Orr
(2009) consideran que la huella hídrica es la expresión del contenido de agua
virtual, y que permite evaluar dónde se origina el agua. Además, sirve para poner de manifiesto la idoneidad de una región productora para exportar agua.
La huella hídrica también es útil para cuantificar y evaluar los flujos de
agua virtual, de las importaciones y de las exportaciones (Hoekstra y Chapagain, 2007). Aquella tiene como elementos integrantes la huella hídrica interna —internal water footprint— cuando se considera el agua procedente de
los recursos hídricos endógenos de una región y la huella hídrica externa
—external water footprint— cuando se toma en cuenta la cantidad de agua necesaria para desarrollar los productos o servicios consumidos en una región
que han sido producidos en el exterior (Hispagua, 2006). Los primeros estudios realizados de la huella hídrica fueron llevados a cabo por Hoekstra y
Hung (2002) y Chapagain y Hoekstra (2003 y 2004). Inicialmente se estimó
el flujo de agua virtual del agua azul —ríos, lagos y acuíferos— de cada país,
en relación con el comercio de los productos agrícolas y de los productos ganaderos. Posteriormente, se han ido desarrollando nuevas metodologías de
cálculo de la huella hídrica, incluyendo nuevos parámetros y formas de consumo de agua; de hecho, el estudio de la huella hídrica en ámbitos territoriales provinciales y municipales nos permite conocer cuánta agua, y en qué
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246 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
condiciones, se utiliza de los sistemas de agua locales, y cuánta agua sería necesaria para contrarrestar las corrientes contaminadas (Chapagain y Orr,
2009). Y más importante aún, se puede saber de dónde procede el agua en el
ciclo hidrológico, a la vez que se relacionan los productos comercializados
con las zonas de producción.
EL CÁLCULO DE LA «HUELLA HÍDRICA»: FUENTES Y MÉTODOS
El presente trabajo calcula la huella hídrica en España a partir de la metodología desarrollada por Chapagain y Hoekstra (2004) y actualizada en Hoekstra et al. (2009). Éste método ha sido adaptado a los datos disponibles en
nuestro país a fin de realizar un análisis más detallado y preciso, a nivel provincial, autonómico y nacional, en los años 1996, 2000 y 20072. Se han manejado los datos referidos al agua en España, dentro de la serie de encuestas
ambientales que publica anualmente el Instituto Nacional de Estadística3. Las
encuestas oficiales sobre agua, a escala regional, provincial y municipal se
efectúan en nuestro país desde 1996 (INE, 2008); si bien desde la aprobación
del Plan Estadístico Nacional (2005-2008), se incluye un módulo especial
para recoger información sobre el uso del agua en los sectores industrial y de
servicios, además de la elaboración de dos encuestas específicas, sobre el uso
del agua en agricultura y sobre suministro y saneamiento de agua. En el trabajo se han consultado asimismo datos sobre volumen de agua depurada, reutilizada y desalada en las Comunidades Autónomas a partir de las estadísticas
que elaboran los organismos de gestión de las aguas depuradas en cada una de
ellas y de los informes que elabora el Ministerio de Agricultura, Alimentación
y Medio Ambiente. Por último, se han cotejado estos datos con los incluidos
en el Sistema Integrado de Información del Agua en España, portal de información hidrológica puesto en marcha en 2008, por el citado Ministerio.
A partir de estos datos se han calculado los valores de «huella hídrica» de
nuestro país, a diversa escala. La «huella hídrica» —water footprint – WFP,
m3— es el volumen de agua necesaria, directa o indirectamente, para la producción de los productos y los servicios consumidos por los habitantes de un
área geográfica determinada o industria, o persona.
2 Debe señalarse que la falta de datos fiables publicados oficialmente hace que alguna tabla
se haya confeccionado con años de referencia distintos.
3 Los datos y la metodología de su obtención están explicadas en la página web del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es), dentro de la sección estadísticas medioambientales sobre agua.
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 247
Como la población de un área geográfica determinada se abastece de productos elaborados domésticamente e importados, la huella hídrica tiene dos
componentes, el agua doméstica y el agua foránea:
– Huella hídrica interna —internal water footprint - IWFP—: el agua procedente de los recursos nacionales de un área geográfica determinada.
– Huella hídrica externa —external water footprint - EWFP—: cantidad de agua
necesaria para desarrollar los productos o servicios consumidos en un área
geográfica determinada, cuando éstos han sido producidos en el exterior.
La fórmula para su cálculo es:
WFP = IWFP + EWFP
Tanto para el cálculo de la huella hídrica interna como para la huella hídrica externa, se debe tener en cuenta el agua superficial y la subterránea.
La «huella hídrica interna» se define como el uso de los recursos hídricos
domésticos para producir bienes y servicios consumidos por los habitantes de
un área geográfica determinada. Es la suma del volumen total de agua utilizada de los recursos de agua doméstico en la economía nacional, menos el volumen de agua virtual exportada a otras áreas geográficas —mediante la
exportación de productos producidos en el área geográfica determinada—
(Hoekstra y Chapagain, 2008):
IWFP = AWU + IWW + DWW - VWE dom
Donde:
–
–
–
–
AWU son los usos agrícolas del agua (agricultural water use)
IWW son los usos industriales (industrial water withdrawal)
DWW son los usos domésticos (domestic water withdrawal)
VWEdom es la exportación de agua virtual a otras áreas geográficas
(virtual water export related to export of domestically produced products)
Los usos industriales del agua se refieren a todo el volumen de agua consumido en cualquier proceso industrial, y los usos domésticos se refieren al consumo de agua potable y la utilizada por los gobiernos locales. Llamas (2005)
considera que todavía es necesario avanzar en las metodologías de cálculo del
agua virtual de los usos urbanos, para la producción de alimentos manufacturados y de los productos industriales.
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248 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
Por su parte, la «huella hídrica externa» se define como el volumen anual de
recursos hídricos usados en otras áreas geográficas para manufacturar los productos o prestar los servicios consumidos en una determinada área geográfica.
Es igual al agua virtual importada (VWEI) menos el volumen de agua virtual
exportada a otras áreas geográficas determinadas como resultado de la reexportación de productos importados (VWEre-export) (Hoekstra y Chapagain, 2008):
EWFP = VWI - VWEre-export
FIGURA 2
ESQUEMA DEL PROCESO DE CÁLCULO DE LA HUELLA HÍDRICA
CONSIDERANDO COMO ELEMENTO BÁSICO
LA HUELLA HÍDRICA DE UN PROCESO
Fuente: elaboración propia a partir de Hoekstra et al., 2009.
Resulta asimismo de interés, aproximarse al cálculo de la huella hídrica a
diferentes escalas territoriales. Hoekstra et al. (2009) diferencian de manera
clara la huella hídrica de los consumidores en un área geográfica y la huella
hídrica dentro de un área geográfica. Estos dos conceptos están relacionados,
debido a que la huella hídrica interna de un área geográfica es igual a la huella
hídrica dentro de ella, en la medida en que no está relacionada con la elaboración de productos de exportación. La huella hídrica externa del consumo nacional se obtiene de los productos importados —contenido de agua virtual—
y la huella hídrica asociada dentro de otra área geográfica (figura 3).
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 249
FIGURA 3
ESQUEMA DE LA RELACIÓN ENTRE LA HUELLA HÍDRICA DE UN PAÍS
Y LA HUELLA HÍDRICA DENTRO DE UN PAÍS
Fuente: elaboración propia a partir de Hoekstra et al., 2009.
La huella hídrica de un área geográficamente delimitada (WFarea) es:
WFarea = WF proc (q)
Donde, WFproc(q) es igual a la huella hídrica de un proceso q dentro de un
área geográfica delimitada. La fórmula suma toda el agua consumida o contaminada por los procesos que tienen lugar en esa área geográfica.
La huella hídrica de un país (WFcons,nat) tiene dos componentes:
WFcons,nat = WFcons, nat, int + WFcons, nat,ext
Donde, WFcons,nat,int es la huella hídrica interna del consumo nacional. Se
define como el uso de los recursos hídricos nacionales para producir bienes y
servicios consumidos por la población nacional. Es la suma de la huella hídrica en un país (WFarea,nat) menos el volumen de agua virtual exportada a
otros países, en lo relacionado con la exportación de productos elaborados
con recursos hídricos domésticos (Ve,d):
WFcons,nat, int = WFcons, nat - Ve, d
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250 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
La huella hídrica externa del consumo nacional (WFcons,nat,ext) se define
como el volumen de los recursos hídricos utilizados en otros países para producir bienes y servicios consumidos por la población en el país considerado.
Es igual a la importación de agua virtual en el país (Vi) menos el volumen de
exportación de agua virtual a otros países, como resultado de la reexportación
de productos importados (Ve,r):
WFcons,nat, ext = Vi - Ve, r
El agua virtual exportada de un país (Ve) es la suma del agua de origen doméstico exportada (Ve,d) y el agua de origen extranjero reexportada (Ve,r):
Ve = Ve, d + Ve, r
Hay que considerar que sólo una parte del agua virtual importada por un
país será consumida, y por tanto será la huella hídrica externa del consumo
nacional (WFcons,nat,ext), y la otra parte será reexportada (Ve,r):
Vi = WFcons,nat, ext + Ve, r
La suma de Vi y WFarea,nat es igual a la suma de Ve y WFcons,nat. Al resultado
de esta suma se le denomina balance de agua virtual de un país (virtual-water
budget - Vb).
LA HUELLA HÍDRICA EN ESPAÑA: RESULTADOS
A través del cálculo de la huella hídrica podemos aproximarnos a la realidad
de la huella hídrica de nuestro país, considerando el cálculo e interpretación de
la huella hídrica como un elemento fundamental en las decisiones políticas, en
relación con el tema del agua, contribuyendo incluso a la aplicación de la Directiva Marco del Agua (UE, 2000), sobre todo si tenemos en cuenta que España es el primer país que ha incluido el análisis de la huella hídrica en la
formulación de políticas, planes, programas y proyectos (BOE, 2008).
Para el cálculo de la huella hídrica de España (WFEsp) se han considerado
dos componentes, la huella hídrica interna del consumo nacional (WFEsp,int) y
la huella hídrica externa del consumo nacional (WFEsp,ext):
WFEsp = WFEsp, int + WFEsp, ext
Siendo WFEsp,int el agua consumida en España menos el volumen de agua
virtual que se exporta y WFEsp,ext el agua virtual que se importa en los producEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 251
tos agrarios. Para el cálculo del consumo total de agua en España se incluyeron los sectores: agrícola —sin cultivos forrajeros, asumiendo que todos ellos
han sido consumidos por el ganado—, ganadería, y doméstico e industrial.
Los datos de exportación e importación de productos agrarios —agrícolas
y ganaderos— corresponden a las cifras de «Comercio Exterior de España» de
los Anuarios Estadísticos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y
Marino (1999, 2002 y 2008). Los contenidos de agua virtual de los productos
agrícolas y ganaderos se obtuvieron de Champagain y Hoekstra (2004), y
Champagain y Hoekstra (2003), respectivamente.
Igualmente, con Aldaya et al. (2009 y 2010) podemos destacar que España
es uno de los países que más agua per cápita consume (2.300 m3 cápita-1 año-1,
según Chapagain y Hoekstra, 2004), a pesar de ser el más árido de Europa. La
suma de los requerimientos hídricos de los diferentes sectores económicos de
España, tanto de agua azul como de agua verde, es de alrededor de 100 km3
año-1. El abastecimiento urbano de agua representa el 4.5% de la huella hídrica de España, valor inferior al de Italia y Estados Unidos, y ligeramente superior al de India. El 14,7% del consumo total de agua corresponde al sector
industrial, pero el 47% se debe al agua virtual procedente de las importaciones. El porcentaje restante (81,7%) corresponde a la producción de alimentos,
del cual, las dos terceras partes se producen con recursos hídricos propios.
El agua para abastecimiento urbano tiene un valor económico de 4,2 billones de euros, y el agua del sector industrial de 123 billones de euros —es el
15% del PIB y el 16% de la población económicamente activa—. El sector
agrario, a pesar de que consume cerca del 80% del agua en España, tan solo
representa el 3% del PIB, es decir, 26 millones de euros y da empleo al 5% de
la población económicamente activa.
En nuestro estudio, hemos partido del trabajo realizado por Rodríguez Casado et al. (2008) aplicando la metodología anteriormente expuesta, distinguiendo entre el consumo de agua azul y de agua verde, y solventando una de
las deficiencias de la metodología desarrollada por Chapagain y Hoekstra
(2004). De esta forma, podemos afirmar que la huella hídrica del sector primario en España, para el año 2007, ha sido de 74.249,60 hm3, con una huella
hídrica per cápita de 601,73 m3 (tabla 1).
De esta forma, podemos observar cómo en el año 2007 el aumento de la
importación de materias primas para la alimentación del ganado provocó el
incremento del consumo de agua virtual agrícola proveniente de las importaciones, en comparación con el año 1996, considerado año seco. Además, debido a este incremento la huella hídrica del sector primario en España
representa alrededor del 90% de la huella hídrica total.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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252 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
TABLA 1
HUELLA HÍDRICA ESPAÑOLA (1996, 2000, 2007) Y PESO DEL SECTOR
PRIMARIO EN SU CÁLCULO
Total
Sector
Primario
1996
2000
2007
Consumo Agua
hm3
68.128,50
61.041,80
58.939,50
WFI
hm3
20.923,4
15.895,5
41.676,0
WFE
hm3
16.305,9
22.325,6
21.396,9
WF Total
hm3
72.746,1
54.611,8
79.21,6
Consumo Agua
hm3
64.373,00
56.259,70
53.970,50
WFI
hm3
20.923,4
15.895,5
41.676,0
WFE
hm3
16.305,9
22.325,6
21.396,9
WFSector primario
hm3
68.990,50
49.829,60
74.249,60
830,19
627,75
601,73
WFTotal “per cápita”
m3
hab-1
Fuente: elaboración propia a partir de la metodología de Rodríguez Casado et al. (2008).
Los resultados obtenidos muestran notables diferencias respecto al realizado
por Chapagain y Hoekstra —Ch & H en tabla 2— (2004), principalmente, porque
se distingue entre la producción en régimen de secano y la de regadío. En la tabla 2
se pueden observar las diferencias en los resultados de estas dos investigaciones.
El agua virtual exportada por España, principalmente de frutas y de hortalizas, corresponde al agua virtual azul, mientras que en las importaciones,
principalmente de trigo —Francia y Reino Unido— y de maíz —Francia y Argentina—, predomina el agua virtual verde. El tipo de agua virtual contenida
en los productos exportados e importados, pone de manifiesto que España exporta en su mayoría agua procedente de sus recursos hídricos, mientras que
importa en su mayoría agua procedente de la lluvia. Aldaya (2007) destaca la
mayor eficiencia en el uso del agua —principalmente verde— en la producción de maíz en Argentina, con relación a España.
Los cereales, que ocupan el 45% de la superficie agraria útil (SAU), representan el 39% de la huella hídrica de la agricultura española. Destaca el hecho
de que la cantidad consumida de agua azul y de agua verde es similar en los
cultivos de secano y de regadío, a pesar de ser ésta última cuatro veces menor
por extensión ocupada en el territorio (tabla 3). Cultivos como el arroz y el
maíz con altos requerimientos hídricos, y el trigo y la cebada en regadío, con
superficies significativas, aumentan el consumo de agua azul. La huella híEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 253
TABLA 2
CONTENIDO EN AGUA VIRTUAL EN CULTIVOS
DE SECANO Y DE REGADÍO (m3 t-1)
España
1996
Media
2000
2007
Ch & H
Media
mundial
Trigo
404
481
449
1.227
1.334
Cebada
352
582
444
1.070
1.388
Aceituna de Almazara
494
496
466
3.295
4.393
Maíz
659
727
763
646
909
Naranja
365
326
302
362
457
Tomate
95
93
97
53
184
Régimen
Secado
Regadío
Cultivo
Fuente: elaboración propia a partir de la metodología de Rodríguez Casado et al. (2008).
TABLA 3
HUELLA HÍDRICA POR GRUPOS DE CULTIVO, 2000
Superficie
1.000 ha
Secano Regadío
Cereales
C. Industriales
Olivar
C. Forrajeros
Frut. Fruto Seco
Hortalizas
Frut. Fruto Fresco
Otros cultivos
Cítricos
Viñedo
Patata
5.342
742
1.982
767
782
29
83
543
5
1.003
30
11.307
UAAgr hm3
Vg
Vb
VWI
hm3
1.086 5.462 4.980 6.343
381
530 2.557 10.957
310 2.263 1.154
773
273
776 1.045
—
59
350
477 1.456
308
273 1.699
58
203 1.163
126
294
78 1.224
869
601
295
318 1.861
115
132
489
441
32
85
523
63
75
3.210 13.371 15.272 20.704
UAAgr - Recursos hídricos utilizados en la agricultura
VWI - Agua virtual importada
VWE - Agua virtual exportada
VWE
hm3
WF
hm3
%
1.381 15.406 38,94
2.537 11.507 29,09
1.375 2.816
7,12
— 1.821
4,60
477 1.806
4,56
676 1.354
3,42
315 1.268
3,21
16 1.066
2,69
1.259 1.035
2,62
88
873
2,21
49
611
1,54
8.173 39.563 100,00
WFP - Huella Hídrica
Vg - Agua Virtual Verde
Vb - Agua Virtual Azul
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254 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
drica de los cultivos industriales representa el 29% del total, gracias a las importaciones de agua virtual —soja y torta de soja—. Gran parte del agua virtual exportada de los cultivos industriales corresponde a agua virtual
re-exportada. El olivar es el tercer grupo de cultivos por porcentaje de huella
hídrica, a pesar de tener una superficie superior a la de los cultivos industriales. Su menor huella hídrica se debe a que España es el principal país exportador de aceite de oliva, y por tanto una cantidad considerable de agua virtual es
exportada en este producto y en menor medida como aceituna aderezada.
DIFERENCIAS TERRITORIALES DE LA HUELLA HÍDRICA EN ESPAÑA
En el estudio de la huella hídrica en España cobra notable interés el análisis
de la realidad territorial de este indicador. A lo largo de las últimas décadas, la
huella hídrica presenta, en efecto, notables diferencias a nivel municipal, provincial y regional, por lo que se muestra especialmente importante su evaluación, sobre todo si tenemos en cuenta que durante la segunda mitad del siglo XX
y los inicios del presente siglo, la expansión de regadíos, la urbanización, la industrialización, el desarrollo de las actividades turísticas y los aprovechamientos hidroeléctricos han favorecido un fuerte incremento de las demandas de
agua, superando a veces la oferta natural de recursos disponibles.
A escala regional, Andalucía es la que más agua consume en la producción
agrícola (6.967 hm3), tanto en términos de agua verde como de agua azul, seguida por Castilla y León (4.331 hm3) y Castilla-La Mancha (3.910 hm3). Estas tres Comunidades Autónomas, que son las que más superficie dedican a la
agricultura, acumulan casi el 60% del uso total del agua. Sin embargo, en las
dos Castillas el consumo de agua verde es mayor debido a que la superficie
cultivada está dedicada en su mayor parte a cereales y a forrajes. Por su parte
en Andalucía, la cantidad de agua azul usada es casi el doble que la de agua
verde, debido a una agricultura más orientada al regadío, con cultivos con altas exigencias hídricas, como los hortícolas y los cultivos industriales —algodón y arroz— y con un incremento en la superficie de olivar en regadío.
La Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Extremadura destacan como
importantes consumidoras de agua azul en comparación con el consumo de
agua verde. Las dos primeras son las Comunidades con mayor porcentaje de superficie dedicada al regadío, con los frutales y hortalizas como cultivos predominantes. En Extremadura es el riego del maíz, arroz y tomate el que hace que
la cantidad consumida de agua azul sea el doble que la de agua verde.
En las Comunidades Autónomas de Aragón y Cataluña son los frutales, el
maíz y la alfalfa, los cultivos que provocan los altos consumos de agua azul.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 255
En la cornisa cantábrica la agricultura deja paso a los pastos y a la ganadería
debido, principalmente, a las dificultades orográficas. A pesar del cultivo de
cereales, como el trigo o el maíz de secano en Galicia, las extensiones son más
bien pequeñas, y salvo excepciones, como el viñedo en el entorno del Miño o
los manzanos en Asturias, la agricultura pasa a un segundo plano.
A escala provincial, la mayor cantidad de agua se consume en Valencia
(1.037,91 hm3 en 2007), Sevilla (977,78 hm3), Ciudad Real (896,04 hm3) y
Jaén (870,81 hm3) (tabla 4). Se observa que en diez provincias se concentra el
50% del consumo de agua en la agricultura.
TABLA 4
CONSUMO DE AGUA EN LA AGRICULTURA POR PROVINCIA (%)
Provincia
1996
2000
2007
Provincia
1996
2000
2007
Valencia
Sevilla
Ciudad Real
Jaén
Zaragoza
R. de Murcia
Cuenca
Huesca
Alicante
Valladolid
Toledo
Burgos
Córdoba
Badajoz
Navarra
Cádiz
Granada
Albacete
A Coruña
León
Zamora
Lleida
Palencia
Málaga
Almería
3,41
5,67
4,17
4,47
3,07
2,51
3,70
3,19
2,30
2,82
3,05
3,08
3,95
3,38
2,23
4,77
3,09
3,08
1,27
2,54
1,89
2,04
2,50
2,53
1,06
3,35
5,69
3,72
4,03
3,22
2,65
2,08
3,02
1,98
3,84
3,36
3,52
3,23
4,14
3,04
4,27
2,92
2,06
1,15
3,15
2,17
2,37
3,00
1,88
1,56
5,39
5,08
4,65
4,52
4,28
3,79
3,61
3,41
3,37
3,24
3,23
3,08
2,90
2,81
2,78
2,77
2,70
2,42
2,31
2,10
2,06
1,96
1,83
1,82
1,69
Cáceres
Teruel
Tarragona
Barcelona
Soria
Castellón
Salamanca
Segovia
Pontevedra
Huelva
La Rioja
Guadalajara
Lugo
Ávila
Baleares
S.C. de Tenerife
Madrid
Álava
Girona
Las Palmas
Ourense
P. de Asturias
Vizcaya
Guipúzcoa
Cantabria
1,89
1,19
1,39
1,53
1,25
1,09
2,15
1,42
1,40
1,58
1,09
0,96
0,86
0,85
1,49
0,57
0,95
0,47
0,67
0,29
0,54
0,24
0,08
0,08
0,17
2,01
1,46
1,91
1,51
1,80
1,18
1,39
1,44
0,97
1,15
0,98
1,53
1,30
1,01
0,69
0,52
1,02
0,48
0,66
0,41
0,52
0,24
0,12
0,10
0,16
1,65
1,61
1,57
1,49
1,44
1,42
1,32
1,20
1,08
1,00
0,99
0,98
0,93
0,89
0,85
0,76
0,68
0,47
0,47
0,45
0,40
0,19
0,14
0,13
0,09
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INE.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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256 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
En 2007, las Comunidades Autónomas que más agua consumieron, del total de agua consumida en la agricultura, son Andalucía (4.329,07 hm3), Castilla y León (3.301,31 hm3), y Castilla-La Mancha (2.867,55 hm3), con
aproximadamente el 60% del total. En Valencia y Castilla-La Mancha, el incremento del porcentaje de agua consumida, en relación con el total, se produce
principalmente por la reducción en el consumo de agua de Andalucía y, Castilla y León. Aunque, se observa un aumento significativo del consumo de agua
en la Comunidad Valenciana en el año 2007, específicamente en la provincia
de Alicante por el aumento del consumo de agua en plantas ornamentales.
Se observa que en la mayoría de provincias ha disminuido el consumo de
agua en la agricultura. Cantabria, Baleares, Cádiz, Salamanca y Huelva son las
provincias que mayor reducción presentan, con porcentajes superiores al 50%.
Por el contrario, A Coruña, Vizcaya, Guipúzcoa, Almería, Valencia, Las Palmas, Región de Murcia, Alicante, Zaragoza y Teruel, son las únicas provincias
TABLA 5
CONSUMO DE AGUA PER CÁPITA Y POR COMUNIDAD AUTÓNOMA (m3 hab-1)
1996
2000
2007
C. La Mancha
2.242,87
1.391,03
1.450,23
Aragón
Castilla y León
Extremadura
La Rioja
Andalucía
R. de Murcia
C. Valenciana
Galicia
Navarra
Baleares
Cataluña
Canarias
País Vasco
P. de Asturias
Cantabria
Madrid
1.611,29
1.895,00
1.263,42
1.056,97
962,64
588,12
435,58
381,76
537,93
502,33
237,52
137,37
77,29
56,12
82,21
48,82
1.223,93
1.626,92
1.088,07
701,22
637,37
436,10
298,76
273,24
340,68
155,21
195,00
102,81
63,00
42,91
58,44
37,17
1.380,59
1.305,68
787,56
619,45
537,14
524,15
401,07
328,00
315,89
158,63
146,63
114,78
67,06
34,81
29,46
21,39
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INE.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 257
donde se observa un aumento de consumo de agua en 2007, en comparación
con el consumo de agua del año 1996.
Por su parte, las Comunidades Autónomas que más agua procedente de la
agricultura consumen per cápita son Castilla-La Mancha, Aragón y Castilla y
León (tabla 5). Se observan diferencias significativas en el consumo de agua entre Comunidades Autónomas con valores que varían en un rango entre 1.450,23
m3 hab-1 de Castilla-La Mancha y 21,39 m3 hab-1 de Madrid, en el 2007.
A escala provincial, se observan diferencias aún mayores, con valores que
varían en un rango de 3.291,91 m3 hab-1 de Cuenca a 21, 39 m3 hab-1 de Madrid (figura 4), como consecuencia directa del número de habitantes. En todas las provincias se observa una disminución de los valores de 2000 y 2007
con respecto a 1996 —con excepción de Soria, Guadalajara y Lugo—.
Como síntesis se puede afirmar que la huella hídrica de España en 2007
se elevó a 1.752,6 m3 hab-1. En el año 2000 se observó una menor huella hídrica per cápita debido al aumento de las exportaciones y una reducción significativa en las importaciones de productos agrícolas y ganaderos (tabla 6).
Los valores obtenidos en nuestra investigación son inferiores a los obtenidos
TABLA 6
HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA EN LOS AÑOS 1996, 2000 Y 2007
Consumo
1996
2000
2007
Agricultura
hm3
17.337,4
7.861,8
9.460,5
Ganadería
Doméstica e Industrial
Total
hm3
hm3
47.035,6
3.755,5
68.128,5
48.397,9
4.782,1
61.041,8
44.510,0
4.969,0
58.939,5
Agricultura
hm3
4.869,4
5.982,9
8.005,2
hm3
hm3
11.436,5
16.305,9
16.342,7
22.325,6
13.391,7
21.396,9
hm3
7.860,0
7.358,7
8.657,5
hm3
hm3
13.063,4
20.923,4
8.536,7
15.895,5
33.018,5
41.676,0
hm3
72.746,1
54.611,8
79.218,6
1.833,8
1.348,4
1.752,6
Exportaciones Ganadería
Total
Agricultura
Importaciones Ganadería
Total
Huella Hídrica
hm3
hm3 hab-1
Fuente: elaboración propia.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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258 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
FIGURA 4
CONSUMO DE AGUA PER CÁPITA
Fuente: elaboración propia.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 259
por Champagain y Hoekstra (2004), que calcularon una huella hídrica per cápita de 2.325 m3 hab-1 para el periodo 1997-2001. Desde nuestro punto de
vista la clave de este desfase radica en que en el presente análisis se ha calculado el consumo de agua en la agricultura y la ganadería a escala provincial.
Del análisis e interpretación de la huella hídrica de nuestro país, desde una
perspectiva autonómica se puede indicar (ver figura 5) que, con excepción hecha de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía, el resto de las
Comunidades Autónomas están por debajo de los 10.000 hm3. Destaca, en el
otro extremo el caso de La Rioja con una huella inferior a los 1.000 hm3; el resto
de Comunidades oscila entre los 1.000 y los 10.000 hm3: nos encontramos con
Navarra o Cantabria, con cifras inferiores a los 2.500 hectómetros cúbicos, u
otras como El País Vasco, Castilla y León o Galicia, que superan los 5000 hm3.
Una posible explicación de ello se encuentra en la intensificación de la demanda urbano-turística producida durante la segunda mitad del siglo XX que
FIGURA 5
ESPAÑA, HUELLA HÍDRICA POR AUTONOMÍAS (2007)
Fuente: elaboración propia.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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260 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
ha incrementado la vulnerabilidad de muchos sistemas de abastecimiento
frente a las secuencias largas de sequía. Tras el fuerte incremento del consumo
de agua potable subyace la fuerte expansión de las ciudades y, unido a ello, el
alza de nivel de vida, la elevación de los módulos de gasto por la generalización de electrodomésticos y de los hábitos de aseo (Rico, 2004). También interviene el aumento del consumo en establecimientos industriales y en los
servicios municipales de limpieza de calles, plazas, etc. Cabe recordar, asimismo, que el abastecimiento urbano goza de prioridad de uso legalmente establecida frente a otras demandas (Art. 60. Texto Refundido Ley de Aguas),
que se hace extensiva a sus elevadas exigencias de calidad y garantía de suministro. El Libro Blanco del Agua en España (1998), asignaba a los usos urbanos
un consumo de 4.667 hm3/año. Este valor de consumo no corresponde con el
consumo facturado, que es bastante menor, sino con la demanda bruta que es
satisfecha por las entidades suministradoras. La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) sitúa esa demanda bruta entre
4.200 y 4.750 hm hm3/año, que incluye volumen no facturado, gasto en establecimientos industriales conectados a la red, agua suministrada gratuitamente a entidades públicas, consumo turístico y estacional, etc.
Estas estimaciones sobre el gasto de agua potable en España se aproximan a
las ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística (2003), que elevan el consumo bruto a 4.781 hm3/año. Este gasto incluiría el volumen controlado por
las entidades suministradoras, que asciende a 3.781 hm3/año, y el agua no contabilizada o perdida, que supone 1.000 hm3/año, es decir, el 20,9% de la demanda bruta. Del agua controlada (3.781 hm3/año), el consumo doméstico en
hogares asciende a 2.482 hm3/año, es decir, el 65,6%. Le siguen otros sectores
de consumo, donde se incluyen las industrias conectadas a la red, con 840
hm3/año (22,2%); los consumos municipales, con 303 hm3/año, que suponen
el 8% del agua controlada; y otros consumos, que se elevan a 155 hm3/año. La
distribución regional del consumo ofrece bastantes contrastes, de forma que
Andalucía (667 hm3/año), Cataluña (657 hm3/año), Madrid (482 hm3/año) y
Comunidad Valenciana (368 hm3/año) suman 2.174 hm3/año, que supone el
57,5% del gasto de agua potable controlada en España. Según las estimaciones
del Instituto Nacional de Estadística, la regiones que ofrecen las mayores pérdidas de agua potable serían Aragón (35%), Ceuta y Melilla (33%), Comunidad
Valenciana (29,9%), País Vasco (29%), Asturias (23%) y Baleares (23%). En el
lado opuesto, las regiones que ofrecen unas pérdidas mucho menores serían La
Rioja (11%), Galicia (13%), Madrid (13,6%) y Navarra (14%) —esto vendría a
explicar la importancia que tiene conocer y valorar la huella hídrica que presentan estas regiones—. Ahora bien, llegados a este punto debemos de ser
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 261
FIGURA 6
ESPAÑA, HUELLA HÍDRICA POR PROVINCIAS (2007)
Fuente: elaboración propia.
conscientes de que el análisis por Comunidades Autónomas enmascara cuestiones relacionadas con una realidad, cuando menos compleja.
Desde una perspectiva provincial, Barcelona y Madrid, por un lado, Valencia por otro y Vizcaya, Asturias, La Coruña, Alicante, Murcia, Sevilla, Cádiz y
Málaga, son las provincias con una mayor huella hídrica de nuestro país, quedando todas ellas por encima de los 2.500 hm3. El resto de las provincias españolas no superan este umbral, e incluso no son pocas las que quedan por
debajo de los 1000 hm3 —Lugo, Orense, Huesca, Teruel, Lérida, Álava y doce
provincias más—. Una posible explicación la encontramos en el hecho de que
a principios de los años noventa del pasado siglo, el agua no registrada oscilaba del 34% de las grandes áreas metropolitanas y el 24% de las poblaciones
inferiores a 20.000 habitantes. En la encuesta de 2000, el porcentaje de agua
no controlada había descendido al 24,81%, con valores del 19,72% en las
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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262 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
áreas metropolitanas y del 29,52% de las poblaciones con población comprendida entre 20.000 y 50.000 habitantes. Entre las causas que explican la existencia de un alto volumen de agua no registrada, se encontrarían las propias
pérdidas en la red (45%), los errores en la medición y el subcontaje (18%), situaciones de fraude (4%), y otros factores desconocidos (23%). Y es que los
problemas del agua constituyen una compleja realidad poliédrica en la que
entremezclan escalas y situaciones, intereses y valores, derechos y apetencias.
Cualquier intento de solución debe partir de un análisis objetivo, holístico y
ponderado, de los elementos que conforman esa realidad. En cierto modo podemos decir que lo que ocurre con el agua es, simplemente, la versión hidrológica de una realidad superior, que no es otra que el modelo de sociedad que
hemos creado, que —a su vez—, ha dado lugar a un tipo de ser humano especial, depredador, atrapado en una dinámica que le obliga a consumir toda su
energía, su capacidad de imaginación y su libertad en una dirección negativa,
insolidaria y destructora.
Una singularidad reciente añadida al escenario hidrológico del país, es que
al tradicional uso del agua para transformar secanos en regadío y para la generación de electricidad, se ha unido la apetencia por el recurso, también desmesurada e insaciable por naturaleza, para promover grandes negocios
urbanísticos basados en la creación de formas exóticas de vida, en las que el
agua es ofrecida como un bien libre que permite crear ambientes idílicos de
fantasía y capricho, con jardines hidrófilos, murmullos de agua, piscinas privadas a discreción, y generosas cartas de campos de golf,… todo ello para deleite de un determinado tipo de sociedad dispuesta a pagar el capricho y la
ostentación en lugares donde la naturaleza no dispone del agua requerida para
esas fantasías, que debe ser detraída de otras cuencas, o satisfecha a expensas
de la sobreexplotación de los sistemas hidrológicos propios mientras se
pueda, con la seguridad que les da la experiencia de los hechos consumados.
De aquí la notable importancia que adquiere el análisis a nivel municipal de la
huella hídrica de nuestro país. En el mapa adjunto se pone de manifiesto, a nivel estatal, el enorme peso de la huella hídrica de Madrid y Barcelona, junto
con el resto de la trama urbana de nuestro país
La justificación de ello se encuentra en el consumo de agua de nuestro país
que, en 2006, redujo su volumen, tanto en el abastecimiento urbano como en
los usos agrarios —tal y como recoge el «Perfil Ambiental de España», 2009—.
El volumen de agua distribuida por las redes de abastecimiento urbano en España en el año 2006 ha disminuido un 3,6% con respecto al año anterior,
hasta los 4.698 hm3 de agua. Esto supone, una confirmación de la tendencia a
la baja iniciada en el año 2005. De esta cantidad, un 83,3% se distribuyó para
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
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HUELLA HÍDRICA DE ESPAÑA Y SU DIVERSIDAD TERRITORIAL 263
el consumo de los hogares, de los diversos sectores económicos —industria,
servicios y ganadería—, así como para los consumos municipales. El consumo
medio de agua de los hogares se situó en 160 litros por habitante y día en el
año 2006 frente a los 166 litros por habitante y día registrados en 2005. El uso
de agua de las explotaciones agrarias ascendió a 15.865 hm3, pero se redujo
con respecto al año 2005 en un 3,9%. Se mantiene la disminución en el consumo de agua para riego, fruto de la modernización de regadíos llevada a cabo
en los últimos años. La cantidad de agua empleada para riego por aspersión y
gravedad continuó descendiendo, un 11,9% y un 7,5% respectivamente, aumentando en un 8,3% el volumen de agua aplicado en cultivos con técnicas de
riego por goteo.
En la comparación de la evolución de PIB —a precios constantes— con el
consumo de agua, expresado como «disponibilidad total de agua potabilizada» y como «agua distribuida para el abastecimiento público», se observa
que después de unos años en los que ambas variables aumentaban de forma
similar, a finales del año 2004 comienza a producirse un descenso en el consumo de agua, mientras el PIB continuaría aumentando. El comportamiento
ascendente del PIB, en contraposición con la estabilidad de los valores de disponibilidad de agua, indica un uso más eficiente del agua, que permite un crecimiento económico sin necesidad de aumentar el consumo del recurso agua.
De esta manera, el análisis e interpretación de la huella hídrica a nivel municipal —en el ámbito estatal y regional—, nos permitirá valorar las diferencias territoriales y los desequilibrios inter e intrarregionales. La observación
del mapa de la huella hídrica a nivel estatal nos muestra la aparición de la dicotomía centro-periferia, remarcando la huella de las ciudades españolas,
complementado con la aparición de dos ejes perfectamente diferenciables: el
atlántico y el mediterráneo.
En su interpretación, distinguimos de esta manera unas desigualdades territoriales que, a grandes rasgos, coinciden con los desequilibrios demográficos y económicos. De esta forma, se da un aumento de las desigualdades
desde la perspectiva de la huella hídrica, en relación con la población y la producción. Por otra parte, si descendemos a un análisis local, encontramos que
los municipios que presentan un mayor nivel de huella hídrica se corresponden con los núcleos urbanos de nuestro país. Y es que la ubicación de funciones consuntivas de agua en los mismos coadyuva a que se produzca este
fenómeno. De hecho, si concedemos rango plenamente urbano a las poblaciones de más de 2.000 habitantes, podemos observar que se da una correspondencia casi total con una Huella de más de 100 hm3, superándose los 5.000
hm3 en las áreas de influencia de las principales ciudades de nuestro país —
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
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264 JOSÉ ANTONIO SOTELO, JORGE OLCINA , FERNADO GARCÍA Y MARÍA SOTELO
FIGURA 7
ESPAÑA, HUELLA HÍDRICA POR MUNICIPIOS (2007)
Fuente: elaboración propia.
Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Málaga,…—. Sobre estos datos, a la vista de los resultados recogidos en el mapa adjunto, podemos señalar
la laxa disposición sobre el territorio de los municipios con una mayor huella
—correspondiéndose, mutatis mutandis, con los propios desequilibrios territoriales existentes en nuestro país; de hecho, los menores niveles de huella se
corresponden con áreas que quedan al margen de un sistema urbano marcado
por su desajustada jerarquía—.
CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES
Los problemas inherentes a la huella hídrica de nuestro país, desde la
perspectiva de la sostenibilidad ambiental y territorial, encuentran solución
en la aplicación de prácticas eficientes en el uso del agua. No debemos olviEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
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dar que la sostenibilidad de la huella hídrica de un proceso productivo, de
un producto elaborado o de un consumidor depende de las propias características de dicho proceso o producto y de las condiciones del área geográfica
objeto de análisis. La sostenibilidad de la huella hídrica se puede estudiar
desde una perspectiva ambiental, social o económica, y a diferentes escalas,
desde la escala local o de zona de captación a la escala de cuenca hidrográfica o escalas superiores a la de cuenca hidrográfica —niveles estatales o superiores—.
De los resultados obtenidos en el presente estudio es posible destacar las
siguientes conclusiones y consideraciones finales sobre la huella hídrica de
España y su reparto territorial.
En primer lugar, debe destacarse el hecho de que nuestro país sea el primero de la Unión Europea que haya incluido el análisis de la «huella hídrica»
en la formulación de políticas hídricas dentro del contexto de la Directiva
Marco de Agua desde el año 20084. Se trata de un aspecto de especial relevancia si tenemos en cuenta que España es uno de los países que más agua per cápita consume, a pesar de que alguno de sus territorios se incluyen entre los
más áridos de Europa —tanto el consumo de «agua azul» como de «agua
verde» supera los 100 km3/año—.
En el período analizado se ha observado una disminución significativa en
el consumo de agua entre los años 1996, 2000 y 2007, principalmente, en lo
que se refiere al consumo de agua verde, consecuencia de la disminución de
las precipitaciones en el período marcado5. Debido a la mayor disminución
de las precipitaciones en el año 2007, se da un mayor aumento en el consumo de
agua virtual azul —regadío— per cápita. Sin embargo, debe anotarse que la
disminución del consumo de agua per cápita entre el año 2000 y 2007 se debe
sobre todo al aumento de la población. En líneas generales se constata una
disminución de las superficies agrícolas en España entre 1996 y 2007 en la
mayoría de cultivos analizados, lo que también ha favorecido la reducción del
consumo de agua en la agricultura (Sotelo, 2009).
Asimismo, debe mencionarse la notable relación que en nuestro país tienen
el desarrollo de secuencias de sequía y la huella hídrica. Por propia ubicación
4
Orden ARM/2656/2008 de 10 de septiembre. Se indica la necesidad de analizar la huella
hidrológica en la formulación de los nuevos planes hidrológicos de Demarcación Hidrográfica.
5 Debe indicarse que a partir de 2008 se ha experimentado un período de precipitaciones
abundantes en todos los territorios españoles, lo que ha favorecido el almacenamiento de agua
en los embalses y la recuperación del nivel de los acuíferos por encima de la media de los últimos diez años.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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geográfica, en relación con la circulación atmosférica general del oeste y la
subsidencia subtropical, los episodios de sequía constituyen uno de los peligros climáticos propios de nuestro territorio que ocasionan graves daños económicos en las actividades económicas, especialmente en la agricultura. Las
sequías ofrecen como denominador común la disminución de lluvias durante
periodos de tiempo más o menos prolongados que, con ello, restringen la
oferta natural de recursos de agua disponible. Por otro lado, sus efectos, grado
de percepción y respuestas humanas son muy diferentes según los territorios
afectados (Morales Gil, Olcina Cantos y Rico Amorós, 2000).
El análisis de la «huella hídrica» a escala regional presenta, con excepción
de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía, que el conjunto de
las Comunidades Autónomas de nuestro país están por debajo de la cifra
de los 10.000 hm3. Destaca, por su escaso valor, el caso de La Rioja con una
huella inferior a los 1.000 hm3; el resto de Comunidades tienen valores de
huela hídrica que oscilan entre los 1.000 y los 10.000 hm3.
A escala provincial, Barcelona, Madrid, Valencia, Vizcaya, Asturias, La Coruña, Alicante, Murcia, Sevilla, Cádiz y Málaga son las provincias con una mayor «huella hídrica» de nuestro país, por encima de los 2.500 hm3. El resto de
las provincias españolas no superan este umbral, e incluso no son pocas las
que quedan por debajo de los 1.000 hm3 —Lugo, Orense, Huesca, Teruel, Lérida, Álava, entre otras—. El alto valor de este indicador en algunas grandes
ciudades puede encontrar explicación en la cantidad de agua no registrada
que hasta la primera década del siglo XXI alcanzaba valores realmente elevados. A principios de los años noventa del pasado siglo, el agua no registrada
oscilaba del 34% de las grandes áreas metropolitanas y el 24% de las poblaciones inferiores a 20.000 habitantes. En la encuesta del INE sobre abastecimiento de agua potable en España del año 2000, el porcentaje de agua no
controlada había descendido en su conjunto al 24,81%, con valores del
19,72% en las áreas metropolitanas y del 29,52 % de las poblaciones con población comprendida entre 20.000 y 50.000 habitantes. El avance en el control del agua no registrada que se ha experimentado en nuestro país, durante
los últimos lustros debe mucho a la incorporación de criterios de eficacia en la
gestión municipal del agua que han introducido las compañías encargadas de
esta actividad, singularmente en las que tienen gestión privada o mixta,
puesto que el volumen de agua no registrada supone pérdidas en la facturación de la misma. No obstante, hay que señalar que la labor de reducción de
este volumen de agua no registrada debe ser constante porque todavía son elevadas las pérdidas en red, el subcontaje o las situaciones de fraude que se dan
en algunos municipios españoles.
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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Cabe señalar dos consideraciones finales. En primer lugar, es notoria la
gran importancia que a lo largo de las últimas décadas está tomando en España la actividad de desalación de aguas. Ello está en relación con el menor
coste de los sistemas de ósmosis inversa, que suponen el 90% de los procedimientos de destilación de las aguas saladas instalados en nuestro país. Se trata
de un recurso de agua «nuevo» que produce volúmenes de «agua azul» incorporados a la estructura de recursos disponibles en un territorio. A falta de una
nueva definición de la política de agua en nuestro país y donde este recurso
está llamado a seguir cumpliendo un papel destacado para el abastecimiento
de diferentes usos del agua en España —urbano-turísticos, agrario— las futuras aproximaciones al proceso de la «huella hídrica» tendrán que contar con
el mayor volumen de agua que la desalación de aguas va a proporcionar en la
estructura de recursos disponibles (Olcina y Moltó, 2010).
Y en este sentido, debe destacarse también la gran apuesta que para nuestro
país debe suponer el fomento de la reutilización de las aguas residuales depuradas por parte de las administraciones nacional y autonómica. En la actualidad
el porcentaje de reutilización de las aguas depuradas tan sólo supone un diez
por ciento del volumen total depurado. España ha avanzado mucho en materia
de depuración de aguas, en cumplimiento de la Directiva europea 91/271, pero
se han incentivado poco la reutilización de las aguas depuradas para usos agrarios y urbano-turísticos (Olcina y Moltó, 2010). Este es quizá el gran reto de la
planificación hidrológica de nuestro país en términos de sostenibilidad ambiental y territorial y de reducción de la huella hídrica.
AGRADECIMIENTOS
Los autores quieren hacer expreso su agradecimiento a la Fundación MAPFRE que, durante los años 2010 y 2011, ha considerado esta línea de trabajo
merecedora de apoyo económico dentro de sus convocatorias anuales de programas de fomento de la investigación aplicada en materia ambiental, a través
de sendos art. 83 firmados con la Universidad Complutense de Madrid. Igualmente, queremos hacerlo extensivo a los profesores de la Universidad Politécnica de Almería, Dr. Alfredo Tolón Becerra y Dr. Xavier Lastra.
Recibido: 15/09/2011
Aceptado: 27/02/2012
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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RESUMEN:
El agua tiene un papel fundamental en la vida del ser humano. La presente investigación trata de estudiar la realidad del agua en España, a partir del indicador denominado «huella hídrica». Se realiza una estimación de la «huella hídrica» española y
de sus implicaciones económicas y territoriales. Se analizan los recursos hídricos
utilizados en nuestro país, necesarios para satisfacer la demanda de bienes y de servicios consumidos, en el primer decenio del siglo XXI. Se distinguen dos componentes: la huella hídrica interna, que es el volumen de agua que se produce y consume
en España; y la externa, es decir, el agua utilizada fuera de nuestras fronteras, para
obtener productos que luego serán importados y consumidos por la población española, a la par que las desigualdades territoriales existentes, respecto de la «huella hídrica». La incertidumbre de las condiciones climáticas futuras juegan un papel
básico para la planificación de los recursos y las demandas reales de agua en las próximas décadas.
PALABRAS CLAVE: agua; huella hídrica; cambio climático; demandas de agua; desigualdades territoriales.
ABSTRACT:
Water plays a fundamental role in human life. This research seeks to explore the reality of water in Spain, using indicator called the «water footprint». It’s analyzed the
«water footprint» in Spanish territory and their economic and territorial consequences. We analyze water resources used in our country, needed to satisfy the demand for
goods and services consumed in this first decade of the XXI century. There are two
components: internal water footprint, which is the volume of water that is produced
and consumed in Spain and external water footprint, that is water used outside our
borders, for products that will be imported and consumed by Spanish population. It
also analyzes territorial differences in «water footprint». The uncertainty of future climatic conditions plays an important role in water resources and real demands planning in the coming decades.
KEY WORDS: water; water footprint; climate change; water demands; territorial disparities.
RÉSUMÉ:
L’eau joue un rôle fondamental dans la vie humaine. La présente recherche est une approche à l’étude de la réalité de l’eau en Espagne à partir de l’indicateur nommé «emEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201209
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preinte hydrique». On fait une estimation de l’empreinte hydrique espagnole et ses
implications économiques et territoriales. On analyse les ressources hydriques utilisées dans notre pays et qui sont nécessaires pour satisfaire la demande des biens et
services de consommation de la première décennie du XXIe siècle. On distingue deux
composants: l’empreinte hydrique interne qui désigne le volum d eau qui se produit
et se consomme en Espagne et l’empreinte hydrique externe, qui représente l’eau hors
de nos frontières, utilisée pour obtenir des produits qui seront postérieurement importés et consommés par la population espagnole, ainsi que l’existence des inégalités
territoriales en ce qui concerne l’empreinte hydrique. L’incertitude des conditions climatiques futures jouent un rôle essentiel dans la planification des ressources et des
demandes réelles en eau au cours des prochaines décennies.
MOTS CLÉS: eau; empreinte hydrique; changement climatique; ressources et demandes
en eau; inégalités territoriales.
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Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307
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El desarrollo regional en la República Popular China:
de la administración centralizada a la planificación
del desarrollo
Focusing on Regional Development of the People’s
Republic of China: from centralized administration
towards planning of development
JianNan Xu* y José Luis Yagüe Blanco**
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo principal de este artículo es dar una visión general del proceso de
toma en consideración de las regiones de la República Popular China (RPC).
Desde la llegada de la nueva estructura política comunista la división administrativa del sistema chino se ha ajustado constantemente y aunque esto ha provocado profundos cambios sociales hasta nuestros días, aún se continúa buscando
una reforma adecuada a los requerimientos del nuevo desarrollo. En este sentido,
si queremos evaluar con precisión los éxitos y los fracasos es necesario el conocimiento riguroso de los orígenes de la división actual y de los intentos previos
para regionalizar el país, principalmente desde el punto de vista de la división administrativa y de la política de desarrollo regional (Yagüe y Díaz-Puente, 2008).
A tal efecto, el análisis se divide en dos grandes períodos que ayudan a la
comprensión de esta evolución. Pero previamente es preciso realizar una
* Máster en Planificación y Gestión Sostenible de Proyectos de Desarrollo Rural. Universidad Politécnica de Madrid.
** Investigador contratado. Grupo de investigación en Planificación y Gestión Sostenible del
Desarrollo Rural-Local (GESPLAN), Universidad Politécnica de Madrid (joseluis.yague@upm.es).
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274 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
breve introducción histórica hasta el momento en que se funda la Republica
Popular China, lo cual nos permitirá conocer mejor la situación del país en la
fase inicial del período de análisis considerado.
En los cinco mil años de historia de China, tomamos los periodos de Primavera y de Otoño (770-476 a. C.) como punto de partida de la estructuración regional, cuando China inició un sistema de administración local. En el
año 221 a. C., el primer emperador de la dinastía Qin unió por primera vez
todo el territorio de China e implementó el sistema de prefecturas y de condados por toda la nación, dividiendo el país en 36 prefecturas (Bu, 2009). Desde
entonces, tanto el territorio como las divisiones administrativas de China han
experimentado constantes cambios en las dinastías siguientes, hasta que la dinastía Qing (1636-1911) estableció la base del territorio de China que hoy conocemos (Hu, 2006; Gernet, 2006 y 2008) (figura 1).
El perfil topográfico de este territorio se conforma por tres pisos que descienden de oeste a este. Empieza en el suroeste, en la meseta de Qinghai-Tíbet, de 4.000 metros de altitud, tradicionalmente la zona más pobre. Luego,
en la región central, la topografía desciende hasta las montañas y las cuencas
FIGURA 1
DIVISIÓN TERRITORIAL DE LA DINASTÍA QING (1840)
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201210
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 275
que se despliegan desde los 2.000 a los 1.000 metros sobre el nivel del mar.
Esa zona es rica en recursos minerales, pero son costosos de extraer y de
transportar. Seguidamente, desciende hacia el este, hasta las regiones y las llanuras por debajo de los 1.000 metros. Estas regiones orientales tienen condiciones naturales más favorables para la agricultura y el comercio, lo que
explica la mayor riqueza de esta región (Bao et al., 2002).
Desde la Guerra del Opio, declarada por Gran Bretaña en 1840, el gobierno
Qing fue invadido constantemente por fuerzas extranjeras, firmando muchas
cláusulas desiguales que ocasionaron la perdida de importantes territorios. En
1911 la Revolución Xinhai derrocó al Imperio y el año siguiente fue declarada
la República de China (1912-1949). En los primeros años de la República el
Gobierno Central fue débil e ineficaz, con docenas de «señores de la guerra»
ocupando el vacío político, a menudo apoyados por alguna potencia extranjera (Gernet, 2006 y 2008; Roux, 2006) (figura 2).
FIGURA 2
DIVISIÓN TERRITORIAL DE LOS PRINCIPALES «SEÑORES DE LA GUERRA»
EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA REPÚBLICA Y APOYO DE
LAS POTENCIAS EXTRANJERAS
Fuente: elaboración propia a partir de History Department of People’s Education Publishing House and
Education Map Centre of China Map Press, 2003; Williams y Dietz, 1989.
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201210
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276 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
A lo largo la década de los años veinte, diferentes facciones militares chinas
se encontraban en conflicto, mientras que Japón consolidaba su dominio al
norte de la región de Manchuria (1932) y a lo largo de la costa de China
(1937). Ya insertos plenamente en el conflicto mundial, el movimiento de resistencia protagonizado tanto por la facción nacionalista china como por la
comunista, provocaron la rendición de Japón en agosto de 1945, momento
que marca también el comienzo de la guerra civil en China. En noviembre de
1948, los comunistas liderados por Mao ZeDong tomaron el control del norte
del país y en enero de 1949, el Partido Nacionalista dirigido por Jiang JieShi se
retiró a Taiwán. El primero de octubre de 1949 se fundó la República Popular
China (Williams y Dietz, 1989; Gernet, 2006 y 2008; Roux, 2006).
Bajo estas condiciones de guerra e incertidumbre, la sociedad experimentó
dramáticas transformaciones cuyas consecuencias condicionaron la evolución
FIGURA 3
DIVISIÓN TERRITORIAL DE LA REPÚBLICA CHINA EN EL PERIODO 1912-1949
Nota: las provincias en color gris representan aquellas con cambios en sus límites en comparación con el
periodo anterior.
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009.
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 277
de la Republica Popular China en el futuro. A título de ejemplo —como se introdujo en la figura 2—, las fuerzas extranjeras siempre residieron en las zonas orientales y costeras por sus intereses comerciales. Sus negocios también
influyeron en el desarrollo económico local e industrial. Esto contribuye en
parte a explicar cómo la región costera del este de China presenta en la actualidad un mayor grado de desarrollo que la China media y occidental.
En cualquier caso, durante la mayor parte de su historia, la división administrativa de la República China se mantuvo como muestra la figura 3, que tomamos como punto de partida para el análisis. Hasta este momento más de
cuatro millones de kilómetros cuadrados del norte y del nordeste de China
fueron cedidos a Rusia; la provincia de Taiwán y otras islas a Japón, y el oeste
del Tíbet a la India. Finalmente el norte y el nordeste del país fueron divididos
en varias provincias en comparación con la dinastía Qing (Zhang, 1994).
2. EL PERIODO DEL MAO
El primer período contemplado abarca desde 1949 a 1978 y se caracteriza
por reformas drásticas en la división administrativa y por la unificación del
sistema financiero de ingresos y de gastos de acuerdo al nuevo sistema de administración centralizada (Chen y Zhang, 2009).
Aunque la República Popular China se fundó en 1949, la denominada Guerra de Liberación no terminó hasta 1952 (figura 4). En 1953, China formuló y
ejecutó el Primer Plan Quinquenal inspirado en la planificación central de estilo soviético. De 1958 a 1961, el Partido Comunista lanzó la campaña del
«Gran Salto Adelante» cuyo objetivo era desarrollar rápidamente la productividad social. En el mismo período, la producción en las zonas rurales fue
transformada profundamente con la campaña denominada «Movimiento de
Formación de Comunas de la Población Rural» que pretendía crear una comunidad igualitaria, media, justa y razonable sobre la base de una productividad que estaba infrautilizada. En los años de 1962-1966 Mao se retiró y China
experimentó una recuperación y una reorientación de las campañas políticas,
con un control más relajado. Pero en los siguientes diez años hasta 1976, Mao
regresó y puso en marcha la «Revolución Cultural», que incluía una serie de
campañas como la «Lucha Armada» y la «Destrucción de todos los Pensamientos Tradicionales, Culturas, Costumbres y Hábitos». Estas campañas dañaron seriamente el orden social y la vida normal hasta ese momento
(Williams, 1994; Editorial Committee on Party Literature of the Central Committee, 1993).
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ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201210
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278 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
FIGURA 4
AVANCE DEL TERRITORIO LIBERADO DURANTE LA GUERRA DE LIBERACIÓN
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 1995.
2.1. División administrativa 1949-1978
Según Dai (1999) el proceso de desarrollo de la división administrativa durante el periodo 1949-1978 se puede dividir en dos fases: formación de la estructura básica de la división territorial (1949-1958) y fase de la comuna
popular (1958-1978).
2.1.1. Formación de la estructura básica de la división territorial (1949-1958)
La división administrativa de la Republica Popular China al comienzo de
esta primera fase se muestra en la figura 5 (izquierda). En ella ya se recoge la
independencia de Mongolia Exterior —reconocimiento oficial por la República Popular China en 1946—, los efectos de la «Campaña de Reducción de
Provincias» —puesta en marcha después de la guerra chino-japonesa— y las
nuevas provincias que habían sido incorporadas (Zhang, 1994).
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FIGURA 5
CAMBIOS EN LA DIVISIÓN ADMINISTRATIVA EN 1949 Y 1951
Nota: la línea gruesa dibuja el nivel de regiones administrativas. Las provincias en color gris señalan aquellas que han cambiado sus límites en comparación con el periodo anterior.
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009.
Desde 1949 hasta la primera Constitución (1954), las modificaciones administrativas fueron constantes con el objetivo principal de establecer el
nuevo sistema administrativo, en el que se estableció como tarea principal
la consolidación de la gobernabilidad local a todos los niveles (Chen y
Zhang, 2009).
Así, en el año 1949, a fin de facilitar la dirección y la gestión en todo el
país, el Gobierno Central estableció seis grandes regiones administrativas en
el primer nivel de administración. El nivel de provincia se convirtió en el segundo, y se redujo su número (Dong y Liu, 2007) (figura 5, derecha). Hasta
finales de 1952 el país estaba dividido en 54 órganos a nivel provincial.
El establecimiento de grandes regiones administrativas era ventajoso para
la dirección unificada del poder político central bajo condiciones de guerra y
en el corto plazo. Pero en época de paz y a largo plazo era fácil que derivase a
situaciones que invitasen al separatismo. Por consiguiente, el Gobierno Central revocó las grandes regiones administrativas en 1954, a la vez que unificó
algunas provincias de pequeña escala (figura 6). Esta acción redujo tanto el
nivel administrativo como los gastos de gestión. Todas las municipalidades
excepto Beijing, Tianjin y Shanghai se delegaron a la jurisdicción provincial.
De esta manera el número de órganos a nivel provincial se redujo a 29 en 1959
(Dong y Liu, 2007) (cuadro 1).
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FIGURA 6
CAMBIOS EN LA DIVISIÓN ADMINISTRATIVA EN 1953 Y EN 1954
Nota: las regiones administrativas fueron derogadas en 1954. Las provincias en color gris señalan aquellas
que han cambiado sus límites en comparación con el periodo anterior.
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009.
En la fase de fundación de China, las zonas urbanas y rurales eran administradas por separado. El sistema urbano comprendía la municipalidad, la ciudad
de nivel local, la ciudad de nivel de condado, los distritos y las ciudades menores (towns). Todos los gobiernos de las ciudades gestionaban principalmente la
producción industrial. Otros órganos administrativos en el nivel de provincia
fueron los gobiernos rurales que incluían la oficina de representación del gobierno provincial (PGRO), el condado, la oficina distrital y las villas o pueblos;
todos ellos encargados de la gestión de la producción agrícola. En algunos casos
la PGRO y la ciudad a nivel local se ubicaban en el mismo lugar, y también algunos condados y ciudades a nivel de condado. En estos casos ninguno tenía el
control del otro y eran unidades al mismo nivel administrativo. Pero aparecieron algunos casos donde la ciudad «lideraba» al condado (City Leads County),
con el objetivo de resolver los problemas de abastecimiento de alimentos básicos que afectaban a algunas de las grandes ciudades (Hua, 2003). El esquema
básico de esta división administrativa de China se muestra en la figura 7.
En el sistema administrativo de China, el condado es el nivel administrativo más antiguo y estable. Iniciado por primera vez en el periodo de Primavera y Otoño (770-476 a. C.) su base original se mantuvo con algunos ajustes
moderados en este periodo. El primer aspecto que se trató en este nivel fue regular los condados que tenían un tamaño muy grande o muy pequeño, bien a
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FIGURA 7
ESQUEMA DE LA DIVISIÓN ADMINISTRATIVA CHINA
Notas: (1) El sistema autónomo no se detalla pero su estructura es similar a la provincial; (2) Oficinas desconcentradas del nivel superior; (3) la oficina distrital y el pueblo fueron sustituidos por la comuna durante el periodo de la Revolución Cultural (1966-1976), y recuperados en 1982; (4) el sistema de ciudades
liderando condados fue implementado para reducir las oficinas representativas del gobierno provincial.
Fuente: elaboración propia a partir de Constitution of People’s Republic of China, 1954-1982; Hua, 2003.
causa de la guerra u otras razones históricas. El segundo aspecto fue crear algunos condados nuevos dada la necesidad de desarrollo económico. Otra revisión fue la estandarización de la reforma. Así, todos los consejos que se habían
establecido durante el período de la República de China en las áreas minoritarias —y que de hecho funcionaban como condado—, se transformaron de manera efectiva en condados (Dai, 1999; Zhang, 1999).
El establecimiento del gobierno popular a nivel de los pueblos o villas se
inició en 1951. El Gobierno Central exigió disminuir el tamaño de la división
administrativa a este nivel con el fin de facilitar la gestión por parte de la población, asegurar una relación estrecha entre el gobierno y el pueblo, y mosEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
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trar claramente el nivel básico de la función de organización del gobierno popular, así como mejorar la eficiencia en el trabajo (Government Administration Council, 1951). Siguiendo esta orden cada provincia disminuyó el
tamaño de los pueblos y las pequeñas ciudades en general, tomando la población como estándar, cada uno tenía alrededor de 400 hogares. Después de que
los órganos a nivel de pueblo o villa se hicieran más pequeños, cada condado
pasó a gestionar en promedio cerca de 100 pueblos. Para aliviar las tareas administrativas del condado, se crearon las oficinas de distrito como representaciones del condado para gobernar varias aldeas. Hasta 1953 había alrededor
de 18.900 oficinas de distrito en todo el país.
Sin embargo, el incremento de las organizaciones administrativas también
aumentó el coste de la gestión y la carga para la nación, por lo que en 1953 comenzó el desmantelamiento y la fusión de pueblos a gran escala. En 1954, los
órganos a nivel de pueblo se redujeron aproximadamente hasta los 218.700,
que era aproximadamente el equivalente al nivel de 1951.
De acuerdo a la reglamentación de la Constitución de 1954 y con el fin de
satisfacer la necesidad de adaptarse al rápido desarrollo de la cooperación
agrícola, el Estado abogó porque cada pueblo o ciudad se ampliará a más de
900 familias en promedio. Así, desde finales de 1955, diversas regiones comenzaron a derogar las oficinas de distrito y a unir a los pueblos. A la vez que
se daba este proceso, el número de condados y PGRO también disminuyó
(Dai, 1999; Liu, 2006) (cuadro 1).
La primera Constitución también reguló que la división administrativa debía tener tres niveles: la provincia, el condado y el pueblo (CPRC, 1954). Sin
embargo debido a que la dimensión de las provincias era en general grande,
había dificultades para que el comité de nivel provincial gobernara directamente el condado por lo que la PGRO y la gran ciudad funcionaron como nivel local. Este sistema existía antes de la fundación de la República Popular
China y sigue estando vigente en la actualidad (Dai, 1999). En este periodo, el
sistema urbano experimentó una etapa de desarrollo estable, situación que se
refleja en las palabras de Mao en 1949:
«A partir de ahora, ha comenzado el tiempo del paso del campo a la ciudad y de
que la ciudad lidere el campo, el enfoque de trabajo del Partido ha cambiado del
campo a la ciudad […] Tenemos que poner esfuerzos inmensos para aprender a
manejar y construir la ciudad»1.
1 CPC News (1949, March 5): Second Plenary Session of the Seventh Central Committee. Disponible en: http://dangshi.people.com.cn/GB/165617/index.html (Fecha de consulta: 25/01/2012).
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Bajo la instrucción de estos pensamientos, el Estado estableció el gobierno
popular en las ciudades inmediatamente después de terminar la guerra, y promovió la restauración del orden urbano y la economía. Asimismo, con el fin de satisfacer las necesidades de desarrollo de la industria, el comercio, la minería y otras
industrias, el Estado fundó numerosas ciudades nuevas (Dai, 2000) (cuadro 1).
2.1.2. Fase de la comuna popular (1958- 1978)
Los veinte años de la segunda fase comenzaron en 1958 a partir del «Movimiento para Formar Comunas del Pueblo» y terminaron con la implementación
de la «Política de Reforma y Apertura» en 1978. Los cambios en esta fase implicaron la transformación radical del nivel de pueblos y ajustes parciales en otros
niveles. La mayoría de los cambios se vieron afectados por las políticas del
«Gran Salto Adelante» y las campañas de la «Revolución Cultural» (Dai, 1999).
En julio de 1969, el área de la Región Autónoma de Mongolia Interior sufrió
un cambio significativo. En ese momento, las relaciones entre China y la Unión
Soviética atravesaban por una fase de grave tensión. Por miedo a una potencial
guerra y para fortalecer la preparación de Mongolia, muchos de estos territorios
se incorporaron en las provincias vecinas, por lo que la frontera nacional en
Mongolia sufrió una reducción significativa (figura 8) (Galán, 1977; Yu, 1998).
FIGURA 8
CAMBIOS EN LA DIVISIÓN ADMINISTRATIVA EN 1964 Y 1978
Nota: las provincias en color gris señalan aquellas que han cambiado sus límites en comparación con el periodo anterior.
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009.
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Para satisfacer la necesidad de desarrollo de la cooperación agrícola y el desarrollo económico colectivo (Galán, 1977), se inició en 1958 el «Movimiento
de Formación de Comunas Populares Rurales» y todos los pueblos y las oficinas de distrito fueron cambiados para uniformizar las comunas. La comuna
popular es la unidad básica de la combinación de los trabajadores, los campesinos, los comerciantes, los estudiantes y los soldados en la estructura social
socialista; también es la unidad básica de organización política socialista. De
acuerdo con un estándar de gran tamaño y de naturaleza colectiva, una comuna popular tenía unos 6.000 ó 7.000 hogares, aunque en algunos casos llegaron incluso a los 20.000 (Liu, 2006; Resolutions on People’s Communes,
1958). A finales de 1958, la nación en conjunto había creado 26.578 comunas
populares, las cuales eran igual al tamaño de tres municipios originales, como
promedio. Dicho tamaño, obviamente, era grande para las condiciones del
transporte y de las comunicaciones en ese momento, por lo que se ajustó gradualmente (Dai, 1999) (cuadro 1).
Por otro lado Mao siempre dio gran importancia al desarrollo industrial
(Ba, 1993) y en 1958 copió el método japonés de creación de industrias en las
zonas rurales, comenzando a desarrollar la industria en los niveles provincial,
local y de condado. Animados también por los grandes objetivos y el alarde
del «Gran Salto Adelante», se iniciaron proyectos industriales en la mayor
parte de las 183 grandes ciudades y en las más de 2.000 pequeñas ciudades
que se repartían por todo el país. Bajo este esquema, se suponía que ciudad e
industrialización eran lo mismo, lo que consecuentemente condujo al establecimiento de muchas ciudades nuevas (Dai, 1999 y 2000). Al mismo tiempo
los programas industriales se estaban realizando también en los condados. En
este proceso de cambio los condados agrícolas se transformaron en condados
industriales, a fin de lograr objetivos como facilitar la explotación conjunta de
los recursos, mejorar el poder económico de los condados, etc... Un gran número de condados se unieron en este período conocido como Combine Big
Counties. A medida que la campaña reducía el número de condados, las PGRO
también se unieron o fueron revocadas (Zhang, 1999).
Al comienzo de este período, con el propósito de que la ciudad pudiese desempeñar un papel de liderazgo en la industrialización rural y que las zonas
rurales pudiesen garantizar el abastecimiento alimentario de la ciudad, la implementación del sistema City Leads Counties se amplió y se desarrolló rápidamente (ver nota 4 de la figura 7). Así, a finales de 1960, 50 ciudades de nivel
local y 2 municipios lideraban 237 condados. Sin embargo desde la época de
los desastres naturales la PGRO fue restaurada de manera general y para el
año 1965 quedaban solo 24 ciudades liderando 61 condados (Zheng, 2009).
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38
12
Provincia
Municipalidad
68
349
?
?
?
Condado
CLC
Distrito
Ofic. Distrital
Villa
Ciudad
?
?
?
13
40
6
18,330
62
1941
82
187
13
41
6
18,900
794
19
1941
116
156
14
33
6
821
22
1998
141
151
3
28
19,400-8500
822-388
2003-1974
151-140
3
29-27
1955-57
+-3625
218,400 275,200 225,884 218,700 220,466-98,900
?
38
2092
86
193
13
40
6
1954
375
99
1598
78
116
2
27
1960
26,578-25,450 24,317
377-357
1628-1569
121-119
2
28-27
1958-59
57,855
505
1853
143
2
27
1961
Desastres Naturales
356
1962
148
2
27
1962
80,956
338
99
1927
76
146
2
27
1963
Revolución
Cultural
93
1927
73
146
2
27
2004-2006
+-170
2
27
+-100
+-2010
+-85
174
3
27
1964 1965-66 1967-77
Ajuste, Consolidación,
Enriquecimiento, Mejora
Fuente: Department of Civil Administration of the People’s Republic of China, 1986-2006 y 1998.
Notas: se utilizan las siguientes siglas y nomenclatura: RAE, Región Administrativa Especial; ORGP, Oficina Representativa del Gobierno Provincial;
CLL, Ciudad de nivel local; CLC, Ciudad de nivel condado; , señala la existencia del nivel administrativo pero con ausencia de información cuantificada; +-, indica cifra aproximada. Tanto en el cuadro 1 como en el cuadro 2 se incluyen los mismos niveles administrativos para facilitar la comparación.
Este artículo solo recoge la estructura principal, pero la situación real es más compleja llegando a identificarse un total de 49 categorías diferentes.
Comuna
55
1068
CLL
185
ORGP
RAE
6
Región
1952
1953
1951
1949
1950
Primer Plan Quinquenal
Guerra de Liberación
Campaña Reducción Provincias
Gran Salto Adelante
Combine Big
Counties
Creación de Comunas Rurales
CAMBIOS EN LOS NIVELES ADMINISTRATIVOS Y POLÍTICAS DE REFERENCIA DURANTE EL PERIODO 1949-1977
CUADRO 1
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286 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
Debido a la demanda industrial de trabajadores, una gran cantidad de campesinos comenzaron a trabajar en las fábricas o se mudaron hacia las ciudades
y los pueblos. La alta tasa de crecimiento de la población urbana, unido a los
tres años de desastres naturales (1959-1961), provocaron que la demanda de
alimentos superara la capacidad de la oferta agrícola. Así, en 1961, el Comité
Central llevó a cabo el principio de «ajuste, consolidación, enriquecimiento y
mejora», para corregir estas dinámicas. Así, en los cinco años anteriores a la
«Revolución Cultural», se adoptaron una serie de medidas para regular los
proyectos industriales, para reducir la población urbana y para revocar ciudades y pueblos no calificados. En 1965 el número de ciudades y pueblos disminuyeron, los condados superaron los 2.000 y las PGRO fueron reinstauradas y
conocieron un incrementado de su número (Dai, 1999 y 2000) (cuadro 1).
Con la «Revolución Cultural» (1966-1976) la economía nacional sufrió
graves daños, especialmente en los aspectos industriales, cuya fluctuación limitó en gran medida el desarrollo de las ciudades. A la vez la tendencia ultraideológica influyó en la no construcción de zonas urbanas. Todas las fábricas
que se levantaron entre 1966 y 1971 se encuentran en las zonas de montaña
(Dai, 2000). En conjunto el número de ciudades fluctuó durante el período de
la «Revolución Cultural», si bien en este aspecto la ausencia de información
es palpable. Destacar también que durante el período de la Revolución Cultural la PGRO se constituyó como un nivel oficial de acuerdo con la Constitución de 1975, por lo que el sistema administrativo se convirtió oficialmente en
uno de cuatro niveles (Constitution of People’s Republic of China, 1975; Dai,
1999; Chen y Zhang, 2009).
2.3. Desarrollo regional equilibrado
En este período el desarrollo de China se basó en el principio de equidad.
Las políticas del Gobierno trataron de eliminar las diferencias en el ingreso y
en el crecimiento entre los grupos de población, las clases y las regiones.
En particular cabe destacar como el desarrollo de las ciudades costeras de
China se estancó durante este período por dos razones. En primer lugar,
China tenía limitada interacción económica con el exterior. Durante la era de
la Guerra Fría, el comercio exterior de China se limitó al interior del bloque
socialista soviético, además, se vivieron situaciones de gran tensión entre los
comunistas chinos y los nacionalistas, especialmente a lo largo del estrecho de
Taiwan. Asimismo, después de la ruptura con la Unión Soviética a inicios
de la década de los sesenta, China mantuvo una política de puertas cerradas y
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 287
se aisló de la economía mundial. La segunda razón es que la economía china
se guió por una política de desarrollo dirigida a la industria pesada que acaparó las prioridades en la asignación de recursos a expensas de las industrias
de la luz y los sectores del comercio y de las finanzas. La política de la industria pesada fue especialmente desalentadora para el crecimiento de las ciudades costeras, como el comercio, las finanzas y el entretenimiento fueron los
principales sectores económicos de este último (Sun y Yan, 1999; Gernet,
2006 y 2008).
En conjunto, durante los treinta años que se desarrollan entre 1949 y 1978,
China estuvo explorando constantemente un sistema territorial más razonable
para una administración eficiente. La categoría y la cantidad de los órganos
administrativos fueron ajustadas continuamente para lograr este propósito.
Aunque se cometieron errores, podemos decir que se fue acumulando experiencia para conseguir orientar el desarrollo en el período siguiente.
3. ÉPOCA DE LA REFORMA Y DE APERTURA
El segundo período analizado se desarrolla desde 1978 hasta la actualidad,
durante el cual China está experimentando un cambio gradual desde una sociedad rural, austera y autosuficiente hacia una sociedad urbana, de consumo
y más abierta (Fabre, 2002). Con moderados ajustes en la división administrativa y con un núcleo importante de actuaciones en cuanto a la descentralización administrativa el sistema de responsabilidad fiscal, el sistema de división
de los impuestos y el sistema de personal, este período implica una descentralización multi-nivel del sistema administrativo, (Chen y Zhang, 2009).
Cuando Mao muere en 1976, Deng Xiaoping se convierte en el líder supremo de China. Deng aplicó la política de «Reforma y Apertura» en 1978,
desde entonces, el enfoque de trabajo del Partido pasó de la lucha de clases a
la construcción económica como tarea principal (Fan, 1997). En 1979 el Gobierno Central, Guangdong y la provincia de Fujian decidieron experimentar
la política de «Zona Económica Especial» con el propósito de implementar
políticas especiales y medidas flexibles en las actividades económicas de cara
al exterior. En 1984 China cambió el sistema social de una economía de planificación socialista a un camino de desarrollo de la economía socialista de
mercado. Hong Kong fue reintegrado a China por Gran Bretaña en 1997 y
Macao por Portugal en 1999, lo que puso en práctica el concepto de Deng
«Un País, Dos Sistemas» (Editorial Committee on Party Literature of the
Central Committee, 1993). En 1999, el Comité Central anunció la nueva poEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
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288 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
lítica de «Desarrollo Occidental» para impulsar el crecimiento de esta región,
lo que también simbolizaba que China comenzaba a luchar contra las diferencias de desarrollo cada vez mayores entre sus regiones. El impuesto agrícola
fue abolido en todo el país en 2006, reduciendo la carga de los campesinos y
tratando de disminuir la disparidad entre las zonas urbanas y las rurales
(Guo, 2007; Roux, 2006).
La República Popular China terminó así con el periodo de aislamiento y
el desarrollo económico ineficiente de Mao. La política de Deng reintrodujo
a China en las relaciones internacionales y logró un rápido crecimiento económico. Pero la política de desarrollo desigual de Deng también dio lugar a
una creciente diferencia de desarrollo entre las zonas costeras y las del interior. El Séptimo Plan Quinquenal se hacía eco de esta situación y recomendaba que las inversiones en la zona del interior aumentaran una vez más
(Fan, 1997).
3.1. División administrativa
En este período hay dos cambios principales de la división administrativa.
El primero es la transformación de la comuna popular. El segundo consistió
en fusionar la PGRO con la ciudad con la que compartía nivel, o bien transformarla en ciudad. Este último proceso comenzó en 1982 y ha continuado hasta
el presente (Dai, 1999).
Por otra parte se realizaron nuevos cambios administrativos en el nivel de
la provincia: en 1979 fue devuelta a la Región Autónoma de Mongolia Interior
la parte del territorio que había sido incorporada a otras provincias (Yu,
1998); con el fin de mejorar el desarrollo de la región costera de China fue establecida en 1984 la provincia de Hainan; el municipio de Chongqing fue
creado en 1997 para acelerar la exploración y el desarrollo del oeste de China
y finalmente, tal y como se ha referido, se establecieron las regiones administrativas especiales de Macao y Hong Kong en 1997 y 1999 (Qu y Chai, 2009).
El resto de la división administrativa de China a nivel provincial se mantiene
sin cambios (figura 9).
La política de «Reforma y Apertura» partía de la innovación del sistema
económico en el área rural, que fue la aplicación del «Sistema de Contrato con
Remuneración Ligada a los Resultados». Sustituía a la comuna popular, que
encarnaba la unidad de política y economía, y que restringía el entusiasmo
productivo y la iniciativa de los campesinos (Constitution of People’s Republic of China, 1982; CPC Central Committee - State Council, 1983a y 1983b).
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FIGURA 9
DIVISIÓN ADMINISTRATIVA DESDE 1999 HASTA LA ACTUALIDAD
Nota: Las provincias en color gris señalan aquellas que han cambiado sus límites en comparación con el periodo anterior.
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009.
De este modo la eliminación de las comunas y la construcción de pueblos
avanzó en toda la nación. En este proceso, el tamaño de los pueblos disminuyó y las oficinas de distrito se reinstauraron. El número de pueblos llegó a
85.200 y surgieron más de 8.100 oficinas de distrito. Después de un año de
operación, muchos pueblos en la mayoría de los lugares eran demasiado pequeños, por lo que comenzó de nuevo un proceso de cancelación de oficinas
de distrito y de unión de pueblos. A finales del año 1986, estos últimos habían
disminuido a cerca de 58.400. En el procedimiento de cancelación de las comunas, en los lugares con buenas condiciones económicas se convirtieron en
pequeñas ciudades, por lo que su número se elevó de 2.173 en 1978, a 20.600
en 2002 (Dai, 1999; Liu, 2006) (cuadro 2).
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*
2173-
Villa
Ciudad
Comuna
*
552-651
141-279
650-706
189-427
737
437
1516
227
66
1
4
28
1998
749
427
1510
236
58
2
4
28
1999
20,312
23,199
787
400
1,503
259
37
2
4
28
2000
20,358
18,847
27
808
393
1,489
265
32
2
4
28
2001
20,600
17,196
66
830
381
1,470
275
22
2
4
28
2002
20,226
16,636
26
845
374
1,464
282
18
2
4
28
2003
19,892
16,130
20
852
374
1,464
283
17
2
4
28
2004
19,522
14,677
11
852
374
1,464
283
17
2
4
28
2005
19,369
14,119
10
856
369
1,463
283
17
2
4
28
2006
283
?
2
4
28
2007
Fuente: Department of Civil Administration of the People’s Republic of China, 1986-2006 y 1998.
Notas: Se utilizan las siguientes siglas y nomenclatura: RAE, Región Administrativa Especial; ORGP, Oficina Representativa del Gobierno Provincial;
CLL, Ciudad de nivel local; CLC, Ciudad de nivel Condado; ; señala la existencia del nivel administrativo pero con ausencia de información cuantificada; +-, indica cifra aproximada. *Las villas y las oficinas distritales fueron recuperadas desde 1982; las comunas fueron derogadas en 1985. En este
periodo el sistema administrativo es más sencillo que en el correspondiente al cuadro 1, con 23 categorías en total.
*
+-520
Distrito
Ofic. Distrital
93-133
1714-1542
222
CLC
1942-1723
218
+-2000
187-210
Condado
145-185
+-100
79
CLL
113-86
4
72
138-113
3
28
1997
+-170
3
28
1996
ORGP
3
28
1991-95
1
3
Municipalidad
27-28
1983-90
RAE
27
Provincia
Región
1978-82
Desarrollo Occidental
Un País, Dos Sistemas
Reforma y Apertura; Zonas Económicas Especiales
CAMBIOS EN LOS NIVELES ADMINISTRATIVOS Y POLÍTICAS DE REFERENCIA DURANTE EL PERIODO 1978-2007
CUADRO 2
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290 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 291
Junto con el avance de la «Reforma y Apertura» el conflicto que suponía
que la PGRO y la ciudad se ubicasen en el mismo lugar fue en aumento, el sistema de gestión trabajó con muchos contratiempos y muchos gastos administrativos en vano. Las notificaciones de 1982 y de 1983 indicaron que la
siguiente reforma debería tomar las ciudades económicamente desarrolladas
como el centro y la vasta zona rural como base para desarrollar el sistema City
Leads County gradualmente, con el fin de combinar fuertemente las zonas urbanas y rurales (Zheng, 2009). Esta reforma tuvo dos modelos principales: en
el caso de que la PGRO residiese en una ciudad a nivel local, se combinaba
con esta última manteniendo la ciudad; en el caso de que la PGRO residiese
en una ciudad de nivel de condado ambas eran suprimidas para formar una
ciudad a nivel local (State Council, 1986; Dai, 1999).
Según los datos disponibles de 2001, 153 de las 265 ciudades a nivel local
dirigían 1.445 condados. Desde la reforma iniciada en 1982 el número de
PGRO se redujo en gran medida de 170 a 17 en 2006 (Li y Deng, 2009;
Zheng, 2009). Esta reforma explica en parte por qué el número de ciudades a
nivel de condado se redujo desde 1998. Al mismo tiempo, una gran cantidad
de ciudades a nivel de condado fueron ajustadas a distritos de ciudades de nivel local, lo que también redujo el número de ciudades a nivel de condado
(Qu y Chai, 2009).
Pero junto con el desarrollo de la comercialización, la industrialización y
las empresas del mundo de la información, las desventajas del sistema City
Leads County llegaron a ser muy importantes. Este sistema reducía el poder de
decisión a nivel de los condados, pero incrementó las diversas autoridades administrativas de las ciudades del nivel local. En algunas regiones existía el fenómeno denominado como «Pequeños Caballos Arrastrando Grandes Carros»
por el cual las ciudades a nivel local no son capaces de irradiar y estimular el
desarrollo económico del condado. Por lo tanto, varios lugares comenzaron a
explorar un nuevo sistema de Province Leads County. En 2009, el Gobierno
Central comienza a impulsar el sistema de finanzas de este nuevo enfoque,
avanza con la reforma experimental de «Expandir un Poder Fuerte del Condado», promueve las provincias con buenas condiciones para reducir los niveles administrativos y explora legalmente el sistema Province Leads County (Li y
Deng, 2009; Ministry of Finance, 2009).
3.2. Estrategias para el Desarrollo Regional
Desde la «Reforma y Apertura» las tendencias del desarrollo regional pueden
resumirse en dos estrategias: por un lado la estrategia de prioridad hacia la costa y
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292 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
por otro, la lucha contra la brecha creciente entre la China oriental y la occidental
y entre las regiones urbanas y las rurales (Feng, Wu y Zhu, 2008; Fabre, 2002).
3.2.1. Estrategia de prioridad hacia la Costa
Después de 1978 se acusó al excesivo énfasis por la equidad de ser un obstáculo contra el desarrollo económico. Por lo tanto el Gobierno Central
adoptó una política para permitir que algunas personas y algunas regiones pudiesen enriquecerse por encima de la media (Sun y Yan, 1999). China desplazó el énfasis de ubicación del desarrollo a la región costera, a ciudades que
proporcionaban una buena conexión con la economía mundial, fácil acceso a
los recursos marinos y mejores condiciones económicas. A finales de la década de 1970 el Gobierno estableció cuatro zonas económicas especiales a lo
FIGURA 10
LOCALIZACIÓN DE LAS CUATRO ZONAS ECONÓMICAS ESPECIALES Y LAS
CATORCE CIUDADES COSTERAS ABIERTAS
Fuente: Sun and Yan, 1999.
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 293
largo de la costa de Guangdong y Fujian (Han y Wong, 1994). A principios de
1980, a 14 ciudades de la costa les fue concedido el estatuto de «Ciudades
Costeras Abiertas» (figura 10). Las especiales políticas favorables dadas a estas ciudades, incluyendo un menor control del Gobierno Central e incentivos
a la inversión, han llevado a un rápido desarrollo a lo largo de toda la costa y
desde entonces han actuado como motores del desarrollo económico (Yeung y
Hu, 1992; Fan, 1995; Lin, 1995; World Bank, 1997).
Por otro lado, en la Ley de Planificación Urbana aprobada por el Consejo
de Estado en 1989 (Ministry of Construction City Planning Division, 1990),
se requiere a los gobiernos de los distintos niveles tener un plan regional para
el desarrollo de las ciudades y de los pueblos dentro de su área de jurisdicción. Los ejemplos de planificación del sistema urbano incluyen las «Estrategias de Desarrollo Urbano alrededor del mar de Bohai» y el «Plan del Sistema
Urbano en el delta del río Perla». Estos documentos han servido a las ciudades como directrices para políticas integradas en la formulación de sus estrategias y en el diseño de sus planes de desarrollo. También han jugado un
papel importante en la coordinación de los programas regionales. Las ciudades costeras también comenzaron a hacer hincapié en las variedades de la
planificación del uso del suelo zonificando en áreas de la costa propicias para
el turismo, como áreas recreativas o parques, a la vez que aquellas con buenas condiciones portuarias se zonificaban para puertos y embarcaderos (Sun
y Yan, 1999).
3.2.2. Combatiendo la ampliación de la brecha de desarrollo
En el Séptimo Plan Quinquenal (1986-1990) China propuso un gradiente
de desarrollo económico regional y empezó por dividir el país en tres zonas
económicas diferentes (figura 11). Las tres zonas económicas representan el
nivel más alto de China en cuanto a división económica, presentando de
forma objetiva las graduales diferencias regionales y la tendencia general del
desarrollo económico regional. Además representan el cambio estratégico de
China por combatir la brecha entre las regiones (China Map Press, 2009).
Al mismo tiempo que se aceleró el paso de las reformas en la región costera, también comenzó el proceso de apertura en el interior (Chen, 1999).
Tomando el costo de la zona oriental como base y apoyo de la tecnología,
China podría invertir los recursos centrales y mejorar el desarrollo de la región occidental (Fourth Conference of the Sixth National People’s Congress,
1986/Marzo; China Map Press, 2009).
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FIGURA 11
DIVISIÓN EN TRES ZONAS ECONÓMICAS DEL SÉPTIMO PLAN QUINQUENAL
(1986-1990)
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009/September 16.
Mientras que las regiones costeras adquirían un crecimiento más rápido la
diferencia entre la región oriental y occidental se amplió considerablemente
(Fan, 2004). Sobre la base de esa situación, el Gobierno Central ajustó y mejoró constantemente la estrategia de desarrollo regional y abrió progresivamente la región del medio oeste. En 1999, el Comité Central anunció la nueva
política de «Desarrollo Occidental» para impulsar el crecimiento de esta región. Se hacía hincapié en los actuales y en los futuros proyectos de desarrollo
de los transportes, de las industrias y de la explotación y la transmisión de los
recursos energéticos (CPC Central Committee - State Council, 1999). Hasta
ahora los grandes proyectos del ferrocarril Qinghai-Tíbet, el transporte de gas
natural, la distribución de electricidad del oeste al este y desvío de agua de sur
a norte han avanzado sin problemas.
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FIGURA 12
REVISIÓN DE LAS TRES ZONAS ECONÓMICAS INCLUYENDO LA REGIÓN
OCCIDENTAL
Fuente: elaboración propia a partir de CPC Central Committe & State Council, 1999; China Map Press,
2009.
Con la propuesta de «Desarrollo Occidental», la división de las tres zonas
económicas también se revisó (figura 12). Puesto que China ocupa extensos territorios, dentro de cada una de las tres zonas económicas el estado, el carácter
y la situación del desarrollo económico son diferentes. En consecuencia, en el
Noveno Plan Quinquenal (1996-2000) China dio un paso más para dividir a la
nación en siete zonas económicas, de tal modo que cada zona pudiese desarrollarse de acuerdo con su carácter propio y su situación (Fourteenth CPC Fifth
Plenary Session, 1996; China Map Press, 2009) (figura 13).
La zona I es la zona económica de Bohai: teniendo como núcleo a Beijing,
se compone de estas áreas cruciales que la política nacional orienta al desarrollo. La zona II es la zona económica noreste: sus factorías de petróleo y de proEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
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296 JIANNAN XU Y JOSÉ LUIS YAGÜE BLANCO
FIGURA 13
SIETE ZONAS ECONÓMICAS DEFINIDAS EN EL NOVENO PLAN QUINQUENAL
(1996-2000)
Fuente: elaboración propia a partir de China Map Press, 2009/September 16.
ductos químicos, sus equipos de minería, de electricidad y de transporte, son
las de mayor importancia en el país. La zona III es la zona económica de la ribera y delta del río Yangzi y constituye el núcleo de la economía y de la tecnología en el país. Basada en la prevalencia de los recursos agrícolas locales,
dominada por las industrias ligeras y textiles pero también con bastantes industrias pesadas, esta zona cuenta con un sistema integral de desarrollo económico. La zona IV es la zona económica central: es la región de transición
entre las zonas económicamente desarrolladas y el oeste. Con condiciones naturales muy favorables, esta zona mantiene una importante base agrícola. La
zona V es la zona económica de la costa sureste: es la primera línea de la políEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 297
tica de «Reforma y Apertura», las zonas económicas especiales se encuentran
aquí y el nivel de ingresos es el más alto de todo el país. La zona VI es la zona
económica suroeste: tiene una cartera de recursos potenciales pero adolece de
falta de explotación. La zona VII es la zona económica noroeste: su entorno
ecológico es muy frágil pero cuenta con abundantes recursos naturales, especialmente recursos de energía y de minería. Muchas minorías nacionales viven
aquí y el nivel de desarrollo económico en su conjunto es bajo (Fourteenth
CPC Fifth Plenary Session, 1996; China Map Press, 2009).
En los últimos años, las tendencias en la planificación regional han cambiado desde el auto-desarrollo a la interacción multilateral; de la convergencia
de la industria a la dependencia funcional; de la simple planificación de metas
económicas a la planificación global de multi-objetivos y a la planificación regional integrada y el desarrollo urbano-rural coordinado (Feng, Wu y Zhu,
2008). El modelo de planificación del territorio ha pasado a organizar adecuadamente los puntos, las líneas y las áreas2, y a optimizar la estructura espacial
mediante una adecuada combinación de estos tres elementos (Roberts y Murray, 2002; Chang, 1997; Lu 1995).
Un ejemplo para explicar la madurez de la ordenación del territorio chino
después de la política de «Reforma y Apertura» lo constituye la planificación
del delta del río de la Perla en donde se pone de manifiesto el buen funcionamiento de la teoría de la gobernabilidad espacial en las aglomeraciones urbanas. La gobernabilidad es la expansión y el desarrollo de una gestión moderna
que hace hincapié en la comunicación, la coordinación y la cooperación de
múltiples estructuras o varios grupos con el fin de promover la cooperación y
el desarrollo interregional o inter-industrial (Feng, Wu y Zhu, 2008).
El delta del río Perla es una de las primeras áreas en las que se implantó la
reforma orientada al mercado en la década de 1970. Desde entonces, este espacio se ha convertido en una de las regiones más urbanizadas del país y con
mayor grado de concentración de factores económicos. Aunque la competencia de la región central se ha formado y tiene su propia posición en tanto relación de producción interna e internacional y de servicios, el desarrollo
acelerado de la economía urbana ha traído un gran número de problemas
como el incremento de la brecha social urbano-rural, el consumo elevado de
recursos, el deterioro ecológico y la competencia desordenada entre las ciudades de la región (Chun, 2006). Para resolver estos problemas, una de las solu-
2 Puntos: asentamientos, bases industriales y centros; Líneas: canales de transporte y corredores ecológicos; Áreas: zonas con ciertas funciones territoriales
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ciones es la gobernabilidad espacial a través de la zonificación de las políticas
que se lleva a cabo en el «Plan de Desarrollo de Coordinación de Aglomeración Urbana del delta del río de la Perla (2004-2020)». El esquema consiste en
dividir toda la región en nueve categorías de zonas y aplicar las políticas correspondientes, basándose en la economía, la sociedad, el medio ambiente, la
industria, las condiciones de transporte de cada sitio y su impacto económico
y social en el desarrollo general de toda la región (Gobierno Popular de la provincia de Guangdong, 2005) (figura 14).
Esta política regional en el delta del río Perla pretende alcanzar objetivos
que incluyen el desarrollo de la economía, el progreso social, el uso sostenible
de los recursos, la conservación ecológica, el desarrollo sostenible… e intenta
FIGURA 14
NUEVE ZONAS DE APLICACIÓN DE POLÍTICAS EN EL DELTA
DEL RÍO DE LA PERLA
Fuente: Xu, J. y People’s Government of Guangdong Province, 2005.
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EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA... 299
encontrar un equilibrio entre el mercado y la gestión de gobierno, la equidad y
la eficiencia del desarrollo regional (Feng, Wu y Zhu, 2008).
El Undécimo Plan Quinquenal (2006-2010) ha supuesto el último avance,
dividiendo el espacio de todo el territorio nacional en cuatro tipos de regiones
funcionales: el área de desarrollo óptimo, el área clave de desarrollo, el área de
desarrollo limitado y el área de desarrollo prohibido. Los principales objetivos
de esta división son aliviar el problema de la gradualmente agravada limitación de los recursos y el medio ambiente; la separación adecuada de la división administrativa, mejorando la gestión espacial del territorio nacional y
planificar la región en su conjunto para mejorar la eficiencia del desarrollo.
Este es un paso más de China para estandarizar las órdenes en el desarrollo espacial y formar estructuras racionales para la regionalización (Fourth Conference of The Tenth National People’s Congress, 2006).
Sigue el principio de que una región tiene principalmente tres tipos de funciones: económica, social y ecológica. Estos grandes ámbitos funcionales fomentan sus propias fortalezas y limitan las debilidades, eligiendo los enfoques
de desarrollo más adecuados a sus necesidades. Esto evita la sobreexplotación
de los recursos y el daño al medio ambiente, y desempeña un papel vital en la
consecución de equilibrio espacial para el desarrollo regional sostenible (Ma y
Li, 2009). Con este plan se plantea que la zonificación por funcionalidades
pone el énfasis en la orientación del doble objetivo de la igualdad y de la eficiencia que anteriormente habían sido tratados de manera excluyente. Por un
lado, es beneficioso para mejorar la competitividad internacional de China,
fortaleciendo la capacidad de desarrollo de las zonas de aglomeración urbana
a través de la optimización y el crecimiento. Por otro lado, mejorando la calidad de vida de las personas en las zonas donde el desarrollo esté prohibido o
restringido, por medio de transferencias financieras, es beneficioso para la reducción de disparidades regionales en los servicios públicos básicos y la consecución de la igualdad en términos de desarrollo (Fan y Li, 2009).
4. CRECIMIENTO ECONÓMICO Y DESARROLLO REGIONAL
El ascenso de China como potencia económica mundial comenzó con el
periodo de la «Reforma y Apertura» en la zona costera (Cabrillac, 2003; Gipouloux, 2005). Desde entonces el país ha confiado principalmente en las exportaciones emitidas desde este espacio para garantizar el crecimiento, basado
principalmente en su casi ilimitado aporte de mano de obra barata. Con su acceso a la Organización Mundial de Comercio en 2001, una cuarta parte del
crecimiento de China se generó por las exportaciones y las inversiones ligadas
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a ellas. China se convirtió no solo en el eje de la división del trabajo en Asia,
sino en una fábrica mundial. Y su crecimiento está trayendo cambios en la
economía mundial y en las relaciones internacionales (Fabre, 2009; Gaulier,
Lemoine y Ünal-Kesenci, 2006, 2007 y 2011).
Pero el fuerte crecimiento económico de China se asoció con una aceleración de su comercio exterior y con un crecimiento de los desequilibrios internos. La crisis asiática de los años noventa y la crisis mundial que explotó a
finales de 2008 han revelado la vulnerabilidad del modelo de crecimiento del
país. La economía china mantiene una fuerte dependencia de los mercados exteriores y tiene que cambiar progresivamente hacia un modelo de crecimiento
centrado en la demanda interna. Sin embargo este proceso llevará tiempo
(Gaulier, Lemoine y Ünal-Kesenci, 2011).
El mayor impacto de la crisis ha sido en las pequeñas y medianas empresas
con mano de obra intensiva orientadas a la exportación, situadas en la zona
costera y vulnerables a los cambios del mercado (Gaulier, Lemoine y Ünal-Kesenci, 2007). Los flujos de trabajadores emigrantes procedentes de las provincias del interior se están revertiendo. La situación, sin embargo, es menos
dramática para los sectores de alto valor añadido. Las autoridades nacionales
están usando abiertamente esta oportunidad para reestructurar la economía,
esta vez en favor de los sectores intensivos en tecnología y de mayor valor
añadido, y para organizar el retorno de emigrantes a sus provincias de origen
con el fin de fomentar el desarrollo de las regiones más pobres (Fabre, 2009).
La cuestión relevante es que China ha elegido la política rural como el
principal nivelador de la demanda interna: el consumo rural representa cerca
de un tercio del total, a pesar de que la población que aún vive en el campo es
el 60%. En este sentido, en 2008, China adoptó una nueva reforma extendiendo los contratos de arrendamiento de las tierras a los agricultores desde el
tipo de 30 años a uno abierto y protegiendo los derechos de uso de las tierras,
incluyendo el derecho de transferencia. Ante la situación de años recientes, en
la que gran cantidad de tierras cultivables habían sido abandonadas o sub-explotadas —unos 130 millones de personas emigraron a las ciudades para trabajar en las fábricas o en el sector de la construcción—, la nueva política
puede permitir a los agricultores usar sus tierras como aval para acceder a crédito o alquilarlas cuando migran. La adopción de esta nueva política puede incrementar los ingresos rurales, disminuir la brecha entre el sector urbano y
rural, estimular la urbanización sobre una base sólida e incrementar la productividad y contribuir a disminuir la polarización social actual, en la que el
10% de las familias más ricas poseen más del 40% de la riqueza, y el 10% de
los más pobres solo el 2% (Fabre, 2009).
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5. CONCLUSIONES
En primer lugar se quiere precisar que el desarrollo regional en China tiene
como objeto de preocupación otros temas como la política militar y de defensa (Brisset, 2002; Cabestan, 2009), en la que está incluida la preocupación
sobre la reunificación de Taiwan (Cabestan y Vermander, 2005; Cabestan,
2007). Sin embargo estos aspectos no han sido tratados en este artículo.
Un primer análisis de cómo ha sido la toma en consideración de la cuestión regional en la República Popular China nos muestra que el principal
error cometido es la dinámica de continua corrección del sistema: cuando una
innovación estaba en curso han surgido nuevos problemas y volvía a recuperarse la vieja estructura o se volvía a modificar. Así que la cuestión más importante a la que hay que prestar atención en el futuro proceso de desarrollo
regional son las condiciones específicas de cada región cuando se inicia una
reforma, evitando proyectos generalistas e incluso el establecimiento de la
misma norma para toda la nación, ya que China en sí misma es una realidad
altamente compleja. Por ejemplo, la reforma actual del sistema Province Leads
County, es beneficiosa para algunas regiones a fin de que puedan disminuir los
niveles administrativos, y consecuentemente reducir el gasto administrativo.
Sin embargo, en algunas regiones con gran territorio y población no puede ser
aplicado, ya que es muy difícil para una provincia gobernar demasiados condados. La solución en este caso podría pasar por mantener su sistema City Leads County o bien dividir la provincia en mas órganos provinciales.
Como hemos visto, desde su fundación, la República Popular China ha invertido grandes esfuerzos buscando la formula más adecuada para lograr un
mejor desarrollo regional. Pero China es un país de extensos territorios y altamente poblado en el que aún persisten muchos problemas sin resolver. En el
ámbito administrativo, los aspectos que necesitan mejoras incluyen: la escala
de gestión administrativa, su autoridad y su función, su modelo institucional
y la dotación de personal, establecer su nivel y la relación de subordinación
administrativa. Por ejemplo, la dimensión de las regiones autónomas de Mongolia Interior es estrecha y larga, se distribuye en más de 2.400 kilómetros de
oeste a este. Desde el punto de vista del desarrollo a largo plazo, es necesaria
la fragmentación y la nueva combinación de las provincias para reducir la extensión territorial con el fin de mejorar la eficiencia de la administración local.
Todo lo anterior significa que se necesita una gran cantidad de trabajo en el
futuro para completar la construcción del sistema de división administrativa.
Sin embargo, como apunta J. Z. H. Fan (2007), la innovación y el ajuste de la
división administrativa es una cuestión complicada y sensible en la que se deEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
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ben tener en cuenta múltiples factores como el desarrollo económico, las condiciones geográficas, la densidad de población, el mantenimiento de la estabilidad social y la armonía étnica, entre otras cuestiones.
En el campo de las políticas de planificación regional, el Undécimo Plan
Quinquenal ha fijado el patrón de desarrollo de un futuro próximo, los dos
puntos clave en que se basa son: romper adecuadamente la limitación administrativa y promover el movimiento libre de factores de producción entre las
regiones; el desarrollo de más aglomeraciones urbanas para irradiar y estimular el desarrollo económico en el área rural. Es muy importante terminar el
mapa de la regionalización de los cuatro tipos de regiones funcionales para
ayudar al logro de estos objetivos. En resumen, el trabajo desde una perspectiva de desarrollo regional, como ha sido realizado en el último período, sería
más adecuada y útil para encontrar una regionalización que ayude al desarrollo integral de todos los territorios.
Recibido: 26/11/2010
Aceptado: 21/06/2011
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RESUMEN
Desde la fundación de la República Popular China el Gobierno Central ha estado buscando la vía más adecuada para conseguir el desarrollo regional. En el período de Mao
el enfoque adoptó una perspectiva principalmente administrativa, tratando de mejorar la estructura de división y de gobierno del país. Con el inicio del período de reforma y apertura, el acento cambia al diseño de estrategias de desarrollo regional,
aunque con tendencias cambiantes que van desde las políticas redistributivas hasta el
modelo de desarrollo asimétrico, y los esfuerzos por combatir las desigualdades entre
regiones y entre áreas urbanas y rurales de China.
Este artículo realiza una revisión de los cambios producidos en China a través de todos estos procesos de regionalización, proporcionando un marco de de referencia para
comprender las diferentes etapas y ayudar a estudios más específicos sobre este país.
PALABRAS CLAVE: desarrollo regional; República Popular China; división administrativa; planificación regional; regionalización.
ABSTRACT
Since the foundation of the People’s Republic of China, Chinese Central People’s Government has always been seeking a more adequate way to achieve a better regional development. The emphasis of the Mao era was mainly focused on administrative
perspective, intending to improve the scheme of dividing and governing the country.
Since the Reform and Open-up, the emphasis shifted to refining the regional developEstudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 273-307, enero-junio 2012
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ment strategies, the trends of which have changed from Maoist redistributive policies
to Deng’s uneven development model and to the efforts to battle the widening gap
among regions and between urban and rural areas of China since Seventh Five-year
Plan (1986-1990) until now. This article realizes a review of the undergoing process of
China’s regionalization, in order to provide a framework of reference for further studies
about this field.
KEY WORDS: regional development; People’s Republic of China; administrative division; regional planning; regionalization.
RÉSUMÉ
À partir de la fondation de la République populaire de Chine le gouvernement
central a cherché le moyen le plus approprié pour atteindre le développement
régional. Dans la période de Mao l’approche essentiellement adoptée fut un point de
vue administratif, en essayant d’améliorer la structure de la division et le
gouvernement du pays. Avec le début de la réforme et la période d’ouverture, les
directives changent vers la conception de stratégies de développement régional, mais
avec une évolution des tendances allant depuis les politiques de redistribution
jusqu’au modèle de développement asymétrique, et les efforts pour lutter contre les
inégalités entre les régions et entre les zones urbaines et rurales de La Chine.
Cet article passe en revue les changements en Chine à travers tous ces processus de
régionalisation, en fournissant un cadre pour comprendre les différentes étapes et
pour aider les études plus spécifiques sur ce pays.
MOTS CLÉS: développement régional; République Populaire de Chine; division administrative; planification régionale; régionalisation.
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Noticias y comentarios
Una primera Historia de la Geografía española en el
prólogo del Diccionario de la Academia de la Historia
Entre la ingente documentación que se generó para la redacción del Diccionario Geográfico de la Real Academia de la Historia1, han pasado generalmente desapercibidas algunas noticias y comentarios de notable interés
contenidos en el prólogo de dicha obra.
Como es sabido, el Diccionario Geográfico fue una antigua aspiración de la
Academia que, a poco de su fundación, se embarcó en la empresa de redactar
un Diccionario Histórico-Crítico Universal de España, ambiciosa tarea para la
que se necesitaba contar, entre otros muchos requisitos, con una información
previa sobre diversos aspectos geográficos, arqueológicos, numismáticos y de
otras diversas ciencias auxiliares de la Historia. Es lo que los académicos de la
época llamaron Aparato al Diccionario, que ante las dificultades para llevar a
cabo el diccionario principal, se convirtió en el objetivo único de la empresa
durante más de sesenta años: un diccionario geográfico que diera a conocer
diversos aspectos de los pueblos y lugares del país; lo que para la monarquía
ilustrada tenía el doble valor de servir a la ciencia y a la política a la vez. Por
ello, la empresa fue vista con mucho interés en la Corte y a ella dedicaron su
atención notables académicos, algunos de los cuales, como Montiano o Campomanes, fueron importantes políticos del momento, además de dirigir la institución en esos años cruciales de su historia.
1 Obra esencial de nuestro siglo
ocasión (Arroyo Ilera, 2006).
XVIII
y a la que hemos dedicado nuestra atención en otra
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310 FERNANDO ARROYO ILERA
Pero precisamente por ello, unos y otros, académicos y políticos, fueron
también incapaces, a lo largo de esos sesenta años, de redactar un diccionario
geográfico, de organizar y estructurar la información y de ponerse de acuerdo
sobre el método a seguir. Además, al principio faltaba de todo: mapas, localizaciones, descripciones, estadísticas; y sobraban otras muchas cosas, leyendas,
historias locales, supersticiones, intereses. El decidido impulso de Campomanes fue solucionando las carencias gracias al aporte de importantes archivos
de la época, como las Relaciones de Felipe II, las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, los censos de Aranda y de Floridablanca, la concurrencia
de los mapas de Tomás López, la formación en 1792 de una Sala de Geografía
etc. pero fue menos eficaz en la solución de los numerosos problemas y discusiones que embarazaban el proyecto.
Al principio, la obra del Diccionario correspondió a toda la Academia, por
lo que cualquiera de sus miembros podía participar a título individual, tomando iniciativas que debían ser asumidas después por toda la corporación,
lo que retrasaba, y frecuentemente paralizaba, el proyecto. Por ello, y al cabo
de más de cuarenta años de retrasos, se comprendió que era necesario delegar
en una Junta que, bajo la presidencia del entonces director Martínez Marina,
quedó compuesta por los académicos Traggia, González Arnao y Abella. La
nueva Junta actuó de otro modo, imprimiendo un ritmo intenso a la obra, lo
que sin duda permitió la publicación de sus primeros tomos, pero a costa de
un conflicto institucional con el resto de la Academia que, posiblemente influyó en su fracaso final.
Así, por un lado, la citada Junta procedió a dividir el Diccionario por secciones y provincias, ordenó la documentación, analizó las causas del retraso y,
con cierto tono imperativo, censuró al resto de la Academia en su forma de
proceder hasta entonces. El conflicto no tardó en estallar entre la Junta representada por Manuel Abella y la Academia, defendida por su entonces secretario Antonio de Capmany. Fue precisa la intervención del Secretario de Estado,
Mariano José de Urquijo, que falló a favor de la primera, que quedó, de hecho,
segregada de la Academia y convertida en la única promotora y beneficiaria
del Diccionario. Pero a costa de perder el control sobre la ingente documentación acumulada por la Academia a lo largo de los sesenta últimos años. Y es
fácil pensar que los restantes académicos, enfrentados con la Junta, no debieron mostrar excesivo celo en facilitarles la tarea.
De esta forma, la solución del conflicto fue una victoria pírrica para la
Junta, a la que se concedió el derecho del Diccionario pero no los medios para
acabarlo. Fruto de la victoria fue la publicación en 1802 de los dos primeros
tomos de la obra, cuyo prólogo ahora comentamos, referidos al País Vasco y
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Navarra, seguidos, cuarenta y tres años más tarde, por el dedicado a La Rioja,
obra personal de Ángel Casimiro de Govantes. Pero su carácter pírrico se manifestó en que no hubo nada más. La obra quedo definitivamente inacabada
hasta que su empeño fuera recogido a la largo del siglo XIX por Miñano primero y por Madoz después, pero mediante una organización privada muy distinta a la de la Academia y que resultó más eficaz.
Pero en 1802, al publicarse los dos tomos citados, sus promotores tenían
esperanzas en terminar felizmente el proyecto. Lo tenía sin duda el académico
Manuel Abella que, como secretario de la Junta, había jugado un papel clave
en el conflicto final y, seguramente por ello, fue el encargado de prologar la
obra2. Se trata de las treinta y dos páginas iniciales del primer tomo de los dos
publicados en 1802, en los que Abella expone la historia del Diccionario, a la
que nos hemos referido anteriormente, pero desde su particular punto de vista
y omitiendo los aspectos más virulentos del conflicto entre la Junta y la Academia. Pero, además, hace un esfuerzo por encuadrar el Diccionario en los estudios geográficos que la precedieron, como si fuera la culminación de los
mismos, redactando, posiblemente sin pretenderlo, una de las primeras historias de la Geografía española que nosotros conocemos.
Diversos autores se habían referido antes a los escritos geográficos sobre España, sobre todo de los clásicos, pero no de forma seguida y coherente, como
hace Abella en su prólogo. Incluso un autor tan preciso como Gonzalo de Reparaz, en su tantas veces citado estudio sobre la historia de la Geografía de España, ignora esta primera parte del Prólogo del Diccionario, a pesar de que
utiliza el resto ampliamente en lo referido a la larga génesis del mismo. Quizás
juzgara sin interés tal introducción histórica por demasiado escueta, pero no
por ello es menos digna de valor, dado su carácter inicial como primera historia
de nuestra ciencia en España, que es lo que queremos subrayar por nuestra
parte3. En realidad, lo que Abella hace es una sucinta descripción de los antecedentes históricos al Diccionario, una Historia de la Geografía española «desde
el Diccionario», por lo que su escrito muestra especial atención a dos aspectos
relacionados con la elaboración del mismo: las fuentes y los problemas que se
tuvieron que afrontar en su redacción. Pero, al hacerlo así, evidencia el estado
2
No aparece firma, pero en el texto se dice que en los trabajos repartidos entre los miembros de la comisión, el secretario Manuel Abella también quedó encargado «de la extensión del
prólogo» (p. XXIV).
3 Sobre todo si se tiene en cuenta que no aparecerá ninguno otro escrito del mismo estilo
hasta el siguiente siglo, como fueron los de Becker o el mismo Reparaz (Becker, 1917; Reparaz,
1943; Melón y Ruiz de la Gordejuela, 1943).
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de los conocimientos geográficos de su época y de los enfoques y de los métodos del momento, y sólo por eso merece nuestra particular atención.
El autor tenía bastante información sobre el tema que trata, consecuencia
sin duda, de diversos estudios previos y de la atención y la preocupación científica que el retraso del Diccionario había ido generando en sus protagonistas4.
Pero además, Abella, aunque no era geógrafo de formación y menos de profesión, estaba capacitado por sus estudios y trabajos anteriores para este tema.
Catedrático de las universidades de Zaragoza y Madrid, se especializó en diversas ciencias auxiliares de la Historia (Paleografía, Numismática y estudio
de antigüedades). Trabajo en el Archivo de los duques de Villahermosa y fue
designado por Carlos IV para el estudio de los Archivos y Bibliotecas de España. Estos contactos con la Corte son los que, sin duda, le determinaron el
encargo respecto al Diccionario Geográfico y facilitaron su ingreso en la Academia de la Historia, precisamente en 1802, el año de publicación del Prólogo
que comentamos. Fue también Numerario de la Española y de Honor de la de
San Fernando.
Dicho Prólogo y la historia que contiene, es un escrito corrido, sin divisiones ni capítulos, pero es fácil apreciar, por su contenido, una cierta secuenciación histórica: Antigüedad, Edad Media, siglos XVI-XVII, y siglo XVIII que enlaza
con la génesis del Diccionario. Pero todo ello pueden agruparse en dos grandes conjuntos: Geografía Antigua y Geografía Moderna, que se corresponden
con la noción, mitad geográfica y mitad histórica, que los ilustrados académicos tenían de nuestra ciencia.
La Geografía Antigua era una especie de mezcla entre Geografía Histórica
y Arqueología anterior a la llegada de los árabes, sobre la que Abella, al igual
que la mayoría de sus compañeros, disponía de buena formación y de bastante información. Ello se pone de relieve en las referencias que hace a la
Geografía de la Península en la Antigüedad. Desprecia las noticias anteriores a
la romanización, «adulteradas con mil fábulas», subraya el carecer práctico
de la mayoría de las noticias de los romanos5, que se manifiestan en el itinerario de Antonino Pío y hace una completa referencia de los principales autores
del periodo: Pomponio Mela, Plinio el Mayor, Rufo Festo Avieno, etc. Así
como al papel de los historiadores como Polibio, Tito Livio, César y Aulo Hir-
4 Lo mismo podemos decir de Campomanes o Jovellanos, que se vieron atraídos por el tema
y fueron autores de sendos informes sobre el Diccionario. Vid.: Arroyo Ilera, 2003.
5 Es una apreciación muy correcta, puesta de manifiesto en numerosas ocasiones por la crítica
geográfica y científica posterior, como Gonzalo de Reparaz o Millás Vallicrosa respectivamente.
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cio Pansa, destacando la relación entre Geografía e Historia en lo relativo a
nuestra Península.
Más detalles dedica a los griegos Estrabón y Tolomeo, «príncipes de la geografía». El primero, en su libro III, describe los pueblos, costumbres y gobierno de España, su figura —la tradicional piel de toro—, latitud y longitud y
principales regiones las provincias. Respecto a Tolomeo, menciona su mapa
general y las tablas de situación respecto al Ecuador y el primer meridiano,
que fijó no lejos de las Canarias. Subraya los muchos errores en la localización
geográfica, por lo cual es muy difícil hallar la correspondencia de pueblos antiguos y modernos, aspecto éste de especial interés en la época, sobre todo
para quienes se habían propuesto la redacción del Diccionario. A este respecto, lamenta de que no prosiguieran después con este método cartográfico,
«de nombres y números», pues, a su juicio se tomó otro camino más descriptivo y «más ameno al público»6. Lamenta el creciente predomino de este último que paradójicamente es el propio de un diccionario y el que se va a
seguir en los dos tomos que prologa.
Muy breve es la referencia a la época visigoda, con las citas obligadas de
Orosio, San Isidoro y otros autores, pero, fiel a una de las preocupaciones
constantes de los académicos, se refiere a Recópolis y Victoriaco como fundaciones visigodas de difícil identificación para los autores de la época.
La Edad Media es, para Abella, época de difícil tratamiento geográfico. Por
un lado, la radical cesura que supuso la islamización, que al cambiar las divisiones del territorio, variar sus nombres y los de muchos lugares y ciudades,
fundar otras, etc. impedía la continuidad de su época, es decir de lo que se
llama en repetidas ocasiones Geografía Moderna, respecto a los remotos orígenes y a la Hispania romana (Geografía Antigua): «Todas estas novedades
han influido considerablemente para que los adelantamientos en la geografía
antiguas no correspondan a la utilidad que resulta de su noticia». En pocos
casos se preocuparon los musulmanes de fijar las distancias como se había
hecho con el itinerario de Antonino Pío, por lo que resulta difícil la correspondencia de pueblos romanos y árabes, tema esencial para el Diccionario
que se proponían.
Además, aunque reconoce la importancia de la ciencia árabe en general y
de la geográfica en particular, presta escasa atención a las principales realiza6 Abella pone así de manifiesto el dualismo entre Geografía General y Particular o Descriptiva de la moderna ciencia geográfica que ya había sistematizado el mismo Varenio. Respecto a
la Geografía de España en época clásica es de obligada referencia varios trabajos posteriores.
Vid. Alemany Bolufer, 1910; Schulten, 1924; García Bellido, 1941; Lafuente Vidal, 1949.
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ciones de las mismas. Se refiere a Descripción de España de Xerif Aledris, el
Nubiense, de la que dice se conservan solo fragmentos, sin coordenadas, con
numerosos defectos, que ha pretendido corregir el académico Josef Conde7.
Cita después la obra del moro Al-Razi, con discusiones sobre si es o no su verdadero autor, anunciando un trabajo de Clemencín sobre dicha obra, mientras
tanto «nos contentaremos con decir que sus noticias son útiles para el conocimiento de la geografía de la Edad Media»8.
De la España cristiana se refiere sobre todo a Alfonso X, al que dedica más
de dos páginas con referencia concreta a las Tablas Alfonsíes, su importancia,
antecedentes con Azarquiel y elaboración por Ihuda y Rabizag, según un manuscrito de la Biblioteca Real que demuestra conocer con detalle. Pero ignora
otras muchas aportaciones geográficas del periodo, sobre todo de carácter cartográfico, como los portulanos y las obras de la escuela mallorquina9. Es más,
de este periodo tan solo cita, como relevante, un hecho anecdótico, la investidura por Clemente VI al infante Luis de la Cerda como «Rey de Canarias», en
1343, pero atribuyéndole un viaje a dichas Islas con dos barcos que le franqueó Pedro IV, pero que no se ha demostrado que hiciera nunca. El hecho, entre lo legendario y lo caballeresco, demuestra la indefinición de algunas
referencias geográficas de la obra que comentamos.
Pero todo cambia con el siglo XVI y la Geografía renacentista, es decir la
«Geografía Moderna», en los términos de la época. El descubrimiento de
América, la política de los Reyes Católicos y de los primeros Habsburgo supusieron un cambio en los estudios geográficos que Abella, sin citarlo explícitamente agrupa en tres tipos de aportaciones.
En primer lugar las obras y las descripciones generales, como la Suma de
Geografía de Martín Fernández de Enciso, y las de Pedro Mártir de Anglería,
Antonio Lebrija, Andrés Poza, Pedro Medina, Pedro Texeyra, Francisco Lansol
de Romanía, Gaspar Barreyro, Ocampo, Morales, Núñez, Chaves, Caro y Re-
7 Descripción de España de Xerif Aladris, concido por el Nubiense, traducción y notas por D.
José Antonio Conde, de la Real Biblioteca. Madrid 1799. Su autor (1766-1820) fue un conocido
académico y arabista, compañero por ello de Abella, perteneciente al grupo que dio vida al Diccionario.
8 La obra del académico Diego Clemencín y Viñas (1765-1834) a la que se refiere Abella, fue
su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia: Examen y juicio de la descripción geográfica de España atribuida al moro Rasis, leído el 12 de septiembre de 1800, dos años antes de
que se publicara el Prologo que comentamos, lo que prueba que éste debió ser escrito con anterioridad y no corregido en su momento.
9 Puede servir de explicación de esta ausencia el que no haya ningún portulano en la Academia.
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sende, Román de la Higuera, Andrés de Uztarroz, «cuyos escritos», de los que
no se da ninguna noticia, «están sepultados en las bibliotecas, con grave perjuicio […] en la historia de nuestra nación», suposición con la que pretende
disimular el escaso conocimiento del tema.
En segundo lugar, pondera los esfuerzos académicos por mejorar la formación matemática y geográfica del momento, con la descripción de los estudios
de la Universidad de Salamanca de 1594 en varios años, que comprendían estudios y lecturas de Copérnico, Tolomeo y Pedro Apiano, entre otros, manejo
de las Tablas Plutérnicas, del astrolabio, del planisferio de Juan de Rojas y conocimientos de gnómica o arte de hacer relojes solares, del arte de hacer mapas, del de navegar y del arte militar. También se estudiaba a Purbach, Clavio
y Monte-Regio, «todos restauradores de la Astronomía». Tan enciclopédico
conjunto es bien significativo de la época y denota el alto nivel de la universidad salmantina10.
En el mismo apartado cita el libro Esfera del universo de Ginés de Rocamora y Torrano y de las correcciones críticas que le hizo Fr. Martín de Alarcón, monje jerónimo de San Miguel de los Reyes, en su llamado Lunario y
Repertorio perpetuo, que Abella dice tener delante y que contiene una tabla de
altura del polo (latitud) de los principales lugares de España, tomada de la
descripción del maestro «Hierónimo Muñoz Valentino, insigne cosmógrafo de
su tiempo»11.
Junto a estas citas y otras muchas que Abella no especifica, destaca por su
importancia la referencia a trabajos de Pedro Esquivel y su discutida participación en el mapa de España «medía la superficie de España para formar la más
completa carta geográfica», según mandato de Felipe II. Se refiere a la respuesta de Villamanta de Relaciones Topográficas, en la que se afirma la presencia de Esquivel con dicho fin, así como a las noticias que sobre este tema
proporcionan otros autores, como Ambrosio Morales que dice de Esquivel que
10 El plan completo de dichos estudios, aprobados siendo visitador Juan de Zúñiga y de los
que Abella hace sólo un extracto, puede verse en Outerelo Dominguez, 2009. Llama la atención
que Abella no haga ninguna referencia a la Academia de Matemáticas, fundada en 1583 por
Juan de Herrera.
11 La obra de Gines de Rocamora (1550-1612) era muy conocida en su tiempo, no así la de
Martín de Alarcón, que Abella confiesa tener delante. En cualquier caso, la del primero fue publicada en 1599 y la del segundo, según dice nuestro autor, en 1589, con lo que difícilmente podría ser una corrección de la primera. Jerónimo Muñoz Valentino escribió: Institutiones
arithmeticae ad percipienda astrologiam et mathematicas facultates necessariae, publicado en Valencia en 1566.
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«se servía para las medidas del método de los trángulos de Reggio Montano» y
Felipe Guevara que, dirigiéndose al Rey, afirma: «pintar la descripción de España que con orden y costa de V.M., el maestro Esquivel, matemático insigne,
trae ya al cabo». Citas que serán muchas veces repetidas posteriormente en la
amplia bibliografía sobre los orígenes del mapa de España12.
Concluye la época de Felipe II con la mención de las Relaciones Topográficas, una de las primeras que conscientemente se realizan sobre su valor como
fuente geográfica13. Indica que el Rey, además de la situación de los pueblos
«deseaba averiguar la extensión de sus términos, vecindario, agricultura, producciones naturales, industria y antigüedades de cada uno», para lo que se
hizo un detallado interrogatorio dirigido a multitud de pueblos que se conservan en seis tomos en El Escorial y una copia en la Academia, siendo de lamentar que no se completase esta obra, que hubiera sido «un tesoro para la
geografía civil, política e histórica de la nación», lo que explica la copia que se
hizo para el Diccionario, tras varias peticiones de los académicos al archivero
de El Escorial14.
Según Abella las guerras y la decadencia del siglo XVII no permitieron fijar
la atención en los estudios geográficos, salvo el caso excepcional de Juan Bautista Labaña, «sabio cosmógrafo que a la sazón se hallaba en Sevilla», comisionado por la Diputación de Aragón en 1610 para realizar el mapa de dicho
reino, «el más puntual y completo de quantos se han publicado de aquel
reyno, y digno de mejor suerte que la que ha tenido». La brevedad de la cita de
tan importante obra cartográfica de nuestro siglo XVII se explica porque se
12 Es evidente la admiración que esta obra cartográfica despertó en su tiempo y en años sucesivos, como muestran las palabras de Abella lamentando que se haya perdido o este sepultada
en alguna biblioteca. No podemos entrar aquí en la cuestión sobre si se trata del llamado Atlas
del Escorial, respecto al cual Marcel planteó muy serias dudas (Marcel, 1899). En general, sobre
los estudios y conocimientos geográficos de Carlos V y Felipe II (Vid. Kagan, 1989). La posible
relación de dicho mapa, con las Relaciones Topográficas y las vistas urbanas de Wyngaerde, fue
planteada por Sánchez Cantón (Sánchez Cantón, 1914).
13 Anterior a la extensa de Clemencín, pero posterior a la inglesa de Towsend, como ya viera
Antonio López Gómez (1998). Vid.: Clemencín, 1821 y Tonwsend, 1962.
14 La primera de esas peticiones fue en 1742, del secretario de Academia, Sebastián del Castillo al bibliotecario de El Escorial, Fray Antonio de San José, pero la intervención del prior del
cenobio Fray Bernardo de Lorca impidió el intento hasta finales de la década de los setenta y
gracias a la intervención de Campomanes. Los estudios sobre las Relaciones, su origen y finalidad son muy abundantes, realizados por diversos especialistas en diferentes épocas y con distinta finalidad. Por eso sólo citamos algunos estudios generales con amplia referencia bibliográfica: López Gómez, 1989; Arroyo Ilera, 1998; Campos y Fernández de Sevilla, 2003.
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pensaba hablar con más detalle de la misma cuando se publicara el inmediato
volumen del Diccionario dedicado a Aragón, que nunca llegaría a ver la luz15.
Todo cambia, a juicio de nuestro ilustrado prologuista, con la llegada de los
tiempos nuevos, de la nueva dinastía, con la fundación de las academias e instituciones preocupadas por la ciencia y el conocimiento, la nueva mentalidad
respecto a las luces y al estudio del propio país, precisamente todo aquello que
terminará promoviendo la obra del Diccionario. Comienza con una breve referencia al mapa de la provincia de Toledo que, por orden de Felipe V «se alzó
sobre el terreno, por matemáticos hábiles». Algo más extensas son las referencias a los trabajos geográfico durante el reinado de Fernando VI, con una
breve descripción del viaje de Jorge Juan y Antonio de Ulloa al Ecuador «para
averiguar la verdadera figura de la Tierra», y su posterior intento de «extender
geométricamente la meridiana de España por toda la península». Elogia la
obra de Bowles, fallecido antes de concluir su estudio de España, de la que
sólo llegó a imprimirse su Introducción a la geografía física de España16.
Por último y en lo referente al mismo reinado, hace una interesante mención del Catastro de Ensenada, subrayando su valor geográfico: «Para la [Geografía] civil se pueden sacar algunas noticias de los apeos que con el objeto de
arreglar los impuestos de la única contribución en la corona de Castilla,
mandó el rey hacer de todas las tierras de cada pueblo y demostrar en ellos
con figuras geométricas las heredades de los vecinos, y el valor o cabida de sus
áreas, como en efecto así lo hallamos practicado»17.
5
En realidad el encargo de la Diputación aragonesa a Labaña fue en 1607, pero no pudo
empezar el trabajo de campo hasta tres años después en el Pirineo, prosiguiendo su viaje que
fue reflejando en un diario de viaje: Itinerario de Aragón, con observaciones geográficas y gran
número de descripciones, datos e ilustraciones. Pero pronto se vio obligado a regresar a Madrid,
donde el Rey le encargó de la formación matemática del príncipe, por lo que el levantamiento
del mapa quedo al cuidado de Pablo de Rajas, aunque bajo la dirección de Labaña. Con todo,
nuevas vicisitudes, a las que se refiere tácitamente Abella retrasaron la publicación hasta 1619.
Posteriormente el ilustrado aragonés Tomás Fermín de Lezaún hizo varías correcciones al mapa
y las remitió a la Academia para el Diccionario. Vid. Picatoste Rodríguez, 1891; Ubieto Artur, A.
P., 1985; Hernando Rica, 1996.
16 Guillermo Bowles (1720-1780) fue contratado para trabajar en España por Antonio de
Ulloa que en 1752 dirigía la Casa de Geografía y Gabinete de Historia Natural y se le pensaba
encargar también la de las minas de Almadén. Su Introducción fue publicada por vez primera en
1775, por lo que hubiera sido más correcto encuadrar su obra en el reinado de Carlos III.
17 Se refiere al extracto que se hizo de las Respuestas Generales de dicho Catastro, que pudieron ser consultadas y resumidas gracias a una Real Orden de 5 de marzo de1772 del secretario de Hacienda Miguel de Muzquiz (Vid.: Arroyo Ilera, 2002). Para una visión general del
Catastro vid. Camarero Bullón, 2002.
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Dentro del espíritu ilustrado que Abella ha ido demostrando en su prólogo, el reinado de Carlos III es visto como el periodo feliz en el que se «fomentaba y protegía las ciencias y sabios que las cultivaban», fruto de lo cual
cita algunos hechos relevantes para el conocimiento geográfico y el feliz término del Diccionario. Así, en primer lugar, las realizaciones cartográficas para
levantar la «carta geográfica de España» obsesiva preocupación de la época
que hemos ido viendo a lo largo de su escrito, con dos destacadas actuaciones:
la de Ventura Caro en los Pirineos18 y la de Tofiño respecto a las costas de la
Península19. La obra de este último es exponente del desarrollo de los estudios
náuticos de la época, gracias al observatorio de Cádiz, organizado por el «capitán de navío D. Josef de Espinosa»20, y al renacimiento de las expediciones
marítimas a América, de las que Abella recoge la noticia de lo que cree fueron
dos expediciones diferentes al estrecho de Magallanes, llevadas a cabo en 1785
y 1788, «el público disfruta impresa la relación circunstanciada de estos viajes
con sus cartas y planos»21. Pero no dice nada, sin embargo, de la expedición de
Malaspina, la más famosa de la época, que se inició en ese mismo año.
En segundo lugar, la breve referencia que hace a la publicación «por primera vez el censo español», «para fijar la verdadera situación de los pueblos
[…] para averiguar su vecindario». Aspectos todos ellos esenciales para la realización de un diccionario geográfico, aparte su valor estadístico y demográfico propiamente dicho22.
18 Ventura Caro y Fontes (1731-1808) Mariscal de Campo, entre sus muchos cargos, fue
Capitán General de Valencia, de Galicia y de Navarra y estuvo comisionado por Floridablanca
para el reconocimiento de límites entre España y Francia, lo que se aprovechó para mejorar el
conocimiento cartográfico que se tenía de los Pirineos.
19 Vicente Tofiño de San Miguel y Wanderiales (1732-1795). Su obra esencial fue el Atlas
marítimo de España, Madrid, 1789, citado por Abella y los complementarios realizados para
aquél: Derrotero de las costas de España en el Mediterraneo: y su correspondiente de Africa, en la
que colaboró con José Varela Ulloa, Madrid, 1787; y Derrotero de las costas de España en el Océano
Atlántico, y de las Islas Azores ó Terceras, para inteligéncia y uso de las cartas esféricas, con colaboración de Antonio Valdés, Madrid, 1789.
20 José de Espinosa Maldonado y Tello de Guzmán (1763-1815), trabajó con Tofiño y Malespina y fue uno de los organizadores del citado Observatorio Hidrográfico de la Marina.
21 Se trata sin duda de una sola expedición mandada por Antonio de Córdova y descrita en
la obra: Relación del último viaje al Estrecho de Magallanes de la Fragata de S.M. Santa María de la
Cabeza en los años de 1.785 y 1.786, publicada en Madrid en 1788 (de ahí el error) en la Imprenta Vda. de Ibarra, hijos y Cía.
22 Se refiere al llamado Censo de Aranda, realizado en 1768 y 1769, primer censo moderno,
en efecto, de los realizados en España, por el que la Academia mostró interés para su Diccionario, como ha quedado reflejado en las actas de sus sesiones: «Haviendo pedido el Sr. Director
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También destaca las comisiones reales que se hicieron durante este reinado
para fomentar el conocimiento de las antigüedades y monumentos del país, en
los que la Academia tuvo un especial protagonismo23, así como los viajes de
estudio al extranjero, igualmente por comisión regia, entre los que cita el caso
de «nuestro académico D. Tomás López, geógrafo de S.M, a cuya diligencia
debe España una completa colección de Mapas»24.
Las noticias referentes al reinado de Carlos IV son casi contemporáneas a la
redacción del Prólogo, por lo que Abella tiene menos perspectiva pero se
muestra más comprometido con los acontecimientos que sabemos conducirían hacia la crisis final del periodo: «poco lisonjeras […] por las continuas
guerras y serios cuidados de la monarquía […] delicados negocios del estado». No obstante hay algunos hechos notables, como la publicación en 1789
del «Nomenclator de todos los pueblos de España e islas adyacentes» (Censo
de Floridablanca) y «en este mismo año [1802] un nuevo censo del vecindario y número de personas con distinción de sus clases» (Censo de Godoy), los
cuales y a pesar de su defectos, suponen un importante avance en «los conocimientos útiles a la geografía civil, política y económica»25.
[Campomanes] al Excmo. Sr. Conde Presidente [Aranda] el vecindario de España en que por
Arzobispados y Obispados está dividido el Reyno, con el número de pueblos, el de parroquias
que hay en cada uno y el vecindario actual, que se halla mui vario en las demás noticias, para
que sirva, entre otros documentos, para la Geografía de España que está tratando la Academia,
su Excelencia se ofreció gustoso a que de su secretaría se sacasen para la de la Academia por
partes, dejando recivo el secretario y restituyendo unos documentos para recivir otros, a fin de
que la Academia los pueda hacer copiar [...] se acordará si conviene copiarlos o extractarlos
para su mejor uso y breve devolución». B.R.A.H. Leg. 11/8034.
23 Abella es poco preciso al respecto, pero sin duda se está refiriendo a los viajes en busca de
antigüedades, emprendidos por algunos académicos, por encargo de la corporación o incluso
por mandamiento real, a diversos puntos del país. Para su regulación hubo varias disposiciones
a lo largo del siglo, desde la Instrucción que ha de observar D. Luis Velazquez de la Real Academia
de la Historia, en el viage a que está destinado para aberiguar y reconozer las antigüedades de España, aprobada por Real Orden de 2 de noviembre de 1752 a la Instrucción formada por la Real
Academia de la Historia sobre el modo de recoger y conservar los monumentos antiguos descubiertos
o que se descubran en el Reino, aprobada por Real Cédula en 1803 (Vid. Maier Allende, 2003).
Por las mismas fechas en que se redactó este Prólogo, se producía el Viage Literario a las Iglesias
de España, de los hermanos Jaime y Joaquín Lorenzo Villanueva, cuyos 22 tomos se fueron publicando a lo largo del siglo XIX —los 11 últimos precisamente en la Imprenta de la Real Academia de la Historia—.
24 Vid. López Gómez y Manso Porto, 2006.
25 Razón por la que fueron reclamados por la Academia para ayudar a la redacción de su Diccionario, tal como relata la Noticia Histórica de la Academia (1796: LXXXI): «Censo Español, publicado en 1787, los quales se hallan actualmente en la primera Secretaría de Estado [...] se sirvió
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320 FERNANDO ARROYO ILERA
Después, en largos párrafos, se refiere otra vez a la necesidad de «una carta
general de la nación», auténtica obsesión de la época, como ya hemos visto.
Para ello, fueron comisionados en 1795 los capitanes de navío Dionisio Alcalá
Galiano y Juan Vernacci para que, según plan formulado por el primero y
aprobado por Godoy, al que no escatima elogios, lo llevaran a cabo. Se hicieron los trabajos preparatorios y se adquirieron en Londres los instrumentos
necesarios, pero las difíciles circunstancias del momento obligaron a suspender la comisión26.
La última referencia que Abella hace de este periodo es la creación en 1796
del «real cuerpo de ingenieros cosmógrafos para la teórica y práctica de la astronomía y formación de cartas geográficas», antecedentes de los ingenieros
geógrafos, con el que se cierra el periodo estudiado por Abella y se abre un
paréntesis, en el desarrollo de nuestra ciencia que llegará hasta mediado del
siglo XIX27.
No obstante, el Prologo de nuestro inacabado Diccionario contiene más
cosas que ya no forman parte de esta primera historia de nuestra ciencia,
S.E. [...] mandar se la franqueasen dichos expedientes en 66 legajos en folio. La Sala [de Geografía] ha disfrutado de este beneficio por espacio de dos años [...] al tiempo que tenía coordinadas como 4.000 cédulas [...] tuvo que comunicar este cúmulo de informes originales a otras
manos».
26 La mención de los dos marinos citados, encargados del levantamiento topográfico de España, cierra las referencias que Abella hace a uno de los acontecimientos historiográficos más
importantes del último tercio de nuestro siglo XVIII, y que él mismo no pudo valorar en toda su
magnitud por vivir inmerso en ese mismo proceso. Tanto Alcalá Galiano como Vernacci, como
anteriormente Jorge Juan, Antonio de Ulloa, Malaspina, Tofino o Espinosa formaban parte de
una brillante generación de marinos, cosmógrafos, matemáticos y geógrafos que supuso un
avance considerable de nuestra ciencia y terminó arruinada en Trafalgar.Dionisio Alcalá Galiano (1760-1805), fue un destacado marino y científico que tomo parte en el reconocimiento
de Tofiño que dio lugar a su atlas, en la expedición al estrecho de Magallanes de 1785 y en la de
Malaspina cuatro años después, acontecimientos todos ellos citados por Abella. Murió en la batalla de Trafalgar. Exploró la existencia del famosos estrecho de Fuca, en América del Norte. Se
le considera como inventor del procedimiento de hallar la latitud por observación de altura de
una estrella sobre el horizonte. Juan Vernacci Ratamal (1760-1810) marino y científico que
tomó también parte con el anterior en la expedición de Malaspina y en la del estrecho de Juan
de Fuca. Ambos se vieron afectados, por ello, por la destitución y prisión de Malaspina. En
1803, poco después de la cita de Abella, mandó la expedición a Manila, en el buque Acapulco.
La fama adquirida por ambos en sus anteriores trabajos y la relación que mantenían hizo que se
les designara para levantar el nuevo mapa topográfico de España, tarea a la que se dedicaron
durante ocho meses (del 13 de enero al 3 de agosto de 1796), hasta que, como dice Abella, las
dificultades de esos tiempos interrumpieron los trabajos. Vid. Fernández Duro, 1973.
27 Vid. Ruiz Morales 2003.
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pero que ayudan a conocer mejor a su autor y a sus ideas al respecto. Así, en
esta última parte de su escrito, vuelve a extenderse sobre los diversos trabajos de Geografía histórica de la época romana que se están llevando a cabo
en la Institución por diversos académicos: Riesco, Traggia, Cornide, etc. Se
refiere de nuevo a la España Sagrada del padre Flórez. Vuelve a lamentarse
del desconocimiento de la geografía antigua, como si este fuera el único problema del Diccionario, que atribuye a no haberse emprendido viaje alguno
para reconocer las inscripciones, medallas y antigüedades, lo que contradice
alguna de sus anteriores afirmaciones y termina refiriéndose a las instrucciones y órdenes al respecto que ya hemos mencionado en anterior nota
(Nota 22).
En definitiva, la exposición de Abella es demasiado breve para ser considerada como una auténtica Historia de la Geografía española, pero tampoco
era esa su finalidad. En ocasiones resulta farragosa, con reflexiones innecesarias y otras veces faltan detalles y valoraciones sobre autores y obras, y su significado en el conocimiento de la Geografía de España. Resulta así extraño
que no aluda siquiera a destacadas obras de ilustrados como Cavanilles,
Asso, Viera y Clavijo, etc. que tenía que conocer, aunque fueran monografías
regionales. Como dijimos se trata, ante todo, de una Historia de la Geografía
desde el Diccionario o para el Diccionario, por lo que repite obsesivamente
los problemas que los académicos se encontraban a diario al elaborar las cédulas de éste: localización de pueblos, falta de correspondencia de la geografía antigua y la moderna, falta de mapas, fijación de coordenadas, etc. Por eso
mismo, demuestra un buen conocimiento de los fondos bibliográficos de la
Academia, pues en su mayoría se habían adquirido con ese fin. Por la misma
razón valora —por vez primera que sepamos—, el interés geográfico de documentaciones clave en la Historia de la Geografía española, como las Relaciones Topográficas, las Respuestas Generales, los Censos de Aranda,
Floridablanca y Godoy, los Mapas de Tofiño y Tomás López, etc. que fueron
acopiados para el Diccionario, con independencia de que luego se utilizaran
con ese fin.
Y, sobre todo, tiene ya un claro concepto del desarrollo histórico de la Geografía de España, de la que el Diccionario debiera haber sido la culminación.
Significa así, en nuestra opinión, el primer intento de exponer aquélla de
forma ordenada, con un esquema director casi completo que ya quedará definitivamente fijado. En suma, una auténtica obra pionera y adelantada en su
tiempo que, a pesar de los defectos citados, debe merecer toda nuestra consideración.
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Influencia del fenómeno El Niño-La Niña y cambio
climático en el patrón de lluvias en São Carlos-SP, Brasil
INTRODUCCIÓN
Basado en las observaciones del aumento de la temperatura media global
del aire y del océano, en el derretimiento generalizado de nieve y de hielo, y
en el aumento global del nivel medio del mar, el último informe del IPCC sobre cambio climático revela que las alteraciones en los patrones climáticos
globales son evidentes. Además indica un probable aumento de la frecuencia
de precipitaciones intensas en los últimos 50 años, con una tendencia de probable intensificación en el futuro (IPCC, 2007).
Estos cambios globales también se manifiestan en los diferentes parámetros climáticos a escala local. Dufek y Ambrizzi (2008) exponen evidencias de
las variaciones climáticas en América del Sur y en Brasil, y analizan estadísticamente el registro pluviográfico de 59 estaciones en el estado de Sao Paulo
entre los años de 1950 y 1999, constatando un incremento significativo en la
precipitación total en mas de un 45% de las estaciones analizadas, asociado al
aumento en la frecuencia de lluvias intensas y superiores a 20 mm. Un análisis
estadístico de las lluvias a largo plazo —116 años de registro pluviométrico—
en el municipio de Campinas-SP no encontró variaciones significativas (Blain
et al., 2007), concluyendo que los cambios en el patrón de lluvias no es aplicable para el conjunto del estado de Sao Paulo.
Uno de los fenómenos que proporciona alteraciones en el clima de América
del Sur es El Niño Oscilación del Sur (ENOS), ocasionado por una alteración
del sistema océano-atmósfera, en el océano Pacífico tropical. Su fase cálida,
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conocida como «El Niño», produce una mayor evaporación en el océano, generando mayores precipitaciones en América del Sur. Lo contrario ocurre en
la fase fría, llamada «La Niña» (IMPE, 2011). Diversos autores han analizado
las anomalías producidas por ENOS sobre las precipitaciones en diferentes regiones de Brasil. En el estado de Sao Paulo se ha constatado un aumento en la
frecuencia y en la precipitación total de lluvias en los meses de abril y mayo en
los años de incidencia de «El Niño» (Nunes, 2000; Soler et al., 2010).
De esta forma, el presente trabajo tiene como objetivo evaluar el efecto del
cambio climático y la influencia del fenómeno ENOS sobre las precipitaciones
de los últimos 50 años en el municipio de São-Carlos-SP.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los datos pluviométricos diarios utilizados en el presente estudio proceden
de la estación climática ubicada en el municipio de São-Carlos-SP (latitud 21°
58’ S, longitud 7° 52’ W, 856 m de altitud) (figura 1), y han sido facilitados por
el Instituto Nacional de Meteorología (INMET).
FIGURA 1
UBICACIÓN DEL MUNICIPIO DE SÃO CARLOS EN EL ESTADO
DE SÃO PAULO, BRASIL
Fuente: elaboración propia.
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Los datos analizados corresponden al periodo de 01-1961 a 07-2010,
siendo excluidos los años 1968, 1985 y 1986 por la ausencia y por las imprecisiones en el registro pluviométrico.
Con los datos disponibles se calculó la precipitación total anual (PPtot),
los días de lluvia (Días), la precipitación máxima en 24 horas (PPmax), y el
número de lluvias mayores a 20 mm dia-1 (>20mm) para cada año pluviométrico (octubre-septiembre).
Se evaluó la relación entre los parámetros de las precipitaciones indicados
previamente mediante el coeficiente de correlación. Los datos anuales fueron
agrupados por década para determinar las posibles variaciones causadas por el
cambio climático, en tanto que para el fenómeno ENOS se analizó su incidencia según año de fase cálida, fría o neutra (COAPS, 2011). Se estimó la existencia de diferencias estadísticamente significativas (P<0,05) de estos factores
sobre el patrón de lluvias mediante un análisis de varianza unifactorial utilizando el software Minitab 16 (Minitab Inc., Pennsylvania, USA, 2010).
RESULTADOS
Los gráficos de las variables pluviométricas anuales evaluadas en el presente
estudio, su media por decenio y fase ENOS son presentados en la figura 2.
En el periodo analizado se constató que la mayor precipitación total anual
(2.216 mm), días de lluvias (164) y precipitaciones mayores a 20 mm dia-1
(34) se presentaron durante el año 1982, coincidiendo con la ocurrencia de
«El Niño». Por el contrario, la menor precipitación (940 mm) y días de lluvia
(81) se presentó dos años antes, en 1980. Al interpretar este comportamiento
con el coeficiente de correlación (cuadro 1), es posible afirmar que existe una
relación directa y estadísticamente significativa (P<0,05) entre la precipitación
total, eventos mayores a 20 mm y días de lluvias. De esta forma, en los años
lluviosos la frecuencia de precipitaciones y de eventos más intensos es mayor.
Al analizar las medias de decenios para los diferentes parámetros de las
precipitaciones es posible distinguir variaciones ascendentes y descendentes,
como por ejemplo la diferencia de 200 mm en la precipitación total entre los
años de 1960 y de 1990 (figura 2 y cuadro 2). Sin embargo, mediante el test de
varianza se verificó que no existían diferencias significativas entre las medias
de los diferentes parámetros evaluados. Lo anterior indica que en el municipio
de São-Carlos-SP no es posible identificar los efectos del cambio climático global en el patrón de precipitaciones local.
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FIGURA 2
PATRÓN DE LLUVIAS EN EL MUNICIPIO DE SÃO CARLOS-SP ENTRE LOS AÑOS
1961 Y 2010. SE INDICA LA FASE DEL FENÓMENO ENOS Y LA MEDIA DE LA
DÉCADA PARA CADA PARÁMETRO DE PRECIPITACIONES
Fuente: elaboración propia a partir de datos del INMET y de COAPS.
CUADRO 1
COEFICIENTE DE CORRELACIÓN (P<0,05) ENTRE LOS DIFERENTES
PARÁMETROS DE PRECIPITACIONES EN EL PERIODO 1961-2010
Parámetros
PPtot – Días
PPtot – PPmax
PPtot – >20 mm
Días – PPmax
Días – >20 mm
PPmax – >20 mm
Fuente: elaboración propia a partir de datos del INMET.
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r
0,77
–
0,84
–
0,52
–
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Respecto del fenómeno ENOS, durante el periodo analizado ocurrieron 22
años de fase normal o neutra, 13 años de fase cálida o «El Niño», y 11 años en
fase fría o «La Niña» (figura 2 y cuadro 2). A pesar de que la mayor precipitación se registró durante un año «El Niño» (1982), no es posible establecer
una correlación significativa entre el aumento de lluvias y años de fase cálida,
ni una disminución de precipitaciones en años «La Niña». El test de varianza
no identifica diferencias estadísticas significativas entre los diferentes parámetros evaluados, afirmando que el fenómeno ENOS no ha influenciado el patrón de lluvias en el área de estudio.
CUADRO 2
MEDIA DE LOS PARÁMETROS PLUVIOMÉTRICOS SEGÚN DÉCADA Y ENOS
(n = años evaluados)
Década
n
PPtot (mm)
Días/año
PPmax (mm) >20 mm (días)
1960
8
1.398
119
84
19
1970
10
1.522
122
80
23
1980
8
1.562
124
74
25
1990
10
1.596
122
81
24
2000
10
1.516
120
83
23
ENOS
n
PPtot (mm)
Días/año
El Niño
13
1.520
126
81
22
La Niña
11
1.588
122
76
24
Neutro
22
1.491
118
82
22
PPmax (mm) >20mm (días)
Fuente: elaboración propia a partir de datos de INMET y de COAPS.
DISCUSIÓN
La ausencia de variaciones en el patrón de precipitaciones producidas por el
cambio climático corrobora lo observado por Dufek y Ambrizzi (2008), donde
sólo la mitad de 59 estaciones meteorológicas distribuidas en todo el estado de
Sao Paulo mostró cambios significativos después de 49 años de mediciones. Los
resultados de este artículo también concuerdan con un estudio realizado en
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Campinas-SP, a 130 km de São-Carlos-SP, donde se evaluaron las precipitaciones
de 116 años sin encontrar efecto del cambio climático (Blain et al., 2007).
Respecto de los efectos del fenómeno ENOS en el área de estudio, los resultados de este trabajo no concuerdan con el realizado por Soler et al. (2010) en
los municipios de Piracicaba-SP (años 1917-2002) y Ribeirão Preto-SP (años
1965-2002, a 65 y 85 km de São-Carlos-SP, respectivamente), donde se presentó una relación directa entre las precipitaciones y el fenómeno ENOS.
Con los datos pluviométricos de la estación climatológica principal de SãoCarlos-SP, es posible afirmar que existe relación entre la cantidad de precipitación anual, número de días lluviosos y la frecuencia de precipitaciones
intensas (>20 mm dia-1). No se identificó efecto del cambio climático en el
patrón de lluvias en las décadas entre 1961 y 2010, situación que confirma el
comportamiento regional descrito en estudios anteriores. Respecto del fenómeno ENOS, no es posible distinguir su incidencia en el patrón pluviométrico
anual como lo ha sido descrito para la región.
AGRADECIMIENTOS
A INMET por proveer los datos meteorológicos. A las agencias CNPQ e
FAPESP por las becas de Iniciación Científica y Doctorado de los autores. El
presente trabajo se encuadra en el proyecto de investigación “Modelaje de erosión de suelos y balance hídrico en cultivos de caña de azúcar y pradera en Latossolo” con financiamiento regular FAPESP 2010/00251-5.
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Brazil”. International Journal of Climatology, 30, pp. 1056-1066.
Cristian Youlton, Taís Shiratsubaki,
Paulo Tarso Sanches de Oliveira
y Edson Wendland
Departamento de Hidráulica e Saneamento
Escola de Engenharia de São Carlos
Universidade de São Paulo (EESC/ USP)
Estudios Geográficos, Vol. LXXIII, 272, pp. 325-331, enero-junio 2012
ISSN: 0014-1496, eISSN: 1988-8546, doi: 10.3989/estgeogr.201212
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Reseñas bibliográficas
Cócola Gant, Agustín (2011): El Barrio Gótico de Barcelona. Planificación del Pasado e Imagen de Marca. Barcelona, Ediciones Madroño, 257 pp.
La tesis doctoral de Agustín Cócola
sobre el Barrio Gótico de Barcelona ha
sido recogida y adaptada en esta interesante edición de 2011. Desde la perspectiva disciplinar de la Historia del Arte, el
autor narra un caso de especial relevancia
que no solo ejemplifica una buena parte
de la Historia del Urbanismo ibérico moderno, con sus vinculaciones a la política,
las ideologías nacionalistas y los intereses
de clase y de acumulación de capital, sino
que ilustra el origen de problemáticas urbanas de gran actualidad relacionadas
con la explotación del patrimonio y la
identidad como fuente de recursos y de
ventajas comparativas para las ciudades.
La idea fundamental que se trabaja
sobre el caso de Barcelona es la de la
creación del monumento, nacido de y
utilizado por la ideología nacionalista
como una forma de creación y recreación de la historia y de la identidad nacional. Monumento, historia e identidad
que se va transformando en una estrategia del capitalismo urbano, dirigida a la
autopromoción y a la atracción de visitantes y capitales a través de la creación
de una «marca-ciudad», lo que da lugar
a su vez a la mercantilización del monumento. Además, en el recorrido histórico que el autor propone, aparecen cuestiones tan fundamentales como la de la
falsificación del patrimonio, el disciplinamiento del espacio, el descubrimiento
del turismo como forma de acumulación
de capital, la táctica del macroevento en
la reestructuración urbana o la cuestión
nacional y su instrumentalización por
parte de la burguesía, contra la que el
autor desarrolla una fuerte crítica. Esto
en un estudio de caso que se vale de un
análisis histórico y materialista muy
convincente que bebe del marxismo clásico, valiéndose de una cuantiosa información documental y gráfica, que son
los mayores valedores del trabajo y en la
que solo se echa en falta una mayor presencia de documentación cartográfica.
Cócola parte de una exhaustiva contextualización histórica del proceso de
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intervención urbanística sobre el casco
antiguo de Barcelona, en el que se centra
en el ascenso de la burguesía y de los nacionalismos. Así, el inicio de la instrumentalización política del patrimonio es
situado por el autor en la Revolución
Francesa y el consiguiente ascenso al
poder de la burguesía, que tanto en el
caso francés como en el catalán habría
girado su vista al arte medieval como expresión de la nación, convirtiendo el
arte gótico en símbolo de la identidad
nacional.
Desde este punto de partida, el libro
hace una reconstrucción histórica del
proceso de reforma interior del Casc
Antic, desde la concepción de su intervención en el siglo XIX hasta las últimas
intervenciones ya en la segunda mitad
del siglo XX, pasando por eventos clave
como son la reforma interior que se
hace efectiva en la primera mitad del siglo XX —vía Laietana y avenida de la Catedral— y la Exposición Internacional
de 1929. En gran medida, esta parte se
centra en la concepción del espacio, en
cómo se suceden planes y proyectos y
cómo se va conformando la idea del Barrio Gótico entre arquitectos, políticos e
intelectuales claramente identificados
con la burguesía catalana. El autor, por
el camino, va repasando los principales
arquitectos y las principales intervenciones que durante la primera mitad del
siglo XX darían su configuración definitiva al Barrio Gótico.
El análisis evidencia como la intervención sobre el patrimonio edilicio, en
el contexto de creación de la identidad
nacional catalana, supone la recreación
material de unos ideales ficticios. Así, la
arquitectura permite hacer real, mate-
rial, espacial y geográfico, un relato colectivo de origen contemporáneo pero
que tiene afán de trascender y de ser
más viejo que la propia historia. Recreando las casas e iglesias romanas y góticas de estilo catalán se materializa la recreación de la historia que supone todo
nacionalismo. Sin embargo, el impulso
definitivo a la operación historicista
que supone la creación del Barrio Gótico no llega hasta que no se hace evidente la utilidad para la economía local de
este tipo de espacios temáticos y de la
creación de una atractiva imagen de
marca.
El conjunto del trabajo supone un
texto fluido y accesible, donde la eliminación, en parte, de la estructura de tesis científica permite una lectura más
ágil y agradecida. Este es a su vez su mayor defecto dado que se evidencia una
cierta falta de estructura formal en algunas partes, combinando la reconstrucción del caso con la explicación teórica
o cayendo en el error de añadir nuevas
informaciones en las conclusiones. Esto
no elimina la validez y utilidad del texto, y es que el caso expuesto ejemplifica
las primeras intervenciones de envergadura sobre los cascos históricos del Estado y el inicio de la explotación del patrimonio como pieza fundamental en la
creación de una imagen de marca urbana. Sorprende la gran actualidad de estas
cuestiones, cuando este tipo de estrategias han tendido a asociarse e incluso se
han elevado a características definitorias
de la política urbana post-fordista. Así,
las más recientes intervenciones desarrolladas sobre los espacios históricos de
las grandes ciudades del Estado, las operaciones de reforma interior, el recurso
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 335
al macroproyecto y al macroevento, el
disciplinamiento, la museización o la
gentrificación no distan tanto de las que
se implementaron en el contexto tratado
y de hecho encuentran su origen en este
periodo. En este sentido, el libro, ade-
más de realizar aportaciones a la crítica
de estas estrategias permite contemplar
y comprender mejor sus orígenes.
Ibán Díaz Parra
Universidad de Sevilla
Comellas, José Luis (2011): Historia de los cambios climáticos. Madrid, RIALP, 318 pp.
A finales de 2011 se ha publicado el
libro del profesor José Luis Comellas
Historia de los cambios climáticos. Resulta en principio chocante que un catedrático de Historia elabore este libro, pero
una larga trayectoria de astrónomo, geológo y meteorólogo aficionado avala al
autor en temas parecidos. Como confiesa el autor en el proemio esta obra es
fruto de una pregunta que le hacen diversas personas: «¿El clima está cambiando?». A la que contesta que el clima
está cambiando, como siempre. Luego
surge si el clima cambia en la actualidad
más que en otros momentos, a lo que
responde con prudencia, y hasta admitiendo cierta ignorancia, al añadir:
«Pienso [...] que otros deberían confesar, aunque no lo hacen, que todavía no
tenemos una respuesta definitiva». Pues,
«el científico que no duda nunca sobre
lo que dice tiene grandes posibilidades
de ser un mal científico». Llama la atención al lector sobre el título de esta obra,
en la que el cambio climático ha sido
sustituido por el plural «cambios climáticos». No sólo hay un cambio climático, el antropo-inducido, aunque sea en
este sentido en el que se suela utilizar
hoy con preferencia, pues «el clima
siempre ha cambiado y a veces de forma
más espectacular y tal vez mucho más
temible que como lo está haciendo ahora mismo». «Ahora mismo no está de
moda hablar del condicionamiento impuesto por el clima sobre los humanos,
sino, en sentido inverso, del condicionamiento impuesto por los humanos sobre
le clima». Otra de las premisas del libro
es el discernimiento entre tiempo y clima. En una aproximación demasiado esquemática y pobre: la variación y lo invariable. No se pretende una obra
científica, sino «alcanzar un grado de
conversación amable con el lector que
haga [al libro] grato y amigo». No obstante, el trabajo está muy bien documentado y profusamente argumentado
en sus 318 páginas, un auténtico «libro
de texto», pues no incluye ningún gráfico. Y también trata de huir de la polémica pues «lo que ha envenenado la discusión son los inmensos intereses que
—sin culpa, al menos en principio, de
los científicos— están puestos en juego,
y quizá más grave todavía la adscripción
de las ideologías a una cuestión que debería quedar reservada a los especialistas». A continuación se introduce el autor en desgranar los testigos de los
cambios climáticos, lo que es aún más
osado que la labor del prehistoriador, los
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anillos de crecimiento de los troncos de
árboles, los testimonios polínicos, el aire
atrapado en las burbujas del hielo antártico y groenlandés, los corales; en definitiva, toda una lección de paleontología
con su colateral paleogeografía … Se dedica un capítulo a la explicación de los
numerosísimos factores de los cambios
en el clima, mucho más difíciles de investigar que los del tiempo atmosférico
pues desconocemos su participación relativa y a veces contradictoria en los
procesos: radiación solar —¿constante o
variable?, ¿en qué lapso de tiempo?—,
régimen de las corrientes marinas —gobernado, entre otros factores, por la distribución casi azarosa de las tierras
emergidas y los mares—, reflactancia de
las nubes y de los casquetes polares y de
nieve-hielo, presencia de gases de efecto
invernadero —siendo el más importante
el vapor de agua de casi imposible modelización, «aunque la bestia negra que
tiene que soportar casi en exclusiva, con
entera justicia o no tanto, la culpabilidad del calentamiento, es el dióxido de
carbono»—, … y hasta las vacas que
emiten cantidades ingentes de metano.
Con esta buena carga intelectual el autor
aborda la descripción ordenada en el
tiempo de los cambios en el clima de la
Tierra: desde los albores supuestamente
tórridos del Planeta, a la «Tierra Blanca», en expresión más periodística que
fundada en causas admitidas de común
consenso. Le siguen los cambios habidos durante el Paleozoico, Mesozoico y
Terciario, algunos como la posible cantidad de CO2 atmosférico en torno a
1.000 ppm deducida de los estomas de
las hojas de las plantas coetáneas. En
esta exposición de numerosísimas fuen-
tes se cae con frecuencia en la trampa de
que lo que está ordenado cronológicamente sea motivo de comprensión causal, una relación que habría que probar.
Cuanto más nos aproximamos a la actualidad más cambios aparecen, pero
probablemente no porque los haya habido en mayor número, sino porque es
más abundante el registro y, consiguientemente, más detallado nuestro conocimiento. En esto el comportamiento es
parejo al del resto de la Historia. Se
cumple aquí lo que en cartografía se denomina «la paradoja de Steinhaus»:
cuanto más detallada es la escala a la
cual se mide la línea de costa es mayor
también la longitud hallada. ¿Cuál es,
entonces, la longitud de la línea de costa
de un país? Y el Cuaternario ofrece toda
su complejidad en la sucesión climática
de cuyas causas se especula mucho.
«Hemos de esperar a resultados más definitivos para comprender mejor qué fenómeno es causa y cuál es consecuencia. Aunque sea sólo de pasada tal vez
resulte útil recordar —cuidado, con muchísima prudencia— que de acuerdo
con determinadas teorías, la abundancia
de CO2 es la consecuencia más que la
causa de los procesos de calentamiento.
Todo está interrelacionado, de eso no
nos cabe la menor duda; pero aún serán
precisos muchos estudios conjuntos y
combinados antes de que podamos conocer con seguridad todos los mecanismos». Se citan también grandes sucesos
catastróficos y accidentales como los
impactos de los meteoritos en épocas
geológicas pasadas o la impronta de las
erupciones violentas de ciertos volcanes,
dado que no se ajustan nuestros conocimientos a los actos repetitivos propios
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de los períodos de los ciclos. Con gran
lujo de detalles se pasa lista a los diferentes acontecimientos climáticos e históricos —en sentido estricto, de la Historia de la humanidad—, para
entrelazarlos del modo más coherente,
aunque con frecuencia sin alcanzar seguridad alguna. La retahíla de eventos
termina, por rabiosa actualidad, en los
comienzos del siglo XXI, en que se describen los cambios año a año: no deja de
ser paradójico, cuando en los inicios del
libro se había puesto especial hincapié
en diferenciar tiempo de clima, y, aunque éste último no se haya precisado
cuánto tiempo —ni a qué tiempo cronológico— representa, parece claro que
debe tratar de lapsos como mínimo pluridecenales. Además el autor expresa
con claridad las limitaciones: «pretender
averiguar la realidad climática del siglo
en que vivimos resulta absolutamente
prematuro; tal vez pueda pensarse que
imprudente. Los modelos que hoy es
posible formular permiten hacer predicciones con mucha más precisión que
hace cincuenta años, pero es inconveniente emplearlos en procesos de previsión a largo plazo, porque no sabemos
qué factores van a influir en los cambios
que se operarán dentro de muchos años
y no digamos de muchos siglos». «Los
cambios climáticos rectamente entendidos no pueden deducirse de series de
sólo diez o doce años». Uno no deja de
rememorar el libro de Dewey La miseria
de la epistemología. Ya el Fausto de Goethe
al comenzar su monólogo admitía que
tras múltiples estudios veía «que no podemos saber nada». Incluso antes de entrar en el tema de las causas se permite
decir: «Sí resulta muy probable que en
los últimos años se haya enfriado la mayor parte de la Antártida», en oposición
a las noticias alarmantes que suelen restringir la Antártida a la Península Antártica —una minúscula porción, pero la
que posee mayor número de estaciones
de muestreo— para finalizar el capítulo:
«En suma, hay motivos para suponer
que el calentamiento no es “global” —
una palabra anglosajona que hemos
dado en imitar—, pero es casi global, y
tenemos el deber de conocerlo y estudiarlo, por lo que pueda suponer para
nosotros y para nuestros descendientes». El penúltimo capítulo es elocuente
en su título, pues se refiere al último
cambio climático acaecido: «Las causas
y los problemas». Pasada revista a los
condicionantes, las diferentes fuentes de
energía aprovechadas por el hombre, se
termina con las discusiones, la polémica
y la posibilidad —expresada a través de
una duda— de que «nos calienten», esto
es, que la causa sea externa. Se recalca el
papel de las oscilaciones por causas pendulares, entremezcladas con otros factores, que nunca acaban de explicar convincentemente
el
comportamiento
observado, lo que equivale a admitir la
debilidad de nuestro razonamiento, probablemente basado en datos insuficientes. Y el capítulo final titulado «El futuro» presenta afirmaciones como las
siguientes: «¿Qué nos espera? Cualquier
vaticinio sería poco más que una vana
especulación». «Con todo, ofrecer expectativas estremecedoras puede ser una
mala política, y hay motivos suficientes
para suponer que las catástrofes son en
alto grado improbables, y que lograremos superar los males que nos amenazan, si es que son algo más que una
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mera y sensacionalista conjetura». Se
aboga, pues porque cualquier problema
que un hombre haya producido, otro
hombre sea capaz de resolver. «El origen
antropogénico del aumento térmico es
en el fondo mil veces preferible al de
origen cósmico, por la sencilla razón de
que podemos buscar y encontrar solución al primer problema, mientras que
la del segundo está radicalmente fuera
de nuestras posibilidades». Pero esta frase no esconde sino lo que Spencer ha
criticado: si en la oscuridad de la noche
hemos perdido una llave, no la debemos
buscar a la luz de la única farola que
existe en el largo camino sólo porque
allí se tenga posibilidad de ver mejor,
sino a lo largo de todo el recorrido.
El gran problema de estas investigaciones es la expresión de «puede que»,
dado que el poder es sólo dicotómico —
se puede o no se puede—, mientras que
debería expresarse en términos probabilísticos. Si yo digo que un gran meteorito me puede caer en la cabeza, la posibilidad existe, pero la probabilidad es tan
baja que solemos expresarla en el lenguaje coloquial como que «no puede».
¿Es un simple tecnicismo o lleva aparejadas múltiples y muy diversas consecuencias? Al fabricante de cascos protectores le interesa destacar la
posibilidad, y siempre alegará que es
preferible ir protegido que descubierto,
aunque todos sepamos que el casco ante
un accidente como el predicho es poco
efectivo …
Como he tenido ocasión de decir, un
libro bien escrito, sin concesiones gráficas a las que hoy es tan propenso el humano —no en balde el sentido de la vista es el más desarrollado de la especie—,
con buena síntesis, trabada argumentación y el rigor de un intelectual. Si el
lector de esta crónica al terminar siente
intención de leer el libro, habré logrado
el propósito, y aseguro que, sea cual sea
la formación del primero, no quedará
defraudado sino gratamente satisfecho.
Juan José Sanz Donaire
Universidad Complutense de Madrid
Lindón, Alicia y Hiernaux, Daniel (dirs.) (2010): Los giros de la Geografía Humana.
Desafíos y horizontes. Barcelona, Anthropos Editorial, Universidad Autónoma Metropolitana, 303 pp.
En la amplia y variada oferta de publicaciones recientes sobre geografía humana, cabe reseñar la obra Los giros de la
Geografía Humana. Desafios y horizontes,
dirigida por dos destacados geógrafos,
Alicia Lindón y Daniel Hiernaux, y en la
que participan una docena de autores
procedentes de diferentes latitudes y
contextos geográficos y culturales, entre
los que cabe destacar a eminentes geógrafos de reputación mundial, como
Paul Claval.
Este recomendable proyecto editorial
revisa y discute la teoría geográfica actual, prestando especial atención a algunos campos de la geografía humana,
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donde se pueden observar las aproximaciones e intercambios con otras ciencias
sociales. Estructurado en dos partes, el
libro se construye a partir de los múltiples «giros» o cambios de rumbo que
experimentan las ciencias sociales y, especialmente, la geografía humana, al intentar construir nuevos patrones explicativos de los comportamientos humanos en un contexto de globalización.
En la primera parte, compuesta de
cinco capítulos, se introduce al lector en
las problemáticas internas de la geografía humana, para dar paso a las distintas
transformaciones de la disciplina y de
las ciencias sociales que influyen en la
misma. En el primer capítulo, firmado
por Alicia Lindón, se proporciona un esquema básico de los giros en las ciencias
sociales y en la geografía humana en las
últimas tres décadas, donde se observa
un proceso no lineal de recomposición
de la disciplina. A continuación, Daniel
Hiernaux discurre sobre la reacción de
los geógrafos frente a la adopción de los
diversos giros en la geografía, pasando a
reflexionar sobre la fragmentación de la
disciplina y su posible escisión entre humana y física, así como la abrumadora
tendencia a primar la formación del geógrafo a partir de las demandas del mercado y, menos, hacia una formación integral y reflexiva.
En el siguiente capítulo Paul Claval
nos ofrece un horizonte amplio de las
transformaciones del mundo —globalización, cambio climático— que impulsan a la geografía en su reconstrucción, y
se muestra optimista frente a los riesgos
de ruptura en la disciplina, mostrándonos un amplio abanico de posibilidades
—multiplicidad de campos nuevos—
por el contacto progresivo con las demás
ciencias sociales. Por su parte, Jacques
Lévy se muestra proclive a una apertura
de la geografía humana a otras ciencias
sociales, lo que se traduce en una lectura compleja de los actores, objetos y entornos, donde el espacio adquiere un
nuevo papel para cada fragmento social
y la sociedad en su conjunto. También,
en el quinto capítulo, Angelo Turco reflexiona sobre las transformaciones del
concepto de espacio a través de la historia del pensamiento filosófico, distinguiendo entre espacio paratáctico y espacio liminar. El mismo autor discute
sobre la apertura temática de la geografía humana y los riesgos de pretender estudiar la construcción social de diferentes lugares, partiendo de supuestos
teóricos que conciben lo social como un
agregado.
Siete capítulos conforman la segunda
parte del libro, destinados a analizar los
giros en algunos campos específicos de
la geografía humana. Inaugurando este
bloque, Pedro Sunyer realiza una revisión crítica de las transformaciones recientes en geografía histórica, donde
destaca una mayor actividad creativa en
los giros de la geografía anglosajona. Por
su parte, Rocío Rosales aborda las transformaciones de la geografía económica,
destacando el encuentro fructífero entre
la geografía y la sociología, y en la que
defiende una concepción del espacio
como construcción social. Alicia Lindón, en el capítulo octavo, nos propone
un alejamiento de la geografía urbana
tradicional, anclada en cuestiones de localización y flujos en el territorio, a través de nuevos abordajes de la ciudad y
del espacio urbano, vinculados a las ex-
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periencias espaciales del sujeto habitante. En la misma línea, Béatrice Collignon
nos presenta las virtudes teóricas y metodológicas del espacio doméstico en la
geografía humana, al permitir legitimar
la vida cotidiana como objeto de estudio. También, Paula Soto aborda los giros de la geografía de género a través de
nuevas preguntas, objetos y espacios.
Este bloque se cierra con dos sugerencias, un capítulo dedicado a la geografía del ciberespacio y de los mundos
virtuales por Liliana López Levi, que reflexiona sobre las implicaciones sociales
y espaciales de las transformaciones tecnológicas; y otro capítulo realizado por
Gerardo Bocco y Pedro Urquijo, que nos
proponen un abordaje de la geografía
ambiental desde la perspectiva de los giros geográficos, en la que se defiende
una articulación con la teoría social a
través del concepto de habitar.
El libro concluye con una apuesta
decidida de Alicia Lindón y Daniel Hiernaux por compartir el espacio, resultado
de encuentros y desencuentros de las
ciencias sociales y la geografía humana.
Un brillante colofón, donde los directores de la obra discuten abiertamente sobre la necesidad de construir puentes
sólidos entre ambas, evitando un giro
espacial de las ciencias sociales al margen de la disciplina geográfica, lo que
puede desencadenar confusión y favorecer una comprensión parcial de la dimensión espacial de lo social.
En definitiva un trabajo excelente,
cuya lectura es muy recomendable, al favorecer que el lector se adentre y reflexione sobre los nuevos giros que viven
las ciencias sociales y la geografía humana en particular, una línea de trabajo
que se encuentra en ciernes, y para la
que será necesario deslizarnos desde
posturas ancladas en estériles descripciones hacia estadios más analíticos de
nuestra realidad geográfica.
Diego Sánchez González
Universidad Autónoma de Nuevo León
Muñoz Navarro, Daniel y Urzainqui Sánchez, Sergio (2011): El Camino Real de Valencia a Castilla, S. XV-XVIII: El Camí de Requena, un itinerario histórico. Valencia, Conselleria d’Infraestructures i Transport-Generalitat Valencia, 262 pp.
En esta obra se estudia y documenta
detalladamente la evolución y las transformaciones acaecidas entre los siglos XV
y XVIII en un itinerario de gran importancia: el Camino Real de Valencia a
Castilla, también denominado en la documentación histórica valenciana como
«Camí de Requena» o «Camí de Castella», que conectaba Madrid, villa y Cor-
te, y otras áreas del interior peninsular
con el puerto mediterráneo más próximo, el de Valencia.
Para ello, los autores adoptaron un
enfoque metodológico interesante, abordando el estudio de esta infraestructura
no sólo desde el plano técnico y constructivo, sino también desde el punto de
vista de la historia económica y social.
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De este modo, Daniel Muñoz y Sergio
Urzainqui conciben los caminos históricos no únicamente como agentes pasivos de la historia, sino más bien al contrario, teniendo en cuenta como los
caminos históricos influían de manera
muy significativa en la evolución histórica y el desarrollo socioeconómico de
las regiones y de los núcleos de población ubicados en sus márgenes. De esta
manera se aprecia mejor la importancia
de un estudio de estas características,
que, sin abandonar el análisis patrimonial, tenga en cuenta los aspectos históricos y la importancia de la red viaria y
el comercio terrestre a lo largo del Antiguo Régimen.
A pesar de la escasa bibliografía especializada en esta temática, el estudio
de las vías de comunicación y el papel
que éstas juegan en el desarrollo de determinadas regiones es un tema de rabiosa actualidad, que nos retrotrae a la
época medieval. De este modo, el estudio toma como punto de partida a finales del año 1427, momento en el que la
ciudad de Valencia y la villa de Requena
firmaron una concordia, cuyo fin era el
de construir un carril que permitiese un
tránsito fluido entre las regiones productoras de cereal de La Mancha y la populosa y dinámica ciudad portuaria de
Valencia, contribuyendo a mejorar la conexión entre las principales entidades
políticas peninsulares del siglo XV, la
Corona de Castilla y la de Aragón. En
estos momentos, los poderes locales
se veían obligados a sufragar los gastos
derivados de una gran obra civil muy
singular, tanto por su complejidad técnica —derivada principalmente de la
difícil orografía por la que debía discu-
rrir el camino— como por su alcance —
prolongándose por más de cien kilómetros y atravesando la frontera entre ambas coronas, a través de la villa de
Requena—.
Este documento en pergamino, conservado en el Archivo Municipal de Valencia, junto al libro de obras del «Camí
de Requena», que detalla la evolución
de esta gran empresa, desarrollada entre
1428 y 1429, pueden ser considerados
los documentos fundacionales de este
Camino Real, cuyo trazado no ha variado significativamente desde el siglo XV
hasta la actualidad, a pesar de los avances técnicos y constructivos, como puede apreciarse en la carretera decimonónica que sustituyó al antiguo Camino
Real, denominada «Carretera de Las
Cabrillas» o las nuevas redes viarias
construidas recientemente: la autovía
A-3 hacia finales del siglo XX o el tren de
alta velocidad entre las ciudades de Madrid y Valencia, inaugurado en el año
2010.
Este estudio se estructura en tres
grandes bloques temáticos, coincidiendo con los tres enfoques mencionados
anteriormente. El primero de ellos se
centra en la construcción del Camino
Real de Valencia Castilla, y su evolución
a lo largo del marco cronológico abordado (siglos XV-XVIII). Para ello, en primer
lugar, se documenta, a través de otros
estudios, cómo esta ruta de paso estaba
ya activa al menos desde época ibérica,
sin ser abandonada en ningún periodo
histórico, convirtiéndose en un punto
clave de conexión entre el interior peninsular y la costa ya desde la Antigüedad. Una vez contextualizado el objeto
de estudio de esta obra, los autores se
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centran en analizar la ejecución de esta
gran obra civil, financiada por la ciudad
de Valencia y la villa de Requena, gracias
a la riquísima documentación del mencionado libro de obras. Pero la interrupción de las obras en 1429 no supuso el
fin de los trabajos. El carácter efímero
de estas infraestructuras hacía que el
buen estado de los caminos fuese motivo de preocupación constante para las
autoridades políticas a lo largo de toda
la Edad Moderna. De esta manera, el
buen mantenimiento de los caminos se
enfrentaba no sólo al desgaste propio del
tránsito de personas, animales y mercancías y a las catástrofes naturales, sino
también a las coyunturas bélicas y los
problemas financieros de las diversas
instituciones vinculadas a ellos. Un hecho perfectamente contrastado en el
caso de este itinerario gracias esfuerzo
de rastreo documental realizado los autores es la relevancia e importancia del
comercio terrestre y, consecuentemente,
del camino, cuyo estado afectaba tanto a
sus usuarios directos y zonas atravesadas como a los espacios limítrofes.
Este hecho conecta con la segunda
parte de este estudio, centrada en remarcar que la relevancia de un itinerario
histórico no se deriva solo de sus elementos patrimoniales —puentes, puertas, mesones, fondas…—, sino también
de la relevancia de quienes solían hacer
uso del mismo. De este modo, se analiza
la historia social de este camino histórico, un camino vivido, por el que transitaron desde grandes monarcas hasta criminales, vagabundos y otras gentes de
mal vivir. Sin duda, el gran dinamismo
de las actividades lícitas —venidas reales y de otras autoridades, paso de tro-
pas, vía de peregrinación y especialmente el intensísimo tráfico comercial— fomentó y alimentó una importante actividad delictiva en torno a esta vía de
comunicación, que ha quedado perfectamente reflejada en los fondos judiciales. La proximidad de la frontera entre el
Reino de Valencia y la Corona de Castilla favoreció el desarrollo del contrabandismo —principalmente de seda y de
moneda—, pero además también fueron
muy habituales las cuadrillas de bandoleros y de salteadores de caminos que,
amparándose en una orografía montañosa y en el intenso flujo de personas y
de mercancías, desarrollaban su actividad delictiva. Por último, la inseguridad
a la que se exponían los viajeros durante
el periodo de Antiguo Régimen no se limitaba a los caminos, ya que las ventas y
las posadas establecidas a lo largo de éstos, a menudo, eran también escenarios
de reyertas, extorsiones o robos. Una
realidad que encaja a la perfección con
la imagen ofrecida en algunas obras literarias del Siglo de Oro o en ciertas obras
pictóricas.
Por último, los autores realizan un
exhaustivo análisis patrimonial del Camino Real de Valencia a Castilla, apoyado en una interesante cartografía antigua y actual, que constituye la tercera y
última parte de esta obra. Aproximándose a este itinerario desde una visión de
conjunto, que no se limita a los elementos arquitectónicos que han sobrevivido
al paso del tiempo, Daniel Muñoz y Sergio Urzainqui han realizado una reconstrucción completa del trazado histórico,
sirviéndose para ello de una importante
colección de cartografía histórica que
han conseguido recopilar y analizar, así
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 343
como de la fotografía aérea, las fuentes
escritas y el trabajo de campo. De este
modo han podido distinguir entre los
tramos del camino ya destruidos o solapados por infraestructuras más modernas y los tramos desafectados del camino que se mantienen todavía intactos y
en su mayor parte transitables y, por lo
tanto, susceptibles de ser analizados, interpretados y puestos en valor, dotándolos de un contenido. Asimismo, esta labor se complementa con un inventario
de elementos patrimoniales y arquitectónicos asociados al antiguo Camino
Real nada desdeñables, en el que se distinguen puentes, como el de Vadocañas
o Siete Aguas; puertas de entrada, como
el portal de Quart; u otros elementos reseñables, como las ventas, cruces de término o alcantarillados, situados en los
márgenes del mismo.
En definitiva, una obra compleja que
analiza la evolución de un itinerario
geo-histórico clave en el transporte en
España, que se ha mantenido vivo desde
el periodo ibérico y que, aún hoy, continúa evolucionando, adaptándose a los
nuevos retos de los sistemas de comunicación del siglo XXI. Su estudio permite
comprender mejor los entresijos de la
red viaria española a lo largo del Antiguo Régimen, valorando la importancia
de los caminos en los cambios territoriales, sociales y económicos de las regiones por las que discurren, combinando,
en este caso, el análisis geo-histórico y la
recuperación y puesta en valor una vía
prioritaria de conexión entre el interior
peninsular y la costa. Un itinerario que
conserva un importante legado patrimonial que merece ser puesto en valor,
como hacen los autores de esta obra en
la que han combinado sabiamente el trabajo de campo y el de archivo.
Concepción Camarero Bullón
Universidad Autónoma de Madrid
Zárate Martín, Manuel Antonio y Rubio Benito, María Teresa (2011): Paisaje, Sociedad y Cultura en Geografía Humana. Madrid, Editorial Universitaria Ramón
Areces, 445 pp.
Los profesores del departamento de
Geografía de la UNED, Manuel Antonio
Zárate Martín y María Teresa Rubio Benito han elaborado a través de un total
de seis capítulos y 445 páginas la excelente obra objeto de reseña, en la que se
pretende de forma global y analítica presentar desde la ciencia geográfica el
mundo actual del siglo XXI, lleno de profundos, rápidos e inesperados cambios
los cuales vislumbran un escenario nuevo para la humanidad.
A través del capítulo primero, se presenta “Un mundo de ciudades”, en donde se analiza el progresivo aumento del
tamaño de las ciudades como fruto de
un proceso de urbanización que avanza
en todo el conjunto planetario y crea
importantes diferenciaciones en el seno
de la trama urbana. Se presentan las di-
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344 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
versas funciones urbanas, desde las productivas a otras como las de mando y las
de dirección así como las dedicadas a la
oferta de múltiples servicios.
Las ciudades son el fruto de la historia y por tanto presentan un paisaje heredado junto a una dinámica de renovación y rehabilitación constante. Ello
precisamente incide de forma relevante
en estos espacios cambiantes tanto en su
plano como en su forma y lógicamente
constituyen un importante campo de interés para el conjunto de las ciencias sociales y muy especialmente para la Geografía que estudia las dinámicas del
paisaje desde la puesta en valor de los
centros históricos hasta las diversas teorías de estructura urbana y las importantes diferenciaciones internas de las ciudades desde áreas residenciales de gran
calidad ambiental hasta los espacios más
degradados o periféricos.
Una mención especial merece el tratamiento que los autores otorgan a la
ciudad como un espacio percibido siguiendo las teorías de la percepción y
con un ejemplo muy didáctico, como
es el caso de la ciudad de Toledo. Finaliza este primer capítulo con una importante referencia a la ciudad como un
espacio vivido en donde aparecen múltiples relaciones interpersonales, desigualdades, movilidad e índices poblacionales.
En el capítulo segundo, denominado: “La distribución espacial y la estructura de la población” se lleva a cabo un
minucioso y amplio recorrido del factor
poblacional en relación a su desigual
distribución en el planeta, los diversos
índices de natalidad, fecundidad y mortalidad así como el clarificador modelo
de transición demográfica sin pasar por
alto las diversas teorías sobre el crecimiento de la población, la aplicación de
las políticas demográficas y su impacto
en la diversas estructuras de la población. La parte final del capítulo hace un
amplio recorrido por la movilidad de la
población interesándose por los efectos
que provocan las migraciones y las diferentes teorías y modelos sobre las migraciones.
Afirman los autores que el crecimiento de la población mundial, es con
seguridad el acontecimiento más revolucionario de nuestro tiempo, y no tenemos más que expresar nuestro total
acuerdo cuando hemos sabido por la
ONU que acabamos de sobrepasar en el
año 2011 los 7.000 millones de seres
humanos en el planeta, con los interrogantes y reflexiones que ello suscita
acerca de los límites de crecimiento del
planeta, la capacidad de producción de
alimentos o la lucha por mantener
esencialmente en las sociedades avanzadas unos niveles de bienestar hasta
hace pocas décadas insospechados.
No menos relevante es el capítulo
tercero, titulado: “Paisajes Agrarios, rurales e industrializados” a través del
mismo con una gran capacidad de síntesis, maestría expresiva y unos argumentos convincentes, se muestra como la actividad agraria ha experimentado un
gran avance fruto de la incorporación de
la últimas tecnologías. Se explican coherentemente los elementos y los factores
del paisaje agrario, seguidamente se inicia un detallado recorrido desde los paisajes agrarios heredados en contraste
con los nuevos generados a raíz de la
«Revolución verde» que demanda una
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 345
economía cada vez más globalizada, capaz de transportar cualquier producto
de una parte del planeta a otra en un
tiempo récord.
Merece nuestra atención el enfoque
geográfico de la obra, ya que se desvelan
las nuevas formas de ocio rural, como
serían los «huertos urbanos» o la necesidad de prácticas agrarias por parte de los
ciudadanos «aislados» del campo por
las amplias dimensiones de las grandes
urbes.
Se indica en otro apartado la iniciativa de las autoridades políticas hacia una
serie de acciones encaminadas a la ampliación de cultivos o por contraste de
reducción de excedentes sin pasar por
alto la búsqueda de un desarrollo agrario sostenible y armónico como defensa
de la naturaleza, argumentado muy razonadamente como el sostenimiento de
la actividad agraria es un buen elemento
para la defensa de la naturaleza como
por ejemplo el mantenimiento de la albufera valenciana.
La otra gran parte de este extenso capítulo es la dedicada a los paisajes industriales y su impronta en el espacio,
en donde de forma amena se explican
los paisajes negros o de primera generación originados por el empleo de industrias derivadas del carbón, también los
paisajes de segunda generación que
adoptaron una mayor flexibilidad de localización ya que surgieron a partir del
empleo de la electricidad y el petróleo.
Por último se denominan los paisajes de
última generación aquellos relacionados
con las nuevas industrias como serian la
electrónica, la robótica o la biotecnológica auspiciadas por el desarrollo de la
investigación actual.
Termina este capítulo con un enfoque genuinamente geográfico ya que se
plasman los asentamientos industriales
en el mundo y su localización mas reciente sin olvidar los esfuerzos de los diferentes países por reconvertir sus industrias y crear auténticos parques
tecnológicos y empresariales, como por
ejemplo el dinamismo creado en los emplazamientos de Tres Cantos (Madrid),
el Vallés (Barcelona), Zamudio (Vizcaya) o Paterna (Valencia).
El cuarto capítulo —que tiene una
menor extensión en el conjunto de los
seis que componen la obra—, trata de
forma específica y muy sugerente: “El
mar, un espacio siempre disputado”. La
vida surgió en el mar y tres cuartas partes de nuestro planeta están cubiertas de
agua, ello hace que el mar sea un medio
privilegiado para la vida, es fuente de
biodiversidad y sus fondos marinos son
enormes depósitos de riquezas minerales que el ser humano utilizará progresivamente según sus necesidades. La preferencia por vivir cerca del mar es
evidente ya que dos terceras partes de la
humanidad lo hace a menos de cien kilómetros del mismo, por ello se generan
problemáticas derivadas del uso intenso
de los espacios costeros y se destaca la
contaminación de las aguas, pérdida de
biodiversidad, deterioro de las costas y
una fuente constante de conflictos e intereses por su dominio entre los diferentes estados.
El mar es una de las grandes «despensas» de la humanidad y su potencial
puede dar respuesta a los grandes desafíos que tendrá la especie humana en las
décadas venideras, por ello merece tal
como proponen los autores el máximo
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346 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
respeto y las adecuadas iniciativas para
que esté garantizado su mantenimiento
y su perdurabilidad en el futuro.
Un fenómeno relativamente nuevo y
con un gran impacto en el paisaje y en la
actividad económica es el Turismo. Por
todo ello los autores dedican el capítulo
número cinco a la comprensión de “Una
sociedad de ocio y turismo”. En las sociedades desarrolladas el tiempo de ocio
ha crecido notablemente al igual que la
esperanza de vida, y esto ha estimulado
el deseo de viajar, de conocer otras culturas o de disfrutar de un entretenimiento merecido. Ante esta nueva realidad los procesos de ordenación del
territorio y de adecuación del espacio
hacia la actividad turística han provocado grandes impactos capaces de transformar profundamente el paisaje y las
actividades de las personas.
Se analizan los factores de la actividad turística tales como el clima, los
atractivos naturales o la oferta cultural
de un espacio, también se menciona la
evolución del turismo, su importancia
económica y social así como la transformación del territorio, las políticas de
planeamiento en donde deberán prevalecer la conservación frente a los posibles abusos relacionados con la especulación y búsqueda de enriquecimiento
fuera de toda ética.
De interés relevante es el análisis
planteado sobre los flujos y los focos del
turismo mundial y las tendencias previsibles que aparecen en un abanico de
posibilidades como el turismo rural, las
visitas de empresas o el interés por conocer el patrimonio cultural, ofertas todas que complementan y amplían las
tradicionales de sol y playa. Calificamos
como muy sugerente y factible la conclusión que hacen los autores de este capítulo ya que señalan con conocimiento
de causa que, el turismo se ha convertido es un sistema cultural de imágenes,
actores y territorios.
El sexto y último capítulo aborda la
transformación generada por los actúales cambios económicos, políticos y sociales como los mayores agentes en las
evidentes transformaciones del paisaje y
la ordenación del territorio desde una
dinámica multiplicación de intercambios de todo tipo, de ahí el título: “Redes
y flujos”.
Las ciudades y sus relaciones interurbanas son sin lugar a dudas las principales actoras de estos flujos constantes
de personas y de mercancías. Partiendo
de la teoría de los lugares centrales de
Christaller se orienta el capítulo a la explicación de la influencia que ejercen las
diversas jerarquías urbanas y la movilidad e interacción espacial.
Ocupa un lugar destacado los modos
de transporte interurbanos e intraurbanos así como la aparición de diversos niveles de redes, desde lo local a lo global,
todo ello auspiciado por los avances tecnológicos que provocan la constante
modificación de estas relaciones así
como el esfuerzo cuantioso de las autoridades supranacionales, nacionales, regionales o locales por un mayor desarrollo de los transportes y mejora en las
conexiones que puede aislar o potenciar
un territorio de forma decisiva.
No quisiéramos acabar esta reseña
sin destacar el importante soporte documental de imágenes, planos, cuadros
estadísticos, gráficos y otras figuras que
hacen de esta obra una referencia im-
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 347
prescindible para el estudio de la Geografía y que se convertirá sin lugar a
dudas en un manual de referencia para
profesores, estudiantes y cualquier persona interesada en conocer de manera
rigurosa, sintética, amena y con una
estructura lógica bien definida, el interés de la Geografía Humana como
ciencia que aborda de forma integral el
estudio del paisaje y sus transformaciones en las diversas sociedades y culturas generadas por la actividad huma-
na sobre la «casa común» que es nuestro querido planeta la Tierra. No queda
más que invitar al eventual lector a que
se sumerja en estas páginas de un genuino sabor a ciencia geográfica que
tanto interés despierta en la comprensión del ser humano y su actividad sobre el espacio vivido, percibido y quizás hasta soñado.
Francisco José Morales Yago
UNED
Zárate Martín, Manuel Antonio y Morice, Jean-René (coords.) (2010): Visita de empresa y turismo: contexto español y perspectivas europeas. Toledo, Cámara de Comercio de Toledo, UNED y Universidad de Angers, 259 pp.
En un mundo cada vez más globalizado, en el que la dependencia económica de los países, la movilidad de los seres humanos y el crecimiento expansivo
de las ciudades son hechos incuestionables, también aparecen con gran fuerza
una serie de realidades que matizan la
vida de las personas en el planeta, por
ejemplo, la aparición de un mayor tiempo de ocio, la existencia de un periodo
vacacional o el alargamiento de la esperanza de vida, hechos que promueven
una mayor disponibilidad de las personas hacia el turismo en sus distintas modalidades.
Precisamente hablando de modelos
turísticos y según uno de los últimos informes del Director General de Turespaña, D. Antonio Bernabé destacó la importancia del turismo cultural y de
interior, que sólo en 2010 representó el
54% del total del turismo y fue el reclamo de más de 28 millones de turistas
que realizaron actividades culturales en
nuestro país, que continúa siendo un
excelente destino de «sol y playa», aunque al mismo tiempo, se presenta con
una gran potencialidad en otras modalidades que van alcanzando un importante grado de consolidación como sería el
denominado «Turismo Industrial» o de
«Visita de empresa».
A través de esta publicación, se presentan las aportaciones y las ponencias
que constituyeron el marco del «II Congreso Europeo de Turismo Industrial»,
llevado a cabo en España en el año 2008
en la ciudad de Toledo, bajo la coordinación científica del profesor de la
UNED, el Dr. Manuel Antonio Zárate
Martín.
El libro dirigido y coordinado por los
profesores: Dr. Manuel Antonio Zárate,
de la UNED, y Dr. Jean-René Morice, de
la Universidad de Angers en Francia, recoge un total de veintinueve aportacio-
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348 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
nes integradas por ponencias, comunicaciones y artículos que se incluyen en
tres ejes temáticos; diez de ellas dedicadas a la Realidad y futuro de la visita de
empresas en Europa, otras diez más dedicadas a la Innovación y la competitividad
en la visita a empresas de Europa y nueve
aportaciones más que abordan Un sector
de éxito: el turismo enológico. A su vez la
procedencia de estos trabajos es variada,
trece proceden de autores españoles,
once de franceses, dos de italianos y una
por cada una de estos tres países: Holanda, Bélgica y Portugal.
En cuanto a la participación en la
elaboración de estos trabajos, lo hace un
total de treinta y cinco autores, correspondientes trece a España, otros trece a
Francia, cuatro a Holanda, dos a Italia,
dos a Portugal y uno a Bélgica.
Independientemente de estos datos
numéricos, es necesario señalar la variedad de los participantes, ya que abarca
un importante abanico de profesiones y
de responsabilidades diversas; desde
profesores de Universidad, como es el
caso de los coordinadores de la edición,
pasando por consultores de empresa, representantes de varias fundaciones, gerentes de diversas instituciones que desempeñan actividades variadas, gestores
políticos o responsables de diferentes
cámaras de comercio.
La amena y la variada lectura de los
artículos deja patente la realidad actual
del turismo de empresa, su potencialidad, su dinamismo y su tendencia creciente a convertirse en una modalidad
que atraerá en los próximos años a un
gran número de visitantes y servirá para
mostrar por un lado la oportunidad de
aumentar el negocio de ventas y, por
otro, como un dinamizador territorial
que pondrá en valor lugares que hasta
hace pocos años tenían un dudoso futuro en el campo de la actividad turística.
Sin olvidar nunca el impacto que la promoción de estas actividades conlleva en
la creación de nuevos puestos de trabajo
que tanto pueden favorecer la reactivación de un territorio y la potenciación
del conjunto de sus actividades económicas, hecho que cobra fuerza en unos
tiempos en que la economía mundial
está experimentado profundos cambios
y la incertidumbre ha pasado a convertirse en un hecho cotidiano.
Sirven estas ponencias como soporte
para dar a conocer lo realizado hasta el
momento y denotan el gran interés previsto para el futuro. Al mismo tiempo
que, fruto de la reflexión y como síntesis
final, se llevan a cabo una serie de propuestas para que esta actividad en pleno
desarrollo quede consolidada y tenga un
crecimiento sostenido en los próximos
años. Por todo ello, se evidencia la necesidad de impulsar estrategias de marketing y de comunicación de este producto
turístico, de aplicación de modelos de
calidad y de normalización sistematizada, de colaboración y de coordinación
entre la iniciativa pública y la privada.
Se pone de relieve la conveniencia de
crear un «Observatorio permanente del
turismo de empresa», como entidad que
analice y comunique nuevas propuestas,
la necesidad de actuar en sentido de red
en el marco de la Unión Europea y, por
último, la importancia de una promoción permanente y duradera que garantice una mayor información para los potenciales clientes de esta modalidad
turística.
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 349
No queda más que invitar al eventual lector a que se sumerja en estas páginas llenas de nuevas e innovadoras
propuestas, en donde los coordinadores
han realizado un esmerado trabajo de
síntesis, una equilibrada distribución de
las distintas temáticas y una presentación amena, rigurosa y sugerente del
potencial turístico que suponen las actividades relacionadas con el turismo y la
visita de empresa que actúa como claro
hilo conductor de toda la publicación
presentada.
Francisco José Morales Yago
UNED
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Reseñas bibliográficas
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Nº 272
enero-junio 2012
Madrid (España)
ISSN: 0014-1496
2012
Pablo Barreira González, Victoria González Cascón y Joaquín Bosque
Sendra: Detección de errores temáticos en el CORINE Land Cover a través
del estudio de cambios: Comunidad de Madrid (2000-2006).
Jaime Escribano Pizarro: Servicios educativos y sanitarios elementales en
el medio rural: percepción social e influencia sobre la calidad de vida.
Julio Fernández Portela: Cambios en la industria y en el paisaje vitivinícola
de la Denominación de Origen de Cigales (Castilla y León, España).
José Antonio López Sánchez, Manuel Arcila Garrido y Adolfo Chica
Ruiz: Tendencias y perspectivas del turismo de sol y playa en Marruecos. El
caso de la región Tánger – Tetuán.
Susana Navarro Rodríguez, Carmen Ocaña Ocaña y Remedios Larrubia
Vargas: Inmigración y dinámicas demográficas andaluzas a comienzos del
siglo XXI. Una perspectiva territorial.
Alfredo Pérez Morales y Salvador Gil Guirado: La avenida de 22 de octubre de 1948 en la cuenca del Segura. Revisión y análisis.
Juan Ignacio Rengifo Gallego: Evaluación de la actividad cinegética en Extremadura en los albores del siglo XXI. Retos a corto y medio plazo.
David Serrano Giné: Consideraciones en torno al concepto de unidad de
paisaje y sistematización de propuestas.
José Antonio Sotelo Navalpotro, Jorge Olcina Cantos, Fernando García
Quiroga y María Sotelo Pérez: Huella hídrica de España y su diversidad territorial.
JianNan Xu y José Luis Yagüe Blanco: El desarrollo regional en la República Popular China: de la administración centralizada a la planificación del desarrollo.
Volumen LXXIII
Madrid
ISSN: 0014-1496
Nº 272
Sumario
356 págs.
Volumen LXXIII
enero-junio 2012
Estudios Geográficos
Nº 272
INSTITUTO
CSIC
Volumen LXXIII
DE
ECONOMÍA, GEOGRAFÍA Y DEMOGRAFÍA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
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