Los antiguos egipcios creían en la vida después de la muerte. Pensaban que el alma del difunto viajaba al Más Allá. Cuando una persona moría en el Antiguo Egipto, su cuerpo se conservaba por medio de la momificación. Pero sólo los egipcios más ricos podían encargar su momificación, ya que era un proceso muy costoso, además de largo: la momificación tardaba 70 días en ser finalizada. • La palabra “Momia” procede del persa mummia, que significa "cosa bituminizada", de ahí su apariencia obscura. De esta vocablo persa, se deriva la palabra árabe múmmiya, de "mum", betún o cera mineral, sustancia que se utilizaba muchísimo durante la momificación de los cuerpos. El proceso de momificación se llevaba a cabo dos o tres días después de la muerte. El cuerpo era llevado a los embalsamadores, quienes trabajaban a orillas del Nilo, ya que se necesita agua en abundancia. Se colocaba al difunto sobre una mesa de piedra o de madera, e incluso de alabastro, cuyas patas y su decoración tomaban la forma de león. También se empleaban otras más pequeñas para depositar los órganos del difunto. • Se entiende por vasos canopes un conjunto de recipientes que servían para contener y proteger algunas vísceras del cuerpo cuando se retiraban de este y se momificaban aparte. El nombre de canopes lo reciben fruto de una confusión: fueron asociados a otro tipo de recipientes que contaban con tapas en forma de cabeza humana, halladas en la ciudad de Canopo, en el Delta del Nilo; unas y otras nada tenían que ver. • Los sarcófago son unos recipientes, generalmente tallado en piedra, destinado a contener un cadáver. En el Antiguo Egipto, los sarcófagos de la realeza albergaban al menos un ataúd, generalmente de madera, donde se custodiaba la momia del difunto que previamente era sometido a un proceso de embalsamamiento. • Realizado por: - Elena Quiles de la Varga Nº17 - Carmen Sánchez Bermejo Nº23 - Laura Segovia Reyes Nº27 - Rocío Vega Díaz Nº31