On September 4, 1961, the Congress passed the Foreign Assistance Act, which reorganized the U.S. foreign assistance programs including separating military and non-military aid. The Act mandated the creation of an agency to administer economic assistance programs, and on November 3, 1961, President John F. Kennedy established the U.S. Agency for International Development (USAID). New Compact for Development In the first major Presidential address concerning foreign assistance since the Kennedy Administration, President George W. Bush announced the "New Compact for Development;" at the Inter-American Development Bank. During the speech, President Bush said that combating poverty is a moral imperative and that he has made it a U.S. foreign policy priority. To meet this challenge, the President has proposed increased accountability for rich and poor nations alike, linking greater contributions by developed nations to greater responsibility by developing nations. The President announced that the United States will increase its core development assistance by 50% over the next 3 years, resulting in a $5 billion annual increase over current levels. These additional funds will go to a new Millennium Challenge Account that will fund initiatives to help developing nations improve their economies and standards of living. En septiembre 4 de 1961, el Congreso aprobó la Ley de Asistencia Extranjera, la cual reorganizó los programas estadounidenses de Asistencia Extranjera incluyendo la ayuda militar y no militar. La ley asignó por mandato la creación de una agencia para administrar los programas de asistencia económica y el 3 de noviembre de 1961, el presidente John F. Kennedy estableció la Agencia Para El Desarrollo Internacional de los EE.UU. (USAID). Nuevo acuerdo para el desarrollo En la primera dirección Presidencial principal acerca de la asistencia extranjera desde la Administración Kennedy, el Presidente George W. Bush anunció el "Nuevo Acuerdo para el Desarrollo" en el Banco Interamericano De Desarrollo. Durante el discurso, el Presidente Bush dijo que combatir la pobreza es un imperativo moral y que él lo ha hecho una prioridad de política exterior estadounidense. Para alcanzar este desafío, el Presidente ha propuesto aumentar la rendición de cuentas para naciones ricas y pobres por igual, uniendo una mayor vinculación de las contribuciones de las naciones desarrolladas a una mayor responsabilidad de las naciones en desarrollo. El Presidente anunció que los Estados Unidos aumentarán su asistencia básica para el desarrollo en un 50% en los próximos 3 años, dando por resultado un aumento anual $5 mil millones sobre los niveles actuales. Estos fondos adicionales irán a una nueva Cuenta de Desafío de Milenio que financiará iniciativas para ayudar a naciones en desarrollo a mejorar sus economías y niveles de vida.