LA PRÁCTICA DEL CATECUMENADO DE LOS ADULTOS EN UNA SITUACIÓN DE PLURALISMO CULTURAL Y RELIGIOSO SNCC Francia Béatrice Blazy El hecho de devenir cristianos no puede ser percibido como algo exterior al ser humano. El catecumenado se define como un espacio y un tiempo en el cual resuena la Palabra de Dios, donde el deseo humano encuentra su realización. De hecho, no puede producirse ningún proceso catecumenal sin tener en cuenta los elementos culturales que influencia a cada catecúmeno. 1. LA VARIEDAD DE LOS CATECÚMENOS EN UNA DIÓCESIS Los catecúmenos son hombres y mujeres de distintas edades, que provienen de entornos sociales y de pertenencias étnicas diferentes. Es necesario notar que, en Francia, la mayoría de estos adultos es de origen francés y no sigue alguna religión; a menudo, tienen nociones escasas o nulas sobre la fe cristiana. Algunos han frecuentado sectas o corrientes como la New Age. Las personas inmigradas, o descendientes de inmigrados, representan actualmente un porcentaje inferior al de un tiempo, pero su procedencia es varia. Muchos son originarios del Magreb, pero también hay pedido de bautismo por parte de personas originarias del África subsahariana o de Asia: Vietnam, Camboya, Laos… hay cada vez más japoneses y chinos, sobre todo estudiantes. Cualquiera sea la importancia psicológica de estas mutaciones religiosas para el individuo, ellas no corresponden, en ningún sentido, a los movimientos de masa. Salvo excepciones, se trata de recorridos individuales. Algunos de ellos como los jóvenes de la segunda, o de la tercera generación, ya están insertados en la sociedad francesa. Otros todavía están intensamente marcados por su cultura de origen, en su vida personal y en sus relaciones sociales,. Por otra parte, en el contexto de nuestra sociedad trastornada, el porcentaje de las personas divorciadas casadas nuevamente o que viven en concubinato está en constante progresión. Es a través de la prueba del fracaso de la pareja que ciertas personas a veces se dirigen a Dios y piden ser acompañadas en la Iglesia. La variedad de los catecúmenos adultos queda pues considerable desde un punto de vista cultural, pero también desde el punto de vista de las motivaciones y las expectativas espirituales. Por otro lado, se nota que, independientemente de su cultura o motivación, todos piensan la relación con la religión en los mismos términos: - La cuestión del sentido de la vida, de la muerte, del mal… - Los principios éticos y los valores adecuados a conducir el actuar humano; la búsqueda de pertenencia y de identidad; - la búsqueda de vida espiritual, de interioridad, de relación con Dios. 2. LA ACOGIDA DE LOS CATECÚMENOS Esta acogida descansa sobre dos convicciones de base: - Es el Espíritu Santo que hace florecer un deseo de carácter religioso en cada uno y que dona el crecimiento en la fe. Las motivaciones al principio son, por lo tanto, siempre suficientes para proponer un proceso de iniciación. El tiempo del catecumenado permite a cada uno tener la oportunidad de prepararse a la escucha de la Palabra de Dios. Sucesivamente, corresponde a la libertad de cada uno la intención de ser iniciados por los sacramentos. * Sonia, 22 años, estudiante de bellas artes. Se interesa por el Budismo y frecuenta regularmente un monasterio de esta tradición. Quiere también saber que es el cristianismo, para luego poder elegir su propia religión. * Mohamed, 21 años, empleado de comercio, novio de Isabelle que es cristiana. Su familia es de origen argelina, pero nació en Francia. No practicó nunca la religión musulmana. Desea ser bautizado para poder cambiar nombre y sentirse más francés. *Christelle, 26 años, maestra elemental. Quiere casarse por iglesia para beneficiarse de una ceremonia más linda y con la ocasión ser bautizada. En un artículo: riqueza del acompañamiento catecumenal; en la revista Chercheurs de Dieu (Investigadores de Dios), n° 5, Roland Lacroix afirma: "El acompañamiento catecumenal abre un recorrido posible, que está marcado en su fase inicial por una constatación primordial para la Iglesia: Dios llama más allá de lo que Ella ha previsto y fuera de sus costumbres. Por esto, cada catecúmeno es precioso. Con respecto al acompañador, es el "obrero", aquel que osa abrir el camino de Dios a los que no perciben, al principio de su proceso, si no una incierta presencia. Él abre la puerta a Aquel que es la verdadera puerta: Jesús, el camino, la verdad y la vida." - La diversidad de las culturas, de las procedencias, no es una dificultad sino una riqueza para aprovechar. El tiempo del catecumenado es un formidable espacio de encuentro y fraternidad. Los catecúmenos tienen entre ellos un intenso intercambio de sus preocupaciones, de sus preguntas, de sus experiencias y sobre todo de lo que ocurre en ellos a causa de la fe. Descubren así la importancia de estar en una comunidad de creyentes, por la solidaridad que se crea en el nombre de Cristo. *Maurice, 74 años, bisabuelo. Su largo recorrido de vida y búsqueda de la fe, antes de cuando quiso convertirse en discípulo de Jesucristo, es apasionante, y los catecúmenos más jóvenes le han pedido muchas veces de contar su historia. Han encontrado, en lo que dice, un lindo testimonio de la paciencia de Dios con respecto a cada. *Christophe, 35 años, docente en la Universidad y Laurence, proveniente de ambientes desfavorables y analfabeta Se encontraron en el mismo equipo de asamblea catecumenal. Ambos se han enriquecido recíprocamente en la reflexión sobre los textos del Evangelio. Cuando se convirtieron en neófitos, Laurence fue la madrina del hijito de Christophe. 3. LA PRÁCTICA DEL CATECUMENADO El proceso se basa al mismo tiempo en una modalidad de acompañamiento personal y en una modalidad regular de Asamblea catecumenal. El acompañamiento personal permite avanzar según el ritmo de cada uno y de tomarse el tiempo necesario para integrar todo lo que constituye la misma especificidad cultural. Las reuniones se desarrollan en casas que se alternan, aproximadamente cada tres semanas. Las asambleas permiten un intercambio más amplio y asumen la forma de liturgias de la Palabra adaptadas a un grupo de principiantes. La libertad de palabra permite valorizar a cada participante. Al mismo modo, las etapas del bautismo son celebradas en función de las comunidades cristianas pero también de los aspectos culturales que caracterizan a las personas. ° En ocasión de la entrada en el catecumenado de algunos africanos sin documentos, los cristianos de la comunidad invitaron un grupo Gospel a participar en la celebración y la iniciativa fue muy estimada. El catecumenado, tal como es practicado en la mayor parte de las diócesis de Francia, permite localizar algunos puntos fundamentales: - El primero trabajo de los acompañadores consiste en conocer a los catecúmenos, sus valores, su origen… La escucha permanece la actitud fundamental en materia de iniciación cristiana. Se trata a veces de informarse sobre la religión, sobre la cultura que caracteriza al catecúmeno que se acompaña. En una diócesis el catecumenado padece un proceso de inculturación a partir de una práctica tradicional, vinculada al rito del bautismo. - Discernir desde el principio cuales son las expectativas de los catecúmenos para ver como las motivaciones progresan, se transforman. Hay candidatos al Bautismo que ya creen en Dios, otros que no creen. En todos los casos, ninguna cultura impide la posibilidad de una verdadera evangelización. - Los servicios diocesanos del catecumenado deben ser conectados con las diferentes comunidades, agrupando a personas de origen común. - Comunicar con un lenguaje accesible para los catecúmenos. Los acompañadores deben verificar si las palabras tienen el mismo sentido para los principiantes y para ellos mismos. - El lenguaje simbólico es importante. Este lenguaje, que hace hablar a los símbolos, se convierte en el lenguaje que crea comunión entre personas de horizontes muy diferentes. No se trata sólo de celebrar ritos litúrgicos sino de vivir juntos, acompañados y acompañadores, momentos de experiencias como un peregrinaje, un tiempo de silencio en un monasterio, una fiesta parroquial… - El acompañador no es el que posee la Verdad. Dios se revela en la cultura del otro, aunque la modalidad de expresión puede parecer extraña. DIFICULTADES ES LÍMITES Son de diferentes órdenes: - Los que están marcados fuertemente por una corriente, por otra religión, tienen más dificultades en entrar en el universo de la tradición judío-cristiana. Es lo que a menudo ocurre con las personas de tradición animista o budista. - Para los catecúmenos que han llegado recientemente a Francia, el idioma no es fácil de comprender y el lenguaje específico de la fe cristiana es aún más difícil de aprender. Para facilitar la catequesis, haría falta contar con documentos, Biblias, y recorridos catecumenales en los idiomas de origen. Se trata de una cuestión de traducción y de medios audiovisuales. - Elegir Cristo conduce a veces a rupturas familiares y relacionales. La Iglesia tiene que preocuparse del aislamiento y de la soledad provocada por algunas de estas conversiones; esto se constata sobre todo en el caso de personas musulmanas. Hace falta crear o sustentar comunidades específicas, reuniendo a estas personas en la oración y en la fraternidad. - Elegir Cristo va contra corriente con respecto a algunas costumbres o valores de algunas sociedades. Por ejemplo la poligamia o ciertas desigualdades de derechos entre hombres y mujeres. Para otros, es el miedo de un compromiso definitivo en referencia a una sola religión; prefieren un tipo de sincretismo donde todas las formas de creencia se equivalen. Gracias a su capacidad de acostumbrarse e inculturarse, el proceso de la iniciación cristiana atraviesa la historia ya desde la época de los padres de la Iglesia. Los catecúmenos son muy sensibles al hecho que se convierte en cristianos a través de los sacramentos celebrados del mismo modo en todos lados y desde los tiempos de los apóstoles, con las mismas fases litúrgicas. Esto establece una comunión universal entre todos los que buscan a Dios.