RESUMEN DE ORIENTACIÓN

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RESUMEN DE ORIENTACIÓN
En la agricultura de los últimos veinte años han aparecido a nivel mundial un número importante de
normas sociales y ambientales voluntarias, así como de programas de certificación. La mayoría de las
normas sociales y ambientales han sido desarrolladas por organizaciones no gubernamentales (ONG),
como el sistema del comercio justo, la norma SA8000 sobre responsabilidad social y el ‘Programa
para la Agricultura Sostenible’ de SAN/Rainforest Alliance. Muchos programas han sido impulsados
directamente por el sector privado, tales como el Sistema Armonizado COLEACP o el EurepGap. Los
gobiernos también han participado o se han ido involucrando en algunos de ellos, sobre todo en
aquellos relacionados con la agricultura orgánica y el etiquetado.
Los productos tropicales etiquetados orgánicos y del comercio justo tienen una participación comercial
del 1 o 2 por ciento del total de los mercados norteamericanos y europeos. En el café es de
aproximadamente el 0,8 por ciento, y en el banano y cítricos del 2 por ciento. El crecimiento anual del
volumen comercializado ha sido durante varios años superior al 20 por ciento. Se han observado tasas
de crecimiento cercanas al 100 por ciento en algunos productos como el banano orgánico, aunque
parecería ser que estas tasas de crecimiento han alcanzado su tope. Los volúmenes de ventas de
productos con etiqueta de comercio justo han crecido entre un 10 y un 25 por ciento por año, aunque
se trata de volúmenes pequeños.
No todos los productos certificados llevan etiqueta. Existen mercados de productos certificados sin
etiqueta, como los de la Red de la Agricultura Sostenible (Sustainable Agriculture Network - SAN),
SA8000 y los productos certificados EurepGap, que sólo se diferencian en los niveles de mayorista y
minorista y no a nivel del consumidor. En consecuencia, no hay cifras disponibles sobre su
participación en los mercados y se desconoce la demanda por estos tipos de certificación.
Los estudios de caso documentados del Capítulo 6 dan una idea del efecto de la certificación a nivel
del predio rural. La aplicación de métodos orgánicos en fincas que tradicionalmente emplean bajos
insumos puede resultar en un incremento en la productividad a largo plazo. Sin embargo, los métodos
van frecuentemente acompañados de mayores costos de producción, principalmente debido a un
incremento en el uso de la mano de obra. El acceso a los mercados con primas adicionales por
certificación normalmente aporta a los productores un incremento en sus ganancias netas. Los estudios
de caso de conversión desde sistemas de altos insumos a sistemas orgánicos reportan un declive inicial
en la productividad, la cual se recupera en parte o completamente al cabo de un tiempo. Los efectos
sobre los costos de producción son muy variados, pero a menudo implican una considerable inversión
inicial. En estos casos es esencial el acceso a los mercados de primas para compensar la caída de la
productividad y los costos de las inversiones.
Para las cooperativas de agricultores certificadas por las Organizaciones de Etiquetado de Comercio
Equitativo - Fairtrade Labelling Organizations International (FLO), el precio con prima parece ser
sólo una parte, y a menudo muy pequeña, de los beneficios derivados del sistema. Su participación
resulta en mejoras en la organización, mejores posiciones en las negociaciones, crédito comercial y
economías de escala, parecen tener mayor importancia. Los beneficios provienen del sistema de
comercialización y de las actividades adicionales de apoyo que brindan las agencias, que parecen estar
fuertemente vinculadas entre sí y apoyarse mutuamente. El efecto de la prima es limitado debido a que
solamente una pequeña parte de la producción total se vende como comercio justo.
Parecería ser que tanto la certificación orgánica como la del comercio justo resultarían en mejoras
generales en la calidad del producto, lo es beneficioso también para su eventual venta en mercados de
productos convencionales.
Con respecto a otras normas discutidas en este documento, los estudios disponibles eran limitados y
tratan solamente de un estándar por país, por lo que no se pueden hacer generalizaciones sobre su
efecto.
iv
El capítulo 7 analiza las normas sociales y ambientales voluntarias y la programación del etiquetado
en relación con los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por su naturaleza
voluntaria, a las normas y a los programas de certificación analizados no se les considera restrictivos
del comercio y, por ende, son de poco interés para los comités de la OMC. Es más, la OMC es un
acuerdo entre gobiernos y por lo tanto sólo tiene un efecto indirecto sobre las acciones de las ONG.
Sin embargo, existen algunas inquietudes sobre la naturaleza discriminatoria de las normas sociales y
ambientales, puesto que éstas hacen distinciones sobre la base de una producción no relacionada con el
producto o con los métodos de elaboración. De hecho, algunas normas voluntarias parecen tener algún
impacto sobre el acceso a mercados.
El informe concluye con un breve análisis sobre algunos de los debates actuales y del papel del
gobierno con respecto a las normas sociales y ambientales voluntarias. El primer tema de debate es la
necesidad de que los programas de certificación cuenten con una cierta flexibilidad a nivel local y al
mismo tiempo logren un grado de credibilidad global. Es importante que un amplio número de
interesados participe en el establecimiento de normas para asegurar que éstas no vayan a discriminar
en contra de algunas categorías de productores o elaboradores. Igualmente, los requisitos de un
estándar deben estar vinculados directamente al objetivo esencial del mismo, sin incluir criterios
superfluos o ser demasiado prescriptivos en cuanto a la manera de lograr el objetivo. Además, y
teniendo en cuenta la especificidad local, los sistemas genéricos de normas deben ser complementados
por normas locales o específicas del cultivo, o por un sistema de normas mínimas que irán
desarrollándose y creciendo. En los sistemas de verificación se pueden hacer arreglos especiales para
los propietarios de pequeñas granjas, tales como los sistemas de control interno.
El incremento en el uso de la certificación por terceros ha conducido al desarrollo de una «industria
certificadora», con sus propios intereses económicos. La certificación es un medio y no debe volverse
un fin. Todos los actores involucrados deben trabajar continuamente para minimizar los costos y el
tiempo de certificación, sin comprometer la calidad o la credibilidad.
Los países en desarrollo y los pequeños productores que quieran participar de sistemas de certificación
social y ambiental pueden enfrentarse a restricciones específicas. En algunos países la falta de
organismos locales de certificación aumenta los costos de certificación. Además, el sistema de
rastreabilidad favorece a las granjas comerciales de mayor tamaño. Algunas normas, como la SA8000
referentes a las condiciones laborales de los trabajadores contratados, no son pertinentes para aquellos
productores que utilizan solamente mano de obra familiar. Por otra parte, el comercio justo ha sido
ideado especialmente para ayudar a los productores de pequeña escala de los países en desarrollo,
aunque su beneficio potencial es poco debido al pequeño tamaño de este mercado. Finalmente, la
certificación EurepGap podría en el futuro ser obligatoria, lo que podría ocasionar serios problemas
para los productores que no tienen acceso a los laboratorios que deberían realizar las pruebas
requeridas, y además podrían enfrentarse a dificultades para satisfacer los criterios establecidos debido
a la extensa documentación exigida.
Los gobiernos asumen varios papeles con relación a la certificación social y ambiental voluntaria.
Ellos proporcionan el marco jurídico en el cual operan dichos sistemas. Pueden también otorgar
protección legal al uso de ciertos términos que se utilizan en el etiquetado de los productos. Las
agencias de gobierno pueden actuar como organismos de acreditación o de establecimiento de normas.
Además pueden facilitar la certificación apoyando a aquellas organizaciones locales que aboguen por
la aplicación de normas, dando subvenciones o incentivos fiscales para los productores que aplican las
normas, o mediante la capacitación de personal de extensión.
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ÍNDICE
RESUMEN DE ORIENTACIÓN
SIGLAS Y ABREVIACIONES
AGRADECIMIENTOS
GLOSARIO DE CONCEPTOS BÁSICOS ASOCIADOS CON LOS PROGRAMAS
DE CERTIFICACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
2. UN POCO DE HISTORIA
III
VII
IX
X
1
3
2.1 EL ETIQUETADO DE LOS ALIMENTOS
2.2 LAS NORMAS LABORALES Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
2.3 LA AGRICULTURA SOSTENIBLE Y EL ETIQUETADO
2.4 EL COMERCIO JUSTO
3
3
4
5
3. LOS CONCEPTOS DE NORMAS, CERTIFICACIÓN Y ETIQUETADO
3.1 NORMALIZACIÓN
3.2 NORMAS
3.3 CERTIFICACIÓN
3.4 ACREDITACIÓN
3.5 ETIQUETADO
3.6 ASPECTOS ECONÓMICOS DEL ETIQUETADO SOCIAL Y AMBIENTAL
ECONOMÍA DE LA INFORMACIÓN
VARIABLES QUE DETERMINAN LOS EFECTOS DEL ETIQUETADO
7
7
7
7
8
8
8
8
9
4. SINOPSIS DE LAS NORMAS Y PROGRAMAS DE CERTIFICACIÓN ACTUALES
11
4.1 TIPOS DE ORGANIZACIONES QUE ESTABLECEN NORMAS
4.2 NORMAS CON PARTICIPACIÓN GUBERNAMENTAL
11
12
NORMAS ORGÁNICAS Y LA CERTIFICACIÓN
EL CAFÉ DE SOMBRA «AMIGO DE LAS AVES» DEL SMITHSONIAN MIGRATORY BIRD CENTER
ISO 14001
4.3 NORMAS ESTABLECIDAS POR LA INDUSTRIA
EUREPGAP
SISTEMA ARMONIZADO COLEACP
4.4 NORMAS ESTABLECIDAS POR ONG
CERTIFICACIÓN DE LA RAINFOREST ALLIANCE
COMERCIO JUSTO
SA8000
4.5 ESTANDARES SIN PROGRAMAS DE CERTIFICACIÓN
CÓDIGO BÁSICO DE PRÁCTICAS LABORALES DE LA CIOSL/ITS
LA INICIATIVA DEL COMERCIO ÉTICO - ETI
PLATAFORMA INICIATIVA DE LA AGRICULTURA SOSTENIBLE
PROYECTO «RACE TO THE TOP» (CARRERA HACIA LA CIMA)
4.6 COLABORACIÓN EN INICIATIVAS DE ETIQUETADO
LA ALIANZA DEL SELLO ISEAL
PROYECTO SASA
12
16
16
5. PRODUCCIÓN Y MERCADOS
18
18
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20
20
22
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24
24
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25
26
26
26
27
29
5.1. MERCADOS PARA LOS PRODUCTOS ETIQUETADOS
29
PRODUCCIÓN ORGÁNICA Y MERCADOS
PRODUCTOS ETIQUETADOS POR LA RAINFOREST ALLIANCE
PRODUCCIÓN Y MERCADOS DE COMERCIO JUSTO
5.2. ESTUDIO DE CASOS: EL MERCADO DEL BANANO ORGÁNICO Y
FUENTES DE SUMINISTRO
SITUACIÓN DEL MERCADO
PRECIOS
PERSPECTIVAS DE MERCADO
CONSECUENCIAS PARA LOS PRODUCTORES DE BANANO
5.3 MERCADOS PARA PRODUCTOS CERTIFICADOS SIN ETIQUETA
PRODUCTOS CERTIFICADOS POR SAN
PRODUCTOS CERTIFICADOS POR SA8000
EUREPGAP
29
31
31
DE COMERCIO JUSTO
6. EVALUACIÓN DEL IMPACTO DE LA CERTIFICACIÓN SOCIAL Y AMBIENTAL
6.1 LA AGRICULTURA ORGÁNICA CERTIFICADA
HORTALIZAS ORGÁNICAS FRESCAS PARA LOS SUPERMERCADOS LOCALES EN EL SALVADOR
PULPA ORGÁNICA DE MANGO DEL ALTO PIURA, PERÚ
FRUTAS TROPICALES ORGÁNICAS – UNA OPORTUNIDAD EMPRESARIAL EN UGANDA
33
33
33
36
37
38
39
39
40
41
43
43
45
46
46
vi
BANANO ORGÁNICO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
PRODUCCIÓN DE CACAO Y BANANO EN TALAMANCA, COSTA RICA
CAFÉ ORGÁNICO DE SOMBRA DE LAS MONTAÑAS BATURITÉ EN EL NORESTE DE BRASIL
CAFÉ ORGÁNICO DE COSTA RICA
CAFÉ ORGÁNICO DE HUEHUETENANGO, GUATEMALA
ALGODÓN MAIKAAL DE LA INDIA
EL PROYECTO EPOPA Y EL ALGODÓN ORGÁNICO DE UGANDA
AZÚCAR ORGÁNICO DE PEQUEÑOS PRODUCTORES EN MISIONES, ARGENTINA
TÉ ORGÁNICO DE BIO FOODS LTD., SRI LANKA
6.2 ANÁLISIS Y CONCLUSIONES DE LOS CASOS DE CULTIVOS ORGÁNICOS
6.3 COMERCIO JUSTO
BANANO DEL COMERCIO JUSTO DE VOLTA RIVER ESTATES LTD., GHANA
CACAO ‘DIVINE’ DE KUAPA KOKOO, GHANA
CAFÉ DEL COMERCIO JUSTO EN BOLIVIA
CAFÉ DEL COMERCIO JUSTO DE COOCAFÉ, COSTA RICA
CAFÉ DE PEQUEÑOS PRODUCTORES DE UCIRI, MÉXICO
CAFÉ MAM DE GRAN ALTURA, ISMAM, MÉXICO
CAFÉ DE LAS COOPERATIVAS DE TANZANIA
6.4 LECCIONES APRENDIDAS DE LOS CASOS DEL COMERCIO JUSTO
6.5 OTRAS NORMAS
NARANJAS DE CULTIVOS SOSTENIBLES EN COSTA RICA
VINO ÉTICO DE SUDÁFRICA
PIÑAS DE GHANA CON CERTIFICACIÓN EUREPGAP
6.6 DEBATE
7. LA OMC Y LAS NORMAS SOCIALES Y AMBIENTALES, LA CERTIFICACIÓN Y
EL ETIQUETADO
47
48
49
50
51
52
53
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58
58
61
63
65
66
66
67
69
70
72
73
76
77
79
7.1 INTRODUCCIÓN
7.2 PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA OMC
7.3 EL ACUERDO SOBRE OBSTÁCULOS TÉCNICOS AL COMERCIO
7.4 CONSECUENCIAS DE LAS DISPOSICIONES DEL OTC Y GATT PARA LAS NORMAS SOCIALES Y
AMBIENTALES VOLUNTARIAS, LA CERTIFICACIÓN Y EL ETIQUETADO
79
79
81
LEYES NACIONALES
NORMAS Y SISTEMAS DE ETIQUETADO DESARROLLADOS POR LAS ONG
7.5 DEBATES EN CURSO A NIVEL DE LA OMC
ACTUALES DISCUSIONES
CUESTIONES PENDIENTES
89
90
8. DEBATES EN CURSO
88
92
92
93
95
8.1 ESPECIFICIDAD LOCAL Y CREDIBILIDAD GLOBAL
95
ESTABLECIMIENTO DE NORMAS
SISTEMA DE VERIFICACIÓN
8.2 RESPONSABILIDAD DE LAS ONG
95
96
QUE ESTABLECEN NORMAS Y DE LOS ORGANISMOS
DE ACREDITACIÓN
8.3 LA «INDUSTRIA CERTIFICADORA»
97
POTENCIAL Y RESTRICCIONES GENERALES
POTENCIAL Y RESTRICCIONES DE LOS PROGRAMAS ESPECÍFICOS DE CERTIFICACIÓN
8.6 EL PAPEL POTENCIAL DE LOS GOBIERNOS
100
101
98
99
8.4 ¿QUIÉN PAGA?
8.5 POTENCIAL Y RESTRICCIONES PARA LOS PAÍSES EN DESARROLLO Y LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES 100
BIBLIOGRAFÍA
102
105
vii
SIGLAS Y ABREVIACIONES
ACG
ACP
Acuerdo MSF
ADIPCO
AEAAZ
ANACAFE
APEMB
APPTA
ASEAN
ATO
BPA
CAN
CCI
CCMA
CEI
CIF
CIMS
CIOSL/ITS
CIPF
CNUMAD
COLEACP
Coocafé
CSA
DCC
DED
EPOPA
ETI
EUREP
EurepGap
FECAFEB
FEDECOOP
FFTU
FIDA
FLO
FOB
FONAES
GATT
IBS
ICP
IFOAM
IIMAD
IMO
Área de Conservación Guanacaste [Costa Rica]
Grupo de Estados de África, del Caribe y del Pacífico que firmaron el
Acuerdo de Cotonou con la Unión Europea
Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
Asociación de Desarrollo Integral Productivo Cocolense [Guatemala]
Agricultural Ethics Assurance Association of Zimbabwe (Asociación para la
garantía de la ética en la agricultura)
Asociación Nacional del Café [Guatemala]
Asociación de Productores Ecologistas del Macizo de Baturité [Brasil]
Asociación de Pequeños Productores de Talamanca [Costa Rica]
Asociación de Naciones del Asia Sudoriental
Organizaciones de Comercio Alternativo
Buenas Prácticas Agrícolas
Conservation Agriculture Network (Red de la Agricultura Sostenible) [ahora
SAN]
Centro de comercio internacional UNCTAD/OMC
Comité de Comercio y Medio Ambiente [de la OMC]
Comisión Electrotécnica Internacional
Costo, seguro y flete [término estándar de contrato]
Centro de Inteligencia sobre Mercados Sostenibles
Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres/ Secretaría
Internacional de Comercio
Convención Internacional de Protección Fitosanitaria
Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
Comité de Enlace para las Frutas Tropicales y las Hortalizas de fuera de
Temporada
Consorcio de Cooperativas de Caficultores de Guanacaste y Montes de Oro
RL [Costa Rica]
La Comunidad Apoya a la Agricultura
Day Chocolate Company
Deutscher Entwicklungsdienst (Servicio Alemán de Cooperación)
Export Promotion of Organic Products from Africa (Promoción a la
exportación de productos orgánicos de África)
Ethical Trading Initiative (Iniciativa del Comercio Ético)
Euro-Retailer Produce Association (Asociación de Minoristas Europeos)
Asociación Global para una Agricultura Segura y Sostenible Buenas
Prácticas Agrícolas EUREP
Federación de Cafetaleros Exportadores de Bolivia
Federación de Cooperativas de Caficultores RL
Farmers Fair Trade Uganda
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
Organización de Etiquetado de Comercio Equitativo (Fairtrade Labelling
Organizations International)
Franco a bordo [término estándar de contrato]
Fondo Nacional de Apoyo a las Empresas en Solidaridad [México]
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
Normas Básicas de IFOAM
Información y consentimiento previos
Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Biológica
Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo
Institut für Markökologie [Organismo de Certificación de la Producción
Orgánica, Suiza]
viii
IOAS
ISEAL
ISMAM
ISO
JAS
KKL
KNCU
LBC
LCU
MAFF
MAPO
MIP
MPP
NMF
NOP
NT
OAC
OIT
OMC
OMG
OMS
ONG
OTC
PMO
PNUMA
RSE
SA8000
SAI
SAI-Platform
SAN
SASA
SERRV
SNV
SSE
UCIRI
UITA
UNCTAD
USDA
VREL
International Organic Accreditation Service (Servicio Internacional de
Acreditación de la Producción Orgánica)
Alianza de Etiquetado para la Acreditación Social y Ambiental Internacional
Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla San Isidro Labrador [México]
Organización Internacional de Normalización
Norma Agrícola Japonesa
Kuapa Kokoo Limited [Ghana]
Kilimanjaro Native Cooperative Union [Tanzania]
Licensed Buyer Organization – Organización de compradores con licencia
[en la industria ghanesa del cacao]
Lango Cooperative Union [Uganda]
Ministerio de Agricultura, Forestal y de Pesca [Japón]
Movimiento Argentino de Producción Orgánica
Manejo Integrado de Plagas
Métodos de Producción y Procedimiento
Nación Más Favorecida [contexto de GATT/OMC]
National Organic Program – programa orgánico nacional [EE.UU.]
Trato Nacional [contexto GATT/OMC]
Organismo Acreditado de Certificación
Organización Internacional del Trabajo
Organización Mundial del Comercio
Organismo modificado genéticamente
Organización Mundial de la Salud
Organización no gubernamental
Obstáculos Técnicos al Comercio
Organización para la Comercialización de Productos
Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente
Responsabilidad Social Empresarial
Social Accountability 8000
Responsabilidad Social Internacional
Plataforma de la iniciativa para la agricultura sostenible
Red de la agricultura sostenible [anteriormente CAN]
Proyecto responsabilidad social en la agricultura sostenible
Sales Exchange for Refugee Rehabilitation Vocation
Organización de los Países Bajos para el Desarrollo
Equivalente de jugo de concentración natural
Unión de Comunidades Indígenas en la Región del Istmos [México]
Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles,
Restaurantes, Tabaco y Afines
Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
Volta River Estates Limited [Ghana]
ix
AGRADECIMIENTOS
Los autores desean expresar sus agradecimientos a muchas personas por la asistencia prestada, en
particular a Paul Pilkauskas (ESCR), Pedro Arias (ESCR), Mikkel Andersen (FAO/RUTA), Patrick
Mallet (ISEAL Alliance) y Sasha Courville, así como al Comité Directivo del proyecto SASA.
La versión original (en inglés) fue editada y preparada para su publicación por Thorgeir Lawrence.
x
GLOSARIO DE CONCEPTOS BÁSICOS ASOCIADOS CON LOS
PROGRAMAS DE CERTIFICACIÓN
Acreditación: Evaluación y reconocimiento formal de un programa de certificación por un organismo
autorizado.
Auditoría, auditor, organismo auditor: ver inspección, inspector.
Certificación: Procedimiento por terceros de garantir (por escrito) de que un producto o servicio en
conformidad con ciertas normas.
Organismo certificador o de certificación: Organización que realiza la certificación. A veces se la
refiere como certificador o agencia certificadora. Dicho organismo puede utilizar normas ya
establecidas o establecer sus propias, basándose en un estándar internacional y/o normativo.
Etiqueta o sello de certificación: Sello o símbolo que indica que el cumplimiento de normas o
estándares específicos ha sido verificado. Por regla general el uso del sello es controlado por un
organismo que establece normas.
Programa de certificación: Sistema de reglas, procedimientos y gestión para realizar la certificación,
y que a veces también se le llama sistema de certificación. Un organismo de certificación puede
ejecutar diferentes programas de certificación.
Control, organismo de control: Término comúnmente utilizado por el comercio cuando se hace
referencia a la inspección y al organismo de inspección.
Inspección: Visita al lugar de producción (in situ) para verificar que ésta se realiza en conformidad
con las normas específicas de un programa de certificación.
Inspector: Persona nombrada para realizar la inspección, que puede ser un operador independiente o
un empleado del certificador.
Organismo de inspección: Organismo que realiza la inspección de una certificación. Cuando el
organismo de certificación realiza sus propias inspecciones, el organismo de certificación es además
uno de inspección.
Licencia: Documento emitido bajo las reglas del programa de certificación, mediante el cual un
organismo de certificación concede a un organismo o a una persona el derecho a utilizar certificados o
sello de certificación para sus productos, procedimientos o servicios, de acuerdo con las reglas del
programa de certificación pertinente.
Normas: Acuerdos documentados que contienen ciertas especificaciones técnicas u otros criterios
precisos para una aplicación coherente. Reglas, directrices o definiciones, cuyo objetivo es garantizar
que los materiales, productos, procesos y servicios sean adecuados a su fin.
Normas ambientales: Normas para materiales, productos y procesos de producción, cuyo objeto es
garantizar que los impactos negativos sobre el medio ambiente sean mínimos o se mantengan dentro
de cierto límite.
Normas orgánicas: Normas para la producción y elaboración de productos orgánicos.
Normas laborales: Normas para las condiciones de trabajo cuyo objetivo es garantizar el
cumplimiento de los derechos laborales.
Normas sociales: Pueden ser empleadas como normas laborales, aunque también pueden incluir
normas de otros aspectos sociales como por ejemplo la relación con las comunidades vecinas.
Normas normativas: Normas o directrices genéricas para uso de organismos locales que establecen las
normas, o de los órganos de certificación, como marco para la formulación de un estándar específico
en su programa de certificación. A las normas normativas se les suele llamar Normas de Normas, por
ejemplo: las normas Básicos de IFOAM y el Codex Alimentarius de la FAO/OMC.
Introducción
1
1. INTRODUCCIÓN
La presente publicación analiza varios aspectos de las normas ambientales y sociales voluntarias y de
los programas de certificación que operan en los sistemas de producción de cultivos comerciales,
especialmente en los países tropicales.
El número de normas y programas de certificación para la producción agrícola ha crecido rápidamente
en los últimos 20 años. Los productores que desean exportar se ven enfrentados no solamente a una
multitud de reglas de importación, sino también, dentro de los países importadores, a diferentes
mercados de nichos, cada uno de ellos con sus propios requerimientos adicionales. Sin embargo, visto
desde otra perspectiva sus productos pueden ya estar cumpliendo con tales requisitos, y los mercados
de nicho constituyen entonces nuevas oportunidades para aumentar el acceso al mercado o incluso
para obtener primas en los precios.
Los consumidores se ven cada día frente a un mayor número de sellos de productos y, aunque son sus
propias demandas las que han desatado esta tendencia, hoy se ven abrumados por su gran número. En
cuanto a las etiquetas ambientales y sociales, los consumidores escasamente pueden estar al tanto de
su significado y grado de credibilidad.
Los gobiernos que tratan de servir a los productores, comerciantes y consumidores no siempre tienen
claro qué papel pueden o deben desempeñar ante estos acontecimientos. A pesar de que las normas
ambientales y sociales voluntarias son principalmente promovidas por las organizaciones no
gubernamentales (ONG) y aplicadas por el sector privado, dichas normas afectan áreas de
competencia del gobierno tales como el medio ambiente, las condiciones laborales, el acceso a los
mercados de nicho y los precios con primas.
Este documento pretende dar una perspectiva general de las actuales normas sociales y ambientales
internacionales que existen y que operan en forma voluntaria, y de los programas de certificación para
la producción de cultivos comerciales, en particular para los productos hortícolas tropicales. Incluye
información sobre las organizaciones que operan detrás de las iniciativas, así como sobre el alcance de
las normas y sistemas de verificación. Se le presta atención a los acontecimientos del mercado y a los
efectos potenciales a nivel del productor. También se analizan las disposiciones contenidas en los
acuerdos de la OMC en relación con las normas y programas existentes. Finalmente, el documento
analiza algunos temas en torno al proceso de estandarización y los métodos de verificación pertinentes
a otros sectores e industrias.
Esperamos que este documento sea una fuente útil de información para gobiernos, ONG, compañías
privadas e individuos, y que contribuya en la toma de decisiones relacionada con los temas de normas
ambientales y sociales voluntarias, la certificación y el etiquetado de productos.
Un poco de historia
3
2. UN POCO DE HISTORIA
El desarrollo de normas sociales y ambientales voluntarias, así como los programas de certificación y
etiquetado de la agricultura, han sido moldeadas por varios acontecimientos históricos. El presente
capítulo relata brevemente algunos de estos eventos con el fin de hacer posible una mejor comprensión
de la situación actual.
2.1 EL ETIQUETADO DE LOS ALIMENTOS (FAO/OMS, 1999)
Los archivos históricos evidencian que las autoridades gobernantes del pasado también se ocuparon de
las reglas de codificación, principalmente de aquellas dirigidas a proteger a los consumidores de
prácticas deshonestas en el comercio de alimentos. Las tablas asirias describían el método según el
cual se calibraban las pesas para cereales, y manuscritos egipcios prescribían el tipo de etiqueta para
ciertos tipos de alimentos. Hacia la segunda mitad del siglo XIX se adoptaron las primeras leyes
generales y los primeros sistemas de control de alimentos básicos. En el Imperio Austro-Húngaro,
entre 1897 y 1911, el Codex Alimentarius Austriacus elaboró una serie de normas y descripciones de
productos para una amplia variedad de alimentos. De allí toma su nombre el actual Codex
Alimentarius. A comienzos del siglo XX las asociaciones comerciales realizaron los primeros intentos
de facilitar el comercio mundial armonizando normas.
A partir de los años 1950, y a medida que más información surgía sobre la alimentación y sus temas
relacionados, comenzó también a aumentar la información sobre las preferencias de los consumidores.
Si bien al principio su inquietud sólo se reducía a los aspectos «visibles» - el peso del contenido,
variaciones en el tamaño, calidad - ahora incorporan aspectos «invisibles», como su procedencia, la
presencia de microorganismos, residuos de plaguicidas, contaminantes ambientales y aditivos, y más
recientemente la forma de cultivar y elaborar los alimentos. Hoy día se puede ver que los empaques de
alimentos contienen información sobre éstos y otros temas.
2.2 LAS NORMAS LABORALES Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL1
Ya en el siglo XIX los industriales Robert Owen (1771–1853) de Gales y Daniel Legrand (1783-1859)
de Francia expresaron la necesidad de crear una organización que estableciera normas laborales. Sus
ideas fueron posteriormente incorporadas a la Constitución de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), que fuera adoptada a finales de la Primera Guerra Mundial, y cuya motivación era
humanista. Los trabajadores, cada vez más numerosos y sometidos a mayor explotación, percibían que
su situación era día a día menos aceptable y que podrían estallar disturbios sociales. La motivación
también era económica, ya que los costos aumentarían en toda industria o país que adoptara una
reforma social, dejándola en desventaja frente a sus competidores. Una reforma simultánea en muchos
países, a través de la OIT, evitaría este problema.
La OIT es una organización tripartita que reúne a representantes de gobiernos, empresarios y
trabajadores. La primera reunión anual de la Conferencia Internacional del Trabajo fue realizada en
octubre de 1919. En ella se adoptaron los primeros seis convenios internacionales, que estaban
relacionados a las horas de trabajo en la industria, al desempleo, a la protección de la maternidad, al
trabajo nocturno de las mujeres, a la edad mínima y al trabajo nocturno de menores en la industria.
Algunos años más tarde la Corte Internacional de Justicia declaró que la reglamentación internacional
de las condiciones de trabajo del sector agrícola se encontraba dentro del campo de acción de la OIT.
En 1948 La Conferencia Internacional del Trabajo adoptó el Convenio 87 sobre la libertad sindical.
1
Los primeros dos párrafos se basan en el texto de la OIT, 2000.
4
Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Más recientemente, los convenios de la OIT han servido para desarrollar algunas normas laborales
verificables. En el sector agrícola las más importantes son la norma SA8000 de la Organización SAI
(Social Accountability International) y el Código Básico de la ETI (Ethical Trading Initiative). Otras
normas que serán analizadas más adelante, como las ambientales y del comercio justo, incluyen
requisitos laborales que tienen su origen en los Convenios de la OIT.
2.3 LA AGRICULTURA SOSTENIBLE Y EL ETIQUETADO
En 1983 las Naciones Unidas nombraron una comisión internacional para facilitar el desarrollo de
propuestas relativas a un «desarrollo sostenible», es decir, formas de mejorar el bienestar humano a
corto plazo sin poner en peligro a largo plazo el medioambiente local y global. Su informe «Nuestro
Futuro Común», publicado en 1987, se conoce ampliamente como el «Informe de Brundtland». En
1992, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD
o La Cumbre del Planeta Tierra), en Río de Janeiro, la comunidad internacional adoptó El Programa
21, un plan global de acción para el desarrollo sostenible (CNUMAD, 1992). La Comisión para el
Desarrollo Sostenible fue creada en diciembre de 1992, para garantizar el seguimiento efectivo de
CNUMAD.
El Capítulo 14 del Programa 21 trata específicamente sobre la Agricultura y Desarrollo Rural
Sostenibles (ADRS). La FAO fue designada como coordinadora sectorial para la aplicación del
Capítulo 21.
El Capítulo 4 del Programa 21, que lleva como título «Evolución de las modalidades de consumo»,
incluye las siguientes secciones:
4.20 Un acontecimiento significativo que debe ser alentado es el reciente surgimiento en muchos
países de un público consumidor más consciente desde el punto de vista ecológico, sumado a
componentes del sector industrial cada vez más interesados en proveer productos de consumo
ecológicamente racionales. Los gobiernos y las organizaciones internacionales, conjuntamente con el
sector privado, deben desarrollar criterios y métodos para evaluar los efectos sobre el medio ambiente
y las necesidades de recursos durante la totalidad de los procesos y todo el ciclo de vida de los
productos. Los resultados de esa evaluación deben expresarse en forma de indicadores claros a fin de
poder informar a los consumidores y a los encargados de adoptar decisiones.
4.21 Los gobiernos, en colaboración con el sector industrial y otros grupos interesados, deben alentar
la difusión del etiquetado con indicaciones ecológicas y otros programas de información sobre
productos que tienen relación con el medio ambiente, a fin de que el consumidor pueda hacer una
selección fundamentada.
Uno de los sellos ambientales de alimentos más conocidos es el orgánico o ecológico. Si bien la
agricultura «orgánica» ha sido practicada durante miles de años en todas las partes del mundo, el
«certificado orgánico» tiene su origen en Europa. En los años veinte del siglo pasado, las enseñanzas
de Rudolf Steiner inspiraron a muchas personas a practicar lo que ahora comúnmente se conoce como
agricultura biodinámica. En los años sesenta, la agricultura ecológica u orgánica llegó a conocerse
fuera de este pequeño grupo de pioneros, y se comenzó a formar una base de consumidores. Sin lugar
a dudas el desarrollo de la agricultura orgánica estuvo influenciado por el libro de Rachel Carson
titulado Silent Spring, que en 1962 sacó a la luz los peligros del plaguicida DDT. La obra causó gran
impacto sobre un amplio sector público con respecto a los aspectos negativos de los métodos agrícolas
intensivos en general y, en particular, de los peligros del uso incontrolado de los plaguicidas. A
medida que el sector orgánico se desarrollaba, las asociaciones de productores orgánicos comenzaron
a establecer sus propias normas, más con miras a comunicar lo que estaban aprendiendo que a
codificar lo que constituye la «agricultura orgánica». La necesidad de codificar los parámetros de la
producción orgánica sólo se hizo evidente cuando aumentó la demanda del consumidor por los
productos cultivados orgánicamente, los que pasaron a situarse en los puntos de venta de alimentos
convencionales. Esto llevó a que los precios con prima se convirtieran en un incentivo para el fraude.
Un poco de historia
5
Otras etiquetas ambientales sobre alimentos aparecidas más recientemente incluyen el sello de
producto certificado Rainforest Alliance (anteriormente conocido como ECO-OK), el sello del
Smithsonian Institute para el café Birdfriendly (amigo de las aves) y varias declaraciones de uso de
«métodos integrados de producción» y de Manejo Integrado de Plagas (MIP). Paralelamente, la
Organización Internacional de Normalización (ISO) ha establecido un estándar para los sistemas de
gestión ambiental, ISO 14001.
2.4 EL COMERCIO JUSTO
En la década de los años 1930, en la Conferencia de Londres sobre la Economía, la Sociedad de
Naciones reconoció dos hechos significativos: primero, la importancia de aumentar el poder
adquisitivo de quienes producen alimentos básicos, a través de precios de exportación remunerativos.
Segundo, que las medidas proteccionistas a menudo llevan a una producción en exceso, lo que a su
vez provoca una caída de precios (CNUMAD, 1992). No fue sino hasta la fundación del Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en 1947, que empezó a existir una
organización mundial dedicada a asuntos comerciales. GATT concentró su atención en la supresión de
obstáculos al comercio, imponiendo compromisos para la reducción y eliminación de contingentes y
aranceles de importación. La insatisfacción de muchos países en desarrollo con el enfoque único del
GATT sobre reducciones arancelarias y de contingentes, condujo en 1964 a la creación de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Los países en
desarrollo hicieron un llamado con la consigna «comercio sí, ayuda no» («Trade not Aid») durante la
Conferencia UNCTAD en Delhi en 1968. Este eslogan hace referencia a la necesidad de salvar la
brecha que existe en los países en desarrollo entre las divisas generadas en sus exportaciones y las que
necesitan para sus importaciones (Corea, 2001).
Las primeras actividades del «comercio justo» fueron realizadas por ONG y tuvieron lugar hacia
finales de los años cuarenta en los Estados Unidos con Ten Thousand Villages y SERRV, con
comunidades pobres de países en desarrollo. En Europa, Oxfam comenzó importando y vendiendo
artesanías a finales de la década de los años cincuenta hechas en China por refugiados en Hong Kong.
En 1964 Oxfam creó la primera organización del comercio alternativo (ATO). Los Países Bajos
también dieron origen a iniciativas paralelas con la fundación en 1967 de la importadora S.O.S
Wereldhandel (ahora llamada Fair Trade Organisatie). Simultáneamente, los grupos neerlandeses del
tercer mundo comenzaron a vender azúcar de caña con el mensaje: «al comprar este azúcar de caña
usted … le está dando a los países pobres un lugar en el sol de la prosperidad». Estos grupos pasaron a
vender artesanías de los países en desarrollo y en 1969 se abrió la primera tienda del comercio justo
(Bowen, 2001; Douglas, 2002). Las ATO establecieron relaciones directas con los pequeños
productores y les pagaban (o decían pagar) un precio más alto por sus productos.
A comienzos de los años ochenta los precios de muchos productos agrícolas básicos se derrumbaron,
afectando particularmente a los productores de café en pequeña escala. En los Países Bajos se creó un
sello del comercio justo (Max Havelaar Keurmerk) que en 1988 vendió por primera vez café. Este
hecho marca el comienzo de la segunda generación de las iniciativas del comercio justo, donde las
organizaciones de etiquetado eran sin fines de lucro. Este modelo ha permitido la venta de productos
del comercio justo a través de canales convencionales.
6
Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Un poco de historia
7
3. LOS CONCEPTOS DE NORMAS, CERTIFICACIÓN Y ETIQUETADO
3.1 NORMALIZACIÓN
La normalización, es decir la adhesión a procedimientos o especificaciones de productos, puede
reducir los procedimientos logísticos, facilitar el comercio, prevenir el engaño a los consumidores y
mejorar la calidad de los productos. Es fácil comprobar cómo la normalización y otros procedimientos
logísticos facilitan el comercio tan sólo observando situaciones en las que existen diferentes sistemas
de medición. La normalización no logra un aumento de la calidad, sino que dicha mejoría sólo se logra
cuando la norma recomendada es «alta»; esto significa que los requisitos constituyen una mejoría en
relación con la práctica común.
3.2 NORMAS
La Organización Internacional de Normalización (ISO) define las normas como:
... acuerdos documentados que contienen especificaciones técnicas y otros criterios precisos para su uso
consecuente como reglas, directrices o definiciones, con el objetivo de asegurar que los materiales,
productos, procesos y servicios sean apropiados a su fin (ISO, 1996).
Las normas de productos son especificaciones y criterios aplicables a características de los productos.
Las normas de elaboración son criterios relativos a la manera en que éstos deben ser fabricados. Las
normas agrícolas sociales y ambientales son esencialmente de elaboración ya que pueden influir o no
en las características del producto final.
Las normas de elaboración pueden aún subdividirse en normas de los sistemas de gestión y en normas
de funcionalidad. Los primeros establecen criterios para los procedimientos de gestión, por ejemplo
para la documentación y los procedimientos de evaluación y supervisión. No establecen criterios para
lo que sucede en el campo o en la estación de empaque. En contraste, las normas basadas en los
resultados o en la funcionalidad establecen requisitos verificables para factores tales como la
aplicación de plaguicidas o la disponibilidad de servicios sanitarios.
El establecimiento de normas internacionales ha resultado ser muy difícil debido a la diversidad de
circunstancias que existen en el mundo. Eso es especialmente cierto para las prácticas agrícolas, que se
ajustan a diferencias climáticas, de tierra y ecosistemas, y que son parte integral de la identidad
cultural. En respuesta a esta diversidad, las normas internacionales ambientales y sociales a menudo
son estándares normativos, es decir genéricos, o directrices para ser utilizadas como marco de trabajo
por organismos locales que establecen normas o por los organismos de certificación, que formulan
normas más específicas. Es de notar que las normas sociales y ambientales en la agricultura no tienen
el objetivo de la normalización (estandarización) per se, sino que intentan mejorar la sostenibilidad
social y ambiental de una gran variedad de sistemas agrícolas y comerciales existentes.
3.3 CERTIFICACIÓN
La certificación es un procedimiento mediante el cual un tercero otorga una garantía escrita de que un
producto, elaboración o servicio está en conformidad con ciertas normas (ISO, 1996). La certificación
se puede ver como un medio de comunicación a lo largo de la cadena de abastecimiento. El certificado
(por terceros) le demuestra al comprador que el proveedor cumple con ciertas normas, lo cual puede
ser más convincente que una garantía del proveedor.
La organización que hace la certificación se llama organismo de certificación o certificador. Dicho
organismo puede realizar la inspección o contratar a un inspector u organismo de inspección. La
certificación, es decir el otorgamiento de una garantía escrita o de un «certificado», se basa en un
informe de inspección que puede o no contener información de fuentes secundarias.
8
Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
La certificación es una verificación realizada por terceros. Terceros son partes que no tienen interés
directo en la relación económica con el proveedor o el comprador. Cuando la verificación es hecha por
la primera parte, ésta es un control interno, mientras que cuando el comprador verifica si el proveedor
cumple con un estándar, ello constituye la verificación de la segunda parte.
Es importante observar que la verificación por terceros no garantiza automáticamente la imparcialidad
o la ausencia de incompatibilidades o conflictos de interés. En primer lugar, el establecimiento de
normas puede ser realizado por una de las partes. El productor puede fijar una norma que
probablemente reflejará sus intereses. También el comprador (segunda parte) puede fijar una norma
que reflejará los intereses comerciales. En segundo lugar, si el organismo que establece normas es el
mismo que realiza la certificación, este hecho también puede crear conflictos. Dicho organismo querrá
ver un alto nivel de aplicación de su norma o estará en contra de algunos productores por motivos
ideológicos, lo que puede influir en las decisiones pertinentes a la certificación. En tercer lugar,
también pueden surgir desacuerdos, según a quien le corresponda cubrir los costos de la certificación.
Los organismos comerciales de certificación enfrentan la competencia de otros organismos y pueden
perder clientela si son demasiado estrictos.
3.4 ACREDITACIÓN
Al sistema de reglas, procedimientos y gestión de la certificación, incluyendo las normas, se le conoce
como Programa de Certificación. A fin de garantizar que los organismos de certificación estén
capacitados para efectuar los programas, éstos son evaluados y acreditados por organismos
autorizados, pudiendo estos ser una institución gubernamental o paraestatal que evalúa el
cumplimiento de las directrices establecidas. Los organismos que establecen las normas también
pueden acreditar a organismos de certificación específicos de su competencia: una vez desarrolladas
las normas, el organismo que las establece puede evaluar si el método de verificación es satisfactorio.
La certificación y la acreditación llevan un costo. La puesta en práctica de normas requiere una
inversión, a pesar de que algunas veces también resulta en una reducción a largo plazo de los costos de
producción. Los posibles efectos de la aplicación de normas y de la certificación, sobre los costos de
producción, los ingresos y la economía agrícola, serán analizados más detalladamente en el capítulo 6.
3.5 ETIQUETADO
Una etiqueta de certificación es un símbolo que indica que el cumplimiento de las normas ha sido
verificado. Por lo general, el uso de dicha etiqueta está regulado por el organismo que establece las
normas. De hecho, cuando los organismos certifican sobre la base de sus propias normas específicas,
la etiqueta generalmente es de su propiedad.
La etiqueta es un medio de comunicación con el consumidor al final de la cadena. La etiqueta debe
tener sentido para que esta comunicación sea efectiva. Conforme a la unión de consumidores de los
Estados Unidos (Consumers’ Union), una etiqueta no sólo debe estar respaldada por un buen sistema
de certificación sin conflictos de interés, sino que también debe ser transparente; debe ser posible
consultar en ella la información sobre el contenido y la organización que lo respalda, y debe ofrecer un
espacio para los comentarios públicos. La Unión también sostiene que el significado de la etiqueta
debe tener coherencia a través de toda la diversidad de productos que la ostentan (Rangan, 2002).
3.6 ASPECTOS ECONÓMICOS DEL ETIQUETADO SOCIAL Y AMBIENTAL
ECONOMÍA DE LA INFORMACIÓN (FAO, 2001)
El etiquetado brinda la oportunidad de crear nichos de mercado en los cuales sería posible obtener
precios más altos. La teoría económica sobre el etiquetado de productos se halla expuesta en la obra de
Stigler (1961). Dicha obra destaca la información como un recurso valioso, especialmente la
Un poco de historia
9
información sobre los precios. La evaluación de precios por parte de consumidor puede requerir
mucho tiempo; i.e. es costoso. Nelson (1970 y 1974) sostiene que es incluso más costoso y
problemático descifrar niveles de calidad que de precios, dado que como la calidad puede no ser
visible en el momento de la compra, existe la posibilidad de fraude por parte de los vendedores
(Akerlof, 1970). En virtud de ello, en algunos mercados los consumidores enfrentan mayor
incertidumbre con respecto a la calidad que con respecto a los precios (Andrews 1992).
Los economistas hacen distinción entre atributos de búsqueda, experiencia y buena fe. Los atributos de
búsqueda son aquellas características que los consumidores pueden examinar antes de comprar un
producto, tales como precio, tamaño y color. Los atributos de experiencia son los que pueden ser
evaluados después de la compra, como el sabor (Nelson, 1970). Aquellos atributos que los
consumidores no consiguen evaluar aún durante el uso de un producto se les llama atributos de buena
fe (Darby y Karni, 1973). El impacto ambiental de los métodos de producción y las condiciones
laborales a lo largo de la cadena de suministro son por ejemplo atributos de buena fe.
Los proveedores pueden declarar a través de la publicidad que sus productos tienen muchos atributos
de experiencia y buena fe. Aldrich (1999) argumenta que esto crea desconfianza entre los
consumidores con respecto a aquellos productos que no llevan dicha información. Los consumidores
tienden a ser más escépticos frente a una declaración por parte del proveedor sobre los atributos de
buena fe, porque saben que no están en posición de controlar su validez. El etiquetado con verificación
por terceros puede transformar los atributos de buena fe en atributos de búsqueda; es decir en atributos
que pueden efectivamente ser verificados por los consumidores en antes de su compra (Caswell 1998).
Si la información que poseen productores y consumidores acerca de la calidad por unidad de alimento
es la misma, entonces el mercado será eficiente (FAO 2001). Los consumidores pueden comprar los
productos que más coincidan con sus preferencias y los recursos de la sociedad serán utilizados más
eficientemente. Sin embargo si la información es asimétrica, este equilibrio del mercado no será
eficiente. Un ejemplo podría ser que los productores mientan con respecto a las normas de calidad. La
información asimétrica puede ser particularmente problemática en los mercados de alimentos con
atributos de buena fe negativos (por ejemplo residuos de plaguicidas o el trabajo infantil). En estos
casos puede que las empresas no se sientan incentivadas a revelar información y que los consumidores
terminen comprando productos que no coinciden con sus preferencias. De hecho, el mercado así no
funciona eficientemente: puede ocurrir que productos que generarían beneficios en situaciones de
información completa no sean producidos, mientras que los de un valor menor para los consumidores
sí lo sean (Golan, Kuchler y Mitchell, 2000). Es aquí donde, eliminando la asimetría de información,
la certificación (verificación por terceros) y el etiquetado podrían mejorar la eficiencia de los
mercados.
VARIABLES QUE DETERMINAN LOS EFECTOS DEL ETIQUETADO
Se han realizado varios intentos por cuantificar el probable efecto del etiquetado sobre la demanda, los
precios y los niveles de producción 2 . Éstos estudios inevitablemente realizan varias suposiciones,
algunas de las cuales serán analizadas a continuación. El análisis se enfoca en el etiquetado orgánico,
ya que éste es actualmente el segmento del mercado «ambiental» más importante de los productos
tropicales y hortícolas. La certificación y la agricultura orgánicas serán presentadas más formalmente
en el siguiente capítulo junto con otras normas y programas de etiquetado.
La primera suposición de muchos modelos es que no existe una diferenciación de los productos previa
a la introducción de la etiqueta. Sin embargo, existen mercados diferenciados con anterioridad a la
introducción de las etiquetas. La agricultura orgánica se origina en los agricultores mismos, quienes
crean canales alternativos de mercadeo dentro de sus comunidades. Conforme a estos programas, el
productor o la tienda naturista forman canastas con alimentos orgánicos que pueden ser despachadas a
2
Inter alia, Mattoo y Singh, 1994, y Sedjo y Swallow, 1999, estudiaron las eco-etiquetas en un modelo de equilibrio parcial. Marette, Crespi
y Schiavana, 1999, usan la teoría de cartel, y Mason, 2002, los modelos de certificación como prueba ruidosa.
10 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
las casas o recogidas por los consumidores, normalmente una vez por semana. Además, y según lo
documenta el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), los precios con prima ya
existían en los años setenta para algunos productos agrícolas (USDA, 1980). Tal segmentación pudo
haber equilibrado la oferta y la demanda hasta cierto punto, reduciendo la posibilidad de una
sobreoferta o escasez de producto en el momento de introducir la etiqueta.
La segunda suposición es que existe un producto homogéneo que puede ser producido por cualquier
tipo de tecnología. En la agricultura orgánica es difícil «definir» lo orgánico ya que existe todo un
continuismo, desde la agricultura «industrial» de alto insumo externo, pasando por todo tipo de
métodos integrados y hasta llegar a la agricultura que no utiliza insumos externos. Además, la
existencia de otras etiquetas (por ejemplo ambientales) puede también tener un impacto sobre la
reacción del consumidor frente a la etiqueta orgánica y al precio con prima.
Algunos modelos asumen que los consumidores de estos productos sólo compran productos con
etiqueta, aunque reconocen que esta suposición es algo rigurosa. La realidad del mercado es que los
consumidores de productos orgánicos también compran productos convencionales. Es probable que
los consumidores compren de ambas versiones de un mismo producto, con etiqueta y sin etiqueta, de
acuerdo con su disponibilidad, precio, tiempo y lugar. Los consumidores pueden ir ocasionalmente a
tiendas especializadas en la venta de productos orgánicos o de comercio justo donde existe una amplia
gama de productos, aunque normalmente compren en supermercados donde hay una menor variedad
relativa.
Algunos modelos asumen que el número de consumidores de una u otra categoría está fijo. Sin
embargo el deseo de pagar la prima puede variar entre consumidores, es decir que si el precio baja son
más los consumidores que estarían dispuestos a comprar un producto con etiqueta. Es más, la
presencia de etiquetas puede aumentar la sensibilidad de los consumidores y multiplicar el número de
consumidores potenciales. En efecto, muchos consumidores sólo llegan a enterarse de la existencia de
los métodos de la agricultura orgánica y su diferencia con los métodos convencionales mediante la
etiqueta.
Una de las suposiciones más importantes es que todos los productos originarios de granjas orgánicas
llevan etiqueta. Sin embargo, cuando la oferta es mayor que la demanda, parte de estos productos se
venden en el mercado convencional (sin etiqueta). La experiencia en el mercado de orgánicos revela
que esto sucede antes de que los precios de productos orgánicos caigan a los niveles de los precios
convencionales. Por lo tanto, los productores certificados no dejan de producir orgánico y continúan
recibiendo una prima por parte de su producción. Debido a la naturaleza de los sistemas de producción
orgánica, no sólo existe una cierta resistencia de los productores convencionales a cambiarse a los
métodos de producción orgánica, sino que también los productores orgánicos se resisten a volver a los
métodos convencionales.
Algunos estudios consideran que las elasticidades de precio de los productos etiquetados y
convencionales son iguales. Sin embargo, el hecho que los consumidores puedan estar dispuestos a
pagar más por productos de etiqueta no significa que éstos respondan a una baja en la prima. Además,
precios reducidos pueden persuadir a consumidores indecisos a que cambien hacia productos con
etiqueta. Por lo tanto, la demanda de productos orgánicos bien puede ser más elástica al precio que la
demanda de alimentos convencionales. En efecto, en Dinamarca se encontraron elasticidades de
precios en los productos orgánicos lácteos más altas en comparación con los alimentos convencionales
(Wier, Hansen y Smed, 2001).
Un poco de historia
11
Una última consideración incumbe a la transmisión de los precios a lo largo de la cadena. Es
ampliamente conocido que la transmisión de los precios es en general imperfecta. La prima para el
consumidor de orgánicos puede ser más baja o más alta que la prima para los productores primarios.
Muchos observadores de los mercados orgánicos piensan que las primas son generalmente más altas a
nivel minorista que a nivel del productor. El efecto del etiquetado sobre los precios es aún más difícil
de analizar si se tiene en cuenta la existencia de varios precios para un mismo producto convencional
dependiendo de la marca. Los precios para el consumidor de orgánicos a menudo se encuentran dentro
del nivel de precios que las marcas convencionales más costosas.
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
11
4. SINOPSIS DE LAS NORMAS Y LOS PROGRAMAS DE
CERTIFICACIÓN ACTUALES
Cada día son más los códigos de conducta empresariales que existen a nivel mundial. Algunos
surgieron por preocupaciones de los consumidores, otros por iniciativas empresariales. Todos ellos
han dado pie a un número de iniciativas de etiquetado o de certificación. Algunos de ellos fueron
realizados por las ONG o por el sector empresarial o instituciones gubernamentales. Muchos hacen
referencia a acuerdos y convenciones internacionales, a veces traduciéndolos en normas verificables
para su aplicación directa por los productores o los comerciantes.
4.1 TIPOS DE ORGANIZACIONES QUE ESTABLECEN NORMAS
En primer lugar, las normas pueden ser establecidas por el gobierno. Generalmente a las normas
gubernamentales se les llama reglamentos, excepto cuando éstas son elaboradas y administradas por
agencias semi-independientes. Las normas pueden estar basadas en acuerdos internacionales o
directrices establecidas por organismos intergubernamentales tales como la Comisión del Codex
Alimentarius de la FAO/OMS. Las directrices intergubernamentales normalmente son de naturaleza
genérica que permiten a los gobiernos establecer normas más específicas que estén adaptadas a la
situación y necesidades del país. Los reglamentos nacionales pueden también acordar el sistema de
certificación, bien sea para acreditar a organismos de certificación privada o para mantener la
certificación en manos de organismos gubernamentales. Los gobiernos pueden desarrollar una etiqueta
nacional para sus productos, para su uso exclusivo o para ser usada junto a etiquetas de otros
organismos de certificación. Tales normas son voluntarias, en cuanto a que se puede elegir no
certificar y no portar la etiqueta. Sin embargo, si se usa el certificado y/o la etiqueta, los productores y
los comerciantes tienen que cumplir con las reglas.
Un segundo tipo de organizaciones que establece normas es la industria, pudiendo ser los mismos
productores u otros actores de la cadena (compradores o minoristas). Por definición, la certificación
involucra a terceros que no tienen ningún interés en que la empresa sea certificada. Por lo tanto, en
esta publicación sólo se analizarán las normas de la industria que son verificados por terceros.
Los productores, generalmente miembros de una asociación o cooperativa, pueden estar interesados en
establecer un estándar e invitar a terceros a verificar su aplicación, con el fin de demostrarle a una
amplia gama de compradores que están cumpliendo con ciertos requisitos exigidos en el mercado. Un
programa que da tal garantía puede ahorrar tiempo y dinero, si se compara con el de dar a cada
comprador una garantía individual. Ejemplo de este tipo de normas son las establecidas por las
asociaciones nacionales de productores armonizadas conforme al sistema COLEACP. Otro ejemplo lo
constituyen las primeras normas establecidas por las asociaciones de productores orgánicos, que no
sólo sirvieron para darle seguridad al consumidor, sino que también funcionaron como una
herramienta de aprendizaje para los productores.
Los comerciantes también pueden definir normas. Si un grupo de compradores reconoce que ellos
exigen básicamente los mismos requisitos para ciertos productos, ellos pueden establecer una norma
conjunta. Esto motivaría a los productores a aplicar la norma rápidamente, puesto que queda claro que
una gran parte del mercado así lo requiere. Un ejemplo de normas establecidas por los comerciantes es
el protocolo de EurepGap.
También con un interés en la industria misma pero visto desde otra perspectiva, encontramos a los
sindicatos. Su principal modo de trabajo es la negociación colectiva de acuerdos para las empresas
individuales, y esto no concuerda muy bien con el establecimiento de normas generales. Sin embargo,
la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) ha establecido una
especie de código genérico donde los sindicatos pueden participar en coaliciones multipartitas que
estén estableciendo normas.
12 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Muchas normas sociales y ambientales son establecidas por las ONG. Las ONG pueden estar
constituidas por grupos amplios de interesados. Las ONG que establecen normas pueden ser
coaliciones de varias ONG más pequeñas, cada una de ellas con sus propios elementos constitutivos.
El grado de aceptación de las normas establecidas por las ONG depende de muchos factores, entre
ellos, el reconocimiento público que tenga la ONG establecedora; el proceso relativo al
establecimiento de las normas, especialmente el grado de consulta con los interesados; la
«aplicabilidad» de los requisitos y la publicidad alrededor de la norma. Al igual que los organismos
gubernamentales establecedores de normas, las ONG mismas pueden realizar la verificación o
acreditar a organismos de certificación.
Finalmente, los gobiernos, el sector privado y las ONG pueden formar coaliciones para el
establecimiento de normas. Por ejemplo los gobiernos, la industria y las organizaciones de
consumidores tienen sus miembros acreditados ante ISO, y la Iniciativa del comercio ético (ETI) es
una organización tripartita: gubernamental, de ONG y sindical.
En lo que queda de este capítulo, se dará un vistazo general a los principales programas para el
establecimiento de normas sociales y ambientales voluntarias, y a los programas de certificación en el
ámbito de los cultivos tropicales y hortícolas. Sólo se incluirán normas aplicadas internacionalmente.
Junto a cada programa se presentará brevemente la organización que está detrás de la iniciativa, luego
se analizarán el alcance de la norma y el sistema de certificación y de etiquetado. Los programas han
sido agrupados de acuerdo con el tipo de organización establecedora, aunque en el caso de las
organizaciones multipartitas la selección ha sido algo arbitraria. La perspectiva general no es
exhaustiva, especialmente en relación a aquellas normas que no están acompañadas por un programa
de certificación3.
4.2 NORMAS CON PARTICIPACIÓN GUBERNAMENTAL
NORMAS ORGÁNICAS Y LA CERTIFICACIÓN
La producción orgánica consiste en el manejo holístico del ecosistema agrario, enfatizando los
procesos biológicos y minimizando el uso de los recursos no renovables. Aunque los términos
«orgánico, ecológico o biológico» se han desarrollado en Europa y Norte América para distinguir a la
agricultura orgánica de la convencional, muchos sistemas de agricultura tradicional de bajo insumo en
otras partes del mundo son también sistemas orgánicos de facto. En este sentido se ha introducido el
término «orgánico por defecto», e incluso «orgánico por negligencia». Sin embargo, estos términos
dan la falsa impresión de que cualquier sistema de agricultura que no utilice agroquímicos
automáticamente cumpliría con las normas orgánicas, lo cual no es cierto necesariamente.
Evolución y alcance de las normas orgánicas4
Inspirados en las ideas de Rudolf Steiner (en la década de los años veinte), de Sir Albert Howard (en
los años treinta) y de Lady Eve Balfour (en los años cuarenta), muchos agricultores desarrollaron sus
propios métodos de agricultura orgánica. A medida que el sector orgánico evolucionaba, se formaron
asociaciones de agricultores orgánicos que creaban sus propias normas, más con el ánimo de
comunicar lo que habían aprendido que de codificar lo que constituye la agricultura orgánica. La
inspección en el lugar de producción no comenzó sino hasta la mitad de los años setenta, cuando las
asociaciones de agricultores desarrollaron sus propios sistemas de certificación con el objetivo de
atender a sus propios miembros. Con el tiempo, estas unidades de certificación se volvieron más
independientes para así evitar conflictos de interés y aumentar la confianza entre un número creciente
de consumidores.
3
Para una descripción más profunda y un análisis comparativo de las normas ETI, FLO, orgánicos, SAN y SA8000, véase Courville, 2000
(revisado por Piano, 2001).
4
Los párrafos sobre el desarrollo histórico de las normas orgánicas se basan en Rundgren, 2002.
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
13
La Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Biológica (IFOAM) fue fundada en
1972 y tiene su sede central en la ciudad de Bonn, Alemania. IFOAM formuló la primera versión de
sus Normas Básicas (IBS) en 1980, las cuales han sido revisadas bienalmente desde entonces. Las IBS
sirven de directrices para que los organismos públicos y privados puedan producir normas orgánicas
más específicas.
La última revisión de las IBS fortaleció las normas para el manejo de ecosistemas con la protección
del paisaje terrestre, el control de la contaminación y la conservación del agua y el suelo. Se está
discutiendo si también se deben incluir criterios para las condiciones laborales y otros temas sociales,
sobre los cuales hasta el momento sólo se hacen referencias generales (Schmid, 2002; Riddle y Coody,
2002). Las normas de elaboración, empaque y rastreabilidad normalmente incluyen estipulaciones
para prevenir que los productos convencionales y orgánicos se mezclen, así como criterios para el uso
de aditivos y herramientas para la elaboración de alimentos. Dado que las distancias contribuyen al
uso de insumos externos, se debate si deben establecerse criterios relativos al abastecimiento desde las
fuentes locales y a las formas de transporte (el debate sobre las «food miles» - o cantidad total de
millas que recorren los alimentos antes de ser consumidos).
Además de los sistemas de normas y certificación de orgánicos, el grupo comercial de IFOAM lanzó
un Código de Conducta de IFOAM para el Comercio Orgánico en febrero de 2003. El Código de
Conducta tiene ocho principios básicos que incluyen la «transparencia y responsabilidad en las
negociaciones» y la «distribución justa de las ganancias». Cualquier empresa orgánica puede adherirse
al código y participar en el proceso continuo de auto-evaluación (IFOAM, 2003).
Si bien la demanda de productos orgánicos ha ido creciendo, la oferta se ha quedado atrás y los precios
con primas han creado incentivos para el engaño. Muchos países han formulado reglamentos para los
productos orgánicos con el fin de proteger a los productores honrados y a los consumidores. Las
primeras normas fueron adoptadas en Estados Unidos (en el Estado de Oregon en 1974 y en California
en 1979). Francia fue el primer país de Europa en adoptar una norma orgánica (en 1985). El
Reglamento 2092/91 de la Unión Europea, que cubre todas las etiquetas de productos orgánicos, fue
adoptado en 1991. Otras normas nacionales importantes para el comercio internacional son: la Norma
Agrícola Japonesa (JAS, sigla en inglés), las normas orgánicas para los productos vegetales (2000) del
Ministerio Japonés de Agricultura, Bosques y Pesca (MAFF, sigla en inglés) y las normas del
Programa Orgánico Nacional de Estados Unidos (NOP, sigla en inglés), creado por el Departamento
de Agricultura en 2002. Con miras a la armonización, el Codex formuló directrices para la producción,
elaboración, etiquetado y comercialización de alimentos orgánicamente producidos, adoptado en 1999
para los productos vegetales. Las directrices fueron revisadas en 2001 con el fin de incluir
disposiciones para el ganado y los productos pecuarios. Las directrices del Codex son voluntarias y los
países miembros pueden decidir hasta qué grado seguirlas.
Existen normas orgánicas para todos los cultivos y para casi toda la producción animal. Los órganos
que establecen normas también los están elaborando para la explotación piscícola, la apicultura y la
recolección de productos silvestres. Las normas orgánicas para la producción vegetal típicamente
incluyen: criterios para los períodos de conversión; semillas y plantas de propagación; mantenimiento
de la fertilidad del suelo mediante el uso y reciclaje de materiales orgánicos; control de plagas y
enfermedades y eliminación de malezas. Prohíben el uso de abonos y plaguicidas sintéticos así como
de organismos producidos por ingeniería genética. También tienen criterios para el uso de abonos
orgánicos y plaguicidas naturales.
14 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Certificación y acreditación
IFOAM/IOAS
El Servicio Internacional de Acreditación de la Producción Orgánica (IOAS) acredita a organizaciones
de certificación que cumplan con los criterios de IBS. Dado que la IBS es una norma genérica, IOAS
exige que los organismos de certificación elaboren algunas normas más específicas. En 1999 los
Organismos de Certificación Acreditados por IFOAM firmaron un acuerdo de reconocimiento mutuo
que permita facilitar la aceptación de productos certificados por cualquiera de ellos. Sin embargo, no
todos ellos contienen las mismas normas. De hecho, el acuerdo contiene una cláusula de
«estipulaciones adicionales», que establece que dichos productos deben también cumplir con aquellas
normas que van más allá de las requeridas por la IBS, las cuales deben ser exigidas por el organismo
que «acepta el reconocimiento mutuo» (Commins, 2002).
Reglamento de la Unión Europea
El Reglamento EEC 2092/91 de la Unión Europea concierne a la acreditación nacional de los
organismos de certificación o la certificación por autoridades nacionales (EEC, 1991). Normalmente
los organismos de certificación deberán estar en conformidad con la norma europea EN 45011 o la
Guía ISO 65 relativos al manejo de los sistemas de certificación. Países fuera de la Unión Europea
pueden hacer equivaler sus sistemas de certificación y ellos aparecen en una lista de «países terceros».
La lista también puede especificar unidades de producción u organismos de inspección. Para importar
de países que no estén incluidos en esta lista es necesario obtener la autorización de un Estado
Miembro de la Unión Europea. El importador debe demostrar que el producto fue producido y
sometido a inspección conforme a normas equivalentes a las normas orgánicas de la Unión Europea, y
que fue certificado por un organismo que opera en cumplimiento de la Guía ISO 65 (Commins y Kung
Wai, 2002). Los procesos administrativos para la obtención de tales autorizaciones de importación
pueden diferir considerablemente entre los países. Desde 2002 se requiere enviar el certificado original
con los productos.
El Programa Orgánico Nacional de los Estados Unidos (NOP)
El NOP establece que todos los productos vendidos en los Estados Unidos como «orgánicos», deberán
ser imprescindiblemente certificados por un organismo o un programa estatal que haya sido
previamente acreditado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. El NOP entró en
vigor en octubre de 2002 y, actualmente (marzo de 2003) cuenta con 81 organismos de certificación,
30 de los cuales están registrados fuera de los Estados Unidos. Las agencias extranjeras pueden
también ser reconocidas por el USDA para acreditar conforme al NOP. Los programas de acreditación
reconocidos hasta la fecha (marzo de 2003) son aquellos de Dinamarca, Francia, Nueva Zelandia,
Québec (Canadá) y el Reino Unido (USDA, 2003). Los organismos de certificación pueden ser
evaluados por las agencias de sus propios gobiernos para determinar si cumplen con las estipulaciones
del NOP. La Guía ISO 65 es de carácter voluntario para los organismos de certificación comprendidos
en el sistema NOP (Anónimo, 2002b).
La Norma Agrícola Japonesa (JAS)
A comienzos del año 2000 MAFF promulgó el programa JAS, el cual entró en vigor en abril de 2001.
A partir de entonces los productos orgánicos de origen vegetal vendidos en el Japón necesitan portar la
etiqueta JAS y tener la certificación expedida por un organismo aprobado y registrado. La norma JAS
requiere que cada planta elaboradora o de empaque tenga un «gerente clasificador» calificado que sea
responsable de revisar la ruta de la auditoria. Además debe tener procedimientos de operaciones y un
informe de la clasificación que cumpla los requisitos de JAS (Weinberg, 2002b). En mayo de 2002 el
número de organizaciones de certificación japonesas llegaba a 62, a los que se deben sumar otras 6
organizaciones de certificación extranjeras. Una particularidad es que la responsabilidad de descertificar recae directamente sobre MAFF y no sobre el organismo de certificación. MAFF ha
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
15
reconocido a los sistemas de la Unión Europea, los Estados Unidos y Australia a pesar de lo cual los
comerciantes y las compañías elaboradoras japoneses que desean usar sus productos tienen la
obligación de obtener, en el Japón, un «certificado del gobierno u organización correspondiente»
(Anónimo, 2002a).
Sistemas internos de control
Muchas normas orgánicas 5 , incluido el sistema IFOAM/IOAS, permiten que se puedan certificar
grupos de productores. En este caso, el grupo está obligado a establecer un sistema interno de control
(incluyendo la documentación), que garantice que todos los miembros cumplen con la norma. El
organismo de certificación se transforma entonces en contralor y verifica si el sistema interno funciona
adecuadamente. Se debate en forma continua sobre los requisitos de tales sistemas, así como sobre la
llamada «tasa de re-inspección» (o sea el porcentaje de productores individuales que necesitan volver
a ser inspeccionados por el organismo externo).
La armonización internacional de las normas orgánicas y los sistemas de certificación
Existen diferentes normas y requisitos para la certificación y el etiquetado, y ello aumenta los costos
de certificación para aquellos productores que quieran exportar a más de un mercado. Ello también
impone desafíos logísticos para el comercio orgánico internacional; los problemas administrativos
para manejar productos compuestos con ingredientes de varios orígenes y para varios mercados
potenciales se multiplican. En un esfuerzo por armonizar los actuales sistemas de garantía orgánica, se
ha creado un grupo de acción integrado por IFOAM, FAO y UNCTAD: el Grupo de Acción sobre la
Equivalencia de los Sistemas de Garantía Orgánica. Éste comenzó su labor en 2003 y sirve como
plataforma abierta para el diálogo. El grupo tiene como objeto evaluar propuestas relacionadas a los
mecanismos para establecer equivalencias, reglamentos y sistemas de evaluación de conformidad, y
que serán puestos a consideración de los gobiernos, la Comisión del Codex Alimentarius y otros
organismos pertinentes.
Etiqueta y mercado
Existe un sinfín de etiquetas de productos orgánicos, que reflejan la cantidad de programas de
certificación existentes. No obstante, en los países con legislación para dichos productos, el uso de
etiquetas de productos orgánicos está sujeto a criterios estrictos. Para los productos compuestos,
normalmente se estipula que sólo cuando un alto porcentaje (del 90 al 100 por ciento) de los
ingredientes proviene de plantas o fincas con certificación orgánica, éstos pueden ser llamados
orgánicos. Si el «porcentaje orgánico» está por debajo del nivel señalado, en muchos casos se permite
especificar cuales son los ingredientes orgánicos. Las declaraciones de orgánicos deben, en general, ir
acompañadas de información sobre el organismo de certificación y el sistema o reglamento conforme
al cual estos productos fueron certificados. El sello acreditado de IFOAM puede aparecer sobre el
producto sólo como parte del logotipo del organismo de certificación, y en el propio material de
promoción del organismo certificador. El uso del logotipo del Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos es voluntario siempre y cuando se cumplan los requisitos para su uso. En el Japón, el
uso del logotipo JAS es obligatorio si se ha hecho una afirmación a nivel minorista de que es orgánico
(Schmid, 2002; Riddle y Coody, 2002; Weinberg, 2002ª).
El Centro de Comercio Internacional (CCI) estimó las ventas mundiales de productos orgánicos para
2001 en 19 mil millones de dólares EE.UU., lo que representa un aumento de 10 mil millones desde
1997. Se prevé que en 2003 el mercado europeo estará entre los 10 y 11 mil millones de dólares
EE.UU., el de Norte América en 12 mil millones de dólares EE.UU. y el del Japón en 400 millones.
Antes de que el estándar JAS entrara en vigor, en el Japón existía un «mercado verde» indiferenciado
5
Los países y unidades administrativas adicionales que tienen reglamentos son: Argentina, Australia, Bulgaria, Canadá, China, Costa Rica,
República Checa, China, Región Administrativa Especial de Hong Kong, Hungría, Islandia, India, Nueva Zelandia, Noruega, Eslovaquia,
Eslovenia, República de Corea, Suiza, Taiwan Provincia de China, Tailandia, Túnez y Turquía. Otros países están redactando sus
reglamentos.
16 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
del cual se desconoce la participación de los productos orgánicos. En consecuencia, las cifras
japonesas eran sobreestimaciones (Kortbech-Olesen, 2003). En el capítulo 5 se entregan mayores
detalles sobre los mercados orgánicos para otros productos hortícolas y tropicales.
EL CAFÉ DE SOMBRA «AMIGO DE LAS AVES» DEL SMITHSONIAN MIGRATORY BIRD
CENTER (Smithsonian Migratory Bird Center, 2003; Consumers Union, 2002)
El Smithsonian Migratory Bird Center (Centro Smithsonian para las aves migratorias) es parte del
Smithsonian National Zoological Park, un instituto del gobierno de los Estados Unidos para la
investigación y la conservación de la vida silvestre. Este centro tiene el objeto de proteger a las aves
migratorias y a su hábitat natural, y sus actividades se extienden por todas las Américas. El centro
pretende investigar de qué manera los cambios causados por los seres humanos afectan a las
poblaciones de aves, y cómo la conservación de su hábitat afecta a las poblaciones humanas.
Elaboración y alcance de la norma
Las directrices para el café de sombra han sido elaboradas por científicos de esta institución. Su campo
de trabajo se enfoca en las Américas y los expertos admiten que sus conocimientos sobre los sistemas
de sombra en África y en Asia son limitados. Reconocen que se requeriría más investigación antes de
adoptar normas para su aplicación más allá de las Américas. La participación de las diferentes partes
interesadas fue escasa durante el proceso inicial de establecer las normas, y en 2003 se invitó al
público a comentar sobre las mismas. Las normas son fundamentalmente requisitos adicionales para
los criterios orgánicos, mientras que la certificación orgánica es un prerrequisito para la certificación
amiga de las aves. Los criterios se centran en la composición de las especies de árboles de sombra, la
estructura de la cima, la diversidad secundaria de plantas y las zonas tampón. El programa de
certificación comenzó en 1999.
Acreditación y certificación
El instituto Smithsonian reconoce la certificación orgánica, a su vez acreditada por el USDA conforme
a la Guía ISO 65 (Smithsonian Migratory Bird Center, 2002). Además, el Centro Smithsonian de aves
migratorios capacita y acredita a inspectores en forma individual. Ambas inspecciones pueden ser
realizadas al mismo tiempo. El sistema permite la certificación colectiva de operadores que cuenta con
un sistema de control interno.
La etiqueta y el mercado
El café de producción certificada puede portar la etiqueta «amigo de las aves» que es de uso exclusivo
en los Estados Unidos. El centro no publica cifras sobre el volumen de ventas del café etiquetado, pero
en el Capítulo 5 se incluye un cálculo de las cifras relativas al café de etiqueta.
ISO 14001
Aunque la norma ISO 14001 no sea un estándar intergubernamental de jure (de derecho), sí lo es de
facto (de hecho) puesto que los gobiernos, o están involucrados con el sistema ISO o lo apoyan en su
totalidad. La ISO ha sido reconocida como uno de los mayores organismos establecedores de normas
armonizadas internacionales de la industria. La ISO se declara a sí misma como una organización no
gubernamental, sin fines de lucro. Sus miembros son gubernamentales, paraestatales, tripartitas o no
gubernamentales. Este último grupo a menudo está compuesto por representantes de la industria. Cada
país sólo puede estar representado por un delegado. La ISO fue fundada en 1947 y tiene la sede de su
secretariado en Ginebra. Hace poco la ISO empezó a elaborar normas ambientales y ya está trabajando
sobre la responsabilidad social.
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
17
La ISO ha sido mencionada en párrafos anteriores con referencia a sus directrices para el
establecimiento de normas y certificación. Las normas ISO más importantes a este respecto son las
‘definiciones’ (Guía 2), las guías para el establecimiento de normas (Guías 7 y 59), la acreditación
(Guía 61) y los organismos de certificación (Guías 62, 65 y 66). No obstante, esta sección trata sobre
la norma de la gestión ambiental ISO 14001.
Evolución y alcance de la norma
El desarrollo y manutención de la Serie ISO 14001 está a cargo del Comité Técnico 207. Éste está
integrado por expertos del mundo empresarial y gubernamental de 55 países y sus primeras normas se
publicaron en 1996 (ISO, 1998a). La ISO 14004 da directrices sobre principios, sistemas y soportes
técnicos para la aplicación de los sistemas de gestión ambiental, incluyendo una orientación que va
más allá de los requerimientos impuestos por la ISO 14001. Algunas normas en la Serie ISO 14000
también son «herramientas» para la aplicación del sistema de gestión ambiental y están previstas para
la supervisión y la auditoria ambiental, etiquetado y evaluación del ciclo de vida de los productos.
La ISO 14001 fue formulada para apoyar la aplicación de sistemas de gestión ambiental en muchos
tipos de organizaciones, incluyendo a las empresas manufactureras y de servicios, agencias de
gobierno, asociaciones y ONG. Los requisitos para la certificación incluyen el desarrollo de políticas
ambientales con su debido plan de aplicación y comunicación, definición de responsabilidades,
actividades para la capacitación de personal, la documentación y la supervisión. Aparte del
cumplimiento impuesto por las reglas y leyes locales, la norma no establece objetivos específicos de
rendimiento. En lugar de ello, la ISO 14001 busca constantes mejoras.
Acreditación y certificación
La ISO no certifica ni acredita a organismos de certificación (ISO, 1998b). La certificación conforme
a la ISO 14001 la realizan organismos independientes de certificación, públicos o privados, bajo su
propia responsabilidad. Normalmente el país en el cual operan les exige estar acreditados por las
autoridades nacionales de acreditación, que generalmente son miembros de la Federación
Internacional de Acreditación. Debido a que la ISO sólo establece normas y no tiene autoridad para
controlar las actividades de acreditación o certificación, el logotipo ISO no puede ser utilizado en
conexión con la certificación o los certificados, ni en las etiquetas.
La etiqueta y el mercado
Un creciente número de fincas está siendo certificadas conforme a las normas de la ISO 14001. Sin
embargo sus productos no pueden ser etiquetados como certificados por la ISO 14001 porque el
producto en sí no es el objeto de la certificación. No obstante se permite una indicación en el sello de
que la empresa productora ha sido certificada por la ISO 14001, incluso indicando el organismo
certificador. El uso de tal referencia podría caer bajo el control del organismo certificador. Día a día se
ve con mayor asiduidad sobre las etiquetas de los productos afirmaciones tales como «empresa
certificada por la ISO 14001».
La ISO 14001 se está convirtiendo en la certificación de las plantaciones por excelencia. Los
directivos de estas grandes unidades de producción a menudo declaran que la ISO 14001 les ha sido
muy útil en la estructuración de la documentación, en proveerles las herramientas para la gestión
ambiental, reduciendo en algunos casos los costos. Sin embargo, la ISO 14001 no tiene el mismo
atractivo para explotaciones agrícolas más pequeñas, ya que no ofrece el incentivo de un precio con
prima, la certificación puede ser costosa y requiere de una extensa documentación.
18 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
4.3 NORMAS ESTABLECIDAS POR LA INDUSTRIA
EUREPGAP (Foodplus, 2002; M. Andersen, RUTA/FAO, comunicación personal)
EUREPGAP es un sistema privado de certificación conducido por 22 grandes cadenas minoristas en
Europa que forman el núcleo de los miembros de EUREP, la asociación de minoristas europeos
(supermercados). El programa de Buenas Prácticas Agrícolas de EUREP llamado EurepGap, reúne a
los minoristas con los grandes abastecedores de productos frescos y los productores. Incluye además a
los miembros asociados del sector de insumos y servicios agrícolas (principalmente los proveedores de
agroquímicos, organismos de certificación y empresas de consultoría). Los miembros asociados
pueden participar en los encuentros pero no forman parte del proceso de toma de decisiones de
EurepGap. Antiguamente el EuroHandelsinstitut e.V. (EHI), o Instituto Europeo de Comercio, actuaba
como secretariado internacional. En marzo de 2001 el EHI fundó una empresa filial independiente
'FoodPLUS GmbH’,empresa comercial que actúa como organismo mundial, sirve de titular jurídico
del documento normativo y hospeda al Secretariado de EUREP.
Evolución y alcance de la norma
El estándar EurepGap para frutas y verduras fue desarrollado por el Comité Técnico de EurepGap.
Dicho comité solía estar dominado por minoristas pero ahora está compuesto por dos grupos con
representación por igual de minoristas y proveedores. Existen otras normas que están en proceso de
elaboración a cargo de otros comités técnicos, pero hasta el momento sólo está operando la norma de
frutas y verduras. A continuación se empleará el término EurepGap para indicar «EurepGap frutas y
verduras».
EurepGap tiene el objetivo explícito de aumentar la confianza de los consumidores en la inocuidad de
los alimentos. El enfoque central de las normas EurepGap es la seguridad de los alimentos y la
rastreabilidad. Las normas también preceptúan sobre algunas dimensiones ambientales (prácticas
relativas al manejo integrado de plagas – MIP) y otras sociales (relativas a la salud ocupacional),
aunque algunos críticos las califican de ambiguas. EurepGap también busca la armonización de los
requisitos relativos a la higiene de los alimentos y al límite máximo de residuos (LMR) de plaguicidas
que se les permite contener. Este esfuerzo de armonización sólo ha tenido éxito en parte, si se
considera que no todos los minoristas están involucrados y que las normas se refieren a los
reglamentos nacionales vigentes, que no son homogéneos en todos los países europeos. El sistema
EurepGap tiene como grupo meta los productores en gran escala (por lo menos ésta ha sido la
experiencia en América Latina), quienes cuentan con los recursos humanos y económicos para aplicar
y supervisar el «sistema de gestión» de EurepGap.
Acreditación y certificación
Los organismos que deseen certificar conforme a las normas de EurepGap necesitan ser acreditados
por FoodPLUS y haber sido otorgados la norma ISO 65/EN 45011. Una particularidad del sistema
EurepGap es la posibilidad de otorgar certificados no acreditados: todo organismo de certificación
solicitante tiene un período de seis meses para completar la acreditación requerida, que incluye como
ejercicio práctico la entrega de los certificados no acreditados que también son aceptados.
Además de los costos de la certificación, los productores certificados tienen que pagar una cuota anual
a FoodPLUS (alrededor de €25). Las organizaciones de productores que han implementado un
programa de verificación por terceros, pueden incluirlo como punto de referencia para EurepGap. Si el
programa es aceptado como equivalente y es acreditado, la auditoria de la finca para dicho programa
también puede ser válida como si fuese una de EurepGap.
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
19
También es posible obtener una certificación de grupo para las llamadas «organizaciones de
comercialización de productos» (PMO). Una PMO puede ser una cooperativa u otro grupo de
cultivadores con personería jurídica que asumen la responsabilidad de aplicar las normas de EurepGap,
en nombre de los cultivadores asociados y contratados mediante un sistema de control interno. La
comprobación del no cumplimiento por parte de un productor, puede resultar en la cancelación de la
certificación del grupo entero.
La etiqueta y el mercado
No hay ninguna etiqueta de EurepGap y tampoco hay prima sobre el precio. El mercado para los
productos certificados por EurepGap son los 22 minoristas en EUREP. La certificación no garantiza
que el producto sea incluido en estos supermercados, aunque en el futuro podría convertirse en un
prerrequisito. Se dijo que algunos minoristas de frutas y verduras requerirían la certificación EurepGap
para enero de 2003. Sin embargo la página Web de EurepGap (en la primavera de 2003) mencionaba
que «algunos minoristas dicen que todos sus proveedores deberían estar certificados por EurepGap
para el 2004. Otros no han fijado una fecha límite, pero con el tiempo se preguntarán por qué los
proveedores preferidos no están certificados en EurepGap y que entonces quizá revisen su decisión de
hacer negocios con ellos».
No existe una etiqueta para los productos, aunque EurepGap está actualmente preparando las reglas y
prerrequisitos para que a nivel de caja los productos hagan referencia a EurepGap. Ello llevaría a la
aparición de referencias acerca de EurepGap en los supermercados europeos, pero no sobre los
productos individuales.
SISTEMA ARMONIZADO COLEACP
El COLEACP es una asociación interdisciplinaria de exportadores, importadores y otros participantes
interesados en el comercio hortícola6 de la Unión Europea con los países ACP (COLEACP 2001). A
fin de mejorar el reconocimiento del mercado de los productos de los ACP, y para responder a las
demandas del mercado desde el punto de vista ambiental y condiciones de producción socialmente
responsables, el COLEACP tomó la iniciativa de estimular a las asociaciones de horticultores
exportadores a buscar la armonización de sus códigos de prácticas de trabajo. El sistema armonizado
COLEACP está diseñado como un conjunto mínimo de normas de seguridad para los alimentos, el
medioambiente y las condiciones sociales, para ser incorporadas en los códigos nacionales. Hoy
cuenta con 13 asociaciones comercializadoras de productos frescos que participan y provienen de 9
países africanos y caribeños.
Evolución y alcance de la norma
La norma se desarrolló a partir de una comparación de los códigos existentes de las organizaciones
participantes y de un diagnóstico comparativo frente a los códigos existentes en Europa. El sistema es
revisado anualmente por un comité de control compuesto por representantes de cada una de las
asociaciones participantes.
El sistema armonizado es una «»norma genérica» o «norma de normas» y el sistema se aplica a todas
las exportaciones de productos hortícolas frescos (frutas, hortalizas, flores y plantas) y excluye a los
productos elaborados. El sistema cubre la cadena productiva completa, desde el cultivo, la cosecha, los
tratamientos poscosecha, el empaque y el almacenamiento. Las asociaciones nacionales de comercio
pueden establecer normas más rigurosas para ciertos parámetros, o pueden desarrollar requisitos
adicionales para satisfacer a situaciones más específicas.
6
País de África, El Caribe o del Pacífico que ha firmado el Acuerdo de Cotonou con la Unión Europea.
20 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
El sistema contiene normas relativas a la inocuidad de los alimentos durante la producción del cultivo,
la época de cosecha, el manejo poscosecha y las instalaciones agrícolas. Las normas ambientales
incluyen criterios para la selección, uso, almacenamiento y transporte de plaguicidas y fertilizantes, el
manejo de cultivos integrados, la salud y seguridad ocupacional, el uso del suelo, el agua y los
desechos, la protección de la flora y fauna, el uso de energía, los materiales de empaque y el
mantenimiento de los registros correspondientes. Las normas de tipo laboral están los contratos,
salarios y horarios de trabajo, procedimientos disciplinarios e inconformidades, la libertad de
asociación y negociación colectiva, la no discriminación, la protección de los derechos del niño,
condiciones especiales para la mujer, el trabajo no forzado, un trato no inhumano o cruel, la salud y
seguridad ocupacional. También el acceso a los servicios de salud y sanidad, y el alojamiento para los
trabajadores. Además, la agenda contiene un capítulo que trata sobre las relaciones con los productores
externos, incluyendo normas de producción y políticas de compra, asesoría técnica y apoyo para la
aplicación del código.
Acreditación y certificación
Toda asociación que desee declarar que sus normas están de acuerdo con las del sistema armonizado,
debe remitirlas anualmente para que sean verificadas por el grupo de control. Este mecanismo puede
ser considerado como un mecanismo de acreditación.
Siendo un estándar genérico, el sistema armonizado no contiene ningún programa de certificación ni
de etiquetado. Sin embargo, el sistema requiere que los códigos de cada nación incluyan un sistema de
certificación con auditorias anuales ejecutadas por equipos independientes. Los equipos pueden ser
organismos de auditoria reconocidos internacionalmente o grupos nacionales que a su vez necesitarían
ser verificados externamente. Los grupos de auditores nacionales tendrían que asistir al curso de
capacitación en la auditoria de COLEACP y los organismos auditores externos serían aprobados por el
grupo de control del sistema armonizado.
COLEACP tuvo que suspender las actividades de control debido a la falta de recursos. No obstante,
las asociaciones nacionales de productores continúan trabajando con el sistema armonizado. Ejemplo
de un código nacional operando de acuerdo con este sistema son las bien conocidas normas de oro y
plata del Consejo Florístico Keniano (KFC). Otro ejemplo es el Código de Prácticas de la Industria
Hortícola de Zimbabwe, del Consejo para la promoción hortícola de Zimbabwe, que quedan fuera del
alcance de esta publicación puesto que son iniciativas del sector nacional.
La etiqueta y el mercado
No hay una etiqueta o sello asociado con el sistema armonizado. Algunos de los programas de las
asociaciones agrupadas han desarrollado una etiqueta que se concede a los productores certificados. Se
ha intentado en ganar una mayor notoriedad en los mercados europeos en todos los programas
participantes, pero parece que existen variaciones en los niveles de reconocimiento obtenido por
programas individuales en los mercados europeos. No se dispone de datos específicos de mercado
relacionados con productos certificados.
4.4 NORMAS ESTABLECIDAS POR ONG
El movimiento orgánico y las normas básicas de IFOAM, que es una ONG, fueron discutidos
anteriormente junto con la reglamentación gubernamental referente a la agricultura orgánica.
CERTIFICACIÓN DE LA RAINFOREST ALLIANCE
La Red de Agricultura Sostenible (SAN), anteriormente Red de Agricultura para la Conservación
(CAN), es una coalición de 10 organizaciones no gubernamentales orientadas hacia la conservación en
el continente americano (CAN, 2001; Rainforest Alliance, 2003). El programa se enfocó inicialmente
hacia el impacto ambiental de los métodos de producción y la conservación del hábitat, pero ha ido
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
21
incorporando normas para las relaciones comunitarias y las condiciones laborales. La Rainforest
Alliance es la fuerza principal detrás de la iniciativa, y su oficina en Costa Rica es la Secretaría de
SAN (la oficina matriz de Rainforest Alliance está en Nueva York)7.
Evolución y alcance de la norma
Las normas son para productos específicos y han sido desarrolladas junto con los productores,
principalmente en Costa Rica y otros países de América Latina. El programa ha establecido normas
para cinco cultivos tropicales: banano, cítricos, café, cacao, helecho y plantas ornamentales.
Actualmente se han desarrollado normas «granja integral» para cultivos que carecen de normas
específicas. La promoción e incorporación de las normas se limita principalmente al continente
americano.
Las normas ambientales incluyen la prohibición de eliminar el bosque primario, requisitos para el de
manejo de suelos y agua, para la conservación de las zonas tampón, para el uso, almacenamiento y
transporte de productos agroquímicos, manejo integrado de plaguicidas, criterios para el manejo y
reciclaje de desechos y para el sistema de control. Con respecto a los criterios sociales, la compañía
certificada deberá respetar todos los convenios de la OIT que han sido ratificados por el país en el que
operan. Las normas de certificación se aplican directamente sobre aquellos temas que no han sido
ratificados en los convenios de la OIT. Ellas incluyen requisitos para una política social y de
comunicación con los trabajadores; contratos y salarios, la no discriminación, en contra del trabajo de
los menores de 14 años; condiciones específicas para trabajadores discapacitados y mujeres
embarazadas; el trabajo no forzado, libertad de expresión, el derecho sindical y a la negociación
colectiva; salud y seguridad ocupacional, horario de trabajo, capacitación, alojamiento y vínculos con
las comunidades locales.
Acreditación y certificación
No existe un sistema de acreditación de SAN. En muchos casos la certificación es otorgada por
miembros locales de SAN. La Rainforest Alliance opera el sistema de certificación en Costa Rica y
Honduras así como en países donde no hay miembros de SAN. Todos los auditores, incluso aquellos
que son miembros de la red local, son capacitados por la Secretaría del Programa de Agricultura
Sostenible, es decir, la Alianza Rainforest. Los productores cubren los costos de las auditorias y de la
certificación, dependiendo este del tipo de servicio brindado (es decir los viáticos del auditor, etc.),
además de una cantidad fija por hectárea (CAN, comunicación personal).
La etiqueta y el mercado
Los sellos anteriormente llamados «proyecto mejor banano» y «ECO-OK» están siendo reemplazados
en la actualidad (2003) por una nueva etiqueta: «Rainforest Alliance Certified» – certificado por la
Rainforest Alliance. Los sellos se usan principalmente en actividades de relaciones públicas de
productores certificados y en comunicaciones entre productores y compradores (importadores,
mayoristas y minoristas). La etiqueta es administrada por la Rainforest Alliance, que exige un pago
por el uso de la etiqueta en los productos, del cual los productores pueden ser eximidos.
7
Otros miembros de SAN son Conservación y Desarrollo (CyD) en Ecuador; Centro Científico Tropical (CCT) en Costa Rica; Toledo
Institute for Development and the Environment (TIDE) en Belice; SalvaNatura en El Salvador; Instituto Para la Cooperación y
Autodesarrollo (ICADE) en Honduras; Fundación Interamericana de Investigación Tropical (FIIT) en Guatemala; Pronatura Chiapas en
México; Fundación Natura en Colombia; e Imaflora en Brasil.
22 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Hasta ahora las etiquetas han sido poco usadas en los productos, excepto para el café y jugo de naranja
en América del Norte y Japón. Las compañías que consideran que su propia marca es de calidad dudan
en usar una etiqueta adicional. Es más, en Europa no pudo usarse la etiqueta «ECO-OK» porque el
término «ECO» legalmente está reservado para los productos de la agricultura orgánica. Aunado a ello,
en la cadena comercial las grandes compañías bananeras (Chiquita y Reybanpac) no separaban el
banano que provenía de explotaciones certificadas. Eso significaba que no se podía hacer ninguna
declaración orientada a los consumidores finales hasta que todas las explotaciones agrícolas, así como
los proveedores independientes, hubiesen sido certificados.
En 2002 se desarrolló y probó un protocolo «cadena de custodia» en instalaciones de molienda de café.
La nueva etiqueta ya se usa en café y en el futuro podría ser usada directamente en productos finales.
Debido a que muchos productos de explotaciones certificadas por la Rainforest Alliance no se
etiquetan, no existe un segmento de mercado claro para estos productos.
COMERCIO JUSTO
Las iniciativas de comercio justo tratan de proporcionar mejor acceso al mercado y mejores
expectativas comerciales a los agricultores de pequeña escala. Incluyen una prima en el precio al
productor, la cual será invertida en mejoras sociales y ambientales. En unidades de producción más
grandes tiene el propósito adicional de mejorar las condiciones laborales. La organización
internacional Fairtrade Labelling Organizations International FLO (Organización de Etiquetado de
Comercio Equitativo) fue fundada en 1997 como la organización central de 17 iniciativas nacionales
de etiquetado del comercio justo. Hoy día su junta directiva y varios comités cuentan con la
representación de productores y comerciantes.
Evolución y alcance de la norma
Desde sus inicios, FLO ha establecido normas para varios productos, empezando por el café. En 2002
FLO estableció una agenda de normas genéricas diferenciadas para la producción en pequeña escala y
en plantaciones, que era complementada con criterios específicos para los productos cuando ello era
necesario. Las normas laborales son para asociaciones de agricultores y cooperativas, y las
comerciales incluyen precios mínimos para comerciantes autorizados. Las normas laborales en
plantaciones y fábricas incluyen la libertad de asociación, criterios sobre salarios y alojamiento,
normas relativas a la salud y seguridad ocupacional, además de otras como la prohibición de trabajo de
menores o de trabajo forzado. Las normas para las asociaciones de productores y cooperativas
establecen criterios para una estructura organizativa participativa. Las normas comerciales estipulan
que los comerciantes tienen que pagar precios mínimos fijados por FLO más las primas por comercio
justo, un adelanto parcial cuando los productores lo soliciten, y comprometerse a tener una relación
comercial de largo plazo. Los criterios ambientales están incluidos en las normas para cultivos
específicos.
Actualmente existen normas específicas para café, té, cacao, caña de azúcar, miel, banano y otras
frutas frescas, jugos de frutas, arroz y balones deportivos. Se están desarrollando normas para el vino y
las flores cortadas. En 2003, FLO esperaba desarrollar normas genéricas para criterios ambientales y
para la determinación de precios mínimos. Actualmente estos precios se establecen en diferentes
formas: para el café, por ejemplo, precio mínimo de referencia establecido por la Organización
Internacional de Café mientras que para el banano el precio mínimo se establece país por país sobre la
base del costo de producción (FLO, 2003).
Acreditación y certificación
FLO se reorganizó en 2002 para permitir una mayor separación entre sus cuatro funciones de:
promoción del comercio justo en general, apoyo al productor, establecedor de normas y certificador.
Desde enero de 2003 la Unidad de Certificación es un organismo de certificación jurídicamente
independiente. La inspección la llevan a cabo auditores locales mientras que la decisión de la
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
23
certificación se toma en la oficina central en Bonn, Alemania. FLO reconoce también a Certimex
como órgano de inspección de certificación orgánica en México, lo que reduce los costos de
certificación (Zonneveld, 2003). Las iniciativas nacionales de etiquetado otorgan licencias a los
comerciantes de productos etiquetados de comercio justo (con el pago de una cuota), y supervisan el
flujo comercial para controlar el uso correcto de la etiqueta. Por otra parte, las iniciativas nacionales
promueven la adopción del sello y el comercio justo en general. Parte de las cuotas por la licencia se
canalizan a FLO para el pago de los costos de certificación. Esto hace posible certificar sin cargo a las
organizaciones de productores.
La etiqueta y el mercado
Desde 2003, los sellos de comercio justo en Europa están siendo reemplazados por la nueva marca de
certificación internacional del comercio justo. En los Estados Unidos y el Canadá por el momento se
continuarán usando los sellos nacionales. La etiqueta internacional reducirá grandemente los costos
logísticos, ya que los productos no tendrán que empacarse por separado para cada destino.
El crecimiento anual de los volúmenes de comercio justo ha sido de alrededor del 20 por ciento en los
últimos años. Los mayores volúmenes han sido para el banano, con un total de 30 000 toneladas en
2001 y para el café, con 14 000 toneladas comercializadas. Los mercados más grandes del comercio
justo son Suiza y el Reino Unido (FLO, comunicación personal).
SA8000
La norma de responsabilidad social SA8000 es para el lugar de trabajo y fue desarrollada en 1998 por
la organización SAI (Social Accountability International) (SAI, 2003). SAI fue fundada por el
Consejo de Prioridades Económicas, un instituto de investigación sobre la responsabilidad social
empresarial con sede en los Estados Unidos, que operó de 1969 a 2001. En 1996, SAI convino en que
un comité consultor internacional representante de múltiples interesados desarrollara las normas
SA8000. El comité consultor SAI incluye expertos de sindicatos, de negocios y de ONG. La sede de
SAI está en Nueva York.
Evolución y alcance de la norma
La norma promueve la aplicación de convenios de la OIT que abarcan la justicia social y las
condiciones de trabajo. Esto incluye la prohibición del trabajo de menores y de trabajos forzados, el
cumplimiento de condiciones ambientales de trabajo relativas a la seguridad y la salud, los derechos de
libertad de asociación y de negociaciones colectivas, y los criterios sobre los horarios de trabajo y
salarios, así como el derecho a no ser discriminado y la necesidad de un sistema de gestión social.
Las normas fueron desarrolladas para la industria manufacturera, y aprobadas para su uso en el sector
agrícola en 2000. Fueron revisadas en 2001 y actualmente se realiza una evaluación de los documentos
guía.
Certificación y acreditación
SAI acredita a organismos de certificación de unidades productivas. Los requisitos de acreditación
incluyen: la adhesión demostrada a la Guía 62; ISO/IEC (Organización Internacional de
Normalización y Comisión Electrotécnica Internacional), documentación sobre cómo obtener
información acerca de las condiciones de trabajo; información sobre cómo se determinará el salario
mínimo y documentación sobre cómo se asegura que el personal de auditoria esté capacitado en los
componentes y en la aplicación de la SA8000. Del mismo modo, los auditores individuales que llevan
a cabo las inspecciones deberán estar acreditados.
24 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Las compañías que se proveen de contratistas pueden unirse al programa llamado Miembro Signatario,
pero requiere que la compañía emita un plan mediante el cual, tanto las explotaciones propiedad de la
empresa como sus proveedores, adopten con el tiempo la certificación SA8000 e informen sobre sus
avances. La norma SA8000 para el sector agrícola se aprobó en 2000, y hasta ahora 15 explotaciones
agrícolas han sido certificadas para el cultivo, empaque y elaboración de banano, piña, frutas enlatadas,
café, tabaco y vino.
La etiqueta y el mercado
La etiqueta SAI-SA8000 no se usa en los productos pero sí pueden usarla las explotaciones
certificadas y los miembros signatarios. El «mercado» es el de los grandes proveedores, por ejemplo,
minoristas que sean miembros signatarios y que, en consecuencia, traten de mover a sus proveedores
hacia la certificación SA8000.
4.5 ESTÁNDARES SIN PROGRAMAS DE CERTIFICACIÓN
CÓDIGO BÁSICO DE PRÁCTICAS LABORALES DE LA CIOSL/ITS
La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres se estableció en 1949; tiene 231
organizaciones afiliadas en 150 países y 158 millones de miembros (CIOSL, 1997, 2003). Es una
confederación de centros sindicales nacionales, cada uno de los cuales reúne a los sindicatos del país.
También mantiene vínculos estrechos con las federaciones sindicales mundiales que reúnen a los
sindicatos nacionales de una rama particular del comercio o la industria a nivel internacional, tal como
la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco
y Afines - UITA.
Evolución y alcance de la norma
El texto del código fue desarrollado por el grupo de trabajo sobre compañías multinacionales
miembros de la CIOSL/ITS, en consulta con varias organizaciones sindicales y otros individuos y
organizaciones interesadas. El Código Básico apunta a establecer una lista mínima de normas que
debieran ser incluidas en todos los códigos de conducta de prácticas laborales. Se refiere a códigos de
conducta de compañías, especialmente aquellos que rigen las operaciones internacionales de una
compañía multinacional. El propósito del Código Básico es promover el predominio de las normas
laborales internacionales e incorporarles la libertad de asociación y el derecho a la negociación
colectiva. No existe la intención de que los acuerdos en las negociaciones colectivas se limiten a lo
dispuesto en el código
También se pretende que el Código Básico estimule el uso de un lenguaje consistente, y que sea un
medio para apoyar a cualquier sindicato en sus negociaciones con las compañías, así como en las
campañas de las ONG que discutan esos códigos.
El contenido del código sigue los mismos convenios de la OIT que la norma SA8000. Debido a que el
Código Básico de la CIOSL es de tipo genérico y no está diseñado para propósitos de certificación,
éste no es tan detallado con respecto a los indicadores verificables. Sin embargo, puede ser usado
como punto de referencia para evaluar códigos de prácticas laborales que hayan sido adoptados
unilateralmente.
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
25
LA INICIATIVA DEL COMERCIO ÉTICO - ETI
La iniciativa de comercio ético del Reino Unido – ETI - es una alianza múltiple de entidades
interesadas en el comercio ético (ETI, 2003). Tiene una estructura tripartita en la que están
representadas ONG, sindicatos y el sector privado, con el apoyo del gobierno. La ETI se enfoca a
compañías que tienen una política de abastecimiento ética, en particular cadenas de minoristas.
Aunque la ETI es una iniciativa nacional y estrictamente hablando queda fuera del alcance de este
documento, su aprovisionamiento y su impacto son de carácter internacional. La ETI es una iniciativa
de aprendizaje para saber cómo pueden desarrollarse e interpretarse las normas sociales.
Evolución y alcance de la norma
La ETI ha desarrollado un código basado en los convenios de la OIT y que consta de nueve principios.
El código fue publicado en 1998 y es similar a la norma SA8000. La ETI dirige varios proyectos
piloto para aprender acerca de la supervisión de la aplicación del código base, la aplicación de las
normas laborales fundamentales como parte de la gestión de cadenas de suministro en un país dado,
cómo aplicar el código de base en circunstancias que han sido identificadas como potencialmente
problemáticas, y aspectos particulares de la aplicación de dicho código. Los proyectos piloto dirigidos
en el sector agrícola hasta ahora son uno hortícola en Zimbabwe y otro en la industria vinícola en
Sudáfrica. Un proyecto piloto de banano en Costa Rica ha sido suspendido debido a la imposibilidad
de que las partes del comité directivo costarricense (tripartita) llegasen a un acuerdo.
El proyecto hortícola en Zimbabwe concluyó con la fundación de la Asociación para la garantía de la
ética en la agricultura (AEAAZ, sigla en inglés) que incluye a empresarios locales, sindicatos y
agencias de desarrollo. La AEAAZ planea realizar un sistema para la supervisión y la verificación de
su propio código y que actualmente se encuentra en borrador.
Acreditación, certificación, etiqueta y mercado
Las compañías involucradas en la ETI llevan a cabo programas de evaluación interna de los negocios
para revisar el cumplimiento de su código básico y, posteriormente, tratar de concentrarse en aquello
que no cumpla con los requisitos. No hay un sistema de certificación y por consiguiente no se usan
etiquetas ni se deriva de ello un mercado específico.
PLATAFORMA INICIATIVA DE LA AGRICULTURA SOSTENIBLE
La Plataforma Iniciativa de la Agricultura Sostenible (SAI-Platform) fue fundada en 2002 por tres
grandes compañías de la industria mundial de alimentos - Unilever, Nestlé y Danone - para apoyar
activamente el desarrollo de la agricultura sostenible y darlo a conocer en todo el mundo. En 2003,
había 16 compañías de la industria alimenticia que ya eran miembros de la plataforma SAI. La
plataforma define la agricultura sostenible como una manera productiva, competitiva y eficiente de
producir materias primas agrícolas, protegiendo y mejorando al mismo tiempo el entorno natural y las
condiciones socio-económicas de las comunidades productoras.
La Plataforma SAI busca el reconocimiento y la aplicación de prácticas sostenibles en la agricultura
convencional (no de mercados de nicho) a escala mundial. Los miembros de la Plataforma SAI son
libres de participar o no en los procesos de evaluación, y son libres de tomar cualquier acción
específica, como las respectivas a su implementación (SAI-Platform, 2003). La plataforma SAI realizó
su primera asamblea general en abril de 2003 y creó tres grupos de trabajo para desarrollar líneas
directrices para los cereales, el café y el aceite de palma.
Para los cultivos y hortalizas tropicales, el trabajo de Unilever sobre los indicadores de la
sostenibilidad es importante. En proyectos piloto se desarrollan buenas prácticas agrícolas y se definen
los parámetros para evaluar el funcionamiento de cada indicador. Los diez indicadores son: fertilidad
del suelo y salud; pérdida de suelos; nutrientes; manejo de plagas; biodiversidad; valor de los
26 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
productos; energía; agua; capital social y humano y economía local. Se han desarrollado ya directrices
para el cultivo del té (plantaciones y pequeños productores), aceite de palma, duraznos y espinacas, y
se están elaborando las correspondientes a tomate, colza y girasol. Las directrices son específicas para
el país en el que operan o hayan operado los proyectos piloto que las desarrollaron, pero siempre
conforme a los diez indicadores de sostenibilidad (UNILEVER, 2002).
No existe un sistema de certificación o etiqueta asociadas con la Plataforma SAI, pero sus miembros
forman una gran parte del mercado total de productos alimenticios. Los proveedores de estas
compañías pueden ser invitados a participar en proyectos piloto, o a aplicar las directrices
desarrolladas por la Plataforma o por uno de sus miembros.
PROYECTO «RACE TO THE TOP» (CARRERA HACIA LA CIMA) (IIED, 2003)
Por ser una iniciativa nacional, y por no haber formulado norma alguna, el proyecto «Race to the Top»
quedaría nominalmente fuera del alcance de este documento. Sin embargo vale la pena mencionarlo
porque tiene un impacto potencial en los productores y sobre las iniciativas de certificación
mencionadas. Es un proyecto de colaboración entre los principales minoristas del Reino Unido y una
alianza de organizaciones de agricultores, conservacionistas, trabajadores, protectores de los animales
y de desarrollo sostenible. El proyecto es coordinado por el Instituto Internacional de Medio Ambiente
y Desarrollo (IIMAD), y ofrecerá a los supermercados una referencia independiente frente a los
indicadores. Los indicadores estarán agrupados en siete módulos: ambiente (emisiones y desechos),
trato justo a productores, salarios y condiciones laborales para los trabajadores, comunidades, fuentes
locales de aprovisionamiento, naturaleza (en relación con la agricultura), conservación de la fauna y
alimentación saludable. En 2002 se desarrollaron indicadores y mediciones y en 2003 se recogerán los
datos sobre los que se medirá el avance. «Carrera hacia la cima» tiene el potencial de transformarse en
un programa de certificación para minoristas de la industria alimenticia.
4.6 COLABORACIÓN EN INICIATIVAS DE ETIQUETADO
Los organismos de certificación buscan cada vez más la acreditación múltiple, de modo tal que puedan
ofrecer más programas de certificación a sus clientes. Para los agricultores que requieren una
certificación múltiple esto puede aligerar la pesada carga que implican los requisitos de
documentación y los costos de certificación. Los organismos de certificación podrían cubrir dos
programas con una auditoria integrada. No obstante, no siempre es fácil integrarlas, debido a que los
programas de certificación tienen diferentes requisitos para sus informes, algunas veces incluso en
contradicción con las demandas de los agricultores. Es por tanto estimulante ver que algunos
programas de etiquetado y certificación estén aumentando su colaboración.
LA ALIANZA DEL SELLO ISEAL (ISEAL, 2003a)
La Alianza de Etiquetado para la Acreditación Social y Ambiental Internacional (ISEAL), es un
esfuerzo de organizaciones líderes en el establecimiento de normas internacionales, acreditación y
etiquetado preocupadas por criterios sociales y ambientales en productos y en la certificación del
manejo de recursos renovables. Incluye a SAN, FLO, IFOAM, IOAS Y SAI. Los objetivos principales
de la alianza ISEAL son: lograr credibilidad y reconocimiento en las organizaciones participantes,
defender intereses comunes y promover la continua superación profesional de las actividades de sus
miembros.
Los miembros de ISEAL tienen su origen en la sociedad civil y sostienen que cuentan en sus
estructuras ejecutivas con un numeroso grupo de interesados. Además, sus normas y programas de
acreditación son de naturaleza verdaderamente internacional y se enfocan en procesos de certificación
no relacionados con el producto y en los métodos de producción. Estas características se combinan
para hacer que las organizaciones miembros de ISEAL sean únicas en las áreas de asesoramiento de la
conformidad con las normas y de instrumentos de etiquetado voluntario. En su calidad de miembros,
ellos le han dado prioridad a la necesidad de supervisar y de contribuir a las políticas de desarrollo,
Sinopsis de las normas y programas de certificación actuales
27
para asegurar que la interpretación de los asuntos reglamentarios y de sistemas voluntarios sea
favorable, y para que estos tipos de programas, de evaluación de la conformidad, sean reconocidos
como legítimos.
Se realizará un programa de evaluación por pares tanto en el establecimiento de normas como en la
acreditación. Para la acreditación, las organizaciones participantes serán evaluadas conforme a la
norma ISO/IEC Guía 61:1996, «requisitos generales para la evaluación y la acreditación de
instituciones de acreditación/certificación» y la Guía de ISEAL. En cuanto al establecimiento de
normas, un documento guía similar (código de buenas prácticas para procedimientos de
establecimiento de normas) está siendo elaborado mediante un proceso de debate con las partes
interesadas que complementaría el Anexo 3 de los «Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC)» de la
Organización Mundial del Comercio y aquellos elementos pertinentes de Guía 59 de la ISO. Su
propósito es empezar por los procedimientos reconocidos sobre el establecimiento de normas, y
adaptarlas para que sean más apropiadas al proceso voluntario y a las normas sobre métodos de
producción y procedimiento (MPP).
Un objetivo a largo plazo para ISEAL es actuar como agente en la armonización de los diferentes
sistemas que son utilizados por sus miembros. Este se inicia con la armonización de los
procedimientos para el establecimiento de normas y la realización de la acreditación, y continuará con
la eliminación de la duplicación en áreas donde las normas tengan puntos en común.
PROYECTO SASA (ISEAL, 2003b)
Cuatro miembros de ISEAL (FLO, IFOAM, SAI y SAN) también forman parte del proyecto SASA,
Responsabilidad Social en la Agricultura Sostenible. Los objetivos del proyecto son reforzar la
cooperación entre las organizaciones y desarrollar directrices y herramientas para auditar a una amplia
gama de sistemas de producción agrícola y cadenas productivas. También existen objetivos
secundarios tales como examinar el impacto y las responsabilidades de los actores de las cadenas de
suministro, para tratar de las necesidades particulares de los pequeños productores y explorar las
posibilidades de realizar auditorias integradas para programas de certificación múltiple.
Para lograr estos objetivos, las cuatro organizaciones están dirigiendo una serie de ejercicios piloto
para diferentes cultivos en diversas partes del mundo, tanto en países en desarrollo como
industrializados. Cada auditoria piloto organiza una discusión por correo electrónico y una reunión
local de interesados, que garantiza un amplio suministro de información al proyecto. Las actividades
piloto contribuyen al desarrollo de recomendaciones para las mejores práctica de condiciones de
trabajo seguras y decentes en una amplia gama de instalaciones agrícolas. Se ha reconocido que
asuntos críticos de orden social como el horario de trabajo en sistemas estacionales de producción, la
libertad de sindicación y el derecho a la negociación colectiva, constituyen retos para la auditoria
social.
Aparte de las auditorias piloto se organizan talleres que enfocan normas específicas o procedimientos
de certificación, tales como la certificación de pequeños productores para la auditoria social. Además,
con el fin de facilitar la auditoria conforme a normas múltiples durante una visita de inspección, se
está desarrollando una plantilla para la auditoria integrada junto con recomendaciones para la
capacitación conjunta de inspectores.
Producción y mercados
29
5. PRODUCCIÓN Y MERCADOS
Los censos agrícolas nacionales y las estadísticas oficiales de importación generalmente no realizan
una distinción entre productos certificados y no certificados, por lo tanto las cifras aquí presentadas
son aproximaciones basadas en varias fuentes de información.
Existen mercados diferenciados sólo para aquellos productos certificados que llevan la etiqueta
correspondiente. De los programas discutidos en el capítulo precedente, sólo los productos orgánicos y
los certificados de comercio justo llevan etiquetas, junto con un pequeño volumen de café certificado
por la Red de la Agricultura Sostenible (SAN). Sus mercados se discuten de manera general en la
sección 5.1 y, seguidamente, en la sección 5.2, se discuten como estudio de casos los mercados del
banano orgánico y del comercio justo. Finalmente en la sección 5.3 se discuten los «mercados» de
menor grado de diferenciación para las certificaciones SAN, SA8000 y EurepGap.
5.1. MERCADOS PARA LOS PRODUCTOS ETIQUETADOS
PRODUCCIÓN ORGÁNICA Y MERCADOS
De acuerdo con el estudio de SÖL de febrero de 2003 (Yussefi y Willer, 2003), el número de hectáreas
que se manejan globalmente en condiciones orgánicas es de casi 23 millones. Más de la mitad de esta
superficie es tierra de pastoreo extensivo. Los países que cuentan con mayor superficie son, en primer
lugar Brasil con 275 500 hectáreas certificadas, le siguen Uganda con 122 000 y China con 100 000.
El mayor porcentaje de tierra para propósitos agrícolas bajo manejo orgánico lo tiene Costa Rica con
el 2 por ciento, le siguen Uganda con el 1,4 por ciento y Belice con el 1,3 por ciento. Los principales
productos orgánicos tropicales certificados son el café, el banano, el cacao, la caña de azúcar, el té, el
algodón y la piña (Yussefi y Willer, 2003).
Los mercados locales para estos productos son generalmente muy limitados, aunque existen algunos
en los países en desarrollo, incluyendo Argentina, China y Egipto. En América Latina, la forma más
popular del comercio orgánico local es el mercado de los agricultores. Muchos países de América
Latina tienen también negocios y supermercados que están comenzando a vender productos orgánicos,
principalmente frutas frescas y hortalizas. También existen programas comerciales mediante los cuales
se expenden estos productos en cajas o se entregan a domicilio. Con frecuencia no se obtienen primas
para los precios en el mercado local. Inspirados por los sistemas Teikei (japonés) y el Community
Supported System (CSA) estadounidense (sistema de apoyo comunitario), se han establecido sistemas
similares en el sur de Brasil y en los alrededores de Lima, Perú. En este sistema, un grupo de unas 40
familias de consumidores sostiene a una unidad agrícola y participa en la planeación, los riesgos y las
decisiones para fijar precios (Lernoud, 2003).
En Asia existen tiendas especializadas, específicamente en Malasia y las Filipinas. En la India,
particularmente en las grandes ciudades, el mercado de los productos orgánicos está en crecimiento
(Yussefi, 2003). En África, los mercados más importantes son Sudáfrica (donde los supermercados
están empezando a vender productos orgánicos) y Egipto (donde la organización Sekem ha
desarrollado mercados locales para el algodón y el té orgánicos). Se continúan realizando esfuerzos
para establecer mercados locales en Kenya, Malawi y Uganda (Walaga, 2003).
Muchos productos tropicales orgánicos certificados son para los mercados de exportación, siendo los
principales Europa, el Japón y los Estados Unidos.
Los Estados Unidos son el país con el mercado de alimentos y bebidas orgánicos más grande del
mundo. Las ventas al consumidor fueron estimadas por el CCI en cerca de 9 500 millones de dólares
EE.UU. en 2001, y se esperaba que alcanzaran los 12 000 millones de dólares EE.UU. en 2003
(Kortbech-Olesen, 2003). La categoría líder de alimentos es frutas frescas y hortalizas. El mercado
30 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
norteamericano de alimentos orgánicos frescos está segmentado en dos sectores primarios. El primero
de ellos, representado por almacenes de alimentos naturales, tuvo transacciones por un valor de 833
millones de dólares EE.UU. en frutas frescas y hortalizas en 1999, mientras que el segundo sector, los
supermercados tradicionales, las tuvieron por 618 millones de dólares EE.UU. Juntos alcanzaron
operaciones comerciales por 1 450 millones de dólares EE.UU. lo que representa el 22 por ciento del
total de las ventas de alimentos orgánicos en los Estados Unidos en 1999 (FAO, 2001). A esto hay que
agregar las ventas por frutas y hortalizas cultivadas en el país, cuyo comercio se realiza a través de
canales de comercialización directos. En un sondeo llevado a cabo por la Fundación para la
Investigación en Agricultura Orgánica (OFRF, sigla en inglés) en 1997, se determinó que los
agricultores orgánicos vendieron en forma directa a los consumidores, productos del 23 por ciento de
sus superficies (Fundación de Agricultores Orgánicos para la Investigación, 1997). Probablemente la
importancia relativa de las ventas directas ha disminuido desde entonces debido al incremento de las
ventas en almacenes de alimentos naturales y en supermercados. De acuerdo con la publicación
Nutrition Business Journal, el total de las ventas de frutas y hortalizas orgánicas se incrementó hasta
alcanzar la cifra de 2 200 millones de dólares EE.UU. en 2000 (Dimitri y Greene, 2002).
En 2001, el mercado de los productos orgánicos en Europa se estimó en 9 000 millones de dólares
EE.UU. Los pronósticos para 2003 fueron de entre 10 000 y 11 000 millones de dólares EE.UU. La
mayor parte de las ventas se efectúa en los países de la Zona Económica Europea, de la que Suiza es
líder. Suiza concentra la mayor parte de las ventas totales de productos orgánicos (Kortbech-Olesen,
2003). El mercado de los Estados Unidos para frutas y hortalizas orgánicas se estimó entre 13 000 y
15 000 millones de dólares EE.UU. en 2000, lo que representaría entre el 15 y el 20 por ciento del
total de las ventas de productos orgánicos al consumidor. Este mercado disfrutó de un crecimiento
rápido a finales de los años noventa, pero decreció en el 2002 (Yussefi y Willer, 2003).
Antes de la nueva reglamentación del JAS de abril de 2000, no existía en Japón una definición clara de
«producto orgánico». Se les conocía con el mismo término tanto a los productos orgánicos como a los
«cultivados por medios menos perjudiciales para el medio ambiente». Se estima que la reglamentación
de la JAS determinó que únicamente un 1 por ciento de esos productos «verdes» calificara para
obtener la etiqueta de orgánicos. De acuerdo con CCI (CCI, 2002), se estima que en el Japón el valor
de las ventas al consumidor de los productos orgánicos genuinamente certificados era de cerca de 400
millones de dólares EE.UU. en 2003, o menos del 0,5 por ciento del total de las ventas de alimentos.
Las ventas de frutas y hortalizas orgánicas se redujeron a causa del nuevo reglamento de JAS. En
forma adicional, las importaciones de productos frescos pasan por estrictos controles fitosanitarios
donde muchos contenedores son fumigados y los productos pierden la etiqueta de orgánicos (son
etiquetados como «fumigado, sin productos químicos») (D. Nordeng, Ecocert-Qai Japan Ltd.,
comunicación personal).
Los productos orgánicos tienen primas elevadas en países desarrollados. No obstante, las primas que
rebasan el 50 por ciento normalmente implican problemas de suministro y son con frecuencia
temporales. En mercados inmaduros los precios pueden ser muy inestables, con primas que varían del
0 al 100 por ciento en poco tiempo. Las primas mantenidas por largo tiempo reflejan graves problemas
en la producción que están relacionados con plagas endémicas crónicas, que no pueden ser manejadas
de manera efectiva con las técnicas biológicas y culturales existentes. Las situaciones donde los costos
de producción orgánica están al nivel o aún por debajo de los precios de producción convencional, con
frecuencia implican que los productores recibirán precios con primas por producción orgánica muy
reducidas o inexistentes, especialmente mientras los mercados maduran (FAO, 2002).
La expansión equilibrada de la oferta y la demanda será un factor que definirá el valor de la prima. Las
primas actuales no sólo reflejan precios de producción más altos, sino también costos más altos de
manejo poscosecha y de rastreabilidad de los productos (por ejemplo transporte por separado y
almacenamiento) e ineficiencias en la cadena debidas a bajos volúmenes de producto y a la falta de
información.
Producción y mercados
31
PRODUCTOS ETIQUETADOS POR LA RAINFOREST ALLIANCE
La etiqueta de Rainforest Alliance/SAN aparece solamente en los EE.UU. y el Japón, y dichos
productos son solamente una fracción del producido por las granjas que han sido certificadas. El café
etiquetado por la Rainforest Alliance se origina principalmente en Centroamérica.
PRODUCCIÓN Y MERCADOS DE COMERCIO JUSTO
En un principio las iniciativas del comercio justo apuntaban a incluir una amplia variedad de orígenes
para extender los beneficios y para contar diversas historias «detrás de los productos». Como resultado,
la base de productores está altamente dispersa, los procedimientos logísticos son complejos y se carece
de economías de escala.
Los volúmenes totales de ventas de FLO se incrementaron en un 21 por ciento en 2002 y llegaron a las
58 800 toneladas. El ingreso obtenido de las licencias comerciales para usar la etiqueta alcanzó los 4,5
millones de euros en el año 2001. Las ventas se diversificaron, mostrando el café un descenso en su
participación desde el 71 por ciento en 1997 hasta el 57 por ciento en 2001.
La oferta de los productos de comercio justo de FLO no puede ampliarse más allá de la demanda del
mercado. En ocasiones, esta dificultad ha llevado a la pérdida de oportunidades de mercado, debido a
que los productos no pueden ser entregados de manera inmediata en el momento en que alguno de los
negociadores ha expresado su interés en comprar. Esto afecta a los productos para los que aún se
necesita desarrollar un estándar, pues se requiere más tiempo para llevar a cabo una transacción. Las
normas genéricas desarrolladas recientemente deberían reducir el tiempo necesario para el desarrollo
de normas de cultivos específicos. FLO está también buscando una estructura financiera alternativa
para sus actividades de certificación, a fin de poder trabajar independientemente de los
acontecimientos de mercado.
32 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
El cuadro 1 presenta estimaciones de los volúmenes importados en mercados de relevancia para
banano, café, té y jugos de cítricos, lo cual representa el grueso de los productos tropicales y hortalizas
etiquetados. En la sección siguiente se da información acerca de los mercados del banano orgánico y
de comercio justo8.
Cuadro 1 - Cifras sobre ventas e importación en mercados dominantes para productos
etiquetados selectos
Importaciones
(toneladas)
Norteamérica
Europa(3)
Banano 2002(7)
Orgánico
Comercio justo
Total(1)
Porcentaje del mercado(2)
Total 2001
48 000
–
48 000
1,1%
39 000
87 500
36 600
115 000
2.9%
97 500
5 400
Balangon(6)
5 400
0,6%
5 000
141 300
36 600
168 400
–
141 500
Café 2002(8)
Orgánico
Comercio justo
De sombra(5) (2001)
Total(1)
Porcentaje del mercado (2)
Total 2001
11 000
2 300
2 700
14 000
0,9%
8 800
13 500?
13 500
100
19 500
0,7%
19 000
2 000
9
150
2 000
0,5%
1 400
26 500
15 800
2 950
35 500
Té 2001(8)
Orgánico
Comercio justo
Total(1)
Porcentaje del mercado (2)
2 000
26
2 000
2,2%
2 000
1 039
2 500
1,2%
No disp.
12
No disp.
–
> 4 000
1 077
> 4 500
–
Cítricos frescos 2002(10)
Orgánico
Porcentaje del mercado (2)
64 000
2%
130 000
2%
2 000
0,1%
196 000
–
Jugo de cítricos 2002(10)
Orgánico (SSE)
Comercio justo
Total
30 000
0
30 000
24 000
1387
25 390
No disp.
0
No disp.
54 000
944
> 55 400
Japón
Total(4)
29 200
NOTAS: (1) Los totales no siempre coinciden con las cifras reportadas, porque el comercio justo incluye también los productos orgánicos (el
porcentaje correspondiente al comercio justo orgánico se estimó y se restó del total), excepto en jugo de naranja, para el cual no existe
comercio justo orgánico actualmente. Por ello, para 2001, se calcula que el 15 por ciento del banano de comercio justo fue orgánico y el
25 por ciento en 2002 (el banano introducido por comercio justo en fechas recientes fue con frecuencia orgánico). (2) La participación en el
mercado se calcula como total certificado en términos de porcentaje del mercado total. (3) EU (15) + Suiza + Noruega, excluyendo las ventas
en Italia por CTM Altromercato sin la etiqueta de FLO/Transfair. (4) Total que incluye otros destinos (principalmente Nueva Zelandia y
Europa del Este). (5) El café de sombra incluye los sellos Rainforest Alliance, ECO-OK y el Smithsonian «Bird Friendly - amigo de las
aves». El café con el sello Smithsonian «Bird Friendly» es también orgánico y puede computarse doblemente. (6) Banano de comercio justo
en el mercado japonés, importado desde 1989 de las Filipinas por ATO, Alter Trade de Japón. El banano de Balangon se vendió también
como orgánico y se desconoce de qué manera el nuevo reglamento del estándar JAS haya afectado a este producto.
FUENTES: (7) Fuentes industriales, FLO y algunas estadísticas no oficiales (República Dominicana y Aduanas, Perú). (8) Orgánico: para
Europa – SIPPO/FiBL/Naturland (2002); para EUA y Japón: Banco Mundial (2002) e ITC (2002). Comercio justo: FLO. Sombra:
Giovannucci (2001). (9) SIPPO/FiBL/Naturland (2002); CFC/FAO (2002); FLO. Nótese que mucho del té orgánico no se exporta (por
ejemplo mercado local orgánico en China). La producción total de té orgánico se estima en unas 9 000 toneladas cortas (10) FLO; FAO
(2003).
8
Para obtener más información acerca de los mercados de cítricos de calidad orgánica, véase FAO, 2003a. Para obtener más información
sobre los mercados del té para el comercio justo, véase FAO, 2003b.
Producción y mercados
33
5.2. ESTUDIO DE CASOS: EL MERCADO DEL BANANO ORGÁNICO Y DE
COMERCIO JUSTO
FUENTES DE SUMINISTRO
Los bananos de comercio justo se originan en Colombia, Costa Rica, la República Dominicana,
Ecuador, Ghana, el Perú y las Islas Barlovento. Hay uno o dos grupos de productores registrados en
cada país.
El principal proveedor de banano orgánico es la República Dominicana. En 2002, sus exportaciones
fueron de 60 000 toneladas, superando las exportaciones de banano convencional. Ese año sus
exportaciones decrecieron por primera vez desde que este país empezó a exportar banano orgánico,
debido a una sequía que redujo la producción. El segundo productor de banano orgánico es Ecuador,
llegando a cerca de 24 000 toneladas en 2002 luego de dos años de altas tasas de crecimiento.
Por su parte, las exportaciones peruanas han experimentado un crecimiento vigoroso desde 2000.
Muchos productores de pequeña escala han completado ya sus períodos de conversión y el país
exportó casi 19 000 toneladas en 2002. México fue durante mucho tiempo el segundo exportador de
banano orgánico, pero debido a que tiene una tasa de crecimiento menor que la de Ecuador y el Perú,
hoy debe conformarse con el cuarto lugar, con cerca de 14 000 toneladas en 2002.
Otras fuentes de abastecimiento son Colombia, Guatemala, Honduras y las Islas Canarias (España).
Las tasas de crecimiento en las Canarias también han sido elevadas, si bien partiendo desde una base
que puede considerarse muy baja.
SITUACIÓN DEL MERCADO
Orgánico
El cuadro 2 y la figura 2 permiten apreciar el crecimiento del mercado del banano orgánico durante los
años recientes. Las tasas de crecimiento han sido muy altas, pero las exportaciones de productos
orgánicos aún representan sólo cerca de un 2,5 por ciento del total del mercado de banano en Europa,
y sólo un 1 por ciento del mercado de América del Norte.
La demanda ha sido impulsada en gran medida por la percepción de los beneficios para la salud de los
productos orgánicos en relación con los productos convencionales. Hasta ahora no se tiene una prueba
científica de que el consumo de productos cultivados orgánicamente sea más saludable que el de
productos no orgánicos. Sin embargo, según un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos se
determinó que, efectivamente, los niños con una dieta con predominancia de productos orgánicos, en
gran medida, ingieren menos residuos de plaguicidas que los niños con dietas convencionales (Curl,
Felske y Elgethun, 2003). Otros motivos para elegir banano orgánico son el sabor, la preocupación por
la conservación del ambiente y, en menor medida, factores altruistas como los riesgos para la salud de
los trabajadores de las plantaciones de banano por la aplicación de plaguicidas (Zanoli y Naspetti,
2001).
Comercio justo
Hasta ahora el banano de comercio justo se ha vendido solamente en Europa. Las importaciones
totales de banano se incrementaron desde unas 12 500 toneladas en 1997 a 36 600 en 2002. Entre 1998
a 2001 esto se debió principalmente al aumento del número de países donde se vende el banano de
comercio justo, y a un incremento sostenido en las importaciones del comercio justo en Suiza (ver
cuadro 3). En muchos países las ventas declinaron después del éxito inicial. Por ejemplo, en los Países
Bajos, el banano del comercio justo logró un 10 por ciento en la participación del mercado en sólo
unos meses después de su introducción, en noviembre de 1996 (Eurofruit, 1997), pero hoy sólo
34 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
alcanza alrededor del 2 por ciento del mercado total. En Alemania se ha observado un desarrollo
similar; allí el banano etiquetado por FLO casi ha desaparecido. Sin embargo, en el Reino Unido
después de la exitosa introducción de este producto en 2000, el banano del comercio justo ha
continuado siendo popular entre los consumidores británicos. En Bélgica, las ventas se recuperaron en
2001 y su tendencia es nuevamente al alza. También en Dinamarca se detuvo la tendencia negativa.
Cuadro 2 - Estimación de las importaciones de banano orgánico fresco por año, por región o
país
Importaciones (miles de toneladas)(2)
Crecimiento anual
1998
1999
2000
2001
2002
1999-2000
2000-2001
2001-2002
16
24,5
39
48
53%
60%
23%
EE.UU. y Canadá
13 (3)
Europa(1)
13
23,5
46,5
73
87,5
98%
57%
20%
Japón
3
5,5
6,5
5
5,3
18%
-23%
6%
Otros
–
–
–
0,5
0,5
–
–
–
29
45
77,5
117,5
141,3
72%
52%
20%
Total
NOTA: (1) EC (15) + Suiza + Noruega
FUENTES: (2) Basadas en estimados de la industria, encuestas nacionales y estadísticas oficiales del país, a menos que se
indique otra cosa.
(3) Sauvé, 1998.
Región o país
Figura 1 - Crecimiento de las exportaciones mundiales de banano orgánico desde 1998
Estimación de exportaciones mundiales de banano orgánico
(miles de toneladas)
160
140
120
100
80
60
40
20
0
1998
1999
2000
2001
2002
2003
(estimado)
Producción y mercados
35
Cuadro 3 - Importaciones europeas de banano con sello de comercio justo
País
Suiza
Reino Unido
Finlandia
Países Bajos
Austria
Bélgica
Francia
Suecia
Dinamarca
Luxemburgo
Noruega
Alemania
Italia(1)
Total
Importaciones (toneladas)
1999
2000
2001
1998
7 500
10 778
–
–
4 180
–
431
–
301
847
74
–
1 580
–
18 191
–
–
5 200
–
849
–
50
725
–
–
3 042
–
17 366
11 403
5 557
–
3 603
–
401
–
570
493
179
–
617
–
22 823
13 170
9 701
1 707
2 303
–
925
82
568
294
168
33
101
20
29 065
2002
15 090
11 426
2 833
1 996
1 775
1 314
696
586
365
178
154
117
82
36 612
Crecimiento anual (%)
1999-2000
2000-2001
2001-2002
6
15
75
-14
-36
-7
123
89
-42
142
0
-40
-6
-61
-84
25
27
15
18
66
-13
42
750
18
24
6
367
16
310
26
NOTA: (1) En Italia, en 2.001, la Organización de Comercio Alternativo CTM Altromercato, comenzó a vender banano de comercio justo
proveniente de productores certificados por FLO que cumplían con los criterios comerciales de FLO, pero sin la etiqueta FLO/Transfair Italia.
Estas cifras no estaban disponibles y por ello no se incluyeron en este cuadro. Pero son parte de la demanda de comercio justo en Italia.
FUENTE: Datos proporcionados por FLO.
Total de ventas del comercio justo
(millones de toneladas)
40
30
20
10
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
Figura 2 - Crecimiento del mercado de banano del comercio justo desde 1997
Suiza sigue siendo el mercado más grande para el banano del comercio justo y, en cierta forma
sorpresivamente, este mercado continúa creciendo. El banano del comercio justo se distribuye y se
promueve a través de cadenas importantes de supermercados, y tiene una participación en el mercado
de cerca del 20 por ciento. El éxito se atribuye en parte a la alta sensibilidad de los consumidores en
cuanto a los artículos del comercio justo y además a la promoción que realizan las dos más grandes
cadenas de supermercados. Otros factores son las bajas primas de los precios al consumidor
(Fundación Max Havelaar, Suiza, 2001, comunicación personal) y un mercado en general abierto al
banano de importación sin contingentes restrictivos.
En Finlandia – mercado pequeño para el banano - las ventas de banano de comercio justo en el primer
año (2001) fueron muy buenas. En 2002 alcanzaron las 2 830 toneladas, una participación del 5 por
ciento en el mercado finlandés total.
36 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Se calcula que alrededor del 25 por ciento de las operaciones de comercio justo también incluyen
productos orgánicos certificados y, por lo que se observa, esta proporción va en aumento. En Noruega,
por ejemplo, el banano del comercio justo recientemente introducido es todo orgánico. Algunos de los
productores registrados en FLO (por ejemplo Ecuador y Ghana) están convirtiendo toda su producción,
o parte de ella, a orgánica a fin de poder satisfacer esta demanda de productos con «doble
certificación». La estrategia seguida por Agrofair - principal importador de banano de comercio justo,
que es en un 50 por ciento propiedad de asociaciones de productores - es negociar la venta de banano
de comercio justo y «doble certificado» en paquete. De esta forma se asegura un mercado para
aquellos productores de comercio justo que, por las condiciones climáticas y la agricultura
convencional a su alrededor, están imposibilitados de convertir sus cultivos a orgánicos.
La organización del etiquetado del comercio justo Transfair/Japón no está involucrada en la
importación de banano. Sin embargo, en el mercado japonés ha habido banano de comercio justo
desde 1989, importado de las Filipinas por ATO Alter Trade Japan. El banano conocido como
balangon fue vendido también como orgánico, y se desconoce de qué forma haya sido afectado el
comercio de este producto por el reglamento de JAS.
PRECIOS
Productos orgánicos
Se dispone de muy pocos datos sobre los precios del banano orgánico. Para los productos frescos en
general, las primas de los precios al consumidor iban del 0 por ciento para la coliflor en Italia en enero
de 2002 (AIAB, 2002) hasta el 175 por ciento para una canasta de hortalizas en el Reino Unido (Ross,
2002). Los precios al consumidor de banano orgánico reportados en Italia, oscilaban entre €2,00/kg, en
febrero de 2002 y €4,71/kg en septiembre del mismo año. El precio promedio en el período de febrero
a noviembre de 2002 fue de €3,15/kg. La variación de los precios fue mayor en los almacenes
especializados que en los mercados de autoservicio o supermercados, pero el precio promedio fue el
mismo para los dos lugares de venta. (Observatorio Nacional de Precios de Productos Biológicos,
Italia). En cuanto a los precios al por mayor, en Italia, oscilaron entre un mínimo de €1,40/kg y un
máximo de €1,75/kg en el 2003 (C.C.I.A.A., Bolonia, Italia). En Norteamérica, Dole entró con fuerza
en el mercado en 2001 (Fuentes industriales), y es de esperarse que esta empresa pueda mantener
precios relativamente bajos debido a su eficiente sistema de distribución y economía de escala.
Un negociador indicó que los precios FOB (franco a bordo) y CIF (costo, seguro y flete) han
permanecido estables, siendo los precios CIF en Europa de €17/caja. Esto a pesar de una sobreoferta a
finales de 2002, cuando se importó a Europa demasiado banano y los comerciantes tuvieron
dificultades para conseguir clientes. El Centro de Inteligencia sobre Mercados Sostenibles Sustainable Markets Intelligence Centre (CIMS, sigla en inglés), reportó precios FOB para el primer
trimestre de 2003 de 5,4 a 8,5 dólares EE.UU./caja dependiendo del origen, y en general había una
prima para el precio de un producto orgánico de 1 dólar EE.UU./caja (CIMS, 2003). Se informó
asimismo que los precios FOB de productos provenientes del Perú habían estado en el rango de 5,5
dólares EE.UU./caja en 2001 y 6 dólares EE.UU./caja en 2002. Los precios fijados por los productores
para el banano orgánico en el Perú estuvieron en un nivel bajo de 2,3 dólares EE.UU./caja en 2002
(Soldevilla Canales, anteriormente jefe del Programa de producción de banano orgánico en el valle
del China, Perú, 2003, comunicación personal).
Algunas fuentes opinan que los precios al productor no pueden deslizarse por debajo de los niveles
actuales si se desea que la producción de banano orgánico continúe siendo rentable. La producción de
banano orgánico rebasa los volúmenes de venta, especialmente en el Perú, pero los negociadores
prefieren no inundar el mercado para evitar presiones más fuertes sobre los precios al por menor. Los
productores entonces deben vender banano de plantaciones certificadas en el mercado convencional.
Se dice que la competencia entre productores está basada principalmente en la calidad, y que la
capacidad productiva da a los comerciantes la oportunidad de ser cada vez más exigentes.
Producción y mercados
37
Comercio justo
Los precios de comercio justo de FLO se establecen sobre la base de los costos de producción. FLO ha
calculado el promedio de los precios de producción por país, y los costos calculados toman en cuenta
costos «extra» que podrían incurrirse de acuerdo a los criterios de certificación del comercio justo, tal
como un «salario decente» para los trabajadores. El precio mínimo que pagan los concesionarios es el
costo de producción más una prima por comercio justo. Una parte de esta prima puede ser usada por la
asociación de productores o por el administrador de la plantación para mejorar la organización o la
calidad del producto o para hacer otras inversiones importantes dirigidas a una sostenibilidad
económica de largo plazo. La otra parte de la prima se usa para hacer mejoras ambientales y sociales.
PERSPECTIVAS DE MERCADO
Productos orgánicos
La participación total del mercado de banano orgánico y de comercio justo ha alcanzado el 1,1 por
ciento en Norteamérica y el 2,9 por ciento en Europa Occidental. En Suiza está por encima del 30 por
ciento. Un factor importante que limita el crecimiento del volumen de ventas del banano orgánico ha
sido la escasa oferta. No obstante, en 2001 la oferta cubrió a la demanda, en tanto que al año siguiente
(2002), se reportó una capacidad excedente.
La participación del mercado de frutas y hortalizas orgánicas en los supermercados convencionales de
los Estados Unidos en 2000 fue de aproximadamente un 2 por ciento. El potencial para el banano
orgánico en Norteamérica puede estimarse en por lo menos 2 o 2,5 por ciento del mercado total del
banano. Esto se traduciría en volúmenes de 85 000 a 100 000 toneladas de banano para Norteamérica,
comparando con las 48 000 comercializadas en 2002. Con las actuales tasas de crecimiento estos
volúmenes podrían ser logrados en 2005.
La FAO estima que en el largo plazo el consumo de banano en Norteamérica sería de
aproximadamente 4,6 millones de toneladas en 2010. Suponiendo que el 5 por ciento de este volumen
fuese orgánico, el mercado potencial de banano orgánico será de alrededor de 230 000 toneladas. Esto
supondría tasas anuales de crecimiento sostenido cercanas al 25 por ciento. Tales tasas de crecimiento
han sido observadas en el sector orgánico de los Estados Unidos desde 1985.
En Europa occidental, el mercado de banano orgánico en los dos últimos años ha decrecido en vez de
aumentar, lo cual no es sorprendente después del espectacular crecimiento en 1999 y 2000. Las
participaciones en el mercado de banano orgánico han sido significativamente menores, si se les
compara con las de otras frutas orgánicas. Aún así, las altas tasas de crecimiento han tenido como
resultado que el banano orgánico y de comercio justo tenga una participación en el mercado cercana al
3 por ciento, cifra que se cree similar a la de otras frutas orgánicas. Se espera que las ventas continúen
creciendo a una tasa del 10-15 por ciento anual, que ha sido la tasa de crecimiento de las ventas de
otras frutas orgánicas durante los últimos años. Esto resultaría en una participación en el mercado de
alrededor del 5 por ciento en 2010 en Europa occidental (CE15, Noruega y Suiza).
Se informa que aún existen considerables extensiones de tierras de cultivo en proceso de conversión
con miras a la certificación orgánica, particularmente en Ecuador y Perú. Estas superficies habrán de
sumarse a la ya existente capacidad productiva en superávit y esos productores tendrán, en
consecuencia, problemas para vender sus productos en el mercado orgánico. Probablemente no podrán
obtener precios con primas y en cambio tendrán que afrontar los costos de la certificación. Estarán
entonces ante la disyuntiva de decidir si no quieren la certificación para evitar sus costos o correr el
riesgo de que si el mercado mejora en el futuro deberán volver a iniciar el período de conversión de
tres años (a menos que puedan demostrar que no aplicaron agroquímicos durante el período no
certificado).
38 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Productos de comercio justo
El mercado de comercio justo dependerá en gran medida de la habilidad de proveer banano orgánico
de comercio justo. Las perspectivas para el mercado de banano del comercio justo, son alentadoras. Se
pueden esperar crecimientos elevados en los mercados de Francia, donde la sensibilidad de los
consumidores y el reconocimiento del sello de comercio justo han aumentado notoriamente durante
los últimos dos años, y en los que dos cadenas de supermercados han comenzado a vender productos
con este sello. Otros países donde puede esperarse crecimiento son Austria, Finlandia, el Reino Unido
e Italia, aunque éste último probablemente sin el sello de FLO. Se espera una contracción severa del
mercado para el banano de comercio justo en los Países Bajos, donde fue tan exitosamente introducido
y que parece haber perdido interés por primera vez. Sin embargo, la caída en las ventas en los Países
Bajos podría ser fácilmente superada por los incrementos en otros países. Por otra parte, en Alemania
las ventas se mantendrán estables a niveles bajos, dada la situación económica general en el país y la
fiereza de la competencia entre supermercados.
La introducción de un nuevo régimen de importaciones de bananos en la CE en 2001 no afectó
significativamente el mercado de comercio justo. Las organizaciones de comercio justo dudan de que
obtendrán ganancias del sistema de importaciones de arancel único, que se espera sea aplicado
(implementado) en 2006. Los productores agrupados en asociaciones del comercio justo en los países
ACP, enfrentarán consecuencias diversas con respecto a los países que no forman parte de ACP.
Mucho dependerá de los niveles arancelarios para los diferentes países de origen. Para los
importadores de comercio justo y productos orgánicos, que son empresas relativamente pequeñas
comparadas con los importadores convencionales, la abolición de licencias contingentarias podría
representar una mejora ya que no tendrían más necesidad de otorgar garantías bancarias del valor de la
transacción (comunicación personal de un importador).
CONSECUENCIAS PARA LOS PRODUCTORES DE BANANO
Aunque la oferta es actualmente más que suficiente para satisfacer la demanda, del lado de la oferta
aún pueden quedar algunos problemas por resolver. A este respecto, fuentes industriales informan que
el control orgánico de enfermedades como la Sigatoka Negra y la pudrición de la corona continúa
siendo un obstáculo técnico importante, tanto para el crecimiento como para el transporte del banano
orgánico. En este momento cualquier nueva investigación sobre métodos de control orgánico de las
dos enfermedades sería acogida con beneplácito.
Más aún, la estricta regulación fitosanitaria y las inspecciones representan fuertes retos al sector del
banano orgánico en países como el Japón, Nueva Zelandia y los Estados Unidos. A esto hay que
agregar las diferentes regulaciones orgánicas en los mercados principales, incluyendo diferentes
normas. Todo ello, en conjunto, inspecciones y requisitos para certificaciones, tiene un alto costo en
tiempo y dinero para productores y comerciantes.
Al menudeo, las diferencias de precios entre el banano orgánico y el banano convencional podrían
reducirse dado que el comercio orgánico está tratando de aumentar la eficacia de la distribución. Del
mismo modo, se informa que el número de rechazos en varios puntos a lo largo de la cadena de
aprovisionamiento es alto, y que los comerciantes tratan de reducirlos mediante un proceso de
selección de calidad en la finca o plantación, así como con un mejor control del manejo poscosecha y
de daños en el transporte.
Para los productores, el riesgo comercial más grande de la conversión a la producción orgánica estaría
en no encontrar canales de comercialización para el banano orgánico y que tuvieran que venderlo
como convencional. Otro riesgo es que los precios al productor podrían bajar. Los nuevos productores
participantes sólo podrán encontrar compradores si pueden ofrecer más calidad por el mismo precio
que sus competidores. Será difícil competir en precio si deben cubrirse los costos de la producción
orgánica, de por sí más altos, especialmente después de un período de conversión costoso.
Producción y mercados
39
Entrar en el mercado de comercio justo es difícil. Muchos productores aún están vendiendo una parte
considerable de su producto en el mercado convencional. El crecimiento en los mercados de nicho
estará entonces reservado para los productores registrados. Los nuevos grupos de productores que
soliciten la certificación tendrán que demostrar que pueden vender en un nuevo mercado del comercio
justo, por lo que no influirán negativamente en las asociaciones ya registradas. En ese contexto,
Agrofair, el principal importador de bananos de Europa continental, recientemente agregó otro
pequeño grupo de pequeños productores a su lista de proveedores, especialmente para la provisión de
banano orgánico de comercio justo.
5.3 MERCADOS PARA PRODUCTOS CERTIFICADOS SIN ETIQUETA
Los sistemas de certificación, como SA8000 y EurepGap, y parte del programa SAN, certifican las
instalaciones productivas, pero esto no conduce a la concesión de una etiqueta para el producto. Por tal
motivo, los consumidores no pueden hacer una elección consciente de estos productos. El mercado
para estos sistemas de certificación se encuentra más en las operaciones mayoristas y a nivel de
compradores.
PRODUCTOS CERTIFICADOS POR SAN
Muchos productos certificados por SAN no portan un sello o etiqueta dirigida a los consumidores.
Sólo parte del café se vende etiquetado, y principalmente en los mercados de los Estados Unidos. El
resto está buscando un lugar en el mercado convencional. Sin embargo, esto no significa que el
mercado no específico exista. En el caso del banano, SAN convenció a dirigentes de Chiquita en Costa
Rica a colaborar en el Proyecto de Mejor Banano. En ese tiempo, Chiquita estaba siendo fuertemente
criticada por las ONG por su operación deficiente en los aspectos ambientales y sociales. Después de
las primeras certificaciones de plantaciones de Chiquita en Costa Rica, la gerencia de la empresa, en
Cincinnati, pudo ser convencida de que era posible colaborar con una ONG en mejoras ambientales.
Un incentivo adicional fue, probablemente, que esto sería positivo para su imagen pública y aquietar
así las críticas de las ONG que, particularmente en Europa, le habían costado a Chiquita alguna
publicidad negativa.
Así pues, el mercado para esta certificación está funcionando más indirectamente que en la
certificación orgánica y de comercio justo y del etiquetado. En consecuencia, no se dispone de cifras
de su participación en el mercado. Sin embargo, con las plantaciones propiedad de Chiquita
certificadas al 100 por ciento, lo mismo que sus proveedores más importantes, la participación del
mercado del banano certificado por SAN coincide, más o menos, con la de Chiquita. Por otra parte,
fuentes industriales indicaron recientemente que Chiquita está aumentando la participación de
proveedores externos, lo que a su vez puede incrementar el número de plantaciones no certificadas de
las cuales proviene esa oferta.
Otros productores independientes certificados que no le venden a Chiquita agregarían una mínima
parte a la participación en el mercado del certificado de SAN. En el cuadro 4 se dan datos de las
superficies certificadas y de los volúmenes producidos en las unidades productivas con el certificado
de SAN.
40 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Cuadro 4 - Superficies productivas con el certificado de SAN y volúmenes de producción
Sudamérica(1)
Banano
Cítricos
Café
15 826
–
7 023
Banano
Cítricos
Café
441 000
–
–
América Central(2)
Norteamérica(3)
Área (ha) en abril de 2003
22 940
150
–
2 900(4)
10 940
267
Volumen producido (ton.) en 2002
791 000
4 500
14 164
–
6 737
368
Filipinas
Total
1 701
–
–
47 509
2 900
18 229
51 000
–
–
1 287 500
14 164
7 106
NOTAS: (1) Colombia, Ecuador y Brasil. (2) Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala y Panamá. (3) México y los Estados Unidos.
(4) Superficie cultivada. El área total certificada es de 7.050 ha.
FUENTE: SAN / Rainforest Alliance / Red de la Agricultura Sostenible)
PRODUCTOS CERTIFICADOS POR SA8000
El mercado para la certificación SA8000 es aún más difícil de definir. Los informes de SA8000
pueden ser juzgados como parte de iniciativas de responsabilidad social corporativa. De hecho, es
común que los avances en la aplicación de SA8000 se incluyan en los reportes anuales de SAN, que en
la actualidad son publicados por muchas de las más grandes compañías.
El número de explotaciones agrícolas certificadas creció de cinco en junio de 2001 a 15 en diciembre
de 2002. De ellas siete están involucradas en la producción de tabaco o en su elaboración, cuatro de
piña y otras frutas, dos de banano, una de elaboración de café y una vinícola. La certificación de
explotaciones agrícolas tuvo lugar en África, Asia, Europa y América Latina. De manera similar, hubo
otras ocho instalaciones certificadas involucradas en el comercio de alimentos y distribución, entre las
que había dos fincas de Coop Italia.
En las corporaciones multinacionales líderes en la industria de frutas y hortalizas, Dole es un miembro
signatario de SA8000 (en el llamado programa de compromiso corporativo, nivel 2) lo que significa
que ellos se han comprometido a trabajar en su propia certificación SA8000 y en la de sus proveedores,
y que tienen que han de informar públicamente los avances en ese sentido. A pesar de este
compromiso, el número de plantas certificadas por SA8000 ha caído de tres a dos, debido a que
vendieron la planta de Pascual Hermanos en España que en junio de 2000 había sido la primera
explotación agrícola en ser premiada con la certificación SA8000. En su informe sobre la
responsabilidad social empresarial también Chiquita publica los progresos en la aplicación de SA8000,
aunque aún no es un miembro signatario (del programa de compromiso corporativo, nivel 1:
explorador). Sin embargo, una de las divisiones de Chiquita (Costa Rica) ya ha sido certificada por
SA8000.
De acuerdo con SAI, el lento proceso de asimilación de la norma SA8000 a la agricultura se debe a las
dificultades para aplicarla. En particular, las disposiciones del número máximo de horas de trabajo
parecen ser difíciles de aceptar en cultivos estacionales. También podría ser que la presión del
mercado sobre la norma SA8000 no es aún tan fuerte como lo es, por ejemplo, en las industrias textiles.
Dicho eso, Coop Italia podría jugar un papel acelerador en la adopción de SA8000 en la agricultura.
Coop Italia está buscando de manera activa la venta de un mayor número de productos orgánicos de
comercio justo en sus almacenes y tiendas, del mismo modo que de productos provenientes de
instalaciones certificadas bajo SA8000. Por ello, pueden estimular a sus proveedores a que adopten la
certificación SA8000. Coop Italia ya ha hecho presión sobre sus productores de piña en Kenya, para
mejorar las condiciones laborales. Esto fue en respuesta a una campaña común de los trabajadores y
los consumidores, dirigida en particular a ese proveedor. Para incrementar la presión, la campaña hizo
uso del hecho de que el comprador - Coop Italia - estaba certificado bajo SA8000 (Mutunga, Gesualdi
y Ouma, 2002).
Producción y mercados
41
De hecho, el sistema de miembros signatarios (programa de compromiso corporativo) pudo estimular
potencialmente la aplicación de SA8000 a través de la presión de los compradores de un modo muy
similar a EurepGap, aunque en una escala de tiempo mucho más relajada, pues no hay fechas límite.
Las principales diferencias en el procedimiento con relación a EurepGap, están en que la norma no ha
sido establecida por los propios compradores y en que los miembros signatarios mismos también se
comprometen a aplicar la norma en sus instalaciones y oficinas administrativas.
EUREPGAP
En el caso de EurepGap, el mercado es el grupo de 22 minoristas europeos que están detrás de la
iniciativa. EurepGap difícilmente abre nuevos mercados para productores, pues está orientada a la
aplicación de la norma para sus proveedores. En 2003, EurepGap declaró que9, lograr la coherencia
global es un proyecto ambicioso, y se necesita trabajar sobre él durante mucho tiempo. Algunos
minoristas dicen que todos sus proveedores deberán estar certificados por EurepGap para 2004. Otros
no fijan una fecha límite, pero con el tiempo se preguntarán por qué los proveedores preferidos no
están certificados en EurepGap y entonces quizá revisen su decisión de negociar con ellos.[C9] Si un
minorista habla de la posibilidad de eliminar a alguien de la lista de proveedores, eso es suficiente para
convencer a los productores de procurar la certificación.
Al momento de escribir este documento, había cinco programas de productores aprobados como
equivalentes a EurepGap. EUREP declaró en diciembre de 2002 que un total de 3 889 productores
fueron certificados, con una superficie cultivable de 61 425 hectáreas. De esos grupos de productores,
39 se localizaban en América Latina, 316 en África (255 en Sudáfrica) y 3 en Asia.
9
FoodPLUS, 2003.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
43
6. EVALUACIÓN DEL IMPACTO DE LA CERTIFICACIÓN SOCIAL Y
AMBIENTAL
La aplicación de normas y el acceso a mercados certificados (y posiblemente etiquetados) impacta de
manera compleja la economía de la granja. Puede afectar positiva o negativamente los costos de
producción, los rendimientos y los precios al productor, los que tienen que ser analizados en conjunto.
Más aún, los costos de inversión iniciales probablemente sean diferentes para cada granja. Pueden
introducirse al sistema nuevos cultivos o nuevas actividades, lo que complica aún más el análisis de la
relación costo-beneficio.
No existen estudios sistemáticos que valoren el impacto de los programas de certificación en un
número amplio de granjas, cultivos y localidades. Sin embargo, está creciendo el número de estudios
de casos que han evaluado – más o menos exhaustivamente - el impacto de la certificación sobre
diversos aspectos de los costos y la rentabilidad. Este capítulo trata de ofrecer una idea general de
estudios de casos documentados acerca del impacto de la certificación en productores de países en
desarrollo. Todos los casos seleccionados se refieren a cultivos hortícolas y tropicales, y fijan su
atención en explotaciones certificadas que producen para el mercado, ya sea para centros urbanos
locales o para la exportación.
Este método de captar ‘evidencias’ tiene dos riesgos: en primer lugar, sólo se informan los casos que
se consideran positivos, pues fracasos de hecho son descalificados. En segundo lugar, no se podría
hacer una verificación de campo. Los datos vertidos en los informes fueron verificados con otras
fuentes cuando ello fue posible. Finalmente, la mayoría de los casos documentados tuvieron apoyo de
algún proyecto que contó con asistencia de un patrocinador. Esta es la razón principal de que se
disponga de poca información acerca de la aplicación de las normas SAN, SAI e ISO 14001, aunque
también puede asumirse que las iniciativas privadas orgánicas están poco representadas.
El centro de atención en los casos estudiados, y de ahí que se use esta metodología, varía según el caso.
Algunos se han enfocado al rendimiento, otros a las utilidades, otros a los factores de éxito y al papel
de las organizaciones de apoyo. Para cada tipo de certificación se ofrece un cuadro resumen con los
datos de los rendimientos, costos de producción y utilidades comparados con otros sistemas similares
de producción convencional.
6.1 LA AGRICULTURA ORGÁNICA CERTIFICADA
La publicación de la FAO Agricultura orgánica, ambiente y seguridad alimentaria, analiza el impacto
de la agricultura orgánica, certificada y no certificada. El estudio enfatiza el hecho de que las
utilidades de los sistemas orgánicos pueden parecer altas en una temporada, debido a las primas en los
precios que se reciben por la comercialización de un cierto cultivo, pero bajas en la temporada
siguiente debido a la siembra de cultivos para la producción de abono verde. Por ello, cuando se
evalúa la rentabilidad de los sistemas orgánicos (FAO, 2002), es esencial tomar en consideración el
ciclo total de rotación.
En el cuadro 5 se ofrece un resumen de los estudios de casos de producción orgánica certificada por
pequeños productores en los países en desarrollo.
600
443
12. Sri Lanka,
alimentos
biológicos, té y
especias
?
Similar por ha.
+34% por ton. en 2001
Similar (el exportador paga y
es dueño de la certificación)
24 000
?
-25%
Similar
+20%
+38% a +67%
Al menos +15% (subsidio al
proyecto para costos de
certificación
-30% a -40%
Promedio: -22%
?
Más alto
Promedio: + 4.5%
más alto
más alto (mano de obra)
>1 000
158
(de ellos 110
certificados)
10 pares con
1 convencional
+ 1 orgánico
370
1 100
Similar
15–30% (sobre el precio
al productor)
+30% en 2000 y
+18% en 2001
(café verde)
ALGODÓN
25%
Promedio: 20% ±7
CAFÉ
Sólo durante tres años
150%
(cacao)
+22-29%
-18% (pulpa orgánica
contra fresca
convencional )
ninguna
CAÑA DE AZÚCAR
+75% en 2001.
+35% en 1998.
TÉ
Té: 100% (incluye prima
por comercio justo)
especias: 10–30%
Similar
Similar (el exportador paga y
es dueño de la certificación)
+8%
> 450
Similar o
ligeramente superior
Costos de prod./caja: -33%
costos de cosecha -82%
200
(64 de ellos
certificados)
10–20
?
Prima
FRUTAS Y HORTALIZAS
sí
Rendimiento
Demanda de mano de obra
extra
Costo de producción
66
Número de
agricultores
11. Argentina
9. India,
Proyecto Maikaal
10. Uganda,
EPOPA
7. Costa Rica,
estudio de pares de
cultivos
8. Guatemala,
Tierras Altas
Cuchumatanes
6. Brasil,
Sierra de Baturité
1. El Salvador,
Las Pilas,
hortalizas
2. Perú
Alto Piura,
mango
3. Uganda,
frutas tropicales
4. República
Dominicana,
banano
5. Costa Rica,
Talamanca,
banano + cacao
APPTA
Caso
?
+118% en 2001.
hasta <30% (también una
ganancia extra para el
exportador)
Más alta
Más alto
Promedio: - 4.5%
Más alta durante
los tres años
Positiva en términos de
rentabilidad de la mano
de obra
+50%
similar
utilidad/caja
+170%
?
Ganancia neta
Certificación pagada por el exportador u otra
agencia
Beneficio principal: se mantuvo en operación la
planta azucarera
Básicamente, certificación del sistema de
producción existente
La construcción de un camino redujo los costos del
transporte (también beneficia a los agricultores
convencionales)
Se abandonó la certificación debido a la pérdida de
las primas en el mercado de exportación después de
3 años.
Alta variación entre pares
Certificación del sistema existente por seguridad
del mercado.
Los problemas de calidad y el dominio del mercado
por parte del exportador hacen que el futuro sea
incierto para el productor en pequeña escala.
3 sistemas de producción:
a) cacao + frutas + árboles
b) banano + fruta + árboles
c) cacao + banano +fruta + árboles
Dificultad para comparar el sistema convencional
de 2 temporadas, con el ciclo anual continuo de
rotación orgánica.
En la planta de pulpa no se requiere una
clasificación de calidades
Observación
Cuadro 5 - Resumen de datos económicos de estudios de casos de producción de cultivos comerciales orgánicos certificados en países en desarrollo
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
45
HORTALIZAS ORGÁNICAS FRESCAS PARA LOS SUPERMERCADOS LOCALES EN EL
SALVADOR
Basado en el informe de Damiani, 2001a.
Historia y organización
A finales de los años noventa dos ONG norteamericanas, CLUSA y Technoserve, estimularon la
creación de tres cooperativas de agricultores en Los Planes y Las Pilas en El Salvador. El clima de la
zona es adecuado para la producción orgánica de hortalizas, y las ONG identificaron oportunidades
comerciales con los supermercados. En total participaron 66 agricultores. Una de las motivaciones
más importantes para que adoptaran los métodos de producción orgánica fue la preocupación por
posibles problemas de salud asociados a la ingestión de productos químicos. Los agricultores
cultivaban anteriormente con un esquema de dos temporadas por año, hortalizas y riego en la estación
seca y maíz en la estación de lluvias. Los agricultores habían estado vendiendo sus hortalizas
convencionales a intermediarios, quienes las vendían en el mercado «La Tiendona» en San Salvador.
Ahora, a través de los proyectos, los agricultores han estado vendiendo a algunas de las principales
cadenas de supermercados en El Salvador.
Inversión y cambios en los métodos agrícolas
Debido a que los supermercados requerían un suministro constante de productos, los agricultores
necesitaban contar con una infraestructura de riego; condición que impusieron CLUSA y Technoserve
al crearse los grupos de agricultores. Los grupos tuvieron que programar su producción de tal manera
que pudieran cosechar cada semana, predecir cuidadosamente las cosechas y asignar a cada productor
individual la cantidad a cosechar y entregar. Los supermercados también requerían mayor calidad que
los mercados tradicionales y mayor uniformidad en el color, el tamaño y el sabor. Se tuvieron que
realizar inversiones más específicas, especialmente para construir terrazas y sembrar barreras vivas
para la conservación de los suelos. Tanto CLUSA como Technoserve ayudaron a los grupos a obtener
fondos para construir las instalaciones colectivas de empaque y un vivero para producir las plántulas.
Economía de la granja
Es difícil comparar la producción de hortalizas en un ciclo orgánico continuo con el sistema de
siembra alternada de maíz y hortalizas. Debido a la mayor demanda laboral, los agricultores redujeron
ligeramente la superficie total de tierra cultivada. Los agricultores que habían continuado sembrando
el mismo cultivo reportaron una caída sustancial en las utilidades en los primeros dos o tres años y
luego se recuperaron y estabilizaron ligeramente por debajo de los rendimientos de los métodos
convencionales. El estudio indicó que los precios que pagaban los supermercados eran más altos que
en La Tiendona y de que había una prima en el precio por ser productos orgánicos. La mayoría de los
agricultores orgánicos eran hombres, lo que puede explicar porqué es necesaria la posesión de la tierra
en forma estable a fin de hacer inversiones para la conservación de suelos que sólo se recuperan en un
largo plazo, y el requerimiento de una infraestructura de riego (las mujeres pueden estar en una
situación desventajosa debido a desigualdades en la tenencia de la tierra). Otra explicación podría ser
que las tareas de conservación de suelos requieren un considerable esfuerzo físico y muchos
agricultores no tienen los recursos para contratar mano de obra. Las tres instalaciones de empaque
generaron mano de obra asalariada empleando en total a 45 trabajadores, principalmente mujeres.
46 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
PULPA ORGÁNICA DE MANGO DEL ALTO PIURA, PERÚ
Basado en el informe de Cardoza, 2001.
Historia y organización
La Asociación de Productoras y Productores Ecológicos del Alto Piura, en el norte del Perú, organiza
agricultores que operan en pequeña escala; en promedio con 2,1 hectáreas, bajo riego, y
principalmente con árboles frutales. Desde 1993 el Centro IDEAS, una ONG, ha promovido la
agricultura orgánica en el valle. Al momento de elaborarse este informe, IDEAS proporcionó asesoría
a cerca de 200 agricultores con un total de 3 000 hectáreas. De ellos, alrededor de un 32 por ciento
estaban certificados. El mango ha producido uno de los más altos volúmenes. En 1999, un importador
(Douglas Stewart) solicitó un contenedor (20 toneladas) de pulpa de mango orgánico, pero no fue
posible entregarlo debido a que la certificación se obtuvo demasiado tarde. Para el siguiente año sin
embargo, se hicieron los preparativos del caso y se acordó que el mango fuera elaborado en la planta
de Agrobackus en Motupe-Lambayeque. Tanto los agricultores como la planta fueron inspeccionados
y recibieron la certificación a tiempo.
Inversiones y cambios en los métodos agrícolas
Una de las técnicas orgánicas más adoptadas es el uso de cubierta vegetal. En 2000, se instalaron o
renovaron alrededor de 60 hectáreas de huertas frutícolas. La instalación de una huerta frutícola cuesta
500 dólares EE.UU./ha. La poda e injertos de nuevas variedades en árboles maduros requieren 175
dólares EE.UU./ha. La incorporación de material orgánico al terreno es también una inversión
significativa. El centro IDEAS proporcionó asistencia técnica a través de parcelas demostrativas para
pequeños productores, capacitación de coordinadores y promotores, investigación participativa, e
inversión en relación 1:1 (lo que el agricultor invierte, lo invierte también IDEAS).
Economía de la granja
Después de la instalación, el mantenimiento de 1 hectárea de mango cuesta un promedio de 400
dólares EE.UU. para un huerto orgánico, mientras que para uno convencional se requieren 1 015
dólares EE.UU. El mango orgánico rinde alrededor de 25 toneladas/ha. Para mango fresco
convencional, el costo variable de producción y cosecha fue de 7 nuevos soles/caja, y se vendieron en
el mercado a un promedio de 9 nuevos soles/caja. En cuanto al mango orgánico para la planta de
Agrobackus, los costos variables fueron de 2 nuevos soles/caja; el precio de venta fue 7 nuevos
soles/caja, lo que significó un margen de utilidad considerablemente más alto. Los costos de la
cosecha fueron en particular más bajos (descendieron desde 5,5 soles nuevos por caja hasta 1 nuevo
sol/caja) principalmente porque no fue necesaria la clasificación por tamaños para la planta de pulpa.
Los costos anuales de certificación para el grupo completo fueron de 1 300 dólares EE.UU., lo que
daría un promedio de sólo 20 dólares EE.UU. por granja.
FRUTAS TROPICALES ORGÁNICAS – UNA OPORTUNIDAD EMPRESARIAL EN
UGANDA
Basado en el informe de Kidd, Tulip y Walaga, 2001.
Historia y organización
La exportación de frutas orgánicas de Uganda se ha desarrollado sin el apoyo de patrocinadores. Bio
Tropical Garden y la granja AMFRI han organizado de 10 a 20 agricultores en un esquema de
productores externos. Los agricultores no reciben mucha información técnica más allá de lo que está
prohibido. Los exportadores han estado haciendo tratos comerciales con los mismos agricultores de
producción convencional.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
47
Inversión y economía de la granja
Los agricultores no tuvieron que cambiar mucho sus prácticas. Los exportadores pagan por la
certificación (no un sistema de control complejo, pero sí una certificación en grupo con registros
simples e inspección al 100 por ciento) y son dueños del certificado. Los excedentes que los
exportadores no compran se venden en el mercado convencional local o en el mercado convencional
de exportación. Los agricultores no reciben una prima; ésta la utiliza el exportador para pagar los
costos de la certificación, con un margen más alto de utilidad. El beneficio para los agricultores es
contar con un canal de mercado seguro.
BANANO ORGÁNICO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Basado en el informe de Damiani, 2002c.
Historia y organización
Desde finales de los años ochenta, la producción de banano en Azua se ha caracterizado por el bajo
uso de insumos químicos. No ha habido problema con la enfermedad Sigatoka Negra debido a las
condiciones del clima seco. La empresa comercial nacional Plantaciones Tropicales estableció nexos
con productores en pequeña escala y una compañía de certificación. Las primeras exportaciones se
hicieron por 1988. En esa época se tuvo un segundo ciclo de producción y se estableció en Azua otra
compañía comercializadora, Horizontes Orgánicos, trabajando de acuerdo con principios biodinámicos.
En 1994, un técnico de Horizontes estableció su propia empresa, SAVID. SAVID y Horizontes
iniciaron la firma de contratos con asociaciones de productores en pequeña escala y SAVID expandió
sus actividades a otras partes de la República Dominicana.
La producción de banano a gran escala creció a un ritmo constante en otras partes del país, y en el año
2001 Azua produjo sólo el 10 por ciento de la producción total. En Azua el 80 por ciento de la
producción está aún en manos de productores en pequeña escala, cada uno con 1,25 hectáreas en
promedio. La mayoría de los agricultores está organizada en asociaciones, pero éstas aún son débiles.
Las empresas de mercadeo han establecido, gestionado y financiado el sistema de control interno y son
propietarias del certificado. Los contratos con las asociaciones de productores, que eran para períodos
más largos – hasta tres años – recientemente se acortaron para evitar problemas ocasionados por las
variaciones en los precios.
Inversiones
El Centro Dominicano para la Promoción de la Exportación (CEDOPEX) ha organizado talleres y ha
participado en ferias, promoviendo las exportaciones orgánicas en general. Tanto los dueños como los
agrónomos de las dos compañías comercializadoras introdujeron nuevas tecnologías y variedades
orgánicas. En un principio, las empresas no tenían otra opción que la de enviar sus productos en
barcos de carga, lo cual era caro y afectaba negativamente su calidad. Finalmente, SAVID logró
convencer a los transportadores de banano para que incluyeran a la República Dominicana en sus rutas.
Obtuvieron fondos por adelantado de los compradores y los utilizaron para proporcionar créditos de
corto plazo a los agricultores para que éstos pudieran adquirir sus insumos. También proporcionaron
asistencia técnica para mejorar la calidad del producto. No obstante, debido a lo limitado de los
recursos de los agricultores, los trabajos fueron postergados con frecuencia y las mejoras en el sistema
de irrigación no se han realizado.
Economía de la granja
Si se compara a los productores convencionales en pequeña escala con los orgánicos, éstos últimos
enfrentan en promedio costos de producción en un 8 por ciento más altos que los primeros (2 560
dólares EE.UU./ha orgánica contra 2 370 dólares EE.UU./ha en producción convencional). Estos
costos reflejan las más altas demandas laborales; por ejemplo se requiere un 50 por ciento más de
mano de obra para el control manual de malezas que con técnicas modernas. Aunque el monocultivo
48 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
requiere cantidades sustanciales de fertilizantes orgánicos y plaguicidas, los costos totales de insumos
orgánicos fueron menores que en el caso de cultivos convencionales. Como resultado, los costos de la
mano de obra agrícola constituyen el 71 por ciento del costo total en el sistema orgánico, mientras que
en el convencional son el 51 por ciento. Los rendimientos en el sistema orgánico fueron similares a los
convencionales, con 14 toneladas/ha. Los rendimientos bajos fueron atribuidos al empleo de
cantidades insuficientes de abonos orgánicos, a un mantenimiento inapropiado del sistema de riego y a
una sequía a finales de los años noventa.
Las empresas comercializadoras exportaron alrededor de un 70 por ciento de la producción con primas
significativas, y vendieron el resto en el mercado local como producto convencional. Debido a que los
agricultores tuvieron una información limitada del mercado, y a causa de que SAVID y Horizontes
fueron los únicos exportadores, correspondiendo a SAVID el 80 por ciento de todas las exportaciones
de banano orgánico, los agricultores en pequeña escala estuvieron en una posición relativamente débil
para negociar. Ello se acentuó por el hecho de las compañías eran las dueñas de los certificados
orgánicos, aunque se debe decir que Horizontes ha estado alentando a las asociaciones a tomar en sus
manos el sistema de control interno y la certificación.
A pesar de esa posición negociadora débil, los agricultores recibieron una prima orgánica de
aproximadamente 1 dólar EE.UU./caja en 2001 y 2002. En 2001, los agricultores orgánicos recibieron
4,5 dólares EE.UU./caja (en comparación con 3,5 dólares EE.UU./caja para banano convencional, más
del 29 por ciento más) y en 2002, 5,5 dólares EE.UU./caja (en comparación con 4,5 dólares
EE.UU./caja, 22 por ciento). Parte de la producción se vendió en el mercado de comercio justo, por lo
cual los agricultores recibieron adicionalmente 1,75 dólares EE.UU./caja. Como resultado de la prima
en el precio, el modesto incremento en los costos de producción y de los rendimientos similares, el
ingreso neto fue un 52 por ciento más alto para los productores de banano orgánico (1 720 dólares
EE.UU./ha en comparación con 1 130 dólares EE.UU./ha para el convencional). Sin embargo, los
agricultores tuvieron que vender una parte importante en el mercado local durante el verano, cuando la
demanda internacional es menor.
Debido a la mayor disponibilidad de banano orgánico en el mercado internacional, los compradores se
han vuelto cada vez más exigentes en términos de calidad, lo cual es un reto difícil para los
agricultores en pequeña escala. Las empresas comercializadoras han estado expandiendo la producción
en sus propias plantaciones, reduciendo aún más la participación de los productores en pequeña escala
en la producción total de banano orgánico en el país.
PRODUCCIÓN DE CACAO Y BANANO EN TALAMANCA, COSTA RICA
Basado en el reporte de Damiani, 2002b, y Deugd, 2001.
Historia y organización
Talamanca es parte del Parque Nacional La Amistad y del Corredor Biológico Talamanca-Caribe. Los
agricultores en pequeña escala en Talamanca cultivaban cacao en un sistema que incluía árboles de
sombra y bosque pluvial. Los agricultores se vieron obligados a abandonar el cultivo a finales de los
años setenta, debido a una infestación de hongos, bajos precios en el mercado mundial. La Asociación
de Pequeños Agricultores de Talamanca (APPTA) fue creada en 1987, con la asistencia de ANAI
(ONG de los Estados Unidos). Actualmente la asociación cuenta con 1 100 miembros productores. A
través de ANAI, se hicieron contactos con compradores de cacao orgánico de los Estados Unidos, que
estaban buscando regiones donde se hubiese abandonado el cultivo del cacao, con la idea de obtener
certificación orgánica sin pasar por un período costoso de conversión. En su fase inicial de actividades
de conservación, APPTA ha creado comités locales en los diferentes poblados para llevar a cabo
actividades de reforestación. APPTA usó a estos comités como base del sistema de control interno.
Posteriormente, APPTA negoció con éxito la venta de banano orgánico, con una compañía
costarricense que fabrica puré de banano para la alimentación infantil (Gerber). En 2000, APPTA
estaba exportando 210 toneladas de cacao orgánico (de las cuales el 24 por ciento se destinó a Europa)
y estaba vendiendo 1 300 toneladas anuales de banano.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
49
Inversiones y cambios en los métodos agrícolas
Actualmente la mayoría de los agricultores tienen una hectárea de cacao mas frutas y tubérculos,
sombra, y 1 ha de banano con sombra. Además, cultivan generalmente una superficie de granos
básicos. La inversión principal fue la propia certificación. Desde 1995, todas las empresas de
certificación que operaban en Costa Rica se han visto obligadas a tener oficinas en el país. Se esperaba
que ello redujera los costos de certificación, pero eso no ocurrió. Otra inversión importante fue el
reinicio del mantenimiento del plantío de cacao antes abandonado, aspecto que exigía una gran
cantidad de mano de obra. Esto afectó especialmente a las mujeres solteras, que no tenían los recursos
para contratar trabajadores asalariados. Para la APPTA como organización, fue esencial contar con
crédito para poder rembolsar a sus miembros tras el envío. Este crédito fue habilitado por el
comprador norteamericano de cacao, como capital inicial.
Economía de la granja
En 2000, la APPTA pagó a sus miembros por cacao orgánico 1 dólar EE.UU./kg, comparado con un
precio promedio del producto convencional de 0,40 dólares EE.UU./kg. El banano orgánico fue
adquirido a 81 dólares EE.UU. por tonelada para un promedio de producción de 12 toneladas por
granja. Un estudio realizado por Deugd (2001) evaluó la operación micro-económica de los sistemas
de producción predominantes entre los miembros de la APPTA. Se estudiaron tres sistemas:
banano-cacao, banano y cacao. Todos ellos incluían frutas y árboles, aunque los sistemas con
producción de banano están generalmente menos mezclados. El sistema cacao-banano generó 11,6
dólares EE.UU./jornada; el sistema de banano, 14,9 dólares EE.UU./jornada y el sistema de cacao,
5,50 dólares EE.UU. /jornada, en comparación con un salario en el área, por un trabajo similar, de 7,27
dólares EE.UU./jornada. Aunque el ingreso de la mano de obra en el sistema de cacao es menor que el
costo de los salarios[C11], el ingreso neto anual derivado de este sistema de 264 dólares EE.UU./ha
representa un importante complemento al ingreso familiar, especialmente de familias que no tienen
acceso a otras oportunidades de empleo.
Impacto ambiental
De acuerdo con Deugd (2001), el grado de erosión y lixiviación fue mínimo debido al denso tapiz
vegetal. Algunos estudios encontraron que aunque no tan diversos como el bosque natural, los
sistemas de sombra eran mucho más diversos ecológicamente que los monocultivos de las tierras bajas
(Guiracocha, 2000; Parrish et al., 1999), y se encontraron tantas especies de pájaros como en el bosque
natural (Parrish et al., 1999). Deugd concluyó que la extracción de nitrógeno, fósforo y magnesio
estaba más o menos compensada, pero que el balance de potasio era negativo, con una pérdida de
cerca de 47 kg/año. En 2001, la Universidad de Costa Rica había iniciado un proyecto en colaboración
con APPTA para identificar los materiales y las prácticas adecuadas para incrementar los nutrientes en
los suelos, en especial el potasio.
CAFÉ ORGÁNICO DE SOMBRA DE LAS MONTAÑAS BATURITÉ EN EL NORESTE DE
BRASIL
Basado en el informe de Saes, De Souza y Otani, 2001.
La mayor parte del café brasileño se cultiva al sol. No obstante, los agricultores de la Sierra de
Baturité, región de Ceará, han conservado alguna sombra porque las condiciones climáticas locales,
con una estación pluvial intensa y otra seca, no permitieron el cultivo al sol. En los años noventa los
rendimientos en el área cayeron de 10 sacos/ha a 5 sacos/ha, principalmente debido a la falta de poda y
al envejecimiento de los cafetales. En 1990 se creó el área de protección ambiental de la Sierra de
Baturité. Una de las actividades fue el Proyecto Café Ecológico, llevado a cabo por la ONG Fundación
50 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
CEPEMA, con nexos con una ONG sueca. El proyecto se inició en 1995, con asistencia técnica,
provisión de nuevas plantas de café y fruta y especies de árboles de sombra. En 1996 se fundó la
Asociación de los Productores Ecologistas del Macizo de Baturité APEMB, aglutinando a 158
agricultores, de los cuales 110 estaban certificados. Con la ayuda de una organización sueca, APEMB
encontró un comprador en la Swedish Roaster Classic Kaffe.
Inversiones y cambios en los métodos de la agricultura
La APEMB trabajó sobre mejoras en la calidad, principalmente a través de la introducción de mejores
prácticas de secado y de selección del grano. En los primeros años, el Banco del Noreste proveyó
apoyo financiero para cubrir los costos de certificación, con un monto total de 5 000 dólares EE.UU.
Economía de la granja
En comparación con el café cultivado al sol en cualquier localidad del Brasil, el café de sombra da
menor rendimiento debido a la densidad de las plantas (3 000 cafetos/ha) y su menor rendimiento por
planta. Sin embargo, el rendimiento varía mucho, desde 1,3 sacos/ha hasta 12 sacos/ha con un
promedio de 5,8 sacos elaborados/ha. La APEMB exportó 6 toneladas en el primer año, que
aumentaron a 30 toneladas en 1999, equivalentes al 60 por ciento de la producción total. Recibieron
160 dólares EE.UU./saco, en comparación con 100 a 110 dólares EE.UU./saco en el mercado
convencional (entre un 45 y un 60 por ciento por encima). Parte de la prima se obtuvo por la venta del
café como arábica cuando ese mismo producto se había estado vendiendo como Conillón (robusta),
cuyo precio es mucho menor. Durante esos tres años, el suministro mundial de café orgánico
incrementó drásticamente, y el siguiente año Classic Kaffe decidió suspender sus compras a la
APEMB. Esta ONG no logró conseguir un nuevo comprador y no pudo continuar pagando la
certificación y debido a la falta de recursos financieros.
Nueva estrategia
Debido a los problemas de comercialización, CEPEMA redefinió las estrategias del proyecto y
comenzó a desarrollar un sistema de promoción en el mercado local del café, frutas y hortalizas. Esto
evitaría los altos costos de la certificación, al tiempo que se recibían modestas primas en los precios.
El proyecto contemplaba beneficiarse del turismo en expansión y planeaba entregar canastas a
domicilio en la capital del distrito, Fortaleza. Los noticieros confirmaron que las ventas del «Café
Ecológico Pico Alto» se iniciaron en Fortaleza en marzo de 2003 (ADITAL, 2003). El café se
promueve como «certificado» por CEPEMA y el hecho de que ya había sido exportado se utiliza en
publicidad como evidencia de buena calidad.
CAFÉ ORGÁNICO DE COSTA RICA
Basado en el informe de Lyngbaek, Muschler y Sinclair, 2001.
Metodología de la investigación
El estudio comparó diez granjas agrícolas de pequeños productores en un programa de pares entre
orgánicos y convencionales en Costa Rica. Según los criterios orgánicos las plantaciones debían estar
bajo un manejo orgánico activo al menos durante los últimos tres años. Cuatro de las granjas orgánicas
no fueron certificadas y vendieron al mercado convencional. Las granjas convencionales fueron
seleccionadas por su cercanía con sus contrapartes orgánicas y por la similitud de las condiciones de
altitud y superficie del cultivo. Los costos fijos no pudieron ser incluidos debido a la falta de
información, pero probablemente fueron de poca importancia. Los rendimientos, los costos variables,
los precios al productor y los ingresos netos se estudiaron durante tres años (1995-1998).
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
51
Economía de la granja
En promedio, los rendimientos del café orgánico por hectárea fueron un 22 por ciento menores y los
rendimientos por planta un 17 por ciento más bajos que los convencionales. Sin embargo, existieron
grandes variaciones entre los pares. En el caso de tres pares, los rendimientos orgánicos fueron más
altos; para dos pares el rendimiento fue similar y para los restantes cinco los rendimientos orgánicos
fueron considerablemente menores. Los costos variables de producción fueron en promedio un 4,5 por
ciento más alto para las explotaciones orgánicas, principalmente debido a la mano de obra, a la
preparación y la aplicación de abono orgánico. Las explotaciones convencionales tuvieron costos más
altos de mano de obra en la cosecha, los que también estuvieron directamente relacionados con los
niveles de producción. A pesar de una media de rendimiento más baja y costos variables ligeramente
mayores, el ingreso neto promedio proveniente del café fue sólo ligeramente inferior (un 4,5 por
ciento) para las granjas orgánicas. También se observaron grandes diferencias entre el ingreso neto de
los pares, en donde tres granjas orgánicas operaron mejor que su contraparte convencional. Los
autores calcularon las primas que serían necesarias en cada caso para al menos equilibrar el ingreso
neto de cada una de las dos granjas pareadas. Estas primas hipotéticas fueron de un 14 por ciento a un
54 por ciento (descartando los dos extremos). Los costos de la certificación no se incluyeron en el
estudio porque las granjas, o no estaban certificadas, o el programa o la planta elaboradora los cubrió.
Aunque los costos de certificación fueran patrocinados por una entidad externa (en tres de las granjas),
estos productores amortizaron indirectamente los costos de certificación mediante el recibo de una
prima más baja que la obtenida por la planta.
CAFÉ ORGÁNICO DE HUEHUETENANGO, GUATEMALA
Basado en el informe de Damiani, 2002a, y Cifuentes, sin fecha.
Historia y organización
El proyecto de desarrollo rural de las Tierras Altas de Cuchumatanes se realizó en el departamento de
Huehuetenango, uno de los más pobres de Guatemala, luego que se firmaron los Acuerdos de Paz en
1996. El proyecto se concretó al crearse o revivirse tres asociaciones: La Asociación de Desarrollo de
Cocolá (ADIPCO), la Cooperativa Agrícola de San José Quixabaj y la Cooperativa Agrícola de
Chojzunil. Los productores de café de ADIPCO, Quixabaj y Chojzunil tradicionalmente no usan
insumos químicos, o los utilizan muy poco. El componente mercadotécnico del proyecto identificó al
café orgánico como una alternativa para las tres asociaciones. Se hizo contacto entonces con
AGEXPRONT, una asociación de exportadores de productos no tradicionales. El proyecto se hizo
miembro de una subcomisión de productos ecológicos de AGEXPRONT, y a través de ésta hicieron
contacto con EXCAGUA, un exportador de café convencional y orgánico a Europa (en la Ciudad de
Guatemala). Las asociaciones obtuvieron sus primeros certificados orgánicos en 1998 y 1999.
Inversiones y cambios en los métodos agrícolas
La inversión más importante que los agricultores debieron hacer durante la conversión fueron medidas
de conservación de suelos y la introducción de nuevas variedades de árboles de sombra. Además, las
asociaciones requirieron invertir en el procesamiento colectivo del café en forma separada del café
convencional. En los primeros dos años, el 70 por ciento de los costos de certificación fueron cubiertos
por el proyecto y por una organización ambientalista. El proyecto pagó a un extensionista para
organizar el sistema de control interno. También se capacitó a los agricultores, quienes calificaron
como «promotores», como «gerentes de crédito» y como «campesinos extensionistas». Esos
agricultores acompañaban a los equipos de inspectores internos que hacían dos visitas al año.
52 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Economía de la granja
Mientras que otros caficultores en Guatemala, que habían usado insumos químicos, sufrieron
reducciones sustanciales en el rendimiento durante los primeros años de manejo orgánico, no fue así
para los caficultores de ADIPCO, Quixabaj y Chojzunil. Al contrario, ellos observaron incrementos de
un 38 a un 67 por ciento en cinco años (de 0,86 toneladas/ha a 1,40 toneladas/ha de acuerdo con
Cifuentes). Esto puede explicarse por los escasos insumos y los bajos rendimientos previos a la
conversión, a un mejor uso de la sombra, a la aplicación de abono orgánico, y a las medidas de
conservación de suelos. También significó costos de producción más altos, principalmente de mano de
obra y costos de cosecha resultantes de un mayor rendimiento. De acuerdo con Cifuentes, al inicio
hubo problemas de calidad, lo que resultó en precios bajos pagados por el primer cliente. Después de
resolverlos y vender por medio de EXCAGUA los precios se incrementaron un 25 por ciento. Damiani
estimó que en el año 2000 el precio obtenido por el café verde había sido un 30 por ciento más alto
que el de los pequeños productores convencionales, y un 18 por ciento mayor un año después.
Cifuentes observó que el ingreso familiar promedio se había incrementado de 1 250 a 1 970 dólares
EE.UU./año.
Circunstancias externas
En el año 2000 se construyó una carretera para comunicar a las comunidades con la ciudad de Barillas.
Esto redujo los costos del transporte a la mitad y el tiempo de traslado de un día a cuatro horas, lo cual
benefició tanto a los agricultores orgánicos como a los convencionales. El proyecto también se
benefició de las actividades de investigación de la Asociación Nacional de Café (ANACAFE), que
tomó en cuenta las necesidades de los agricultores. En consecuencia, el programa de investigación se
enfocó en la disminución de los costos de producción en lugar de en el incremento de la productividad.
Como resultado, ANACAFE ha estado trabajando con compost y bocashi como alternativa a los
fertilizantes químicos, con el control manual de la broca del café (Hypothenemus hampe) y el uso de
insectos enemigos naturales de algunos parásitos. Además, ANACAFE capacitó a 16 extensionistas en
la producción de café orgánico y entró en contacto con Mayacert para llevar a cabo talleres sobre
certificación orgánica.
ALGODÓN MAIKAAL DE LA INDIA
Basado en los informes de Caldas, 1995; Myers, 1995; Myers y Stolton, 1999; y Parrott y Marsden, 2001 basado
a su vez en Caldas, 2000, y Barauah, 2000.
Historia y organización
En el año 1992, una alianza entre agricultores, su molino (propiedad de Maikaal Fibres), agentes de
ventas y un consultor en cultivos orgánicos, pusieron en marcha un programa de pruebas agrícolas y
una granja experimental para producir algodón orgánico. Al año siguiente 200 agricultores se unieron
al programa experimental y siete años después lo hicieron más de 1 000 agricultores, cubriendo a más
de 6 000 hectáreas. La mayoría de los agricultores cultivaban algodón en pequeña escala y poseían en
promedio 2 hectáreas de terreno. El algodón orgánico es el cultivo principal, en rotación con cultivos
alimentarios.
Inversiones y cambios en los métodos agrícolas
El algodón convencional se cultivó siguiendo indicaciones de «paquetes técnicos», que incluían
fertilizantes químicos y aspersión con plaguicidas entre 10 y 25 veces en una temporada de cultivo, y
de la cual hubo informes de desarrollo de resistencia a los plaguicidas usados para combatir la
mosquita blanca. Para el algodón orgánico se han desarrollado varias rotaciones y asociaciones de
cultivos. Del mismo modo se han sembrado árboles de propósito múltiple alrededor de los límites de
los terrenos. Los resultados del análisis de suelos han recomendado el uso de diversos fertilizantes
orgánicos. Las plagas son observadas y controladas por medio de una combinación de trampas de
feromonas, provisión de hábitat naturales para los predadores, liberación de insectos benéficos y
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
53
entomopatógenos, y el uso de plaguicidas botánicos. Se estableció un sistema alterno de crédito
otorgado por Maikaal Fibres, que proporciona dinero en efectivo y en especie a tasa cero de interés. El
cumplimiento de las directrices establecidas es coordinado por el servicio de extensión agrícola de
Maikaal Fibres, y el instituto IMO efectúa la certificación en conformidad con las normas orgánicas
internacionales.
Economía de la granja
Los rendimientos iniciales bajaron, pero en 1995 habían recuperado sus niveles anteriores y después
de siete años los del algodón orgánico fueron un 20 por ciento mayores a los del convencional. Los
agricultores tienen un mercado garantizado y reciben una prima del 25 por ciento. Los rendimientos de
los cultivos con rotación son de hasta un 20 por ciento mayores y además, la calidad del suelo ha
mejorado. Los requerimientos de mano de obra y riego se han reducido, resultando en costos de
producción de un 30-40 por ciento menores. Los efectos combinados de costos de producción más
bajos, de rendimientos equivalentes o más altos y de primas en el precio, dan como resultado
márgenes más altos para el productor. Cuando se requieren insumos biológicos, éstos se piden a granel
para reducir costos. En algunas áreas los anteriores proveedores minoristas de plaguicidas se han
transformado en proveedores de bio-insumos.
EL PROYECTO EPOPA Y EL ALGODÓN ORGÁNICO DE UGANDA
Basado en los informes de Walaga, 1997; Malins y Nelson, 1998; Van Elzakker y Tulip, 2000; Van Elzakker y
Leijdens, 2000; y Kidd, Tulip y Walaga, 2001.
Historia y organización
La mayoría de los cultivadores de algodón en Uganda son productores en pequeña escala y con
escasos recursos. El proyecto de promoción para la exportación de productos orgánicos de África
(EPOPA) inició en 1994 con el proyecto Algodón Orgánico de Lango en los distritos de Lira y Apac.
Se eligió esa área para el proyecto debido a la presencia de hormigas negras que eran capaces de
controlar a la mayoría de las plagas. EPOPA proporcionó un préstamo a tasa cero a la unión de
cooperativas Lango Cooperative Union (LCU), que en ese momento se estaba separando del
movimiento cooperativista controlado por el gobierno. Los agricultores se unieron al programa sobre
la base de un grupo de pueblos pequeños llamado Sociedades Primarias. Una vez que una localidad
era aceptada, los agricultores recibían semilla a crédito, siendo los costos deducidos del precio del
algodón. En 1996 una empresa comercial con sede en los Países Bajos instituyó el comercio justo de
los agricultores de Uganda (FFTU, siglas en inglés) 10 . FFTU intentó comprar directamente a las
Sociedades Primarias, lo cual le dio a LCU la impresión de que su posición estaba siendo socavada.
FFTU también tuvo problemas justificando la financiación de cultivos y optó por volver a comprar a
través de LCU. Sin embargo, los problemas financieros continuaron y el arribo a destiempo de los
fondos de FFTU trajo como resultado que una parte significativa del algodón se vendiera como
convencional. A pesar de los problemas financieros, el número de agricultores participantes aumentó
rápidamente de 200 en 1994 a entre 7 000 y 8 000 en 1998. La certificadora sueca KRAV o la
holandesa SKAL se encargan de la inspección y la certificación, las cuales hacen en grupo. Se
añadieron otros proyectos de algodón orgánico al programa de EPOPA, como el de la comunidad
Adigo en el distrito de Apac, siendo Outspan Enterprises la exportadora. En el año 2000 el número de
agricultores involucrados aumentó a cerca de 24 000. Aunque el gobierno se opuso en un principio al
algodón orgánico, los funcionarios comenzaron a ver resultados positivos y comenzaron a excluir
algunas áreas de las campañas de promoción de plaguicidas.
10
Aunque se use el término de «Fair Trade», FFTU no está trabajando con los sellos del comercio justo certificados por FLO.
54 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Inversiones y cambios en los métodos agrícolas
Hay poca diferencia entre los métodos de trabajo de los pequeños productores orgánicos y los métodos
de los convencionales, excepto que éstos últimos pueden usar ocasionalmente pequeñas cantidades de
fertilizantes y plaguicidas químicos. No obstante, también se vio que los agricultores tuvieron que
empezar a usar rotaciones, abono verde y ganado. Durante tres años el proyecto proporcionó asistencia
técnica, apoyo en los mercados y un descuento en los costos de certificación. Los exportadores no
están acostumbrados a involucrarse con los agricultores y mucho menos a proveer servicios de
extensión. En el primer año especialmente los exportadores requirieron asistencia para acostumbrarse
a este nuevo papel. No obstante, el proyecto evitó el pago de servicios que normalmente tendrían que
ser amortizados por el exportador.
Economía de la granja
Las primas orgánicas recibidas por los agricultores participantes en el proyecto Lango fueron del 10
por ciento en 1994/95, del 14 por ciento en 1995/96 y del 50 por ciento en 1996/97. En la comunidad
de Adigo los agricultores han obtenido precios de un 15 a un 30 por ciento más altos, sin incrementos
significativos en los costos de producción. En promedio el algodón orgánico recibe primas del 20 por
ciento en los precios de exportación. Aproximadamente la mitad es para el productor, lo cual
representa una prima sobre el precio al productor de entre el 15 y el 20 por ciento. La prima de
exportación paga también al personal de campo empleado por el exportador, lo que le permite
márgenes de ganancia más altos. Los costos de la inspección y de la certificación, controlados y
pagados por los exportadores, aunque inicialmente altos han caído sustancialmente debido a las
economías de escala. En general, los exportadores retienen los certificados y ello significa que los
agricultores no pueden vender su producto como orgánico a ningún otro comprador. Sin embargo, se
les permite vender a otros compradores convencionales. El precio más alto para el algodón orgánico
ha tenido una influencia benéfica sobre el precio del convencional y ha obligado a los compradores de
algodón convencional a ofrecer otros incentivos, tales como suministrar herramientas de labranza para
asegurar sus operaciones. Los agricultores informaron que el dinero extra obtenido del algodón
orgánico se emplea en viviendas, cuotas escolares, en utensilios domésticos, ganado, herramientas
agrícolas y ropa. Un estudio reciente estimó que EPOPA ha incrementado el ingreso, en 50 dólares
EE.UU./año en promedio, a más de 24 000 agricultores. Desde 2000, los proyectos de algodón
continúan su operación por su propia cuenta. Hay que observar que, en cambio, el proyecto EPOPA de
Tanzania manejado por la misma organización fue considerado un fracaso. La clave del éxito en
Uganda fue el enfoque de negocios que le imprimió el coordinador local, mientras que en otras partes
las actividades fueron realizadas teniendo en mente la idea de la participación y del proceso en lugar
del beneficio económico.
AZÚCAR ORGÁNICO DE PEQUEÑOS PRODUCTORES EN MISIONES, ARGENTINA
Basado en el informe de Serrano, 2002.
Historia y organización
La Unión Europea en 1992 consideró que Argentina ha alcanzado el estatus de País Tercero (desde el
punto de vista de la certificación). El peso relativo de los agricultores en pequeña escala o
minifundistas en el sector de la agricultura orgánica ha sido muy bajo. La producción de caña de
azúcar orgánica en Misiones es el único caso en la Argentina donde un grupo numeroso de
agricultores en pequeña escala (600), con explotaciones agrícolas en el rango de 5 a 50 hectáreas cada
uno, ha adoptado un cultivo orgánico. Los agricultores comenzaron a cultivar caña de azúcar orgánica
en 1997, cuando el único ingenio azucarero en la región decidió convertir su producción convencional
a orgánica. El ingenio se había declarado en bancarrota en 1995, y fueron manejados desde entonces
por IFAI, una agencia autónoma del gobierno provincial de Misiones. La situación macroeconómica
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
55
hizo muy difícil la competencia con el mercado del azúcar convencional con los países vecinos y la
conversión fue una opción para mantener operando el ingenio. La idea de la alternativa orgánica vino
de la ONG Movimiento Argentino de Producción Orgánica (MAPO), que también proporcionó el
nexo con el comprador.
Inversiones y cambios en los métodos agrícolas
El ingenio ha estado promoviendo las variedades de caña de crecimiento rápido que pudieran competir
con las malezas después de la cosecha. En la cosecha las hojas se cortan más cuidadosamente para
cubrir el piso y para evitar la contaminación del azúcar con impurezas de las hojas. El proceso de
certificación se inició en 1997. Para 2001 casi todo el azúcar proveniente de los ingenios era orgánico.
El ingenio pudo producir pequeñas cantidades de azúcar orgánico aun desde el comienzo porque el
período de tres años de conversión fue exceptuado por la agencia reguladora dado que existían tierras
en barbecho por varios años (tierra capoeira). El ingenio paga por los costos de la certificación, que
son realmente altos. Las leyes argentinas estipulan que los inspectores externos deberán visitar al 100
por ciento de los productores, por lo que los costos de la certificación no pueden ser reducidos
mediante la aplicación de un sistema de control interno. De hecho a cada agricultor se le visita dos
veces por año. Los costos de la certificación son de hasta 120 dólares EE.UU. por parcela y por año,
pero una agencia competidora ofreció los mismos servicios por la mitad de esa cantidad. El ingenio y
la IFAI tratan de diversificar los cultivos que manejan los productores de caña, y ya han organizado a
un grupo de 20 agricultores que venden hortalizas orgánicas frescas a una de las cadenas de
supermercados más importantes en la capital de la provincia. La diversificación también es importante
para tener mejores ciclos de rotación. El crédito se hizo a través de un fondo de desarrollo rural
provincial, instituido por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) con el fin de
incrementar la superficie cultivada con caña orgánica. No obstante, en 2001 se usó crédito sólo para
150 hectáreas, mientras que el ingenio estimó que las 450 hectáreas de expansión fueron adaptadas
con recursos de los propios productores.
Economía de la granja
La producción de caña de azúcar orgánica requiere más mano de obra, pero los costos totales de
producción por hectárea son similares a los del azúcar convencional debido al ahorro en el uso de
agroquímicos. La productividad se redujo de 60 a 45 toneladas/ha, pero esta disminución resultó más
que compensada por las primas en los precios de los productos orgánicos (un 35 por ciento en 1998 y
un 75 por ciento en 2001). La ganancia neta para los agricultores fue el doble, pasando de 168 a 367
pesos argentinos/ha. No obstante, los agricultores no siempre se percatan de las altas primas de los
precios. Ellos entregan la caña de azúcar al ingenio entre julio y agosto y sólo reciben una parte del
pago - que cubre los costos de cosecha y transporte. Luego tienen que esperar hasta noviembre o
diciembre por el resto. Esto significa que los productores más pobres no tienen dinero en efectivo en
ese período. Además, se ven obligados a buscar otros trabajos, teniendo que posponer las labores de
limpieza de los terrenos. De todas formas, la caña de azúcar orgánica permitió a los agricultores, que
también habían producido tabaco y que estaban preocupados por su salud, continuar cultivando caña
de azúcar como su único cultivo comercial. Los administradores del ingenio estimaban que alrededor
de 40 productores habían elegido esta opción. El beneficio principal de la conversión del proceso a
orgánico fue que el ingenio pudo continuar operando, salvaguardando así la industria local que incluía
a 50 vehículos de carga, el comercio de leña como fuente de energía para el ingenio y el empleo de la
fuerza laboral (53 trabajadores permanentes y 75 zafrales). Aunque el ingenio mejoró sus utilidades
debido a la conversión a orgánico, continuaba sin ser rentable, con un déficit anual de 400 000 dólares
EE.UU. que fueron cubiertos por el gobierno provincial. La principal razón fue que el ingenio ha
estado operando al 50 por ciento de su capacidad. El ingenio está presionando a los agricultores que
tienen parcelas pequeñas para que incrementen la superficie cultivada o suspendan la producción de
56 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
caña de azúcar, porque los costos de certificación para parcelas pequeñas son relativamente altos. Los
agricultores en mayor escala con más de 15 hectáreas de caña de azúcar (con explotaciones de mas de
50 hectáreas) que hicieron la conversión fueron aquellos que tenían parcelas con terreno en barbecho
de buena calidad (capoeira), que garantizaban una productividad relativamente alta. En contraste, los
agricultores en gran escala sin tierras con esas características dejaron de producir caña de azúcar y
cambiaron a otros cultivos como los cítricos.
TÉ ORGÁNICO DE BIO FOODS LTD., SRI LANKA
Basado en el informe de Ediriweera, 2002.
Historia y organización
Bio Foods inició sus actividades en 1990 organizando a productores de té y especias en pequeña escala
en el centro del país, en los alrededores de Kandy. Bio Foods le estuvo comprando a 443 productores
distribuidos en 11 poblados, con una superficie total de 285 hectáreas (704 acres). La empresa cuenta
con una sección de extensión y una de inspección local (interna), centros de acopio de producto,
instalaciones de proceso y las secciones de exportación y administración. Los agricultores están
organizados en comités por población. Los principales productos son té verde, té negro, té
aromatizado, té de hierbas, especias y café.
Inversiones
Bio Foods ha organizado cursos de capacitación sobre la fertilidad del suelo, la protección vegetal,
preparación de compost, sistemas de control interno, control de la calidad para el comercio justo y
programas de ahorro. Todos los productos son orgánicos certificados, por SKAL, Naturland, IMO o
JAS, dependiendo del país importador y de los requerimientos del comprador. Los costos de
certificación son cubiertos por Bio Foods, quienes además son dueños de la certificación. Sin embargo,
la asociación de pequeños agricultores orgánicos (SOFA) reembolsa a Bio Foods el importe de la
certificación de sus miembros. Los productores de té de Bio Foods están registrados también por FLO
y parte de éste se vende conforme a las condiciones del comercio justo. En tal caso, el comprador tiene
una licencia de un miembro de FLO para la venta de productos del comercio justo. Se ha informado
que los periodos de conversión e instalación del sistema de control interno de agricultores por grupo
varían de uno a cinco años. Un obstáculo significativo ha sido los diferentes requerimientos de cada
organismo de certificación en lo que se refiere a la estructura y al funcionamiento del sistema de
control interno.
Economía de la granja
Se tienen informes de que la prima del té de hoja verde es del 100 por ciento (éstas pueden incluir la
prima por comercio justo). Las especias orgánicas han obtenido primas de un 10 a un 30 por ciento.
Bio Foods también proporciona otros beneficios a las sociedades agrícolas en sus poblaciones, como
el aprovisionamiento de materiales para techos, sillas, ganado, insumos para suelos, unidades de
cuidados maternales y edificaciones para la educación de los hijos, así como programas de crédito. A
pesar de estos resultados positivos para los pequeños productores, Bio Foods tiene dudas en cuanto a
la sostenibilidad de la compañía en el largo plazo. Ha sido difícil encontrar compradores dispuestos a
firmar contratos con precios o volúmenes de producto garantidos. Sin embargo, ellos continúan
comprando toda la materia prima certificada a los agricultores; el producto elaborado y terminado se
almacena hasta encontrar un comprador. Algunos agricultores de Sri Lanka han renunciado a la
agricultura orgánica por lo inestable de los precios y de la demanda. Al garantizarles la compra de sus
productos, Bio Foods asegura que los agricultores continúen cumpliendo con las normas orgánicas.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
57
6.2 ANÁLISIS Y CONCLUSIONES DE LOS CASOS DE CULTIVOS ORGÁNICOS
Analizando los casos aquí referidos, queda claro que los agricultores tradicionales que utilizan bajos
insumos pueden esperar incrementos en la productividad si utilizan métodos agrícolas orgánicos. No
obstante, los rendimientos más altos vienen acompañados por costos de producción también mayores,
principalmente de la mano de obra. En particular se mencionó con frecuencia que la introducción de
nuevos métodos de conservación de suelos, tales como las terrazas y la preparación de fertilizantes
orgánicos, incrementaban la demanda total de mano de obra. Es de esperarse que si anteriormente los
suelos fueron explotados excesivamente, los requerimientos de mano de obra serán más altos.
En general, la prima orgánica recibida cubre los costos adicionales de producción y certificación y
resulta en una ganancia neta mayor. En los casos donde anteriormente se utilizaban bajos insumos, el
incremento en la productividad podría en sí mismo compensar el efecto de los altos costos de
producción, sin necesidad de acceder al mercado de primas a través de la certificación.
Debe hacerse notar que en muchos de los casos citados, los períodos acostumbrados de tres años para
la conversión fueron acortados o suprimidos completamente, gracias a que el organismo de
certificación encontró evidencias satisfactorias de poco o ningún uso de insumos químicos en el
pasado. Esta es una ventaja importante que conduce a la recuperación más rápida de la inversión y
reduce el riesgo de la disminución de las primas por el tiempo requerido para obtener la certificación.
No obstante, Kidd, Tulip y Walaga (2001) observaron una tendencia creciente en la certificación para
los mercados de exportación a aplicar las mismas normas que en Europa, donde existe una menor
flexibilidad para acortar o suprimir los períodos de conversión.
En los pocos casos citados de conversión a partir de sistemas de altos insumos, se observó que el
rendimiento inicial se reduce y posteriormente se recupera hasta niveles ligeramente inferiores a los de
los rendimientos convencionales originales, y algunas veces hasta ligeramente superiores. Los efectos
sobre los costos de producción por hectárea han sido diversos (más bajos, similares y superiores). En
estos casos, dado el alto costo de la inversión inicial y la disminución en los rendimientos, es esencial
acceder a los mercados de primas que generalmente requieren certificación.
En todos los casos, la recuperación de la inversión en agricultura orgánica ocurre sólo en el largo plazo,
particularmente en métodos de conservación de suelos y en conversiones a partir de situaciones de
altos insumos. No es probable que tanto arrendatarios como aparceros, que carezcan de la garantía de
un acceso continuo a la tierra, puedan realizar esta inversión. Damiani entrevistó (2001a) a un
productor, quien describió dichas inversiones a largo término como sigue:
«Habría sido imposible para mí producir hortalizas orgánicas si no fuera yo el propietario de la tierra.
Cualquiera puede alquilar una parcela para cultivar repollo o tomate con fertilizantes y plaguicidas
durante un solo año, pero se tiene que esperar varios años para ver el fruto de un nuevo cultivo orgánico.
Se trabaja mucho y con bajo rendimiento de la inversión en el primer año, pero la tierra se mejora año tras
año gracias a los abonos orgánicos y a la rotación de cultivos, y luego la productividad mejora
constantemente. No tiene ningún sentido hacer todo este esfuerzo durante un año y en los siguientes dejar
que otros reciban los beneficios».
Otra característica importante de muchos de los casos es la certificación en grupo que involucra un
sistema de control interno. Muchos autores observaron que era importante reducir los costos de
certificación. Dicha certificación en grupo ha sido obtenida de dos maneras: primero, a través de las
asociaciones de agricultores, en las que ellos participan directamente en la toma de decisiones y
supervisión. En tales casos el certificado es propiedad de la asociación. En muchos de estos ejemplos
los costos de la certificación fueron un subsidio de agencias donantes. Generalmente los subsidios
decrecen después de la etapa inicial. Segundo: en Uganda se tiene un ejemplo de la segunda manera,
según la cual el exportador organiza el proceso y paga la certificación. Kidd, Tulip y Walaga (2001)
argumentan que, aunque esto tiene la desventaja de no permitir a los agricultores vender a otros
compradores de productos orgánicos (pero sí se les permite vender a cualquier comprador
convencional) la opción es preferible en donde no existen organizaciones de productores o que éstas
58 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
son débiles. En general, dada la importancia de la certificación en grupo para pequeños productores, la
falta de claridad del estatus de la certificación en grupo con respeto al reglamento de la Unión Europea
(y posiblemente también de NOP y JAS) es vista como una barrera para el desarrollo ulterior de las
exportaciones orgánicas de pequeños agricultores.
Se observó con frecuencia que los requisitos de calidad para el nuevo mercado orgánico eran más altos
que para el anterior mercado convencional. Esto es fácil de comprender en aquellos casos en que el
estatus orgánico posibilitaba ventas en un segmento de categoría superior, lejos de los mercados o
agentes mayoristas (por ejemplo las hortalizas en El Salvador o el café en Brasil y Guatemala). El caso
opuesto ocurrió con los mangos en el Perú, donde la conversión a la agricultura orgánica permitió
hacer ventas al sector menos exigente de las plantas elaboradoras de pulpa de mango. En el caso del
azúcar de Argentina, el elaborador orgánico solicitó un producto más limpio. En la República
Dominicana, los precios con primas aparentemente no justificaron las inversiones necesarias para
mejorar significativamente la calidad del banano orgánico cultivado por los pequeños productores, por
lo que cada vez es más difícil para ellos competir en el hoy día exigente mercado orgánico
internacional.
6.3 COMERCIO JUSTO
Debido a que las iniciativas de comercio justo empezaron teniendo una perspectiva clara de desarrollo,
además de los beneficios obtenidos a través del acceso al mercado y a los precios con primas, muchos
grupos de productores también han recibido asistencia técnica.
En el cuadro 6 se ofrece un resumen de los estudios de casos revisados. Algunas de las cooperativas de
productores de café que se incluyen en este capítulo también son orgánicas certificadas.
BANANO DEL COMERCIO JUSTO DE VOLTA RIVER ESTATES LTD., GHANA
Basado en los informes de Blowfield y Gallat, sin fecha, y Budu, en la FAO, 2001.
Historia y organización
El grupo de productores Volta River Estates Limited (VREL) fue fundado en 1988 y fue el primer
productor de banano orgánico de Ghana. La operación fracasó en 1990 como resultado de la
infestación con la enfermedad de la Sigatoka Negra. En 1993 se volvieron a iniciar actividades en 140
hectáreas y con 23 trabajadores. VREL comenzó a exportar nuevamente en 1994 con su propio sello
Ghanapack, y sólo entonces descubrieron que tenían que pagar los derechos de acceso al mercado de
la Unión Europea. Esto, junto con una antigua disputa por problemas laborales y limítrofes en sus dos
plantas iniciales, puso a VREL al borde de la bancarrota. En 1996 estableció contacto con la ONG
holandesa Solidaridad y la fundación Max Havelaar. En ese tiempo estas organizaciones estaban
promoviendo el sello Oké para banano orgánico en los Países Bajos, pero no pudieron obtener
licencias de importación para el banano de América Latina. VREL fue aceptado como proveedor
registrado en comercio justo. En 1997 VREL exportó 3 700 toneladas de banano, y hacia el fin de año
tenía 280 hectáreas cultivadas, había resuelto sus problemas laborales y daba empleo a 3 900 personas.
Los bananos se venden a Agrofair, un importador autorizado de productos del comercio justo de los
Países Bajos. El 50 por ciento de Agrofair es propiedad de los productores que venden en comercio
justo incluyendo a VREL. El otro 50 por ciento es propiedad de Solidaridad y una compañía de
maduración de bananos. Agrofair vende los bananos en los Países Bajos.
Inversiones
VREL tiene dificultades para establecerse en el comercio justo de Suiza debido a problemas de calidad,
que fueron a su vez el resultado de problemas relacionados con los embarques. Esto ocasionó que
vendiera un 20 por ciento de los bananos en el mercado local, donde sólo se obtiene el 30 por ciento
del precio de exportación. Hasta enero de 2003, existían diferentes sellos en los diversos países del
mercado de bananos, y VREL tuvo problemas para encontrar el sello adecuado para sus productos.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
59
Puesto que no se usan herbicidas, VREL mantiene una proporción alta de trabajadores por hectárea
(3:1 en comparación con 1:1 en muchas plantaciones). Tampoco se usan bolsas impregnadas de
plaguicidas. El Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Ghana que representa a los trabajadores de
VREL (de acuerdo con las leyes de Ghana todos los trabajadores de las plantaciones deben afiliarse a
este sindicato), aprobó un acuerdo de negociación colectiva a principios de 1998, el cual incluía un
plan de seis años para el pago de incrementos a los salarios, así como un procedimiento de quejas.
VREL proporciona capacitación informal. En 1999, las posiciones claves en la empresa aún estaban en
manos de directivos expatriados (desde antes del registro con FLO), pero hay un número creciente de
ghaneses en cargos de responsabilidad. Los trabajadores conocen el comercio justo y VREL está
publicando folletos en la lengua local para explicarlo con más detalle.
4. Costa Rica,
COOCAFÉ
(incluye a
9 cooperativas)
5. México,
UCIRI
también orgánico
6. México,
Café Mam,
también orgánico
7. Tanzania,
4 cooperativas
3. Bolivia,
comercio justo
y/u orgánico
+47% (incluye costos por
cosecha más altos debido
a mayores rendimientos)
Los mismos
1 300
Unión Kagera:
40 000
Más altos
? costos más altos de
mano de obra,
especialmente para
orgánicos
A nivel del productor: ?
Cooperativas: más altos
A nivel del productor: sin
cambios.
En la cooperativa: costos
fijos menores
Más altos
Costo de producción
4 800
Cada una tiene
de 140 a 530
miembros
30 000
900
trabajadores
1. Ghana,
Banano de VREL
2. Ghana,
Kuapa Kokoo
Número de
agricultores
Caso
El mismo
+30–50%
+100% en
promedio
Similar
? similar
Sin cambio
?
Rendimiento
Prima de comercio justo sobre el 5 al 10% de las
ventas totales; usada para proyectos
45% en 2000 y 65% en 2001.
Primas orgánicas y de comercio justo
CAFÉ
+136% (comercio justo orgánico, 14% de las ventas)
+113% (comercio justo, 7% de las ventas)
+44% (orgánico, 40% de las ventas)
(cifras para 2000)
Precio al productor en la cooperativa Sarapiquí :
+25% a +60%
Cooperativas retienen el 30% de la prima
FRUTAS Y HORTALIZAS
Mucho más alta (en el mercado local 30 por ciento del
precio de exportación)
CACAO
+8% en 1998
+100% en 2000.
Prima recibida por un 2-5 % de las ventas totales
Precio con Prima
Ingreso familiar
+30% incremento en
promedio
Similar
A nivel del
productor: más alta;
En cooperativa: más
alta
?
Más alta
?
Ganancia neta
Observaciones
ISMAM calcula una prima promedio para
sus ventas de comercio justo, orgánico y
convencional.
Beneficios a nivel de cooperativa : competir
con comerciantes privados
Los productores también se beneficiaron de
los mejores servicios de sus cooperativas.
Problemas de organización. No todas las
cooperativas acceden a los mercados de
nicho
Efecto principal a través del desarrollo de
una compañía exportadora de agricultores
viable.
Sin comercio justo no tiene acceso al
mercado de la UE.
Cuadro 6 - Resumen de datos financieros de los estudios de casos de organizaciones de productores registradas en el comercio justo
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
61
Economía de la granja
La producción y las exportaciones han sido variables. Las exportaciones aumentaron en 1998 a casi
5 000 toneladas pero en 1999 cayeron a 3 290 y en 2001 ascendieron a 5 000. VREL inició una nueva
plantación de banano orgánico en 2002. Agrofair informó que los niveles de producción habían bajado
en 2003 debido a la conversión de toda el área a orgánicos (Agrofair, 2003). Agrofair puede financiar
los pedidos con préstamos que obtiene de un banco holandés de desarrollo. VREL también necesita
prefinanciar las licencias de importación a la Unión Europea, que pueden alcanzar un monto de un
millón de dólares EE.UU. al año, o un valor aproximado al 50 por ciento del precio CIF. Las primas
del comercio justo han sido absorbidas en un gran porcentaje por las licencias, con el resultado de que
no pudieron ser usadas para mejoras sociales y ambientales.
El precio mínimo de comercio justo para bananos es establecido por FLO a partir del cálculo de los
costos de producción. Para Ghana éstos fueron de 8,5 dólares EE.UU./caja, lo cual es 1,25 dólares
EE.UU. más alto que para los productores latinoamericanos del comercio justo. En determinadas
épocas del año hubo exceso de oferta de bananos de comercio justo y Agrofair vendió parte de la
producción al mercado convencional o en Europa del Este, en ocasiones a precios por debajo de los
costos de producción. Como parte del movimiento de comercio justo, VREL ha tenido acceso a
créditos blandos para expansión, con tasas de interés bajas, como el 2 por ciento, mientras que las
tasas de interés comerciales en Ghana eran de casi un 50 por ciento
Beneficios para los trabajadores
VREL ha creado alrededor de 900 empleos permanentes, dando preferencia a la población local. Sin
embargo, las dos primeras explotaciones agrícolas fueron establecidas en tierras que anteriormente
habían sido usadas por pequeños productores. Aunque en un principio dichos productores tuvieron
preferencia en ser integrados a la fuerza laboral, hoy día la mayoría de trabajadores vienen de otras
comunidades. Debido a que parte de la tierra no había estado en producción, puede asumirse que las
oportunidades de subsistencia se han incrementado en la región. Blowfield y Gallat (sin fecha)
informaron que los salarios eran superiores al mínimo nacional, pero no significativamente diferentes
al salario diario prevalente en la región. Budu (en FAO, 2001) informó que el ingreso familiar de los
trabajadores de VREL era significativamente más alto que los ingresos familiares en otras partes de
Ghana.
Un Fondo de Solidaridad benefició a los trabajadores con alimentos básicos a precios reducidos y
créditos sin tasas de interés. Las horas extras de trabajo se pagaron a precios aprobados por la OIT.
VREL proporcionó botas y ropa de protección, e instaló un centro de salud en cada localidad. A los
trabajadores también se les reembolsan los gastos de tratamientos hospitalarios. Una cuarta parte del
valor de VREL pasó a manos de los trabajadores y es administrada por el Fondo de Solidaridad. No
obstante, los trabajadores no se beneficiaron realmente de esta participación debido a que la compañía
aún no tenía ganancias en 1997. Los trabajadores entrevistados dijeron que preferían el empleo en
VREL que depender de los pequeños agricultores o del trabajo zafral.
CACAO ‘DIVINE’ DE KUAPA KOKOO, GHANA
Basado en los informes de Bayley, Mavrotas y Nyanteng, 2000; Mayoux, 2000; y Tiffen, 2002.
Historia y organización
En el momento en que el mercado de cacao de Ghana estaba siendo liberalizado, los precios del
mercado mundial cayeron a nuevos niveles inferiores. Teniendo en cuanta las nuevas circunstancias, a
los agricultores les pareció conveniente organizar sus propias cooperativas de compradores y exportar
directamente. La compañía de sociedad anónima Kuapa Kokoo (que significa productor de buen
cacao) – KKL - se formó en 1993 como una empresa de propiedad de los productores. Su base está
constituida por sociedades primarias de pueblos o comunidades, cuyos miembros están representados
en los niveles directivos. TWIN (del Reino Unido) ofreció asesoría operativa y financiera y un crédito
62 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
para la puesta en marcha. La Organización de los Países Bajos para el desarrollo, SNV (Países Bajos)
proporcionó capacitación en las propias comunidades de productores para los comités y el personal de
contabilidad. En un lapso de tres años, la compañía había crecido de 2 000 a 8 500 productores, y en
2000 KKL tenía alrededor de 30 000 miembros organizados en 462 sociedades aldeanas. KKL ganó
prestigio por su honestidad (respetando la balanza de pesos) y confiabilidad (los cheques no son
devueltos). Desde 1996 no hay personal extranjero en los grupos de gestión o en las estructuras
formales. Sin embargo, TWIN y SNV fueron cruciales en la fase de arranque, facilitando el
conocimiento de la mercadotecnia internacional del cacao de alta calidad y dando credibilidad a KKL.
Inversiones
KKL también formó por separado una compañía fiduciaria de agricultores, operada por productores
elegidos y asesores ghaneses seleccionados, y financiada con donativos, utilidades y primas sociales
del comercio justo. En 1968 TWIN, el sindicato Kuapa Kokoo y Body Shop se agruparon para crear
una compañía de riesgo compartido llamada Day Chocolate Company (DCC), para lanzar al mercado
la barra de chocolate Divine, en los supermercados del Reino Unido. A pesar de que el mercado de
chocolate en el Reino Unido es muy competitivo, puesto que los tres mayores productores de
chocolate disfrutan de los beneficios de sus marcas comerciales establecidas desde hace mucho tiempo
y de grandes presupuestos para la promoción, el chocolate Divine ha tenido bastante éxito. Bayley,
Mavrotas y Nyanteng calculan que la compañía recibe un precio con prima de comercio justo al
menudeo del 44 por ciento por barra.
Del mismo modo, en 1998 se establecieron dos programas crediticios: uno de crédito rotativo para las
mujeres de Kuapa Kokoo, financiado por donaciones de diversos contribuyentes, y otro de ahorro y
crédito para los productores de Kuapa Kokoo, el cual opera mediante contribuciones individuales en
efectivo o en especie, y que es administrado por contribuyentes elegidos y ejecutivos de la asociación.
Economía de la granja
El impacto del comercio justo en Ghana coincidió con la liberalización general del mercado del cacao.
La compañía Produce Buying Company, antigua compradora monopolista, perdió presencia en el
mercado a favor de las LBC (Licensed Buying Companies), las nuevas compañías compradoras
autorizadas por licencia de las cuales Kuapa Kokoo es una integrante. El mercado aún está regulado
por un precio mínimo al productor, que tiene en cuenta los costos de producción. Las LBC continúan
vendiéndole al Cocobod (consejo ghanés de cacao). Las LBC obtienen un margen de ganancia
estimado en un 15 por ciento por encima del precio al productor y a los costos previstos. La política
gubernamental ha sido la de incrementar gradualmente el precio al productor (mediante la reducción
de impuestos gubernamentales) y entre 1993 y 1998 subieron los precios reales al productor
convencional, a pesar de que caían los precios internacionales.
Cocobod ha instituido un arreglo especial para el mercado del comercio justo. Todo el cacao
proveniente de la KKL está identificado, y cuando un importador de comercio justo hace un pedido,
Cocobod se asegura de que se le suministre con cacao de KKL. Entonces Cocobod recibe el importe
de la venta a precios del mercado, mientras que la prima de comercio justo se paga a la compañía
fiduciaria de productores de Kuapa Kokoo. Inicialmente, las ventas de comercio justo alcanzaban el
15 por ciento de las ventas totales de KKL, pero debido al incremento del volumen global, éstas
decayeron hasta el 2 por ciento. La pregunta es si la empresa KKL hubiera podido ser tan exitosa sin
el mercado del comercio justo.
No obstante, KKL es la única compañía compradora de propiedad de los productores. Las LBC tienen
agentes compradores, mientras que KKL se vale de los comités ejecutivos de las sociedades
comunitarias para acopiar el cacao, lo que resulta en bajos costos fijos. Los miembros de los comités
ejecutivos de las sociedades primarias reciben capacitación y se benefician de una pequeña comisión
por bulto vendido. Los bajos costos fijos permiten el pago de una prima modesta del 1 por ciento por
encima del precio de garantía del gobierno, un bono anual que depende de las utilidades, y una
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
63
aportación de 400 cedis (moneda ghanesa) por bulto a la sociedad comunitaria para el desarrollo de las
cooperativas. La prima del comercio justo se usa para financiar proyectos comunitarios a través del
consorcio de agricultores.
Otros beneficios
El consorcio de agricultores ha patrocinado programas de salud, becas escolares y la construcción de
escuelas y pozos de agua de uso doméstico. Esto significa que los beneficios se extienden más allá de
los miembros de la organización Kuapa Kokoo, quienes constituyen entre un 7 y un 10 por ciento de
las poblaciones de tamaño mediano. Debe decirse que otras LBC han desarrollado proyectos similares.
Complementando el programa de crédito a las mujeres, KKL aspira a reforzar su participación a través
de acciones afirmativas ya que el cacao es visto en general como un cultivo masculino a causa de la
estructura de propiedad de la tierra. Tanto el personal directivo como los miembros de la junta se
benefician del fomento de la capacitación y de la publicidad en los mercados internacionales a través
de nexos con la empresa DCC.
CAFÉ DEL COMERCIO JUSTO EN BOLIVIA
Basado en el informe de Eberhart y Chauveau, 2002.
Historia y organización
Bolivia perdió sus mercados internacionales del café a pesar de su potencial para producir café arábica
de alta calidad en grandes alturas. El comercio del café estaba dominado por intermediarios que
pagaban un precio uniforme al productor que no brindaba incentivos para mejorar la calidad. Como
resultado, el café ha estado sujeto a una penalización de entre el 20 y el 30 por ciento del precio de
referencia en la bolsa de productos de Nueva York. En 1991, con la ayuda del CICDA (Centro
Internacional de Cooperación para el Desarrollo Agrícola de Francia), diez cooperativas fundaron la
Federación de Cafetaleros Exportadores de Bolivia (FECAFEB). Las primeras misiones de la
Fundación Max Havelaar habían prometido ayudarlos en la comercialización. FECAFEB tuvo que
representar a los productores organizados de café y dar asistencia técnica y facilitar crédito.
Debido a que la organización era aún débil, la fundación Max Havelaar decidió no registrar a la
FECAFEB y en su lugar registró a tres de las cooperativas más estables: CORACA Irupana,
CENCOOP y COAINE. CORACA ha sido apoyada por la ONG boliviana Qhana, y ha desarrollado
una relación de largo plazo con la ATO Oxfam Bélgica, su único destino de exportación. COAINE
pareció ser la única organización con capacidad emprendedora de negociar con importadores privados,
pasando a ser la proveedora de la mayor parte del café del comercio justo. Entre 1992 y 1998,
COAINE experimentó un crecimiento acelerado. Con ayuda de las ONG se organizó y se registró a
nuevos y más pequeños grupos que canalizaron su café a través de COAINE.
La mayor parte del café se entrega en consignación; la cooperativa misma no compra el café sino que
funciona sólo como un canal para la exportación y a los agricultores se les paga posteriormente. Por
ello la mayoría de los productores venden parte de su café a comerciantes que pagan de inmediato,
ajustando los precios diariamente. Si los precios del mercado son altos, ello puede provocar que la
cooperativa no tenga las existencias necesarias y deje de cumplir con los contratos de compra. En
1998, surgió un conflicto en COAINE involucrando al gerente. En el mismo año, en el control de FLO,
se observó falta de transparencia y la venta de café de grupos no registrados ostentando el sello de
comercio justo de FLO. Acto seguido FLO suspendió el registro de COAINE, pero lo volvió a
registrar una vez que el gerente fuera reemplazado.
64 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Inversiones
Las inversiones fueron principalmente en estructuras organizativas y mejoras de la calidad.
Adicionalmente, un proyecto del DED (servicio alemán de cooperación) y cooperativas de la
FECAFEB promovió la certificación orgánica, y en 2002 fueron certificados casi 1 300 agricultores de
18 cooperativas. Las mejoras en la calidad se han integrado ahora a los métodos orgánicos. Las
inversiones para la conversión a la certificación orgánica fueron para la preparación de compost
(especialmente en los viveros) y la instalación de barreras contra la erosión.
Economía de la granja
En 2000, el comercio justo y el orgánico alcanzaron el 61 por ciento de las ventas totales de las
cooperativas (orgánicos el 40 por ciento; comercio justo el 7 por ciento; orgánicos del comercio justo
el 14 por ciento). No obstante, de las 16 organizaciones registradas, 6 no exportaron en comercio justo.
En las épocas de precios altos en el mercado (1994 y 1995), el precio de comercio justo fue similar o
ligeramente superior a los precios convencionales del mercado boliviano, pero en 2000 y 2001 el
precio del mercado mundial fue muy bajo y las primas muy altas. Comparadas con los precios
convencionales recibidos por las mismas cooperativas, las primas en el año 2000 estuvieron entre el 21
y el 97 por ciento para orgánicos; el 106 y el 123 por ciento para el comercio justo y entre el 109 y el
195 por ciento para orgánicos de comercio justo. En el año 2001 las primas fueron aun superiores.
Estas primas tan altas fueron incentivos para compensar el precio mínimo establecido por FLO.
Ciertos importadores pidieron a las cooperativas venderles varios contenedores de café no etiquetado
por debajo del precio del mercado, a cambio de un contenedor de comercio justo. Para FLO es casi
imposible evitar esta práctica en la que se paga el precio mínimo de comercio justo por el contenedor
etiquetado, pero donde no tiene autoridad para controlar los contenedores no etiquetados. Por supuesto,
las ATO no se valen de tales prácticas pues no comercializan café convencional.
La Asamblea General de las cooperativas decide cómo usar el dinero adicional recibido por las primas
del comercio justo, que casi siempre se distribuye entre los productores. Sin embargo, son las
comunidades las que generalmente deciden realizar inversiones comunitarias con las aportaciones que
entrega cada familia. El efecto más importante del comercio justo ha sido la mejora de la calidad del
producto. El producto de más alta calidad también se vende actualmente en los mercados
convencionales de buena calidad, librándose de la penalización por baja calidad impuesta sobre
Bolivia. Sólo tres de los importadores privados han otorgado financiamiento anticipado, aunque puede
ser que éste no haya sido solicitado. Una de las ATO lo propuso pero las cooperativas optaron por no
aceptarlo. No existen contratos de largo plazo para el café convencional de baja calidad. En contraste,
las ATO y los importadores privados más pequeños de «café de origen» sí establecen relaciones
duraderas con los productores.
Resultados organizativos
La FECAFEB ha tenido un éxito relativo canalizando un 40 por ciento del café de las cooperativas,
ello gracias al hecho de que la gerente de COAINE también lo era de FECAFEB. Después de los
conflictos en COAINE, ella comenzó a operar como agente privado y muchos de los compradores,
incluyendo a aquellos de café etiquetado como comercio justo, siguieron negociando con ella. Como
resultado FECAFEB entró en una crisis que no se resolvió hasta que se llegara a un acuerdo con el
antiguo gerente en 2001. A pesar de que FLO estuvo promoviendo la compra directa a las
cooperativas, los importadores privados de productos etiquetados del comercio justo prefirieron
continuar comprando a través de intermediarios.
En Bolivia no se ha observado un gran impacto sobre la transparencia en el ámbito de las
organizaciones de productores. Esto puede atribuirse en parte al bajo nivel de educación de los
productores y también a que el sistema ha sido demasiado flexible. Sólo en el caso de una disfunción
seria como la que se menciona arriba la organización involucrada fue eliminada de la lista de
agremiados. El resultado parece ser mejor cuando las ATO compran el café, debido a que ellas visitan
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
65
a los productores regularmente. Al final, el sello orgánico con su identificación individual más estricta
ha contribuido a una nueva institucionalización de las organizaciones, con derechos y obligaciones
más estrictos.
En los grupos más pequeños, el gerente elegido ha tenido que abandonar (parcialmente) sus propias
actividades productivas sin compensación. Esto necesariamente conduce a una alta rotación de
gestores en el año, quienes adolecen casi siempre de inexperiencia en el manejo de grandes sumas de
dinero, que alcanzan los 200 000 dólares EE.UU./año. Con frecuencia se toman las decisiones más
importantes por consenso, con la desventaja de que puede tomar varios días para acordar una reunión,
lo cual no se adapta a las expectativas de los importadores de obtener respuestas rápidas.
CAFÉ DEL COMERCIO JUSTO DE COOCAFÉ, COSTA RICA
Basado en el informe de Ronchi , 2002.
Historia y organización
En 1996 los agricultores en pequeña escala dominaban la producción de café en Costa Rica, donde el
92 por ciento de productores tiene fincas de menos de 5 ha. Hasta mediados de los años noventa, la
mayoría de las cooperativas eran miembros de la Federación de Cooperativas de Caficultores RL
(FEDECOOP). En 1988 seis cooperativas habían fundado una asociación de exportadores llamada
Consorcio de Cooperativas de Caficultores de Guanacaste y Montes de Oro RL (Coocafé). Uno de sus
miembros, la cooperativa Cerro Azul de muy pequeño tamaño, mantenía una relación de trabajo con la
ATO S.O.S Wereldhandel (hoy Fair Trade Organisatie). En 1989 Coocafé empezó a exportar café del
comercio justo. La mayoría de las cooperativas se asociaron y en el momento de recibir información
para este documento, Coocafé contaba con nueve miembros. A partir de 1992 Coocafé también
comenzó a exportar su primera marca comercial de café tostado y actualmente vende tres marcas: Café
Paz (a los Estados Unidos y a los mercados del comercio justo del Japón), Café Forestal y Café
Auténtico. Todas las exportaciones se hicieron a través de FEDECOOP hasta que en 1997 se
estableció la propia filial exportadora de Coocafé. En el mismo año FLO estableció y formuló las
normas del café y los mecanismos para fijar su precio.
Economía de la granja
El estudio no analizó ni costos ni rendimientos. No obstante, menciona la plantación de árboles de
sombra (costo adicional) y un uso menor de plaguicidas y herbicidas (ahorros). De 1993 a 1998, en
promedio, el 52 por ciento de los volúmenes exportados llegó a los mercados de comercio justo.
Coocafé paga a los productores sobre la base del precio diferencial normal de Nueva York. De las
utilidades adicionales derivadas de las ventas del comercio justo (ya sea por un nivel más alto en el
precio mínimo del comercio justo o por la prima) el 70 por ciento se divide entre los productores
primarios. Como resultado, los agricultores de la cooperativa Sarapiquí recibieron durante el período
de 1989 a 1995 un precio de liquidación superior de entre un 25 y un 60 por ciento, y un promedio de
ingresos, por ventas de café, más altos en un 39 por ciento en comparación con otros caficultores de la
región.
El otro 30 por ciento de utilidad adicional obtenida por el comercio justo es para el Fondo de capital
social y el Fondo de desarrollo, destinados a otorgar créditos a los productores y a hacer inversiones en
infraestructura para la producción de fertilizantes orgánicos y otras mejoras ambientales. En 1995 el
gobierno de Costa Rica decidió que todas las plantas de elaboración de café adoptaran el uso de
«tecnología limpia». Los costos de conversión de las cooperativas de Coocafé fueron de entre 38 000
y 70 000 dólares EE.UU., y los financiamientos provinieron del Fondo de capital social.
Adicionalmente, Coocafé paga el 13 por ciento de interés a las acciones de las cooperativas del Fondo,
y éstas pueden obtener financiamientos pagando el 3 por ciento de comisión a Coocafé. Las utilidades
por ventas de las tres marcas de café tostado contribuyen al Fondo de extensión educativa y a la
Fundación Café Forestal, que van a financiar proyectos ambientales.
66 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Ronchi (2002) observó que mientras una cuarta parte de las cooperativas de Costa Rica había
terminado operaciones en la década anterior, todas las cooperativas de Coocafé tenían proyectos de
adquisición de tierras para miembros con parcelas pequeñas, así como para los hijos de los miembros.
Ello sugiere que la rentabilidad del mercado de comercio justo induce a un incremento de la oferta.
Desarrollo organizativo
El comercio justo genera un beneficio indirecto para las cooperativas que consiste en que Coocafé las
representa en algunos organismos nacionales importantes. Sin embargo, el intercambio de información
con FLO podría mejorar. El único contacto que las cooperativas miembros pueden tener con FLO son
solicitudes sobre información de naturaleza confidencial, mientras que sufren por la falta de
reciprocidad en el intercambio de información. Ahora bien, dado que el informe que se discute aquí se
generó en 1999, puede que mediante la reestructuración de FLO se haya mejorado la transparencia.
Muchos productores tienen conocimientos limitados sobre el comercio justo. Al ser entrevistados
hablaron de obtener mejores precios y de los servicios de sus cooperativas, pero sin una idea clara del
papel que el comercio justo tiene en todo esto.
CAFÉ DE PEQUEÑOS PRODUCTORES DE UCIRI, MÉXICO
Basado en los informes de Pretty, Morison y Hine, 2003, y SAFE, 2001.
La Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo, UCIRI, fue organizada para reducir la
dependencia del crédito en el cultivo y la comercialización de café orgánico. El cultivo del café
orgánico exige mayor cantidad de mano de obra, principalmente para el control de la erosión, tales
como terrazas media-luna para cada cafeto. Antiguamente la pulpa del café se tiraba en arroyos o ríos,
ocasionando una alta contaminación de las aguas. Actualmente los productores devuelven la pulpa a
los campos después de convertirla en compost, junto con estiércol de ganado, cal y material verde de
plantación. Esto ha mejorado los rendimientos en de un 30 a 50 por ciento para una producción de
entre 600 a 1 200 kg/ha. La prima del comercio justo se emplea en particular para mejoras en las
escuelas. La UCIRI opera también algunas unidades de transporte público y sistemas de seguro
médico, además de ser propietaria de varias tiendas.
CAFÉ MAM DE GRAN ALTURA, ISMAM, MÉXICO
Basado en los informes de Damiani, 2001b y Mendoza Zazueta, [2001].
Historia y organización
La organización ISMAM, Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla San Isidro Labrador (ISMAM),
Chiapas, se conformó inicialmente de 200 agricultores indígenas en pequeña escala, orientada al
trabajo colectivo y a la comercialización. El café orgánico despertó el interés de compradores europeos,
e ISMAM entró en contacto con la UCIRI (véase el anterior caso) y con agencias de certificación. En
1993 ISMAM vendió la primera cosecha orgánica a través de la UCIRI, y un año más tarde comenzó a
exportar en forma directa. En el año 2001, ISMAM tenía 1 300 miembros, con una superficie total
certificada de 5 000 hectáreas, es decir, un promedio de 3,8 ha/productor.
Para realizar la inspección interna y elaborar la documentación, ISMAM creó un departamento de
certificación. Convirtió a los «grupos de trabajo colectivo» creados por la iglesia en comités locales
con una representación formal en ISMAM y con participación en el sistema de supervisión. Luego
pidió a cada comité local elegir a uno de sus miembros para que fuera capacitado y certificado como
promotor. El integrante elegido debía organizar reuniones y visitar a cada miembro al menos una vez
por mes y recopilar información como parte del sistema de supervisión.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
67
En 2001 las exportaciones llegaron casi a 2 900 toneladas. La organización contaba con el
reconocimiento de su marca registrada como gourmet «Café Mam», café de gran altura. ISMAM
adquirió una planta de tostado y empacado con capacidad de 2 toneladas/hora. Mendoza enfatiza el
hecho de que la planta había estado operando muy por debajo de su capacidad, y que había tenido que
competir con empresas transnacionales.
Inversiones
La iglesia jugó un papel determinante en el desarrollo de ISMAM. Uno de los sacerdotes se convirtió
en el asesor oficial de la organización. El programa gubernamental «Alianza para el Campo»
proporcionó subsidios de un 25 a un 50 por ciento a las inversiones de los productores individuales. A
partir de 1992 ISMAM recibió también recursos del Fondo Nacional de Empresas de Solidaridad
(FONAES), los cuales se usaron inicialmente para el equipamiento de la planta de almacenaje y
elaboración. Entre 1998 y 2001, FONAES financió la modernización de las instalaciones y
proporcionó crédito a los miembros de ISMAM. Adicionalmente, el Banco de Crédito Rural ha
financiado las operaciones de ISMAM por un período prolongado, incluyendo un crédito para la
ampliación de las plantas de elaboración, una línea de crédito rotatorio a tres años para la compra de
café a sus miembros y para créditos personales para los productores de ISMAM. En cuanto a los
créditos, ISMAM nunca ha tenido un caso de incumplimiento, en tanto que los créditos personales a
miembros individuales han tenido una tasa muy baja de incumplimientos, de sólo el 2 por ciento a
finales de 2001.
Economía de la granja
Los métodos tradicionales usados en la producción de café de sombra eran muy similares a los
métodos orgánicos. Los cambios más importantes son la aplicación de medidas de conservación de
suelos y la introducción de nuevas especies de árboles, lo que exige ante todo mano de obra para la
construcción de las terrazas. Los costos de producción por hectárea se incrementaron
considerablemente; alrededor de un 47 por ciento más que en la producción convencional de bajos
insumos, aunque el 46 por ciento de estos costos más altos se debió a la mayor productividad obtenida
(del 30 al 50 por ciento), con costos más altos de cosecha, elaboración y transporte. Si se comparan
con los costos de producción de agricultores en mayor escala que utilizan métodos convencionales de
altos insumos, los costos de producción de café orgánico fueron inferiores en un 11 por ciento para el
mismo rendimiento.
Entre 1993 y 2001 ISMAM obtuvo primas del mercado orgánico de entre el 30 y el 87 por ciento, y ha
vendido alrededor del 30 por ciento en comercio justo desde mediados de 1990, obteniendo así precios
aún mejores. Esto le permitió a ISMAM pagar a sus miembros un precio con prima del 45 por ciento
en promedio en 2000 y del 65 por ciento en 2001. Los productores pueden escoger si quieren recibir el
pago a la entrega o posteriormente (al remate) con la ventaja de que se recibe un precio más alto. Las
personas entrevistadas por Mendoza dijeron que la mayoría elegía la mitad de cada opción porque
necesitaban efectivo para cubrir pagos de mano de obra contratada para la cosecha. Mendoza estimó
asimismo que a través de ISMAM la media de los ingresos familiares se había incrementado en un 30
por ciento. La habilitación de un organismo local de certificación en la segunda mitad de los 90
(Certimex) contribuyó a disminuir los costos de certificación para los agricultores orgánicos en
México en general.
CAFÉ DE LAS COOPERATIVAS DE TANZANIA
Basado en el informe de Jones et al., 2000.
Antecedentes históricos
La intervención del gobierno en las cooperativas a finales de los años setenta y a principios de los años
ochenta derivó en una estructura de cooperativas altamente politizada. El fracaso de este enfoque llevó
en 1991 a la reintroducción de cooperativas que tuvieron una sólida base en sus miembros. Esto
68 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
coincidió con la adopción de políticas de liberalización del mercado de café y la entrada de los
comerciantes privados. La participación en el mercado de café de los comerciantes privados se
incrementó, de menos de un 10 por ciento en 1993/1994 a más del 70 por ciento en 1998/99. Había
entonces alrededor de 20 comerciantes privados, muchos de ellos filiales o agentes de compañías
multinacionales. El nuevo sistema de concesión de licencias requirió que los comerciantes pagaran la
totalidad del importe de sus compras contra la entrega de los productos. Esto obligó también a las
cooperativas a incrementar los montos de los anticipos y a abolir los créditos para insumos, porque no
tenían la seguridad de recibir el pago, puesto que los agricultores podrían escoger a otros compradores.
Como la mayoría de los productores han sido considerados como no fiables para obtener crédito por
los bancos, la falta de servicios financieros es un problema muy importante. La liberalización conlleva
a más competencia, y la proporción de los precios al remate transferidos a los productores creció del
50 por ciento en 1990/91 al 70 por ciento en 1998/99. Esto, aunado a niveles de precios más altos en el
mercado mundial en 1995-1997, tuvo como resultado precios más altos al productor, pero que en el
período 1999/2000 cayeron en un 50 por ciento.
Historia y organización
La Unión Cooperativa Kagera fue la primera cooperativa que vendió a través de los canales del
comercio justo (1990). Esta organización compró café robusta a cerca de 40 000 agricultores del
distrito de Kagera y vendió entre un 6 y un 10 por ciento como comercio justo. Al principio la
cooperativa también compró arábica de la KNCU (unión de cooperativas nativas de Kilimanjaro) y lo
vendió a los mercados del comercio justo. La operación no logró satisfacer a todos. En 1993 la unión
KNCU se registró y empezó a adquirir gradualmente el mercado de exportación del comercio justo.
KNCU contaba originalmente con 96 sociedades primarias. Los agricultores habían estado vendiendo
en forma creciente a los compradores privados y sólo la mitad de su café a la KNCU. De ello, entre el
10 y el 15 por ciento al comercio justo. La tercera cooperativa que vendió utilizando los canales del
comercio justo fue la Unión de cooperativas del distrito de Karagwe, pero en 1997 varios miembros
directivos fueron acusados de corrupción y la cooperativa fue suspendida del registro de FLO.
Después del nombramiento de un nuevo comité de gestión, la cooperativa fue readmitida en 1998.
Pero en esta ocasión sólo se compró una pequeña cantidad del café del distrito. La Cooperativa Kagera
introdujo la Unión de cooperativas Arusha a la Fundación Max Havelaar. En 1996 se exportó un
contenedor a los mercados del comercio justo, pero fueron incapaces de obtener créditos para una
financiación anticipada y sólo pudieron comprar cantidades limitadas de café. En 2000 nuevamente
fueron considerados como fiables para la obtención de crédito y esperan reiniciar las exportaciones y
ventas al comercio justo.
Economía de la granja
Debido a que la mayoría de las organizaciones e importadores del comercio justo negocian
directamente con las cooperativas, los agricultores individuales están vagamente enterados del
significado del comercio justo. Dado que sólo una pequeña parte se vende como comercio justo, el
precio con prima difícilmente altera el precio promedio recibido por los agricultores individuales,
además de que, en muchos casos, las primas no se pagan directamente sino que se destinan a proyectos.
Por ejemplo, la KNCU ha elegido un «comité de primas» que pide sugerencias a las sociedades
primarias para el uso de las primas. En tres años de operación, la prima se ha usado para la publicación
de un libro sobre ganado de calidad, un viaje de investigación para 50 miembros a Kenya e
intercambios de extensión entre los productores. Si los precios del mercado mundial suben, el café
arábica de Tanzania sube aún más, debido a las primas por calidad, y las organizaciones del comercio
justo tienen que esforzarse aún más para lograr comprar algo. A pesar del efecto directo, casi
insignificante sobre los ingresos, se informa que el precio mínimo del comercio justo ha incrementado
a su vez los precios del café convencional en un 3 por ciento en el momento en que las uniones
vuelven a comprar el café de sus miembros en el remate para satisfacer los pedidos del comercio justo.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
69
Desarrollo organizativo
Se informó que los beneficios más importantes del comercio justo eran el financiamiento anticipado,
el fomento de la capacidad y la simplificación del comercio. El financiamiento anticipado es
importante debido a que la incapacidad de igualar los pagos por adelantado que otorgan los
comerciantes privados, ha hecho que la mayoría de las cooperativas pierda su participación en los
mercados. No obstante, el financiamiento anticipado recibido de los canales del comercio justo es sólo
una pequeña parte del financiamiento total que requieren las cooperativas para comprar el café de sus
miembros. El comercio justo ha sido un factor significativo para el establecimiento en las cooperativas
de departamentos de exportación, que también han sido usados de manera limitada para exportar
directamente a los mercados convencionales, reduciendo la dependencia de los remates y aportando
conocimientos más amplios del mercado internacional del café.
6.4 LECCIONES APRENDIDAS DE LOS CASOS DEL COMERCIO JUSTO
En todos los casos que involucran a cooperativas de agricultores, es claro que la prima en el precio del
comercio justo es sólo una parte, y con frecuencia pequeña, de los beneficios totales derivados del
sistema. El éxito de la auto-gestión parece ser más importante, y se manifiesta en mejores posiciones
de negociación, mejor credibilidad para la obtención de crédito y economías de escala. El sistema de
comercio justo contribuye a lograr estos éxitos a través del fomento de la capacidad, de un mercado
inicial asegurado, de nexos con el mercado internacional y del aprendizaje en la práctica de la
exportación. Aún más, y al igual fue en los casos de comercio orgánico, el comercio justo contribuyó a
mejorar la calidad del producto.
En el análisis y de manera ideal, uno quisiera separar la contribución del sistema de mercadeo del
comercio justo de la contribución que dan las actividades adicionales de apoyo al desarrollo. Si los
beneficios se derivaran principalmente del sistema de mercadeo, sería deseable lograr un incremento
en el mercado de los productos del comercio justo. Si, por el contrario, los beneficios resultaran
principalmente de las actividades adicionales de apoyo, se podría también reproducir el enfoque de
estas actividades sin la necesidad del comercio justo. No obstante, parece que ambos se apoyan
mutuamente y están sumamente entrelazados.
Un motivo de preocupación para la evolución del comercio justo en el futuro es la ya comentada falta
de información entre los agricultores de grandes cooperativas. Se podrían tener dudas en relación con
la «democracia efectiva» de estas organizaciones y sospechar el surgimiento de una nueva «clase de
gestores». Esto no es malo per se, puesto que cualquier organización se beneficiaría de tener una
dirección profesional, mientras que ésta sea efectiva y democráticamente controlada por sus miembros.
Probablemente sea de importancia para la evolución a largo plazo la percepción por parte de los
consumidores de que pagar precios más elevados mejora directamente los ingresos de los agricultores.
Como puede concluirse de estos casos, esto no siempre es así. Esos consumidores tendrían que ser
convencidos de que el desarrollo de la capacidad organizativa de los grupos de agricultores y el crédito
y los proyectos educativos financiados por las primas están contribuyendo a lograr mejoras
permanentes en los niveles de vida de los agricultores.
Como se hizo notar en el capítulo 5, la oferta de los productores certificados por FLO es mucho mayor
que la demanda. Esta es una de las razones principales por las que las primas de comercio justo no
siempre mejoran directamente los ingresos de los productores. Con frecuencia un porcentaje bajo de la
producción total se vende en el mercado de comercio justo, por ejemplo, en los casos del café de
Tanzania y del cacao de Ghana. Se requiere una participación mayor en los mercados para poder tener
un impacto más directo en los ingresos.
70 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
En el caso del café orgánico de comercio justo el tema es diferente. Debido a que hay más controles
para la certificación individual, los agricultores son mucho más conscientes del etiquetado y de que las
primas por el comercio justo orgánico son significativas. UCIRI e ISMAM han logrado también
vender una parte importante de sus productos con sus propios sellos, por lo que sí ha habido un
impacto directo en los ingresos de los agricultores.
VREL es aquí el único ejemplo de situaciones en que se contrata mano de obra y no puede ser usado
como caso típico para sacar conclusiones generales. Sin el comercio justo VREL no habría obtenido
licencias de importación a la Unión Europea, así que el comercio justo salvó a VREL. Seguramente
será difícil repetirlo.
6.5 OTRAS NORMAS
Pocos estudios de casos documentados que contengan información sobre el impacto y los costos de
conformar con las otras normas analizadas en el capítulo 3. Algunos casos se resumen en los cuadros 8
a 10.
1
Número de
productores
Costo de producción
SAN: amortización de costos de inversión 1,5% de
los costos totales de producción.
Orgánica: amortización de costos del período de
conversión 1,3% de los costos totales.
Costos totales por ha. +9,7%
Precio con
prima
SAN: ninguna
Orgánica:
$EE.UU.0,42×pps)/caja(1)
Rendimiento
CÍTRICOS
SAN: similares
Orgánica: inicialmente un
-50%, después de 3 años
un -36%.
Muy variable,
dependiendo de los
precios
convencionales y de
orgánicos
Utilidad neta
160 + bodega
1 (finca)
1 (finca)
5 + viticultura
No. de
productores
Rendimiento
Viticultura: $EE.UU.2 918 (preparación), luego $EE.UU.38 491
anuales
Agricultor: $EE.UU.1 459 (preparación), luego de
$EE.UU.12 446 a $EE.UU.14 719 al año
$EE.UU.1 460 (preparación), luego $EE.UU.11 406 al año
Sin cambios
Sin cambios
VINO – SUDÁFRICA
Viticultura: $EE.UU.20 854 (sistema de gestión) $EE.UU.5 064
Sin cambios
(inversión inicial), luego $EE.UU.3 648 al año
Productor: 1,3% de los ingresos
$EE.UU.673 (preparación), luego $EE.UU.3 207 al año
Sin cambios
Costo de la conformidad
No
No
No
No
Precio
con prima
Ghana,
Proveedores
Blue Skies
Caso
18
Número de
productores
Los costos totales promedio fueron iguales.
- Los costos fijos se elevaron en un 7,8%
– Los costos variables disminuyeron
Costo de producción
Similar,
insignificativa alza en
las tasas de rechazos
PIÑA
Rendimiento
Ninguna.
(Mercado
garantizado)
Precio con
prima
En promedio +7,8%, no
significativo desde el punto de
vista estadístico, y con gran
variación
Utilidad neta
Observaciones
Sin datos de rendimientos
y utilidades
Sin datos de rendimientos
y utilidades
Sin datos de rendimientos
y utilidades
Sin datos de rendimientos
y utilidades
Observaciones
Los costos de capacitación, de
certificación y de análisis de
laboratorio a cargo del exportador
Viticultura: menor
Agricultor: mucho menor (¿bancarrota?)
Similar (los costos fueron 0,1% de los
ingresos
Similar (costos no gravosos)
Observaciones
SAN: incluye costos para el
desarrollo de la norma.
Orgánica: falta de investigación
inicial
Viticultura: similar (costos no gravosos)
Agricultor: menos1,3% de los ingresos
Utilidad neta
Cuadro 10 - Resumen de datos económicos de cultivos de un grupo de proveedores que aplicaron el estándar EurepGap
Cooperativa
Vredendal
Vinos Graham
Beck
Sonop Savisa
Fairview
SA8000
Caso
Cuadro 9 - Resumen de datos económicos de cultivos en granjas que aplicaron la norma SA8000 o el Código Básico de la ETI
NOTA: (1) pps = pound per solid (libra por sólido)
Costa Rica,
del Oro SAN
y orgánica
Caso
Cuadro 8 - Resumen de datos económicos de cultivos en una granja que aplicó el estándar SAN
72 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
NARANJAS DE CULTIVOS SOSTENIBLES EN COSTA RICA
Basado en informes de Andersen y Somaribas, 2003, y Peris Moll, 2003.
Historia y organización
Del Oro tenía una superficie total de 7 000 hectáreas de las cuales 3 000 estaban destinadas a la
producción de cítricos. El resto eran tierras boscosas. Del Oro era propiedad de la empresa
Commonwealth Development Corporation (actualmente conocida como CDC Group plc). Como se
trataba de una plantación joven, la producción anual crecía continuamente a medida que maduraban
los árboles, con un súbito impasse en 1998 y 1999 debido a El Niño. La compañía tenía cinco
plantaciones, todas certificadas con la norma ISO 14001. La colaboración con SAN empezó en 1996,
con el desarrollo de las normas SAN para la producción de cítricos y fueron certificadas a finales de
1997. La transición de una granja a la producción orgánica comenzó en 1998 y fue certificada como
orgánica en 2000. El análisis costo-beneficio se efectuó con los datos de cultivos de los años 2000/01
y 2001/02.
Inversiones para la certificación conforme a SAN
Se hicieron inversiones de infraestructura, incluyendo edificaciones, servicios sanitarios y galpones
para la maquinaria y los agroquímicos. Se elaboró un plan de reciclaje así como un programa de salud
ocupacional, que incluía la compra de equipo para la aplicación de plaguicidas. Al principio se
aplicaba el herbicida paraquat junto con los fertilizantes, por lo que el cambio de herbicida a uno
menos tóxico también significó una ronda extra de aplicación. Los costos totales anuales de aplicación
de la norma, incluyendo las horas-extras de trabajo alcanzaron los 47 850 dólares EE.UU.,
equivalentes a 16 dólares EE.UU./ha/año, lo que representó el 1,5 por ciento de los costos totales de
producción. Parte de estas inversiones tendrían que haber sido hechas posteriormente, debido a la
introducción de una nueva legislación o de una observación más estricta del cumplimiento de la ya
existente. De cualquier manera, los costos podrían haber sido diferentes, puesto que las normas SAN
tenían especificaciones más precisas.
Inversiones para la certificación orgánica
Al iniciar la conversión a orgánica en una de las plantaciones, Del Oro suspendió la entrega de
fertilizantes químicos, pero sin contar aun con un plan de manejo orgánico, lo que resultó en una
fuerte caída de la producción. Después de ocho meses se empezó conscientemente a aplicar abono
orgánico en forma de estiércol avícola, fertilizante foliar y encalado. Junto con un ligero incremento
en los costos para combatir malezas y controlar plagas, los costos totales para el período de transición
se calcularon en 1 484 dólares EE.UU./ha. Al ser anualizados, la amortización de estos costos de
transición alcanzó el 1,3 por ciento de los costos totales de producción.
Ayuda en relaciones públicas
En 1998 Del Oro llegó a un acuerdo con el parque vecino «Guanacaste Conservation Area» (ACG),
para transferir 1 200 hectáreas de las reservas de bosques al área de conservación en un período de 20
años. También se acordó que Del Oro pagaría por diversos beneficios derivados de la vecindad con el
área protegida, tales como el control natural de plagas y el agua limpia proveniente de los bosques. El
pago más importante al parque era por la biodegradación de 1 000 cargas de desechos de naranjas
transportados por camiones de la planta de jugo. Se planeó que los desechos serían depositados en
lugares seleccionados de antemano dentro del área de reserva, con la finalidad de regenerar suelos y en
particular, de deshacerse de la jaragua, hierba introducida de origen africano, que estaba abundando y
desplazando a la flora autóctona. El acuerdo entre Del Oro y el parque fue una gran noticia. Sin
embargo, los cúmulos de desechos podridos e infestados de moscas despertaron las críticas. Como
resultado, Del Oro ha gastado alrededor de 100 000 dólares EE.UU. en multas y en relaciones públicas
para defender el acuerdo, pero todo fue en vano. El secretariado de SAN apoyó públicamente a la
empresa durante este período, lo cual fue muy valorado, pero el acuerdo se canceló en 2000.
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
73
Economía de la granja
Después de lograr la certificación de SAN, Del Oro trató de vender jugo de naranja certificado con esa
etiqueta en los Estados Unidos y en Costa Rica, pero sin una buena respuesta de mercados porque se
cree que existía desconocimiento de la norma SAN por parte de los consumidores. Hoy Del Oro vende
el jugo como convencional mezclado con jugo de naranjas no certificadas que compran a productores
locales. Para los períodos 2000/01 y 2001/02 se hizo un análisis de los costos de producción y las
utilidades. Un aspecto destacado del análisis fue la aplicación de compost. Cuando no fue posible
degradar los desechos de naranja en ACG, éstos fueron convertidos en compost. Ello resultó en un
costo por aplicación de 2,50 dólares EE.UU./árbol, mientras que el precio de compost de buena
calidad en el mercado no rebasaba los 1 dólar EE.UU./árbol. Esta distorsión se agravó porque Del Oro
intentó usar el compost en plantaciones seleccionadas para elevar artificialmente los costos de
producción por motivos fiscales. Los costos del compost fueron omitidos completamente del análisis.
En 2002, los costos totales de producción para granjas certificadas bajo SAN fueron de 1 028 dólares
EE.UU./ha y de 1 128 dólares EE.UU. para certificación SAN orgánica, es decir, un 9,7 por ciento
más altos. Los costos variables antes de la cosecha fueron de 352 dólares EE.UU./ha y de 486 dólares
EE.UU./ha respectivamente, es decir, un 37 por ciento más altos para el cultivo orgánico. Los
rendimientos estuvieron en 24 toneladas/ha en promedio para las granjas certificadas como SAN, en
comparación con 15,5 toneladas/ha para las orgánicas (que en 2000 habían descendido a menos de 10
toneladas/ha). Como los rendimientos en las granjas orgánicas estaban aún en recuperación, se
esperaba que las diferencias entre uno y otro rendimiento se redujeran. También debe hacerse notar
que se eligió a una de las granjas con las peores cifras de operación para su conversión a manejo
orgánico. El precio con prima fue de 0,42 dólares EE.UU. x pps por caja (pps=pounds per solid, libra
por sólido) Esto produjo una utilidad neta para la granja orgánica de 573 dólares EE.UU./ha quedando
en el centro de la gama de utilidades de las otras cuatro granjas, que iban de 284 dólares EE.UU./ha a
878 dólares EE.UU./ha. Se esperaba que los rendimientos orgánicos mejoraran, pero el mercado
orgánico estaba empezando a saturarse y en la temporada 2002/03 parte de la producción orgánica
tuvo que venderse como convencional. Los costos de certificación SAN para el total de las
plantaciones de Del Oro fueron de 25 000 dólares EE.UU./año mientras que los costos de certificación
orgánica por dos organismos certificadores diferentes alcanzaron los 9 000 dólares EE.UU./año para
una sola granja.
Otros beneficios
La gerencia de la empresa aprendió mucho durante el desarrollo y la aplicación del estándar de SAN,
del mismo modo que durante el período de conversión a orgánico. Después de la certificación SAN, se
desmotivaron por el hecho de que SAN dejó de ofrecer asesoría para evitar conflictos de intereses
relacionados con su función certificadora.
VINO ÉTICO DE SUDÁFRICA
Basado en los informes de Collinson, 2001, y Ewert y Martin, 2002.
Historia y contexto
En los últimos diez años la industria vinícola de Sudáfrica ha estado enfrentando la desregulación, la
transición a la democracia, la ampliación de la legislación laboral en la agricultura y la apertura de
mercados internacionales. Para el sector de cooperativas fue difícil la adaptación debido a que hasta
entonces había estado protegido por precios mínimos, contingentes de siembra y ausencia de derechos
laborales, orientado todo ello a la producción de vinos blancos baratos. El sector de fincas y bodegas
privadas acogió los cambios y aprovechó las ventajas del mercado internacional, principalmente en el
Reino Unido. Visto en conjunto, la industria vinícola se expandió, pero el crecimiento del empleo no
ha sido mucho, debido al incremento en la productividad de la mano de obra (Ewert et al., 1998).
74 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Aunque el sistema no carecía de características de bienestar (por ejemplo: alojamiento gratuito),
muchos jornaleros trabajaban muchas horas por un pago muy reducido. Las nuevas leyes laborales
mejoraron las condiciones de trabajo, en especial las relativas al horario de trabajo, a las licencias y a
los despidos injustificados, pero también estimuló el uso de trabajo zafral.
Casi todas las granjas que adoptaron los códigos de conducta laboral y que tomaron parte en el estudio
sobre el costo de la conformidad con la norma proporcionaban condiciones aceptables de trabajo y
buenos salarios. Fairview es una empresa privada productora de vino, que procesa sus propias uvas y
las que compra a otros productores. El propietario tiene fama de ser uno de los mejores empleadores, y
en 1999 se decidió a obtener la certificación SA8000. Para cumplir con la norma, tuvo que imponer
estándares laborales a sus cinco proveedores de uvas. Por su parte, Graham Back Wines es una
empresa igualmente progresista e inusualmente grande que puede emplear a un gerente de recursos
humanos. Sonop Savisa ha sido propiedad de empresarios suizos desde 1992 y ha estado mejorando
constantemente el bienestar de los trabajadores, permitiéndoles poseer y manejar sus propias
residencias, instalaciones comunitarias y una pequeña área de viñedo. La cooperativa Vredendal
combinó una instalación vinícola con una empresa comercial mayorista. Tenía 160 agricultores
miembros en un área caracterizada por el bajo bienestar de los trabajadores. Aparte de Fairview, todas
las granjas y cooperativas participaron en la planta experimental piloto de vino ético ETI.
Metodología
Collinson (2001) estudió la aplicación de la norma y midió o estimó todos sus costos asociados. Los
costos fueron predicciones, pues ninguno de los participantes había terminado su etapa de supervisión
ni se había declarado como certificado. Como consecuencia, la autora tuvo que hacer muchas
suposiciones concernientes a la interpretación de la norma por aquellos que deberían verificarla,
especialmente en cuanto a lo que constituye una vivienda y salario «decentes». Además, la autora
supuso que todos los trabajadores tendrían salarios ajustados en una cantidad equivalente a la
diferencia entre el salario real previo a la conformidad del salario más bajo y el salario decente básico.
Los costos de verificación (inspección) del piloto ETI corrieron por cuenta de la ETI y sus
supermercados miembros, por lo que no se tomaron en cuenta.
El estudio de impacto de Nelson et al. (2002) involucró a cinco compañías en proceso de adopción de
los códigos, incluyendo a las cuatro implicadas en el estudio del costo de la conformidad, y se les
comparó con cinco compañías «similares» que no adoptaron los códigos. Los primeros indicadores de
impacto fueron identificados a través de discusiones focales en grupo con trabajadores y tres estudios
de casos de hogares de trabajadores. Para el estudio del impacto en sí, se entrevistó a un total de 161
trabajadores, 122 de ellos trabajando en plantaciones en proceso de adopción de los códigos (de los
cuales 63 eran permanentes) y 39 en granjas que no estaban adoptando los códigos (de los cuales 33
eran permanentes).
El costo de la conformidad
En el año previo a la certificación los costos de planificación del sistema de manejo de Fairview
alcanzaron los 20 850 dólares EE.UU. Los costos de la conformidad fueron inicialmente de 5 060
dólares EE.UU. y luego de 3 650 dólares EE.UU. anuales, principalmente para un almacén de
productos químicos y equipo de protección para los trabajadores. Los costos para los proveedores de
Fairview representaron el 1,3 por ciento del total de las ventas. Para Vinos Graham Back, los costos
estimados alcanzaron los 670 dólares EE.UU. para la preparación y 3 200 anuales en la operación,
principalmente para elevar los salarios del personal eventual. Se calculó que los costos de planeación
de Sonop Savisa fueron de 1 460 dólares EE.UU., después de lo cual la empresa habría gastado 11 400
dólares EE.UU. anuales para elevar los salarios de los trabajadores. Los costos de planificación de la
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
75
empresa vinícola Vredendal se calcularon en 2 920 dólares EE.UU., después de lo cual la empresa
vinícola hubiese tenido que gastar 38 490 dólares EE.UU. anualmente en salarios más altos y en la
amortización de un nuevo almacén de productos químicos. Un agricultor miembro de Vredendal
gastaría 1 460 dólares EE.UU. en la preparación, y posteriormente de 12 450 a 14 762 dólares EE.UU.
anualmente para realizar mejoras en las viviendas de los trabajadores.
A excepción de la cooperativa Vredendal, los costos en sí no habrían sido un gran problema ya que
ellos estarían entre el 0,1 por ciento y el 1,3 por ciento de las ventas. Sin embargo, para la empresa
vinícola los costos reducirían la utilidad en forma drástica y para el agricultor miembro serían tan altos,
que eventualmente los podrían llevar a la bancarrota. Las mejoras en la vivienda de los trabajadores
necesarias para cumplir con las directrices de la ETI (tal como lo interpreta la autora) sólo pueden
realizarse lentamente para asegurar que los trabajadores no pierdan su trabajo.
Impacto y beneficios
La identificación por parte de los trabajadores de necesidades prioritarias reveló que éstos coinciden
con los aspectos centrales de las disposiciones de los códigos (alojamiento, salarios, y buen trato en
general). Necesidades tales como el empleo y la seguridad laboral, la capacitación continua y la
información sobre la operación de la empresa no están consideradas en el código, mientras que otras
relativas a asuntos locales sí lo están. También se observó que ciertos asuntos que están previstos en el
código, tales como la salud y la seguridad en el lugar del trabajo, la libertad de asociación, el trabajo
de niños y el horario de trabajo, no fueron identificados como aspectos importantes.
El estudio de impacto reveló que las compañías que adoptan los códigos exportan en promedio un
mayor porcentaje de su vino y obtienen utilidades más altas que las empresas que no forman parte del
proceso. Es importante hacer notar que la mayoría de las empresas en el primer caso probablemente
decidieron aplicar el código debido a que ya estaban enfocando los asuntos sociales. La razón
principal dada por los directivos para adoptar el código fue la simplificación del acceso a mercados
específicos.
Todos los administradores de empresas en proceso de adopción del código sabían a qué se refería éste,
y sólo tres administradores de empresas no adoptantes sabían de su existencia, aunque no tenían un
conocimiento detallado de su contenido. Casi la mitad de los empleados de las plantaciones adoptantes
había oído del código de buenas prácticas, pero sólo 8 de ellos tenían un conocimiento más amplio de
él.
Una compañía había experimentado los beneficios de las relaciones públicas porque se la había usado
como ejemplo en presentaciones. La granja cooperativa veía a la ETI como una tercera parte neutral
que podía introducir cambios en las condiciones laborales, al tiempo que protegía a la dirección de
convertirse en el blanco de conflictos entre miembros. Los acuerdos laborales siempre habían sido
considerados como sacrosantos por los productores y no como asuntos de la dirección de la
cooperativa. Inmediatamente después de suscribir el proyecto piloto de ETI, los miembros de la
cooperativa habían introducido contratos escritos y mejorado las prácticas de salud y seguridad, y
habían puesto en marcha un programa para mejorar la disponibilidad de viviendas.
Una compañía había puesto fin a la discriminación de género; otra no volvió a permitir el trabajo de
menores en la granja, aún cuando esto siempre había sido una decisión voluntaria. Una tercera granja
había elevado el nivel de la reglamentación de la higiene y la seguridad. Los directores notaron que
algunos asuntos sociales, especialmente los problemas domésticos de los empleados no estaban
previstos en el código. Como la mayoría de los trabajadores permanentes viven en la granja estos
problemas no se constriñen únicamente al ámbito doméstico.
76 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Cuando se compara la posición de los trabajadores de compañías adoptantes del código con la de las
no adoptantes, los primeros constituyen una fuerza laboral más educada, ya que más trabajadores han
sido enviados a cursos de capacitación. Las compañías no adoptantes proveyeron a un 15 por ciento de
sus trabajadores con bebidas alcohólicas (anteriormente era común pagar parcialmente con raciones de
alcohol), frente a sólo un 3,5 por ciento de los trabajadores de empresas adoptantes del código. Las
condiciones en el empleo fueron considerablemente más favorables en las granjas adoptantes, es decir,
hubo un mayor número de contratos por escrito, más provisión de prendas protectoras, subsidios para
tratamientos de salud y educación sobre el VIH y el SIDA. En las granjas adoptantes, el 87,5 por
ciento de los empleados comentaron tener representados sus intereses por un comité de trabajadores,
mientras que en las empresas no adoptantes sólo el 15 por ciento estaba representado. En contraste, la
calidad de miembro de los sindicatos de trabajadores era cinco veces más alta en las compañías no
adoptantes. Se concluyó que los trabajadores de las empresas adoptantes estaban en una mejor
situación, pero que esto era debido principalmente a una política de responsabilidad social existente
antes de la aplicación del código.
PIÑAS DE GHANA CON CERTIFICACIÓN EUREPGAP
Basado en el informe de Foli Gogoe, 2003.
Historia y organización
La piña es actualmente el cultivo no tradicional de exportación de Ghana con las mayores expectativas
de utilidad económica. El valor de las exportaciones ascendió a un 37,5 por ciento entre 1997 y 2001,
para alcanzar los 13,2 millones de dólares EE.UU. Ello a pesar de que un exportador reportó que el
precio había caído entre 1993 y 1998 de 0,65 a 0,45 dólares EE.UU./kg. El uso de agroquímicos
consiste en aplicaciones puntuales siguiendo las recomendaciones que dio un consultor a principios de
los años noventa. Existen 60 exportadores registrados en Ghana, de los cuales 9 proveen alrededor de
un 72 por ciento del total de las exportaciones. De este total, el 45 por ciento se obtiene de granjas de
pequeños agricultores, ya sean productores externos, individuales o asociaciones de grupos (la
mayoría asociados más con propósitos de capacitación que para el mercadeo). El financiamiento local
ha sido siempre una limitante. En 2001 las tasas de interés fluctuaron entre 50 y 60 por ciento,
combinándose con una inflación de dos dígitos. Cuando se puso en marcha el protocolo de EurepGap,
Blue Skies fue uno de los primeros elaboradores-exportadores en desarrollo. Los agricultores prefieren
vender a Blue Skies porque ésta ofrece el mejor precio, paga semanalmente y tiene programas de
capacitación. Sin embargo, las desventajas de Blue Skies son los altos porcentajes de rechazos, una
menor transparencia en el pesaje y un acceso no preferencial al crédito.
Inversiones
El protocolo de EurepGap tiene 250 puntos de control; la mitad de los criterios se refieren al uso de
productos químicos durante el ciclo productivo y el tratamiento poscosecha. Para el proceso de
certificación en EurepGap, Blue Skies opera como una organización de mercadeo o PMO (Producer
Marketing Organization). Se gastaron casi 51 000 libras esterlinas en la realización de todo el proceso.
Inicialmente 36 agricultores estaban dispuestos a someterse al proceso en dos grupos de 18
productores. Un grupo fue seleccionado por su capacidad de ofrecer un aprovisionamiento consistente
y cumplir con los requerimientos de calidad. El tamaño de las granjas variaba entre 2 y 800 hectáreas.
Blue Skies pagaba tres precios diferentes, dependiendo de la consistencia en el abastecimiento, de la
calidad y de la habilidad negociadora del proveedor (se observó una correlación positiva entre tamaño
y precio). Los agricultores fueron capacitados durante un período de dos años por el personal del área
agronómica de la compañía, quienes habían sido a su vez capacitados por un consultor extranjero en la
aplicación del protocolo de EurepGap. La lista de verificación de EurepGap tenía que adaptarse para
que fuese pertinente al contexto de Ghana y se informó a las autoridades correspondientes. Los
productores enfrentaron altos costos iniciales para construir y rehabilitar infraestructura como
sanitarios y baños, almacén de productos químicos, recintos y oficinas. Algunos productores ya tenían
cierta infraestructura e invirtieron menos dinero (especialmente aquellos con granjas más grandes que
también eran exportadores de piña fresca entera). Alrededor de una quinta parte de los productores
Evaluación del impacto de la certificación social y ambiental
77
obtuvieron créditos bancarios para las inversiones iniciales. En casos especiales Blue Skies incrementó
los pedidos a fin de mejorar la situación financiera de los productores y permitirles cubrir el costo de
la infraestructura. Como resultado del estándar de EurepGap, Blue Skies adoptó otro tipo de herbicida
(menos tóxico) y reguló las cantidades de uso. Antes de EurepGap, algunos agricultores usaban un
nematicida con clasificación 1b por la OMS, y que ya dejó de usarse.
Economía de la granja
Se recolectaron datos sobre los costos de producción antes y después de la aplicación del estándar
EurepGap usando un enfoque participativo. Los resultados mostraron un incremento del 7,8 por ciento
en las utilidades. No obstante, la diferencia no fue significativa porque hubo grandes variaciones entre
los agricultores. Los costos totales de producción en promedio se mantuvieron iguales, pero la
estructura presupuestaria cambió. En promedio, los costos totales se incrementaron en un 7,8 por
ciento, principalmente debido al incremento significativo en la depreciación de las construcciones.
Esto fue compensado por una disminución de los costos variables. En entrevistas a los agricultores,
éstos informaron de grandes ahorros en agroquímicos, pero los resultados del estudio mostraron que
éstos fueron muy modestos en realidad (en promedio el 5,4 por ciento en control de malezas, el 9,4 por
ciento por uso de fertilizantes y un incremento en los costos de los plaguicidas debido a precios más
altos). Los costos de cosecha disminuyeron debido a un menor uso de etefón para la maduración. Blue
Skies trató de evitar completamente el uso de este insumo, pero ello conllevó a un nivel más alto de
rechazos porque los productores no siempre podían determinar el momento preciso para la cosecha.
En consecuencia Blue Skies decidió establecer de manera voluntaria el programa de maduración
natural. Los productores enfrentaron costos adicionales por la eliminación de las plantas madres
inmediatamente después del fin de su vida útil, antes de abandonar el barbecho y así prevenir la
proliferación de enfermedades en el terreno. Los beneficios potenciales de esto sólo serían percibidos
en años posteriores, lo que podría representar una reducción de los costos de plaguicidas. Los costos
de mano de obra se incrementaron debido a la introducción de programas de pensión para los
trabajadores y mejor asistencia médica. Otros costos relativos a la aplicación del estándar EurepGap
fueron absorbidos por Blue Skies, como la capacitación y los análisis de suelos y agua, y los costos de
certificación e inspección. Un efecto indirecto de la certificación EurepGap fue el incremento
promedio del tamaño de las parcelas, debido a que ahora los productores certificados contaban con un
mercado garantizado por Blue Skies.
Otros beneficios y efectos
El sistema de contabilidad fue de inmenso valor para el 80 por ciento de los agricultores que no
llevaban un registro adecuado de sus operaciones. Otros efectos adicionales del estándar EurepGap
consistieron en que los productores y los trabajadores pasaron más tiempo en las granjas, gracias a las
comodidades adicionales como ser lugares sombreados, agua potable y servicios sanitarios, lo que
permitió una mejor supervisión de las tareas. Los agricultores estaban orgullosos de que su granja se
viese limpia y tanto ellos como los trabajadores mejoraron sus conocimientos sobre el manejo de
agroquímicos. Los agroquímicos se almacenaban ahora adecuadamente y se usaba ropa de protección,
medidas que redujeron los riesgos inherentes al uso de agroquímicos.
6.6 DEBATE
Es difícil obtener conclusiones generales de los estudios de caso porque sólo hay un ejemplo para cada
norma o estándar. No obstante, Del Oro es plenamente representativo de la aplicación del estándar
SAN, habida cuenta de que no se involucra ningún precio con prima o etiqueta y que después de la
aplicación del estándar la situación se ha mantenido estable.
De los casos sobre la viticultura, es evidente que el costo de la conformidad con la norma SA8000 y el
estándar de la ETI depende mucho de la situación inicial y de la exacta interpretación que se le dé a
éste. Los costos de la conformidad cambian severamente si se especifican de manera diferente el
salario decente o las condiciones de la vivienda de los trabajadores.
78 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
En Sudáfrica no sorprende que los requerimientos de las normas sólo hayan coincidido parcialmente
con las prioridades de los trabajadores. En primer lugar, algunas normas son estándares que las
compañías sudafricanas cumplen por defecto, por ejemplo no hay casos de trabajo forzoso. En
segundo lugar, algunas de las prioridades de los trabajadores pueden ser difíciles de transformar en
normas, como la seguridad laboral y las necesidades relativas a la esfera doméstica. Tercero, los
códigos son internacionales y las prioridades de los trabajadores pueden diferir de país en país. Cuarto,
algunos problemas pueden formularse de diferentes maneras. Por ejemplo, la reglamentación salarial
puede estar basada en salario suficientemente elevado que elimine la necesidad de que el trabajo
infantil aporte a la economía familiar, aun cuando éste puede no ser mencionado como un asunto
prioritario.
Blue Skies debería ser considerada como un caso especial por la forma en que aplicó el estándar
EurepGap. El consultor externo normalmente trabaja sobre la aplicación de normas orgánicas, y este
hecho podría haber influido en la interpretación del estándar EurepGap. En este caso, Blue Skies
garantizó un mercado a los productores que sirvió como incentivo para su aplicación. Igualmente debe
decirse que los minoristas que promueven el estándar pedirán en última instancia el estándar
EurepGap como un prerrequisito, pero no están dispuestos o no son capaces de garantizar un mercado
para proveedores certificados. Sólo unos pocos proveedores han obtenido la certificación y podrían
usarla para sacar una cierta ventaja sobre sus competidores. No obstante, con el correr del tiempo se
espera que esta ventaja se desgaste a medida que más y más proveedores obtengan la certificación.
Antes de efectuar inversiones para cumplir con los requisitos de la certificación, los productores
querrán consultar a sus compradores si el estándar EurepGap les dará alguna ventaja en el mercado.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
79
7. LA OMC Y LAS NORMAS SOCIALES Y AMBIENTALES, LA
CERTIFICACIÓN Y EL ETIQUETADO
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD
Las opiniones expresadas en este capítulo son exclusivamente responsabilidad de la autora y de
ninguna manera constituyen la postura oficial de la FAO.
7.1 INTRODUCCIÓN
Los programas de certificación social y ambiental y de etiquetado utilizan los incentivos del mercado
para promover mejoras administrativas por encima del mínimo nivel requerido por ley, para
implementar leyes cuyo cumplimiento sería difícil de lograr por otros medios, o para sugerir un marco
allí donde no existan leyes formales. A menudo estos programas hacen referencia a tratados o
convenios internacionales y, a veces, son traducidos a normas verificables que son implementadas
directamente, tanto por los productores como por los comerciantes.
El papel complementario de estas iniciativas al marco reglamentario (inter)gubernamental, y el éxito
de algunas de ellos en apropiarse de un segmento substancial del mercado, han desatado una serie de
debates sobre el grado en el cual dichas iniciativas están sujetas a las disposiciones de la OMC, y si las
quebrantan o no. El presente capítulo examina los aspectos jurídicos de las normas sociales y
ambientales y de los programas voluntarios de certificación y etiquetado en la agricultura, conforme al
GATT/ la OMC.
Todas las transcripciones literales de los textos (OMC, 1994) de la OMC y los informes del grupo
especial para la solución de diferencias, se encuentran en letras itálicas. Las disposiciones que
aparecen en escritura romana son un resumen del texto o una interpretación de la autora.
7.2 PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA OMC
La OMC es la única organización internacional que se ocupa de las reglas de comercio entre las
naciones. Su razón de ser son acuerdos, negociados y firmados por la mayoría de las naciones del
mundo, y que fueron ratificados por sus parlamentos. Su función central es la de garantizar que el
comercio fluya de la manera más calma, predecible y libre que sea posible. La OMC fue establecida
en 1995 y actualmente cuenta con 130 miembros. Es la sucesora del Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio (GATT). El Acuerdo del GATT de 1994 es ahora el principal acuerdo de la
OMC para el comercio de productos. El sistema motiva a los países a resolver sus diferencias
mediante la consulta. Si ello falla, las partes pueden seguir un procedimiento gradual, que incluye la
posibilidad de un dictamen por un grupo de expertos, y la oportunidad de apelar en contra de su
decisión (OMC, 2002a).
ARTÍCULOS I Y III DEL GATT: APLICACIÓN NO DISCRIMINATORIA DE PRODUCTOS
SIMILARES
Los Artículos I y III de GATT son los principios básicos de la OMC y abogan por la no
discriminación comercial.
El Artículo I que lleva el título de Trato general de la nación más favorecida, establece:
1. Con respecto a los derechos de aduana y cargas de cualquier clase [...], con respecto a
los métodos de exacción de tales derechos y cargas, con respecto a todos los reglamentos y
formalidades relativos a las importaciones y exportaciones, cualquier ventaja, favor,
privilegio o inmunidad concedido por una parte contratante a un producto originario de
80 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
otro país o destinado a él, será concedido inmediata e incondicionalmente a todo producto
similar originario de los territorios de todas las demás partes contratantes o a ellos
destinado.
El Artículo III lleva como título Trato nacional en materia de tributación y de reglamentación
interiores, e incluye lo siguiente:
1. [...] los impuestos y otras cargas interiores, así como las leyes, reglamentos y
prescripciones que afecten a la venta, la oferta para la venta, la compra, el transporte, la
distribución o el uso de productos, [...] no deberían aplicarse a los productos importados o
nacionales de manera que se proteja la producción nacional.
4. Los productos del territorio de toda parte contratante importados en el territorio de
cualquier otra parte contratante no deberán recibir un trato menos favorable que el
concedido a los productos similares de origen nacional, en lo concerniente a cualquier ley,
reglamento o prescripción que afecte a la venta, la oferta para la venta, la compra, el
transporte, la distribución y el uso de estos productos en el mercado interior.
El principio de la nación más favorecida (NMF) en su párrafo 1, significa que los miembros de la
OMC están obligados a tratar los productos de un país de una manera no menos favorable que los
productos similares de otros países. El principio de trato nacional (TN) (§ III), indica que una vez que
los productos hayan entrado al mercado éstos no pueden ser tratados menos favorablemente que los
productos similares de origen nacional (adaptado de la FAO, 2000: 103-104).
El término productos similares ha sido definido en grupos especiales como aquellos productos que
cuenten con características y uso final iguales o parecidos. Esto dio origen a un debate acerca de los
Métodos de Producción y Procedimiento (MPP). La OMC le permite a los países adoptar medidas de
comercio que regulen las características de los productos o de los procesos relacionados y los métodos
de producción, pero no permite restricciones de comercio sobre la base MPP no relacionados (o sea,
MPP no relacionados con las características del producto como la calidad o la inocuidad de un
producto) (según FAO, 2001: 60-63).
En el informe de 1991 del grupo especial que examinó el caso atún-delfines (GATT, 1991), se
interpretan los principios de NMF y TN para las reglas de etiquetado relativas a los MPP. Aunque el
informe nunca fue adoptado, es uno de los pocos realizados por un grupo especial sobre etiquetado de
MPP, que ha abierto las puertas a otras interpretaciones y continúa teniendo gran aceptación (Appleton,
1997: 145). El informe sostiene que:
«Las disposiciones de etiquetado del Acta de Información al Consumidor sobre la
Protección a los Delfines (DPCIA, siglas en inglés [C14] ) no restringen la venta de
productos de atún; esos productos pueden venderse libremente con o sin la etiqueta
«Dolphin Safe» (delfines a salvo) [...] las disposiciones que rigen el derecho de acceso a la
etiqueta [deben cumplir] las prescripciones del Artículo 1:1».
De esta manera el informe manifiesta que, siempre y cuando el etiquetado sea voluntario, el etiquetado
sobre la base de los MPP no relacionados está permitido conforme al GATT, porque no restringe el
comercio. El derecho al uso de la etiqueta no fue considerado como una ventaja otorgada por el
gobierno – cualquier ventaja dependería de la posibilidad que tuvieran los consumidores de elegir
libremente. No obstante, los criterios de certificación y etiquetado deberían ser aplicados de manera no
discriminatoria a todos los solicitantes.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
81
El informe del grupo de expertos también aclaró que el Artículo I del GATT era pertinente a tales
esquemas de etiquetado. Pero fue menos claro en cuanto al Artículo III. Appleton estima que no es
seguro que el Artículo III esté dirigido a los esquemas voluntarios, puesto que puede que no existan
regulaciones o reglamentos en el sentido del Artículo III.1. Y aunque existiesen, no es seguro que se
considere que afectaran la venta interna, la oferta para la venta, la compra, el transporte, la
distribución y uso de productos, debido a su naturaleza voluntaria (Appleton, 1997: 153). Ello debe
determinarse caso por caso.
ARTÍCULO XX DEL GATT: EXCEPCIONES GENERALES
En los casos donde las normas, la certificación o los esquemas de etiquetado causaran una violación al
Artículo I o al III, igualmente podrían cumplir con las reglas del GATT, siempre cuando fuera
aplicable una de las Excepciones Generales del Artículo XX. Tales excepciones no deben aplicarse de
manera arbitraria o ser injustificadamente discriminatorias entre países donde imperan las mismas
condiciones.
He aquí algunas de las excepciones más pertinentes del Artículo XX del GATT:
... ninguna disposición del presente Acuerdo será interpretada en el sentido de impedir que
toda parte contratante adopte o aplique las medidas:
(a) necesarias para proteger la moral pública;
(b) necesarias para proteger la salud y la vida de las personas, de los animales y de las
plantas;
...
(d) [...] relativas a la protección de patentes, marcas de fábrica y derechos de autor y de
reproducción, y a la prevención de prácticas que puedan inducir a error;
...
(g) relativas a la conservación de los recursos naturales agotables, a condición de que tales
medidas se apliquen conjuntamente con restricciones a la producción o al consumo
nacionales.
7.3 EL ACUERDO SOBRE OBSTÁCULOS TÉCNICOS AL COMERCIO
El GATT se ha vuelto un acuerdo central de la OMC y se aplica en todos los casos. También se han
negociado acuerdos específicos que tratan determinados aspectos de comercio. El Acuerdo sobre
Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) es el más pertinente a las normas y los programas de
certificación. El OTC aplica los principios de NMF y TN a los reglamentos técnicos y a las prácticas
para el establecimiento de normas, y a los procedimientos de evaluación de la conformidad. Se debe
tener en cuenta que el OTC está por encima del GATT en la jerarquía de Acuerdos de la OMC11.
7.3.1 Definiciones de los reglamentos y normas
La interpretación de los términos y sus definiciones, conforme a su inclusión en el Anexo 1 del OTC,
es crucial para entender otras disposiciones del OTC, y ha ocasionado muchos debates. Esta sección
examina las definiciones de los reglamentos y normas, y si éstos abarcan las normas ambientales y
sociales y los programas de certificación. El OTC establece reglas diferentes para reglamento o para
norma, así que es necesario determinar si un estándar o programa de certificación queda incluido en
uno u otro dentro del contexto del OTC.
11
Esto significa que, en caso de que hubiera conflicto con las disposiciones del GATT, se impone el Acuerdo OTC (Appleton, 1997:87, 91).
Appleton se basa en Roessler, 1995.
82 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Las definiciones
El Anexo 1 del OTC estipula que [acentuado por la autora]:
Reglamento técnico: documento en el que se establecen las características de un producto o
de los procesos y métodos de producción con ellas relacionados,… y cuya observancia es
obligatoria. También puede incluir prescripciones en materia de terminología, símbolos,
embalaje, marcado o etiquetado aplicables a un producto, proceso o método de producción.
Norma: documento aprobado por una institución reconocida, que prevé, para un uso
común y repetido, reglas, directrices o características para los productos o los procesos y
métodos de producción conexos o para servicios o métodos de operación conexos, y cuya
observancia no es obligatoria. También puede incluir prescripciones en materia de
terminología, símbolos, embalaje, marcado o etiquetado aplicables a un producto, proceso
o método de producción.
Nota explicativa: […] Las normas elaboradas por la comunidad internacional de normalización
se basan en el consenso. El presente Acuerdo abarca asimismo documentos que no están basados
en un consenso.
Debe observarse que aunque la mayoría de los debates que se dan a continuación se enfocan en casos
de certificación o etiquetado, las definiciones también incluyen algunas reglamentaciones y normas no
asociadas con declaraciones sobre el contenido o etiquetas.
¿De carácter obligatorio o voluntario?
El cumplimiento con los reglamentos nacionales para la agricultura orgánica y etiquetado de productos
orgánicos sólo es obligatorio si se ha escogido etiquetar a un producto como orgánico. Por lo que se
podría argüir que el cumplimiento es voluntario, el cual no obstante es obligatorio si los productos
orgánicos son considerados como pertenecientes a una categoría de productos específica. En el
documento presentado al Comité OTC y el Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA) en Suiza
en 2001, se cuestionó la justificación de una distinción entre las normas y reglamentos obligatorios y
voluntarios, argumentando que si un estándar tiene como efecto la segregación del mercado, la
conformidad con la norma se vuelve obligatoria, para el productor que desea acceder a un nuevo
segmento del mercado (OMC, 2001a). Algunos países están de acuerdo en que a veces los esquemas
voluntarios pueden crear incertidumbre por su naturaleza voluntaria u obligatoria, o que los programas
voluntarios pueden tener una relación con la competitividad o percepción y con la elección que hacen
los consumidores. Muchos Miembros optaron por no considerar éste un tema de (re)negociación,
opinando que no había necesidad de elaborar documentos explicatorios, aunque estuvieron dispuestos
a debatir más sobre el tema para lograr un mejor entendimiento (OMC, 2001b, 2001g).
La notificación por la Unión Europea en febrero de 2001 de un borrador de reglamento sobre las
importaciones de productos orgánicos (OMC, 2001c) significa que, probablemente, la EU lo consideró
como un reglamento técnico de carácter obligatorio en el sentido de OTC.
Etiquetado MPP no relacionado
Las normas sociales, laborales y generalmente también las ambientales pertenecen a los MPP que no
afectan las características finales de un producto. En el Comité OTC se ha debatido si el etiquetado de
un proceso no relacionado con el producto, y los métodos de producción (los MPP no relacionados),
estaban cubiertos por las definiciones de los reglamentos o las normas. Algunos países piensan que
ello no está claro porque la primera frase de cada definición habla de los MPP relacionados, pero en la
segunda, sobre etiquetado, se omite la palabra «relacionado» (OMC, 2001a). Otros piensan que los
MPP no relacionados no fueron objeto de una disposición. A algunos países les preocupó la
proliferación de los requisitos del etiquetado para los MPP no relacionados.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
83
Suiza observó que este asunto se complica más porque en la práctica puede ser difícil decidir si una
etiqueta da la información sobre los MPP relacionados o no relacionados. Por ejemplo: una gran
cantidad de zanahorias producidas orgánicamente contiene en promedio menos residuos de
plaguicidas que las convencionales, pero cuando se compara una sola zanahoria orgánica con la
convencional, puede que no se establezca una diferencia obvia. Por lo tanto no queda claro si las
etiquetas orgánicas dan información sobre los MPP relacionados (afectando al mismo producto) o
sobre los MPP no relacionados (OMC, 2001a).
Appleton advierte que durante las negociaciones, la segunda frase no fue tratada como una disposición
aislada. Por lo tanto argumenta que el etiquetado MPP no relacionado no está abarcado por el OTC. El
trato que se le dará a los programas que conciernen tanto a los MPP relacionados como los no
relacionados tiene que establecerse en la práctica. Una posibilidad sería que los Miembros apliquen el
OTC a las normas relacionadas con el producto, y el GATT a las normas no relacionadas con el
mismo (Appleton, 1997: 93-94, 124)12.
Normas ONG
Una peculiaridad del OTC es que define una norma como un documento aprobado por una institución
reconocida sin definir la frase «institución reconocida». Webb argumenta que puesto que se usa la
palabra «aprobado», «institución reconocida» puede querer decir el organismo que crea las normas,
pero que puede también significar otro organismo que le dé aplicación a éstos (Webb y Morrison,
2002). Sin embargo, en la mayoría de la literatura se sobreentiende que las normas elaboradas por las
ONG (al menos aquellos relacionados con las características de los productos) están incluidas en la
definición sobre normas del OTC.
ARTÍCULO 4: ELABORACIÓN, ADOPCIÓN Y APLICACIÓN DE NORMAS
Del análisis anterior se puede concluir que las normas ambientales voluntarias caen bajo la definición
de «norma» del OTC, al menos para aquellas relacionadas con el producto. El OTC no se aplicaría a
las normas laborales, que sólo incumben a requisitos no ligados a las características finales del
producto. En cuanto a los programas de certificación y etiquetado que hacen referencia a dichas
normas laborales, dependería de si la segunda frase de la definición de norma, se lee como una
disposición aislada o no.
Dado que el OTC es aplicable, por lo menos en parte, a las iniciativas que establecen las normas
ambientales y laborales y de certificación, resulta útil examinar los requisitos para las normas en el
OTC.
El Artículo 4 del OTC dice:
Los Miembros se asegurarán de que las instituciones de su gobierno central con
actividades de normalización acepten y cumplan el Código de Buena Conducta para la
Elaboración, Adopción y Aplicación de Normas (denominado en el presente Acuerdo
«Código de Buena Conducta») que figura en el Anexo 3 del presente Acuerdo. También
tomarán las medidas razonables que estén a su alcance para lograr que las instituciones
públicas locales y las instituciones no gubernamentales con actividades de normalización
existentes en su territorio, así como las instituciones regionales con actividades de
normalización de las que sean miembros ellos mismos o una o varias instituciones de su
territorio, acepten y cumplan el Código de Buena Conducta. Además, los Miembros no
adoptarán medidas que tengan por efecto obligar o alentar directa o indirectamente a
dichas instituciones con actividades de normalización a actuar de manera incompatible con
el Código de Buena Conducta. Las obligaciones de los Miembros con respecto al
12
Appleton cita al señor Eglin, Director del OTC y de la División Medio Ambiente durante la Ronda Uruguay de negociaciones sobre la
interpretación de la segunda frase de las definiciones.
84 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
cumplimiento de las disposiciones del Código de Buena Conducta por las instituciones con
actividades de normalización se aplicarán con independencia de que una institución con
actividades de normalización haya aceptado o no el Código de Buena Conducta.
La definición incluye normas de las ONG, pero a éstas no se las puede cuestionar directamente ante la
OMC. La OMC sólo puede regular la acción emprendida por los gobiernos. En el evento de una
disputa, pueden surgir preguntas en cuanto a si un miembro ha tomado «medidas razonables» que
aseguren que dichas ONG cumplen con el Código de Buena Conducta. Un lenguaje análogo, que se
encuentra en la solicitud que hace el GATT a los países para que tomen tales medidas razonables que
estén a su alcance, ha sido interpretado por los grupos especiales como una exigencia a los gobiernos
para que se sirvan de todas las medidas constitucionales con que cuentan. Existen una preocupación y
un debate constante sobre lo que el término «constitucionalmente al alcance» exactamente requiere de
los gobiernos (según FAO, 2001: 60-63).
Al mismo tiempo las ONG, como cualquier otra organización, normalmente tienen que cumplir con
las leyes y reglamentaciones nacionales en los países donde operan. Por ende, estas «medidas
razonables» no deben ser muy preocupantes para las ONG puesto que ya serían operacionales y no
significarían nada nuevo para ellas.
CÓDIGO DE BUENA CONDUCTA PARA LA ELABORACIÓN, ADOPCIÓN Y
APLICACIÓN DE NORMAS
La OMC alienta a que los organismos de normalización acepten el Código de Buena Conducta para la
elaboración, adopción y aplicación de normas (OTC Anexo 3). A continuación se analizará el Código,
haciendo algunas comparaciones con los artículos del OTC relativos a los reglamentos técnicos. Estas
últimas se presentan en cuadros de texto.
Disposiciones Generales del Código de Buena Conducta
El texto del Código de Buena Conducta comienza con algunas disposiciones generales, entre ellas:
B. El presente Código está abierto a la aceptación por todas las instituciones con
actividades de normalización […]. Las instituciones con actividades de normalización que
hayan aceptado o denunciado el presente Código notificarán este hecho al Centro de
Información de la ISO/CEI en Ginebra.
Estas disposiciones indican el comportamiento que deben asumir las ONG que establecen normas. Sin
embargo, la responsabilidad del cumplimiento con el Acuerdo de la OMC recae exclusivamente sobre
las naciones Miembros.
Los principios de NMF y TN
La primera disposición sustancial del Código dice:
D. En relación con las normas, la institución con actividades de normalización otorgará a
los productos originarios del territorio de cualquier otro Miembro de la OMC un trato no
menos favorable que el otorgado a los productos similares de origen nacional y a los
productos similares originados de cualquier otro país.
Lo anterior disposición combina los principios de TN y NMF y los aplica a las normas. Dicha
disposición le agrega peso a la opinión de que el etiquetado MPP no relacionado no está permitido
porque el sello establecería una diferencia entre los productos similares y ello, casi siempre, se
trasluce en un trato menos favorable en la plaza de mercado. No obstante, en el informe de la disputa
atún-delfines se argumenta que las ventajas no son impartidas por la autoridad que otorga el sello, sino
que pueden surgir mediante la libre elección de los consumidores.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
85
El Código continúa:
E. La institución con actividades de normalización se asegurará de que en el comercio
internacional no se preparen, adopten o apliquen normas que tengan por objeto o efecto
crear obstáculos innecesarios al comercio internacional.
Por su naturaleza obligatoria se supone que los reglamentos técnicos son más restrictivos al comercio
y por lo tanto se han establecido condiciones más específicas que permiten tales reglamentos (véase el
cuadro 1).
Cuadro 1. Objetivos legítimos del reglamento técnico restrictivo al comercio
Conforme al Acuerdo OTC, Artículo 2 (2.2 y 2.3), los reglamentos técnicos no deberán ser más restrictivos
de lo necesario para satisfacer el objetivo legítimo. Los objetivos legítimos son, entre otros: los
imperativos de la seguridad nacional; la prevención de prácticas que puedan inducir a error y la protección
de la salud y seguridad humanas, de la vida o la salud animal o vegetal, o del medio ambiente. Además,
conforme al Artículo 2.5, un Miembro explicará, a petición de otro, la justificación del reglamento técnico.
Los «objetivos legítimos» son una referencia para las Excepciones Generales del Artículo XX del GATT.
Cuando los reglamentos relativos al etiquetado de los productos cultivados orgánicamente son
considerados restrictivos al comercio, se puede razonar que están satisfaciendo el objetivo legítimo de
prevenir prácticas engañosas o erróneas. Entonces se plantea la pregunta de si el objetivo de la
«información al consumidor» está abarcado por la «prevención de prácticas que puedan inducir a error»
(OMC, 2001a).
Armonización internacional
El Código de Buena Conducta establece que un organismo de normalización, conforme sea apropiado,
puede adoptar normas internacionales existentes o inminentes, realizar esfuerzos para armonizar
normas a nivel internacional, evitar la duplicación o solapamiento del trabajo de otros organismos y
hacer esfuerzos para lograr consenso nacional sobre las normas elaboradas por éstos.
En el Anexo 4 del informe de la tercera revisión trienal del OTC (OMC, 2000) se formulan principios
para la elaboración de normas internacionales. El anexo contiene disposiciones relativas a la
publicación y consulta, reglas no discriminatorias relativas a la calidad de miembro de los organismos
internacionales de normalización y el acceso no discriminatorio e imparcial a la participación en la
elaboración de normas. La imparcialidad y transparencia de cualquier proceso internacional de
estandarización requiere la no exclusión de los países en desarrollo del proceso. El anexo establece
además que las normas internacionales necesitan tener pertinencia y responder a las necesidades del
mercado, y que no deben darle preferencia a las características o requisitos de países específicos
cuando existen diferentes necesidades o intereses por parte de otros países.
Se teme que el principio de la armonización internacional impediría el desarrollo de normas
‘superiores’ si ya existe un estándar internacional, ‘diluyendo’ de esta manera los reglamentos
ambientales y orgánicos. Dentro del alcance del Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y
Fitosanitarias (MSF), en la «disputa carne de bovino tratada con hormonas», el Órgano de Solución de
Diferencias (OSD) falló que «basadas en» las normas internacionales significaba «en conformidad
con» éstas, pero el órgano de apelación no estuvo de acuerdo con ello y dictaminó que «una medida
basada en esa misma norma puede no conformarse con ella, como cuando solamente algunos
elementos, y no todos, de la norma están incorporados en la medida» (OMC, 1998). Véase también el
cuadro 2 para la interpretación de los artículos sobre armonización para los reglamentos a la luz de
este dictamen.
86 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Cabe notar que el OTC no indica sobre quién recae el peso de la prueba respecto de la decisión, si
existe un estándar internacional pertinente y si un reglamento o estándar está en conformidad con la
norma internacional. En caso de una disputa pueden surgir dudas acerca de qué constituye una norma
internacional pertinente (según FAO, 2001: 60-63).
La disposición que previene la duplicación y solapamiento toma mayor importancia en razón del
número creciente de programas de normas y de certificación. También da origen al planteamiento de si,
en efecto, ello evitaría la adopción de normas laborales dentro de un programa de certificación
ambiental, cuando dichas normas ya han sido abarcadas por otro programa.
Disposiciones para la publicación y consulta
El Código dispone que un organismo de normalización publique sus programas de trabajo cada seis
meses, indicando las normas que se hayan tomado como base para cada una de las normas
internacionales. Antes de adoptar un estándar, el organismo de normalización tendrá un período de por
lo menos 60 días de plazo para la presentación de comentarios por las partes interesadas. Dicho
organismo proporcionará a petición una copia de los borradores presentados para ser comentados. Una
vez que se adopte una norma, ésta será publicada inmediatamente. El organismo de normalización
considerará toda queja, realizando un esfuerzo objetivo para darle solución conforme a la operabilidad
del Código. Los miembros ISO/CEI harán todo lo que esté a su alcance para ser aceptados en su
calidad de miembros de ISONET13.
Cuadro 2. Armonización internacional de los reglamentos técnicos
Análoga a la interpretación que le da el Órgano de Apelación a los Artículos 3.1, 3.2 y 3.3 de 1998 (OMC,
1998) del Acuerdo MSF, y de los artículos 2.4, 2.5 y 2.9 del Acuerdo OTC, está la siguiente:
2.4
Los Miembros tomarán como base las normas internacionales pertinentes para sus reglamentos
técnicos, pero ello no implica que deberán cumplir o estar de acuerdo con ellas.
2.5
Si el reglamento técnico está en conformidad con las normas internacionales pertinentes,
entonces se presumirá que no crea un obstáculo innecesario al comercio internacional.
2.9
Si no están en conformidad con las normas internacionales, los Miembros notificarán a los demás
Miembros, previendo un plazo para que puedan formular observaciones por escrito.
La Unión Europea observó que los procesos internacionales de normalización pueden ir a un ritmo
penosamente lento y por ende no responden a las necesidades reglamentarias de manera puntual. En
consecuencia, la Unión Europea ha hecho un uso relativamente limitado de normas internacionales como
base para sus reglamentos técnicos (OMC, 2002b).
El Artículo 2.7 del OTC estipula que los Miembros considerarán favorablemente la posibilidad de aceptar
como equivalentes reglamentos técnicos de otros Miembros, aun cuando difieran de los suyos, siempre
que tengan la convicción de que esos reglamentos cumplen adecuadamente los objetivos de sus propios
reglamentos. [Acentuado por la autora]
Lo que sugiere que si los objetivos son legítimos y están basados sobre una evaluación de riesgo que
considera la información científica (Artículo 2.2), un Miembro podrá establecer normas «superiores».
OTROS ARTÍCULOS DEL OTC PERTINENTES A LAS NORMAS
Artículos 5 a 9: evaluación de la conformidad
Los artículos 5 al 9 del Acuerdo OTC describen los requisitos necesarios para la evaluación de la
conformidad. Los artículos están precedidos por el título Conformidad con los reglamentos técnicos y
las normas [acentuado por la autora]. Si bien los artículos 2 y 3 sólo hacen referencia a los
reglamentos, y el 4 sólo a las normas, el título de los artículos 5 a 9 hace referencia a ambos. Por lo
tanto es de asumirse que los imperativos para la evaluación de la conformidad se aplican tanto a los
reglamentos como a las normas o estándares. Ello significa que para la elaboración, adopción y
aplicación de un estándar, el artículo 4 hace referencia al Código de Buena Conducta y acepta que el
13
ISONET es la red de información de la ISO/CEI (Comisión Electrotécnica Internacional), cuyo monitoreo está a cargo del secretariado de
la sede central de la ISO en Ginebra. En algunos países el centro de información de ISONET y el punto de información de la OMC para las
normas y los reglamentos son la misma institución.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
87
código es opcional, pero para la evaluación de la conformidad de las normas (o sea, incluyendo los
programas de certificación y etiquetado), es obligatoria la conformidad con los artículos 5 a 9, al
menos para los organismos gubernamentales.
Los artículos 5 y 6 del Acuerdo OTC, exponen los requisitos para los organismos de evaluación de la
conformidad de los gobiernos centrales.
Entre otros, el artículo 5 estipula que:
•
Los procedimientos de evaluación de la conformidad por los organismos de los gobiernos
respecto de los productos similares, tendrán un carácter no discriminatorio (conforme a los principios
de la NMF y de TN), incluyendo el tiempo del proceso y honorarios, teniendo en cuenta la
comunicación, el transporte y demás costos que surjan por las diferencias entre la ubicación de las
instalaciones y la del organismo de evaluación de la conformidad;
•
los procedimientos de evaluación de la conformidad no serán más estrictos ni se aplicarán de
forma más rigurosa de lo necesario para dar al Miembro importador la debida seguridad de que los
productos están en conformidad con los reglamentos técnicos o las normas aplicables;
•
no se exija más información de la necesaria para evaluar la conformidad y calcular los
derechos;
•
se respete el carácter confidencial de los productos, como se hace con los nacionales, de tal
manera que se protejan los intereses comerciales legítimos;
•
exista un procedimiento para examinar los reclamos y tomar medidas correctivas; y
•
se busque la armonización internacional y las notificaciones se hagan de manera similar a las
normas y los reglamentos técnicos.
El artículo 6 insta a los Miembros a aceptar los procedimientos de evaluación de la
conformidad de los demás miembros, siempre que estén convencidos del nivel de equivalencia. Se
reconoce que podrá ser necesario recurrir previamente a consultas para evaluar la competencia técnica
de los organismos pertinentes de evaluación de la conformidad, y acordar la limitación de la aceptación
de los resultados de la evaluación de la conformidad a los obtenidos por las instituciones designadas del
Miembro exportador.
Los Artículos 8 y 9 instan a los Miembros a tomar medidas razonables para garantizar que
también las instituciones no gubernamentales y los sistemas internacionales, en los cuales participan
organismos pertinentes dentro de su territorio, den cumplimiento a las disposiciones de los artículos 5
y 6. Las instituciones del gobierno central sólo deben confiar en dichos organismos y sistemas
internacionales y ONG, si éstas cumplen con dichas disposiciones, a excepción de la obligación de
notificar los procedimientos de evaluación de la conformidad en proyecto.
Artículo 12: Información y trato diferenciado de los países en desarrollo
Todo Miembro proporcionará un espacio de consulta apto para impartir información sobre los
reglamentos, normas y procedimientos de evaluación de la conformidad en su territorio. Tomarán
además las medidas razonables para facilitar el flujo de la información más reciente sobre dichas
normas y sistemas de evaluación de la conformidad, elaborados, adoptados o puestos en operación por
los organismos no gubernamentales, instituciones y sistemas internacionales pertinentes.
88 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Los Miembros, cuando preparen o apliquen reglamentos técnicos, normas y procedimientos para la
evaluación de la conformidad, tendrán en cuenta las necesidades especiales de los países en desarrollo,
con el fin de asegurarse de que no se creen obstáculos innecesarios para sus exportaciones. Los
Miembros tomarán las medidas razonables que estén a su alcance para facilitar la participación activa
de los países en desarrollo en las instituciones internacionales de normalización y sistemas de
evaluación de la conformidad, para asegurarse de que, cuando así lo pidan, las normas internacionales
sean elaboradas teniendo en cuenta los productos de especial interés para ellos. Los Miembros
proporcionarán asistencia técnica a los países en desarrollo, a fin de asegurarse de que la elaboración y
aplicación de los reglamentos técnicos, normas y procedimientos para la evaluación de la conformidad
no creen obstáculos innecesarios a la expansión y diversificación de sus exportaciones.
El Comité OTC está facultado para conceder excepciones, especificadas y limitadas en el tiempo, al
cumplimiento de obligaciones que emanan del presente acuerdo (a los países en desarrollo).
Artículo 14: Solución de diferencias
El Artículo 14 del Acuerdo OTC declara que la solución de diferencias se realizará siguiendo los
procedimientos del GATT. Conforme al artículo 14.4, también es posible invocar al procedimiento
para la solución de diferencias si los resultados, conforme a los artículos 3, 4, 7, 8 y 9 (concernientes a
las instituciones locales y organismos no gubernamentales o a los organismos y sistemas
internacionales), son considerados insatisfactorios por un Miembro, y sus intereses comerciales se ven
significativamente afectados. A este respecto, dichos resultados tendrán que ser equivalentes a los
previstos, como si la institución de que se trate fuese un Miembro.
No queda claro si esto significa que los Miembros son responsables por el incumplimiento del
Acuerdo OTC de las ONG de su territorio. Ello dependería, además, de la interpretación de «medidas
razonables a su alcance», conforme al artículo 4.1.
7.4 CONSECUENCIAS DE LAS DISPOSICIONES DEL OTC Y GATT PARA LAS
NORMAS SOCIALES Y AMBIENTALES VOLUNTARIAS, LA CERTIFICACIÓN Y
EL ETIQUETADO
El análisis anterior puede resumirse de la siguiente manera: las normas ambientales voluntarias
ciertamente han sido abarcadas por la definición del OTC de norma, por lo menos en lo que se refiere
a los requisitos relacionados al producto. El OTC no tendría validez en la elaboración y aplicación de
estándares laborales que incluyen requisitos no conexos a las características del producto final. Pero sí
tendría aplicación para los procedimientos de conformidad y programas de etiquetado que incumben a
los MPP, y esto dependería de si se interpreta o no la segunda frase de la definición de norma como
disposición autónoma.
Los organismos que establecen normas (al menos los gubernamentales) deberían cumplir con el
Código de Buena Conducta para la elaboración, adopción y aplicación de normas. Las normas que
ellos elaboren deben ser no discriminatorias y no deben restringir el comercio; según convenga, deben
estar basadas en normas internacionales; se debe realizar todo esfuerzo para la armonización
internacional y ofrecer a las partes interesadas la posibilidad de opinar antes de que se adopte un
estándar.
Conforme al Artículo I del GATT, las normas no relacionadas con los productos no concederán
ninguna ventaja a los productos de un país específico a costa de productos similares de otro país. No
queda claro si el Artículo III también aplica, el cual estipula que una vez que los productos hayan
entrado en un mercado, deben ser tratados de manera no menos favorable que los productos similares
de origen nacional. En general, se considera que las normas voluntarias no violan estas disposiciones.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
89
Los procedimientos de evaluación de la conformidad y de etiquetado para criterios relacionados al
producto (y quizás hasta para los no relacionados) deben cumplir con los artículos 5 a 9 del Acuerdo
OTC. Estos requieren, entre otras cosas, que las disposiciones que rigen el derecho de acceso a una
etiqueta deben ser no discriminatorias, no más estrictas de lo necesario, lo más armonizadas
internacionalmente posible, y contar con un procedimiento de quejas y de acción correctiva. Los
organismos no gubernamentales están exentos de las obligaciones de notificación.
LEYES NACIONALES
Reglamentación de la agricultura orgánica
No está claro si se considera que las reglas de etiquetado para los productos orgánicos están destinadas
a los MPP relacionados o no relacionados. Cada vez hay más pruebas de que, en promedio, los
productos de la agricultura orgánica contienen menos residuos de plaguicidas que los productos
convencionales. En consecuencia, puede considerarse que el etiquetado de productos orgánicos, al
menos en parte, está relacionado con los productos y por ende el OTC tendría aplicación.
Las reglas nacionales para la agricultura orgánica y su etiquetado pueden ser consideradas reglamentos
técnicos o normas, dependiendo de la interpretación de la palabra «obligatorio». En ambos casos, es
probable que cumplan con el OTC y el GATT. Se puede trazar un paralelo con el caso atún-delfines,
en cuyo informe el Grupo Especial estipula que «las disposiciones de etiquetado no restringen la
venta de productos de atún; esos productos pueden venderse libremente con o sin la etiqueta
«Dolphin Safe» (delfines a salvo) [...] las disposiciones que rigen el derecho de acceso a la etiqueta
[deben cumplir] cumplen las prescripciones del Artículo 1:1» [principio NMF]. Los programas de
certificación orgánica y el etiquetado no serían considerados restrictivos al comercio, porque los
productos pueden ser vendidos libremente con o sin el rótulo de orgánico y se puede considerar que
satisfacen requisitos legítimos como el de prevenir el engaño al consumidor. Sin embargo, las
disposiciones que rigen el derecho de acceso a la etiqueta no deben ser discriminatorias. Las reglas se
deben basar en las normas internacionales si así fuera necesario (las directrices del CODEX o las
normas básicas de IFOAM). Los Miembros deben notificar sobre los proyectos de reglamentación
orgánica o revisión de las normas vigentes que no esté en concordancia con las normas internacionales.
Se permite a los Miembros establecer normas más estrictas que las fijadas por los demás Miembros,
siempre que se pueda justificar con una evaluación de riesgo respaldada por evidencia científica. No
obstante, esta última interpretación es muy controversial y sólo puede ser decidida a través de una
disputa.
Los actuales debates sobre la notificación que hiciera la Unión Europea en febrero de 2001 relativa a
los requisitos de importación y certificación de productos orgánicos podrían esclarecer el significado
práctico de las disposiciones del OTC.
El borrador del Reglamento aspira a simplificar la rastreabilidad de los productos orgánicos
importados, desde el momento en que salen de los sistemas de inspección de países terceros hasta su
registro, conforme al sistema de inspección de la Unión Europea. El certificado de importación de los
productos orgánicos garantizará que, efectivamente, éstos se originan en un sistema de elaboración o
de producción cuya equivalencia ha sido reconocida por la Unión Europea
La notificación se hizo conforme al artículo 2.9.2 por lo que el reglamento se considera obligatorio.
Los Estados Unidos expresaron su preocupación acerca de los complejos procedimientos relativos a la
aplicación de los nuevos requisitos de certificación para los países que no tienen un acuerdo
equivalente con la Unión Europea14.
14
También se pudo haber hecho la notificación conforme al artículo 5.6.2, puesto que éste trata principalmente de los procedimientos de
evaluación de la conformidad. El artículo 5.6.2 es pertinente para ambos reglamentos y normas, en tanto que el artículo 2.9.2 sólo incumbe a
los reglamentos técnicos. OMC, 2001c.
90 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Reglamentos nacionales sobre la responsabilidad social
En enero de 2001, Bélgica notificó al Comité OTC acerca de un anteproyecto de ley que pretende
promover la producción socialmente responsable. El objetivo de la ley es crear un sello que las
compañías incluyan (voluntariamente) productos que cumplen con las normas fundamentales
reconocidas por la OIT. La supervisión de estos criterios estaría a cargo de organismos acreditados y
se crearía un comité para la producción socialmente responsable, cuya responsabilidad sería la de
monitorear el otorgamiento de etiquetas y los procedimientos de asistencia a los países en desarrollo
que deseen utilizar la etiqueta. Los organismos de control recibirían la acreditación conforme a los
criterios EN 45004/ISO 17020 (criterios para la inspección de los órganos de inspección) y de la
organización Social Accountability Internacional, SAI, para el ámbito de influencia de la norma
SA8000 (FOD Economie, KMO, Middenstand en Energie, 2002).
En reuniones posteriores del Comité OTC se insistió en que el etiquetado fuera de carácter voluntario,
por lo que no debería ser presentado bajo el artículo 2.9.2 (como reglamento) sino conforme al Anexo
3 relativo a las normas. Sin embargo, el Anexo 3 estipula que los organismos que establecen normas
deben notificar al Centro de Información de la ISO/CEI. El parlamento belga no se considera a sí
mismo como una institución de normalización y por lo tanto prefirió notificar al Comité OTC
directamente para que cumpla con los procedimientos de notificación, es decir informar a los demás
Miembros (OMC, 2001d).
Los países ASEAN expresaron su preocupación de que la ley tiene su fundamento en un requisito
arbitrario de adherencia a ciertos convenios de la OIT que resultarían en la discriminación comercial
de productos. Su preocupación se explica por la naturaleza discriminatoria de la ley, puesto que sólo
aplicaría a los productos importados, violando de esta manera el principio de Trato Nacional (OMC,
2001e).
De hecho, la ley fue enmendada para que permitiera a las compañías belgas solicitar la etiqueta. Se
reconocen las etiquetas equivalentes otorgadas por otros países u organizaciones internacionales si
ofrecen garantías equiparables. Se adoptó la enmienda de ley que fue publicada en marzo de 2002
(Belgische Staatsblad/Moniteur Belge, 2002). Actualmente se está elaborando el reglamento para la
ejecución práctica de la ley.
Otro ejemplo de una propuesta de ley nacional fue una iniciativa de la ciudadanía votante en Berkeley,
California, que fue votada en noviembre de ese año pero no fue aprobada. La iniciativa proponía una
política para que el café en venta dentro de Berkeley fuera del comercio justo, cultivo de sombra u
orgánico (Nieves, 2002; Hill, 2002). Esta ley hubiera sido obligatoria aún si las iniciativas de
certificación fuesen voluntarias, y por lo tanto a ésta se le hubiese considerado como una ley del
gobierno local.
NORMAS Y SISTEMAS DE ETIQUETADO DESARROLLADOS POR LAS ONG
Los estándares elaborados por las ONG (con o sin programas de etiquetado) se pueden considerar
normas en el sentido del OTC. Una vez que una ONG haya aceptado públicamente el Código de
Buena Conducta, está obligada a darle cumplimiento. Los Miembros deben tomar medidas razonables
con el fin de asegurar que los sistemas de certificación y de etiquetado operados por las ONG cumplan
con los artículos 5 y 6 del Acuerdo OTC (sobre evaluación de la conformidad).
El Sistema ISO
El sistema ISO/CEI está explícitamente reconocido en el OTC como uno que facilita normas aceptadas
internacionalmente. Sus organismos miembros son organismos gubernamentales, paraestatales o no
gubernamentales. A menudo estos últimos están compuestos por representantes de la industria. La ISO
es reconocida desde hace mucho tiempo como la institución más importante que se ocupa del
establecimiento de normas armonizadas internacionales para la industria.
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
91
El trabajo de elaboración de normas y responsabilidad social es una actividad reciente de la ISO. La
norma relativa al sistema de la gestión ambiental (ISO 14001), ha sido rápidamente implementada por
una amplia gama de sectores. Miembros de ONG ambientales y sociales con una posición crítica,
declaran que algunos intereses, como los de los trabajadores y del medio ambiente, no se encuentran
bien representados dentro del sistema ISO y que, por lo tanto, la ISO no sería la organización más
apropiada para el establecimiento de estándares o normas en éstas áreas. De manera más amplia se ha
reconocido que la ISO 14001 tiene un ámbito limitado porque sólo trata de sistemas de gestión. En
vista de los imperativos de la armonización del Acuerdo OTC, se puede argumentar que los
organismos que deseen establecer normas para los sistemas de gestión ambiental deben considerar la
adopción de la ISO 14001, pero para las normas más orientadas a la productividad, la ISO 14001 es
menos pertinente.
Las normas y directrices de la ISO sobre los procedimientos para el establecimiento de normas o
estándares y de evaluación de la conformidad están siendo ampliamente adoptadas por otras
instituciones de acreditación y de certificación.
IFOAM
A los programas de certificación y etiquetado de los miembros de IFOAM no se les considera
restrictivos al comercio. En la segunda revisión de sus IBS en agosto de 2002, IFOAM cumplió con
las obligaciones de publicar y facilitar rondas de comentarios públicos. IFOAM promueve la
armonización de normas a nivel internacional por un acuerdo de reconocimiento mutuo de los
organismos de certificación acreditados por los IOAS (Servicio internacional de acreditación de la
producción orgánica), por su participación en la preparación de las directrices del CODEX, así como
en la ISEAL Alliance y en el proyecto SASA. Por su calidad de miembro de IFOAM y la participación
internacional en la revisión de normas en agosto de 2002, se puede asumir también que las
disposiciones que rigen el derecho de acceso a los sellos orgánicos administrados por los miembros de
IFOAM son no discriminatorias. Parecería que IFOAM cumple con todas las disposiciones del Código
a excepción de una: la notificación de aceptación del Código al Centro de Información de la ISO/CEI
en Ginebra. IFOAM no aparece en las listas de organismos que han notificado al Centro (ISO, 2001).
Puede que esto tenga que ver con el hecho de que esta lista sólo registra los organismos de
estandarización nacionales.
En sí, el cumplimiento con los artículos 5 y 6 no es pertinente a IFOAM puesto que no realiza
evaluaciones de la conformidad. Sin embargo, sí es pertinente a todos los organismos de certificación
que conducen programas de certificación orgánica y a los IOAS. Estos últimos, así como sus
organismos acreditados de certificación, probablemente cumplen en un alto grado con los artículos 5 y
6, debido a que las directrices de acreditación y los criterios de IOAS están basados en las directrices
de la ISO, y han sido desarrollados mediante un proceso internacional.
Notable es que la ISO haya incluido a IFOAM en su Directorio de instituciones internacionales de
normalización. La lista la clasifica como organismo internacional de normalización según la definición
de la guía ISO/CEI, pero este hecho no constituye su reconocimiento formal (OMC, 2002c). En un
informe de prensa sobre la lista ISO, IFOAM dijo que había desarrollado un proceso transparente,
democrático y de fomento del consenso para el establecimiento internacional de normas orgánicas, el
cual incluye a todos los interesados y cumple con los criterios del código de buena conducta de la
OMC (IFOAM, 1999).
92 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
SAN, FLO, SAI y ETI
La mayoría de las normas de la red SAN son ambientales, así como parte de las de FLO. Si bien sería
necesario examinarlas individualmente, se puede asumir que al menos parte de ellas están relacionadas
con el producto, en cuyo caso tendría aplicación el OTC. Simultáneamente la norma SA8000 de SAI y
el Código Básico de la ETI son normas laborales no relacionadas con el producto. Como se analizó
previamente, puede que los artículos relativos a la evaluación de la conformidad OTC tengan
aplicación, sin embargo, aplicaría el Artículo I del GATT (y posiblemente también el Artículo IIII)
para la elaboración, adopción y aplicación de las normas.
Tanto SAN, FLO, SAI, como ETI, no han hecho ninguna declaración pública de aceptación del
Código OTC. No obstante FLO, SAI y SAN, son miembros de la ISEAL Alliance. ISEAL está
elaborando un programa de revisión para las actividades de acreditación y de establecimiento de
normas realizadas por pares. Para el establecimiento de normas se está elaborando un documento
normativo con base en el Anexo 4 (directrices para la elaboración de normas internacionales) de la
segunda revisión trienal del OTC y basadas sobre las Guías de la ISO (ISEAL Alliance, 2001).
Además, todas las normas laborales contenidas en SAN, GLO, SAI y ETI, se basan en los convenios
de la OIT, cumpliendo por lo tanto con este importante requisito del Código. Respecto de las
restricciones para el uso de plaguicidas, también FLO y SAN hacen referencia a mecanismos
internacionales tales como el procedimiento de consentimiento previo informado.
SAN, FLO y SAI no solamente establecen normas sino que también están directamente involucrados
con las evaluaciones de la conformidad. SAI tiene en operación un sistema de acreditación. SAN y
FLO realizan la certificación y ambos están en el proceso de separar las actividades de certificación de
otras funciones. En enero de 2003, la unidad de certificación de FLO se convirtió en un organismo
jurídicamente independiente y desde entonces opera conforme a las directrices de la ISO para
instituciones de certificación (FLO y SAN, comunicación personal, 2002). Los miembros se
comprometen a tomar las «medidas razonables a su alcance» para asegurar el cumplimiento de la
norma SA8000 por parte de los organismos de certificación (si el OTC tiene aplicación). Hasta el
presente no se conoce ningún tipo de acción por parte de los gobiernos que obligue o fuerce a las ONG
a cumplir con el Acuerdo OTC, lo que sería además algo sin precedentes.
La Iniciativa ETI no cuenta con un programa de evaluación de la conformidad. Las compañías que
participan en ETI realizan una evaluación interna de sus plantas y a veces también las de sus
proveedores, para verificar el cumplimiento con el Código Básico de la ETI, pero como este tipo de
decisiones es interna el OTC no tiene aplicación. Se está desatando un debate pertinente acerca de la
naturaleza cada vez más mundial de algunas compañías. ¿Hasta qué punto, las decisiones que dichas
compañías toman son «internas», siendo que afectan a miles de proveedores en todo el mundo?
Por su naturaleza voluntaria, las iniciativas no son restrictivas al comercio. Tampoco ofrecen ventajas,
puesto que cualquier beneficio que se obtenga mediante el sello resultaría de la libre elección de los
consumidores. Por lo tanto, lo más probable es que cumplan con el Artículo I del GATT, así como con
el III, si a éste se le considera aplicable.
7.5 DEBATES EN CURSO EN EL SENO DE LA OMC
ACTUALES DISCUSIONES
Durante los dos últimos años, los sistemas de etiquetado han sido temas de discusión de las sesiones
del Comité OTC. Dada la proliferación de los esquemas voluntarios y de carácter obligatorio se prevé
que estos debates ganarán en importancia. El etiquetado en general, así como el ecológico (ecoetiquetado), también ha sido debatido en el Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA). Sin
embargo, la mayoría de los representantes pensaron que los debates en torno al etiquetado debían ser
sostenidos por el Comité OTC y tan sólo los temas relativos al eco-etiquetado serían discutidos por el
La OMC y las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado
93
CCMA (GATT, 1994). En octubre de 2001 Costa Rica presentó al CCMA un documento sobre la
agricultura orgánica. En general, la agricultura orgánica se ve como un ejemplo de sinergias que
pueden existir entre el comercio, el desarrollo y el medio ambiente. Se enfatizó la necesidad que existe
de tener en pie sistemas efectivos y transparentes de certificación.
La Declaración Ministerial de Doha instruyó al CCMA sobre la atención particular que éste debe
prestarle a los requisitos del etiquetado ambientales. Esta labor incluye identificar cualquier necesidad
de aclarar las reglas pertinentes de la OMC. El CCMA iba a presentar su informe ante la Quinta
Sesión de la Conferencia Ministerial (en Cancún, México, 2003). No obstante, lo que pueda resultar de
este trabajo no debe agregar o disminuir las obligaciones de los Miembros, conforme a los Acuerdos
vigentes de la OMC y, en particular, conforme al Acuerdo sobre MSF (OMC, 2001f). En el Comité
OTC, no se impartieron instrucciones para debatir los temas relativos a las normas y etiquetado. Una
explicación no oficial en las páginas Web de la OMC, decía que el CCMA examinaría si las reglas
vigentes de la OMC obstruían las políticas del eco-etiquetado y qué debates paralelos tendrían lugar
dentro del Comité OTC (OMC, 2002d).
En el Comité OTC muchos Miembros rechazaron la posibilidad de renegociación de las disposiciones
del OTC. No obstante, dentro del Comité OTC y en el CCMA, algunos miembros han solicitado tener
debates más estructurados sobre el etiquetado y varios documentos han sido presentados para este fin15.
Se han organizado varios talleres. En el documento presentado en junio de 2002, la Unión Europea
pregunta explícitamente si el Comité OTC ha analizado la necesidad de explicar las reglas de la OMC
para el etiquetado (OMC, 2002f). Sin embargo otros Miembros han sido claros en expresar que no se
requieren más aclaraciones.
CUESTIONES PENDIENTES
Considerando las opiniones expresadas en el Comité OTC, es probable que los debates en torno a las
normas y a la certificación sociales y ambientales se concentren en el etiquetado. Estos debates pueden
incluir los siguientes elementos:
•
Si los sistemas de etiquetado siempre son clasificados dentro de los procedimientos de
evaluación de la conformidad y por lo tanto si tienen que cumplir con los Artículos 5 y 6. Si la
respuesta es afirmativa, entonces los esquemas voluntarios de etiquetado gestionados por las ONG
deben también conformar con los Artículos 5 y 6.
•
La interpretación del Acuerdo OTC, en relación con los sistemas de etiquetado MPP no
relacionados: Algunos opinan que el OTC únicamente contiene disposiciones para los sistemas de
etiquetado MPP relacionados, en cuyo caso se volvería pertinente el Artículo I del GATT, y
posiblemente el III.
•
Si los sellos relativos a los organismos modificados genéticamente (OMG) contienen
información sobre los MPP relacionados y no relacionados: Si se considera que están relacionados con
la calidad y la inocuidad del producto final, entonces se justifica el sello obligatorio. Si se considera
que son MPP no relacionados, probablemente sólo los esquemas voluntarios de etiquetado serían
permitidos.
•
Si el objetivo legítimo de la «información a los consumidores» es el de evitar las prácticas que
conducen al error o al engaño: Si la respuesta es afirmativa y el consumidor quiere estar informado
acerca de los MPP utilizados en el proceso de producción, entonces parece que las disposiciones están
en conflicto. La «información al consumidor» pasaría a ser una excepción de la aplicación de los
principios NMF y TN, la cual permite el etiquetado obligatorio con información MPP no relacionada.
15
Inter alia WTO, 2002e (Communication from Canada); WTO, 2002f (Submission by the European Community); WTO, 2002g
(Submission from Japan.); WTO, 2002h (Submission by Switzerland).
94 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
•
La participación de los países en desarrollo en el establecimiento de normas requiere
considerables recursos, tanto económicos como intelectuales, para participar en los organismos de
establecimiento de normas como el sistema de la ISO y del Codex Alimentarius. Existe el peligro de
que las normas reflejan los intereses de los países más ricos, los cuales pueden darse el lujo de enviar
delegaciones a las negociaciones. En relación con este tema, se prevén debates adicionales sobre qué
constituye un estándar (o norma) internacional y quiénes los establecen.
•
La naturaleza obligatoria de algunos de los esquemas voluntarios de etiquetado crea
incertidumbre: Dichos esquemas se consideran no restrictivos con el comercio, puesto que no
obstaculizan las importaciones de productos no etiquetados. Sin embargo, según lo han observado
varias delegaciones en el OTC y en el CCMA, algunos esquemas voluntarios sí tienen un impacto
sobre el acceso al mercado. En una situación de crecimiento del mercado de productos orgánicos, las
diferencias en los reglamentos sobre orgánicos entre los países pueden constituirse, de hecho, en
obstáculos al comercio.
Hasta el momento no ha tenido lugar ningún debate en torno a lo que se requiere de los Miembros para
el cumplimiento de las ONG involucradas en el establecimiento de normas. No obstante, la Unión
Europea hizo observaciones sobre este tema en su documento sobre etiquetado presentado en junio de
2002. Dicho documento también pide la revisión del Código de Buena Conducta para que incluya
disposiciones similares a los reglamentos sobre la equivalencia de acuerdos para normas y sobre el
retiro de éstas, cuando las circunstancias que dieron paso a su creación ya no existan. El Japón
comentó que los organismos que elaboran requisitos para el etiquetado no siempre eran organismos de
normalización que hubiesen aceptado el Código de Buena Conducta, y ello constituye falta de
transparencia (OMC, 2002g).
Debates continuos
95
8. DEBATES EN CURSO
Este capítulo trata algunos temas relacionados a las certificaciones sociales y ambientales voluntarias
actualmente en debate, y que no han sido tocados en los capítulos anteriores. Las discusiones se
centran en la certificación de cultivos comerciales hortícolas y tropicales, pero la mayoría son de
relevancia para cualquier producto.
Como en la mayor parte de este documento, el presente capítulo no es exhaustivo y trata de dar una
visión general de los temas más importantes, antes que entrar en detalles específicos.
8.1 ESPECIFICIDAD LOCAL Y CREDIBILIDAD GLOBAL
Los productores operan en medio de una gran variedad de circunstancias; en diferentes climas, suelos
y situaciones socioeconómicas, con grados diferentes de servicios de apoyo y de infraestructura. Los
consumidores, lejos de ser un grupo homogéneo, también tienen diferentes percepciones y prioridades
con respecto a una producción y comercio social y ambientalmente responsables. No obstante, las
normas y programas de certificación discutidos aquí aspiran a tener credibilidad y aplicación globales.
No es pues sorprendente que haya sido y que siga siendo un reto continuo tener en cuanta la
especificidad local para el establecimiento de normas y sistemas de verificación internacionales. Las
normas no deberían ser muy detalladas, para que mantengan cierta flexibilidad que permita
interpretaciones más específicas pertinentes a cada contexto local. Sin embargo, las normas que
resulten generales e imprecisas son difíciles de explicar a los consumidores. Asimismo, puede ser que
los procedimientos de inspección y certificación necesiten ser adaptados a la situación local, pero
demasiada flexibilidad puede tener el efecto contrario al necesario para lograr una credibilidad sólida.
Lo anterior acarrea algunas consecuencias, tanto para el establecimiento de normas como para el
sistema de verificación.
ESTABLECIMIENTO DE NORMAS
Las normas elaboradas en un país en particular o área geográfica, pueden discriminar contra los
productores de otros países o áreas, si no se tienen en cuanta las diferentes condiciones locales. En el
establecimiento de las normas, es importante la participación para asegurar que no se discrimine sin
intención a una categoría de productores o elaboradores. Sin embargo, en el proceso que establece las
normas hay una compensación entre la eficiencia y la participación. Debe existir, para quienes
quisieran hacerlo, la posibilidad de hacer comentarios sobre el contenido de un borrador de estándar.
Con este fin, los organismos que los establecen deberían hacer públicos sus programas de trabajo y las
versiones preliminares. Deberían además, fomentar la participación de los grupos interesados que
pudieran ser afectados por la norma y que, de otra manera, no podrían percatarse de ella.
En general, cuanto más prescriptiva sea una norma, tanto más probable será que discrimine sin
intención a ciertos productores. Por el contrario, las normas formuladas en términos del logro de sus
objetivos permiten a los productores decidir la manera del «cómo» hacerlo. El siguiente ejemplo
puede ilustrar lo anterior. Si una norma aspira a «evitar la contaminación de los cursos de agua», ésta
podría determinar qué plaguicidas no deben emplearse, el ancho de las zonas tampón, etc. También se
podrían elaborar normas sobre la calidad del agua del caudal (quizás en relación con la calidad del
agua de entrada), dejando a los productores la decisión sobre el uso del plaguicida y las zonas tampón.
Sin embargo, puede haber una compensación entre los costos de verificación y los de certificación.
Para utilizar el mismo ejemplo, un inspector puede verificar la zona tampón, pero el costo de las
pruebas de laboratorio para medir la calidad del agua podría ser pagado por el productor.
96 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Otra manera de incorporar flexibilidad, es la de elaborar normas genéricas internacionales que sirvan
de base para el desarrollo de normas nacionales, sectoriales o específicas para los organismos de
certificación. En un sistema tal, la acreditación es una forma de controlar si un estándar en particular
está alineado con el genérico y en conformidad con su espíritu. La desventaja de dicho sistema es la
existencia de diferentes normas específicas sobre el mismo tema, lo que puede obstaculizar el
comercio. Un buen ejemplo de ello son las normas básicas de IFOAM y el sistema de acreditación. Si
bien éstos últimos han sido acreditados por la misma institución, los organismos de certificación no
aceptan automáticamente el trabajo de otras organizaciones acreditadas; en parte porque algunas de
ellas exigen requisitos adicionales, debido a que los reglamentos nacionales así lo exigen, o por las
preferencias de los consumidores en los mercados en los que dichos organismos operan.
Con el fin de asegurar una flexibilidad adecuada, un enfoque diferente es la división entre las normas
mínimas y las normas progresivas. Las mínimas serían iguales dondequiera que la norma fuese
implementada, y serían la base de la credibilidad en el sello por parte del consumidor. Los criterios
progresivos, también podrían ser los mismos, pero deberían ser implementados en un período gradual,
teniendo en cuenta las circunstancias y prioridades locales específicas. Ejemplo de este enfoque es el
sistema del comercio justo. Una desventaja potencial del mismo: es difícil sancionar a los productores
o a las plantas que hayan cumplido con las normas mínimas, pero que no se han comprometido a
aplicar los criterios de progresión.
SISTEMA DE VERIFICACIÓN
A los efectos de permitir una implementación en diversas circunstancias locales, es importante que los
sistemas de verificación muestren diferencias entre ellos. Por ejemplo, los sistemas de certificación de
productos orgánicos y de comercio justo han desarrollo sistemas internos de control para permitir que
grupos de productores con explotaciones demasiado pequeñas puedan justificar los costos de la
certificación. En este caso, un grupo de pequeños productores establece un sistema interno de
supervisión con el fin de garantizar que todos los miembros del grupo se adhieren a la norma. El
sistema de certificación controla si el sistema interno funciona bien inspeccionando solamente a un
porcentaje del total de las fincas.
De un modo más general, los organismos de certificación han estado exigiendo un sistema de
inspección basado en la evaluación del riesgo de incumplimiento. Esto puede por ejemplo implicar
visitas inesperadas a las plantas donde se perciba que el riesgo de incumplimiento es mayor. En el caso
de la certificación orgánica, podría permitir un recorte en el tiempo de conversión de la tierra o hacer
una salvedad, de acuerdo con el registro histórico de la granja. En el caso de las normas sociales, un
enfoque basado en el riesgo podría conducir a realizar más entrevistas con un cierto grupo de
empleados o trabajadores, en vez de hacerlas completamente al azar.
Sin embargo, otras diferencias en los sistemas de verificación tienen su origen más en las diferentes
historias administrativas de los organismos impositores que en el hecho de que se estén acomodando a
las especificidades locales o a la demanda específica del consumidor. Estas diferencias pueden estar en
las reglas de acreditación (por ejemplo la necesidad de que los organismos de certificación estén
acreditados por la ISO 65), en la frecuencia de la inspección, en los formatos de los informes o en los
requisitos de la rastreabilidad (por ejemplo la necesidad de que los productos estén certificados). En el
caso de los productos orgánicos, tales diferencias obviamente obstaculizan el comercio. Existe una
necesidad, ampliamente reconocida, de armonización y reconocimiento de la equivalencia de los
sistemas garantes.
Debates continuos
97
8.2 RESPONSABILIDAD DE LAS ONG QUE ESTABLECEN NORMAS Y DE LOS
ORGANISMOS DE ACREDITACIÓN
Bendell (2000) insiste en que los programas de certificación y normas constituyen solo una parte
integrante de un hecho más significativo. Las empresas mundiales no cuentan con una fuerza efectiva
que solo haga contrapeso a las normas ambientales vigentes o a los sindicatos mundiales de
trabajadores. Al mismo tiempo, en la mayoría de los países desarrollados la identidad personal está
cada vez más determinada por la manera como se gasta el dinero y el tiempo. Las ONG que establecen
normas representan un «movimiento de consumidores» que exigen a las empresas mejores prácticas
ambientales y sociales. Bendell identifica cuatro tipos de actividades de las ONG que pueden inducir
al cambio: la presión (campañas), la promoción (investigación y asesoría), la facilitación y la
realización. Los programas que establecen normas y etiquetado son facilitadores y promotores de
cambio, que ofrecen incentivos de mercado para cambiar o proporcionar un modelo comercial
alternativo (comercio justo).
Sin embargo, el control que ejerce la sociedad civil mediante la actividad de las ONG como
contrapeso frente a las empresas mundiales, tiene sus límites. En primer lugar, la legislación, a través
de la certificación y el etiquetado, favorece a aquellos consumidores que cuentan con los recursos
económicos para elegir productos éticos más costosos. En este caso, este tipo de legislación tendería a
favorecer sus intereses específicos.
En segundo lugar, las ONG tienen sus propios problemas en cuanto a responsabilidad (Simmons,
1998). Es comprensible que los sindicatos no siempre tengan una buena opinión de las normas de
responsabilidad social o de los programas de certificación elaborados por las ONG. Ellos se ven a sí
mismos como los verdaderos representantes de los trabajadores, pero éstos pueden no estar
directamente representados en las ONG que establecen las normas. Sólo cuando los programas de
certificación cedan más espacio a las organizaciones de los trabajadores y a la negociación colectiva,
será posible reconocer el papel complementario que tales ONG puedan jugar.
La responsabilidad ante los interesados podría asegurarse – aunque no necesariamente - mediante la
condición de miembro de las ONG o de sus juntas asesoras. En todo caso es importante involucrar a
los actores que se verán directamente afectados en el proceso de establecimiento de normas, como ya
se ha dicho. La responsabilidad ante los consumidores puede ser mejorada mediante la transparencia,
publicando información referente al contenido de la norma, la verificación de los métodos y de la
organización y, en el caso del etiquetado, mediante sellos que tengan sentido.
Dentro del debate sobre la responsabilidad de los organismos establecedores de normas, se incluye la
responsabilidad de los organismos de certificación y acreditación. Es de aceptación general que la
certificación realizada por la misma institución que establece normas crea problemas de conflictos de
interés. Es por ello que la mayoría de las instituciones de este tipo analizadas en este documento, con
excepción de SAN/Rainforest Alliance, han separado estas funciones mediante un programa de
acreditación.
Los organismos que establecen normas pueden opinar que no están en posición de juzgar la
competencia de una institución de certificación per se. Por lo tanto pueden exigir que el organismo de
certificación sea acreditado por otro agente (generalmente miembro de la Federación Internacional de
Acreditación), de acuerdo con una o más directrices de la ISO para el funcionamiento de las
instituciones de certificación e inspección (Guías ISO 62, 65 y 66). En dichos casos la acreditación
hecha por el organismo establecedor sólo evalúa los aspectos específicos de la verificación de su
estándar, tales como los indicadores de la misma.
98 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
En el sistema ISO, la acreditación está separada del proceso que establece normas y, como resultado,
la ISO no tiene control sobre el uso de sus normas (por ejemplo ISO 14001). Aunque se eviten los
conflictos de interés existe la desventaja de que si la verificación no es concienzuda, la norma puede
perder su sentido en la práctica, y el organismo establecedor no tiene la forma de mejorar la situación.
8.3 LA «INDUSTRIA CERTIFICADORA»
La agricultura no es el único sector atendido por un creciente número de sistemas de normas y
certificación. Todas las actividades económicas son día a día más codificadas, y el cumplimiento de
los códigos es, de manera creciente, controlado a través de la certificación por terceros. Esta situación
ha llevado a un crecimiento de las empresas certificadoras que ahora constituyen un sector económico
pujante.
Aunque este modelo de certificación por terceros permite mayor independencia en las decisiones, no
está completamente libre de conflictos de interés. Primero que todo, si el organismo de certificación es
una empresa comercial, tendrá interés en realizar tantas inspecciones y otorgar tantos certificados
como sea posible, manteniendo al mismo tiempo los costos bajos, lo que puede comprometer la
calidad de las inspecciones. En segundo lugar, si se es muy estricto y hay más organismos de
certificación que ofrecen el mismo servicio, se puede estar motivando a los clientes a dirigirse a la
competencia. Al mismo tiempo, la competencia puede ofrecer incentivos para mejorar la calidad del
servicio con el fin de preservar el «buen nombre». Cualquier escándalo como resultado de fraude que
no haya sido detectado por el organismo certificador, no sólo perjudica el mercado del producto que
porta la etiqueta sino que también daña la imagen y el mercado del correspondiente organismo
certificador.
Otra queja que a menudo se escucha sobre la «industria de la certificación» – que incluye a los
organismos establecedores de normas – es la que se refiere al énfasis en los detalles. El mero hecho de
describir una situación más o menos ideal en la forma de una norma, y las inspecciones de rendimiento,
conduce a la «aplicación al pie de la letra» a costa del espíritu. Así que en vez del compromiso para
lograr el ideal mediante una mejora continua, se fomenta el ver al certificado, como una meta. En
consecuencia, las normas «mínimas» originales, se vuelven lo «máximo».
Por muy bueno que sea el sistema, su calidad de verificación dependerá en gran medida de la
capacidad y motivación del inspector. Este no sólo debe tener conocimientos acerca de los
requerimientos de la norma y la certificación, sino también sobre el cultivo y el sistema de producción,
la situación socio-económica local y preferiblemente hablar el idioma. Hay un continuo debate al
respecto sobre el grado necesario de ser «suficiente». La anécdota del inspector orgánico quien en
medio del cafetal preguntó dónde estaban las plantas de café, es un ejemplo de la falta de capacidad
tanto del inspector como del organismo certificador. Al mismo tiempo, también hay límites en cuanto
a lo que se requiere de los inspectores, los cuales tienen que abarcar una multitud de sistemas de
producción, de países y normas. Especialmente en el caso de nuevas normas, puede que no sea posible
encontrar un inspector con experiencia en la norma, el sistema de producción y el país.
Es aconsejable utilizar inspectores locales o regionales, puesto que deben estar familiarizados con la
situación local, y además reduce significativamente el costo de inspección. Sin embargo, los informes
tienen que hacerse en el idioma de la oficina del organismo de certificación, que puede estar localizada
en otro país. Además, se deben evitar los conflictos de interés: el inspector no debe tener nexos
familiares o económicos en el lugar de inspección, ni estar expuesto al soborno o la coerción.
La auditoria de criterios sociales y laborales presenta retos específicos. La línea divisoria entre el
cumplimiento y el incumplimiento de ciertas normas es a menudo menos precisa que en los criterios
ambientales. Esto deja un área gris que hace más importante la interpretación inmediata que el auditor
le de al estándar. Algunos arguyen que es imposible ser perfectamente objetivo y que los organismos
de certificación deben reconocerlo. Se han propuesto evaluaciones sobre la participación en el lugar de
trabajo como una posible herramienta para el monitoreo de las normas sociales. Sin embargo, tales
Debates continuos
99
métodos consumen tiempo y aumentan considerablemente los costos de inspección. Para solucionar
estos problemas específicos, el proyecto SASA mencionado en el capítulo 4 busca identificar las
mejores prácticas en la auditoria social.
Un medio importante de asegurar una verificación seria y confiable es la acreditación de los
organismos de certificación. Como se mencionó anteriormente, la acreditación puede tener dos
aspectos, que pueden ser monitoreados mediante dos servicios diferentes de acreditación. Un aspecto
es la supervisión de la operación general y de la organización de la entidad certificadora, para lo cual
la ISO ha desarrollado las directrices. El otro es que la acreditación para las normas sociales o
ambientales se concentra en los indicadores, los métodos particulares de auditoria y en las habilidades
especiales requeridas para hacerlo, definidos por el mismo organismo establecedor.
Un último aspecto de la industria certificadora es el de los honorarios por los servicios de certificación.
Parece haber enormes diferencias en los costos de certificación, que varían según el organismo
certificador. Por lo tanto es difícil comparar honorarios profesionales, pues cada organismo lo hace de
diferente manera. Algunos los calculan en base a los servicios prestados. Inevitablemente esto hace
que la certificación sea más costosa para los productores de zonas remotas, porque aumenta el tiempo
de los viajes y los costos de alojamiento. Otros lo hacen en base a la superficie del terreno. Para los
sistemas de producción extensiva, los costos de certificación pueden resultar muy altos en
comparación con los ingresos. La mayoría de los organismos utilizan una combinación de cálculos
basados en el servicio y la superficie, así que para un productor puede ser valioso investigar qué
organismo ofrece el mejor precio por certificar su granja. A este respecto, no sólo es el precio lo que
cuenta, sino también los servicios prestados. Las diferencias en los servicios ofrecidos pueden darse
con respeto a la posibilidad de certificaciones múltiples (número de acreditaciones realizadas por el
organismo), la equivalencia de acuerdos con otros organismos para facilitar el comercio, el
conocimiento de otros requisitos de importación y exportación, la transparencia en la toma de
decisiones y la oportuna actualización de los cambios en las normas y procedimientos de la
certificación16.
8.4 ¿QUIÉN PAGA?
Este aspecto del debate está relacionado con quién debe pagar el costo de los servicios de certificación.
Los costos asociados con la certificación social y ambiental son: los costos de aplicación de la norma
(costos de cumplimiento) y los honorarios de certificación. Los costos de la documentación y registro
de la información son generalmente considerados como parte de los costos del cumplimiento, puesto
que normalmente son parte de los requisitos de las normas. Sin embargo, los documentos por sí
mismos, no contribuirán a aplicar métodos socialmente más justos o amigos del ambiente, pero sirven
como herramientas de verificación. Por lo tanto, también podrían ser vistos como parte de los costos
de certificación.
En la mayoría de los casos los costos del cumplimiento y de la certificación los paga el productor o la
planta certificada. Cuando tienen un impacto notable en los costos totales de producción, lo más
probable es que sean amortizados mediante un precio más alto al productor, si las condiciones del
mercado lo permiten. En algunos programas como el de la certificación orgánica y el del comercio
justo, la posibilidad de obtener un precio con prima puede ser el motivo principal para buscar la
certificación. En el caso del comercio justo, los costos de certificación son desembolsados por el
comercio mediante el pago de honorarios por las licencias a las iniciativas nacionales del comercio
justo. Sin embargo, los costos del cumplimiento son responsabilidad de los grupos de productores del
comercio justo. Los casos estudiados en el capítulo 6 dan la impresión de que los costos relativos al
cumplimiento se producen principalmente durante la creación de una organización y se compensan
sobradamente gracias al precio mínimo y la prima del comercio justo.
16
Véase también Van Elzakker, 2002, para una “lista de deseos” de los requisitos de los organismos de certificación para los productores y
los exportadores.
100 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
El debate sobre quién debe pagar por una producción más socialmente justa y amiga del ambiente
cuando no hay sello o prima es más controvertido, en particular cuando un comprador está tratando de
convencer a los proveedores para que implementen un determinado estándar como el de EurepGap, la
norma SA8000 para el programa de participación empresarial o el de la ETI. Como quedó demostrado
en los estudios de los casos sudafricanos, el ajuste del salario mínimo o de las condiciones de vivienda
puede ser muy costoso. Si un comprador en Europa o en los Estados Unidos exige a los proveedores
cumplir con esas normas, ¿no debería también pagar por ello? ¿Pueden los compradores hacer que los
consumidores carguen con el costo? ¿Cómo persuadir a los consumidores para que paguen más, sin un
sello que demuestre el cumplimiento de las normas? ¿O es que los accionistas estarían dispuestos a
recibir un dividendo menor y los minoristas quedarían satisfechos con un margen más bajo?
Quizá la primera pregunta que se debe hacer en este debate es por qué dichos compradores exigen a
sus proveedores que implementen tales normas. De alguna manera ellos deben valorar más los
productos que provienen de las fuentes que están en conformidad que los de otras que no lo están.
Puede que haya un interés genuino por el medio ambiente o el bienestar de los trabajadores, o puede
que sea más una cuestión de imagen corporativa. En ambos casos, se puede argumentar que su
percepción de la conformidad debería también expresarse en la relación comercial; lo que podría
hacerse mediante un precio mayor al productor, o en términos comerciales más favorables, como
contratos más largos, mejores arreglos para la financiación previa, etc. Sin embargo, en un mercado
con exceso de oferta, los compradores, especialmente los supermercados, pueden imponer requisitos
sin dar compensación. El único incentivo para la aplicación de un estándar podría ser que el
comprador no cambie de proveedor.
Si los costos de la conformidad y la certificación no son cargados a lo largo de la cadena de
abastecimiento, puede ser que sólo los productores más grandes y adinerados estén en condiciones de
aplicar tales normas, lo que a su vez reducirá el impacto de éstos sobre el medio ambiente o las
condiciones laborales. Y si un estándar se vuelve la regla, más que la excepción, puede excluir
completamente del mercado a los productores de pequeña escala y pobres.
8.5 POTENCIAL Y RESTRICCIONES PARA LOS PAÍSES EN DESARROLLO Y
LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES
Según se puede discernir del capítulo 5 sobre los mercados y del 6 sobre el impacto al nivel de la
granja, las normas y programas de certificación analizados ofrecen un potencial de beneficios y
desafíos para los productores de los países en desarrollo en general, y para los pequeños productores
en particular.
POTENCIAL Y RESTRICCIONES GENERALES
Una restricción general para los productores y exportadores en muchos países en desarrollo es la falta
de un organismo certificador o de la sede local de un organismo internacional. Esto significa que los
operadores tienen que dirigirse a organismos extranjeros. Según se analizó en la sección sobre la
industria de la certificación de este capítulo, generalmente se prefiere el uso de inspectores locales, no
tanto por los costos sino por los conocimientos de la localidad. Sin embargo, un organismo
certificador necesita invertir tiempo y recursos económicos en la búsqueda de un inspector local y en
su detallada capacitación sobre normas y métodos de verificación.
Por lo tanto, cuando el número de operadores que requieren ser inspeccionados en un determinado país
es reducido, los organismos prefieren enviar inspectores del extranjero que contratar a un asesor local
por un corto período. Esto supone costos más altos de certificación, pues los costos de viaje y hotel
son parte de los honorarios. Cuando hay suficientes clientes, un organismo del exterior puede emplear
a un inspector de la localidad sobre una base más permanente. Sólo cuando el mercado certificador es
suficientemente grande, vale la pena para los operadores montar una oficina local que tramite los
pagos a través de bancos locales y con alguien que responda al teléfono en el idioma local.
Debates continuos
101
Algunas normas requieren pruebas de laboratorio para el análisis de los suelos, la evaluación de la
calidad de las aguas o del residuo de plaguicidas. Si se piden las pruebas, normalmente el laboratorio
necesita tener una acreditación, muy parecida a la del organismo de certificación. Algunos países en
desarrollo no cuentan con un laboratorio que tenga suficiente capacidad, o uno oficialmente
reconocido. En otros casos se encuentran demasiado lejos, son muy costosos o no son accesibles para
los operadores que buscan la certificación. Dado que cada vez se necesitan más pruebas compatibles
con otros propósitos (por ejemplo para cumplir con los requisitos del Acuerdo MSF), la capacidad de
los laboratorios de los países en desarrollo ha estado mejorando gradualmente desde hace algunos años.
No obstante, en algunos países los productores pueden tener enormes dificultades para cumplir con
tales requisitos de certificación, y los organismos que establecen normas y certificación deben
considerar alternativas para no discriminarlos.
En general, las normas voluntarias sociales y ambientales y los programas de certificación ofrecen la
posibilidad de un mayor acceso a los mercados. Ello puede ser a manera de un estatus de proveedores
preferidos para algunos grandes compradores, una mejor imagen en el lugar del mercado, en general, o
el acceso a un mercado de nicho específico de precios con prima. Sin embargo, tal posibilidad no es un
hecho estático, puesto que los requerimientos del mercado pueden cambiar rápidamente y lo que hoy
pueda dar valor a una certificación, en el futuro puede perder importancia. Por ejemplo, inicialmente,
el hecho de poseer el certificado ISO 14001 tenía una gran influencia en las negociaciones con los
compradores, pero después de que casi todas las compañías grandes y medianas lo hubieron obtenido,
este certificado perdió importancia.
POTENCIAL Y RESTRICCIONES DE LOS PROGRAMAS ESPECÍFICOS DE
CERTIFICACIÓN
Con respecto a la agricultura orgánica, tanto los mercados como su impacto son variables. En cuanto a
la exportación de productos orgánicos hacia las cadenas de supermercado europeas, Harris et al. (2001)
señala el hecho de que algunos supermercados se están cambiando al «Sistema de Gestión por
Categoría», según el cual se le da a una empresa la responsabilidad del abastecimiento de todos los
productos, convencionales y orgánicos. Los requisitos para la uniformidad y rastreabilidad favorecen
el uso de granjas de gran escala. Sin embargo, en algunos casos los rigores de la certificación orgánica
hacen de los pequeños productores orgánicos una opción más aceptable comparada con los pequeños
productores convencionales. Los compradores pueden estar seguros de que las granjas son visitadas
una vez al año, y que los problemas de residuos de plaguicidas probablemente no vuelven a ocurrir.
Lo que se puede aprender del estudio de casos es que los métodos orgánicos pueden mejorar los
sistemas tradicionales agrícolas y aumentar el rendimiento. Sin embargo, si vale o no la pena pasar por
todo el proceso de certificación depende mucho de los mercados, y de si los precios con prima
compensan los costos de la certificación. Para los sistemas agrícolas que hacen uso intensivo de
insumos externos, adoptar prácticas orgánicas puede al principio reducir la productividad. Los efectos
sobre los costos de producción dependen mucho de circunstancias individuales, tales como los salarios
locales para el trabajo no calificado. La certificación puede ser esencial para obtener una prima que
compense los bajos rendimientos. Particularmente en los mercados de exportación, se debe prestar
atención a la elección del programa de certificación y puede que sea necesaria una certificación
múltiple. Además, el mercado de orgánicos está creciendo rápidamente y las situaciones de excesiva o
baja oferta pueden aparecer y desaparecer rápidamente. Es difícil evaluar cómo será el mercado
después del período obligatorio de conversión.
El sistema del comercio justo ha sido creado especialmente para dar acceso a los mercados de
exportación a aquellos productores de los países en desarrollo que ellos llaman «en desventaja», a los
efectos de mejorar sus niveles de vida. Sin embargo los requisitos organizativos del comercio justo
pueden crear dificultades a las asociaciones de productores. Además, el mercado del comercio justo es
bastante limitado, por lo que el número de productores beneficiados es también limitado.
102 Las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado de cultivos comerciales
Las normas y los sistemas de certificación de la SAN/Rainforest Alliance han sido diseñados para su
aplicación en países en desarrollo. Sin embargo, las normas para el banano fueron elaboradas para
grandes plantaciones y los pequeños productores pueden tener dificultades con los cuantiosos
requisitos de documentación y los costos de certificación. Al mismo tiempo, sus normas para el café se
han implementado en fincas que cuentan con diversas escalas de operación.
Como normas laborales, SA 8000 y el Código Básico de la ETI, están especialmente dirigidos a
explotaciones que usan mano de obra asalariada en cantidades importantes. No tendría mucho sentido
aplicar la norma en granjas pequeñas que tan sólo dependen de la mano de obra familiar. Ello no
significa que las fincas familiares estén siendo discriminadas, pues no es probable que los
compradores les exijan la conformidad con SA800017. Simplemente se trata de que algunos pueden
preferir a los grandes proveedores que tengan el certificado SA8000, y no a los que no lo tengan.
Los minoristas que promueven a EurepGap han recibido muchas críticas por imponer más requisitos a
los productores sin remunerarles debidamente por los costos adicionales que ello les implica. Se temía
que a los productores de los países en desarrollo, especialmente aquellos pequeños, se les
imposibilitaría cumplir con la norma y perderían el mercado. Ciertamente, el número de pequeños
productores certificados por EurepGap es muy limitado, y la mayoría son productores externos, cuyos
costos de certificación y parte de la documentación son sufragados por el exportador. Parece, sin
embargo, que los minoristas reconocen que los proveedores de los países en desarrollo podrían
necesitar más tiempo. Algunos analistas observaron que en general estaban satisfechos si se
demostraba el compromiso y se hacían mejoras, incluso si aún no se tuviese la certificación. También
se observó que muchas veces los organismos de certificación divulgaron mensajes acerca de que los
productores están a punto de perder el mercado europeo si no obtienen la certificación EurepGap, sin
explicar cuáles son exactamente los minoristas que supuestamente la estén exigiendo. Con frecuencia,
y de manera equívoca, se percibe a EurepGap como un reglamento de la Unión Europea, y parece que
la mayoría de los organismos de certificación no realizan ningún esfuerzo para corregir este rumor y
explicar que EurepGap es un estándar completamente privado.
8.6 EL PAPEL POTENCIAL DE LOS GOBIERNOS
Los gobiernos tienen varios papeles potenciales en relación con los programas de certificación. Antes
que nada, la legislación nacional tiene un impacto sobre cualquier programa que abogue por la
aplicación de ciertas normas, porque establece el entorno jurídico en el cual se lleva a cabo tal
aplicación. Más específicamente, los gobiernos pueden proteger jurídicamente el uso de ciertos
términos en las etiquetas de los productos. Las agencias de gobierno pueden jugar el papel de
organismo establecedor de normas, de acreditación y hasta de organismo de certificación. Los
gobiernos pueden también estimular la adopción de ciertas normas mediante la provisión de
información, incentivos fiscales o subsidios. En lo que queda de esta sección se considerará
brevemente a cada uno de estos papeles potenciales.
Facilitando el entorno jurídico
Casi todas las normas estudiadas requieren que las empresas y los productores se adhieran a la
legislación nacional; en particular, a la ambiental y social. Con frecuencia, los programas de
certificación proporcionan un mecanismo alternativo para hacer cumplir las leyes nacionales allí
donde los gobiernos no cuentan con los recursos – económicos o de otro tipo – para hacerlo
efectivamente. Pueden surgir problemas cuando los requisitos de las normas voluntarias estén en
conflicto con los reglamentos nacionales. En cualquier caso, los programas voluntarios de certificación
no pueden exigir que los interesados actúen en contra de la legislación nacional.
17
No obstante, los compradores pueden preferir proveedores grandes por otras razones como las economías de escala.
Debates continuos
103
Protección de la terminología
En el caso de la agricultura orgánica, muchos gobiernos han decidido proteger jurídicamente los
términos «orgánico», «biológico» y «ecológico», y han restringido el uso de éstos a aquellos productos
y sistemas de producción que cumplen con las normas orgánicas. Para los términos como comercio
justo, comercio ético, agricultura integrada, manejo integrado de plagas, etc., no existe todavía un
control jurídico. El movimiento orgánico ha buscado activamente tal protección en el pasado. Sin
embargo hoy día están divididas las opiniones sobre si ello ha sido sensato. Muchos piensan que han
dejado escapar el control de sus manos.
Los organismos gubernamentales como organismos establecedores de normas o de acreditación
La protección legal de los términos asociados con los métodos de producción orgánica podría llevar a
que los gobiernos desarrollen sus propios reglamentos y se conviertan en organismos establecedores
de normas. Sin embargo esto no es necesario ya que los gobiernos pueden preferir darle un
reconocimiento a las normas establecidas por otros agentes. Para la ISO y las normas orgánicas, los
organismos gubernamentales (las agencias de gobierno) a menudo juegan el papel de organismos de
acreditación, mediante los cuales se puede ejercer el control de la calidad de los servicios de
certificación. A veces este papel se le delega a una agencia tripartita, con representación de la industria,
gobierno y consumidores (no los sindicatos, puesto que estas agencias normalmente no tienen que ver
con las normas laborales). Si los gobiernos sienten que una norma o sistema de verificación está
discriminando a ciertos productores o procesos dentro de su jurisdicción, es posible que quieran
señalarlo al organismo pertinente.
Proporcionar la infraestructura
Los gobiernos pueden proveer servicios de laboratorio para los productores y fomentar el
establecimiento de oficinas locales de certificación, suministrando uno o varios servicios de
certificación. Por ejemplo, Costa Rica ha exigido que todos los organismos de certificación orgánica
pongan una oficina en el país. Otras medidas en este sentido pueden ir dirigidas a facilitar los trámites
administrativos o a otorgar incentivos fiscales. Los gobiernos pueden también invitar activamente a
organismos internacionales a que capaciten inspectores en el país en los programas de certificación
que se consideren más importantes.
Dando incentivos para la adopción de normas
Si un estándar voluntario, social o ambiental, está alineado con la política gubernamental, es probable
que un gobierno quiera estimular su adopción. Para ello el gobierno puede dotar con fondos a las
organizaciones que lo promuevan. Los gobiernos pueden también subvencionar a los productores que
implementen dicho estándar, mediante el pago de los costos de certificación durante el período de
conversión, o de las auditorias previas a la certificación. Los incentivos fiscales pueden ser otra
motivación para los productores que cumplen con la norma. Los costos se pueden justificar
argumentando que, en promedio, aquellos productores pueden llegar a costar menos a la sociedad en
términos de costos por contaminación ambiental o por atención médica debidos a problemas de salud
del tipo ocupacional.
Fomento de la capacidad
Los gobiernos pueden capacitar a oficiales de extensión en los requisitos de las normas y de la
certificación. Pueden también asegurarse de que todo lo concerniente a las normas sea incluido en el
currículo de las escuelas agrícolas y universidades. Finalmente, ellos también pueden fomentar
campañas públicas de información para los productores y consumidores.
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Workshop, Brussels, 6 March 2003.
Cubierta:
La seguridad en el sitio de trabajo y la sostenibilidad ambiental pueden ser promovidas mediante acuerdos
sobre las normas, la certificación y el etiquetado de productos. Este documento da una reseña de las normas
pertinentes para los cultivos de exportación de los países en desarrollo, e incluye los de la agricultura
orgánica, el etiquetado del comercio justo, SA8000, el programa de la agricultura sostenible de la Rainforest
Alliance, la ETI, la norma ISO 14001 y EurepGap.
En este documento se explora el origen de estas iniciativas, su alcance y sistemas de certificación. Asimismo
se analiza la participación de los interesados, el proceso para el establecimiento de normas, los métodos de
verificación, la relación con los Acuerdos de la OMC y el posible papel de los gobiernos. Veintidós estudios
de casos ilustran el impacto que las normas y programas de certificación han tenido sobre los costos de
producción y los ingresos de los productores en los países en desarrollo, con los más recientes datos sobre los
mercados del banano, café, té y cítricos.
Este material puede resultar de utilidad para los gobiernos, compañías privadas y ONG que enfrentan
decisiones complejas en torno a las normas sociales y ambientales, la certificación y el etiquetado,
encontrarán valioso este material.
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