BICENTENARIO DE LA BATALLA DE SALTA Triunfo del heroísmo y el amor a la libertad La Batalla de Salta constituye una piedra fundamental en el camino a la conformación de la nación argentina. La victoria fue el resultado de una acción cívico – militar de hombres, mujeres y niños que con heroísmo y convicción defendieron su derecho a la libertad. Meses antes, en doloroso éxodo, abandonaban su tierra y sus bienes centenares de altoperuanos, jujeños y salteños que huían del asedio y la crueldad de los realistas. En Las Piedras un pequeño triunfo les dio coraje y se atrevieron a pensar en enfrentar al enemigo e impedir su avance hacia Buenos Aires y recuperar el poder. Y sobrevino Tucumán, Batalla que obligó a retroceder hacia Salta al ejército al mando de Juan Pío de Tristán, ex compañero de estudios de Belgrano en España. Y allí volvieron a enfrentarse, esta vez Tristán tuvo que capitular y su ejército juró no volver a tomar las armas en contra de los patriotas. Algunos cumplieron, otros no. Aquel 20 de febrero de 1813 Belgrano estaba enfermo, su fortaleza espiritual le permitió sobreponerse y combatir. Al triunfo contribuyeron mujeres como la jujeña Juana Moro, que en arriesgado espionaje lograron convencer a varios realistas del cambio de bando, como sucedió con Juan José Fernández Campero (Marqués de Yavi) compadre de Pío Tristán que se encontraba a cargo del gobierno de Salta y a quien se le había confiado el mando del ala militar izquierda de las tropas realistas. Campero se retiró con sus hombres del campo de batalla, según lo previamente acordado, y puso sus bienes al servicio de la causa emancipadora hasta que tres años más tarde fue capturado. Entre otros actos heroicos se recuerda el de Martina Silva de Gurruchaga, quien se presentó inesperadamente durante el combate con una pequeña tropa formada por peones, sembrando la confusión. O el de niños de 12 años como Serapio Ovejero y Zacarías Yanzi que participaron en aquélla batalla que posibilitó el avance del Ejército Patrio hacia el Alto Perú, ocupándolo política y militarmente. Los emigrados regresaron a su terruño, pero la victoria en Salta no significó el fin de la guerra por la independencia. Los realistas, reforzados, derrotaron a Belgrano en Villcapugio y Ayohúma obligándolo a retirarse. A comienzos de 1814 el Grl Martín Miguel de Güemes quedó a cargo, por orden del Grl José de San Martín, de la defensa de las Provincias Unidas que fueron definitivamente libres al caer el último bastión realista en Sudamérica (muerte del Grl Pedro Antonio de Olañeta en Tumusla) en 1825. Es importante destacar que en Salta, por primera vez, la Bandera Argentina presidió una batalla. Siete días antes había sido enarbolada en el Río Pasaje donde se juró fidelidad a la Asamblea General Constituyente del Año XIII. (De dicho acto también acaba de celebrarse el bicentenario). Otros datos frecuentemente mencionados son: El premio con que la Asamblea del Año XIII reconoció el triunfo de Belgrano. Los 40.000 pesos, que él donó para fundar 4 escuelas, y el sable de honor. Que luego de la batalla, caídos de ambos bandos fueron sepultados en el mismo lugar donde también se ofició una Misa. La Batalla de Salta permitió sesionar a la Asamblea, que instituyó importantes medidas aunque no logró declarar la independencia ni sancionar la Constitución. Texto gentileza de la Prof. María Cristina Fernández Académica del Instituto Guemesiano macacha@infovía.com.ar http://www.martinmiguelguemes.com.ar/