2. CONCEPTO DE CIENCIA. 2.1 Concepto de Ciencia, Teoría y Filosofía. Las especulaciones científica y filosófica revelan una coincidencia fundamental, en lo que a su última finalidad respecta: una y otra aspiran al descubrimiento de lo verdadero. Podrían tomar diversos caminos y situarse en miradores diferentes; pero la meta que persiguen es la misma. Y aún cuando no siempre logran alcanzar su fin, en todo caso tienen igual sentido, ya que ambas se orientan a la consecución de la verdad. Las ciencias son ensayos de explicación parcial de lo existente, en tanto que la filosofía pretende brindarnos una explicación exhaustiva del mundo, del hombre y de la actividad humana. 2.2 Características y clasificación de la ciencia. La ciencia es un conjunto sistemático y metódico de conocimientos fundados de las cosas por sus causas próximas. La unidad de una ciencia se funda en la unidad de su objeto. “Objeto” es todo aquello a lo cual se dirige el acto conciente de un sujeto. La doctrina escolástica acerca de la ciencia distingue el objeto material, que es el ente concreto total al que se dirige la ciencia, y el objeto formal, que es el aspecto especial (o “forma”) en que se considera el objeto material. El objeto material puede ser común a varias ciencias; por ej. Los actos humanos son el objeto material de la Psicología, de la Fisiología, de la Sociología, de la Moral y el Derecho. En cambio el objeto formal es propio y exclusivo de cada ciencia. Por ejemplo sólo la Psicología considera los actos humanos en su totalidad en cuanto que afectan al yo concreto, en tanto que la Fisiología los considera en su funcionamiento corpóreo, y la Moral y el Derecho en su relación con la norma moral o jurídica, respectivamente. Atendiendo al objeto material, Guillermo Wundt clasifico a las ciencias particulares (que distinguimos de la Filosofía, que es ciencia totalizadora) en ciencias matemáticas, ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu que tienen respectivamente por objeto material las relaciones cuantitativas o numéricas, los seres existentes en la naturaleza sin la intervención de la acción libre del hombre y las obras de la actividad espiritual humana. Guillermo Dilthey ha señalado las distinciones entre las ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu. Las primeras prescinden de lo individualmente peculiar y se ocupan de lo universal, que enuncian por medio de leyes aplicables de modo igualmente válido a muchos individuos y procesos particulares. Las ciencias del espíritu tienen que habérselas con los diversos aspectos de la vida espiritual y sus objetivaciones, se les llama también la “ciencias de la cultura”. 2.3 Lógica formal y lógica jurídica. Dentro de nuestro lenguaje cotidiano, solemos utilizar la palabra “ilógico”, para referirnos a cuestiones carentes de orden, absurdas, irreales. En cambio cuando utilizamos la palabra lógica, nos referimos sin duda alguna, a una idea ordenada, correcta, real. Lo paradójico, es que para entender no solamente la Lógica, sino cualquier otra ciencia o teoría del conocimiento humano, necesitamos forzosamente de la lógica. De ahí que existen personas que razonan correctamente para llegar a una determinada conclusión, mientras que existen otros, que razonan de manera intuitiva e inmediata, para poder llegar a un resultado. Todos los seres humanos emplean las leyes de la lógica, para resolver problemas. La lógica es un instrumento para conocer la verdad, nos sirve para pensar correctamente, sin incurrir en el error. Así tenemos que algunos filósofos definen la lógica como “el estudio de los métodos y principios que se usan para distinguir el razonamiento bueno (correcto) del malo (incorrecto)”., definiendo también la Lógica “como la ciencia del razonamiento”. Otra definición podría ser como “la ciencia de los pensamientos y de la razón”. O bien, decir que lógica es “aquella ciencia directiva del acto de la razón humana, por la que el hombre en dicho acto, procede ordenada, fácilmente y sin error”. Habiendo expuesto algunas definiciones de lógica, es necesario exponer ahora, las distintas modalidades que existen de la Lógica. 2.4 El derecho como objeto de estudio de la ciencia jurídica. La causa final del orden en una sociedad estriba en regular, las relaciones que se entablan en el seno de la convivencia humana. Las normas de conducta que la constituyen rigen sobre o contra la voluntad de los sujetos a los cuales se aplican. En conclusión el derecho consiste en un conjunto de reglas encaminadas a organizar las sociedades haciendo posible la convivencia pacífica Desde un punto de vista deontológico, la capacidad normativa del Derecho no es absoluta. El fin supremo a que aspira el derecho es realizar su misión en forma justa, de no ser así estaría en permanente pugna con los ideales que postula la filosofía del derecho. La regulación jurídica es indispensable para la existencia, de la sociedad en todos sus aspectos. Si no existiera el Derecho, la vida social, no podría desarrollarse. En todas las comunidades, independientemente de sus condiciones, siempre ha funcionado el Derecho. El Derecho en sí es una estructura normativa susceptible de acoger dentro de la sustancialidad de sus normas técnicas y científicas. Además, debe reflejar en sus prescripciones fundamentales las transformaciones sociales, económicas, culturales y políticas que se registran dentro la vida de las sociedades humanas, con el objeto de consolidar los resultados de dichas transformaciones y de regular imperativamente las relaciones comunitarias a ellos. Lo que debe cambiar constantemente en el Derecho es su contenido, y debe expresar siempre los cambios sociales, presentes en toda sociedad a lo largo de su historia. 2.5 Corrientes filosóficas que analizan el derecho. La situación real, positiva, que guardaba el individuo como gobernado en la Edad Media, que se traducía en una plena superación de la persona al poder público, no excluyó la circunstancia de qué en la patrística y, sobre todo, en la escolástica, principalmente con Santo Tomás de Aquino, se preconizara la existencia de un “derecho natural” fincando en la índole misma del ser humano. Así, el aquinatense. Proclama la existencia de una ley natural que debe regir precisamente la conducta de la criatura racional hacia la obtención de sus fines vitales fundamentales, reputando contra naturam toda norma positiva que no respetase este desiderátum del hombre, ideas que, desfavorablemente, no cristalizaron en ninguna institución jurídica medieval. Antes, los primeros padres de la Iglesia, siguiendo las enseñanzas de los apóstoles, proclamaron la igualdad entre los hombres como situación deontológica derivada puntualmente del innegable hecho de que todos son hijos de Dios. El pensamiento jurídico medieval, en términos generales, se desarrolló en torno a cuestiones y problemas de carácter religioso y teológico, con el propósito primordial de explicar y justificar, en sus respectivos casos, las dos posturas antagónicas que se disputaban la hegemonía política, a saber: la supremacía del poder del papado o la de los reyes. A esta preocupación se hubiese definido la situación del gobernado frente al gobernante ni se haya intentando crear o reconocer los derechos del hombre en los regímenes jurídico-políticos del medievo, ya que éstos, descansaban sobre la concepción de que el poder público, ejercido en el orden temporal por los monarcas y en el espiritual por la Iglesia, emanaba de Dios y de que las autoridades que lo detentaban eran sus representantes en la Tierra. En el siglo XV de nuestra era, comienza a desenvolverse teorías jurídicas, políticas y filosóficas muy importantes tendientes a sustituir el concepto de la soberanía real por el de la soberanía popular.