REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ B ROUSSE. 2007; VOL 2 (1): 79-85 REVISTA DE REVISTAS Cesárea, técnica quirúrgica basada en la evidencia* Vincenzo Berghella1, Jason K. Baxter1, Suneet P. Chauhan2. Department of Obstetrics and Gynecology, Division of Maternal – Fetal Medicine, Jefferson Medical College of Thomas Jefferson University, PA1; Aurora Health Care, West Allis, WI 2. American Journal of Obstetrics and Gynecology (2005) 193: 1607-17. Methodius Tuuli, MD, MPH, PGY3. Faculty Sponsor: Nicole Yost, MD. Conference in Emory University School of Medicine. Atlanta, Georgia 30303. August 2, 2006. Evidence-based Surgery for Cesarean Delivery. Revisión: Dr. José Lattus Olmos, Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital Dr. Luis Tisné Brousse, Universidad de Chile, Campus Oriente Peñalolén. Dra. Marcela Catalán Barahona, Médico General de Zona en Capacitación, Puerto Aysén. “La vida es breve y el a rte la rgo; la oca sión fuga z, la experiencia enga ñosa , el juicio difícil”. Hipócrates (460-370 A.C.) OBJETIVOS Revisión del concepto de medicina basada en la evidencia, reseña histórica del parto por cesárea (C/ S), recomendaciones según la evidencia de cada paso en el parto por C/S, conclusiones. MEDICINA B ASADA EN LA EVIDENCIA (MBE) MBE es “concienzuda, explícita y usa juiciosamente la mejor evidencia actual para la toma de decisiones respecto al cuidado de cada paciente en particular. Esto quiere decir, que se integran la experticia clínica individual con la mejor evidencia clínica externa disponible a partir de investigaciones sistemáticas”1. Es relevante el hecho de que para recomendar o establecer indicaciones, el grupo de expertos debe dar a conocer, basado en la evidencia existente: La Correspondencia a : Dr. José Lattus O. E mail: drjose.lattus@gmail.com experticia clínica: experiencia clínica acumulada, conocimientos y destreza clínica, tener en cuenta que cada paciente tiene intereses personales y únicos, así como expectativas y valores, y que la mejor evidencia por lo general es encontrada en investigaciones clínicamente relevantes que han sido realizadas usando metodología adecuada. MBE tiene tres importantes ventajas, ofrece el modo más seguro y más objetivo de determinar y mantener de forma coherente, normas de alta calidad y de seguridad en la práctica médica. Ayuda a agilizar el proceso de traspasar las conclusiones de investigaciones clínicas a la práctica, y tiene el potencial para disminuir considerablemente gastos de asistencia médica. Así también MBE tiene limitaciones y percepciones erradas comúnmente citadas. LIMITACIONES: Universal para la práctica de la medicina, poco tiempo vigente, depende de los avances día a día, dificultad en aplicar a cada uno de los pacientes, existen obstáculos para practicar medicina de alta calidad, MBE es lo único que se practica, necesidad de desarrollar nuevas destrezas, tiempo y recursos limitados, pero con escasa evidencia de que la MBE “sirve”. Y si debiéramos construir una pirámide de la eviden- 79 REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ B ROUSSE. 2007; VOL 2 (1): 79-85 cia, tendríamos en primer lugar el Meta Análisis, luego las Revisiones Sistemáticas, los Estudios Randomizados y Controlados, los Estudios de cohorte, Estudios de caso control, las Series de casos/reportes de casos y por último el recurso final del médico “Yo tenía una paciente………………”. Si subimos en la pirá mide, disminuye la ca ntida d de estudios disponibles, pero a umenta la importa ncia de la opinión clínica . Respecto de las PERCEPCIONES ERRADAS2: MBE subestima la experiencia clínica, ignora las preferencias y valores personales, promueve la realización de “libro de cocina” para la medicina, está limitada a la investigación clínica, es simplemente una forma de reducir gastos, es una torre de conceptos, y conduce a nihilismo terapéutico por falta de pruebas randomizadas. NIVELES DE EVIDENCIA I Al menos uno randomizado controlado II-1 Pruebas bien diseñadas controladas no randomizadas II-2 Caso control bien diseñado con estudio analítico II-3 Múltiples series de casos con o sin intervención. III Opiniones de autoridades respetadas basadas en su experiencia clínica, estudios descriptivos, reportes de comité de expertos. RECOMENDACIONES BASADAS EN EVIDENCIA A: fuertemente recomendada, buena evidencia que la sostiene B: recomendada, hay evidencia que la apoya C: no apoya ni contraindica, hay evidencia, pero ventajas y daños muy similares como para concluir D: contraindica, hay evidencia en contra de. I: pruebas insuficientes para apoyar o contraindicar. RESEÑA HISTÓRICA3-6, se debe considerar una parte anecdótica y mitológica y otra científica. La primera se emparenta con los tiempos lejanos donde el nacimiento por C/S era algo misterioso y sobrenatural. Según la mitología clásica, tanto el nacimiento de Escula pio como el de Ba co fueron por C/S. En la mitología griega hay referencias a nacimientos de dioses o semidioses por vía abdominal, como el que se refiere a Hermes que sacó a Dionisio por mandato de Zeus del vientre de Semele, y Apolo, que abre el abdomen de Corinis, muerta por Artemis, y saca a Escula pio. Es improbable que Julio César naciera por esta técnica, la palabra C/S puede derivar del verbo latino «caedare» que significa “cortar” probablemente denominada después «lex C/S» o ley regia de Numa Pompilius año 715 (siglo VIII AC) en Derecho Romano que permitía el retiro del feto de una madre muerta. En el año 1020 80 DC, primer documento del parto por C/S; en 1500 DC, Caspar Bahuin informa del primer caso de sobrevida del feto y su madre, por el matarife y castrador de cerdos Jacob Nuffer de Sigershausen, Suiza hecha a su esposa Isabel, empleó una navaja de rasurar y el niño nació vivo. La madre tuvo 5 hijos más, lo que pudiera señalarse como uno de los primeros partos vaginales después de una C/S, aspecto que en la actualidad cobra vigencia y defensores; en 1581, Fra ncois Rousset publica un libro en el que por primera vez se apoya el uso de la operación en mujeres vivas y se considera el verdadero creador del nombre de la operación C/S; Jeremia s Tra utma nn de Wittemberg en Nuremberg, Alemania año 1610 para algunos y en 1620 para otros, practicó una C/S en una mujer viva en presencia de 2 parteras. La mujer murió a los 25 días por sepsis. Algunos señalan este hecho como el primer documento indiscutiblemente auténtico sobre la C/S en una paciente viva. En 1768 introdujo Sega uten la sinfisiotomía y, en 1769, Leba s, un cirujano francés, fue el primero en cerrar la histerotomía, por lo que fue muy criticado. Por esa época, Orborn recomendaba la craneotomía como método de extracción del feto sin lesionar a la madre. En Inglaterra en 1799, Ba rlow fue el primer médico en hacer la operación con supervivencia materna. No hubo otro caso favorable en ese país hasta 1834. Como métodos alternativos se usaban la craneotomía y los fórceps altos, pero Willia ms, en 1779 concluyó que el fórceps alto era más mortal que la C/S. Muchas referencias hay en cada país acerca de la primera C/S. Así, en Colombia, se señala que la primera se realizó en 1844, en Estados Unidos en 1827 por Richmond, en Cincinnati; sin embargo, hay otras referencias en las que se plantea que la primera C/S realizada en ese país fue en 1764. En 1882 Saenger abogó el cierre de todo el útero, era moderna de la cirugía en C/S, en 1912 Krônig reconoce que tiene mayores ventajas la segmentaria que la incisión vertical uterina, en 1922 De Lee populariza la incisión uterina segmentaria baja en USA, y en 1926 Munro-Kerr5 publica su casuística reafirmando que la incisión transversa uterina debe ser la técnica de elección en C/S. C/S ha sido asociado con una baja tasa relativa de mortalidad por más de 100 años, principalmente debido al uso de antibióticos, avances en anestesia, y funcionamiento rutinario. C/S es ahora la cirugía más común en USA, con más de 1 millón de procedimientos por año. RESULTADOS Recomendaciones basadas en la evidencia, basadas en gran parte en revisiones de artículos de Berghella REVISTA DE REVISTAS y cols*, con modificaciones, revisiones en MEDLINE, PubMed, EMBASE y Cochrane, Metaanálisis, revisiones Sistemáticas, Pruebas Randomizadas y Otros estudios: Inclinación lateral izquierda, usualmente 10-15 grados de inclinación del abdomen a izquierda evitan la compresión de la vena cava por el útero grávido, se comparó con la posición supina en 3 pruebas aleatorias metodológicamente pobres (n = 293)7-9. Revisiones del Cochrane concluyen que la lateralización a izquierda se asocia con: menor cantidad de Apgar bajos, mejor pH y saturación de oxígeno fetal, la saturación de oxígeno fetal, fue mejor en un estudio no randomizado, de mujeres que trabajan. Recomendación: I; evidencia: pobre10. Aseo de la piel, sólo 1 estudio randomizado, en 100 mujeres se usó aleatoriamente parachlorometaxylenol restregando o no por 5 minutos, después todas recibieron povidona al 7,5%, luego solución de povidona yodada 10%, no hubo diferencia significativa en: Endometritis (OR, 2.7; 95% CI, 0.8-8.9), e infección de herida operatoria. El estudio estuvo limitado por posible error tipo II, dado por el pequeño número de pacientes11. En 1 metaanálisis de varios estudios sobre mujeres no embarazadas, no hubo diferencia en cuanto a presencia de infección de herida en relación con los diferentes tipos ni tiempos de escobillado. Se concluye: el uso de sólo una solución yodada es considerado razonable. Recomendación: I; Evidencia: pobre. Incisión de piel transversa v/s vertical. Se compararon dos estudios randomizados, la incisión transversa se asocia con: menor dolor posoperatorio y mejor efecto estético. Conclusión: en general, la incisión transversa está recomendada. Recomendación: B; Evidencia: suficiente. Incisión transversa Pfannenstiel v/s Joel-Cohen. Se compararon dos estudios randomizados, el mayor (n =310), el estudio mejor diseñado, reveló que no hay diferencias en: Tiempo total de la cirugía (32 v/s 33 min.). Complicaciones intra o posoperatorias. Resultado neonatal12,13. En un trabajo pequeño (n =20), estudio con un diseño no tan bueno como el mayor, la incisión tipo Joel- Cohen se asoció significativamente con: Menor tiempo operatorio, Disminución en la pérdida de sangre y menor dolor postoperatorio. Conclusión: Recomendación: C; Evidencia: satisfactoria13. Incisión de tejido celular subcutáneo (SQ) con bisturí v/s disección roma digital v/s Bovie (electro bisturí). No hay estudios por separado en un trabajo, la mayor parte de clínicos escinden sin rodeos del medio hacia lateral, evitan lesionar tejido y vasos de epigástrica inferior. Asociado con tiempos operato- rios más cortos. No hay estudios para evaluar la seguridad o eficacia del Bovie durante C/S. Recomendación: I; Evidencia: pobre. Incisión de la fascia. No hay estudios por separado, la mayoría de los expertos recomiendan una incisión transversa con bisturí y extenderla lateralmente con tijera. Algunos clínicos apoyan la extensión digital, a través de una incisión medial transversa. Conclusión: Recomendación: I; Evidencia: pobre14. Incisión de la fascia de los rectos. No ha sido estudiada por separado. Varias investigaciones dudan sobre su necesidad en la técnica comúnmente usada de C/S. Conclusión: recomendación: I, evidencia: pobre14-16. Músculos Rectos: Pfannenstiel v/s Maylard. Tres estudios: (n =313), aleatoriamente se usó la técnica Maylard (cortarlos) ó Pfannenstiel (separarlos). No hubo diferencia: Morbilidad operatoria, Parto dificultoso, Complicaciones posoperatorias, Escala del dolor17-19. Un estudio demostró que la fuerza de los músculos abdominales a los tres meses fue similar, tendiendo a ser mejor el grupo de Pfannenstiel (mejor fuerza). Conclusión: probablemente el corte de los músculos rectos no es necesario. Recomendación: D; Evidencia: suficiente20. Apertura del peritoneo. No ha sido estudiada por separado, usualmente se diseca con tijera o de forma roma, seguido de una expansión digital, en la zona decolable. Se debe tener cuidado y hacerla por encima de la vejiga para evitar dañar el órgano por debajo. Recomendación: I; Evidencia: pobre. Realización pliegue vesical. Un estudio randomizado (n =102). Aleatoriamente se asignó tanto la incisión y la apertura de una hoja de peritoneo vesical o una incisión directa 1 cm. sobre el pliegue vesical. Incisión alarga el intervalo para la extracción fetal 7 v/s 5 min. P <0,001. Mayor tiempo operatorio total 40 v/s 35 min. P = 0,004. Mayor cambio en niveles de hemoglobina 1 v/s 0,5 g/dL P =0,009. Más microhematuria posoperatoria 47% v/s 21% P <0,01. Mayor necesidad de analgesia 55% v/s 26% P =0,00621. Daño vesical. Raro en C/S, 1-3/1.000 nacidos vivos. Se necesita un tamaño de la muestra mayor a 40.000 pacientes para mostrar diferencias en los resultados. No fue evaluado efectos a largo plazo: adherencias, función vesical, fertilidad. Conclusión: el no realizar un “decolaje” vesical en C/S puede ser justificado. Recomendación: D; Evidencia: suficiente15,16,21. Tipo de incisión uterina transversa baja v/s vertical baja v/s clásica. No ha sido estudiada por separado en trabajos aleatorios, la mayoría de los 81 REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ B ROUSSE. 2007; VOL 2 (1): 79-85 expertos y en estudios caso–control retrospectivos, está a favor de la incisión transversa baja. La incisión clásica o corporal o por lo menos la vertical baja se apoya si: El segmento inferior no está bien desarrollado (<28 sem), fibromas en el segmento inferior uterino. Está asociada a una mayor pérdida de sangre. Conclusión: Recomendación: B; Evidencia: suficiente, satisfactoria22,23. Expansión de incisión uterina roma (dedos) v/s lineal (tijera). Dos estudios randomizados. El primero incluyó 147 con tijera v/s 139 expansiones de incisiones uterinas roma con los dedos. No hubo diferencias en la incidencia de: Extensiones descontroladas o desgarros (14% v/s 12%) P =0,61. Niveles de hemoglobina posparto 9,9 v/s 10,3 g/dL P =0,1224,25. El segundo estudio reciente más grande, comparó 470 expansiones con tijera v/s 475 expansiones con los dedos. La expansión con tijera se asoció a un aumento de: Mayor pérdida de sangre 886 v/s 843 ml P = ,001. Hemorragia posparto 13% v/s 9%; RR, 1,23; 95% CI, 1,03-1,46. Necesidad de transfusión 2% v/s 0.4%; RR, 1,65; 95% CI, 1,25-2,21. Número total de extensiones o desgarros RR, 1,66; 95% CI, 1,47-1,8625. En resumen: Extensión con tijera aumenta significativamente la pérdida de sangre, la necesidad de transfusión y las extensiones o desgarros. La extensión con dedos es más rápida, menor riesgo de lesionar y cortar inadvertidamente el cordón umbilical o al recién nacido. Conclusión: La extensión con dedos se prefirió a la extensión con tijera. Recomendación: A; Evidencia: buena24,25. Antibióticos profilácticos. Paso mejor estudiado en la C/S (más de 81 pruebas aleatorias). La Revisión de Cochrane muestra la ventaja tanto en C/S electiva como en la no electiva. Disminución de la endometritis más del 60% tanto en C/S Electiva RR, 0,38 (95% IC, 0,220,64), como en C/S No electivas RR, 0,39 (95% IC, 0,340,46). Disminución de la infección de herida operatoria Electiva 25% (RR, 0,73; 95% IC, 0,53-0,99) y No electiva 65% (RR, 0,36; 95% IC, 0,26-0,51)26. Conclusión: Los resultados justifican el uso de antibióticos profilácticos en las mujeres que son sometidas a C/S (electiva o no electiva). Recomendación: A; Evidencia: buena. Además 51 estudios han evaluado el antibiótico apropiado, la eficacia de la ampicilina es equivalente a la cefalosporina de 1ª generación (cefazolina) (OR 1,27, 95% CI: 0,84-1,93), la última generación de cefalosporinas es más cara y no ha mejorado la eficacia. (OR 1,21, 95% CI 0,97-1,51) Recomendación: A: calidad: buena. Dosis múltiples sistémicas no aumentan la eficacia sobre una dosis simple OR 0,92 (95% CI 0,701,23) Recomendación: D; calidad: buena. 82 Tanto la vía sistémica como el lavado intrauterino y peritoneal con 2 g de cefazolina después de la expulsión de la placenta para la administración del antibiótico tienen eficacia similar OR 1,19 (95% CI 0,81-1,73). Recomendación A; Evidencia: buena26,27. Profilaxis antibiótica al clampear cordón v/s preoperatorio. Tres estudios por separado no mostraron diferencias en cuanto a la tasa de infecciones. Recomendación: I; Evidencia: pobre28-30. Remoción de la placenta. Espontánea (con pequeña tracción de cordón) v/s remoción manual. Hay 6 estudios randomizados (n >1.700 mujeres) y 3 estudios (n =223) fueron resumidos en una revisión del Cochrane31. La remoción manual está asociada de forma importante y estadísticamente significativa a: Aumento en la pérdida de sangre, promedio 436,35 ml, (95% IC 347,82-524,90). Aumento endometritis posoperatoria OR 5,44, (95% CI 1,25-23,75). Aumento en hemorragia feto-materna (tendencia) OR 2,19, (95% CI 0,69-6,93)31. La hipótesis es que la pérdida de sangre aumenta al retirar la placenta manualmente se debería a que los sinusoides dilatados de la pared uterina no están cerrados aún. La contaminación bacteriana del segmento inferior uterino y la incisión puede ser transferida al segmento superior al extraerla manualmente. Conclusión: La remoción placentaria espontánea se debiera preferir a la remoción manual. Recomendación: A; Evidencia: buena. Histerorrafia con exteriorización uterina v/s reparación intraabdominal. 6 estudios randomizados (n =1.221) resumidos y con conclusiones en revisión Cochrane32. Exteriorización del útero: No hay diferencias estadísticamente significativas en la mayor parte de los resultados. El cierre extraabdominal de la incisión uterina implicó menos casos de fiebre por más de 3 días, RR 0,41, (95% CI 0,17-0,97)32. Conclusión: al equilibrar los beneficios de los daños están muy cerca uno del otro como para poder justificar una recomendación. Recomendación: C; Evidencia: suficiente. Cierre de la incisión uterina simple v/s doble plano de sutura. 2 estudios (n =1.006) y resumidos en una revisión Cochrane. En el estudio mayor (n =906) se encontró que la histerorrafia en un plano: Disminuyó el tiempo operatorio 5,6 min. (P = ,0001). No hubo diferencias en pérdida de sangre, necesidad de transfusión y endometritis33,34. En un estudio pequeño se encontró una baja incidencia de cicatrización anormal al suturar en un plano al control con histerografía al tercer mes del posoperatorio, 26% v/ s 88%; RR, 0,30, (95% CI, 0,18-0,48)35. Cierre del útero y riesgo de rotura. A 145 de 906 mujeres se les hizo el seguimiento: 1 de 70 (cierre en REVISTA DE REVISTAS 1 plano) v/s 0 de 75 (cierre en dos planos) presentó dehiscencia. Ninguna presentó rotura uterina. Numero muy reducido para detectar una diferencia significativa en estos resultados a largo plazo36. Una revisión retrospectiva del cierre en un plano encontró un mayor riesgo de rotura uterina durante la inducción del trabajo del parto pos C/S, RO 3,95 (95 % IC, 1,35-11,49). Conclusión: Ninguna recomendación a favor o en contra. Recomendación: C; Evidencia: suficiente. Irrigación intraabdominal con suero fisiológico v/ s no irrigación. Un estudio (n =196), no hubo diferencias significativas en cuanto a morbilidad materna, 13,1% v/s 14,4%, P =0,84. No hubo diferencia significativa al considerar pérdida de sangre, tiempo operatorio, estadía hospitalaria, normalización de la función gastrointestinal y complicaciones infecciosas. Conclusión: recomendación: C; Evidencia: suficiente aceptable37. Cierre v/s no cierre peritoneal. Nueve estudios (n =1.811) que fue resumido en una revisión Cochrane. Al no cerrar peritoneo se disminuye significativamente el tiempo operatorio 7,33 min. 95% CI (8,43 a 6,24) la fiebre posoperatoria y la estadía hospitalaria38. Un estudio (de 7 años) no mostró diferencia en cuanto al dolor, fertilidad, síntomas urinarios, y adherencias. Una revisión reciente (con datos de cirugía y ginecología) incitó al no cierre tanto del peritoneo parietal como visceral. Conclusión: El no cierre está recomendado. Recomendación: A; Evidencia: buena38-40. Reaproximación de los rectos. No ha sido analizado en ningún estudio. Los músculos tienden a una correcta ubicación anatómica. Su sutura puede causar dolor innecesario cuando la mujer inicia la movilización después de la cirugía. Recomendación: I; Evidencia: pobre. Cierre de la aponeurosis, técnica. No ha sido analizado en ningún estudio. La mayoría de los expertos se inclina por un cierre suave con sutura reabsorbible. Recomendación: I; Evidencia: pobre. Sutura v/s el no cierre del plano SQ a cualquier profundidad. Tres estudios (n =875). La disrupción de la herida disminuyó en el grupo en que se suturó (RR, 0,56; el 95% CI, 0,36-0,86). Para grosor del SQ <2 cm. no hubo diferencia (RR, 1,01; el 95 % CI, 0,462,20). Conclusión: no se puede recomendar de forma rutinaria el cierre del plano SQ con profundidad <2 cm. Recomendación: D; Evidencia: pobre41-43. Cierre v/s el no cierre con más de 2 cm. de profundidad del SQ. Cinco estudios (n =887). El cierre se asocia con una disminución de: Disrupción de herida RR, 0,66, (95% CI, 0,48-0,91). Seromas: RR, 0,42, (95% CI, 0,24-0,75). Conclusión: la evidencia apoya el cierre del plano subcutáneo rutinariamente con un grosor o espesor mayor de 2 cm. Recomendación: A; evidencia: buena. Drenaje v/s no drenaje o cierre con más de 2 cm. de profundidad. Dos estudios, el drenaje se asoció a: Disminución de complicaciones de la herida OR, 0,44; 95% CI, 0,26-0,74. Y fue similar la incidencia de complicaciones de la herida con drenaje así como al cerrar con sutura OR, 0,67; 95% CI, 0,39-1,2043,44. Drenaje v/s sutura. Se recomienda colocar drenaje. Recomendación: A; evidencia: buena. Conclusión: el cierre o drenaje en mujeres con profundidad de tejido SQ !2 cm. está asociado a beneficios comparándolos con los que no se suturaron o drenaron, no está claro todavía si una es superior a la otra. Cierre de piel: corchete v/s sutura intradérmica. Un estudio publicado en la revisión Cochrane. A 66 mujeres al azar con incisión Pfannenstiel se comparó cierre con corchete v/s sutura intradérmica con ácido poliglicólico 4-045,46. Cierre con corchetes disminuyó el tiempo operatorio <1 v/s 10 min.; P <0,001. Aumentó el uso de medicamentos analgésicos durante hospitalización 24,6 v/s 19,7; P =0,008. Aumento en la puntuación de la escala del dolor al alta 6,6 v/ s 5,1; p =0,00346,47. Cierre de piel intradérmica. La sutura intradérmica es considerada cosméticamente mejor tanto para el paciente (p =0,4) como para el médico (p =0,01) al control de las seis semanas, C/S es considerada un procedimiento limpio-contaminado, al escindir el útero considerado una víscera hueca, con un relativo alto riesgo de infección de la herida. El método de cierre continuo no permite abrir la herida de forma selectiva en casos de infección o colección. Conclusión: no hay evidencia concluyente acerca del cierre de piel después de una C/S. La elección podría ser tomada por la paciente con asesoría de su ginecólogo basado en los limitados datos existentes. Recomendación: I; evidencia: pobre. CONCLUSIONES FINALES La operación C/S es frecuentemente realizada hoy en día con expectativas de seguir aumentando, sólo en los EE.UU. se realizan 2 cada minuto. Es imperativo el uso de una técnica que sea segura para la madre y el feto. Ceñirse a técnicas basadas en la evidencia podría reducir complicaciones y disminuir los resultados no deseados. La evidencia actual es limitada, y mientras lo sea: “Los datos que tenemos no son los datos que queremos. Los datos que queremos no son los que necesitamos. Los datos que necesitamos no están a nuestro alcance” (Finagel’s Laws) y… a veces no sacamos provecho del conocimiento con el cual contamos47. 83 REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ B ROUSSE. 2007; VOL 2 (1): 79-85 Evidencia a nuestro favor de buena calidad: Uso de profilaxis antibiótica (ampicilina o cefalosporinas de 1ª generación, una dosis). Expansión digital de histerotomía. Remoción espontánea de la placenta. No cierre tanto del peritoneo visceral como parietal. Sutura de cierre o drenaje del tejido subcutáneo con !2 cm de profundidad. Los obstetras formados y aquellos en entrenamiento, deben conocer y estudiar cada aspecto de las recomendaciones emanadas de los estudios basados en evidencias. Algunos aspectos de la operación C/S tienen menor evidencia de calidad que buena, esperamos que en el futuro existan investigaciones bien diseñadas y estudios adecuados. La práctica deberá continuar a la luz de nuevas evidencias y desarrollo de la investigación. REFERENCIAS 16. PELOSI MA, PELOSI MA III, GIBLIN S. Simplifief cesarean section. Contemp Obstet Gynecol 1995; 40: 89-100. 17. AYERS JWT, MORLEY GW. Surgical incision for cesarean section. 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