Sociedad Civil y Derechos Humanos Estado actual y rumbo de tres Sistemas Regionales de Proteccción de los Derechos Humanos Antonio A. Cançado-Trindade1 Es oportuno recordar que, hace una década, tuve el privilegio de participar como expositor en el I Curso del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) de capacitación para abogados de víctimas de violaciones de derechos humanos y ONG, precisamente por invitación de Pedro Nikken y Roberto Cuéllar, hoy aquí presentes, con quienes he tenido la satisfacción de compartir experiencias inolvidables en el campo de la protección y promoción internacionales de los derechos humanos, a escalas tanto regional como universal (Naciones Unidas), en ocasiones distintas. Es un gran gusto poder estar con todos ustedes en este II Curso Interamericano “Sociedad Civil y Derechos Humanos”, para compartir algunas reflexiones sobre los tres 1 Brasileño, Doctor en Derecho Internacional y Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 173 (01) Libro II Curso Inter 173 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano sistemas regionales de derechos humanos en operación en el presente, sobre todo por los lazos de afecto que me vinculan y siempre me vincularán al IIDH. I should also like to add that it is with great satisfaction that I share this panel with Andrew Drzemczewski, my contemporary of University years in Cambridge and Strasbourg in the seventies, who has more recently played such an important role in late developments in the Council of Europe, not only in relation to the travaux préparatoires of Protocol XI to the European Convention on Human Rights, but also with regard to the monitoring work of the Council of Europe vis-àvis the countries of Eastern Europe. La intervención se desarrollará según el siguiente plano de exposición: en primer lugar, me referiré a los últimos desarrollos en el sistema africano de derechos humanos; en seguida, daré noticia de lo que ha tratado la importante Conferencia de Roma –de la semana pasada– conmemorativa del 50 aniversario de la Convención Europea de Derechos Humanos, en la cual participé en representación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Lo haré particularmente en lo tocante al gran dilema que enfrenta hoy el sistema europeo de protección frente a los cambios sustanciales introducidos por el Protocolo XI a la Convención Europea. Y, finalmente, procederé a un análisis comparativo de los problemas procesales comunes tanto al sistema europeo como al sistema interamericano de derechos 174 (01) Libro II Curso Inter 174 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos humanos, con atención especial y énfasis en la cuestión del acceso directo del individuo a la justicia a escala internacional, al automatismo de la jurisdicción contenciosa de los tribunales internacionales de derechos humanos, y a la cuestión del cumplimiento o ejecución de las sentencias de los tribunales internacionales (Cortes Interamericana y Europea) de derechos humanos en el ámbito de derecho interno. Quisiera analizar estos tres tópicos, por cuanto fueron precisamente algunos de los puntos más debatidos no solo en el Seminario del año pasado realizado por el IIDH aquí en Costa Rica, sino también en la reciente Conferencia de Roma de los Estados Partes en la Convención Europea. No abordaré aspectos históricos, porque ustedes todos los conocen y ya se encuentran en los libros. Quisiera detenerme en el estado actual y los rumbos de los tres sistemas regionales de protección, en una visión comparativa. Ustedes saben perfectamente, en lo que concierne al sistema africano, que este presenta algunas características muy especiales, propias de la visión africana de la temática de los derechos humanos. Si tuviera que resumir muy rápidamente los logros de la Conferencia de Lagos, de la Conferencia de Addis Abeba y otras, los resumiría en ocho puntos principales, que corresponden a la propia concepción africana de la protección internacional de los derechos humanos. Estos puntos son los siguientes: en primer lugar, una visión esencialmente holística de todos los derechos humanos, inclusive el derecho al desarrollo; en segundo lugar, un énfasis en los deberes del individuo 175 (01) Libro II Curso Inter 175 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano –paralelamente a sus derechos– porque es muy propio de la cultura africana, que mucho valora la vida comunitaria, como se desprende de toda la vasta literatura jurídica sobre la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos; en tercer lugar, la fraseología que han escogido los redactores de la Carta Africana, que presenta unas tecnicidades que no pueden pasar inadvertidas. Por ejemplo, la Carta se refiere a peticiones o comunicaciones interestatales y “otras” (interpuestas por entidades no estatales, grupos de particulares e inclusive individuos); es muy importante tener en mente este tipo de lenguaje utilizado por los juristas africanos. En cuarto lugar, el gran paso dado hace dos años, con la aprobación del Protocolo de Burkina Faso, el primer Protocolo a la Carta Africana, adoptado el 9 de junio de 1998, que dispone el establecimiento de una Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (que todavía aguarda las ratificaciones necesarias para entrar en vigor). En quinto lugar, el carácter –que considero criticable– confidencial, del trámite de casos por la Comisión Africana, el cual permanece confidencial hasta que la Asamblea de los Jefes de Estado y Gobierno de la Organización de la Unidad Africana (OUA) determine la publicación de las respectivas decisiones de la Comisión Africana. En sexto lugar, la ausencia de una cláusula de derogación (similar al artículo 27 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y al artículo 15 [original] de la Convención Europea), acompañada, sin embargo, de mayores limitaciones en la propia formulación de los derechos. Trátase de un quid pro 176 (01) Libro II Curso Inter 176 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos quo: no hay cláusulas de derogación, pero los derechos están formulados en términos más restrictivos. En séptimo lugar, la Carta Africana consagra normas de interpretación (artículo 60), en disposición que encuentra paralelo en el artículo 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por último, la reciente adopción del Protocolo de Burkina Faso, previendo la creación de la Corte Africana, revela una tendencia hacia la jurisdiccionalización del sistema africano de derechos humanos, aproximándolo al modelo de la Corte Interamericana, quizás un poco más que al de la Corte Europea. El referido Protocolo a la Carta Africana contiene, v.g., una disposición convencional sobre la función consultiva, al igual que la Corte Interamericana y distintamente de lo que ha pasado en la práctica en Estrasburgo. Pero lo que me parece importante subrayar aquí es, sobre todo, el artículo 5 del Protocolo africano, sobre el acceso a su futura Corte regional. En efecto, el acceso a la Corte Africana (tan pronto sea establecida) está abierto, en primer lugar, a la Comisión Africana, pero también a los individuos. Lo que significa, de pronto, que no se plantea la cuestión de “fusionar” los dos órganos; el sistema africano de protección se jurisdiccionaliza, pero la Comisión Africana sigue existiendo. Según el Protocolo de 1998, pueden acudir a la Corte, además de la Comisión, los Estados Partes en la Carta Africana, cualquier organización intergubernamental africana (lo que no deja de ser interesante), las ONG y los particulares. Hay una disposición que prevé el acceso 177 (01) Libro II Curso Inter 177 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano directo también de los individuos y de las ONG a la futura Corte Africana de Derechos Humanos. Paso ahora, en términos comparativos, a los desarrollos más recientes en el sistema europeo de protección, en relación con el sistema interamericano de derechos humanos. Si tuviera que destacar los puntos principales que se plantearon en la reciente Conferencia de Roma, realizada hace una semana, los resumiría de la siguiente manera: en primer lugar, se produjo un enfrentamiento entre dos tesis contrapuestas en razón de la verdadera “inundación” de casos (18 mil casos registrados y pendientes) con que se enfrenta hoy la Corte Europea (cuyos datos estadísticos ya han sido mencionados por Andrew Drzemczewski), después de la entrada en vigor del Protocolo XI a la Convención Europea, el 1º de noviembre de 1998. La propia Corte Europea parece dividida en este momento en dos corrientes de pensamiento (y digo esto con conocimiento de causa, pues antes de participar en la Conferencia de Roma, pasé una semana en reuniones con el Presidente y los jueces de la Corte Europea, en su sede en Estrasburgo). Están, por un lado, los que conciben la Corte Europea tal y como fue concebida originalmente –antes de los Protocolos IX y XI a la Convención Europea–, efectivamente como un órgano de protección de los derechos individuales consagrados en la Convención Europea y en sus doce Protocolos (el último fue adoptado en la Conferencia de Roma hace una semana). Es decir, el énfasis tendría que seguir siendo en salvaguardia de los derechos humanos a la luz de las circunstancias de cada caso concreto. 178 (01) Libro II Curso Inter 178 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos Por otro lado, hay una corriente de pensamiento que yo podría quizás denominar “constitucionalista”, que considera que la Corte Europea ya es, de hecho, una corte constitucional regional de derechos humanos; de ahí viene la sugerencia de seleccionar casos que puedan ser de interés para la evolución del orden público europeo, tomando en cuenta las necesidades de protección, pero concentrándose más bien en los casos que puedan presentar cuestiones importantes de interpretación y para la aplicación de la Convención Europea. Actualmente hay, pues, estas dos tesis, con repercusiones en el seno de la propia Corte Europea, lo que refleja casi un dilema del tipo “Sofia’s choice”, que produjo una reacción en la Conferencia de Roma, inclusive de parte de las ONG. Las ONG, a mi modo de ver con toda razón, se opusieron a la segunda tesis, con base en el argumento de que, si se considera que la Corte Europea, para obviar la cantidad de casos con que se enfrenta en este momento, pudiera escoger qué casos decidir, y pudiera aplicar con más rigidez las condiciones de admisibilidad, esto podría generar una desvirtuación, una distorsión de la propia razón de ser del sistema regional de protección. Así, mi propia conclusión es que la primera tesis, en materia de protección, es la que debe prevalecer. Es decir, el énfasis debe recaer en la protección de los derechos humanos, y habrá que buscar una solución para el problema de la gran cantidad de casos, que no sea en detrimento de las presuntas víctimas. Por eso no comparto la visión “constitucionalista”: la Corte 179 (01) Libro II Curso Inter 179 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano Europea sigue siendo una Corte de derechos humanos, de justicia, y no de pura jurisprudencia. Entonces, ¿cuáles serían las alternativas? Según he notado, basándome en las conversaciones múltiples que he mantenido con mis colegas de la Corte Europea, en primer lugar, un énfasis en el rol de los recursos de derecho interno; es decir, en la obligación de los Estados de proveer recursos eficaces de derecho interno (y no en el simple agotamiento mecánico y formal de tales recursos como condición de admisibilidad de peticiones), en beneficio de los seres humanos protegidos. O sea, en un determinado momento, habrá que señalar si un país tiene una justicia que no atiende los estándares de protección de la Convención Europea, para que ajuste sus estructuras internas de administración de justicia y cumpla con el deber de proveer recursos internos eficaces. Yo he sostenido esa tesis en mis escritos desde hace muchos años 2 . En el dominio de la protección internacional de los derechos humanos, el énfasis debe recaer, más que en el elemento del agotamiento, en la obligación positiva del Estado de proveer recursos internos eficaces. Actualmente hay una gran preocupación en la Corte Europea, por ejemplo, con dos mil trescientos casos relativos a Italia, específicamente sobre retardo no razonable del proceso civil. Ya España resolvió esto con 2 Cf. A. A. Cançado-Trindade, The Application of the Rule of Exhaustion of Local Remedies in International Law, Cambridge, Cambridge University Press (Serie “Cambridge Studies in International and Comparative Law”), 1983, pp. 1-445; A.A. Cançado-Trindade, O Esgotamento de Recursos Internos no Direito Internacional, 1a. ed., Brasília, Ed. Universidade de Brasília, 1984, pp. 1-285 (agotada); 2a. edição atualizada, Brasília, Editora Universidade de Brasília, 1997, pp. 1-327. 180 (01) Libro II Curso Inter 180 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos una reforma legislativa, preventivamente. Si Italia también viene a resolver este problema mediante una reforma legislativa, serán dos mil trescientos casos o menos, de los pendientes ante la Corte Europea. De ese modo, el énfasis en la mejora de las instituciones nacionales de protección es adecuado. Pero si ahora nuestros colegas europeos están preocupados con los casos italianos, imagínense ustedes lo que va pasar cuando empiecen a llegar a la Corte Europea, sistemáticamente, v.g., ¡los casos relativos a la Federación Rusa! Cuando la Convención Europea sea más conocida en Europa del Este, en Rusia y otros países de la región, cuando empiecen a presentarse los casos relativos a estos países, ahí sí, los Jueces de la Corte Europea van realmente enfrentarse con un aumento aún más considerable de los casos presentados ante su Tribunal. Otro punto sería considerar, además de las medidas de orden propiamente organizacional, qué otras alternativas podrían ser contempladas para seguir adelante con un mecanismo que asegure el acceso directo del individuo a la justicia a escala internacional, que yo sostengo firmemente. Hay, a mi entender, que seguir avanzando en el sentido del acceso directo de los individuos a los tribunales internacionales de derechos humanos; en ese sentido se orienta toda la literatura especializada, desde los años veinte, sobre la justicia internacional3 . 3 Cf., al respecto, A.A. Cançado-Trindade, “The Procedural Capacity of the Individual as Subject of International Human Rights Law: Recent Developments”, en Karel Vasak Amicorum Liber - Les droits de l’homme à l’aube du XXIe siècle, Bruxelles, Bruylant, 1999, pp. 521544. 181 (01) Libro II Curso Inter 181 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano Una posibilidad sería, por ejemplo, cambiar las reglas de admisibilidad, no en el sentido de tornarlas más rígidas. Por ejemplo, en lugar de exigir que no se admite, v.g., una petición que sea manifiestamente infundada, proceder totalmente al revés: declarar la petición admisible porque está manifiestamente bien fundada, y ahí hacer que la carga de la prueba incida sobre el Estado demandado. En seguida, notificar de inmediato a los Estados demandados de las peticiones declaradas manifiestamente bien fundadas. Lo que aquí propongo revertiría el énfasis, en el sentido de fomentar perfeccionamientos, en ámbito del derecho interno, en prácticas administrativas, medidas legislativas, adaptación de la legislación nacional a los requisitos de la Convención internacional; esto fomentaría, además, una mayor atención a la dimensión preventiva de la protección internacional de los derechos humanos. Lo otro sería establecer una nueva estructura de la Corte Europea, con una primera instancia que cuidara solamente de las cuestiones de admisibilidad y con la posibilidad de recurso a las salas de la Corte Europea. Es este, en síntesis, el estado en que se encuentra el actual debate en el ámbito del sistema europeo de protección. La posición de las ONG ha sido muy clara en favor de asegurar el mayor grado de protección a los derechos de las presuntas víctimas, y de flexibilizar, en lugar de endurecer, las condiciones de admisibilidad de las peticiones, con énfasis en las vías de reparación en el marco del derecho interno. Paso ahora a nuestro sistema regional de protección. Ustedes ya conocen los datos estadísticos relativos a la 182 (01) Libro II Curso Inter 182 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos labor tanto de la Comisión como de la Corte Interamericanas de Derechos Humanos. La Corte Interamericana ha conocido 37 casos contenciosos a la fecha, contando con 69 sentencias dictadas hasta el presente (en cuanto al fondo, reparaciones e interpretación de sentencias, competencia y excepciones preliminares), y casi 30 medidas provisionales de protección. He tenido ocasión, en eventos realizados por el IIDH y otras entidades, y en el gran seminario realizado por la Corte Interamericana aquí en San José en noviembre de 1999, en conmemoración de los 20 años de la Corte y 30 años de la Convención Americana, de presentar mis reflexiones sobre los cambios que se podrían introducir en el mecanismo de protección de la Convención Americana, con miras a fortalecerlo, y teniendo siempre presente la función y el propósito último del sistema regional de derechos humanos, que es la protección de estos. Así, disiento del inmovilismo abogado por tantas personas que actúan en el sistema: hay toda una jurisprudencia internacional que señala que los tratados de derechos humanos son instrumentos vivos, que tienen que acompañar la evolución de los tiempos, inclusive para atender a las crecientes necesidades de protección. Si todos pensamos igual, y no admitimos siquiera la libre discusión sobre los rumbos del sistema regional de protección, lo que ocurre es que nadie está pensando. Los cambios tienen que ser producto de consensos: si no hay consenso, no hay cambio. Pero los que se oponen a los cambios tienen el deber de justificar por qué quieren mantener el statu quo. De mi parte, no tengo 183 (01) Libro II Curso Inter 183 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano ningún recelo en considerar proyectos de reforma, para ser ampliamente discutidos para ver si obtienen consenso, siempre que tomen en cuenta el interés superior del perfeccionamiento del mecanismo convencional de protección, teniendo presentes los derechos de las presuntas víctimas, cuya protección conforma el rationale último de la Convención Americana en particular, y de todos los tratados de derechos humanos que contienen los sistemas de petición individual. Tal como he señalado en mis escritos4 y mis informes recientes a la OEA, pienso que se podría distinguir una serie de puntos de orden procesal que podrían ser considerados por todos los actores del sistema. Es decir, la Corte, la Comisión, los Estados Partes, las ONG y todos los demás que tengan interés en el funcionamiento eficaz del sistema interamericano de protección, podrían centrar su atención en los siguientes puntos: En primer lugar, la plena participación de los peticionarios en todas las etapas del procedimiento ante la Corte. En segundo lugar, en el futuro, el acceso directo de los individuos a la Corte, para que puedan también elevar un caso a la consideración de la Corte, una vez que haya sido decidido previamente por la Comisión. No estamos aquí contemplando una solución similar a la del Protocolo 4 Cf., recientemente, A.A. Cançado-Trindade, “Las cláusulas pétreas de la Protección Internacional del Ser Humano: El Acceso Directo de los Individuos a la Justicia a Nivel Internacional y la Intangibilidad de la Jurisdicción Obligatoria de los Tribunales Internacionales de Derechos Humanos”, en El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos en el Umbral del Siglo XXI - Memoria del Seminario (Nov. 1999), San José de Costa Rica, Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2001, pp. 3-68. 184 (01) Libro II Curso Inter 184 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos XI a la Convención Europea, por cuanto en nuestro continente no se han satisfecho todavía las precondiciones para esto. ¿Cuáles son las precondiciones para que se pueda avanzar en la jurisdiccionalización de nuestro sistema de protección? En primer lugar, que todos los Estados de la región sean Partes en la Convención Americana, inclusive los países hermanos del Norte. En segundo lugar, que todos los Estados Partes acepten la competencia contenciosa de la Corte Interamericana, para que las obligaciones sean idénticas para todos (jurídicamente iguales) y sin restricciones. En tercer lugar, que los Estados de la región incorporen la normativa de protección de la Convención Americana en su derecho interno, lo que todavía no han hecho. Solo cuando estas condiciones estén satisfechas, podríamos pensar en un órgano jurisdiccional único del sistema interamericano de protección, pero eso quizás en la próxima encarnación... En el momento presente, el primer gran tema es el acceso a la justicia, a escalas tanto nacional como internacional. Por medio de reformas reglamentarias se puede y se debe asegurar la plena participación de las presuntas víctimas en todas las etapas del procedimiento, no solo ante la Comisión, sino también ante la Corte. Desde el año 1995, en todas las reuniones conjuntas de la Corte y de la Comisión Interamericanas, yo he enfatizado este punto; es decir, las razones en favor de asegurar el pleno locus standi de los individuos, y nunca escuché ninguna objeción a mis puntos de vista en este particular, y quisiera dejar constancia de esto aquí. 185 (01) Libro II Curso Inter 185 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano Las razones en favor del locus standi de los individuos en el procedimiento, tanto ante la Comisión como ante la Corte, son de orden tanto conceptual como práctico. Por una cuestión de principio, al reconocimiento de derechos debe corresponder el reconocimiento de la capacidad procesal de vindicarlos. Esto contribuye a instruir mejor el proceso, como manifestación del derecho de libre expresión. Si exigimos de los Estados el respeto a este derecho, tenemos también que dar muestra de sostenerlo en el proceso internacional. Es de la propia naturaleza del contencioso internacional de los derechos humanos, la contraposición de los individuos demandantes a los Estados demandados. La plena participación de las presuntas víctimas en todas las etapas del proceso contribuye a la equidad y a la transparencia de este. Además, al derecho de acceso a la justicia a escala internacional debe corresponder la garantía de la igualdad procesal de las partes. Las presuntas víctimas o sus familiares se encuentran al inicio del proceso, al sostener que han sufrido una lesión a sus derechos; están, de igual modo, al final del proceso, como beneficiarios de las eventuales reparaciones, y no hay razón alguna para que no estén también presentes durante el proceso. Por último, el modelo más perfeccionado de protección de los derechos humanos es, a mi entender, el modelo jurisdiccional, el cual corresponde a la clara tendencia del mundo actual, en el que gana cuerpo el viejo ideal de la justicia internacional. Así, la tendencia que resumí hace algunos minutos 186 (01) Libro II Curso Inter 186 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos en cuanto a los esfuerzos de nuestros colegas africanos para crear una Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, también se aplica a la creación de los Tribunales Penales Internacionales ad hoc para la antigua Yugoslavia (en 1993) y para Ruanda (en 1994), así como a la adopción del Estatuto de Roma sobre el Tribunal Penal Internacional permanente (en 1998). Existe hoy día una tendencia inequívoca hacia la jurisdiccionalización, para combatir la impunidad y asegurar la vigencia de los derechos de la persona. Me permito repetir: todas las instituciones, y todos los instrumentos jurídicos, son producto de su tiempo, y la evolución del Derecho tiene por fuente material última la conciencia humana. Las normas jurídicas encierran valores, sin los cuales no tendrían eficacia. La cuestión trascendental de la validez de las normas jurídicas quizás sea metajurídica, y ciertamente trasciende las soluciones del derecho positivo. No temo la evolución del Derecho ni los cambios, en cuanto sean para fortalecer los mecanismos de protección. Una vez más –me permito insistir–, los que se oponen a la evolución de nuestro sistema regional de protección tienen que justificar por qué razón sostienen el statu quo. Por último, creo que los cambios por introducirse no pueden limitarse solo a cambios reglamentarios, porque los reglamentos son interna corporis, que mañana pueden ser alterados, de forma retrógrada. Tienen que ser cambios positivos que verdaderamente comprometan los Estados Partes, por medio preferiblemente de un Protocolo de enmiendas a la Convención Americana, 187 (01) Libro II Curso Inter 187 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano para fortalecer su mecanismo de protección 5 . En realidad, ya tenemos dos Protocolos a la Convención Americana. Los europeos ya han adoptado doce Protocolos a la Convención Europea. Los africanos ya han adoptado uno a la Carta Africana. ¿Cuál es el problema de discutir esto de forma libre, en busca de un consenso? ¿Cuál es la dificultad de discutirlo? Para mí, la autoridad del argumento prima sobre el argumento de la autoridad. Todos tenemos que ser oídos, no solo los que actúan en Washington, sino también quienes vivimos en otras latitudes y al sur del ecuador, en contacto directo y diario con la preocupante realidad de la cotidianidad de los derechos humanos en nuestros países. El sistema interamericano de protección de los derechos humanos es de todos los actores, no admite monopolios ni oligopolios; todos deben dar su cuota de participación al proceso de su evolución y perfeccionamiento. Hay disposiciones procesales de la Convención Americana (como los artículos 50 y 51, por ejemplo) que necesitan enmendarse. Si ustedes han leído los trabajos preparatorios de la Convención Americana, han de convenir que no priman por una riqueza conceptual. Ha llegado el tiempo de poner fin a la cláusula facultativa del artículo 62 de la Convención Americana, para tornar la jurisdicción de la Corte obligatoria ipso jure para todos los Estados Partes. Se impone el 5 Cf. A.A. Cançado-Trindade (Relator), Informe: Bases para un Proyecto de Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, para fortalecer su mecanismo de protección, San José de Costa Rica, Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2001, pp. 1-669. 188 (01) Libro II Curso Inter 188 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos automatismo de la jurisdicción obligatoria de la Corte, para que las obligaciones convencionales sean las mismas para todos. Ya no hay más lugar para invocaciones anacrónicas de reciprocidad, para restricciones no expresamente autorizadas, y tampoco para pretensiones fantasiosas de “retiros” unilaterales con efectos supuestamente “inmediatos”. Eso simplemente no existe en el Derecho, es pura ficción o fantasía. La cláusula facultativa del artículo 62 tiene que ser reformada, para tornar la jurisdicción de la Corte automáticamente obligatoria, y esto solamente se logrará mediante un Protocolo de enmiendas. Los que no lo acepten, que asuman su postura de literalmente reaccionarios. Se impone, además, un mecanismo de supervisión de ejecución de sentencias de la Corte. Esta sigue siendo una laguna en nuestro sistema regional de protección. En el estado actual del desarrollo del sistema interamericano de protección, habría la posibilidad de que el Consejo Permanente de la OEA –o un Grupo de Trabajo de este– ejerciera esta función. Nosotros no podemos seguir consumiendo dos o tres días de cada período de sesiones de la Corte Interamericana examinando si un Estado cumplió o no con una sentencia nuestra. En rigor, no es esta una función del órgano judicial del sistema. Las últimas presentaciones de Informes de la Corte que hice en la OEA me dejaron la impresión de que ya existe una toma de conciencia en relación con la necesidad de un mecanismo permanente de supervisión de ejecución de las sentencias de la Corte. Los europeos han resuelto este problema con la actuación, en este particular, delegada al Comité de 189 (01) Libro II Curso Inter 189 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano Ministros, en el ámbito del Consejo de Europa; este mecanismo permite llamar la atención para la garantía colectiva, que es subyacente a todos los tratados de derechos humanos. En nuestro continente empieza a formarse una conciencia de la noción de garantía colectiva. Recuerdo, por ejemplo, la más reciente Asamblea General de la OEA, en junio pasado, realizada en Windsor, Canadá: fue la primera Asamblea General de la OEA que adoptó una resolución clarísima sobre la obligación de los Estados Partes en la Convención Americana de dar el debido cumplimiento de las sentencias de la Corte: ¡la primera vez en la historia de la OEA! Esto ya es, al menos, un inicio de la formación de una conciencia sobre esta materia. Quisiera concluir en un tono positivo. Un gran logro de nuestro sistema regional de derechos humanos reside en la aplicación, por la Corte Interamericana, de las medidas provisionales de protección. Me siento muy contento en cuanto a que hemos logrado ampliar conceptualmente el propio contenido jurídico de las medidas provisionales de protección, ya no más limitadas al derecho a la vida o a la integridad de la persona, sino que abarcan también otros derechos (como la libertad de circulación, tan importante en nuestros días, en el mundo supuestamente “globalizado” –el nuevo eufemismo de moda– en que vivimos). Dichas medidas han sido recientemente aplicadas en relación con la libertad de circulación de las personas “globalizadas” (y no de los capitales, como propugnan los “globalizantes”), conformando un embrión de un verdadero hábeas corpus internacional. Es desafor190 (01) Libro II Curso Inter 190 7/17/02, 12:48 PM Sociedad Civil y Derechos Humanos tunado –y estoy seguro que Andrew Drzemczewski estará de acuerdo conmigo– que los europeos perdieron la oportunidad única, en los travaux préparatoires del Protocolo XI a la Convención Europea, de erigir a escala convencional las medidas provisionales de protección –Suiza llegó a presentar un proyecto en ese sentido, que no prosperó– y no hayan aprovechado un poco de nuestra experiencia interamericana, que ha sido tan positiva en este particular. También positivo ha sido el ejercicio de la función consultiva por la Corte Interamericana. Algunas de las opiniones consultivas de la Corte (como la OC-1, la OC-5, la OC-8, la OC-9 y, más recientemente, la OC15 y la OC-16) han sido particularmente importantes. La OC-15 ha tocado las bases de la función consultiva de la Corte. Pero, de todas ellas, es la OC-16 la que tiene una dimensión universal. Lo ilustra el hecho de que, con posterioridad, la materia llegó ahora a la Corte Internacional de Justicia. Cualquiera que sea el pronunciamiento de esta última al respecto, la Corte Interamericana ya es el primer tribunal internacional en afirmar la existencia de un derecho individual a la información sobre la asistencia consular en el marco de las garantías del debido proceso legal6 . La histórica Opinión Consultiva Nº 16 de la Corte Interamericana revela el impacto del Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la evolución del 6 Cf. Corte Interamericana de Derechos Humanos, El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal, Opinión Consultiva Nº 16 (OC-16/99), del 1.10.1999, Serie A, N.º 16, pp. 3-123, paras. 1-141. 191 (01) Libro II Curso Inter 191 7/17/02, 12:48 PM Memoria II Curso Interamericano propio Derecho Internacional Público, específicamente al haber sido la Corte Interamericana el primer tribunal internacional en advertir que el incumplimiento del artículo 36(1)(b) de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 se daba en perjuicio no solo de un Estado Parte, sino también de los seres humanos en cuestión. Esta Opinión Consultiva de la Corte Interamericana podrá servir de inspiración a otros tribunales internacionales. Para concluir, cada sistema regional de protección vive su propio momento histórico, y tenemos que aprender los unos de los otros. Tenemos que aprender con los africanos y con los europeos, y los africanos y europeos también tienen que aprender con nosotros. Cada uno da su contribución, a partir de la realidad en que vive, pero todos actuamos, en los tres sistemas regionales de protección, en el marco de la universalidad de los derechos humanos. 192 (01) Libro II Curso Inter 192 7/17/02, 12:48 PM