El más Inteligente (1 Corintios 1:17-31) Sr. Jules B. López – F.A.D.U. (Organización Estudiantil) Cierta vez un joven universitario estaba en una clase de español próximo a coger un examen. Él había estudiado, no tango como debía pero sabía el material. –Bueno, jóvenes. Ya conocen la política de propiedad intelectual. Aquí está el examen. Ya saben, tienen una hora y veinte minutos para hacerlo-, comenta el profesor. Luego de entregar los exámenes el profesor les desea buena suerte y se sienta en su escritorio. Todos los estudiantes comienzan a “devorar” el examen parte por parte. Sus caras tenían preocupación y angustia pero aún así continuaban haciendo la prueba. El profesor sentado desde su escritorio ve a un joven inmóvil con sus ojos cerrados. No tenía en sus manos un lápiz; los demás estudiantes estaban concentrados pero él seguía allí sentado e inmóvil. Al poco tiempo, abrió sus ojos y comenzó a contestar las preguntas. –No sé vayan a copiar ahora-, dijo el profesor. El estudiante no prestó atención y continúo con su examen. Poco a poco lo fue contestando. De momento se detenía y cerraba sus ojos, y luego los abría y continuaba. –En mis veinticuatro años de experiencia como profesor universitario nunca he visto que Dios haya bajado a hacerle el examen a ningún estudiante, así que es mejor que se ponga a trabajar y deje de estar orando-, dijo el profesor en forma burlona. Pero el joven sin decir nada continuó haciendo su examen. Pasaron los días, y al revisar las notas para sorpresa de todos, nadie pasó la prueba. Solo aquel joven que pidió sabiduría del cielo. Aquel que puso su confianza en Dios, solo ese pudo pasar el examen. Muchas veces como a este joven, las personas quieren poner tu sabiduría o tu inteligencia a prueba, y algunas veces peor aún, tu fe. En el siglo 18 Benjamin Franklin dijo: “God helps those who help themselves”, que traducido sería, “Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismo”. A este joven Dios le dio la inteligencia y la sabiduría necesaria para poder pasar el examen. No significa que sin estudiar podrás pasar todos los exámenes, pero si, Dios te podrá ayudar a lograr el cometido. Como dice en 1 Corintios 1: 26, 27, “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;”. Dios utiliza a los que parecen menos indicados para avergonzar a los que de alguna forma quiere poner a los siervos de Dios en ridículo. Así que pon tu confianza en las manos del Señor y él te recompensará.