18 LATERCERA Domingo 25 de septiembre de 2016 Ley de Responsabilidad Fiscal cumple una década en su peor año El equipo económico del ex Presidente Lagos la implementó en 2002. El primer gobierno de Bachelet la formalizó en el Congreso en 2006 y la administración Piñera la flexibilizó, previo informe de una comisión. El jueves, la regla de balance estructural cumplió una década al alero de la Ley 20.128, pero acumula ocho años sin lograr su meta y sumará otro. Tres expertos se refieren a su aporte real a la economía, la necesidad de cambios, repensar sus objetivos y el peso de las estatales. POR PAMELA JIMENO ROSANNA COSTA, SUBDIRECTORA LYD JOSÉ YÁÑEZ, ACADÉMICO U. DE CHILE “Reducir el déficit efectivo y no sólo el estructural” “Es recomendable incorporar una cláusula de escape” 1 Esta ley obliga a que la autoridad defina una política fiscal y sus efectos sobre el balance estructural. En simple, que se defina una regla fiscal basada en parámetros de largo plazo. Además, crea el Fondo de Estabilidad Económica y Social (Fees), donde se ahorra cuando los ingresos efectivos superan los ingresos de largo plazo y viceversa. Es decir, hace operativa la regla. De esta manera, contribuye a una meta explícita respecto de la cual se puede evaluar el cumplimiento de la política y pone el acento en la medición de parámetros de largo plazo. Ello per se, en general proporciona parámetros de referencia que orientan la trayectoria de una política fiscal sostenible. Todo, en un marco flexible (la regla se puede modificar), manteniendo la responsabilidad fiscal en la autoridad correspondiente. Al hacerlo, sin embargo, delega una mayor flexibilidad presupuestaria de la mano de las opciones de uso de los fondos acumulados que genera asimetrías con el tratamiento de otras formas de financiamiento, como, por ejemplo, la deuda pública. Un segundo aspecto a evaluar se refiere a la creciente complejidad de la regla. Cuanto más compleja y volátil es, mayor la necesidad de complementarla con un consejo fiscal. 2 En primer lugar, es necesario destacar que la regla no debiera modificarse, sino cada cierto período de tiempo, y tras un análisis técnico previo en beneficio de su credibilidad. En segundo lugar, debemos tener claro que no existe la regla perfecta y que, por tanto, no es autosuficiente. Para perfeccionarla se requiere aumentar su complejidad, lo que atenta contra la transparencia y fiabilidad, de no mediar un consejo fiscal técnico y empoderado. Dicho lo anterior, los ingresos ajustados por el ciclo son altamente volátiles y complejos. Por ejemplo: corrige PIB de largo plazo, dada una relación demanda-producto que no tiene por qué ser estable; corrige precio del cobre en dólares sin ajustar el tipo de cambio y sin considerar costos; utiliza elasticidades de largo plazo para ajustar ingresos de corto plazo, etc. Más aún, se trata de estimar variables no observadas, lo que es difícil en períodos de cambios de ciclo como el actual y resulta poco convincente que varíen de un año a otro. Por tanto, se requiere complementar la mirada con medidas que contemplen otras variables, como el déficit efectivo, la deuda y avanzar en perfeccionar proyecciones de mediano y largo plazo. Finalmente, toda regla genera incentivos que se deben revisar de manera permanente para evitar malas prácticas o decisiones basadas en criterios contables antes que macroeconómicos. 3 Se requiere avanzar con más decisión en la convergencia a una meta de equilibrio estructural en un período razonable. El compromiso de bajar el déficit en un cuarto de punto al año, luego de ajustar los parámetros estructurales, contribuye a dar gradualidad al ajuste cuando hay deterioros relevantes en los parámetros de largo plazo. Pero se corre el riesgo de no reducir el déficit estructural y, peor, elevar el déficit efectivo, y con ello la demanda por financiamiento (uso de activos o deuda bruta). Hoy, con parámetros estructurales que se pueden seguir deteriorando, debemos comprometernos a bajar el déficit efectivo y no sólo el estructural. 4 Las estatales están excluidas de la regla, salvo en cuanto existan transferencias, y la modalidad de considerar esas transferencias no es neutra. Por ejemplo, se favorece retirar utilidades y capitalizar después. Pero el tema central con esas empresas son las operaciones cuasifiscales: subsidios implícitos que se financian con cargo a menor rentabilidad, a subsidios cruzados, a deuda pública para cubrir déficits, etc. Cuanto mayor es el rol de política pública asignado a ellas, mayor el riesgo. Es clave pensar fórmulas para aumentar el control sobre estas operaciones. 1 La Ley 20.128 ha sido un gran aporte a la consolidación del manejo ordenado y prudente de las finanzas públicas en Chile, aunque éste comenzó a gestarse antes de 2006. La ley estableció la creación del Programa de Contingencia contra el Desempleo, del Fondo de Reserva de Pensiones (FRP), del Fondo de Estabilización Económica y Social (Fees) y de los aportes de capital al Banco Central. Esto, sumado a la introducción de la estimación del balance estructural del sector público, ha favorecido una política fiscal responsable. La regla de balance estructural ha permitido acumular recursos en el Fees en períodos de auge económico, cuando el crecimiento efectivo del PIB supera al de tendencia y el precio efectivo del cobre al precio de referencia o de largo plazo. Los recursos del Fees se usan en la fase descendente del ciclo económico, cuando los ingresos efectivos no son suficientes para financiar el gasto estructural. Esto permite sostener el nivel de gasto social y público establecido en el Presupuesto y aislarlo del ciclo económico. Es decir, no se gasta más cuando hay más ingresos estructurales, ni se gasta menos en el caso contrario. 2 La regla de balance estructural se debe evaluar en forma permanente, ya que van apareciendo fenómenos nuevos que se deben estudiar y allegar al cálculo de los ingresos y gastos estructurales. Por ejemplo, el cambio en los parámetros estructurales; la incorporación del precio del molibdeno en los cálculos, dado que éste aumentó fuertemente su precio en el mercado mundial y pasó a tener un impacto significativo en los ingresos; y el tratamiento de los ingresos provenientes del impuesto sobre el registro de capitales en el exterior. La regla es siempre perfectible: mientras más profundo el análisis del comportamiento de algunas variables económicas, es alta la probabilidad de encontrar planteamientos más refinados para separar lo cíclico de lo estructural. Un perfeccionamiento recomendable es la incorporación de una cláusula de escape, algo propuesto por la Comisión Corbo. Por ejemplo, ¿qué hacer con la meta de balance estructural frente a una catástrofe imposible de anticipar? La respuesta probable será dejar de cumplir la meta por algún tiempo, pero también surgen dudas como ¿por cuánto se cambia la meta? o ¿cómo se retorna a la