El Crimen de la Calle Lord Cochrane

Anuncio
J. ANÍBAL PINTO
El Crimen
de la Calle
Lord Cochrane
PRECIO:
80 CENTAVOS
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Rojas
González de Díaz Muñoz
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El jefe de la Sección de Seguridad don Eugenio
Castro, acompañado
de un
periodista.
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Los
hijos del señor Díaz Muñoz: Heriberto, Gustavo, JTeobaldo y Olguita
El señor Lsiz Verbal y sus secretarios saliendo, de la celda de
Cerina en la Penitenciaría.
Doña Rosa Rojas González, hermana de Corina,
saliendo del Juzgado del Crimen.
y-^;;
El receptor de mayor cuantía don Eulalio Echeñique, el inspector de la Sección de Seguridad,
don Eugenio Goicolea y el agente señor Finch;
haciendo el inventario de la casa del crimen.
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Don Kurt
Spuhr J.,
uno
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de los comensales
noche del crimen-
en
la
Don Arturo Gómez,
uno
de los comensales.
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Ropero
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el dormitorio de Corina.
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El agente Finch conduce
a
Corina al
Juzgado
,
El
abogado
de
Corina,
don
ArturoVjllcjes.
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Sala misteriosa en la cual se creía que
había permanecido oculto el asesino has
ta el momento del crimen.
2. Mampara.
3. Calle.
4. Puerta de calle.
5. Puerta
—
—
—
que está colocada una mesita de bron
florero de loza, que se presenta
salpicada de sangre. 6. Antesala.— 7. Es
critorio del señor Díaz Muñoz.
8. Dor
mitorio de Corina.
9. Dormitorio del se
ñor Díaz Muñoz, donde se cometió el ase
sinato.
10. Sitio ocupado por el catre.
11. Ropero colocado en ángulo de la habitación.-12. Saón de la casa. -13. Sitio don
de está el piano que C orina tocaba mien
tras los convidados hacían sobremesa ba
jo el parrón.— 14. Pasad zo. 15. Hall.
16. Dormitorio del muchacho Alfredo
Díaz.
17. Dormitorio de la sirvienta Ma
ría Juárez y de la hijita mayor del señor
Díaz Muñoz.
18. Pasadizo.
19. Repos
tero.— 20. Comedor donde tuvo lugar la
comida trágica. 21. La mesa del come-,
dor.— 22. Corredor de ladrillo con pilares
de madera. 23. Pequeña despensa don
de el señor Díaz Muñoz guardaba viejos
vinos generosos. -24. Dormitorio de sir
vientes.— 25, Dormitorio de la sirviente
Granifo. 26. Dormitorio de la anciana
Francisca González y de dos niñitos.
27. Corredor de ladrillos.— 28. Parrón.—
30. El excusado donde Co
29. Cocina.
rina fumaba mientras se cometía el cri
-32. Rincón donde
31. Perrera.
men.
de
'sacos:
leña.— 33. Hacina-'
unos
30
hay
miento de leña, barriles y cosas viejas.—
34. El W. C.-35. Acequia.— 36. Ángulo
del excusado donde hay manchas de san
gre. 37. Gallinero. La línea de puntos
indica los regueros de sangre encontra
dos por los periodistas.
en
ce con un
—
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—
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Las criadas del señor Díaz Muñoz: María
la anciana Francisca
Suárez,
González y Victoria FilomenaGranifo Escubar.
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PREÁMBULO
En
Santiago,
gas m6s ó
redadas
isaotiaies
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quinientas nal perso
enemigas de verse en
tra«q,wila,s y
biüatngni'eros' -ém(b rollos,
esfcanidátió'Sos, cuyas
páginas
De
gratn aftdeón de
Jne»06
ele los
«Arteras
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"tos crímenes
retaJcioines pasan
periódicos,
son
He
raros.
interés que ha. provocado du
eU proíceso
sensacional del bárbaro
enoraae
diez 'dias
asesinato coimebidio
en
la calle Lord Coclhrane.
nodh-e del Viernes
21
de
A lo« detalles
hoirrenido betón»
de
pa-
á
espeluznantes de
de
sangre,
circunstancias y
poflción
narios, dignos
en
la
En-ero.
de
que
han
se
se
revistió el
agregado
misterios
tina,
extraordi
aAguraa enredada novela policial, to
dos ellos ooinldtíCieirítes, como por una mano sobrena
tural, para :Bamar especiallmenite ía atención del pú
blico y sutmirk en un mar de sospechas y cavilacio
nes
de
tremendas.
Nada ¡ha
faltado
«llevarlo á 3a
en
-categoría
este
de
crimen
heclho
sensacional
para
extraordinario, de
aicorntecimáenlbo novelesco.
El máslterk) <jue lo encubrió al
principio
y
que
lo
—
20
—
hacía aparecer como entendiéndose en obscuras y si
niestras ramáficacuwies;
esos detalles de alevosía y
refinamiento que convertían á lo® actores del crimen
casi en verdaderos demonios, y por fin, la persona
lidad peculiar, tan característica y turbia, de los per
sonajes del drama;
todo,
absoUiutamienite
concurrido á dar vivo interés á las
todo', ha
narraciones,
cor
tadas, nerviosas., desordenadas que han hetího pri-!
mero
los diarios y ai relato completo, de conjunto,
con
entero
hará
oe
en
conocimiento
este
Desfilarán actuando
nos
uliterior de tos hechos, que
libro.
este relato, personajes dig
caraidterís'tkas, por sais de
maldad, por su figura toda realmen
estudio por
>de
en
sus
fectos, por su
te irregular y patológica.
Esa mujer histérica
voluble, ese aventurero
y
ese
loimbrosiaroo
Criminal
enigmático,
y esas viejas
forman
el
una
verdadera obra tea
brujas,
reparto .de
tral que desgraciadamente se representó en la reali
dad, costando la vida á un hombre de bien.
Se justifica, pues, la iniciativa que ha inducido á
escribir
este (libro. Hay para él tema interesante y
viva curiosidad de parte del lector. Hay tairrubién en
todo esto una terrible lección: .de moral que servi
rá
de
escarmiento
para
míudhos, "evitando
del
la .ense
castigo iníamante que recibirán los cri
la amplia
publicidad de todo, el que
vuelvan á cometerse muchas infaimias parecidas.
Y entrando de lleno en nuestro trabajo, antes de
principiar la terrible narración, desfilen por delante
de nosotros tos
personajes del drama haciendo
una
breve singuilairización de ellos,
ñanza
minales,
con
,
► 4HMt> 4» 4»4> 4>4> 4? 4* * * 4>4» 4» 4» 4» 4? 4» *
LOS
PERSONAJES
La víctima
Don David Díaz
Muñoz,
k
•
victima,
era
un
acau
dalado caballero, de 58 años, de edaid, que poseía
liosos bienes en. Santiago y en Coi neo.
va
■
Hijo del conocido propietario de esta última lo
calidad, don Francisco Inés Díaz Muñoz, muerto po
co
tiempo antes, dejando un importante legado de
beneficencia para aquel pueblo, don David se encon
traba preocupado en los meses anteriores á su mor
tal desgracia, de efectuar la partición de los bienes
dejados por su señor padre, entre él, dos hermanas
doña L astenia y doña Zoila y sus cuñados, don Ja
vier
El
Lavín
y
señor
don
Lorenzo
Muñoz
Díaz
tranquillo
raime ntt o,
balCaba dedicado
y
emteraimenite
.
á
la
un
ya
unos
catorce
de
Rojas
ailsu
Ortiz.
hombre
.tempeque
de
su
se
fa
fortuna.
Bajo,
González, á la
de
apacibles,
cuidado
años, conoció
fundo llamado el Olivar
familKa
un
costumbres
milia y all acrecentamiento
Hace
Mansilla
era
que
en
un
paseo
propiedad
de
después fué
su
de
—
mujer
y
tando
en
se
!
22
—
prendó profundamente de ela,
breve
tiempo
Tuvo de Corina cuatro
concer
matrimonio.
su
hijos.
Los antecedentes conocidos hacen saber
que siem
pre fué un «ornfom afectuoso y condescendiente con
su esposa. Solo parece
que en el último tienapo, de
bido á ciertas sospechas y cosas que entrevio, se ha
bía tronado un poco más receloso con su mujer y
había emipeeado también á medir mludho e4 dinero
que ponía en sus
ella, clandestinos
Su ternura
cha claridad
re
manos,
contrayendo además, según
atfnores.
buen marido,
se
trasdotee
con
propio testamento, el cual
Cláusula sexta dice textualmente :
"Lego
doña
en
su
la cuarta
María Carina
de
de libre
í£ojais
gnaltilttdd
cuidados que siempre
■muestra
y
cariño
me
á
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GomzáHez
ha
mi
como
por 8ais
una
mu
en
su
mujer
débil
atenciones y
prodigado".
ELLA
Corina Rejáis González es una mujer de 32 años,
páttiikla, regowieta, de ojos negros, vivos, de
simipáltíco, modales ágiles, andar menudo, que
da en su aspecto de conjunto la rmlpresión de la mu
jer sensual, ardiente, voluble, que busca a4 hombre
morena,
rostro
buscada por ót.
figura mora/! de esta mujer constituye un tipo
caraeterfe/tico digno del m(ás atento estudio.
Nada bay en ella que revele una personalidad
pro
pia, nada que exhiba á la miujer espiritual de altas
y
es
La
Inclinaciones, nada aun que
de casa hacetudOisa, retraída,
ée sus hijos
caracterice
amante de
á la dueña
su
esposo
y
—
Su
23
—
es decir su nidc¡, es aoío una habi
hembra : una enorme cama conyugal, un
cubierto de cosméticos y esencias ordina
dormitorio,
tación de
peinadoT
rias, un rotpero con espejo lleno de trapos femeninos,
un
grati espejo movible que reprodujera todos sus
actitudes, un biombo, unas cuantas imágenes de san
tos y nada más. Ni un cuadrito, ni un cachivache, ni
detaWe
un
que
revelara ternura,
guato artístico
ó
cualquiera de esas finuras femeninas tan corrientes
en mujeres burguesas como elfo.
En el salón, en las antesalas, en el patio, en el hall,
en
ninguna parte hay dentro de esa casa aágo de
interés. Sólo muebles ordinarios obtenidos en a%una
casa
Esto
de remates y nada más.
lio que se refiere ai medio
es
vivía esta mujer.
Su viday interior,
sólo se vrstumbran
su
es
yo,
cosas
una
objetivo
nebulosa
en
que
en
que
vulgares, torcidas, turbias.
Corina, histórica aguda, tuvo, según han didho los
diarios, amantes desde niña. Se nombran algunos,
„
casi todos hombres muy conocidos.
En su carrera
el
declive,
por
Sangos. Y puesta
picio, cayó en él.
por
su
amor
se
encontró
al borde del
con
preci
JORGE SANGTS
Este
to
ni
personaje
fijo quién es,
de qué tierras
es
un
enigma.
ni cómo
viene. Es
se
un
toria anterior á su llegada á
ta y la cuenta á sai manera.
No
se
sabe de pun
launa, ni dónde nació,
arvenlturero, cuya his
Chile, sóio él la
cuen
aspecto es el de un a&emán, pero se dice que
bolivian». Tiene apariencias de hombre intacha
ble, pero se le tiene convicto de un gran crimen. MaSu
es
—
rwnesrta
do
24
—
vasta ilustración, pero ha demostra
que están á punto de costarle la vida.
revela como un filósofo,
conversaciones, se
poseer
ignorancias
En
sus
pero á lo
mejor incurre en ingenuidades flagrantes.
Sangts, ó José Justino Gañdariflilas, como se Mama
ria verdaderamente, según ciertas versiones, es un jo
ven delgado, bajo, pálido, de aspecto poco simpático;
rasgos sajones, cerrado acento alemán. Su conversa
ción es monótona, pausada, filosófica.
Desde su Megada á Santiago, Sangts procuró ha
cerse
de amigos honorables y de edad. "No tengo
amigos jóvenes" ha dicho,
Tampoco ha demostrado predilección por las ami
gas jóvenes, pero sí por las que ya han pasado la
edad crítica. Sangts es seductor, pero no es sensual.
Hay que anotar una circunstancia importante. Los,..
modales y la conducta de. Sangts, anterior al cri
men, sinceros ó hipócritas, le habían captado la es
timación y el afecto de todos sus conocidos y am¡quienes uniformemente han hablado bien de él.
única información contraria á Sangts iba pa
gis
Le.
recido
la
ser
explotada
por
prensa toda
de
una
la
él,
viuda que
novela tenebrosa
una
dice seducida
se
cual ha contado
y
al
juez y á la
de Sangts que és
que sólo se podrá
niega y devuelve á la inversa y
comprobar, una vez que lleguen los testimonios feha
cientes que se han pedido á Bolivia.
te
¿Cómo se armoniza la anterior buena conducta de
Sangts con su siniestra participación en ell crimen
-que
consta
del
sumario
y
que
Je
ha
llevado
á
la
Cárcel?
"El Diario Ilustrado'' del 31 de Enero hace á este
un
estudio detenido que, por to exacto al
respecto
parecer,
Dice
rjuzgaimo-s oportuno reproducir aquí.
ese
diario
:
—
"
—
Santiago, Samgts
nombre de riapareció
sólida
educación, ;de encielo
gidas costumbres, de
conocimientos".
'■/•-■
¡pédicos y profundos
"Se presentaba como un buscaividas -iníafbigabter que
Üe cruzaba á toda ocupación, á todo^emp^éo que
le permitiera ganarse honorablemente el sühSftento. Ya era profesor de idiomas y de. todo género
de instrumentos de cuerda y viento, ya cobrador,
ya agente de piaraOs y de casas extranjeras(;ya,'dueño de oorifitería, ya f abrieatnte de oxígeno",,
"Pero este hombre, trabajador, que se esforzaba á
brazo partido y cor»;.,; malla suerte para, ganar .el- diñero por un lado, 'río. tenía escrútpulos para arranicárseto á una mujer.' enamorada y liviana, que llegaba hasta obsequiarle (Sus alhajas para que ka
empeñara y satisfaciera sus constantes exigencias".
"Este mismo Sangts morai, buen predicador de siñas
costumbres, anti-akobólico, profesor y amigo
de ningún peligro de hijas de familia, atento, desinteresaldo, ameno, joya de tos salones, el amigo de
confianza de varios hogares, "una verdadera señorita", según la expresión de una de las madres á
quienes hemos consultado; aparece, á pesar de todo, en el proceso como un seductor de oficio que
anda buscando viudas y- mujeres casadas para qui"Ante
"
25
sus
conocidos y
amigos
invariablemente
como
de
-
un
-
"
"
"
"
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"
■■-■
.
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"
"
"
"
"
"
"
tariles el dinero y vivir á costa de ellas; aparece como individuo ruin, falso, cobarde, que, una vez toimado preso, arrástrase como un reptil, falta á sus
compromisos, trama, miente, traiciona á sus cóm-
"En
"
una
"
mujer que se hizo criminal y
para agradarlo".
tal forma, Sangts no hace más que exhibir
doble personalidad semejamite, en más peque-
píices y pierde
pasó por todo
ña
á la
esealla, á la que han exhibido muchos crimina-
26/
—
"
"
"
"
¡Bes faanosOBj que
se
—
han convertido
en
"Estos- criminales famosos han solido
"
"
isar
"
"
''
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
homnbires
por
se
á
en
en-
tnenu-
han in-
sofládo pa-
buenos, honesirots, -benefactores ;
que han legado á convertirse en grandes figuras
sociales y aún en héroes populares".
"La primera personalidad de Sanóte, ta. exterior, la
■ficticia/ es la que ha exhibido' á sus amistades para
tos
hogares y ganar -crédito, á fin de rea-.
alguna vez sus planes".15;:.
"Con ew-i personalidad, Sangts se gana la comfianza de s-uí
patrones, de sus alumnos, dé los dueños
entrar
en
Hozar
de
casa
que frecuenta'*.
"En tos saltones,.
el apoyo
de
señoras,
el cariño
de los
niños.
A
ta
Sangts se capta
simpatía de las hijas,
los
hombres
les
las
enciclopédico,
jóvenes,
las entretiene, tocando el piano,
la
guitarra, el
saxofón; á tos niños se tos gana, acau-iciándóflos,
aconsejándoto* paternalmente como un filósofo,
de cuanto Dios crió
en
él
conversa,
mundo ;
á las
jugando
"La
"
ser
do correctos y elegantes cabaHeros que
miscuAdo en la alta sociedad ; que Ihan
"
"
célebres per-
sonajes para la crónica roja de tos diarios y
protagonistas extraordinarios de noveleros por
trega".
con efíos, como un camairada".
segunda personalidad de Sangt® Iha venido á
desnudarse en el Juzgado del Crimen, El conocimiento público del proceso, una vez que salga del
estado de sumario, nos permitirá conocerlo y estudiarlto
"
"
"
en todos sus detalles".
"Está visto que este crimen de la calle Lord Codhrane parece llamado á sorprendernos con un
verdadero
cinematógrafo de hedhos. estupendos y
personajes casi novelescos: mujeres histéricas,
aventuireros misteriosos, criiminafies
voluntarios y
'de
—
"
"
"
27
—
que se entregan esporttáuearaerité, dichistes y haciendo dek^raciónes increíbles,
y, por fin, para que nada falte, un cortejo de vie
jas bruja®, adivinas, traficantes de 'Orrminalles''.
entusiastas,
ciendo
-
"
Como
se ve, no puede ser más extraña y enigmá
presentación moral de este individuo.
¿Quién es en realidad?
Una vez que las piezas del1 sensacional proceso en
que se ha visto envuelto, puédate ser conocidos por
todos y hayan Iksgado tos aaitecedentes pedidos á Bolivia, la personalidad dei.SftJBigjt® quedará en oíaro y
tica
ta
sabremos si' su'vidá^-áiiiierior ha sido la de
bre honrado ó la de un bandido.
hom
un
DUARTE
"
liberto
Duarte Serrano, ateas El Saco de Ludhe".
el asesino de dotn David DAaz Muñoz, es el tipo del
rofto dhilleno eseéptico, holgaaáin, aveniturero, á^ quien
nada le importa nada, que, dado á la embriaguez y
la vida suelta del populacho de las grandes ciuda
'
descentdienldo poco á poco hasta que cual
día
se ve íenvueíto en un Ihedho de saagt^ que
quier
lo Weva á la CárédL
Producto dej vicio, la miseria y la ignorancia ea
que se tiene sumidas á tas clases populares de Chile.
des,
va
.
Duarte ha sMo el brazo imcóniscientte que ios mata
dores del Sr. Díaz Muñoz buscaron para victimarlo.
Gando, moreno, de facciones toscas, Duarte no
presente, sin embargo, á primera vista esas* señales que
(too ■criminalistas encuentran en tos deüncuen tes' nato:.
(Cogido Mcilmetnlbe, amigablemente, famütiaflimente,
demostrado dura&lte su permanencia. en
'
Dusurbe Iba
la Cárcel
ha
podido
una
tranquilidad,
menos
casa
de infundir las
alegría, que no
mjás fuertes sospe-
una
28-r
—
chas
deque
sea
criminal ficticio. Sin duda aftgusido la can
un
que la actitud inusitada de Duerte ha
na
principal de que la opinión pública siguiera du
dando por espacio de varios días de que efl descubri
miento judteiaíl de tos autores del orianeto haya sád©
sa
verídico, definitivo
completo.
y
LA
Cisternas, la vieja bruja á quien Corina
Rosa
cargó
ía busca
Díaz
Muñoz,
de
deí
es
criminal
él vicio y la
de
uno
sociedad actual
la
BRUJA
ignorancia
capkai
<juie
esos
en
debía matar ai señor.
"produtibos mieeraWe*.
que, frutos de la supertición,
viven precisamente de eso mismo
muchas "imeicas", brujas y adi
vinas que se dedican ai oficio de engañar á un gran
número .de mujeres orédullas é ignorantes que vasa 4
consuIHarfa* como á un oráculo^en sus enfermedaicies,
Hay
en
esta
.
en. sus
aflicciones,
en
sus
amores.
Con zahumerios,
animales y mil
naipes, tierras, agua», restos de
objetos y práeltScais burdas, estas mis-
rifccatdoiais dftcen
curar todos tos males,
predecir el
porvenir, adivinar cosas ocuitasy hacer recaer la des
gracia sobre tos enemigos y el bien sobre los amigos
y, sobre todo, adquirir, mantener y recobrar eJ afec
dé (tos seres aanadosi
Corana Rojas era una asidua superticiosa que creta
decididamente en el: poder de 'éstas farsantes. -La»
consultaba á menudo. En biiácáde ellas, cayó en ma
to
nos
de Rosa Cisternas y le
después
cerse
de
venenos
-su
y
por
fin
pidió primero sorttflegios,
un
criminal para desaíia-
matrido.
Rosa
Cisternas, Mista pama "ganar" dinero de cual
quier- modo,- no dejó ir. !a Ocasión y, solícita, propor*
donó.- sucesivamente
cuanto
su
devota le pedía.
♦ VTTTTTTTTTVTVTVW 4* 'Jp '41' *.
■', ^
EL CRIMEN
Las
primeras noticias
,
.-
:
■■
En fe. mañana del
rios de
Domingo 23 de Enero, tos dia-?
Samtiaigo- apareca^on dando con negros tku-
Vos á-dos columnas l^^noticia de que, en la noche
del Viernes anterior, había- sido asesinado en su casa
de la caüe Lord Cotcforane N.o 338, *'el acaudalado
propietario
don David Díaz Muñoz.
—-■■'-'
■
*
Eí parte policial, incurriendo en Una falsedad gra
vísima que 'ha dado lugar á tos: anas severos cargos,
se
había pasado á la Prefectura, denunciando
cidio asi:
•
un
"v
-
sui
>• '-.— -i
■
"Doycuenta á usted de que á- la 1.20 Ai- M.LHe
hoy,''don Davtid Díaz Muñoz, domiciliado en Cocfcra^
ne .338, puso fin á sus dias, disparándose ira faro "de
carabina an la sien izquierda.
E3 practicante dé la
Asistencia' Pública, señor. Mena, pudo comprobar, al
lado abajo del corazón una- herida hecha al parecer
■
instrumento contante".
1
Según las primeras- versiones más exactas el
so había tenido lugar así:
con
.
Aquel día
ei
matriiffcmio Díaz Muñoz había
--'
suce
teru-
—
do invitados á
30
~
á varios amusgos levados á la
ootmer
toldos efltos por los hermanos de Corina sentán
dose á la mesa las siguientes personas: en la cabe
cera, don David ; á eu deredha, el sub-tomisario de
casa
Emiliano Feliú; doii J.
Corina; ésta y dos de las
niñirtas ; y á su izquierda, don Arturo Gómez, don
Kurt Spuifli F, don Señen Rojas, hermaino de Co
rina, y.tos otros dos miñStoe.
La comida fué mfuy alegre y muy cordial y ttettminada eSüa, los «vetados pasaron de sobremesa á un
extenso parrón que bay en eí interior de la casa,
donde se bebió una ponchera
abundante Etcoí,
y
la
séptima ComSsaría,
Luüs
don
hermano de
Roja®,
mientra* Corina tocaba el piano en el salón.
Antes de toldos, rebinóse el señor Gómez, á pesar
de fas cariñosas metatíeincias def dueño de casa, dan
do por motivo un¡ fueittfe doltor *de estómago.
Más taírde, más ó
se
menos a lias «doce de la nocbe,
retiraron juntos el señor Feíiú, los dos bennánoe
Rojas -González
y
et señor
Slpurfi,
tomando
un
co
che de posta que tos iktyó hasta lá Avenida Matfuea^
na, donde éí. señor Spurlh descendió para dirigirse á
su
casa.
Los señores
rigieron, á
meros
su
viven
vez,
en
á
Rojas Gonizádez y Feliá, se di
propios domicilios. Lo© pri
sus
San Pablo y el úWmo
en
Andes.
Eí señor Díaz Muñoz había tenido la galantería
de Ir á despedir á sus visitas en la esquina de Btouterto Ramírez. A su regreso á la casa, Corana, que
lo aguartdaba en la puerta de calüe, ío líevó cariño
samente hasta «a lecho y lo «yudo í desvestirse.
Desjpuiés, Corina, acompañada de su sirviente Vic
toria Filomena Graarifo Estoojbajr*» ®e dirigió al escusado que hay en el. ufoiimoí^rtaiiíno de la casa, per
maneciendo aüK
Al vorvet a1
algutnos
#i^níÓs._
dormlterió;- "Ó^ó,
-
según
sus
primeras
—
3í
—
declaraciones, qttegidos de su
ron y, yendo inmediatamente
Bó exánime y ensangrentado,
La Corana comenzó á
abrazáinidose
ma,
al
dar
-
esposo que la alarma
á su dormitorio, lo harrraeflrito
ya.
alar
grandes gritos de
ensangrentado
cuerpo
de
es
su
poso, lamentándose y Bamándoio con paila b ras cari
ñosas, mientras las criadas safan á la calle en bus
ca
de Aa Asisteintoia Pública y de
Sacespvaimetntte, llegaron
guardianes.
poNteiafes, um practi-
tires
de la Asistencia PúbBca y el sub-inspector de
Patricio Adhurra.
cambe
la 6.a £x)Bwisaa«ía; #on
Habáésidose declarado
cendio
en
instantes
aquellos
en
in
un
lia Avenida Imdependentaia,, el juez del cri
aqueüa semana, don
.s^ndoto^ de- Lautaro, se
men
de turno
bal,
que
Arturo Laiz Ver
haiil'aba como su-
en Santfego, en los momentos en que pregun
taba el punto de? saniestrOj recibaió la noticia de que
había ocuriritío iün suicidio en la calíte Cotóhrane c
pton/te
.
inirned!iata!m£¡nit>e
se
á
encaminó
direc
úüitsma
esiba1
ción.
M
llegar á
ia
casa
del crimen,
encontró el señor
Laiz que lia Corina se revolcaba en
al parecer de tfln ataque de nervios,
.sirvientes,
•
un&
golpe en la sien y otra
pecho. Una carabina, de
se veía depositada á tos pies
demostraciones de fulcba; la ca
herida de
parecer de daga en
propiedad de ó! mdstmo,
del .cattre. No había
no había sido
rabina
el
descargada,;
no
se
había
oído
é
hiz*j
del disparo.
h. detcmacton
pro&ndajmervre sospechoso
juez que to ocurrido no era
se
había dkího al priiwe&pio.
era
comiptrender aS
micidio, como
babSa'
de las
con
al
Eí cuadíro
presa
cama,
rodeada
niños y tos gwaTdianes.
los brazos extendidos sobre la col
tos
El .cadáver,
cha, mostraba
su
,
pérwVfedo
ñrr
erihl'é'rií"*-
■
■■■•■•"■
un
Allí
ho
se
—
z¿
—
En -consecuencia,-, ordenó
al
oficial Achurra qué
ejerciera la más extriaba vigilancia, que no' dejara ni
nadie de la casa'- y que todas las
.vivían en ella quedaban incomunicadas
hastía que él volviera al día siguiente Dadas esta»
órdenes, después de -un momento más de observa
ni
entrar
salir á
•
personas que
ción el
juez
.
se
LAS
á
PRIMERAS
SOSPECHAS
Iniciado el Sábado el -proceso, la \jutittfcta principió
ver
modo de descubrir et misterio en medio del
mutismo
mayor
de
caron
ra
retiró.
y,
'Cuenta
su
lanzar caída día
t'anto, tos diarios se dedi
á hacer activas indagaciones pa
entre
sus
sensacionales informaciones.
Demostrado sin necesidad de mayores pruebas que
se trataba de un alevoso, asesinato que se habia pro
curado de hacer aparecer como un suidíklío,' en secre
justicia y en público la prensa, entraron' á buscar
asesinos, fundando sospechas y siguiendo pistas.
La primera pista fué una carta del reo Exequieí
Pérez, ambiguo protegido del señor Díaz Muñoz.
Estando dicho reo en la- Cárcel, oyó decir en ella
to la
á los
el
que
para
su
su
bandido
all
matar
condena.
•
Valeriano
-
Dinamarca
se
preparaba
Díaz
Muñoz apenas cumpliera
Dinamarca había salido meses antes de
señor
prisión y se hallaba -relegado en Témuco.
Principió á hablarse mucho también de ciertos
ren
habidos entre eJ, señor Díaz Muñoz y su cu
ñado de Coinico don Javier Lavín, asegurándose que
ambos dos se hallaban en las peores relaciones y
que aún el señor Díaz Muñoz se había que-reUado
ante la justicia, denunciando que ei señor Lavín ha
cores
bía proferido -la
Pero,
tanto
amenaza-
esta
pista
de matarlo.
como
la
relativa
al
res
33
—
Dinamarca,
Santiago,
—
resultaron
faiteas. Venido
desmintió
las' versiones
á
el señor Lavín
calumniosa'S re
efl ultimo tiempo
lativas á él y aún afirmó que en
había 'sostenido
amistosas
relaciones
con
el
señor
Díaz Muñoz.
tanto, la sospedha de que el crimen hubie
con la complicidad y aún con la
Entre
sido
ra
cometido"
ayuda decisiva de una persona de tía
Díaz Muñoz, principió á robustecerse
Había
tes.
serie de
una
misteriosas, que
creerlo así.
La idea
vulgar
en
circunstancias
inducían
cor»
la
del señor
casa
todas par
sugerentes, y
mayor
fuerza
á
criminal de fuera, un bandido
creía, hubiera podido entrar á la
de que
se le
un
como
golpe con la mayor destreza y pre
cisión, entrando, perananeciendo escondido y huyen
do después sin ser visto por nadie y sin dejar el
menor indicio de él, era ana Suposición casi inve
y asestar su
casa'
rosímil.
Pero
¿
á
quién
echarle la culpa de tan horrible trai
ción?
La
en
su
víctima
mujer
de
lecho,
presa al pareced de la mayor,
la
.permanecía,
entre
tanto,
postración
representado su colmedia á las mil
lamentaciones y ataques de nervios
del erimerí habían 'continuado en los
nerviosa. Había
Sus
maravillas.
de
la
días
noche
siguientes
La
idea
mente
de
una
como
ella
audacia,
no
erra
corroo
terminar
jamás.
iprivütivadesacato. ¿Quién
rechazada
un
atrevería á suponer tamaña imfaimiá dey de una madtre?
se
sa
En los dos
á
y amenazaban
dudar de
interrogar
do
mer
modo de
hilo
.
de
primeros días,
los diarios
á tos invitados de la noctbe
encontrar
wna
pisíts.
en-
sus
se
una
espo
dedicaron
trágica,
vien
declaraciones él pri
34
-
Las
resultaban inconcusas.
declaró
Spurh F.,
que él por pri
asistía á la casa del señor Diaz Muñoz, i
conocía' antes. Era amigo de los señores
explicaciones dé
I"!
vez
'
estos
Kunt
señor
mera
—
quien ni
Rojas González
en
y, habiéndose encontrando con ellos
el Club de Oficiales de Reserva, to habían invita
Él había aceptado, creyendo ai p'rSncien lia propia casa de los se
ñores Rojas -González.
Estas circunstancias, agregadas á los antecedentes
intachables del señor Spuhr,- alejaban de óí toda sosdo
á comer.
pio que la coimida sería
'
■
pedha.
Por
parte, don 'Gustavo Gómez, agente de una
declaró
conocer sólo desdi
su
Compañía, de Seguros,
seüs meses antes all señor Díaz
bado aínisitád
ra
conseguir
Muñoz y haber tra
con
él. con motivo de
que
el señor
sus
Díaz
gestiones pa
mujer
Muñoz y su
de seguros de vida. Se
contrataran
una póliza
prendía así, á ¡primera visita,
ñor' 'Gómez
con
com
que las relaciones del
familia de la caüfe Cocferane
la
se
se
debían sólo á ino'cenlbes fines cotoetiefcrfes.
.Quedaba el señor Félíú.
Dando cuenta de
dista
publicó
entrevista
una
el día 26 to
siguiente
con
él,
un
perio
:
"No
ignora usted, le dijimos, las presunciones
provocado su presencia poco, atabes de la
tragedia, en la casa del señor Díaz Muñoz. La cues-
—
"'
que
ha
tión
es
grave. Defiéndase usted".
"El señar Feliú
". defender
■'
"Nos
•*■
"
nos
absoluto
dio
C-argas explicaciones
para
distante atojaimíertto de la
tenebrosa incubación y consumación deil crimen".
nido
su
y
afirmó, en primer lugar, que, éá no había te.-jamás- amistad íntima alguna con la señora
de Díaz Muñoz y que
abrigaba
la más entera
con-
—
*
"
"
fianza
de
probada
35
—
quedairía plenamente
que esta afirmacróti
el proceso".
en
"Pedimos después al señor Fe&ú %ue nos- ejáptícacómo se había generado la comida del Viernes
y cómo se habían producido tas distintas invitaciora
"
"
á ella".
mes
"
"
"
"Nos contestó el' señor Feliú que su creencia
qiue la comida no había sido ni un banquete ni
iréunión preparada de antemano.
Fué, según
versas
señora
una
Rojas
"Habiéndose
"
■'
"
fiesta
impensada
que
González".
rrtomerrtártea'meníte
encontrado
González
el
ClrCuto de
con
Ofi-
tos
Rojas
ciatos de Reserva, éstos 1o invitaron á comer con
especiales aretnciomes, recordando que el señor Feseñores
"
<Kú había
"
familia á
""
su
provocaron diinvitaciones casuales de los foertmanos de la
concepto,
"
"
era
una
invitado
un
en
la
en
noche anterior á toda la
circo del barrio
,La insistencia de tos señores
Yungay.
Rojas, eí
En vista de
señor Feliú
"
pudo resistir y concurrió á la casa del señor Díaz Muñoz, en la cual afirma caftegóricaimente, que sólo ha estado cuatro veces y siemipre estando en eWa el dueño de casa".
no
"
"
"
"El
"
"
"
se
señor
Feliú considera
"
minuciosa coartada".
"
casado. Un hechor sólo
"
tos
"¿Qué
"
"
"
una
insensatez
que
al-
guien pueda sospechar alguna pafKícJpación suya
muchísimo menos
en los preparativos del crimen;
una' intervención personal;
exponiendo al respecto,
imóvül
podría
haber
tenido?
Es
pobre,
es
mi-
puede comprarse
queda convertido en ei más peligrbso de los cómlplilces".
"El señor Feliú da imjportancia á lia versión de que
el crimen pueda tener- por origen una venganza
personal y está convencido, en todo caso, de que
de
pesos
y
con
-36"
"
muy luego el veto de este gran misterio
dar completamente descorrido".
Entre
sido
la
tanto,
fraguada
cundía cada
oz,
sospecha de
la
casa
vez
más.
en
va
el crimen
que
á que-
había
misma del señor Díaz Mu;
Los señores J. Luis y Sénén
bían sido sometidos á un largo
Rojas González ha
interrogatorio por la
les había puesto después en libertad; lo
entender que di juez no los consideraba
justicia
y se
que daba á
cómplices del crimen.
sido examinada por el doc
Labbé para comprobar la efectividad del
mal estado de su salud y el facultativo había infor
mado al juez que no tenía nada que le impidiera
A
tor
vez, Corina había
su
Muñoz
concurrir afl
Llevada
el
por
cipio
aJ
juzgado.
tribunal
é
en
inmediatamente
porque
la Casa Correccional de
Las
por
su
la envió
se
Mujeres
del
investigaciones
avanzar
Las
interrogada
minuciosamenié-
Laiz, hubo de incurrir desde el prin
manifestaciones de responsabilidades graves,
señor
incomunicada
h
de la Calle Lira.
crimen
principiaban
á
verdadero camino.
contra Corina fueron acrecentándo
sospechas
á medida que se conocieron poco á poco sus an
tecedentes y, sobr« todo, la conducta que había ob
servado hasta efí día del crimen con su esposo, aJ
se
cual aparecía, según las relaciones de
trajando con el adulterio.
Las ¡hablillas
un
á
comenzaron
joven extranjero
rina rnnuimerables
con
veces
destacar la
prensa,
figura
ul
dt
el cual .había sido vista Co
en
la caM.e y en tos tranvía*,.
al barrio de Providen
particularmente dirigiéndose
cia y. Los Leones,
la
.....•'-.
—
ESTE
37
—
ERA
JOVEN NO
OTRO
QUE JORGE
SANGTS
"A las
á
garon
diez-de la nodhe del día 24, dos agentes lle
la casa de Sangts y le tobknaron orden de
prisión, procediendo á un 'minucioso registro de su
dormitorio, que duró cerca de una hora, 'levándolo
incomunicado á la Sección de Detenidos juntatmente
con una .maleta Kena de papeles y otros Objetos' que
se recogieron en su pieza.
Con exitraña tranquilidad,
Sangts se 'dejó* llevar
sin
preso
á tos
la
menor
periodistas
precaución
que
resistencia, decftairaridó después
no
había
pensado
en
tomar
nin
guna
para eludir á la justicia, porque es
taba absolutamente seguro de la^darídad de su ino
cencia.
Sé
encontraron
en
poder de Sangts
llave
una
de
puerta de calle dé la casa de Corina y un gran
número de cartas amorosas en que ésta le hacía las
■la
•más
apasionadas y reiteradas insinuaciones.
su
aprehensión, fué tomado Sangts por el
juez y por el Jefe de la Sección de Seguridad como
Desde
instrumento para arrancar las contíesiones crimi
de Corina, explotando el afecto de ella por su
amante. Sangts prestóse á ello y, según las infor
un
nosas
maciones
de
la
prensa,
fué
presentado
por
indica
ción de él imsmo casi desnudo y encadenado ante su
cfómplice, á fin de hacerla creer que estaba padecien
do suipfficios por
cio.
En
causa
de
su
pertinacia
en
el silen
'
primeros días, Corina demostró una firme
y
coraje increíbles; para negar s u culpabilidad
delante del juez, rebatiendo habítaseme las pregun
táis y las argumentaciones de éste y Regando hasta
insolentarse en su presencia.
za
los
un
-38Esta situación habría podido prolongarse por mu
chos días más, ú hechos casuales y hábiles deduccio
nes inferidas de efltos por el señor Laiz Verbal no le
hubieran
peflmSfido precipitar efl pronto desonláce que
después tuvo el proceso.
poco
¿COMO SOBREVINO ESTE DESENLACE?
al
OSgamos
señor
propio
juez. En una entrevista
explica así:
"Eí Diario Ilustrado", se
"Desde que vi el cadáver,
con
"
"
"
"
"
las comüctones
que el
me
formé concepto
de
crimen había sido
ejeicutado; y aunque &tvé mucha® pistas que seguir, fue
para mí una cuestión de experiencia profesional ó
de simpto amor propio, agotar la InvesHÜgación por
e! camino que desde el primer instante me había
trazado, desiigatndo las muchas otras pistas que se
en
_
"
"
"
"
"
"
mepresenirab^ara''.
"Hoy en ka mañana
hice reducir á prisión á cnaadivinas, á 5as cuales, después de tomarles declarafción, las dejé en libertad, to que tos dio la se
guridad de que nada tenían que temer. A medio
día, y por ciertos antecedentes que yo había logratro
do acumuJlar, boce
al
cochero Alberto
capturar
Duarte Serrano, 'átóas^'El Saco de Luche", en quien
"tenía yo csertas sospechas de cornjpOlicidad, ó por
"
"
"
k»
menos de conocimiento del
trágico suceso".
"Por la tarde llacmé á mi oficina á Corina Rojas y
ia carié con Sangts, sin que en el primer momen
to
nada
"sentía
"
lograra
en
un
dio el
limpio. Pero, como yo me
sedado, recurrí á un arbitrio
en
mejor resultado : hice como que me
para aurojar la ceniza de mi cigarro y me
di vueltas, sin <lejar de manar á tos reos que tenía
que
me
lis traía
"
sacar
terreno
dei? nte de mí".
39
~
"Eltos creyeron que
"
vedhó eí
"
que
"
Jos
no
veía,
para bacer
mam-eníD
guanáara sítoncto,
una
y la Corina aproseña á Sangirs ét
enérgicamente
poniéndose
dedo sobre to» labios".
un
"
—
"
—
¿Cómo
secreto
"
con
eso?
«s
que
tes
dije. Hay
—
guand»n
y
cinésano débante del
que
entre
uátedes
recomiendan
un
todavía
juez".
"Ambos
"
"
"
"
"
La Corina hizo algunos aspanegaron.
vientos para manifestar su inocencia; recordó que
había dado su vida por la humanidad, y
inocencia
de aBa saldría á luz en cuanto "su
la
que
defensa" pudiera actuar".
"Me decidí, entonces, á poner (término en forma
JeSucristbo
violenta á
aquieü
careo, y di órdenes de que ta
"rma -fuesra ítovada á
"
la
Corrección
y
Co-
Sangts á la
Corina, hiee
Pero apenas hubo saKdo la
Sangts y le hice presente que estaba comprometiendo su situación por salvar la de su querida. Apremiado con varias preguntas, acosado ao". te el cúrmito de heCbos que yo le presentaba, Sangts
"
se resignó á dédr I& verdad; y después de un gran
esfuerzo se afiawó á declarar :
"
Cárcel
volver á
"
"
"
"
—
"que
'1o
"
"
"
"
"
La Corina, hastiada
le daba su marisdo,
matarj
y
para
ello
con
la vida de
según dijo,
recurrió
á ia
llamada
privaciones
resolvió hafcefcasa
de
"' bre que debía
enttre
e&afciar la vida del señor Díaz Muaígunce días, se presento éi etegi-
"
ños. Al bábo dé
"
do, á quien ttodairó Sangts no conocer".
¿Es un cwtíhero? preguntó eí señor
"
—
"
ana
Rosa
Cisterna*,
vieja
las capturadas y puestas en liLa Cisternas, <te
bertad en la mañana de hoy).
acuerdo con su marfdo, José Cerda, quedó convenida con la Corina Rojas de proporcionarle al hom"meica-bruja",
(que figuraba
una
Verbal.
—
Laiz
"
"
"
"
"■^Si,
su
'"— «El
individuo
señoría,
cochero".'
un
por la Corina en
mida, y cuando las
consumó
visitas
dormitorio
al
(penetró
fué
prosiguió Samgfs.,
la misma casa la
—
se
del
el asesinato en
señor
Díaz
"
¡minado.
El
cochero,
Muñoz
y
la forma conocida";
"Con estos antecedentes consideré mi
"'
ocultado
nOdhe de la cohubritóro» retirado,
comió
ya
antes
trabajo terhe dicho,
les
esttaba preso desde temprano, y ía declaración que
que prestar la "meicá-bruja" aclararía todo
"tendría
"
'
el misterio".
■
momentos mjás taróle
la
"Capturada
Cisternas, se encerró al prkuoípiio en una tenaz negativa, pero cuando le hice
presente que era
"inútil que siguiera negando, pues yo conocía toda
nuevatmente
"
Rosa
"
"
:<
"
la
verdad, confesó también
"Con
'
partioiipación;
su
de-
alarando que la Corina Rojas había ido á veriía y
que ella había proporcionado al criminal".
la
el
nombre
mistma
"
del cocíhero
"
criminall
y
"~la
criminal
que
proporcionado
que
tenía preso
correspondía'
desde
temprano,
por
al
el
quedaba descubieitto".
"El "Sato de
"
del
"imeica", nomíbre
después
de
Luche"
un
fué Kevado á mi
presencia,
torterrolgatorio, expuso
crimen m los siguientes tér-
minucioso
consumación del
"•limnos:
"Puesto
il
en
comunicación
con
la señora
intermedio de la "meicart Rosa
'
Corina, por
Cisternas, el "Saco
ejecutar el crimen
de Luche" convino con ella éa
ipor la suma de quinientos pesos, á cuenta de los
'cuatíes recibió cinco pesos. La Corina lo cá/tó part
las siete de la tarde del día en que debía éfectuar-
"
"
:'
se
*
"
la comida, y el asesino litegc- i la casa: antes que
comer. La Corina to escondió tras
tos invitados á
de
una
cortina
en
el
escrito-rio,
y cuando lo* tnvi-
—
"
"
"
"
"
■
"
"
"
"
retiraron,
se
á
trara
la
que la Corina
aguardó á
y
deJ
pieza
señor
Díaz
Muñoz,
en
en-
cuya
comtpañía íntima permaneció un cuarto de hora,
en
seguida y aprovechándose que su
La
había
esposo se
ya quedado medio dormido.
Tetirándose
Corina,.
del dormitorio de
su
esposo,
al escritorio y tomó de la mano al
dolé que había Itogaldo él momento
encaminó
se
asesino, dterénr
de
cumplir
1o
prometádo".
"
—
"
—
tados iban i sentarse i la mesa, ella personalunente le Itovó una copa de vermouth. El asesino permaneció escondido en aquel sitio hasta que tos Mir
vitados
"
41
Señora—replicó
el
asesino,
—
¿no
sería
tiempo
de arrepentirse?"
"
Si te arrepienites, contestó la Corina, soy capa*
de pegarme un tiro y dejar una carta escrita culpandóte de todo lo que ocurre".
—
"
"
"Esto dicho, la Corina
"
H
"
se
dirigió
al interior y Al-
berto Duante, ya encaiminado por eMa misma hasta
el dormitorio de la víctima, tomó fa carabina que
estaba en un rincón encogiéndola en un pañuelo
—
"
pues, sabía tos peligros de las impresiones dvgitales, y con la culata del arma asestó al señor Díaz
"
—
"'
Muñoz
"
taba ya
"
porarse y
"
se
dio
dio vuelta
víctima,
que
es-
un
quejido, trató de incor-
en
la cama, momentos que
Duarte aprovechó para sepultarle en el corazón la
hoja de una tijera e¡61ada por los dos lados, y que
había sido convertida previamente en una daga".
'^Consumado el CTwnem, Duartte sallió del dornátorio, arrojó al tejado e! anima homicida y salió á
"
"
"
"
'
"
las sienes. La
golpe en
durmiendo,
:um
fe caito".
"—Tal
bal
El
en
—
es
,
la
forma
que este
inopinado
itenmínó el señor Laiz
crimen ha sido cometido".
—
y
sensacional
Ver-
descúbrimien-bo
cte
—
Duarte
4a
produjo la alegría
juzgado
y
che el
en
la Sección
Laiz
señor
—
que es de 9u^poneir en el
de Seguridad;. Aqueita no
saló del
dominado
tribunal
por
entusiastno, recibiendo los parabienes de todos y
dirigiéndose á tomar una copa de champagne al Club
de Septiembre.
Al día siguiente, el juzgado ae otoiípó eai recibir y
el
comparar las declaraciones de todos tos reos en
con la historia
contada por Duarte y i la
claridad del rayo de luz qué eHa arrojaba sobre el
en
armonía
proceso.
Estrechados
fesar, la
Sangts
y la
Corina,
consumación del crimen
acabaron por con
la forma rela
en,
tada por
Duarte y de taÜ manera, el esfcSarec¿m.iendefinitivo pareció un hecho.
Pero, al día subsiguiente, la prensa apareció insi
nuando sospechas decididas de que Dictarte no fuera
to
EL
VERDADERO
ASESINO
DEL SEÑOR
*
DÍAZ MUÑOZ
Apoyaban
sus
dudas
los
diarios
en
diversos de-
taitos.
En primer lugar, k forma atmástosa y f-amÜHar co
el criminal había sido aprehendido; en segundj
lugar, la actitud tranquilla, cínica, alegre que éste
mo
-
adoptaba
ante
los
rias contradicciones
•rar
periodistas ;
en
en
tercer
que habia incurrido
lugar,
va-
al decla-
la forma cómo realizó el crimen.
Esta
actitud
descreída de tos diarios ttogó hasU
de ellos que se hiciera una recons
pedido
trucción de la escena del crimen, yendo los reos á
la calle- Lond GochraUe á describir
sepstrudatneoíte en
haber
■sus
uno
detailtos tos hechos que
á la consumación tial crimen.
mayores
siguieron
precedieron
y
N
—
43
—
Dicha petictori fué rechazada por el señor juez.
Entre tantbo, el tribunal siguió rápidamente k mar
cha (k$ proceso, hasta obtener da confesión con car
go de tos cuttoabíes del crimen, tras to cual el pro
ceso fué enviado en vista al Promotor Fiscal.
El
escflarecáanáeinibo
Duarte,
nato
producido con el halaago de
responsabilidad del asesi
ha circunscrito k
del señor Díaz Muñoz
cuatro
en
individuos
.
Duarte y k
Gorma, Sangts,
bruja.
Sangts aparece como instigador de^Corina y como
cooperador de éstta para encontrar el criminal que
debía matar ai señor
Corina,
Díaz
Muñoz.
k incitadora y cómplice que sobornó
Duarte para que cometiera el homici
colmo
y amenazó
á
dio.
Duarte, como eí matador del señor Díaz.
La bruja, cotmo intteraiediaria entre los
tres
cul
pables.
Duarte y 1a
bruja han confesaid©
de
pkno toda
su
culpa.
Corina y Sangts, por intermedio de sus
charán por atribuirse recíprocamente
abogados,
lu
LA MAYOR CULPABILIDAD DEL CRIMEN
De k instrucción del sumario y de las publicacio
de la prensa, este hombre y esta mujer apare
nes
asociados mtimaimente para
eliminar al
Díaz Muñoz y apropkrse de su fortuna.
de amibos,
¿ Fué un convenio premeditado
en
cUaí
como
cen
tuvieron
equivalente iba
una
á
participación
ser
equivalente
él?
el
el goce de los frutos que ello;
esperaban extraer de su mala acción?
¿"O eMa obró con el simple conocimiento
de
señor
y
ayuda
44
—
indujo, k arrastró, la obligó
O éste k
¿
con
—
que la atemorizaron
amenazas
y
asesinato
ál
no
pudo
re*
sisrtir ?
¿O aún k sugestionó y, todafvk más, k hipnotizó,
algunos más atrevidos han llegado á in-
como
sinuarto también?
A
este
íx>
de
"El
respecto,
Febiero
el
Diario
Ilustrado"
documentado
bien
el
publicó
estudio
que
sigue :
¿SANGTS HIPNOTIZADOR?
"Caído Jorge Sangts
"
nifestóse
éstta
poder de
en
resuelto á
k
justicia,
ma-
cooperar á tos -esfuerzos
que k Corima confesatra
de
su
conseguir
siniestra participación en el crimen'L
"Cualquiera que haya sido la sinceridad ó false
dad de este propósito manifestado por él, to cier
to
to
definitivamente
de que
car
''
para
las
"Parece
que
por
Sangts
"
confesiones
Carina que
constan
el
en'
bajo
el
la
la
influencia de
deseo de
reo
su
consen
amor
por
salvar á
éste, no pare
cieron satisfactorias al juez y al jefe de la Sección de Seguridad, y que se trató después dé' con
vencer á.la mujer de que su
cómplice no la amaba
en
realidad, dándole á conocer su historia é insinuándole 1o® ocultos propósitos de codicia con
"'Se
"'
de
dichas confesiones de
ella
y
con
que la habk
4'
Sangts fué el instrumen
juez del crimen para arran
que
el
proceso".
tidas
"
es
valió
se
arrastrado al crimen".
se
obtuvo así que,
esperó
y
despechada,
la
reo
dad, denunciando
amante
en
el
acabara
la
alevoso
"por
desengañada
decir
toda la
exacta intervención de
asesinato cometido".
y
ver-
su
-45"
"
muy,, tarde á la realidad, Corina tuvo
reacción violenta que se tradujo en sus ulteriores declaraciones; contrarias todas á k inocencia de Sangts y tendientes, antes bien, á hace:*
Despertada
una
"
"
toda responsabilidad en él".
inocente, Sangts transformóse en culpable, y
de simple encubridor, en incontrastable incitador
pesar
"De
"
"
del crimen".
"Corina
"
"
dio
había
inducida
llegado hasta declarar
por
una
sugestión
proce-
de
su
amante".
"Estas declaracionieS de
"
que
irresistible
Corina, agregadas. á algu-
iníonmaciones que se han dado á este diario,
según ks cuales Sangts habría demostrado conooimientos profundos de hipnotismo, han hecho sosñas
"
"
"
"
"
.
"
"
"
"
muchos que la parricida haya obrado bajo
la influencia irresistible de una sugestión hipnótica'
pechar á
de
Samgits".
aquí sin
"He
imenfte
la
"
"
"
"
"
"
"
sospechosos
como
difícil de creer".
cosa
para
la
natural
compresión
de
ésta
desconfió
de
las
negaciones de
la
manifestaba poseída por el deseo
porque
de saívar á Sanrgbs; así debe desconfiar ahora de
Corina,
se
porque
lógicamente debe supoposeída del deseo de vengarse de quien k
engañó y perdió".
"Hay aún otro detalle. Las acusaciones de Corina
contra Sangts, ora verbales, ora escritas de su puño
y letra, se han producido después que fué puesta
en libre plática y que tuvo oportunidad de conversar con su abogado".
sus
"
una
justicia".
"Así
"
duda
"Nos cuesta, en efecto, admitir sin muchas cavikicio n es esta suposición; entre otras razones, porque
ella ha venido á sugerirse en momentos especial-
afirmaciones,
nérsele
-46"¿ Hasta dónde, entonces, aquello de la sugestión,
vulgar, ya hipnótica, ha sido cosa dfetaurrida m'tdíigenbemente por algún diestro defensor?"
"La justick va á tener que dBatcádar con mucho
'
ya
"
"
cuidado esta cuestión".
"Eliminada en el proceso t#da atra
culpa del crimen se va á repartir
.
"
■-_.
oottopllcldad, la
entre Corina,
Duarte y la bruja".
será k cuota de caída ano? La sentencia lo
Sangts,
"¿Cuál
"dirá".
"Corina y Sangts se inculpan mutuamente. La de
fensa de cada uno procurará librarlos de la mayor
"'"
"
"
"
"
responsabilidad.
"Colocada la primera
haber sido quien más
"
su
se
su
de
mo-
podría
voluntald ó
"La concienck
pierde bajo,
se
la
no
ea,
¿le será posible á
bajo
concienCk".
ó la
en
el acto de concebir
pierde con k locura; la voluntad
sugestión hipnótica".
"Si
es
su
demostrar k inconsciencia
falta de voluntald de Corina
y cometer el crimen?"
sie
"
gravísima siuactón
é inmediatamente
Duarte, 4a disminución de
responsabilidad sólo puede correr á parejas da
k disminución de
"
"'
k
tenaz
vio el brazo homicida de
"¿Cómo
"
en
posible decir
k influencia de
que ta Corina ha estado losu
una
defensa afirmar que obró
sugestión hipnótica?"
"Procurando columbrar el pensamiento del abogado
de Corina á este respecto,'- entrevistamos ayer al se"
ñor
Vallejos".
"Lo encontramos
":
"
*'
extremadamente
reservado y
re-
celoso".
"Habiéndole dicho nosotros que que era uez popular que ahora Corina procuraría descargar toda la
responsabilidad sobre Sangts, habíarído de que ha-
,
—
"
"
ibía sido
sugestionada por
contestó lacónicamente:
"
—
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
•
No
"
"
"
"
"
"
"
"
nos
haya sido sugestionada
-
Es
muy discreto
ef
señor
Vaílle-
jos".
"De todas maneras, si se hahk de sugestión, hay
que advertir que hay das conceptos de este fe«ornen©; uno vulgar, que considera como sugestión
cualquiera influencia superior ejercida en un individuo por otro ó por sí, y otra específica, reducida
con
más precisión á la que se produce en k hipnosis".
pretendiera probar que Corina fué víctima de
sugestión hipnótica de Sangts, habría que esta-
se
Mecer dos cosas:"
Que Sangts entiende hipnotismo y ha logrado
producir alguna vez la hipnosis".
"2.0 Que Corina fué hipnotizada y sugestionada por
Sangts".
"En este último caso, habría que precisar la irrespoñsabifli'dad más ó menos completa de Corina y la
culpabilidad .más ó menos exclusiva de Sangts".
"Pero to repetimos : nos parece en este caso poco
menos que inverosímil tan atrevida suposición. Desde luego, no hay al parecer constanck alguna de
que Sangts sea hipnotizador ; aunque muchos crean
ver
aquí ciertas circunstancias propicias al¡ estu>pendo conocimiento".
"El es un hombre, aunque débil de voluntad, fuerte, pensador, observador. Podría tener k fuerza
mental suficiente para producir k hipnosis, sobre
"i.o
K
ha dicho ella que
k conversación.
una
"
éí, él señor VaMejos
Sangts. Sus palabras son que ha sido inducida,
obligada á cometer el crimen por él".
"En seguida el señoT Valtojos, á pesar de todos
nuestros esfuerzos, trató de desviar á toda costa
"
"
me
—
por
Casi
"Si
"
47
-48todo
en
un
.'hiíitéri'ca,
"líe
"
'snjieto más débil, como podría serlo
neurótica, enamoradla ad'em'ás de
un.
aquí
caso
esta
en
delicada y obscura materia".
avanzar el menor
"Por eso, nosotros, sin
"
respecto,
dar
"
"
"
"
Iirmátareinos,
nos
él.''
que soto pueden opinar los
de ciencia, tos especialistas
en
médicos, tos hombres
"
una
una
coime
mera
juicio
al
curiosidad,- á
breves referencias á tos que se interesen
por estudiar más esta cuestión".
"La sugestión hipnótica ha sido minucio sámente es-
aígunas
tudiada
el
por
doctor
Grasset, W.
Wundt, Jules
Liégeois, A. Cullerre, Gilíes de k Tourrette,
Beaunis, Thoimas, José Lampona, etc."
H.
"En CháCe, también han escrito sobre la materia
tos señores Maira y Benavembe, el 'rector del Insti"
tuto Pedagógico don Wiiiheln Mann, y el joven abo
gado don Amador- Atoayaga A., en cuya memoria de
"
prueba "El hipnotismo
cho"
"
que
"
"
"
"
"
"
"
"
ante
el dere
sugiere
"Respecto á la posibilidad que un crimen sea instigado y forzado á cometerlo por medio de la sugestión ante el derecho" resume con que ella se ha
demostrado de modo fehaciente por medio de los
temados "crímenes de laboratorio"; es decir por
crímenes ficticios
los
investigadores
sugeridos en tos experimentos de
á sus parientes; crímenes que se
habrían cometido de
se hubieran colocado
ño
hecho,
armas
si
en
manos
de éstos
verdaderas".
experimentaciones, se ha logrado sugerir
sugestionados han realizado fatalmen
meses
semanas,
y hasta un año después del suehipnótico".
actos
te
"
sugestión
derecho".
"En estas
"
y la
sencillez y claridad las cuestiones
el hipnobiisimo, particularmente ante el
resumen con
que los
—
—
49
'"Los doctores Maira y Benavente dicen
"'
"
'''
Hipnobisimo y Sugestión":
"El Sujeto hipnotizado está
voluntad del hipnotizador;
por
éste
hasta el más horrendo crimen
con
que obedecerá
como
impulsado
en
s\i
obra
completo bajo
puede
la
ordenarle
la certidumbre de
por una fuerza irre
sistible".
'El doctor W. C.
"Aquel
"
"
Sermyn, dice
que sufre la
sugestión,
á
tal
d-uce durante el sueño, no razona,
dece, ejecuta órdenes, hace lo que
su
vez:
ella se prodelibera ; obele dice que ha
como
no
se
está pronto para ejecutar actos que indican lo
-más bajo, 1o más vil, lo más abyecto, k más innoble sumisión".
ga;
'
"
"
"
■'
"Por eso, Binet y Terett dicen:
'Gomo regla general, puede decirse que cuando se
invoque el hipnotismo ante k justicia, debe constatarse
su
existencia
medio
por
de k
más delicada
experimentación".
EL DICTAMEN DEL FISCAL
Tomada k confesión
con
cargos á tos cuatro reos,
pasó en vista al fiscal, don Clodomiro So
to, y éste despachó su 'dictamen con una presteza que
llamó justamente la atención, el Jueves 3 de Febrero,
apareciendo publicado en los diarios del cuatro.
el proceso
dictamen del
El
donde
se
Después
hace
un
fiscal
es
un
extenso
documento
concienzudo del proceso.
rdkción circunstanciada del
extracto
de hacer
una
asesinato y de tomar nota de las declaraciones pres
tadas en el curso de él, proporcionando imuchos deta
lles
que habían
permanecido ocultos, entra el señor
responsabilidad de los reos con
ley y conforme á la culpa comprobada
Soto á examinar k
arreglo á la
—
de
cada
uno,
acumuladas
en
aegún
é.
ios
curso
no
—
testamentos y ks
pruebas
del sumario.
El notable trabajo del señor Soto es una pieza
de gran mérito legal que le honra y que le ha mereci
do feMcitaiciomes.
k culpabilidad de Corina, que presenta
principal Causante del asesinato, dice que
manüfiestaimente se pretenderá aminorar su culpa ante
Respecto á
la
como
el
tribunal, inostrándok
luntald
propk,
Sangts.
Opina el
siderar, por
como
sugestionada
una
por
histérica sin
te
seducción
vo
de
fiscal que esta defensa no se debe con
cuanto es necesario precaverse contra la
tendencia cada día mayor á librar á tos criminales de
merecido castigo, haciéndoles aparecer como fal
tos de conciencia y voluntad por causa de la locura,
su
k
sugestión
ú otras
Termina el fiscal!
perturbaciones mentales.
pidiendo k pena de muerte
para
Corina, presidio perpetuo para Duarte y veinte años
de presidio mayor para Rosa Cisternas y Jorge Sangts.
Sin duda alguna que k defensa de tos respectivosde los reos procurará aminorar estos casti
abogados
gos.
En la necesidad de
teza
una
relación de
proporcionar con la mayor pres
conjunto al púWico, sobre el sen
sacional proceso que le ha tenido absorto en las úl
timas dos semanas, no nos es posibOe esperar la senten-
ck de
primera instancia
que condenará á los reos.
todo caso, tenemos el deber de esperar
que ella será justa, aiplicando á los •criminales el cas
Pero,
en
tigo
que merecen para escarmiento de cuantos pretendieren insultar á k sociedad y pisotear la ley.
FIN.
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Juez del Crimen, don Artiro Laiz Verbal, encar.gado de la instrucci¿n del sensacional procesa.
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£1 asesino Alberto
Duarte Serrano.
Jorge Sangts o José
Justino Gandarillas.
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En primer término don Senén Rojas González. En se
gundo término, una señora, don José Luis Rojas
González y
un
periodista.
Fachada de la
casa
donde tenía
su
habitación San?
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La criada Victoria Filomena
Granifo Esco
bar, que acompañó a Corina
perpetraba el crimen.
mientras
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Corina el día de
su
boda.
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Rosa Cisternas que
proporcionó el criminal.
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Lecho donde fué victimado el señor Díaz Muñoz.
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La carabina y la
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del crimen.
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