4 LATERCERA Domingo 18 de septiembre de 2016 AFondo Con su segunda novela ya terminada y próxima a pasar a la etapa de edición para ser publicada a fin de año nos recibe el ex ministro de Hacienda Eduardo Aninat. La primera, Economía de desamparados, vendió 500 ejemplares y recibió críticas que él acogió y que busca enmendar en esta nueva entrega. Cuenta que el tema central es el amor y que se estructura en tres historias paralelas de personajes vinculados entre sí y ambientadas en distintas ciudades de Europa, las que tienen como factor común el Mediterráneo. Pero no es que Aninat se haya cambiado de caballo: la novela es una entretención y la forma de dar salida a su lado más humanista y artístico. La economía y, como él mismo precisa, “la política desde hace unos cinco años”, siguen siendo el core de su quehacer actual, dividido entre tres universidades, dos fundaciones, un directorio de empresa -Scotiabank- y el multi family office Portfolio Capital, además de una intensa actividad en su partido, la DC. Desde esa tribuna, su análisis de lo que enfrenta el país es uno solo: el gobierno se sobregiró en promesas y estresó la economía; el ministro Valdés hace lo que puede, pero está muy solo; y la administración que venga -que a su juicio se definirá entre Lagos y Piñera- tendrá que ordenar y priorizar, apuntando a un plan de desarrollo de largo plazo si quiere volver a crecer sobre 3%, lo que debiera ser su principal objetivo. De lo contrario, advierte, el riesgo es quedarnos en la mediocridad actual. Usted ha dicho que este gobierno se olvidó del crecimiento. ¿Por qué pasó eso: desconocimiento, exceso de confianza, soberbia? Creo que hubo una excesiva confianza de que el sistema económico chileno podía soportar cualquier cosa. Tal vez la Presidenta y su equipo íntimo pensaron: este sistema ya está asentado para siempre, metámosle más cosas en lo social y político. Y segundo, ese afán, que se lo cuelgo a sus asesores, pero también a la Presidenta, de querer hacer de todo en todos los campos. Hay una vieja lección en economía política de que eso no funciona. Se olvidaron de priorizar. ¿Y esas falencias ya no se corrigieron? Veo a los ministros Valdés, Pacheco y Céspedes diciéndole a la Mandataria que el crecimiento es importante y hay que cuidarlo. Ellos tratan de hacer lo posible, pero están muy huérfanos. Yo estuve en tres gobiernos y no había visto esta cosa actual en que al ministro de Hacienda y a algunos ministros sectoriales los tienen en el centro de la política del día a día todos los días. Me impresiona ver al ministro Valdés todos los días en el Parlamento defendiendo a ministros sectoriales que parecen estar más apocados y sin apoyo fuerte del equipo político de La Moneda. Tengo una crítica medular en relación a eso. En el gobierno de Frei yo siempre me sentí seguro, con una gran confianza del Presidente y un buen manejo del equipo político de la época: Carlos Figueroa, José Joaquín Brunner y Juan Villarzú. Todos apoyaban y conducían, yo no tenía que estar solo en todas las batallas. En cambio, veo a este equipo económico-técnico solitario, y no hay nada peor que los llaneros solitarios. En ese sentido, ¿cómo ve al ministro Valdés? Aguantando lo posible y tal vez pensando: que esto termine pronto. No quiero interpretarlo, pero me pongo en sus pies y sufro yo de sólo mirarlo. Es muy buena persona. Siempre pareciera estar tratando de atajar goles. De atajar goles y de poner la cara. El equipo de La Moneda lo que tiene es que no le gusta poner la cara. La ponen cuando cortan la cinta. En los gobiernos de Aylwin y Frei el equipo político ponía la cara. Se les ve un poco ausentes. ¿Y eso alcanza a la Presidenta también? Por supuesto, en el último tiempo a mí me ha impresionado. En agosto y septiembre la he visto como ausente, y estar ausente es comple- ENTREVISTA EDUARDO ANINAT: “ESTE GOBIERNO SERÁ EL QUE QUEDARÁ MÁS AL DEBE RESPECTO DE LAS PROMESAS QUE HIZO” Para el ex ministro de Hacienda, la Nueva Mayoría ya tuvo su período y no funcionó, por lo que plantea volver a la Concertación, pero renovada. Señala que la actual administración quiso irse a la equidad pura, olvidándose del crecimiento, pero “ni siquiera la supo construir”. Para 2016-2017 no ve recesión, pero sí un resultado muy mediocre y acusa que “al ministro Valdés lo tienen como membrillo de colegial”. POR OLGA BUSTAMANTE FUENTES FOTOGRAF[IA> ANDRES PEREZ jo en política. La política es como el fútbol. En el fútbol, un buen equipo que tiene estrategia siempre está ocupando el mediocampo, no lo deja vacío para que se lo tome el equipo contrario. Aquí, el mediocampo está muchas veces sin nadie en la cancha. ¿Cómo ve la marcha de la economía para lo que queda del año y 2017? Sin sorpresas. Este país va a cerrar el año con un crecimiento de 1,6% o 1,7%, súper mediocre, pero era lo esperado, y por lo menos no es 0% o negativo. Y el próximo año podemos aspirar a un 2%, porque va a haber más gasto público y porque hay un rebote en sectores que están muy castigados. Este va a ser el gobierno del casi 2%, muy inferior al 4%, 5% o 6% que se creció en la Concertación, pero no preveo recesión. ¿Hasta cuánto puede elevarse el desempleo, hoy en 7,1%? Va a seguir creciendo, pero poco. Puede llegar al 8%, pero no al 10%. ¿Ese peak lo ve este año o puede trasladarse al próximo? Creo que será a principios del próximo año: marzo, abril, mayo, en torno a 8%. Pero no más, debido a los empleos asociados al sector público. Se ha mencionado también la posibilidad de que caigamos en una recesión técnica. ¿Lo comparte? No. Estamos malón, pero no en crisis. ¿De qué depende que esta economía pueda recuperarse y cuándo? Esencialmente de la buena política, de la priorización adecuada, de la prevención de lo que pase en el exterior. Que tengamos unos políticos que vayan a una especie de guardería, pasen un fin de semana de la pelea y el combo, y salgan ordenados y digan ya, concordamos en estos puntos y a esto se va a dedicar el país. Y si eso no ocurre, ¿qué implica seguir creciendo al 2% y al 3%? Algunos amigos míos de Cieplan dicen que implica caer en la trampa de ingresos medios. Pero con todo respeto, eso es demasiado técnico. A nivel de la calle nos condenamos a quedarnos en una mediocridad. ¿El ministro Valdés va a lograr cumplir con un Presupuesto 2017 austero, pese a las presiones políticas en año de elecciones? Con ayuda plena de La Moneda sí, y además porque el sector político más vociferante diga: cuidado, no podemos hacer más locuras, porque quedan los últimos metros, y si nos sacamos una foto muy mala, se acabó. Entonces, va a haber autocautela del propio gobierno. Dado lo que prevé para el Presupuesto, ¿cree que el ministro Valdés acompañará al gobierno hasta el final? Estoy seguro que va a seguir hasta el fin del gobierno. Hoy lo veo más empoderado. ¿Y esa es una prenda de garantía? No suficiente, porque al ministro Valdés lo tienen como membrillo de colegial. Lo mandan a pelear por la reforma laboral, a lo mejor lo voy a ver en la discusión del aborto… ¿Dónde está La Moneda ahí? ¿Dónde se fueron los estrategas, los técnicos y los buenos políticos de la centroizquierda? Creo que este gobierno no les dio mucha cabida. ¿Por qué dos ex senadores extraordina- rios como Camilo Escalona y Antonio VieraGallo no están aquí en primera fila? ¿Por qué la gente de Cieplan desapareció? ¿Qué explicación tiene usted para eso? La única posible es un poco el sectarismo y el triunfalismo. ¿La retroexcavadora también se quiso pasar sobre esos sectores de la Concertación? Sí, sobre aquellos intelectuales que venían de atrás y que tuvieron mucho compromiso con Lagos y Frei. A ellos había que rezagarlos para darles la oportunidad a otros que estaban más iluminaditos, pero resulta que no estaban tan iluminados, porque los resultados han sido mediocres. Pero hoy la Nueva Mayoría (NM) es crítica de la política de los acuerdos que defienden ustedes. El lema del gobierno, tanto de Aylwin como de Frei, era crecimiento con equidad. Este gobierno quiso irse a la equidad pura y ni siquiera la supo construir. ¿No será también que dichos gobiernos quedaron al debe en la equidad y eso gestó esta revancha? Mi interpretación es que el equipo que todavía manda en La Moneda y que todavía es central en varios partidos no se dio cuenta de que en vez de denostar el pasado, nosotros estábamos sembrando una base de más estabilidad, de inflación baja, de desempleo muy contenido y, sobre todo, de crecimiento bueno para que ellos ahora profundizaran los esfuerzos de equidad que ya se estaban haciendo. Pero la poca sabiduría de los iluminados de ahora, el señor Atria, Güell, Nico