Control de calidad de biodiesel: importancia, propiedades y problemática de su implementación en empresas pequeñas Silvia Daniela Romano Grupo de Energías Renovables, Departamento de Ingeniería Mecánica, Facultad de Ingeniería, Universidad de Buenos Aires, Av. Paseo Colón 850 (1063) Buenos Aires, Argentina. Consejo Nacional de Investigaciones científicas y Técnicas (CONICET) Rivadavia 1917 (1033) Buenos Aires, Argentina. e-mail: sromano@fi.uba.ar Para garantizar un buen funcionamiento del motor es necesario que el combustible que se utilice sea de buena calidad. Para controlar la calidad de un combustible hay que medir diferentes propiedades que establecen las normas internacionales y chequear que los valores obtenidos estén dentro de los rangos admisibles. Algunas de las propiedades que exigen las normas para biodiesel son las mismas que para el gasoil (viscosidad, densidad, punto de inflamación, estabilidad a la oxidación, número de cetano, etc) mientras que otras son específicas y se relacionan con la composición química y pureza de la mezcla de los ésteres alquílicos de los ácidos grasos (contenido de mono, di y trigicéridos, glicerina libre y total, contenido de éster, etc.). Los valores de las propiedades del biodiesel dependen de las materias primas (aceite y alcohol) a partir de las cuáles fue producido, es decir, de la proporción y clase de la mezcla de ésteres que lo forman. En consecuencia, los valores de las propiedades de un biodiesel producido a partir de aceite de soja no serán los mismos que para el producido a partir de aceite de ricino, de jatropha o de grasas animales. Pero independientemente del origen del aceite y tipo de alcohol, para que la mezcla de ésteres obtenido sea biodiesel, sus propiedades deben estar en los rangos establecidos en las normas. En las plantas que producen grandes volúmenes, el control de calidad no es un problema. El proceso es continuo y las muestras se analizan en el laboratorio de la empresa o se envían periódicamente a laboratorios externos. Pero para bajos volúmenes de producción como es el caso del autoconsumo o de las empresas pequeñas, los procesos suelen ser batch y la calidad del producto obtenido puede variar en cada batch. En estos casos, tener un laboratorio propio es económicamente inaccesible al igual que enviar frecuentemente las muestras a laboratorios externos para su análisis. Entonces se suele confiar en que lo que produce la planta es biodiesel, siendo una hipótesis errónea en la mayoría de los casos. En el Grupo de Energías Renovables de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, trabajamos desde hace algunos años en este tema. Por un lado, en el diseño y construcción de equipos que exigen las normas para el control de calidad que son mucho más económicos que los comerciales. Por otro lado, en la medición de propiedades eléctricas que no son exigidas por normas pero permiten detectar contaminantes, brindan información de la eficiencia que se tiene en las distintas etapas del proceso y en consecuencia, de la calidad del producto final. En una próxima etapa se tiene pensado comenzar con el diseño y construcción de sensores que permitan seguir la producción “en línea” para tener la posibilidad de corregir las variables que sean necesarias durante el proceso de producción (antes de obtener un producto final fuera de norma). Dichos sensores se podrán probar en la planta piloto automatizada para la producción de biodiesel que fue diseñada, construida y montada por nuestro grupo de investigación, en la Facultad de Ingeniería de la UBA, cuya construcción y automatización se pudo realizar gracias a importantes donaciones en equipamiento por parte del sector privado. El desarrollo y la implementación del sistema de medición y control del proceso, será de utilidad fundamentalmente para pequeñas y medianas empresas.