Revisión del género Micromeria 223 colonización de las mismas por el bosque. Sin embargo, tan pronto como el sotobosque desaparece, la M. hyssopifolia hace acto de presencia, aumentando su frecuencia en función del mayor aclaramiento del pinar, si no es desplazada por otras especies de acreditada agresividad y mayor porte, como son las jaras, escobones, codesos y finalmente retamas, que hacia los 1.800 m. comienzan a ser frecuentes, para ser francamente dominantes hacia la cota 1.900 m., zona en la que ya es difícil discernir si los tomillos que intervienen donde lo permiten las referidas especies, deben ser enmarcados dentro de M. lachnophylla o dentro de M. hyssopifolia, por existir introgresión manifiesta entre ambas especies. Se omite el estudio de las formaciones de la alta montaña tinerfeña, en las que siguiendo el orden marcado por la catena corresponde entrar ahora, por no estar presente en ellas la M. hyssopifolia, que da paso como se dijo, a la M. lachnophylla. Descendiendo desde la Cumbre de Ucanca, por donde cruza el perfil, el dominio de la retama continúa hasta los 2.200-2.000 m., donde hacen su aparición los primeros pinos y paralelamente la M. lachnophylla pierde su característico aspecto, para asemejarse cada vez más a la M. hyssopifolia, que conjuntamente con otras especies (Lotus, Sideritis, y varias herbáceas: Bromus, Trifolium, Asterolinum, Tuberaria, etc), sin desaparecer los nanofanerófitos (escobón, codeso, y cada vez más rara la retama), dominan el subpiso del estrato arbóreo. Esta monotonía puede ser interrumpida por la existencia de algún profundo barranco que al estar más resguardado de la insolación, conserva una mayor humedad, lo que permite el que se instalen pequeños núcleos de fayal-brezal, en los que también penetra nuestra especie, que acusa la suavidad de estos microclimas al ofrecernos un aspecto más frondoso, con hojas anchamente lanceoladas, pelos esparcidos y tallas mayores. Por debajo de los 1.500 m. —Vilaflor—, el pinar está muy aclarado, aunque pueden observarse pinos aislados, creciendo aquí y allí como testimonio de su antiguo dominio, hasta muy por debajo de los 1000 m., donde puede situarse el término de esta formación en la actualidad. No nos hemos detenido en analizar cuáles son los distintos sintaxones que dentro del pinar pueden distinguirse, en función de las especies que resulten más características, y que evidentemente existen