“Escollos objetivos” de las Elecciones Objetales

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Revista de Psicoanálisis, Psicoterapia y Salud Mental Vol. 2
nº 6, 2009
“Escollos objetivos” de las Elecciones Objetales
Cláudia de Paiva Caltabiano1
Aunque existan innumeras teorías y ciencias humanas que
expliquen el fenómeno “ser humano” y sus comportamientos, aunque
dentro de la propia psicología exista distintas maneras de evaluar y
analizar el hombre, todavía no existe un manual que le enseñe a vivir. Es
decir, aún no existe una forma o fórmula exacta para adecuar los
comportamientos del individuo, puesto que no se puede enseñar a una
persona el cómo actuar, el cómo desarrollarse en la vida, lo que se debe o
no hacer.
Lo que sí se enseña son modales, valores, ética, educación, pero
no se puede enseñar la manera de conducir y controlar todos los
sentimientos, el destino de sus relaciones y el sinfín de representaciones y
significados generados en el psiquismo.
Con
eso,
se
pretende
decir
que
hay
ciertos
tipos
de
comportamientos que huyen del alcance de la fuerza de voluntad y/o
conciencia, eso sin contar que algunas actuaciones escapan de la propia
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Psicóloga e Investigadora de la Universidad de Salamanca por el Departamento de
Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Doctoranda del programa de
Psicología Clínica y de la Salud.
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razón. Es decir, el individuo no puede controlarse todo el tiempo, aún más
cuando se habla del sujeto poseedor del inconsciente y sus dinámicas. Así
que, al hablar sobre el sujeto y sus comportamientos, hay que tener en
consideración los distintos procesos de desarrollo que uno puede tener a lo
largo de la vida.
Así que, no puede existir ningún manual, o libro que se le enseñe
el cómo actuar Si el propio actuar forma parte de su personalidad y de todo
el proceso de relaciones que ha obtenido y experimentado desde la más
temprana edad, desde cuando se empezó a desarrollar la más pequeñita y
primitiva forma de su aparato psíquico.
Sin embargo, al utilizar la palabra “escolla” se pretende dar al
individuo más responsabilidad sobre su vida, que apenas decir “los
comportamientos del sujeto”. Hablar de escollas implica decir que es una
búsqueda de la propia persona, puesto que es ella misma la que, a partir
de su dinámica psíquica, va a elegir el cómo se dan los hechos de su vida.
A la expresión/concepto elección objetal o elección de objeto2 se
le entiende como una predisposición del sujeto con relación a algún objeto,
es decir, el sujeto elige a un objeto. Él va en busca de un cierto tipo de
placer que probablemente sería obtenido con la “presencia” del objeto en
sí. Tal placer puede ser explicado a través de muchos enfoques incluso
ese es uno de los puntos de discordancia, o por lo menos, de discusiones
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El concepto de objeto es utilizado para describir tanto personas reales en el mundo
externo, como imágenes internamente establecidas, es decir, objeto es siempre algo o
una entidad con la cual el individuo se relaciona, es un otro (persona o no) con el cual el
sujeto mantiene una cierta relación, siendo ese objeto, interno o externo.
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teóricas entre las distintas teorías psicoanalíticas, lo que en realidad no
viene al caso en el presente texto.
Lo que sí se plantea aquí, está fundamentado en lo que ya es
notorio, es decir, el sujeto elige sus objetos de acuerdo con lo que ese le
pueda ofrecer. Es decir, existe una búsqueda interna que obedece a las
demandas del psiquismo que parte en busca del objeto presunto poseedor
de su interés. Con eso, se nota que el objeto puede ser modificado cuantas
veces sea necesario, siempre que obedezca a la satisfacción de la
demanda del sujeto.
En otras palabras, para satisfacer las necesidades psíquicas del
individuo, los innumerosos objetos que le serán ofrecidos en la escena de
lo real, podrán ser cambiados, por el propio sujeto, en la medida que los
objetos le vayan ofreciendo posibilidades de ganancia secundaria.
El objeto de deseo freudiano es la huella mnémica de la vivencia
de la satisfacción original. Es decir, el objeto deseado por el sujeto, está de
acuerdo con las imágenes/sensaciones mnémicas de una satisfacción
pasada experimentada de manera indeleble en el psiquismo y en la
constitución de las sensaciones placenteras y también disgustosas del
individuo. Aunque asimismo, tienen importante desempeño en la formación
del aparato psíquico.
Así que, el tipo de objeto ansiado por un sujeto tiene que ver con
su historia personal, la manera como fueron aprendido los significados y la
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forma
como
se
dio
la
relación
entre
los
innumerables
objetos
experimentados en el desarrollo de su psiquismo.
Según Laplanche y Pontalis (2001), la elección de objeto, u
objetal, es el acto de elegir una persona o un tipo de persona como su
objeto de amor, es por así decir, una tentativa de restaurar una posición a
la cual tuvo la sensación de ser alguien que siente y por lo tanto ES. Para
los autores, el objeto es variable, contingente y solamente es elegido bajo
su forma definitiva en función de las vicisitudes de la historia del sujeto.
Cuando se busca saber sobre la noción de elección objetal,
normalmente se encuentra estudios relacionados a la elección de pareja.
Lo que se pretende mostrar es que la elección objetal va más allá que la
relación con otro sujeto, es decir, ya que el objeto es siempre un otro
(persona, institución, situación, relación, etcétera), ni siempre hablar en
relación o elección objetal es hablar del individuo con otro individuo.
Para Birman y Nicéas (1984) “en cada uno de los objetos que
serán ofrecidos en la escena real, él (sujeto) buscará en sus ´elecciones´,
apenas los ´rasgos´ indestructibles, las marcas indelebles de una primera
satisfacción” (p.54). Lo que se sabe, es que ha existido un prototipo de
placer cuyo retorno y sensación se busca. Es decir, la pulsión de vida se
inaugura y se hace presente desde la primera experiencia de fusión. Tal
prototipo de enlace e integración se fortalece en el encuentro seno-boca,
donde también se establece el placer, la falta y por supuesto la necesidad,
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ya que se supone que con la falta emerge la necesidad y la búsqueda.
Todo ello está claramente vinculado a las ideas de deseo, pulsión y objeto.
Además, hay que mencionar el hecho de que esas vivencias son
importantes modelos de relaciones futuras, teniendo así, fundamental
importancia en la manera como transcurre la dinámica estructural y como
eso queda representado para el nuevo individuo. Es decir, desde el inicio,
hay la presencia de otros individuos que se relacionan e interactúan con el
niño, promoviendo así, el desarrollo de representaciones al respecto de la
idea de relaciones.
En Sobre un tipo especial de la elección de objeto en el hombre,
Freud (1910) apunta al hecho, sabido a través del psicoanálisis, que el
substituto del objeto que primariamente proporcionó la satisfacción al
individuo, es imposible, a parte de ser una búsqueda sin fin, es decir, el
sujeto está en eterna búsqueda de algo (objeto, persona, situación…) que
NO le proporcionará la satisfacción deseada, justamente por ser imposible
el retorno al primer sentimiento de satisfacción.
Freud en El encuentro del objeto (1905), enseña que la primera
experiencia de placer es la satisfacción del hambre, y generalmente es
también el primer ofrecimiento del seno al niño. Es decir, la primera
relación objetal (aún que Freud diga que no haya relación objetal en ese
momento del desarrollo), será un prototipo de cualquier relación de amor.
Así que, el encuentro con el objeto de amor, será en realidad el
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reencuentro con la primera satisfacción amorosa, a la cual obtenía una
sensación de completitud que le servía en su proceso de identificación.
En 1910, para Freud, las elecciones de pareja y/o amor adulto “se
derivan de la fijación infantil del cariño a la persona de la madre y
constituyen uno de los desenlaces de tal fijación. La vida erótica normal no
muestra ya sino muy pocos rasgos que delaten el carácter prototípico de
dicha fijación para la ulterior elección del objeto”.
Mas adelante en su teoría, en el texto Sobre el narcisismo: una
introducción (1914), Freud expone que el niño deriva sus objeto sexuales
de sus experiencias de las funciones vitales que servirán a la finalidad de
auto-preservación. Eso es apuntar al hecho de que el niño elige como
objeto sexual a la persona que se encarga de su alimentación, protección y
cuidado, siendo generalmente la madre o alguna otra persona que
substitúyale en tales cuidados.
Aún en 1914, el padre del psicoanálisis aporta que existen tres
tipos de elecciones de objeto. Las cuales son: la elección por apoyo, la
elección objetal narcisista, y la elección edípica. En la elección por apoyo
(también comúnmente llamada de anaclítica), hay una búsqueda por parte
del sujeto, de un sentimiento de acogimiento, seguridad. Está relacionado
con la pulsión de conservación. Así, Freud definió la elección objetal
anaclítica como la que es hecha según el modelo de amor recibido en la
relación con las figuras parentales, es decir, de los que le alimenta y le
protege.
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En la elección narcisista, el sujeto busca un objeto que le sea
semejante, al que le ha sido, o le gustaría ser. Puede ser también una
búsqueda por una persona que fue parte de si mismo, puesto que en la
fase narcisista el sujeto creía que el otro (la madre) hacía parte de si
mismo. Ese tipo de elección narcisista es una organización más
permanente de fantasías omnipotentes en la estructura de las relaciones
objetales y de la personalidad, o sea que el sujeto elige al otro porque
identifica el objeto externo como una parte de su self.
Conviene aquí recordar que Freud plantea la cuestión del Complejo
de Edipo como un importante determinante de las futuras relaciones
objetales. Los deseos y objetos del Complejo de Edipo se tornan
contenidos inconscientes, y a partir del inconsciente, matizarán las futuras
elecciones de objeto y una serie de actitudes y comportamientos de la
persona.
Greenberg y Mitchell (1994) afirman que el Complejo de Edipo
forma parte de una teoría de las relaciones objetales porque involucra “la
interrelación entre tres personas, cada una comunicando a ella sus propios
objetivos” (p.52). Para estos autores, las relaciones pasadas con otros,
están contenidas en las estructuras psíquicas, fueron absorbidas y
funcionan como fuerzas dentro de la psique individual. Con todo, ayudan a
la formación de las elecciones de objetos futuras.
Ya la elección edípica, es una escolla más madura, en la cual
habrá una identificación parcial narcisista a la actitud infantil del propio
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sujeto suponiendo que el individuo haya pasado por el Complejo de Edipo
de manera “sana”.
Eiguer (1989) plantea que la elección es organizadora porque
concilia deseo, angustia de castración e identificación, es como si el niño
recibiera el “mensaje” diciendo que no se puede tener el padre o la madre
como objeto sexual, así, entiende que tiene que identificarse con uno de
ellos y buscar su propia identidad sexual para obtener alguien tan bueno (o
no como el papá o la mamá).
Además, la escolla puede ser apaciguadora, siendo posible entrar
en contacto con aspectos perdidos y reprimidos de las primeras relaciones
objetales. Lo que lleva a pensar que la elección es también mantenedora,
integradora y conservadora, pues mantiene al sujeto siempre en la misma
posición/función. Dejándole siempre travestido de su inmutable papel
teatral.
Eiguer (1989) plantea que la elección objetal
…tendrá un valor semejante al de las formaciones de
compromiso, como el síntoma o el lapso. Comportará un alivio
económico y actuará frecuentemente como mecanismo
defensivo. Podemos estimar entonces, la importancia de esta
elección para la consolidación ‘y la organización inconsciente
de la pareja, las dos parejas entrecruzan los inconscientes, la
relación sentimental se alimenta del descubrimiento de la
pareja…(p.31).
Según
Meyer
(1987),
“relaciones
no
integradas,
al
ser
exteriorizadas, podrán volverse modelos de vínculos entre los familiares”
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(p.25). Para el autor, esas relaciones pueden ser comparadas con vínculos
que son comunicados unos a los otros de una manera particular, es decir,
el sujeto basará sus futuras relaciones en estos prototipos no integrados,
ocasionando relaciones desestructuradas.
Como se percibe, la elección objetal es parte funcional de la
personalidad, actuando de manera decisiva en la vida del sujeto,
confirmándole su dinámica psíquica. Es decir, la elección objetal funciona
como intento de mantener la estructura psíquica tal como fue
aprendida/experimentada y desarrollada. Así que, como ha sido dicho
sobre la mutabilidad de los objetos, lo que sería la elección objetal por
excelencia, es la relación objetal, puesto que se elige la manera como se
establece el contacto y el convivir con los más variados y sorprendentes
objetos.
Con todo, se puede decir que el objeto de deseo es construido por
la singularidad de cada uno, y contiene una promesa que no se ubica en el
objeto en si, sino que en la relación establecida y conseguida con él. Así
que, se puede decir que ninguna elección/relación es inocente, ya que es
parte de la premisa que el sujeto es quién busca la satisfacción de la
necesidad de su propio psiquismo.
Aunque existan maneras erróneas de actuarse, o discriminadas
ante la mirada de la razón, ética y moral, hay que comprender que el
psiquismo es una máquina de complejo funcionamiento. No se pretende
con eso disculpar los malos comportamientos ni hacerse cómplice de las
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innumerosas atrocidades humanas, lo que se intenta es poner un foco de
atención a las múltiples causas y derivativos del aparato psíquico.
Hay una lógica en la falta de sentido (razonable) en la vida del
sujeto, donde éste se presenta como víctima. El eterno descompás entre el
hombre y el mundo, en realidad, muchas veces respecta a su orden interna
de deseos inconscientes, ganancia secundaria y necesidad/falta psíquica.
Así que también se puede decir que existe una lógica perversa en la falta
de nexo en los hechos y comportamientos de cualquier persona.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Birman, j. y Nicéas C.A. (1984). O objeto na teoria e na prática
psicanalítica. Rio de Janeiro: Editora Campus.
Eiguer, A. (1989). Um divã para família. Porto Alegre: Artes Médicas.
Freud, S. Obras Completas – Edição Eletrônica de Freud:
______ 3 Ensaios para uma teoria da sexualidade. Vol. VII (1905).
______ El encuentro del objeto. Vol. VII (1905).
______ Um tipo especial de escolha de objetos feita pelos homens. Vol.
XI (1910).
______ Recordar, Repetir e Elaborar. Vol. XII (1914).
______ Sobre o Narcisismo. Vol. XIV (1914).
Greemberg, J.R. y Mitchell, S.A. (1994). Relações objetais na teoria
psicanalítica. Porto Alegre: Artes Médicas.
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Laplanche,J. y Pontalis, J.B. (2001). Vocabulário de Psicanálise: Laplanche
e Pontalis. São Paulo: Martins Fontes.
Meyer, L. (1987). Família: dinâmica e terapia. Uma abordagem
psicanalítica. São Paulo: Editora brasiliense.
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