RELATO D E (Dr.joaqu~.~ sccc, G a r c i a ) á"JIïiC No voy a decir un discursosino a acer un relato, como si pensara en voz alta,que ira despertando en el corazon y en la menta deustedes recuerdos y sugestiones. No sé si puede hablarse deinfluencias cas en la amistad. Si así fuese,telúritendriamos Carrasco, Atlántida, Santa Lucia;varias: pero de este pago del Duraznito, elninguna como Perdido y el yo Grande. ArroTodavia con el polvo de tiza del ultimo teore ma demostrado en el pizarrón de 4n examen, recogíamos la tierra del camino por San Jose,-con lentes de-carrera y- -gorra puesta al-revés,-en aquellos.penosos viajes de siete horas con buen tiempolen los-que, haciendo una concesion a la estética, alnorzabamos frente . al _panorama de las Sierras `de 'Mal Abrigo. ' la la Ibamos directamente al Duraznito a gastar el exceso de energias que teníamos entonces. Allí subí-amos a caballo para realizar toda clase de trabajos: parar rodeos, apartar, tropear, recorrer. Cuando nos apeábamos era para dar tomas, bañar majadas, ir alas ferias. Conservo un afectuoso recuerdo de Geronimo Methol, quien nos recibía con cariño, nos instruía y se ocupaba de proporcionarnos tales tareas. Hombre tesonero y recto, de costumbres sencillas, con un concepto frugal y sobrio del confort, como era parco en au charla. Un ejemplo de voaacion y de dedicacion al campo, que le_deparó muchas satisfacciones. Cuando habíamos agotado las energias sobrantes nos veníamos a San Rafael, en los coches o a caballo. Aquí llegabamos a cazar. Recuerdo largas caminatas por el monte detrás de Capitán, con un 44 cada uno, buscando caipinchos y las salidas en los-autos detrás de perdices, liebres y nandus. Nos recibía generalmente Don Eugen,o O'Brien. Caballero afable y bondadoso al qua sacabamos de sus apacibles y periodicos 2 retiros; quien alternativamente se divertia o se agitaba con nuestras ocurrencias. Con conversábamos o jugábamos a las cartas y nos enseñaba que un buen cazador de perdices unicamente tira al vuelo y cuida bien de las armas. el No obstante, lo que distinguia, me parece, estas estadlas,eran las largas conversaciones y discusiones que manteníamos, en este mismo living, hasta las dos o tres de la mañana. Discusiones que a veces zanjaba Carlos porque tenia mas fuerza o Mario porque tenía mas pulmones. Cuando estas subían de tono quien les ponla fin era el amigo que nos falta, Pico, con uno de sus chistes; porque era acaso el mas alegre Amigo al que quise entrañablemente y a quien extrañe mucho, a pesar de los distintos caracteres. Quisiera tener una cinta,grabaca de aquellas largas charlas para saber de que hablabamos, cuales eran nuestros afanes, que cosas nos preocupaban o nos atraían, cual era nu9stra nocion,del presente,o del futuro. Lo que si se es que jamas en estos conclaves oíuna cosa grosera o una expresión hiriente. En esa epoca ocurrieron sucesos que tuvieron indudable influencia posterior: la crisis de los años 30; el golpe de estado, 9ue para Andres y para mi fue un motivo de desilucion, como estudiantes de derecho, al ver con que facilidad caíanlas instituciones y se quebraba la norma de derecho que creíamos intangible; se ponía en evidencia la fragilidad de la libertad y la L seducción de la dictadura al nacer el fascismo y el nacismo; surgía la politización en todos los órdenes y la intervención creciente del Estado; la ciencia y la,tecnica hacían progresos sorprendentes.) De eso hablabamos? Les voy a hacer una confesión. Yo me fui muchas veces de esta estancia con el corazón apretado. Era la época en que Carlos se habla hecho cargo de ella. Sin colaboración, sin medios, lleno de dificultades, pasando terribles soledades, casi sin tener con quien conversar y cambiar ideas. Parecia un ermpeciinamiento inútil, una aventura irrealiz.ble,una empresa sin porvenir. Nos daba desesperacion dejarlo 3 sólo en su empeño. Creo que corresponde que hoy le pidamos perdón por haber dudado. Lo he puesto muchas veces como ejemplo. Pero no quiero que se ponga demasiado or5ulloso. El éxito no lo obtuvo solo y sin colaboracion. Fue una conquista en comun. A .Matilde que luchó con el) se debe una enorme parte. Hasta se subió a una escalera para pintar estas paredes. Cuando volvimos después de tantos aios, no lo hice sin emoción y entré buscando algo característico: el bordado "Hom'e Sweet Homa n. Lo habíamos conocido cuando presidía las reuñiones de la familia O'Brien. Después había perdido actualidad. Ha sido también por- Matilde que ha vuelto a tener vigencia y recogido la bendicion de Dios sobre este hogar, que nos parece extenderse a todos , cada vez que volvemos. Agotadas nuestras preocupaciones gauchas, nuestras preocupaciones cinegetidas y nuestras preocupaciones dialecticas)nos íbamos a Las Margaritas. Allí, como paso-de transicion, nos acercabamos a la civilización urbana. Ros levantábamos tarde y nos.preocupaba la hora del cocktail y la del te. Salíamos a , caballo, pero para pasear o para jugar al polo o usabamos los coches prendid©s con los magníficos troncos del establecimiento. También recuerdo a Don,Adoïfo Shaw, personalidad a quien yo tenia admiracion porque. unia a su espíritu elegante y sociable la virtud del trabajo que b llevo a crear una gran empresa-y una gran estancia. Era un gentleman que nos recibía como si lo fuésemos de su misma edad y se,preocupaba porque estuviesemos bien atendidos. Le pagabamos despojando su bodega y saqueando su despensa. A veces hacÍamos poner el bote en el carro para cazar carpinchos comodamente desde agua y recorrer las lagunas del Arroyo Grande. Remabanos o nos dejabamós ir con la corrientefoyendo, en un gramófono de la epoca, unos discos de ukelele. Empezaron en algún momento a aparecer, con la musica; los que se ponían neuras, o sentían spleen, o añoraban otra cosa. Pronto supimos que no eran es9s los nom"hres que correspondían a tales estados de espíritu. Eran nombres propios, algunos de los cuales se sientan en nuestra mesa. el #, Hemos tenido la suerte de que nuestras señoras se hayan integrado fácilmente al grupo, que no hayan sido nunca obstáculo a nuestra amistad, que sean amigas entre ellas. Muchas veces parecidos factores han producido consecuencias opuestas. Pienso cómo seriamos vistos desde fuera. Es posible que se nos: tuviera como a hijos de papa, concretados a divertirnos con los autos, las armas y el dinero ele nuestros padres. Desaprensivos, ajenos a los problemas acuciantes, acaso frívolos. Oia repetir en las tribunas-a encendidos oradores una frase de Claudel que estaba en boga: "La juventud no.~se ha hecho para el placer sino para el heroísmo", Hasta donde podia aplicrsenos dicha frase? Ví una vez una vista de biógrafo o cinta de cine, como se dice ahora, que me hizo una gran impresión y que no oí comentar a casi nadie. En-la primera parte mostraba la vida de un pequeño pueblo, no recuerdo de donde. En el pueblo andaba en todo un bobo al ue nadie llevaba el apunte. La segunda parte-repetia los misnios episodios, pero como si nunca hubiera existido el bobo. Muchas cosas cambiaban, incluso se perdía una vida. i Si se pasara una vista sin nuestra existencia habrían cambiado muchas cosas? Creo que sí. Que ha habido derechos restablecidos, intereses legítimos protegidos, vidas rescatadas. Que ni eramos inutiles ni inconscientes. Que conocíamos los problemas y las dificultades y que tuvimos valor frente a la vida. Dudo que otro grupo como el nuestro haya podido intervenir en tantas actividades. Bufetes prgstigiosos, escribanías conocidas, consultorios y clinicas de primera línea, barracas importantes. Negocios de toda índole: cabañas, lecherías, automotrices, de tierras, de construcción, navieros, representacio n9s, etc, Sumados a 1$-banca, el periodismo, la po lítica, En e.l orden publico hemos sido ministros, sub-secretarios, constituyentes, legisladores. Hemos ... 5 piblicado trabajos en revistas sociales, culturales, medicas y jurídicas. Hablado en congresos nacionales e internacionales. Actuado en asambleas y asociacionesgremiales de todo genero. Nos hemos ocupado de problemas de interés nacional. Creo que todo lo hemos hecho con dedicación, con toda la inteligencia de ca-da uno, tal vez con eficacia y siempre con honestidad. Creo incluso que hemos actuado como lo quería La Bruyére:` haciendo las cosas-grandes con simplicidad y las peque-sias con nobleza. Estas cosas que siento pueden ser dichas aquí, casi en secreto, solo entre nosotros. No las digo para enorgullecernos sino porque en familia son a g r a - d a b l e s y deben ser un aliciente. No sabemos si-la Providencia nos reserva otras funciones que no busca-mos, como no hemos buscado las otras. Los hechos habrían desmentido entonces a los incrédulos de hace años que r i o s juzgaban desde fuera, porque espero, mas que el bobo del cuento, que no habremos pasado en vano. Pero hemos hecho algo para mi mucho más importante que todo lo demas. Hemos fundado hogares. Muchos hogares, con muchos hijos, y ya casi todos con nietos. Hogares estables y,cristianos. En ellos, con mayor o menor imaginacion, hemõs tratado de edune jo ~~s»o ci Y. ne . ki in, Zn mainr nne +4i 1 T _n~ A ioT .ar rf n v cai u a a i , c v J ui v J µ J . J V J . + . . v l U ' J J v i V W i l J U . . L . v . i s c : J v v J ' . i G & U W V , como bagage; normas-espirituales y principios morales que-les seran muy utiles en la vida y un nombre, que a su vez -hemos heredado y,mantenido como custodios, del que no tendrán por que avergonzarse. Está de moda lo del espíritu comunitario, como el desideratum. La comunidad no se inventa, ni mucho menos se impgne. L4 comunidad impuesta es el comunismo. Ese espirito solo puede nacer natural y expontaneamente y supone la existencia de una serie de factores previos. En este muy reducido grupo lo hemos conseguido, casi sin darnos cuenta . Los invito a dar gracias a Dios por poder estar boy en este peaue4o cenáculo, iluminadénp8igracia de la sonrisa e nuestras se o as, m o lugar y con el mismo espíritu de hace más de cuarenta años. San Rafael, 2 de mayo de 1963. j