HERMAFRODITA Hermes, conocido como el mensajero de los dioses, el protector de la música, y de los rebaños y el controlador de los sueños y Afrodita diosa del amor y de la belleza fueron los progenitores de Hermafrodito. Hermafrodito, desde muy pequeño, fue entregado por Afrodita al cuidado de las ninfas en Caria. A la edad de quince años, siendo ya un apuesto adolescente, entró desnudo a bañarse en el lago y una ninfa se enamoró de él. Al ser rechazada por el joven, la ninfa rogó a los dioses que nunca se separaran. Sus ruegos fueron escuchados porque en ese instante, “Hermafrodito se volvió medio macho y medio hembra”, al fundirse su cuerpo con el de la ninfa. De acuerdo con Platón, existían tres sexos: hembra, macho y hermafrodita. Otros han propuesto 5 sexos y quizás más. Algunos estudiosos de la Biblia suponían que Adán era originalmente hermafrodita y que al perder la gracia de Dios, se dividió en dos personas, un macho y una hembra. Los hermafroditas pueden tener testes y ovarios o un ovotestes. Una de las gónadas funciona relativamente bien y produce óvulos, o esperma, así como niveles funcionales de andrógenos o de estrógenos. El Talmud y la Tosefta, libros de la ley judía, incluyen normas extensas y rígidas para las personas de sexo mixto. En la Tosefta se prohíbe a los hermafroditas: heredar fincas de sus padres, encerrarse con mujeres, afeitarse, ser testigos o sacerdotes y convivir con los hombres, mientras dure la menstruación. En la Edad Media, los hermafroditas fueron obligados a elegir un rol de género y a permanecer en él. La penalidad por la trasgresión a la elección era la muerte. Se cuenta que en el siglo XVII “un hermafrodita escocés que vivía como mujer, fue enterrado vivo después de preñar a la hija de su dueño”.