María Luisa Álvarez Juarranz57 «El panorama que ofrece la vega desde el borde escarpado de la colina, llamada “el mirador”, es uno de los más bellos de Castilla: en primer término el río, cruzado por un viejo largo puente y detenido por una presa –cuyo rumor, en los días serenos, hace más sensible la presencia del agua– y los verdes claros de los árboles de la ribera y cultivos de riego; y detrás la gran mancha verde oscura de los pinares, que se pierde en la lejanía o es recortada por las margas blancuzcas de los cerros de Portillo. »El paisaje cambia, si se mira hacia el poniente. Por aquí surge la Castilla árida, con su tierras de labor onduladas, sin más árboles que alguna orla de almendros, recuerdo de los desaparecidos viñedos, y el horizonte cerrado de cerca por las próximas y desnudas cuestas del páramo»7. Parece adecuado comenzar con un breve bosquejo sobre el entorno y el marco urbano de la villa de Simancas, fundamentalmente porque constituye el mejor instrumento para explicar el desarrollo de algunos de los acontecimientos que allí sucedieron y, en todo caso, son siempre ilustrativos sobre estos. No se hace un estudio amplio sobre la geografía, clima, etc., aspectos a los que ya prestamos atención en un anterior trabajo8. No obstante, y muy brevemente, es adecuado señalar que las formas del terreno tienen las características específicas de la zona castellana, y como tales sufren los procesos erosivos propios de la meseta, producidos por los vientos y las exiguas e irregulares lluvias. El terreno es escasamente accidentado y las capacidades agrarias de los suelos están directamente ligadas a la existencia de agua. Si bien los recursos hídricos no son escasos, pues nos encontramos en una vega, en algunas épocas veraniegas se desecan los humedales y desaparecen las aguas de superficie, circunstancia que favorece la salinización de los suelos. El clima es mediterráneo frío, en ocasiones fresco, con aridez máxima en los meses de julio y agosto y una considerable duración del invierno. 7. Ángel de la Plaza Bores, Notas Históricas sobre la Muy Leal Villa de Simancas, su Fortaleza y su Archivo, pp. IX-X. 8. M.ª Luisa Álvarez Juarranz, La Villa de Simancas. Su pasado histórico…, pp. 21-71. 58 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos Simancas se encuentra enclavada en un territorio abundante en agua, justamente en la confluencia de los dos ríos más importantes de Castilla y León, el Duero y el Pisuerga. Al primero de ellos afluyen por el sur varios ríos de menor caudal, entre estos, Cega, Adaja y Eresma. Existen, además, numerosas fuentes, aunque no es extraño que aparezcan secas en verano. Tomás González se refiere a los manantiales del término de la villa en los siguientes términos: «En todo el término se hallan reparttidos varios mananttiales de aguas delgadas y frescas; pero no son abundanttes porque en años escasos de agua se secan. De los que ai en los pagos, que llaman Barreales y los Pozillos, en años de aguas, y de las que bajan de el lugar de Ziguñuela, se forma un arroio, que baja y attraviessa todo el Valle que llaman el Rodastillo que coje de Poniente a Nortte como media legua…»9. El emplazamiento de Simancas, ubicado sobre un cerro adelantado en el valle y situado a una cota inferior a la del páramo, del que aparece individualizado, respondería no obstante a un tipo bastante generalizado, desde el que se domina la zona anterior del Pisuerga en su confluencia con el Duero y plazas adelantadas del sur, como Portillo10. Está situada la villa de Simancas en la zona conocida como Montes de Torozos, comarca que en la plena Edad Media cuenta con un hábitat cuya visión «… quedaría deformada de no tener en cuenta a Simancas, calificada de ciudad tanto en las fuentes cristianas como musulmanas, principal fortaleza entre Toro y Peñafiel, sede episcopal… su población sería muy elevada para su contorno, pero modesta en términos absolutos…»11. 9. Tomás González, Papeles de Tomás González, comisionado regio en el Archivo de Simancas. Biblioteca Nacional, Mss/13172, fol. 186. 10. Consuelo Escribano, Arturo Balado y Carmen Pascual, «Análisis del macrorrelieve en arqueología medieval: las fortificaciones del Arlanzón, Pisuerga y Duero, de Burgos a Simancas». Actas. V Congreso de Arqueología Medieval Española, t. II. Valladolid, 2001, pp. 784-786. 11. Enrique Flórez, España Sagrada, t. XXVI, pp. 397-401; Luis Molina, Las campañas de Almanzor a la luz de un nuevo texto, p. 231. Citados en: Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, p. 87. La superficie ocupada por Simancas en los siglos centrales de la Edad Media era menor que en el siglo XV (cuando ya había surgido un arrabal), momento en que su población asciende a unos 270 vecinos (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Pergaminos, leg. 15-7, fols. 9-14). Además, la densidad de ocupación debía ser menor, a juzgar por las catas realizadas en la calle de El Salvador, donde no aparecen restos entre la época tardorromana y el siglo XII. Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, p. 88. María Luisa Álvarez Juarranz59 El antiguo núcleo urbano ocupa una colina en la margen derecha del río Pisuerga, escarpada y con difícil acceso desde este. El río se atraviesa por un puente de diecisiete arcos, de época medieval, con miradores sobre tajamares de piedra, que ha llegado hasta nuestros días, y que es citado en numerosos documentos, la mayoría de las veces pidiendo a los diferentes monarcas ayuda económica para su reparación, lo que pone de manifiesto la importancia que desde tiempos remotos tuvo para la villa. A él se llegaba desde Valladolid por el llamado Camino Real, que continuaba hacia Geria y Tordesillas12. Hemos de tener presente que no se encuentran descripciones textuales de Simancas, aspecto al que Beatriz Arízaga da gran importancia para el estudio de los aspectos físicos de los núcleos urbanos13, indicando que habitualmente este tipo de información, cuando existe, ofrece escasos, aunque muy útiles, datos urbanísticos. Igualmente señala que la documentación medieval generada por vecinos o concejos o las peticiones dirigidas al monarca apenas suelen contener referencias al aspecto físico de villas y ciudades, circunstancia que se hace presente en nuestro caso. No obstante, en las páginas siguientes intentaremos ofrecer una descripción general de la villa y su término. Fig. 1. Camino Real de Simancas. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Planos y dibujos n.º 288. 12. Se insertan dos mapas con el recorrido de este camino, el primero correspondiente a la parte este y el segundo hacia el oeste de la villa. 13. Beatriz ARÍZAGA BOLUMBURU, «La recuperación del paisaje urbano medieval: propuesta metodológica», en: J. A. BONACHÍA HERNANDO (coord.), La ciudad medieval. Universidad de Valladolid, 1996, pp. 20-21. 60 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos Fig. 2. «Explicación de este plano o diseño de los portillos biejos y nuevamente aviertos en este año de 1790: y las haziendas en él demostradas según las letras maiúsculas que lo demuestran…». 1) El término de Simancas Precisar cuál fue el término o jurisdicción de Simancas en el periodo de que se ocupa nuestro trabajo presenta dificultades, a las que se añade que, desde 1255, fue incorporado al de Valladolid. No se cuenta con mapas, ni con María Luisa Álvarez Juarranz61 una relación pormenorizada de sus límites ni de los lugares poblados en su término, por lo que hay que recurrir a datos parciales de diversos documentos, hacer algunas deducciones lógicas y apoyarse en la organización eclesiástica, sobre la cual hay más información, aunque tampoco es abundante. Por otra parte, resulta difícil establecer una correspondencia entre los términos de esa época y los actuales. Fig. 3. Camino Real Tordesillas-Simancas14. Parece indudable que Simancas contaba con un término mucho más amplio que el actual, la mayor parte de este en la orilla derecha del Pisuerga; quizás la escasez de pasos sobre el río dificultaba extenderse a la otra margen. No obstante, en la izquierda contaba con los términos de Pesqueruela, Puente Duero y Esparragal, que están próximos a los dos únicos puentes de la época cercanos a Simancas, el suyo y el de Puente Duero. Hasta la construcción de otro en 1080, en Valladolid, el puente más cercano a ellos era el de Cabezón, 14. A.H.N., leg. 16-544,11. Consejos, mapas, planos, n.º 586. Comprende la zona oeste del término de Simancas, en la que se puede apreciar: el Camino Real hacia Tordesillas, el río Adaja, que fue su límite, las aceñas de Mazariegos, la confluencia de los ríos Duero y Pisuerga (Pesqueruela), diversos senderos y algunas tierras de cultivo de viñas, además de varios pueblos. Fecha del plano, 17 de septiembre de 1722. 62 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos de esta forma era a este o al de Simancas a los que tenía que trasladarse la escasa población vallisoletana cuando había de relacionarse con las tierras del norte, salvo que utilizaran algún vado o barca, medios de paso de la corriente siempre peligrosos. Valladolid contaba en la orilla derecha del Pisuerga con la villa de Prado, conseguida por su concejo del rey en 115515. Puede aclarar la situación lo que indica Reglero cuando se extiende en la consideración del territorio, entidad que se generaliza en Torozos, que tiene un significado más amplio que el de la ciudad o villa en sentido estricto, y que siempre es citado seguido del nombre de su cabecera. A título de ejemplo aporta la noticia de una donación realizada el año 979 por el presbítero Vellito en beneficio del monasterio de San Cosme y San Damián de Abellar de una heredad, «… in loco que dicunt Settemancas civitas…», caso en el que la donación y la villa se encuentran a doce kilómetros16. Señala, más adelante, que Castrodeza se sitúa en término de Simancas y también que esta villa tenía un término mayor que Tordehumos o Almenara, y que se extendía por la orilla occidental del Pisuerga hasta Fuensaldaña, Pedrosilla y Mucientes, correspondiendo la otra margen del río a Cabezón, teniendo al norte Dueñas17. Esto nos lleva a considerar que Simancas contaba con amplio término antes de perder su autonomía. Cuando en noviembre de 1255 Alfonso X concede a Valladolid el lugar de Simancas lo hace por privilegio rodado en el que se dice: «… dóles et otórgoles que ayan por su aldea et por su término Sietmancas, fasta el Adaia…, con todas sus Aldeas et con todos sus términos…»18, pero no relaciona las aldeas y, excepto la mención del Adaja, no da más datos de su término. Pasado el tiempo, en 1480, Juan Ruiz de Medina toma posesión de la villa de Simancas en nombre de los reyes don Fernando y doña Isabel; en el acta de ese hecho se escribió: «… ovieron tomado la posesión de la dicha villa e de sus términos e juresdiçión e de todos los otros derechos de la villa…»19. 15. Adeline Rucquoi, Valladolid en la Edad Media. Génesis de un poder (1085-1367), t. I, p. 96. 16. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder en la Castilla Medieval. Los Montes de Torozos (Siglos X-XIV), p. 269. 17. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, p. 272. 18. Fernando Pino Rebolledo, Catálogo de los pergaminos de la Edad Media (1191-1393). Transcripción y notas críticas, p. 71. 19. A. G. S. Cámara de Castilla. Memoriales. 141-196. María Luisa Álvarez Juarranz63 Tampoco en esta ocasión se relacionan las pertenencias o se describe cuál era el área sobre la que se ejercía esa jurisdicción. Puede ayudar, para determinar cuál fue esta, atender al espacio de su arciprestazgo, del que hay noticias desde 1246 y que se supone basado en la organización territorial de la época, como sucede en otros casos, entre ellos en el de Tordesillas, donde se correspondía con el alfoz de esta villa. El de Simancas comprendía, además de su alfoz propio, prácticamente la margen derecha del valle del Pisuerga, hasta la zona conocida como Valdetrigueros, o sea, la de Trigueros del Valle, que era de Dueñas20. Entonces, partiendo del supuesto de que término y arciprestazgo pudieran, poco más o menos, coincidir en el mismo espacio, y teniendo en cuenta los pocos datos antes apuntados, la jurisdicción de Simancas estaría delimitada por Puente Duero-Esparragal «fasta el Adaia» y limitada por el cauce del Pisuerga hasta el valle de Trigueros, o sea, limitando con Dueñas por el norte, con Torrelobatón por el noroeste y, finalmente, con Tordesillas por el oeste. La margen izquierda del Pisuerga correspondía a Cabezón hasta Valladolid. Según Sánchez Herrero, el arciprestazgo de Simancas, del arcedianato del Alcor y del obispado de Palencia, comprendía: Arroyo, Bambilla21, Cigales, Ciguñuela, Fuensaldaña22, Geria, La Overuela, Mucientes23, Pedrosa, Pedrosilla24, Puente Duero, Robladillo, Simancas, con dos parroquias, San Salvador y Santa María, Villahán y Zaratán25. El territorio de la villa debía comprender, además, Villamarciel, que según Cabezudo fue vendida a 20. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, p. 321 21. Adeline Rucquoi, Valladolid en la Edad Media. El mundo abreviado (1367-1474), t. II, p. 121. Dice: «Bambilla, también situada entre Fuensaldaña y Zaratán y, probablemente, ya despoblada en el siglo XV». 22. Manuel Mañueco Villalobos, y José Zurita Nieto, Documentos de la Iglesia Colegial de Santa María la Mayor (hoy Metropolitana) de Valladolid. Siglos XI y XII. Citan: «in uilla que uocitant Fonte Saldania, territorio Septimankas», p. 93. La actual Fuensaldaña, entonces enclavada en el alfoz o territorio jurisdiccional de Simancas. 23. Manuel Mañueco Villalobos, y José Zurita Nieto, Documentos de la…, Siglos XI y XII. Citan: «… uilla de Alfoz de Septimankas, Muznentis nomine…», p. 97. Sin duda se trata de la actual villa de Mucientes, no solo por la analogía del nombre y por la situación topográfica, sino principalmente por el testimonio del Becerro de esta santa iglesia. 24. Manuel Mañueco Villalobos, y José Zurita Nieto, Documentos de la…, Siglos XI y XII. Citan: «in uilla que uocitant Petrosella…». pp. 110 y 111. Hoy es un despoblado situado detrás de la Cuesta de la Maruquesa, entre Fuensaldaña y Zaratán. 25. José Sánchez Herrero, Las diócesis del Reino de León. Siglos XIV-XV., p. 435. 64 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos Tordesillas, en tiempos del rey don Pedro, por sesenta mil maravedís, con los que se hizo gran parte de su muro: «El circuitu, redondo y cercado de Piedra, es bastante alto, y se hizo en tiempo de las Guerras Civiles entre el Rey don Pedro y su hermano, y assi, queriendo el Rey acabar de fortalecer la Villa, dió licencia para vender la Jurisdición de Villamarciel, Aldea de Simancas, quien la vendió a Tordesillas por 60.000 maravedís i con su importe se hizo gran parte del Muro que ahora tiene, por que la antigua, del tiempo de don Alonso el Magno era de Argamasa y oy se conoce muy poco de ella, adonde avrieron la Puerta de Miravete quando se fundó el Archivo, en tiempo del Rey Felipe 2º y estaba la Puerta antigua, a donde ahora es la Cava del Archivo y bajaba el Muro…»26. También eran del término de Simancas Castrodeza, Wamba y Villanubla, aunque no aparecen en la relación de parroquias, porque eran lugares exentos las dos últimas y Castrodeza de la Orden de San Juan. Por otro lado, Villahán, o sea, Villán de Tordesillas dependía de Simancas en lo religioso, pero no en lo civil27. Que Fuensaldaña perteneció a Simancas se refleja en un documento de 1114, en el cual consta una donación del conde Pedro Ansúrez a la iglesia de Santa María de Valladolid de varias heredades que tenía en Fuensaldaña «… territorio de Simancas…» 28. Lo mismo ocurre con Mucientes «… villa de alfoz de Sieptimancas, Muznentis nomine…»29. Referido ya al siglo XV, en la Colección Diplomática de Tordesillas se encuentra un documento de 24 de febrero de 1464, dado en Tordesillas, que trata de una concordia o arreglo entre Valladolid y esta villa sobre términos colindantes y fijación de sus límites, realizada ante Juan Rodríguez de Monroy, escribano de Valladolid y Martín Pérez de Tordesillas, escribano de esta villa. Indudablemente al estar Simancas situada entre las dos poblaciones que han de fijar su demarcación, y perteneciendo ya esta villa a Valladolid, tenía que figurar en este documento, y así es, ya que al ir describiendo la situación de los mojones cita, por ejemplo, algunos entre Simancas y Villamarciel, en el camino de Robladillo a Geria y en el que va de Villán a Simancas. 26. Antonio Cabezudo, Antigüedades de la villa de Simancas, fols. 110v-111r. 27. Jonás Castro Toledo, Colección diplomática de Tordesillas 909-1474, p. XXXVII. 28. Jonás Castro Toledo, Colección diplomática…, doc. n.º 10, p. 7. 29. Manuel Mañueco Villalobos, y José Zurita Nieto, Documentos de la…, Siglos XI y XII, doc. XVIII, p. 97. En: Castro Toledo, doc. n.º 11, p. 7. María Luisa Álvarez Juarranz65 Fig. 4. El término de Simancas en el momento de pasar a ser aldea de Valladolid. Escala: 1/250.000. Elaboración propia. Aparecen, precisando estos datos, testimonios de vecinos de Geria y de Simancas y para evitar pleitos se comienza con un amojonamiento que se describe cuidadosamente y en el cual aparecen repetidas veces puntos, caminos o lugares de la villa que nos ayudan a su delimitación en esta área: «E dende fuemos derecho escontra las cuestas fasia el camino de Simancas e andodimos otros çient pasos e fesimos ay otro mojón, e fuemos derechamente continuando fasta otros çient pasos, e llegamos fasta el camino que va de Simancas a Villamarçiel, e fesimos ende otro mojón junto al dicho camino… E ansí fecha la dicha partición, tomaron los dichos liçençiados por ante nos los 66 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos escriuanos ysuso descritos juramento en forma devida…, Gonzalo de Arriba, vesino de Geria, e Juan de Arias, vesino de Simancas, aldeas de la dicha villa de Valladolid, omes asas viejos, antiguos porque todos los que ende se llegaron a la dicha partiçión desían que estos dos eran los que más sabían de los dichos términos… De esto son testigos, que estauan presentes a lo que dicho es… e Juan Sánches de Simancas e Alfonso Barbero e Diego e Gonçalo e Alfonso, vesinos todos de Simancas, aldea de la dicha villa de Valladolit…»30. Algún límite debió tener también Simancas con Olmedo ya que en una de las memorias presentadas en el pleito que en el siglo XVI mantuvieron los simanquinos con Valladolid se incluye «… un previllejio antiguo del Rrey don Alonso el nobeno abuelo del Rrey don Hernando que ganó Sevilla por el qual pareçe que sobre contienda que avía entre Symancas e Olmedo sobre términos…»31. Otra referencia sobre límites con Olmedo32 es de 16 de junio de 1521, y es la siguiente: «… por atestimonios ni escrituras no pareçe más de quanto pareçe prebillejos viejos que tiene que confinava e partía términos con Olmedo y otros lugares…»33. Está contenida en un documento datado en Logroño, en el que Simancas pide a la corona que en recompensa por sus buenos servicios se le conceda una feria. En relación con todo lo anterior encontramos datos válidos en Tomás González34, que confirman en buena parte todo lo expuesto anteriormente, especialmente la colindancia del término de Simancas con el de Olmedo, y que ponen de manifiesto la pérdida de buena parte de su término por obra de Valladolid: «Antiguamente acottaba el término de estta Villa con el de la de Olmedo: en el Archivo particular de ella se conserva un pergamino grande cuia fecha no se lee por esttar borrada, es un instrumento en el que Santo Rey D. Fernando, hizo nombramiento de juezes para que pasasen a hacer mojones y acotando 30. Jonás Castro Toledo, Colección Diplomática…, pp. 411, 413-415 y 417. 31. PR. Real Biblioteca. Signatura: II/2381 (ff. 225r-v 226v). Parece existir un error en el documento ya que Alfonso IX, en realidad, era el padre y no el abuelo del conquistador de Sevilla, Fernando III. 32. Olmedo se encuentra situada a unos 43 km, al SSE de Simancas. 33. A.G.S. Cámara de Castilla. Memoriales. 141-196. 34. Tomás González, Papeles de…, Mss/13172, fols. 183v a 189r. María Luisa Álvarez Juarranz67 entre las villas de Olmedo y Simancas que traían pleitto sobre sus cottos y Jurisdicción, por este instrumento constta que el término de estta Villa por el mediodía comprendía el monte, el Pinar y todo el terreno que ai enttre los Ríos Duero y Adaja, hastta la puntta que estte Río haze a el unirse con el Duero en la que esttá sittuado el Monasterio de Nuestra Señora de Aniago de padres carttujos y pasando los cottos y mojones deel otro lado deel Adaja acottaba con la villa de la (ilegible) oi esttá despoblada y con la Aldea Seca que oi es la Villa de la Seca, con San Martín deel Monte y repasando el Duero; a el Poniente con San Miguel deel Pino y el lugar de Jeria de suerte que se comprendía en el término de estta villa todo el que oi goza la villa de Villanueba de Duero que se fundó posteriormente. »No se sabe con fundamentto como se perdió este terreno, solo se dice que el poder de la ziudad de Valladolid cuando fue Cortte ocasionó su pérdida; presúmese sea esto ciertto porque estta ziudad goza oi de mucha partte de estte terreno, especialmente, el Monte, el Pinar y todo el que media enttre los ríos Duero y Adaja…»35. A los datos hasta aquí recogidos hay que sumar los que pueden encontrarse al examinar las disputas que Simancas mantiene con Valladolid sobre algunos territorios. Así en 1489 hay un pleito entre Valladolid y Simancas disputándose los términos de Puente Duero, Esparragal y Rebollar, este último en la demarcación de Ciguñuela, que según la demanda de Simancas eran suyos antes de ser unida a Valladolid36. Existe además un documento redactado en Simancas a fecha 11 de septiembre de 1514 por el que los alcaldes ordinarios de la villa solicitan de la reina doña Juana permiso para vender o empeñar bienes propios con objeto de poder continuar los pleitos que sobre jurisdicción y amojonamiento tienen con Valladolid ante el presidente y oidores de la Chancillería. Esto significa que hay problemas entre esas villas por los términos y que el amojonamiento está en grado de apelación ante un juez de término. Así lo expresa un testigo: «… queste testygo sabe que la dicha villa de Symancas trata dos pleytos con la villa de Valladolid antel presydente e oydores de la Chançillería, e vno es sobre la juresdiçión que la villa de Valladolid pide a la villa de Symancas y el otro 35. Tomás González, Papeles de…, Mss/ 13172, fol, 185v. 36. A.R.CH.V. Cartas ejecutorias. Caja 24, n.º 1. 68 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos sobre ciertos mojones de términos que son entre el término de Symancas y el de Valladolid…»37. Hay que considerar que el término de Simancas fue incorporado a Valladolid y que de sus intentos de recuperar su propia personalidad como villa surgen roces entre ellas por la posesión de territorios que afectan a sus respectivos términos. En el mismo documento antes citado de 16 de junio de 1521, las gentes de Simancas recuerdan a la Corona sus buenos servicios y piden por ello recompensas consistentes en la concesión de una feria, la restitución del monte del Duero y del término del Rebollar que tenía Valladolid, por creer que es a ellos a quienes pertenecen, e indicando: «… quel prebillegio de la hesençión se hentienda e avmente para que en corte e sin corte podamos libremente bender nuestras cosas e mercadurías en Valladolid y en otras partes en casas sin enbargo de sus prebillegios e ordenanças en que los vecinos de Valladolid puedan cada cuando que quisieran comprar e sacar vino e mosto desta dicha villa” y además, “ e nos mande bolber e rrestituir el monte del Duero y el término del Rrebollar que nos tiene Valladolid vsurpado e tomado mandando aytar e amojonar nuestros términos por donde e como lo solíamos poseer con ynformaçión de vecinos antiguos desta villa que lo saben…»38. Aunque este problema de los pleitos se desarrolla, en mayor profundidad, en un apartado posterior, abunda sobre el tema que ahora nos ocupa una memoria que contiene las escrituras presentadas por parte de Simancas en su pleito con Valladolid. Entre ellas, una de Enrique IV, de 30 de agosto de 1465: «… vna carta e prouysyón de dicho señor Rrey don Enrrique dada día, mes e año sobre dicho en que hase merçed al conçejo, justiçia e rregidores de Symancas de vn campo rraso de Rrebollar que antes solía ser suyo e Valladolid se lo avía tomado…»39. Pero Valladolid quiere esos términos como suyos, así, concejo, justicia y regidores vallisoletanos, en documento sin datar, solicitan se ordene a los de Simancas y a la gente de guerra que está en ella que no corten, rocen, ni pasten en el monte de Duero y que así se pregone, reivindicando, otra vez, un territorio que los simanquinos defienden como suyo. 37. A.G.S. Cámara de Castilla. Pueblos, leg. 20, fol. 26. 38. A.G.S. Cámara de Castilla. Memoriales.141-196. 39. PR. Real Biblioteca. Signatura: II/2381 (ff. 225r-v, 226r). María Luisa Álvarez Juarranz69 «… la gente de guerra que a estado en la villa de Symancas e los vecinos e moradores della an talado e destruydo todo el monte de Duero que es la mejor cosa que la dicha villa de Valladolid tenía e tiene, e agora que a quello poco que en el queda mandávamos guardar e para ello poníamos nuestras guardas e los de Symancas e la gente de guerra que allí esta de todo punto lo talan e destruyen…» «e suplicamos a vuestra alteza nos mande dar su carta e provisyón real mandando… so grandes penas que no sean osados de cortar, ni rrozar, ni paçer en el dicho monte syn nuestra liçençia…»40. En conclusión, se puede afirmar que, probablemente, el término de Simancas fue amplio y pudo coincidir, a grandes rasgos, aunque con las excepciones indicadas, con el de su arciprestazgo. Sin duda, no permaneció inalterable durante toda la Edad Media, como lo demuestra el pleito con Valladolid por alguno de esos términos. Teniendo en cuenta los datos disponibles hasta el momento hemos elaborado un mapa, según los supuestos indicados anteriormente y, en especial, atendiendo a la suposición de que término y arciprestazgo venían a ser coincidentes (fig. 4). 2) Entorno del núcleo murado. Pesqueruela y montes de Puente Duero, Esparragal y Rebollar Una vez expuesta la situación en lo que hace referencia al término de la villa, parece conveniente prestar atención a unos espacios muy concretos y próximos a la villa, pues ello puede contribuir a la comprensión del perfil de Simancas y su papel en la historia castellana medieval. Se trata de lugares colindantes, en los que Simancas podía tener derechos, aunque no le pertenecieran realmente. Pesqueruela y Puente Duero se encuentran entre los ríos Pisuerga y Duero, Esparragal a la izquierda de este y Rebollar a la derecha del Pisuerga, alejado de él y en término de Ciguñuela. El llamado La Pesqueruela tiene una muy específica configuración geográfica, al ser el lugar donde el río Pisuerga desemboca en el Duero. Forman estos ríos dos lados de un estrecho triángulo, con un vértice en la confluencia y el lado tercero abierto hacia los campos de Simancas, espacio que podía ser fortificado y defendido con facilidad ya que a los otros los protegían las aguas de los ríos. Todo ello explica que el lugar fuera utilizado 40. A.G.S. Cámara de Castilla. Memoriales. 143-29. 70 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos en ocasiones para campamento militar o real, como ocurrió con el ejército de Enrique IV cuando los nobles se retiraron del cerco de Simancas, en la segunda mitad del siglo XV. Esto da buena idea de sus condiciones para la defensa. Precisamente en esa ocasión el monarca fortificó el tercer lado del triángulo citado con fosos y estacadas, montando puestos de guardia; partiendo de allí, además, se realizaron correrías de caballería hacia Valladolid41. Este campamento o real, como entonces se decía, es famoso en los anales nobiliarios por los innumerables privilegios de hidalguía que en él se concedieron, permaneció allí durante poco tiempo, deshaciéndose tras el licenciamiento de las tropas una vez alcanzado el acuerdo entre el rey y los rebeldes42. Desde siglos antes, Pesqueruela pertenecía al monasterio cisterciense de La Espina, ya que según se recoge en el tumbo de este monasterio la granja de Pesqueruela «es la mejor hazienda que tiene este monasterio». Le fue concedida por Alfonso VIII en 1175 y confirmada en 118243. El referido Tumbo permite conocer perfectamente las lindes de este lugar: «Linda a la entrada como vamos de Simancas con término de la dicha villa desde un río al otro y a los lados a la larga linda con ambos los dichos ríos. Al Puntal, que es donde se juntan los dos ríos, tiene un pedaçico de tierra la villa de Simancas a mano izquierda junto a Duero y hazia Pisuerga y en el puntal tienen otro pedaço los dueños de las azeñas de Maçariegos… Ambos los dichos ríos de Duero y Pisuerga lo que dellos toma a la larga el término de la dicha granja son del monasterio con su pesca, sotos, huelgas, riberas y alamedas, chopos y mimbreros y las dos mestas que están de la otra parte de Pisuerga, una grande y otra menor…»44. Las aceñas de Mazariegos a las que se refiere el documento, además de otros terrenos próximos, fueron, más adelante, objeto de pleitos, especialmente por diferencias entre los concejos de Valladolid y Simancas; también en ocasiones 41. Alonso de Palencia, Crónica de Enrique IV, p. 182. 42. Ángel de la Plaza Bores, Notas Históricas…, p. XIV. 43. J. Luis Rodríguez de Diego, El Tumbo del monasterio cisterciense de La Espina, p. 107. 44. J. Luis Rodríguez de Diego, El Tumbo del…, p. 108. María Luisa Álvarez Juarranz71 entre vecinos y particulares de ambas poblaciones. A uno de estos, el vecino de Simancas Alfonso de Ávila, don Fernando y doña Isabel le conceden el 23 de septiembre de 1480, estando en Medina del Campo, seguro y amparo de la ribera llamada de Mazariegos, con sus huertas y aceñas45. El Tumbo también recoge pleitos con relación a Pesqueruela. Del período que tratamos hay uno de 1352 en el que Sancho Fernández, alcalde de Valladolid, dicta una sentencia en favor del monasterio, condenando a Gómez Pérez de Porras, recaudador de las tercias del obispado de Palencia y a su compañero, judío, a devolver lo que se habían llevado de los moradores de Pesqueruela46. Otro espacio de relieve en el entorno de Simancas eran los montes de Puente Duero, Esparragal y Rebollar. Sobre ellos, como ya se ha indicado, surgen disputas con Valladolid, que hay que enmarcar en los problemas derivados de la incorporación de Simancas a la ciudad del Pisuerga. Precisamente, una carta ejecutoria del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid de 1489 viene a decir que Simancas había presentado una demanda por considerar que los montes antes citados (se encuentran próximos a Simancas, aunque alguno en la orilla opuesta del Duero) eran suyos antes de ser unida a Valladolid y extiende la demanda a diferencias por alcabalas, guardas y otras cuestiones, apoyándose en un privilegio que fue dado por Enrique IV y confirmado por los Reyes Católicos en el que se eximía a dicha villa y sus términos de la jurisdicción de Valladolid, pero que esta les perturbaba la posesión. Alegan las gentes de Simancas que: «Don Alonso padre del señor rey don Fernando47 ovo ayuntado la dicha villa de Simancas e sus aldeas e términos, e monte que partýan por el rrýo de Adaja a la dicha villa de Valladolid lo que se confirmó por el rey don Pedro e que por este týtulo tomó la dicha villa de Valladolid a la dicha villa de Simancas con sus términos e tierras por mucho tiempo, por virtud de la dicha merçed e 45. A.G.S. Registro General del Sello, 148009, 159. 46. J. Luis Rodríguez de Diego, El Tumbo del…, p. 109. 47. El rey don Alonso al que hace referencia el documento ha de ser, necesariamente, Alfonso X, que es el que unió Simancas a Valladolid, pero ocurre que no tuvo un hijo rey llamado don Fernando, salvo que se refiera a Fernando de la Cerda, que no llegó a reinar antes de morir su padre. 72 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos ayuntamiento, fasta que después el señor rey don Enrique vuestro hermano, los esymió e apartó con sus términos e monte e justicia…» y que «Pero Niño al tiempo que tomó la dicha villa les tomó todas las dichas escrituras e non ge las había querido dar…»48. En la citada ejecutoria se ordena que la posesión de los términos antes citados corresponda a Valladolid, como estaban en 1465, pero se reserva a la villa de Simancas la propiedad de estos (Puente Duero, Esparragal y Rebollar). Es decir, que se determina que como propiedad lo sean de Simancas pero que los tenga y utilice Valladolid, figura que existe en el derecho consistente en que el poseedor y el propietario sean diferentes. Años después, el primer libro de actas del Ayuntamiento de Valladolid, de 1497, recoge un poder del corregidor y regidores de esta villa al comendador Ribera, tenente de la fortaleza de Simancas, que corrobora el uso que Valladolid hace de esas posesiones: «… asý commo a regidor desta villa para que él e los suyos que tyene en Simancas puedan prendar a todos los que hallaren cortando lenna en el monte de Duero, que no sean vezinos de Valladolid ni de su tierra, salvo de Simancas e Aldeanueva e Valdestillas e de otras cualquier parte…»49. En acta de 12 de enero de 1498 se establecen penas contra los vecinos de Valladolid, si cortan escobas o leña en el término de Simancas, y así mismo contra los de Simancas si cortan leña o escobas en el término de Valladolid50. Hay que tener en cuenta que en esos años finales del siglo XV la vinculación de Simancas a Valladolid no está clara, pudiéndose decir que la villa ha conseguido desvincularse de hecho del concejo vallisoletano, puesto que en 1499 está fechada una libranza a Alfonso de Oviedo, portero, que incluye varias peticiones a los reyes, la tercera de las cuales es del siguiente tenor: «… plega a sus altezas bolver a restituyr a esta villa a Symancas…»51. 48. M.ª Antonia Varona García, Cartas ejecutorias del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (1395-1490), Caja 24 n.º I, pp. 418-419. 49. Fernando Pino Rebolledo, El primer libro de actas del Ayuntamiento de Valladolid, año 1497, p. 128. 50. Fernando Pino Rebolledo, Libro de actas del Ayuntamiento de Valladolid, año 1498, p. 15. 51. Fernando Pino Rebolledo, Libro de actas del Ayuntamiento de Valladolid, año 1499, pp. 153 y 192. María Luisa Álvarez Juarranz73 Todo lo anterior, que es referido a terrenos o términos próximos a la misma villa de Simancas y su recinto, nos da una buena idea de cuán difícil debía ser a sus habitantes desenvolverse en su propio entorno. Pero es en ese ámbito del término y en las zonas más próximas a la villa donde se ubican las tierras en las que se basa la actividad agropecuaria de sus habitantes. 3) Las actividades económicas Cabe preguntarse por la puesta en explotación de las tierras del término de Simancas, los productos que se obtenían y sus rendimientos. No son muchas las noticias encontradas, pero sí las suficientes para esbozar las actividades productivas predominantes en la zona52, tal y como lo vamos a hacer a grandes rasgos en las páginas siguientes. 52. Tomás González, Papeles de… Sobre el tema cuenta que en su época «El Río Pisuerga divide el término que oy posee estta Villa, el que enttre el Duero y los términos de Valladolid y Puente de Duero, es llano y en el ay un Pinar propio de la Villa que tendrá una legua de largo, lo demás estta planttado de viñas, interpoladas algunas tierras labranttías para pan: en la Orilla deel Pisuerga ay algunas, huertas de árboles frutales. El término de estte lado deel Río, en que esta situada la Villa, tiene dos vegas, una a el Orientte y ottra a el Poniente, a estta la llaman La Vega Sorda, aquella La Huelga; una y otra se siembran de pan; tienen algunas viñas, y huerttas de árboles frutales; lo demás deel término, desde el Poniente a Nortte, se compone de laderas, y zerros, con algunos valles interpolados de viñas y tierras, en que se comprende un dilattado Páramo, desde la cuesta que llaman de la Attalaya; por una que allí hubo antiguamente, y se extiende por más de media legua. Uno y ottro término es mui apropósitto para todo jenero de sementtera; en especial el de estte lado de el Río, que es más pingüe, y grueso el terreno. Los fruttos que se cojen son como 4: a 5 D: fanegas de trigo, otras tanttas de Zebada, algún Zentteno, Abena, Garbanzos, Algarrobas, y algunas otras semillas. Cójese algún Zumaque; de estte fruto pudiera aver abundante cosecha, por que ai tierras mui aparenttes para estte jenero de plantta; pero los labradores no se aplican a ello. La principal cosecha, es de vino, se cojen en cada una regularmente, 6 ó D: a 7 ó D; canttaras de vino blanco, el que después de el consumo de la Villa se vende a los Arrieros Leoneses, y Asturianos que lo portean a sus tierras. Así mismo se coje alguna frutta, que en comparación de la que se cojia años haze es poca: consecuencia de las razones de la tarmia, que ascendía el diezmo de la parrochia a cinco, y a seis mill ducados; oy no llega a mill, por la inercia de los labradores, que no se aplican a planttar árboles, y si a cortar los anttiguos; la que se coje es mui sabrosa; la maior partte es todo jenero de Peras; la que dicen de D. Guindo, y la Vergamota son mui especiales. Críanse camuesas, y todo jenero de Manzanas, muchos jeneros de Ziruela, Albericoque, Guinda, Membrillos, (ilegible); en fin de todo jenero de fruttas, como no sean las ácidas; no ay Valle, ni Zerro, alguno en el término, de que no aia noticia aver esttado planttado antiguamente de algunos árboles correspondientes a la calidad deel terreno; el que ocupan las orillas, o Riberas de el Pisuega es tan apropositto para todo jenero de árbol de frutta que se hallan oi muchos, que un año regular da cada árbol cinquentta, y sesentta arrobas de peras. 74 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos En lo que se refiere al trabajo artesanal las alusiones son muy escasas, lo que nos hace pensar en una villa centrada, casi exclusivamente, en las actividades agropecuarias. Si nos fijamos en los nombres de las calles de Simancas puede deducirse que, efectivamente, no parece que hubiera en ella agrupaciones artesanales o gremiales, ya que estas solían concentrarse en un mismo barrio, incluso en la misma calle, y uno u otra tomaban el nombre de los diferentes oficios (zapatería, panaderos, platerías…), lo que en muchos lugares se ha conservado hasta la actualidad. En nuestra villa las referencias al tema encontradas en los documentos son escasísimas: un trapero y un albardero, como veremos en el apartado dedicado a la población. También se encuentran mínimas citas al comercio: un pescadero, algún tendero y algún carnicero, es decir, únicamente referencias a lo imprescindible para asegurar el abastecimiento de los habitantes. Sin embargo, al tratarse de una villa, el comercio, aunque fuera a pequeña escala, también tuvo que jugar su papel en la economía, a la vez que proporcionaba algunas rentas. En este sentido hay que indicar que en 1255 Simancas cobra portazgo53. Ya al final del siglo XV, en 1481 una nueva noticia abunda en el tráfico de mercancías54 y, por lo tanto, en la práctica mercantil. Se trata de la provisión de los diputados generales de la hermandad, fechada, en 1481, dirigida al concejo, alcaldes, regidores, etc., mandando que por cada carreta de «cuatro o cinco mulas cargadas…»55 se cobrasen dos maravedís de portazgo y por las otras, uno. También hay que recordar que en 1521 la villa solicita la concesión de una feria, por lo que en esa fecha la práctica mercantil debía de ser relativamente activa, lo que indica un progresivo crecimiento desde el siglo anterior. Criase una especie de uba que llaman temprana porque viene en Agostto, solo sirve para comer, es mui delicada, y gustosa, no sirve para vino, porque no fermentta por su delicadeza. En la Vega deel Poniente, se hallan hastta seis huerttas de Orttaliza, que se riegan con agua viva de manantiales que tienen; aunque producen bastantte hortaliza, no la suficientte para el abasto de la Villa, que en los veranos se surtte de Valladolid», fol. 186r y 186v. 53. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, p. 251. 54. Tomás González, Papeles de…, Refiere que: «No ay en estta Villa tratto, ni industria ni fábrica alguna, dos telares de lienzo: no ai feria, ni mercado: bien que viene a venderse quantto jenero se necesitta para el consumo; porque se vende libre de todo tributto, por los Privilegios que goza estta Villa, mottibo de que vengan los trattantes y vendan con equidad sus jeneros; los natturales son poco industriosos y aplicados, como no sea a las labores de Campo que es toda su inclinación», fol. 187r. 55. A.H.P. Valladolid. Sección Historia, 40/4. María Luisa Álvarez Juarranz75 Pero lo más sobresaliente parecen ser las actividades agropecuarias, por lo que la mayoría de sus habitantes serían campesinos. Son numerosos los documentos en los que se indica que poseían o trabajaban tierras, viñas, huertos, etc. Entre ellos predominan los pecheros56 por estar sometidos al régimen de pechas y, en todo caso, es una denominación amplia bajo la que existen diversas categorías derivadas de sus niveles de fortuna o situación jurídica. Pero también, a veces, se les describe por relación con la actividad agrícola, como se observa en una escritura de venta de una viña erial, de 1487, en la que aparece: «Pedro de Simancas, labrador…»57. En el privilegio de Enrique IV, otorgado el 3 de diciembre de 1465, se especifica claramente la existencia de viñas, trigales, arboledas y huertas en su término: «… consyntieron que les quemasen e atalasen sus panes e viñas, e aceñas e arboledas e huertas…»58. Probablemente el aprovechamiento de la tierra debía estar organizado en Simancas, como era propio de una economía medieval agrícola, en torno al núcleo de población, y en función de la aptitud del terreno, es decir, con una zona de aprovechamiento intensivo, huertas, más próxima a las viviendas y con posibilidad de riego, evidentemente hacia las riberas del Pisuerga más cercanas a la villa, y con zonas dedicadas a otros cultivos, cereal y viñedo principalmente, algo más lejos del casco urbano. Son varios los documentos en los que se hace referencia a huertos, además de las alusiones que hablan de los daños que se les causaron a los de la villa en el cerco de 1465. Algo más alejados los terrenos de viña y, dominando, los campos de cereal, base de la alimentación medieval, también debían existir algunos frutales. La extensión de viñedo es reducida en comparación con el cereal y muy difícil determinar cuál era, aunque sí se sabe que la cantidad de trabajo y el valor de la producción es mayor en el viñedo que en el cereal59. Centrándonos en la actividad agrícola, son dos los aspectos más importantes que considerar: el viñedo y el cereal. Comenzando por el viñedo, las mayores 56. A.R.CH.V. Registro de ejecutorias. Caja 0330.0037. Una ejecutoria de 1518 dice: «Los pecheros de Simancas (Valladolid), con Diego Gallego y consortes, vecinos de Simancas sobre el pago de ciertos repartimientos». 57. A.R.CH.V. Patrimonio. Caja 382, leg. 56-38. 58. A.R.CH.V. Pergaminos. Caja 0005.0008, fol. 2r. 59. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, p. 193. 76 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos extensiones se encontraban en el valle del Pisuerga y en la ladera norte del Páramo, o sea, en el terreno que estamos estudiando. Una de las noticias sobre el particular la encontramos en una licencia del obispo de Palencia, del año 1546, para realizar un cambio en un censo y limosna que Juan López y Juana Sánchez Repela, su mujer, vecinos de Simancas, tienen en la Reguera, un paraje próximo a la villa, en dirección a Tordesillas. Ese documento contiene referencias a tierras y viñas en Simancas: «… se pase sobre vna viña que ellos tienen en término de la dicha villa, donde dizen la Reguera, en la qual ay trezientas e çinquenta çepas que a por linderos tierra del bachiller Martín Benito y el camino que va al Prado de la Rreguera…»60. Adeline Rucquoi, en su Historia de Valladolid, hace repetidas referencias al vino y entre ellas aparecen citados Simancas o territorios que habían de ser de su comarca, por ejemplo: «… cerca del núcleo urbano, al sureste, hacia Herrera y Tudela de Duero, y al oeste en la ribera derecha del Pisuerga las cuestas se encuentran cubiertas de «pagos» de distritos de viñas. La producción de mosto y vino se volverá, en poco tiempo, abundante… La apropiación de las zonas vitícolas de Tudela de Duero y de la orilla derecha del Pisuerga, desde Cigales hasta Simancas, explica la presencia de bodegas y lagares en la mayor parte de las casas vallisoletanas del siglo XIII…»61. Por otra parte, los vecinos de Simancas debían estar interesados en esta producción, eran titulares de viñedos, y los compraban y vendían, así lo indican noticias como la venta que realizó Fernando González de unas casas y viñas en San Miguel del Pino y su término. Se las compró Diego García de la Plaza por dos mil maravedís. Este vecino de Tordesillas las traspasó al convento de Santa Clara de esa villa el día 16 de febrero de 142362. En la actualidad, si bien la cercana Cigales, por ejemplo, continúa siendo terreno vinícola, en Simancas se encuentra poco o ningún viñedo, aunque todas las edificaciones más antiguas poseen bodegas y existen diversos caminos que hacen referencia a posibles terrenos de vides, como son: el camino de los Moscateles, el de los Parrales o de las Viñas del Duero. 60. A. H. N. Sección Clero. Libros 16597 y 16598. 61. Adeline Rucquoi, Valladolid en la Edad Media…, t. I, pp. 94-95. 62. Adeline Rucquoi, Valladolid en la Edad Media…, t. II, pp. 234 y 237. María Luisa Álvarez Juarranz77 En relación con la producción vitícola, hay que llamar la atención sobre la ya mencionada existencia de bodegas en la mayoría de las casas de Simancas, con unas típicas salidas de ventilación al exterior que se siguen conservando en nuestros días. Es de suponer que, preferentemente, los simanquinos consumían su propio vino, que ellos mismos elaboraban en las citadas bodegas. Hay referencias documentales en las que se citan «lagar e bodega e cubas» o «bodega e lagar e tierras e viñas»63. Entre ellos podemos citar el documento de marzo de 1491 por el que don Fernando y doña Isabel conceden un amparo a Francisco de Dueñas, vecino de Simancas, para una casa y posesiones que tenía cerca del río Pisuerga, a partir de una petición en la cual manifiesta que ha tenido y tiene «… en la dicha villa de Symancas unas casas e çiertos sitios e viñas… e derechos, títulos, las dichas casas e viñas, e huertas e soto e otras heredades en la dicha villa de Symancas…»64. El 25 de octubre de 1493 los reyes amparan también a Bernardino del Campo, vecino de Simancas: «… la posesyón de vnas casas con su lagar e bodega e cubas e corral que son en esa dicha villa de Symancas en la quadrilla del arco… e asý mismo dos pedaços de viñas que son a bodeguilla e a donde diçen Abarriales…»65. Podemos concluir esta breve enumeración de noticias con otra cita de un documento de la segunda mitad del siglo XV, aunque sin datar, en el cual las gentes de Simancas solicitan mercedes por sus buenos servicios a la Corona y porque «… el dicho señor Ynfante don Alonso nos ataló e destruyó sotos, panes, e viñas, e huertas e nos quemó he derrocó los mesones e arrabales e açeñas, e casas y hedificios que fuera de los muros teníamos»; se refiere también a los privilegios y ordenanzas que permiten a los vecinos de Valladolid «… comprar e sacar vino e mosto desta dicha villa…»66. Este vino, además de satisfacer el propio consumo, se comercializaba, era vino de prestigio y de los más caros. Así lo afirmaba Rucquoi, hablando de las cofradías vallisoletanas, que tenían viñas en propiedad y, según datos de sus libros 63. A.G.S. Registro General del Sello, 149310, 246. 64. A.G.S. Registro General del Sello, 149103, 495. 65. A.G.S. Registro General del Sello, 149310, 246. 66. A.G.S. Cámara de Castilla. Memoriales. 141-196. 78 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos de cuentas: «… el vino corriente, tinto o blanco, se vendía a mediados del siglo XV entre 2 y 6 maravedíes el azumbre, y el vino añejo, de dos años entre 7 y 16 maravedíes el azumbre. El vino más caro, el añejo, procedía de Portillo, Medina del Campo o Simancas…»67. Por lo que se refiere a las parcelas, estas no debían ser grandes, y probablemente no contradecía la situación castellana general, donde entre 1146 y 1334 parece que el tamaño medio debía ser de entre 0,1 y 4 ha68. Pero no tenemos para Simancas ninguna referencia que permita conocer estos pormenores. Sí hay, en cambio, algunas informaciones sobre el valor de esas parcelas, aunque como podrá observarse esas referencias documentales, al incluir diversos bienes además de las viñas propiamente dichas, no permiten realmente concretar el valor de los viñedos. En la Colección Diplomática de Tordesillas, encontramos dos documentos de venta, que nos permiten aproximarnos al precio de la tierra de viñas en Simancas. El primero de 25 de febrero de 1376 corresponde a una: «Venta hecha por Toribio Fernández Valenciano, hijo de Miguel Pérez, vecino de Simancas, al convento de Santa Clara, de 8 yugadas en Robladillo, en precio de 170 mrs. Además de unas viñas, un prado a la Reguera, otro a la carrera del Infantazgo, un monte al Espesal, linderos monte del monasterio, y otras heredades…»69. Al año siguiente, el 30 de mayo de 1377, se registra una «Venta hecha por Mioro Gómez, mujer que fue de Domingo Felipe de Simancas, al convento de Santa Clara, de una viña que tenía en el término de Tordesillas al pago de las viñas de Valdegalindo linderos, viña de Francisco Rodríguez Galiano, viña de Diego Alfonso y la carrera, en precio de 130 mrs…»70. En la misma colección documental se recoge, también, la noticia de un traspaso hecho el 16 de febrero de 1423 en Tordesillas por Diego García de la Plaza, vecino de esa villa, a favor del convento de Santa Clara, de unas casas y viñas en San Miguel del Pino y su término, que había comprado a Fernando González, vecino de Simancas, por dos mil maravedís71. 67. Adeline Rucquoi, Valladolid en la Edad Media…, t. II, p. 218. 68. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, pp. 195-199. 69. Jonás Castro Toledo, Colección Diplomática…, p. 103. 70. Jonás Castro Toledo, Colección Diplomática…, p. 116. 71. Jonás Castro Toledo, Colección Diplomática…, p. 257. María Luisa Álvarez Juarranz79 No hemos encontrado información sobre los trabajo agrícolas que se realizaban en los viñedos, aunque los más importantes debían ser los de escauar, cavar y vinar, tareas fundamentalmente de removida y limpieza de las tierras. También esenciales, pero no de cavada, eran podar o sarmentar, por analogía con otras poblaciones castellanas72. Por supuesto, habrían de realizarse las tareas de vendimia, prensado de la uva y elaboración del vino. No obstante esa importancia de la vid y el vino, la economía de Simancas debió ser de predominio cerealista, destacando la producción de trigo y cebada, quizás algo de centeno, y sin que apenas aparezca la avena, como sucede en las áreas próximas. Ofrece un ejemplo el escribano Diego López, que aparece como dueño de tierras de pan llevar entre Geria y Simancas, que producían cada año 39 cargas de pan mediado, mitad de trigo y mitad de cebada73. Las parcelas eran, lógicamente, de mayores dimensiones que las de las viñas, y podían llegar a superar las 15 ha, si bien, tal y como ha establecido Reglero, a partir del estudio de datos de 111 parcelas, en las cuencas del Sequillo, Pisuerga y Duero, la media sería de 4,8 obradas (media hectárea la obrada)74, no indicando para esta estimación referencia temporal alguna. Existen algunas referencias documentales de esta actividad cerealística. En época de Sancho IV, en las cuentas de gasto del rey aparecen compras de cebada y trigo que hizo este a las gentes de Simancas. Precisamente a partir de estos datos, Reglero calcula los precios medios en Castilla del trigo y la cebada en esta época diciendo: «Sin embargo, a finales de este siglo, el despensero de Sancho IV compraba en Simancas cebada a 0,8 mrs. (6 sueldos) y trigo a 1,66 mrs. (12,5 sueldos) la fanega, es decir, el trigo es un 108 % más caro que la cebada…»75. También en este caso hay algunas noticias tardías que abundan en el cultivo en nuestra villa del cereal, como la solicitud que realiza Simancas el 11 de septiembre de 1514 para poder enajenar propios con el fin de obtener fondos 72. Juan Carlos Martín Cea, El mundo rural castellano a fines de la Edad Media. El ejemplo de Paredes de Nava en el siglo XV, p. 97. 73. Adeline Rucquoi, Valladolid en la Edad Media…, t. I, p. 81. 74. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, pp. 199-201. 75. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder..., p.188. 80 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos para continuar sus pleitos con Valladolid; en ese documento se hace referencia a «… diez cargas de pan de las tierras del Páramo e de las eras de la dicha villa…»76. Carecemos de datos sobre los aperos de labranza, pero es de suponer que fueran los mismos o muy parecidos a los que utilizaban otras comunidades agrícolas castellanas próximas, es decir: arado, cuyo transporte debía resultar penoso, y los muy característicos azadas y azadones, foces para segar, bieldos para aventar y cargar las mieses, cedazos o cribas y arganas o angariellas, cestos y sacos para el grano y la harina, trillos y carros, imprescindibles para el transporte77. Si de la agricultura pasamos a la ganadería, nos encontramos con que no disponemos de datos de la cabaña de esta villa, pero se puede suponer que seguiría la misma evolución que la de la comarca de Torozos, caracterizada por un desarrollo notable durante los siglos XII y XIII, especialmente del ganado ovino que, progresivamente, se hace dominante. El carnero constituía una de las fuentes básicas de suministro de carne. Entre la cabaña menor tenía una importancia inferior la caprina, pero, evidentemente, la porcina jugaba un papel destacado en la economía campesina por la facilidad de su alimentación y su alto rendimiento, no siendo raros los campesinos dueños de un par de cerdos. Hay que tener en cuenta que Simancas fue durante mucho tiempo una localidad fronteriza y toda «frontera» atraía en primer lugar a los ganaderos. El ganado era fácil de evacuar. Solo se establecía de manera permanente cuando el enemigo estaba alejado y se tenía tiempo de retirarse con el ganado a la protección de las murallas78. Posteriormente, cuando ese peligro se alejó, la cabaña lanar sigue jugando un destacado y creciente papel. En este sentido no es extraño que alguno de sus vecinos sea pastor, como ese «Domingo, pastor de Semancas» que aparece como testigo en un documento de 128879. En ganado mayor destaca el bovino, utilizado quizá para aprovechamiento alimentario, pero, sobre todo, como animal de tiro, siendo numerosas las 76. A.G.S. Cámara de Castilla. Pueblos, leg. 20, fol. 26. 77. Juan Carlos Martín Cea, El mundo rural castellano…, pp. 98-99. 78. Marie-Claude Gerbet, La ganadería medieval en la Península Ibérica, p. 63. 79. Manuel Mañueco Villalobos, y José Zurita Nieto, Documentos de la Iglesia Colegial de Santa María la Mayor (hoy Metropolitana) de Valladolid. Siglo XIII (1281-1300), doc. CV, pp. 177-178. María Luisa Álvarez Juarranz81 referencias al «yugo de bueyes». También tenía importancia la cabaña equina, pero esta solo está relacionada con los grupos privilegiados. Martín Cea dice, confirmando lo anterior, que: «Caballos, yeguas, potros y rocines no son, por lo general, numerosos. Tienen además una connotación especial ya que para gozar plenamente de la condición de caballero era necesario poseer un caballo…»80. Parece que las mulas se utilizaban más como animales de silla que de trabajo, mientras que los asnos se destinaban a tareas pesadas como el arado y el transporte de cargas81. Naturalmente, las aves de corral eran importantes en la economía doméstica campesina82. Aunque no aparecen siquiera consignadas en documentos notariales de heredad, gallos, gallinas y huevos habían de ser fundamentales en la alimentación. Existe una interesante disposición real para la vecina villa de Tordesillas: «… que es mi merçed que los mis gallineros e de la sereníssima Rreyna, mi muy cara e amada muger, e de la Prinçepsa, mi muy cara e amada fija, puedan tomar e tomen del dicho logar aves para nuestras mesas e despensas…»83. Por otra parte, no hay que olvidar que las aves de corral servían también para realizar ciertos pagos, como se observa en la reclamación que hace María de Alija, viuda, vecina de Simancas, a Juan de León porque su esposo difunto había sido fiador de veinticuatro mil maravedís y «28 pares de gallinas»84. Se cuidaban también palomares y colmenas, trabajos que debían ser complementarios de la agricultura, y los realizarían los mismos agricultores. Las palomas debían tener especial importancia, ya que entre documentos que nos muestran aspectos de la economía y producción en Simancas encontramos uno, relativo a la guarda de los palomares, en el que los dueños de estos piden que se aplique la ley de las Cortes de Salamanca de 1465 sobre este asunto, además, algunos vecinos de Simancas se quejan de que gentes de mal vivir les matan las palomas con tiro de arco o ballesta o se las quitan con redes y otros artificios, llegando a provocar el despoblado de los palomares85. 80. Juan Carlos Martín Cea, El mundo rural castellano…, p. 116. 81. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder…, pp. 213-217. 82. Véase Jesús Sanz Salido, «El Norte de Palencia a mediados del siglo XIV; las actividades económicas», pp. 481-496. 83. A.G.S. Registro General del Sello, 147512, 799. 84. A.R.CH.V. PL Civiles. Fernando Alonso (F). Caja 1273. 0004. 85. A.G.S. Registro General del Sello, 148507, 63. 82 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos Son pocos los datos que se encuentran sobre la pesca. En otros lugares cercanos, como Villafranca de Duero, está documentado que utilizaban para pescar las represas o pesqueras de molinos y aceñas86. Madoz habla de «…pesca de barbos, truchas y anguilas…». La contaminación de los ríos ha supuesto que en la actualidad, prácticamente, haya desaparecido la fauna piscícola, con la excepción de la resistente carpa, pero en la Edad Media la riqueza pesquera era grande. Sin duda, los vecinos de Simancas pescaban, pero poco conocemos al respecto. Sí sabemos, en cambio, que en el contexto de su difícil relación con Valladolid, tenían dificultades para practicar este arte en algunos lugares. Concretamente existe una disposición de 1499 sobre pesca del concejo de Valladolid, en la cual a dos vecinos de esta villa que pagan «… por los ríos conçejiles y bocas de Esgueva, asý de Duero commo Pisuerga y Adaja…» se les pone como: «Condición que no puedan arrendar ninguna parte de los dichos ríos a ningún vezino de Symancas, nin puedan haser armadijos ni corrales, para tomar peçes de los dichos rríos, salvo con redes e que con vara puedan pescar rodas e qualesquier personas. E que sy alguna persona fallaren que andan pescando con rredes o con otros armadíos se los puedan tomar cada vez que los hallaren pescando e las ayan perdido e sean para los dichos obligados…»87. De la pesca pasamos a la caza. Bennassar al mencionar la caza dice literalmente que: «… en Simancas abundaban los cazadores furtivos…»88, lo que deja claro que se cazaba en el siglo XVI, época en la que también hay referencia de que se pescaba en los ríos. Se han encontrado fragmentos de cerámica, al realizar excavaciones en Simancas, con la representación de la figura del ánade real o pato común, que aún existe actualmente en el Pisuerga. Por ello no creemos aventurado suponer que se les cazase en época medieval. Debió constituir un importante complemento de la alimentación campesina, aunque solamente se encuentra una referencia a ella en las ordenanzas de Valladolid de 1267, en las cuales vemos que se señala una especie de veda y la prohibición de cazar con red: 86. Carlos Reglero de la Fuente, Espacio y poder..., p. 243. 87. Fernando Pino Rebolledo, Libro de actas del…, 1499, p. 153. 88. Bartolomé Bennassar, Valladolid en el Siglo de Oro. Una ciudad de Castilla y su entorno agrario en el siglo XVI, p.60. María Luisa Álvarez Juarranz83 «Et otrosí ponemos que ninguno non caçe conejo, nin perdiz, nin codorniz, después del día de entroido fastal día de Sant Martín sinon fuere para çenar sus amo (?). Et que ninguno non caçe esto que sobredicho es con red, et que lo finiere que peche XX maravedís: los X mrs. para [los que les fallaren], et los otros X mrs, para la puente…»89. Existía en el término caza de liebres, conejos, perdices, palomas, etc. Asimismo debía haber venados y corzos, aunque la caza de estos animales, seguramente, estaría reservada a la nobleza. En líneas anteriores ya nos hemos referido a la caza furtiva de palomas en los palomares de la zona. La caza de estas aves siguió planteando problemas, tal y como se observa en un pleito en el que Fernando del Castillo, alcaide de la fortaleza de Simancas, acusa a Antonio Domínguez y Francisco Barbo por haber cazado palomas en términos de la villa, lo cual estaba vedado por real cédula dada el 27 de abril de 152790. En referencia a esta cuestión, sabemos que el 29 de septiembre del mismo año consta un mandato del rey «para que se guarde la caça de Simancas», ordenando a las justicias que se publique y pregone esta cédula para que nadie pueda alegar ignorancia, de manera que si alguna persona desobedece «executen en ellos las dichas penas». El contenido del documento viene a decir que en Simancas y en una legua a su alrededor hay mucha caza de liebre, conejos, perdices y palomas y que Hernando de Vega, alcaide que fue de la fortaleza, tenía mandato del Rey Católico de hacerla guardar pero que, después que él murió, no se guardó, por lo que «… mando y defiendo que ninguna ni algunas personas de cualquier calidad preheminençia o dignidad que sean, no sean osados de caçar, ni caçen en el dicho término de la villa de Simancas con una legua alderredor las dicha liebres y conejos y perdizes y palomas con perros, ni galgos, ni podencos, ni vallestas, ni lanças, ni rredes, ni lazos, ni otros armadijos algunos so pena de que por la primera vez que los tomaren caçando caigan e yncurran en pena de seis çientos maravedís y que pierdan los perros y vallestas y otros armadijos que llevaren para caçar y por la segunda vez la pena doblada y por la terçera tras doblada…»91. Con esta 89. Corral, León de, «Ordenanzas del concejo de Valladolid sobre pastos y cazas en 1267». Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones, 1915-1916, t.VII, p. 66. 90. A.R.CH.V. PL civiles. Pérez Alonso (F). Caja 0249.0005. 91. A.G.S. Cámara de Castilla. Memoriales. 188-87. 84 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos provisión del rey, el 25 de mayo de 1529 se hizo un requerimiento a la villa de Simancas para que cumpliesen lo en ella establecido92. 4) La población Aunque no pretendemos entrar en el campo de la demografía histórica, sí hemos considerado conveniente ofrecer una panorámica general aproximativa sobre la población de Simancas al final de la Edad Media, aunque para ello únicamente contemos con datos del siglo XVI. Según señala Ángel de la Plaza Bores, en el siglo XVI Simancas debía contar con una población, poco más o menos, equivalente a la que tenía en el censo de 1950, unos 1.400 habitantes93. Parece, por lo anterior, que la población no ha variado en el transcurso de los últimos quinientos años, aunque sin duda ha sufrido altibajos. Como no documenta esta afirmación, hemos buscado una referencia intermedia, se trata del Censo de la Corona de Castilla de 1591, Vecindarios, publicado por el I.N.E., que contiene la trascripción de los manuscritos conservados en el Archivo General de Simancas; en los datos referentes a la Villa, aparece esta con una nota: «Pagan servicio tan solamente los benidos a vivir a ella después de la data del privilegio…» y señala: Todos los vecinos 314 Pecheros 236 Hidalgos 70 Clérigos 894 En el comentario previo a la publicación del I.N.E, Annie Molinie Bertrand indica que existen problemas para evaluar el número de habitantes ya que los vecinos son, en realidad, lo que luego se llamó cabezas de familia y el número de miembros de cada una de estas puede variar y varía, según provincias y regiones. Aplicando la consideración que hace para Andalucía, a falta de otra, que es la de que dos mil vecinos vienen a ser nueve mil habitantes, es decir, multiplicando el número de vecinos por el coeficiente 4,5, obtendríamos para 92. PR. Real Biblioteca. Signatura: II/2333 (f.176r-180v). 93. Ángel de la Plaza Bores, Notas Históricas, p.10. 94. I.N.E. Censo de la Corona de Castilla de 1591. Vecindarios, p. 795. María Luisa Álvarez Juarranz85 Simancas un total de pobladores de 1.413, muy próximo al que indica de la Plaza y que parece confirmar su estimación95. Desde luego, un tema muy debatido entre los especialistas ha sido el del coeficiente que aplicar por vecino, que dificulta la cuantificación de los habitantes ya que esta se hace en función de un dato hipotético. Por otra parte, hay que tener en cuenta que al tratarse de una recogida de datos con un fin fiscal se tendía en los municipios a disminuir las cifras de habitantes para así reducir los pagos. Por otro lado, el índice 4,5 aplicado podría no ser acertado, por lo que la cifra de población estimada no deja de ser una hipótesis aproximativa. Coincide con lo expuesto en el párrafo anterior Alberto Marcos, que distingue dos tipos de fuentes para el conocimiento de la cifra de población: «… las dadas por cronistas y viajeros y las que figuran en censos y vecindarios…». Concede poca credibilidad a las primeras y, en cuanto a las segundas, considera necesario distinguir según fuesen elaboradas por la administración central o real, o por funcionarios locales, conviniendo que por las repercusiones fiscales que de ellas se derivaban se tendía a sobrevalorarlas en el primer caso e infravalorarlas en el segundo96. De 1592 hay otra estimación del número de vecinos, 500, hecha por Enrique Cock, archero97 de Felipe II que describió una jornada de este rey, la comprendida entre el 24 y 25 de junio de ese año, en la que estuvieron en Simancas de paso para las Cortes de Tarazona98. Aplicando los índices que hemos manejado antes se obtendría una población de entre 2.000 y 2.500 habitantes, cifra que parece excesiva. En 1829 fue impreso el Censo de población de las provincias y partidos en la Corona de Castilla en el siglo XVI, por obra de Tomás González, que en una advertencia preliminar indica que dicho censo está copiado fielmente de un libro intitulado Libro del repartimiento que se hizo de los ocho millones (de Donativo) en virtud de las averiguaciones que se hicieron de las vecindades del Reino el año de 1591 para desde el año de 1594 en adelante…, el cual 95. I.N.E. Censo de la Corona…, pp. 25 y 795. 96. Alberto Marcos Martín, Auge y declive de un núcleo mercantil y financiero de Castilla la Vieja. Evolución demográfica de Medina del Campo durante los siglos XVI y XVII, pp. 45-46. 97. Individuos de clase noble que formaban la guardia personal que trajo Carlos I desde Flandes. 98. Juan Ortega Rubio, Los pueblos de la provincia de Valladolid, p. 184. 86 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos se custodia en el Real Archivo de Simancas, y pertenece a las Contadurías generales, 2.ª Época - Inventario 2º - Contaduría de Rentas - Libro núm. 2970. En su página 301 aparece: Arciprestazgo de Simancas. Ahí se indica que en Simancas hay dos pilas y una sola tiene vecinos y parroquianos, que son 317, con clérigos, casados, viudos y viudas… «En este Arciprestazgo de Simancas hay once lugares y once pilas, y dos mil setenta vecinos parroquianos…»99. Por otra parte, el mismo Tomás González, sin duda refiriéndose a su época, detalla: «Ay en estta villa doscientos e sesentta vecinos; antiguamente fue más su población, así por estar en pie las casas que había dentro de los muros que oi estta mucha partte arruinada como porque un grueso Arrabal deel que oi nada existte…»100. Otra estimación, esta de 1900, da para la villa 1.235 habitantes101, de modo que, tratando de la población que nos ocupa, se puede considerar que esta estaría entre los 1.200 y 1.400 habitantes. Al considerar la cifra de población hemos tenido presente que esclavos, servidores, lacayos y aprendices no figuraban en los censos, lo que puede alterar grandemente la cifra real de población, aunque es posible que no ocurra así en el caso de Simancas, donde siendo escasos los nobles deberían ser también escasos los sirvientes. Sabemos que, en general, los esclavos en el campo eran pocos, aunque, para un periodo algo posterior, Bennassar opina que sí existían algunos en Cigales y Simancas102. Esto nos pone en relación con otro problema, el del número de exentos. En efecto, otra información se obtiene de las averiguaciones de la Corona de Castilla y repartimientos del servicios realizados en época del emperador, donde constaba Simancas bajo receptoría de realengo: «Era una villa que poseía franqueza de servicio del que se beneficiaba una gran parte del 99. Censo de Población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el Siglo XVI, p. 301. 100. Tomás González, Papeles de…, fol. 185. 101. Joaquín Álvarez del Manzano y José Villarias Llano, Valladolid y su provincia. Guía general ilustrada, p. 95. 102. Bartolomé Bennassar, Valladolid en…, p. 156. María Luisa Álvarez Juarranz87 vecindario; aunque, por desgracia, ni la Averiguación, ni el expediente de lugares que no pagaban servicio, no precisan el número de exentos, cabe inferir que era muchos, porque el número de pecheros ascendió sólo a 174 vecinos con obligación de pago, repartiendo en 1526 en torno a 29000 maravedíes…»103. Hay que tener en cuenta que desde los tiempos de Enrique IV, como se verá más adelante, los simanquinos gozaban de numerosas exenciones y ventajas fiscales, por lo cual los datos anteriores no permiten hacerse una buena idea de su población. Efectivamente, siendo la jurisdicción de Simancas de realengo, no consta el número de exentos, pero sí que parte de la población pechera tenía un privilegio de exención104. Datos sobre población de Valladolid y su tierra se encuentran en un estudio sobre un alarde militar realizado en 1503, pero, dado que Simancas no aparece incluida en los lugares que enviaron sus gentes, ninguna información para nuestro tema hemos podido obtener del citado trabajo, aunque aparecen localidades cercanas, incluso del entorno de nuestra villa, como son: Ciguñuela, Geria y Puente Duero105. Si de la cuantificación pasamos a intentar vislumbrar las características generales de los habitantes de Simancas, lo primero que se observa es que la composición de esta población había de ser, básicamente, de cristianos viejos, como dice Bennassar. La región se repobló en el siglo IX con colonos mozárabes, concretamente Simancas hacia el 899106. No obstante, en la Baja Edad Media habría también, probablemente, algunos vecinos pertenecientes a las minorías musulmana y judía. Así permite plantearlo la noticia que aparece en el Libro de lo Salvado, de Juan II107, en el apartado de Exenciones de monedas y moneda forera, 103. Juan Manuel Carretero Zamora, La Averiguación de la Corona de Castilla (15251540) Los buenos vecinos pecheros y el dinero del Reino en época del emperador Carlos V, t. I, p.171. 104. Juan Manuel Carretero Zamora, La Averiguación de la…, t. II, p. 586. 105. Álvarez Bezos, Sabina y Carreras Zalama, Agustín, Valladolid en época de los Reyes Católicos según el alarde de 1503. 106. Bartolomé Bennassar, Valladolid en…, p. 29. 107. José Antonio García Luján, Libro de lo Salvado de Juan II de Castilla, p. 18. En este libro se hallan asentadas exenciones y excusados de pechos en general, mercedes sobre alcabalas y tercias reales, exenciones de monedas y moneda forera, mercedes sobre 88 Simancas en la Baja Edad Media. Estudio y documentos donde se recoge un albalá de merced, de 5 de julio 1443, dirigido a todos los habitantes de la villa de Simancas, cristianos, moros y judíos. El documento refiere: «Yo el rey. Por fazer bien e merçed a vos, el conçejo e omes buenos vezinos e moradores omes e mugeres, cristianos e judios e moros de la villa de Simancas, por los buenos serviçios que vosotros con toda lealtad me avedes fecho e trabajos e gastos que por mi serviçio avedes padesçido, e porque soy çierto que así lo continuaredes de aquí adelante, es mi merçed que vosotros seades esentos, francos e libres e quitos de pechar e pagar e contribuir qualesquier monedas, así foreras como otras, que [los] de los mis reinos ovieren a pechar e pagar e contribuir los primeros tres años que de aquí adelante se ovieren de pagar monedas. E mando a cualesquier mis thesoreros e recabdadores e arrendadores e otras qualesquier personas que ovieren de coger e recabadar en renta “o en fieldad”, o en otra manera qualesquier, monedas que de aquí adelante los dichos mis reinos ovieren a pagar, e otrosí al conçejo e alcaldes e merino e regidores e cavalleros, escuderos e ofiçiales e omes buenos de la noble villa de Valladolid, so cuya jurisdiçión es la dicha Simancas, que vos no demanden ni consientan demandar las dichas monedas durante los dichos tres años… Fecho a çinco días de julio del año del nasçimiento de nuestro señor Jesuchristo de mill e quatroçientos e quarenta e tres años. Yo el rey…»108. salinas y exenciones a monederos y monteros del rey, salvadas en merindades, obispados, arciprestazgos (entre los que aparece Simancas), arcedianatos e infantazgo de Valladolid. 108. José Antonio García Luján, Libro de lo Salvado…, p. 198.