Conclusiones Aunque los primeros resultados de la ICC planteados hasta el momento distan de ser satisfactorios, la experiencia cumplida permite formular algunos elementos centrales que se deben tener en cuenta para el exitoso desarrollo de la iniciativa en los años restantes del plazo fijado. Un programa verdaderamente orientado hacia el desarrollo debe responder por lo menos, a dos grandes retos: el primero, atraer a las firmas manufactureras norteamericanas de la Cuenca del Pacífico hacia el excedente laboral de la Cuenca del Caribe; el segundo, garantizar ¡as condiciones necesarias para la formación de la infraestructura necesaria, el entrenamiento y la calificación de la mano de obra y la consolidación de canales de comercialización eficientes para las exportaciones de la zona. Sin embargo, habrá que esperar para ver que orientación decide darle el sucesor del presidente reagan a la ICC. La oleada proteccionista que se plantea cada vez con mayor fuerza como respuesta al descomunal déficit comercial, así como el viraje que tendrá que dar el próximo presidente a la política exterior norteamericana, son elementos que seguramente afectarán sustancialmente el contexto económico y político de la ICC en el futuro. Sección: Política Mundial Las Consecuencias del acuerdo ReaganGorbachov en Francia ¿La era de las paradojas? Christian Boudier* *Investigador y profesor del Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo. El Acuerdo de Washington permitió un espectáculo paradójico en Europa: mientras se celebra el Tratado desde varios sectores en los países acostumbrados a unas discordias internas en el campo de la estrategia, la firma del mismo es objeto de un vivo debate político en Francia, país del consenso nuclear desde la retirada de la organización militar do la OTAN. en 1966. Los protagonistas, que no responden a la tradicional división derecha-izquierda, cuestionan la suerte de la estrategia de disuasión francesa en una Europa que parece dispuesta a la desnuclearización: el Presidente de la República Francois Mitterrand aprueba el acuerdo pues permite volver a la concepción inicial de la disuasión nuclear masiva, cuya meta es impedir la guerra, apoyándose únicamente sobre la amena/a de las armas nucleares estratégicas. Otros dirigentes como el Ministro de la Defensa, A. Giraud, y uno de los principales candidatos a la presidencia, R. Barre, condenan el acuerdo con firmeza, pues según ellos, debilita el acoplamiento Estados Unidos-Europa, y la estrategia de replica graduada de la O.T.A.N. Se trata entonces para Francia de reconstruir un escalón nuclear intermedio para occidente con suficiente credibilidad: el ministro de Defensa propuso por ejemplo. una modificación del Programa Hades para fabricar misiles "muitigolpes" en lugar de "preestratégicos". El concepto francés de "último aviso" incluido en una disuasión masiva, seria entonces reemplazado por el de "batalla nuclear" a varios niveles. A la hora cuando el ministro ce Defensa aprueba por primera vez la replica graduada, sería otra paradoja histórica que Francia se acercara a esta estrategia mientras la O.T.A.N parece alejarse de ella. de Varsovia en el campo del armamento convencional. Así. París esta decidido a oponerse a cualquier negociación que propondría una supresión del armamento nuclear táctico en Europa a cambio de una reducción de las fuerzas clásicas soviéticas. En ese campo Gorbachov tiene, en efecto muchas herramientas: un informe de la Unión Europea Occidental (U.E.O.) de noviembre de 1987. Muestra que la evaluación de las fuerzas soviéticas es exagerada, que ciertos modos de cálculo son aberrantes, y que muchos de los tanques son anticuados. Sin embargo, esas cifras ofrecen a Gorbachov la oportunidad de hacer irresistibles ofertas de desarme convencional en Europa, sin que la potencia real del ejército rojo sea debilitada. ¿Doble o Triple zero? En realidad conviene matizar las consecuencias estratégicas para Francia según el curso dado al acuerdo: la dinámica del Tratado de Washington (eliminación de los misiles Pershing y S.S. 20 de 1000 a 5000 kilómetros de alcance) deberían permitir una Segunda Opción Zero (500 a 1000 kilómetros de alcance). En este caso, el peligro estaría concentrado en las dos Alemanias, con la presencia de misiles a muy corto alcance (menos de 500 kilómetros). El inconveniente de estas armas es que son capaces únicamente de matar a Alemanes del Oeste y del Este ("The shorter the range, the deader the Germans"); podrían entonces aumentar las tendencias al pacifismo y al neutralismo de la República Federal, en razón a la Óstpoütik. Dado que esas armas parecen asustar más a los países protegidos que disuadir a la URSS, Francia teme una Triple Opción Zero que suprimiría la última barrera propia nuclear en Europa, poniendo su propia fuerza en primera fila. Además, amenazaría la estrategia de la Alianza Atlántica, pues sería confrontada a la superioridad del Pacto El motivo de la crisis entre Paris y Bonn podría ser la consecuencia del riesgo de una Triple Opción Zero. No obstante, el argumento de la reducción de la presencia militar estadounidense en Europa representa un motivo actual de fortalecimiento del eje franco-alemán. ¿Cuál defensa para Europa? Si algunos dirigentes se atreven a evocar la Conferencia de Munich de 1983 para caracterizar el acuerdo de Washington la referencia más corriente y aceptada parecer ser la de Yalta: la desnuclearización se hace sin Europa, sin tener en cuenta sus imperativos de seguridad. Por eso, el tratado entre los dos bloques es percibido de manera consensual como la "palanca que impone el coletazo" (J. Chirac) en el campo de la defensa europea. Dentro de lo que seria la tercera potencia militar en el mundo, el papel de Francia provoca un debate en materia nuclear. En el campo del armamento clásico, el consenso se hace acerca de la necesidad de construir una defensa convencional europea lo suficientemente disuasiva para enfrentar al Pacto de Varsovia: de aquí la profundización del eje francoalemán (maniobras comunes — "Gorrión Intrépido"— entre los dos ejércitos), ¡a cooperación creciente con España e Italia para reforzar la OTAN en la cuenta del Mediterráneo (el motivo de esa consolidación es, también, el surgimiento de una nueva fuente de tensión para Europa debido al integrismo islámico y las crisis en África)y los proyectos de colaboración en la industria de las armas. En cuanto a lo nuclear, el debate sobre el papel de Francia refleja lo enunciado sobre la estrategia de disuasión: los partidarios de la réplica graduada quisieran que Francia se hiciera cargo de la protección de Europa con misiles tácticos que serían desplegados en Alemania Federal. Los otros, entre los cuales está el Presidente Mitterrand, dudan de la capacidad de las armas tácticas francesas para defender Europa (tanto más cuanto que asustan a los alemanas). y proponen un regreso a la disuasión masiva. Sin embargo, esa opción no sería sinónimo de ostracismo y aislamiento: Francia puede seguir manteniendo la ambigüedad sobre la definición de sus "intereses vitales", que Paris pueda ampliar hasta el Elba. Pero no podría ir más allá ya que lo nuclear-estratégico por naturaleza parece excluir la alianza militar tradicional cuando un Estado puede temer las represalias masivas. Además, Francia no quiere involucrarse en una protección automática que provocaría unas controversias inagotables sobre su propia credibilidad (ver, la literatura sobre el "paraguas" norteamericano) e imaginar los debates sobre lo que sena técnicamente la "sombrilla" francesa. y tampoco puede compartir la responsabilidad de una "doble llave" con la República Federal de Alemania, en caso de defensa nuclear europea. El propio Presidente de la República dijo, recientemente, que rechazaría todo lo que podría afectar la credibilidad de la disuasión y en primer lugar la extensión de la garantía nuclear a la República Federal. Por eso, no se puede esperar más, en ese campo, que un acuerdo como el reciente, que prevé una consulta previa automática de Boon por Francia, en caso de utilización de sus armas nucleares tácticas. ¿Un pretexto? En realidad, muchos expertos en Francia consideran esas discusiones vanas (incluso peligrosas porque cuestionan la disuasión de los Estados Unidos y sirven así a la URSS cuya meta estratégica desde los cincuentas es romper el acoplamiento entre Europa y Washington). El Tratado de eliminación de las fuerzas nucleares intermedias no tiene, de hecho, consecuencias fundamentales para la defensa de Europa ni tampoco para Francia. Primero, porque la desnuclearización es sobre todo un discurso y se necesitan muchos años para cumplir y averiguar esa primera opción zero. Además, el escudo nuclear de Europa no se reduce a los cohetes Pershing (hay también por ejemplo misiles nucleares en los submarinos), y siguen existiendo las fuerzas disuasivas de Inglaterra y Francia. Segundo, porque el acoplami en t o E s t ad o s U n id o s-Europa no está más afectado que antes por el Acuerdo de Washington: sobre el viejo continente permanecen 300.000 soldados americanos y también fuerzas nucleares de corto alcance. Los Pershings fueron una respuesta a la presión de los S.S. soviéticos, y es un error ver en ellos el único símbolo de la protección norteamericana. Por último, la disuasión nuclear es sobre todo una cuestión psicológica de voluntad: por eso, lo importante no es la ubicación geográfica de misiles sino la determinación política de los Estados Unidos de defender a Europa. Así. los misiles Tomahawk (4.000 a 5.000 kilómetros de alcance) sobre algunos barcos son muy viables para la defensa de Europa, incluso más que los Pershing ya que la utilización de esas armas no necesitaría la autorización del canciller alemán. A modo de conclusión, convendría destacar de nuevo esta cita de Raymond Aron que decía en 1962: "La disuasión es una prueba de voluntades de la que la técnica de armamento y de los vehículos vectores determina las condiciones mas no la salida". Sección: Política Mundial El acuerdo ReaganGorbachov y América Latina Francisco Leal Buitrago* y Juan Gabriel Tokatlian** * Director, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia. ** Director. Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes. La crisis económica por la que atraviesa el mundo no ha encontrado ningún principio de solución. Aunque teóricamente se puede vislumbrar un mejor ambiente para una salida al problema, con decisiones como un nuevo pacto que reemplace los principios establecidos desde 1944 en Bretton Woods adicionados con los acuerdos del GATT. las incertidumbres hacen que el régimen capitalista que determina el curso del planeta se aferré a los cánones con que ha operado al menos en los últimos 40 años. La aguda situación económica desfavorable de los Estados Unidos, condimentada por el rápido deterioro de la imagen del presidente Reagan, ha obligado a reducir el malgasto, comenzando por el presupuesto militar. Esta necesidad ha propiciado la incubación de medidas que en