La opinión digital Sábado 23 de Junio de 2007 Emigrar vulnera la salud de mexicanos La ONU revela que los riesgos médicos afectan tanto al que sale como a su familia Gardenia Mendoza Aguilar Corresponsal de La Opinión http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00000000000001857610 MÉXICO, D.F.— Nada hay más frágil que la salud de un emigrante y de los suyos, ya sea que se encuentren en el país o en Estados Unidos: se vuelven especialmente vulnerables a enfermedades psicológicas, estrés, de transmisión sexual, infecciosas y crónicas, alcoholismo y drogadicción. Esa es la conclusión a la que llegó el rubro de salud del Informe sobre Desarrollo Humano México 2006-2007, enfocado en la emigración, y presentado el pasado lunes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). "Se confirmó que la emigración genera problemas de salud tanto en los lugares de origen, como en el traslado y en el destino", dijo Nelly Salgado, consultora del informe e investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública. "La movilidad y las condiciones impiden un tratamiento adecuado". Antonia García, una joven de 27 años, oriunda de Tonatico, en el Estado de México, a 200 kilómetros (124 millas) al suroeste de la Ciudad de México, vivió parte de estos padecimientos cuando su esposo Julio emigró en busca de un empleo mejor remunerado que le ayudara a mantener a sus tres hijos. Julio fue detenido en EU por la Patrulla Fronteriza cuando quiso cruzar por el desierto de Arizona. Los días pasaban y Antonia no recibía dinero, ni noticias de su esposo, y por ello buscó trabajo de limpieza en una casa, aun cuando sabía que tenía tres meses de embarazo, sufría migraña y "siempre tenía ganas de llorar". Los síntomas se agudizaron hasta que abortó. "El médico me dijo que fue por la angustia de no tener noticias tuyas", dijo Antonia por teléfono al marido que había llamado desde Chicago, Illinois, luego de que en un segundo intento logró ingresar a territorio estadounidense. El hombre creyó que se trataba de un chantaje sentimental de su mujer, pero no había error. Las investigaciones de PNUD revelan que las parejas de los emigrantes reportan malestar al sentirse solas y sin el apoyo de su cónyuge para tomar decisiones que afectan a la familia o para organizar la vida con los hijos. "Experimentan niveles altos de tensión nerviosa, sintomatología depresiva, ansiedad y somatización asociados con sentimientos de culpa por el desconocimiento de las condiciones de vida de sus cónyuges, aun cuando reconocen que ha mejorado su calidad de vida", explica Salgado. La investigación de PNUD encontró que, por un lado, las remesas tienen un efecto positivo sobre la salud infantil en las comunidades receptoras, pues los niños de los indocumentados muestran menores tasas de mortalidad y mayor peso al nacer. Sin embargo, en el caso de los hijos mayores, los cuadros de estrés asociados con la ausencia paterna pueden complicarse hasta el punto de acarrear problemas sociales, como rebeldía a la autoridad, consumo de alcohol, tabaco y drogas (principalmente marihuana y cocaína). "Esto es algo que encontramos desde hace 10 años en las comunidades con altos índices de emigración", comenta la investigadora Salgado. 1 Lourdes Salazar, de 72 años, quien vive en El Platanal, un pueblo de dos mil habitantes en el estado de Guerrero, ha lidiado con la mala conducta de su nieto Luis, de 14 años, desde que la madre de éste emigró a Las Vegas. "La última vez que lo expulsaron de la escuela fue durante una semana, porque interrumpió el festival del Día de las Madres con un carro que estacionó a la mitad del patio de la escuela; lo arrancaba, lo aceleraba y se divertía porque todos estaban asustados", cuenta la anciana. "Ella se fue para buscar un tratamiento contra una ‘extraña’ enfermedad que le contagió el marido". La familia de Luis había sido víctima de varios problemas relacionados con la salud por emigración. Las enfermedades infecciosas son muy comunes. El informe de la PNUD señala que se presentan con mayor frecuencia la tuberculosis, las venéreas y el sida. El VIH, por ejemplo, un tercio de los casos se concentran en los estados emisores de emigrantes, lo que parece apoyar la asociación entre salir hacia Estados Unidos y la diseminación del virus en el México rural. El informe de PNUD explica que los hombres emigrantes tienen una mayor gama de conductas de riesgo que aquellos que no migran, tanto por su comportamiento sexual como por el abuso de sustancias. Eso "podría aumentar la probabilidad de VIH y otras infecciones por contacto sexual en este grupo". En el caso de la tuberculosis, detalla, "se observa sobre todo entre los jornaleros agrícolas emigrantes y grupos pobres en donde se conjugan desnutrición, hacinamiento, condiciones insalubres y falta de acceso a servicios de salud". Todo empieza desde la frontera, donde los emigrantes sufren condiciones que minan su salud y ponen en peligro sus vidas: calor o frío, falta de alimento y agua, ataque de animales, accidentes, abusos de la policía mexicana, de la Patrulla Fronteriza de EU y de traficantes de indocumentados. Y una vez en Estados Unidos no puede mejorar su salud. Un estudio de la Universidad de California revela que del total de inmigrantes mexicanos residentes en ese país, más de la mitad — 55%, ó 5.9 millones de personas— no tienen seguro médico. "Es importante señalar que el reducido uso de servicios de salud por parte de los migrantes no solamente se debe a la cobertura de los seguros médicos, sino a barreras culturales e idiomáticas y al miedo a la deportación", destaca Salgado. "Tiene muchas limitaciones que se vuelven en su contra". 2