MI HIJA PUDO VOLVER Escribo estas líneas a pedido de algunos amigos, para transmitir algunos comentarios sobre lo que le pasó a mi hija de 17 años a la salida de la Fiesta de Egresados del Colegio Aberdare, en el boliche llamado Club Zone ubicado en la calle Tribulato de San Miguel, y que sirva de alerta a otros chicos para que no les pase. Ya al final de la fiesta, el grupo de seis amigas de mi hija, organizando cómo volver a sus casas, y viendo que sus amigos que tienen auto ya se habían ido, llamaron al remís que siempre usan para que les mande dos autos, el de siempre con el chofer que conocen, y uno más, ya que en uno solo no entraban. Fueron a esperarlo a una cuadra del boliche, por la calle San Miguel, ya que por Tribulato "no pueden circular remises", según se dice. Mientras esperaban, se les acercó un remís que les dijo directamente que era el que habían llamado, ellas no le respondieron y el chofer insistió diciendo que el amigo remisero se había quedado atrasado en el semáforo, las apuró a subir mientras otro auto, parado atrás, también las apuraba tocándoles bocina. Alguna de las chicas afirmó confundida que era el amigo del remís conocido y, entonces dos de las chicas subieron al auto: mi hija y la amiga que venía a casa a dormir. En el trayecto tuvieron que indicarle por dónde ir, ya que no conocía las calles, diciendo que era nuevo. Mientras manejaba, el chofer mandaba constantes mensajes por un celular. Las amigas que se quedaron en Tribulato, al recibir los dos remises verdaderos que habían llamado, se comunicaron con mi hija para preguntarle si estaba todo bien. Como mi hija ya estaba en la puerta de casa contestó que si, que estaban bien. En ese momento el chofer sorprendido por el llamado que lo dejaba en evidencia les grita: "Esto es un secuestro!" ante lo cual mi hija comunico a los gritos a sus amigas por el celular que la estaban asaltando y secuestrando. El captor, amenazándolas, quitándole el celular a las dos, aceleró y tomo rumbo hacia Gaspar Campos a gran velocidad, pero confundido y muy nervioso, haciendo bajar sorpresivamente primero a la amiga de mi hija en Bella Vista (en Obligado y Gaspar Campos) y más tarde a mi hija en algún lugar de Williams Morris. Es muy importante la existencia de ese llamado. En definitiva es lo que nos protege hoy día: la COMUNICACIÓN. Los chicos viven hoy permanentemente comunicados y la mejor arma que hay contra las capturas y secuestros, justamente es que se sepa lo más rápido posible el hecho y avisar a la Policía a través del 911. Escuché decir que al darse a conocer la situación de captura, las chicas en el auto pasaron a ser “mercadería caliente”, (chicas que ya están siendo buscadas) y eso pudo haber complicado la “entrega” o la posibilidad de llevarlas a algún lugar para retenerlas y abusarlas. Las amigas, asustadas llamaron a una de las madres, la cual, recién despierta y alterada por la situación, también ayudó ocupándose de llamar al 911, a nosotros y a los padres de la que venía a dormir a casa. Allí comenzó el alerta policial en forma inmediata. El delito no está lejos. No está en la televisión, o en las noticias, o en ciudades lejanas. El delito está en nuestra calle, en la casa de la esquina que fue desvalijada hace unos días. Está en el colectivo 333, donde ayer a un “punga” lo bajaron a trompadas los mismos pasajeros al descubrirlo robando; está en el tren hacia Buenos Aires, en el cotidiano hurto de celulares. Pareciera no alcanzar las alarmas, las rejas, el subir de a dos a los remises. ¡ES QUE ESTAMOS RODEADOS! Una manera de empezar a protegernos es pensando en comunicar a otro lo que hago. Los chicos, comunicándonos a los padres, el “¿adónde vas?”, “¿dónde estás?”, dando la tranquilidad del “ya llegué!”, “ya volví”. Ocupándose entre los mismos amigos de averiguar si todos volvieron a sus casas. ¿Porqué no un mensaje más? “¿Chicas, llegaron?”. Que se cuiden entre ellos, entre amigos. El llamado a mi hija fue fundamental, es lo que hizo saber a los OTROS lo que estaba pasando en el remís trucho. La comunicación rápida de sus amigas las protegió. Otra cosa que ayudó a las chicas fue la lucidez de sus 17 y 18 años de edad para resolver el problema, a pesar de estar cansadas y sin dormir. Esa lucidez que llevó a la amiga de mi hija a pedir a alguien que estaba en Gaspar Campos esperando el colectivo, que llame al 911 y venir con la policía a casa a avisarnos, en lugar de volver a su casa. Ella también pensó en los OTROS, pensó en nosotros que estábamos inútilmente durmiendo. Y la lucidez de mi hija para poder volver a casa por su cuenta desde William Morris, nuevamente por la ayuda de OTRO, un trabajador, un Buen Samaritano que salía de su casa en una calle de tierra que ayudó a mi hija llevándola a una remisería y dándole plata para pagarle el viaje, pero pidiéndole que actúen como si fueran tío y sobrina por si la remisería estaba en complicidad con el captor que la había abandonado. Esa lucidez pudo ser efectiva porque las chicas NO ESTABAN ALCOHOLIZADAS. El alcohol en abundancia nos aísla, nos desprotege, nos encierra en una sensación donde se pierde el contacto con el OTRO. Nos deja vulnerables a la violencia y al delito. ES FUNDAMENTAL QUE PARA MAYOR SEGURIDAD SE TOME MENOS ALCOHOL . Eso también salvó a las chicas. Y por último, cabe la pregunta, cuando uno hace un asado, un festejo al aire libre, en el jardín ¿ponemos la mesa al lado de un nido de avispas, o donde hay un enjambre de abejas? No! nos alejamos asustados! Entonces, ¿por qué dejamos que nuestros hijos festejen casi todas las fiestas de egresados de los colegios de Bella Vista en la calle Tribulato, en el nido de la delincuencia? ¿Cuantas chicas tienen que secuestrar para que se termine con esto? ¿Una? ¿Dos? ¿Cuál? ¿La amiga de quién? Porque la víctima va a ser una AMIGA. La amiga de algún egresado. Como fue mi hija. ¿Vale arriesgar la vida de una amiga por una fiesta en Tribulato? Busquemos protegernos. Con los OTROS. Gracias a los OTROS mi hija pudo volver. Gracias a que esos OTROS dejaron manifestar la bondad de Dios. Hernán y María EGUIA SEGUI Muñiz – Pvcia de Buenos Aires 13 de Noviembre de 2013