Queridos hermanos y hermanas. Inauguración de curso pastoral 2012 – 2013

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Inauguración de curso pastoral 2012 – 2013
“Brille vuestra luz” (Mt 5, 16)
Queridos hermanos y hermanas.
1. Al comienzo de este año pastoral, volvemos a escuchar la voz del Señor
que vuelve a renovar la llamada: “Sígueme”. Queremos ponernos de nuevo
a sus pies para escuchar su Palabra de vida y con Él remar mar adentro
desde la orilla del comienzo de curso y adentrarnos en la tarea apasionante
de la evangelización.
Jesusen ikasleak gara. Bere berbak entzun ondoren, berarekin batera goaz,
bere Barri Ona zabaltzen, bere argiak argi egin daian.
2. Retomamos el IV plan diocesano de Evangelización, de modo particular
el quinto objetivo específico que nos impulsa a la acción misionera, a dar
testimonio del Señor en nuestra sociedad, “brille vuestra luz” (Mt 5, 16).
Tres son las palabras que quieren concretar esta acción: “acoger, salir,
proponer”. Efectivamente, muchas personas se acercan a nuestras
parroquias y comunidades por diversos motivos. La calidad de la acogida
es un elemento esencial para que estos hermanos y hermanas nuestros sean
interpelados interiormente y se planteen cuestiones que puedan abrirles al
misterio de Dios.
Datorrena hartu eta bidekurutzeetara urten. Jesusek bialdu egiten ditu
bere ikasleak. Gure inguru edo txoko estuetatik urtetzeko konbita hartu
dogu, misiolariak izateko.
3. La segunda acción, salir, hace referencia a la necesidad de salir de
nuestra cotidianeidad, de nuestros grupos, que pueden correr el peligro de
convertirse en “grupos estufa”, donde nos encontramos bien, pero con poco
ardor evangélico, perdiendo de este modo la inherente dimensión misionera
de todo cristiano y de toda comunidad. No podemos esperar a que la gente
venga a nosotros. Debemos salir e invitar, como en la parábola del
banquete de bodas: “Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que
encontréis, llamadlos a la boda” (Mt 22, 9).
Bidekurutzeetara urten nahi dogu, Ebanjelioa hitzez eta egitez
proposatzeko. Inor behartu barik, beldur barik, kristau mezua aurkeztu
gura dogu munduaren bihotzean
4. Ese mismo pasaje evangélico nos lleva a la tercera acción, proponer. El
Evangelio es fuente de salvación que interpela la libertad humana sin
violentarla. No se trata de imponer, ni agobiar, sino de proponer con
libertad y audacia. La propuesta comienza siempre con el testimonio y
estilo de vida acorde al discípulo de Jesús. Pero esto no sería suficiente si
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faltara la Palabra en el momento oportuno. Debemos vencer miedos y
vergüenzas, para proclamar con humildad y claridad el Evangelio del
Señor, confesando a Jesús como Hijo de Dios, amigo, hermano y salvador,
fuente de vida, verdad, amor, justicia y paz.
Gure bizimodua eta testigantza dira Ebanjelioa proposatzeko erarik
zuzenena. Barri Onaren barri emon ahal izateko, norberak hartu behar
dau lehenengo. Zer da Ebanjelioa niretzat? Zelan hartzen dot, zabaldu
ahal izateko? Nor da Jesus niretzat? Jesusek behin bere ikasleei egindako
itauna bera entzuten dogu gaur: “Zuek nor nazala diñozue?”
5. Pero para “acoger, salir y proponer”, debemos examinar previamente la
calidad de nuestra experiencia de fe, no sea que nos ocurra como a los de la
parábola de quienes quisieron construir la torre, que no calcularon bien sus
fuerzas y sus haberes (Lc 14, 28-30). También Jesús interpeló directamente
a sus discípulos. Tras preguntarles lo que la gente pensaba de Él, les
interroga directamente: “Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?” (Lc 9, 20).
Es la pregunta que hoy, aquí y ahora nos dirige el Señor: ¿Qué dices de mi?
¿quién soy Yo para ti? ¿qué papel ocupo en tu vida, en tus actitudes, en tus
acciones?
Norbere fedea sakontzeko aukera dogu aurten bereziki. Fedearen Urtea
zabalduko da laster, Begoñako Amaren egunean, hain zuzen
6. Esta cuestión nos introduce en el núcleo del acontecimiento eclesial que
centra este curso para toda la Iglesia universal: la proclamación del año de
la fe. Efectivamente, el próximo 11 de octubre inauguraremos el año que
conmemora el quincuagésimo aniversario del comienzo del Concilio
Vaticano II y el vigésimo aniversario de la promulgación del Catecismo de
la Iglesia Católica. Providencialmente, coincide con la celebración de la
Patrona de nuestra diócesis, el día de nuestra Madre de Begoña. Constituirá
una ocasión propicia para reflexionar sobre aquél acontecimiento de gracia
que supuso el Concilio y el modo en que sigue siendo actual para nuestra
vida personal y eclesial. Así mismo, este año nos proporciona una
excelente oportunidad para impulsar la acogida del Catecismo de la Iglesia
como un instrumento valioso para la Evangelización. A este respecto, se
acaba de publicar en euskera el Catecismo para la infancia Jesús es el
Señor. Su utilización será muy útil para los niños y niñas, catequistas,
parroquias y las propias familias.
7. Otras acciones y eventos jalonarán el año pastoral que hoy inauguramos.
Quisiera invitaros a que os hagáis presentes el mismo día 11, coincidiendo
con la celebración de Nuestra Patrona la Virgen de Begoña y la apertura del
año de la fe, a la inauguración de las nuevas instalaciones del Seminario.
Os ruego que pidáis al Señor que envíe trabajadores a su mies, de modo
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particular en el ministerio sacerdotal, pues “la mies es mucha, pero los
obreros son pocos” (Mt 9, 37).
Eskatu daiogun Jaunari, bialdu daizala langileak bere solora, bere
Erreinua zabaldu daiten.
8. El gesto diocesano de solidaridad, que celebraremos el 17 de mayo,
constituirá otro acontecimiento en el que hacemos visible el compromiso
concreto de nuestra comunidad diocesana con los que están sufriendo las
consecuencias de la crisis.
Ezin ditugu ahaztu krisiak astindutakoak. Behartsuengan ikusi nahi dogu
jesusen aurpegi mindua.
9. Fedearen urte honetan, hezitzaileak eta misiolariak izan gura ditut
gogoan. Era batera edo bestera, guztiok gara hezitzaile eta misiolari
izatera deituak. Azkenik, Mesedeetako Andra Mariaren egun honetan,
gogoan izan daiguzan espetxeetan dagozanak eta era batera edo bestera
katigu dagozanak.
Hoy, día de Nuestra Señora de la Merced, recordamos la implicación de la
Iglesia en la atención a las personas privadas de libertad. La pastoral
penitenciaria abre siempre puertas a la esperanza cierta que es Cristo. Que
María nos ayude en este comienzo de curso a responder al envío del Señor.
Digamos con Él: “El Espíritu del Señor está sobre mi, porque él me ha
ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los
cautivos la libertad, y a los ciegos la vista: a poner en libertad a los
oprimidos: a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 18-19). Y Él nos
asegura una vez más su presencia vivificadora en medio de nosotros: “Hoy
se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oir” (Lc 4, 21).
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