CASO CLÍNICO 175 R e v. Soc. Esp. Dolor 7: 175-179, 2000 Síndrome de irritación meníngea tras implantación de electrodos de estimulación eléctrica medular: a propósito de un caso J. Sobrino*, J. Rodríguez**, J. Blanco***, R. Cabadas*, J. Pereira* y M. J. Álvar e z * * Sobrino J, Rodríguez J, Blanco J, Cabadas R, Per eira J, Álvarez MJ. Meningeal irritation syndrome after im plantation of leads for medullary electric stimulation: with r egard to one case. Rev Soc Esp Dolor 2000; 7: 175-179. SUMMARY I n t ro d u c t i o n : Medullary electrical stimulation is an effective technique for the management of pain in multiple pathological conditions, in particular those which are refractory to standard therapies. Clinical case: A 32-year-old patient undergoing surgery due to a right L4-L5 disc hernia. After surgery, a severe pain in the right leg (S1 territory) appeared associated to pare s t h e s i a . At the physical examination the patient presented limp at the expense of MID, limited extension and lateralization of the lumbar cord, global decrease of sensitivity at MID, with ROT preserved. In the NMR a discrete loss of height was observed in the L4-L5 intervertebral space, accompanied by severe fibrosis. A residual affection of the L5 ro o t was found in the electromyographic study. Given the persistence of disabling pain, a new neuro s u rgical appro a c h was decided. The evolution in the immediate postoperative was favourable, but clinical signs re a p p e a red a few weeks after the surg e r y . In view of the poor response to standard therapies and the persistence of disabling clinical signs, the implantation of a medullary stimulation lead was decided, after which a * Adjunto Anestesiología. ** Residente de Anestesiología. *** Jefe de Servicio Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor. Policlínica POVISA. Vigo. Recibido: 1 4-I X-9 9 . Aceptado: 1 3-X I I-9 9 . 61 good level of analgesia was achieved. However, nine months later a disorder of the stimulation took place, associated to an increase of pain. The system was re v i e w e d w i thout detecting any technical failure; however, a displacement of the lead was found in the radiological control. The removal of the old lead and the implantation of a new one was decided, being the intraoperative completely normal. After 48 hours, the patient started to present cephalic signs, general malaise with upward lumbar pain and isolated vomiting without fever, reporting a sense of hyperstimulation, so we decided to disconnect the generator. Surgical injuries showed a normal appearance. The patient was hospitalized for the control and management of symptoms. General laboratory tests were ord e red, with negative results re g a rding leukocytosis and left deviation. Twenty-four hours after hospitalization the clinical signs persisted, so we decided to remove the implemented material and take cultures of the injuries, the tip of the lead and the CRF. High spectrum antibiotherapy was started. The results of the cultures were negative. A NMR of the lumbar and dorsal column was also ord e red, with normal re s u l t s . The patient never showed febrile peaks. Subsequent evolution of this patient was fully satisfactory and the symptoms disappeared 48 hours after the removal of the material. The patient was discharged 8 days after his hospitalization. Discussion and conclusions: The negative cultures rule out an infectious etiology. The options that we suggest as potential etiologies in this case are the following: —On the one hand, the handling and difficult introduction of the lead may have caused small erosions in the duramater with loss of CRF, initially in small quantity (so it went unnoticed after the puncture). With the mobilization of the patient (and possibly of the lead), such loss may have increased, added to a situation of meningeal hyperirritability associated to the reinitiation of the electrical stimulation, all of which would be responsible of the symptomatology. —On the other hand, potential transmission of infection t h rough tubes connected to the subcutaneous reservoir of the generator may have taken place, but somehow hidden by the administration of the prophylactic doses of antibiotic, thus explaining the negative culture s . 176 J. SOBRINO E T A L . Key wor ds: Medullary stimulation. Cronic pain. Meningitis. RESUMEN I n t ro d u c c i ó n : La estimulación eléctrica medular una técnica utilizada con éxito en el tratamiento del dolor en multitud de cuad ros patológicos, sobre todo en aquellos que no re s p o n d e n a los tratamientos habituales. Caso clínico: Paciente de 32 años intervenido de hernia discal L4-L5 d e recha. Tras la intervención comienza con cuadro de dolor intenso en pierna derecha (territorio de S1) con pare stesia asociada. A la exploración clínica el paciente presenta cojera a expensas de MID, limitación para la extensión y lateralización de la columna lumbar, disminución global de la sensibilidad en MID, con ROT conservados. En la RNM se observa una discreta pérdida de altura del espacio intervertebral L4-L5, acompañado de intesa fibrosis. En el estudio electromiográfico se pone de manifiesto una afectación residual de la raiz de L5. Dada la persistencia del c u a d ro de dolor incapacitante se decide realizar nuevo a b o rdaje neuro q u i r ú rgico. La evolución en el potoperatorio inmediato fue favorable, re a p a reciendo la clínica a las pocas semanas de la intervención. Dada la mala respuesta a los tratamientos habituales y la persistencia de la clínica incapacitante, se decide la implantación de un electrodo de estimulación medular, tras la cual presenta un buen nivel de analgesia, pero a los nueve meses se produce una alteración de la estimulación, con aumento del dolor. Se revisa el sistema sin encontrar fallo técnico, pero sí un desplazamiento del electrodo en el control radiológico. Se decide realizar retirada del electrodo antiguo y colocación de uno nuevo, siendo el intraoperatorio del todo normal. A las 48 horas el paciente comienza con clínicas cefaleas, malestar general con dolor lumbar ascendente, vómitos aislados sin fiebre, refiriendo sensación de hipere stimulación, por lo que se decide apagar el generador. El aspecto de las heridas quirúrgicas era normal. Se ingre s a al paciente para control y tratamiento sintomático. Se solicita análítica general donde no hay leucocitosis, ni desviación izquierd a . A las 24 horas del ingreso la clínica persiste, por lo que se decide retirar el material implantado. Se toman cultivos de heridas, de punta de electrodo y de LCR. Se comienza con antibioterapia de amplio espectro. El resultado de los cultivos fue negativo. Asimismo, se solicitó RNM de columna lumbar y dorsal que fue informada como normal. En ningún caso hubo picos febriles. La evolución posterior fue del todo satisfactoria, con desaparición de la sintomatología a las 48 horas de la re t i r ada del material, siendo alta a los 8 días de su ingre s o . Discusión y conclusiones: La negatividad de los cultivos nos hace pensar en una R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, N.º 3, Abril 2000 etiología distinta a la infecciosa. Las opciones que planteamos como posibles etiologías de este cuadro son: —Por un lado la posibilidad de que durante la implantación del electrodo, la manipulación del mismo y la dificultad de su introducción hayan ocasionado pequeñas ero s i ones en la duramadre con pérdidas de LCR, que en un principio hayan sido de pequeña cuantía (por lo que no se obtenía tras la punción), pero que con la movilización del e n f e rmo (y posiblemente del electrodo) se haya hecho may o r, junto con el hecho de que a lo anterior haya que sumar que el reinicio de la estimulación eléctrica se pro d u j e s e una situación de hiperirritabilidad meníngea la cual sería la responsable de la sintomatología. —Por otro lado, la posible transmisión de infección a través del cableado desde el reservorio subcutáneo del gen e r a d o r, que en cierta forma estaría encubierta por la administración de la dosis de antibiótico profiláctica, re s u l t a ndo de este modo negativos los cultivos re a l i z a d o s . Palabras clave: Meningitis. Estimulación medular. Dolor crónico. INTRODUCCIÓN La estimulación eléctrica medular es una técnica utilizada con éxito en el tratamiento del dolor en diversos cuadros patológicos, en especial en aquellos casos de dolor por desaferentización. Melzack y Wall (1) ya establecieron en el año 1965 la existencia de controles inhibidores medulares (teoría de la puerta de entrada o “Gate Contro l” ) . Según esta teoría, la neuroestimulación crearía un campo eléctrico dentro del espacio epidural que bloquearía o modularía la entrada de la información nociceptiva, transmitida por las fibras C y A -δ a nivel de la sustancia gelatinosa de Rolando por estimulación de las fibras de conducción rápidas, las cuales no son portadoras de estimulación dolorosa. De acuerdo con esta teoría, Shealey y cols. (2,3) comenzaron a utilizar la estimulación eléctrica para el tratamiento del dolor crónico, para lo cual se valían de la implantación de un sistema de radiofrecuencia cuyos electrodos estaban insertados a nivel de los cordones posteriores de la médula, previa realización de una laminectomía (4). Actualmente, dado los avances tecnológicos existentes, la implantación de los electrodos de estimulación en el espacio epidural se realiza mediante una punción percutánea interespinosa, a la altura metamérica de entrada de la información dolorosa a las astas posteriores, ajustándose su posición intraopera62 SÍNDROME DE IRRITACIÓN MENÍNGEATRAS IMPLANTACIÓN DE ELECTRODOS DE ESTIMULACIÓN E L É C T R I C A MEDULAR: A P R O P Ó S I TO DE UN CASO toriamente siguiendo las indicaciones del paciente. Aunque las complicaciones de esta técnica aparecen en un bajo porcentaje, sí se han descrito, tanto relacionadas con la técnica como puede ser la infección, seromas o erosiones de la piel, la lesión de cordones medulares o raíces nerviosas y el desplazamiento del electrodo o fibrosis local como relacionadas con el sistema técnico como podrían ser el fallo del generador o receptor, o la ruptura o desplazamiento del electrodo (5,6). A continuación procedemos a relatar un caso clínico en el cual, tras la implantación de unos electrodos de estimulación medular para el tratamiento de un cuadro de dolor lumbar crónico postlaminectomía. Se produce un cuadro de irritación meníngea, sin signos de infección comprobados. CASO CLÍNICO Paciente de 32 años sin antecedentes médicos de interés, y con antecedentes quirúrgicos de intervención de amigdalectomía en infancia y artroscopia de rodilla izquierda por rotura de menisco a los 29 años. En abril de 1996 el paciente es diagnosticado e intervenido de hernia discal L4-L5 derecha, realizándose una laminectomía y discectomía L4-L5. Tras la intervención y a las pocas semanas del alta comienza con cuadro de dolor intenso en cara posterior de la pierna derecha (territorio de S1) con parestesia asociada que irradia hasta tobillo. Se realiza tratamiento conservador (tratamiento médico más rehabilitador) sin mejoría de su cuadro, por lo cual es remitido por su médico de cabecera al Servicio de Neurocirugía de nuestro hospital. Visto en la consulta externa de neurocirugía, el paciente sigue refiriendo intenso dolor en cara posterior del miembro inferior derecho con parestesia asociada. A la exploración clínica el paciente presenta cojera con la deambulación a expensas de MID, con dolor asociado, limitación para la extensión y lateralización de la columna lumbar, Lassegue positivo a 50° en MID, con fuerza segmentaria conservada, disminución global de la sensibilidad en MID con reflejos osteotendinosos conservados. Se solicita estudio neurorradiológico donde se observa en la RNM de columna lumbar una rectificación de la lordosis con discreta pérdida de altura del espacio intervertebral L4-L5, acompañado de intensa fibrosis postquirúrg ica derecha al nivel de L4-L5. Se solicita, asimismo, un estudio electromiográfico de miembro inferior derecho donde se pone de manifiesto una afectación residual de la raíz de L5. Dada la mala evolución clínica del paciente, y ante la persistencia del cuadro de dolor imcapacitante, se de63 177 cide realizar nuevo abordaje quirúrgico, para la extirpación de restos discales de L4-L5 derecha y la fibrosis perirradicular de L5 derecha (noviembre de 1996). Aunque la evolución en el postoperatorio inmediato fue sumamente favorable, a los 5 días de la intervención comienza a referir dolor en la zona del tendón de Aquiles derecho, que se desencadena con la carga y con la presión, que se irradia a región gemelar. Tras tratamiento con antiinflamatorios tópicos y sistémicos el dolor remite, sin llegar a desaparecer del todo, En Enero de 1998 el paciente es remitido por el S e rvicio de Neuro c i ru g í a a nuestra consulta externa de la Unidad del dolor, por persistencia de la clínica inicial. Tras valoración del paciente se inicia tratamiento conservador con analgésicos vía oral, antineuríticos y ciclo de infiltraciones epidurales con anestésicos locales y corticoides depot (ciclo de 3 infiltraciones en periodo de 5 semanas), con respuesta parcial; asimismo indicamos estimulación eléctrica transcutánea para uso domiciliario. En un principio, la utilización del TENS (EMPI Epix®XL) produce un alivio significativo del dolor, aunque limitado en el tiempo a unas semanas. Dada la mala respuesta a los tratamientos habituales y la persistencia de la clínica incapacitante, se decide la implantación de un electrodo de estimulación medular. Con técnica habitual, se implanta un electrodo a nivel epidural lumbar bajo control radiológico, del tipo Medtronic® o model 3487A PISCES-Quad®, y se fija con un extremo al nivel del cuerpo vertebral de D10. Previamente a la intervención se realiza profilaxis antibiótica con cefazolina i.v. (1 g previo a cirugía). Durarte el test intraoperatorio, y en los días posteriores el paciente refiere buena parestesia, con significativa disminución del dolor (>60%), por lo que una semana más tarde se implanta generador subcutáneo definitivo Medtronic®, ITREL®II IPG. Durante el postoperatorio no se producen complicaciones destacables. En los siguientes seis meses, el paciente presenta un buen nivel de analgesia, pero a partir de enero de 1999, se produce una alteración de la sensación de estimulación con aumento del dolor. Se revisa el sistema sin encontrar fallo técnico alguno, pero sí un desplazamiento del electrodo en el control radiológico comparado con radiografía previa (extremo en cuerpo vertebral de D11 y lateralización izquierda). Se decide realizar la recolocación quirúrgica del electrodo (febrero de 1999), y ante la imposibilidad de movilizarlo se opta por la retirada del antiguo y colocación de uno nuevo, realizándose, asimismo, profilaxis antibiótica con cefazolina i.v. El intraoperatorio fue del todo normal, sin que en ningún momento se produjera aspiración de LCR a la 178 J. SOBRINO E T A L . hora de realizar las punciones epidurales, teniendo buena respuesta de estimulación tras el test intraoperatorio y durante el postoreratorio inmediato. A las 48 horas el paciente comienza con clínica de cefalea de predominio occipital, malestar general con dolor lumbar ascendente, signos positivos de irritación meníngea (Kerning y Brudzisnky) y vómitos aislados. En ningún momento el paciente presentó fiebre refiriendo sensación de hiperestimulación, por lo que se decide apagar el sistema. A la exploración el aspecto de las heridas quirúrgicas era normal con discreto dolor a la palpación y ligera tumefacción local. Se decide ingreso del paciente para control y tratamiento sintomático. Se solicita analítica general donde no hay leucocitosis (9.500 leucocitos) ni desviación izquierda. A las 24 horas del ingreso el paciente persiste con su clínica, con mayor afectación general, por lo que se decide retirar en quirófano todo el material implantado así como del generador ya presente y limpieza quirúrgica de las heridas. Se toman cultivos de exudados de heridas, de punta de electrodo y de LCR, obtenido por punción estéril. Asimismo se envía muestra para recuento celular y cuantificación de glucosa y proteínas en LCR, siendo el resultado inespecífico, salvo discreta elevación de estas últimas. Se comienza con artibioterapia de amplio espectro de forma ernpírica con ceftazidima (1 g.8 h -1) y vancomicina (l g.l2 h -1). El resultado de los cultivos de LCR, exudado de heridas y punta de catéter fue negativo salvo para un Staphylococus epidermidis, sensible a los antibióticos pautados, presentes en un seroma existente en la zona del generador. Asimismo, se solicitó RNM de columna lumbar y dorsal que fue informada como normal. En ningún momento se repitieron picos febriles. La evolución posterior fue del todo satisfactoria, con desaparición de la sintomatología a las 48 horas de la retirada del material, siendo alta a los 8 días de su ingreso. En el momerto actual, el paciente está pendiente de recolocación de electrodos epidurales para reiniciar terapia de estimulación medular. DISCUSIÓN La prescripción de un sitema de estimulación medular para el alivio del dolor crónico se realiza cuando las terapias conservadoras no han dado resultado, o cuando las necesidades farmacológicas de los pacientes superan los máximos tolerados, y antes de la realización de un tratamiento ablativo. La disminución del dolor tras la implantación de los electrodos de estimulación medular va a estar relacionado con las parestesias que el paciente nota en R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, N.º 3, Abril 2000 la zona dolorosa (7), así como con una buena selección de los pacientes. Según los autores consultados. la valoración de este efecto analgésico se encuentra con dos dificultades fundamentales que serían, por un lado, la dificultad para la propia evaluación, y por otro la perspectiva de los resultados (4). Para la “ National Studies Group for Dorsal Co lumn Stimulation” un resultado excelente significa: —Supresión del dolor (mejoría del 50-75% del dolor). —Reducción sinificativa de fármacos. —Reinicio de la actividad productiva. Para Sweet y cols. (8) el éxito se produce si la mejoría del dolor permite una recuperación total de la actividad, sin utilización de drogas, considerando esta vuelta a la actividad como condición indispensable para considerar exitosa la terapia. Tanto Nielson y cols. (9) como Mazars (10) no admiten esta condición, ya que para ellos el retorno a la actividad está ligado a otros factores independientes del dolor. En cuanto a las posibles complicaciones de la técnica tenemos que la más frecuente sería la migración del electrodo (11,12), con el consiguiente cese de la producción de parestesias en el lugar apropiado. Además se describen otros como la ruptura del catét e r, la infección superficial profunda, fuga de LCR, mal funcionamiento del sistema, seroma subcutáneo o las lesiones en la piel, que aparecen en porcentajes variables según los autores consultados (11 - 1 6 ) . En cuanto al caso clínico anteriormente descrito la implantación de los electrodos de neuroestimulación había logrado una analgesia satisfactoria, con una reducción del dolor mayor al 60% del inicial. Sin emb a rgo, tras unos meses de buena respuesta, la migración del electrodo (comprobada al comparar las radiografias previas) produjo un restablecimiento de la clínica inicial, por variación de la zona a estimul a r, lo que nos obligó a la retirada del electrodo implantado y a la recolocación de uno nuevo. La colocación del segundo electrodo se produjo según la técnica habitual sin incidencias descartables, salvo la necesidad de realizar dos punciones epidurales para la introducción del nuevo electrodo, por la imposibilidad de hacer avanzar el sistema en la primera punción, posiblemente por la fibrosis epidural existente. En ningún momento se produjo la aspiración o salida de LCR. Con la aparición de la sintomatología de meningismo a las 48 horas del postoperatorio, la primera posibilidad que nos planteamos fue la de infección en el material implantado, que ocurre en porcentajes variables que van desde el 4 al 7,9% según las series de los autores consultados (12,13,17,18), sin embargo, la no-exis64 SÍNDROME DE IRRITACIÓN MENÍNGEATRAS IMPLANTACIÓN DE ELECTRODOS DE ESTIMULACIÓN E L É C T R I C A MEDULAR: A P R O P Ó S I TO DE UN CASO tencia de fiebre ni leucocitosis nos hizo ser conservadores y mantener al paciente ingresado bajo vigilancia. Posteriormente, y tras 24 horas de ingreso, la persistencia de la sintomatología inicial nos hizo plantearnos la retirada del sistema implantable, por la posibilidad de empeoramiento súbito en las próximas horas. Durante el acto quirúrgico se extrajeron muestras de exudado de heridas, LCR y se envía a cultivar la punta del electrodo extraído, con el fin de filiar la etiología del cuadro. La negatividad de los cultivos, tanto de los exudados de las heridas como del LCR así como la falta de evidentes signos de infección (meningitis) nos hace pensar en una etiología distinta a la infecciosa, a pesar del aislamiento de un Estafilococo epidermidis e n el seroma existente en la zona del generador, pues esta zona no había sido manipulada durante la implantación del nuevo electrodo. Las posibilidades que nos planteamos como posible etiología de este cuadro son dos: —Por un lado la posibilidad de que durante la implantacion del electrodo, la manipulación del mismo y la dificultad en su introducción hayan ocasionado pequeñas erosiones en la duramadre, con pérdidas de LCR, que en un principio hayan sido de pequeña cuantía (por lo que no se obtenía tras la punción), pero que con la movilización del enfermo (y posiblemente del electrodo) se haya hecho mayor, junto con el hecho de que a lo anterior haya que sumar que el reinicio de la estimulación eléctrica se produjese una situación de hiperirritabilidad meníngea, la cual será la resposable de la sintomatología. —Por otro lado, la posible transmisión de infección a través del cableado desde el reservorio subcutáneo del generador, que en cierta forma estaría encubierta por la administración de la dosis de antibiótico profiláctica, resultando de este modo negativos los cultivos realizados. 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