Los lunes a la sombra

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Los lunes a la sombra
Marta Ricart / Celeste López
ESPAÑA
Los excesos del fin de semana aumentan el absentismo laboral. Ese Hoy no me puedo levantar que
popularizó el grupo Mecano en los años ochenta sigue siendo la música de cabecera, sobre todo de
los lunes, para los que se han extralimitado con la bebida el fin de semana. El resultado, en muchos
casos, es una llamada al trabajo alegando cualquier motivo para retrasar un día la actividad.
Un trabajo de la Fundación de Ayuda para la Drogadicción (FAD) cifra en el 3,1% el porcentaje de
trabajadores que falta a su puesto como resultado de haber ingerido alcohol.
Estos datos coinciden con los de estudios internacionales que apuntan que el absentismo laboral
casi se triplica entre quienes beben en exceso o que el 3%-6% de los trabajadores varones de
países nórdicos (1%-4% de mujeres) dijo faltar al menos una vez en el último año al trabajo por
culpa del alcohol.
El 31% de las bajas laborales de la semana se da los lunes, admite Rafael Manzanera, director del
Institut Català d´Avaluacions Mèdiques (ICAM), dependiente de Salut. Este organismo también
constató que los jóvenes de entre 16 y 24 años son los trabajadores con mayor incidencia de bajas:
hasta el 43% de los varones y el 47,6% de las mujeres afiliadas a la Seguridad Social de esa edad
tuvo alguna baja en el 2007, cuando deberían tener menos problemas de salud que en otras franjas
de edad.
No consta cuántas bajas podrían relacionarse con el abuso de alcohol o drogas. El absentismo
laboral relacionado con el exceso alcohólico se traduciría poco en bajas por incapacidad, pues en la
mayoría de las empresas estas sólo se tramitan para ausencias de más de tres días.
Pese a la falta de datos, en el ámbito laboral existe una percepción de que hay mucho absentismo
vinculado al alcohol, y más los lunes. Y preocupa. La consellera de Salut, Marina Geli, alertó de ello
hace unos días en unas jornadas sobre alcohol en Barcelona.
"No se ha cuantificado si hay más ausencias los lunes y si están relacionadas con el alcohol del fin
de semana, pero existe la percepción de que ocurre", señala Javier Ibars, director de relaciones
laborales y asuntos sociales de Foment de Treball. "Las empresas citan a menudo este problema,
porque, sobre todo para las de pequeño tamaño, la falta de un trabajador un día comporta muchos
problemas", agrega Josep Hallado, responsable de relaciones laborales en la Pequeña y Mediana
Empresa de Catalunya (Pimec).
Un informe de la Comisión Europea (CE) indica que el 5% de los hombres y el 2% de las mujeres
que beben alcohol admiten que tuvo repercusiones en su trabajo o estudios el último año,
porcentaje que se eleva al 10% entre los menores de 30 años de Gran Bretaña e Irlanda.
Una encuesta de Comisiones Obreras (CC. OO.) revela que la mayoría de los trabajadores
considera el alcohol una sustancia peligrosa no sólo para el compañero que consume en exceso,
sino también para el devenir del trabajo. Los problemas que detectan son fundamentalmente dos: la
baja productividad y el absentismo laboral.
La citada encuesta, realizada en el año 2006 en 327 empresas y a más de 800 empleados, apunta
que una mayoría de los trabajadores cifra en un 5% el porcentaje de compañeros que consumen
"mucho" alcohol, la mayor parte de los cuales pertenecen a los "consumidores de riesgo" de los
sectores industrial, de servicios, construcción y agricultura.
La dirección empresarial no es ajena a este problema. Según este trabajo, la mitad de las empresas
se ha planteado el problema del alcohol, preocupación que depende del tamaño de la empresa:
poco en las pequeñas (33%) y mucho en las grandes (63%) y muy grandes (78%). En general, fue
la propia dirección la que propuso intervenir, aunque en la mayoría de los casos esa intervención se
refería a casos aislados.
¿Por qué esa preocupación por el alcoholismo por los agentes laborales si el consumo se suele
realizar fuera del recinto? En el caso de los trabajadores, explican desde UGT, porque si un
compañero bebe en exceso, repercute en la salud del bebedor y también pone en peligro las vidas
de los demás. Además, al bajar su productividad, la carga del trabajo recae en sus compañeros.
Lo mismo ocurre con el absentismo, ya sea de un día o de varias jornadas. El absentismo por el
alcohol se diluye en el grave problema de absentismo y numerosas bajas, en general, que dicen
tener las empresas.
Las preocupaciones de estas van encaminadas a las pérdidas económicas: Pimec ha estimado que
los costes del absentismo laboral ascienden a 2.677 millones de euros en Catalunya y 12.800 en
toda España.
Ibars se lamenta de que los empresarios no disponen de mecanismos para verificar si las bajas de
corta duración, ya no digamos una ausencia de un día, están justificadas. El ICAM se ha
comprometido a ampliar la inspección, pero no se espera que pueda verificar las ausencias de
pocos días.
Ahora, ante ausencias cortas, las empresas pueden aplicar descuentos de sueldo o expedientes. Si
las ausencias o bajas son reiteradas (y se consideran no justificadas), puede ser causa de despido.
Algunas empresas prefieren recurrir a incentivos a los empleados que no llegan a determinado
número de días de baja al año.
Ibars critica igualmente que las empresas no tienen margen para detectar el problema del abuso del
alcohol o de otras sustancias adictivas entre sus trabajadores. La mayoría tampoco prevé
mecanismos de prevención o de resolución de la dependencia. Una idea sería, en la línea de los
tratamientos del tabaco, que las empresas se implicaran más en las terapias de deshabituación,
incluso costeándolas en parte.
FUENTE: La Vanguardia / Ciudadanos / Artículo 21 de abril de 2008
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080421/53457214832.html
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