PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE PSICOLOGÍA Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana MARÍA ALEJANDRA GUZMÁN GUZMÁN Profesora Guía: María Isidora Mena Edwards Tesis presentada a la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, como requisito para optar al grado académico de Magíster en Psicología Diciembre, 201 O Santiago, Chile. Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la R egión M etropolitana Índice Resumen ... ... . .. ... ..... . ... . ... ... .. .. .. . .. ... .. . ... ... .. ...... .. ..... .. . ... .. ...... . .. ... . ..... . ... .. .V Introducción . ... .. ... . ............ . . .... .. .... . ..... . . ...... .. . . .. ... .... .. ... .. . ....... . ..... .... .. .. .. VII Antecedentes . . .. ... .... . .. .... . . ... .. .. .... .. . ... . .. .. . .. . ... .. . .... ....... ..... . .. . . ... . .. .. . ... . . .. . .IX Políticas educativas chilenas para la de gestión de ambientes que favorezcan un clima escolar positivo ..... .......... ... . ....... . . .. ..... . .. . . .. .............. . ............ .... ..XI Gestión del director. . ..... . .. .. .. .. ..... .... . .... .. . .. ... . .. ....... ... .. .. ....... .. ... ... ...... XIII Método . . .. . . ... .. .. ...... . .. .. . ........ .. .... . . .. ..... . ..... . . .... . ... .. .... ............ ...... .... . .. .. .XV Resultados . . .. . .. .... .. . .. .. ..... ... ... ... .. . ... . . .. .. .. . . .. . ..... .. .... .. . ...... .. ... ... . .. ..... ...... XVI Foco de la gestión del director: mejores aprendizajes y/o promoción de un buen clima escolar. .... .. .. . . ... ... ... .. ... . .. .. .. ......... . .. ...... ........ . . ... ...... .. ...... ..... ... XVI El clima escolar es parte de la gestión del director . . .. ... .. ........ .. ............ . ........ XVII Clima escolar: Un sentirse bien que invita a trabajar y a aprender .. ....... ...... ........ XIX Fortalezas percibidas sobre el clima escolar en las escuelas . ...... .. .. .......... ... ... .. .XXI Elementos tensionantes del clima escolar. .. .. .. . . . . ... ......... ...... . .. .. .. .. .. . ......... XXII Acciones desarrolladas para la promoción del clima escolar .. . .. . .. . .. . . ..... . ......... XXV Discusión ... . ...... .. . ....... . ... .. .. .. .. .. ..... . .. . .. . . .. ..... . .. .. . ... .... . .. .. . . ....... ........... XXVI Gestión del clima y aprendizaje está incorporado en el discurso directivo ..... .... . . ......... . .. . .......... . ... .. . .... .... . .. ........ . .. ......... .... . .......... XXVI Concepción sistémica o lineal del clima y su relación con el aprendizaje .......... XXVI Comprensión del clima como constructo y como ámbito a gestionar centrado en el bienestar de los docentes . .. .. . ... ... . ...... ... .. ... .... . .. .... . .. ..... . .... .... ..XXVIII Percepción de fuentes de tensión que aparecen fuera de las posibilidades de gestión . ... ..... .......... . . . ... ... . .... ...... .. .. . ..... .... . .. ....... .... ........ ....... ... . .... XXX Perspectivas a futuro . . .. . ...... ....... .. . . . . .......... .. ..... . ... ... .. .. ..... ........ ..... .. XXXII Referencias ... .. . .. . . .. . ....... . . . . . .... ..... .. .......... ... . .. . . .......... ..... . .. .... ........... .XXXIV IV Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Resumen Se presentan los resultados de un estudio exploratorio que indagó en el grado y cualidad de espacio dado al tema del clima escolar en las labores de gestión que dicen ejercer los directores de escuelas municipales. El estudio se realizó entre los años 2008 y 2009, con un enfoque cualitativo, usando como técnica de recolección de información la entrevista en profundidad. Participaron diez directores de escuelas municipales de una comuna de la región metropolitana que presenta altos índices de vulnerabilidad1. A partir de un análisis de contenido, los resultados son presentados describiendo los focos de la gestión de los directores y el lugar que ocupa la construcción del clima escolar en ellos, los significados asociados al concepto clima, su relación con los logros de los estudiantes y el quehacer de los docentes, las fortalezas y tensiones percibidas respecto del clima escolar en las escuelas. Finalmente, se discuten los resultados buscando dar ideas a la política educativa en estas materias y posicionándolas, como un área clave a potenciar en la búsqueda de mejoras de los aprendizajes escolarei. Palabras claves: Gestión directiva, clima escolar, política educativa, convivencia escolar. 1 Índice de vulnerabilidad del establecimiento (IVE-SINAE) es un indicador que refleja la condición de riesgo de los estudiantes de cada establecimiento. Su cálculo y medición es realizado por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), organismo que informa que en el año 2008 el IVE-SINAE de la comuna en que se desarrolla este estudio asciende al 84% (JUNAEB, 2010) 2 Este estudio fue realizado gracias al financiamiento de CONICYT a partir de la adjudicación de la Beca de Magister en Chile. V Clima escolar en el marco de la gestión directil'a de escuelas municipales de la Región Metropolitana Abstract Presented are the results of an exploratory study enquiring into the degree and quality of space given to the issue of school climate on the headmaster's management tasks of public schools. The study was conducted between the years 2008 and 2009, with a qualitative approach, using in-depth interviews to collect information. Ten headmasters participated in the stydy. They belong to public schools in one area of the metropolitan regían which show high levels of vulnerability. From a content analysis, the results are presented describing the focus of the headmasters' management and the place the construction of the school climate had in it. Furthermore, the meaning associated with the concept of climate, its relationship with the achievements of students and teachers' work, the strengths and tensions perceived with respect to school climate. Finally, the results are discussed in an attempt to look for ideas for educational policy in these areas, placing them these as key factors in arder to achieve improvements in school learning. Keywords: Headmaster's management, school climate, educational policy, school coexisten ce VI Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Introducción En la actualidad ha aumentado exponencialmente el interés de distintos sectores por conseguir mejoras en la calidad y equidad de los aprendizajes en el contexto escolar. La necesidad de intencionar procesos de cambios educativos ha relevado el aporte que las investigaciones pueden hacer al identificar aquellos factores que inciden en los niveles de aprendizajes escolares que logran los estudiantes, siendo el clima escolar uno de los que ha sido relevado por diversos estudios. Entre ellos, el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación LLECE, organismo coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), plantea que el clima escolar es la variable que demuestra el mayor efecto sobre el rendimiento en lenguaje y matemáticas (Cassasus et al., 2001). Ello es corroborado en un segundo estudio realizado por este organismo, que señala que la variable clima escolar es la que ejerce una mayor influencia sobre el rendimiento de los estudiantes, haciendo una contribución que favorece la disminución de las desigualdades en los aprendizajes asociadas a diferencias por nivel socioeconómico (Valdés et al., 2008). En relación con lo anterior, la línea de investigación desarrollada por el estudio de las escuelas efectivas, en aquellas que independiente de las condiciones de origen de sus estudiantes consiguen buenos resultados, muestran que un clima escolar positivo no sólo beneficia los logros académicos de los estudiantes, sino que se asocia también al desarrollo de una atmósfera de trabajo que favorece la labor de los docentes y el desarrollo de la organización escolar (Arancibia, 2004; Bellei, Muñoz, Pérez y Raczynski, 2004). En tanto el clima se ha visto relacionado con el aprendizaje (Valdés et al., 2008; Casassus, et al., 2001), profesores y directores de establecimientos han sido llamados desde la política educativa a gestar climas propicios para el aprendizaje y bienestar de los miembros escolares (Ministerio de Educación [MINEDUC] , 2003, 2005). Sin embargo poco se sabe sobre la medida en que los directores asumen la construcción de contextos escolares favorables para el logro de los aprendizajes escolares, cómo lo abordan y cuáles son las tensiones que encuentran en este eventual quehacer. Es posible pensar en dificultades en tal gestión, a partir de los indicadores respecto del al desgaste profesional de los docentes (Becerra, Sánchez y Tapia, 2007) y las situaciones de violencia vividas en las VII Clima escolar en el marco de la gestión directil•a de escuelas municipales de la Región Metropolitana escuelas (UNESCO, 2005; Organización de Estados Iberoamericanos [OEI], 2007), dando cuenta de problemáticas en la convivencia escolar. El estudio que a continuación se presenta, indaga en las inquietudes antes planteadas, aquellas relativas a la construcción del clima escolar en el marco de la gestión directiva. Específicamente indaga qué espacio ocupa el tema del clima encolar dentro de las labores de gestión que desempeñan los directores, cómo es comprendido este concepto, qué papel le asignan dentro de la vida escolar, cómo lo relacionan con los aprendizajes que logran sus estudiantes, cómo lo vinculan con la labor que desempeñan los docentes y cuáles son las tensiones que perciben respecto de este tema. Este estudio espera aportar con ideas que inspiren la política pública educativa y a los profesionales de la educación, en la gestión de ambientes institucionales propicios para alcanzar las anheladas mejoras en los aprendizajes. A continuación se presentan algunos marcos conceptuales para comprender el estado del arte del concepto de clima escolar. Luego se realiza una descripción de los principales lineamientos desarrollados por la política educativa para la gestión de ambientes que favorezcan un clima escolar positivo; y se exponen algunos antecedentes sobre la gestión de directores, aludiendo particularmente al clima escolar como dimensión a considerar en el quehacer directivo 3 . 3 Para consultas sobre los datos recabados en este estudio escribir a mauuzman@uc.cl VIII Clima escolar en el marco de la gestión directil'a de escuelas municipales de la Región Metropolitana Antecedentes El constructo de clima escolar tiene como precesor el estudio de las organizaciones en el ámbito laboral, a partir de finales de la década del '60, a través del concepto de "clima organizacional" (Tagiuri y Litwin, 1968; Schneider, 1975). Este surge como parte del esfuerzo de la psicología social por comprender el comportamiento de las personas en el contexto de las organizaciones, asociado a la aplicación de la teoría de sistemas. Vega, Arávalo, Sandoval, Aguilar y Giralda (2006) plantean que en las últimas décadas se ha desarrollado un creciente interés por el estudio del clima organizacional, asociado a su inclusión como indicador de la calidad de la gestión de las organizaciones y como uno de los elementos básicos para potenciar procesos de mejoramiento al interior de estas. Una definición de clima organizacional que ha sido útil para los procesos de fortalecimiento de las organizaciones es el que propone Rodríguez (2004). Este autor plantea que el clima organizacional corresponde a las " ... percepciones compartidas por los miembros de una organización respecto al trabajo, al ambiente físico en que éste se da, las relaciones interpersonales que tienen lugar en tomo a él y las diversas regulaciones formales que afectan a dicho trabajo" (p.14 7). Asimismo grega que estas percepciones tienen un gran impacto sobre el comportamiento de los miembros de la institución, teniendo consecuencias en la disposición a participar activa y eficientemente en el desempeño de las labores, influyendo además, en el grado de compromiso e identificación de los miembros con la institución. En el ámbito escolar, el concepto de clima permite contar con un indicador de la calidad de vida al interior de las escuelas. Refiere a la percepción de sus miembros respecto del ambiente en que desarrollan sus actividades habituales, las relaciones interpersonales que establecen y el marco en que se dan tales interacciones (Arón y Milicic, 1999). Así, el clima escolar alude a la valoración que se hace de la vida cotidiana en las escuelas, siendo un indicador de la calidad de la convivencia escolar (Mena, Milicic, Romagnoli y Valdés, 2006). Fernando Onetto (2003), coordinador del programa nacional de convivencia escolar de Argentina, señala que esta variable permite comprender la escuela no sólo desde las expectativas sociales que se han puesto en ella, sino que desde las esperanzas y necesidades humanas de sus miembros. Ello se vuelve particularmente relevante al considerar la IX Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana enseñanza-aprendizaje como un proceso relacional, que para ser efectivo, reqmere desarrollarse bajo ciertos parámetros de bienestar psicológico, éticos y emocionales de sus miembros. De esta forma, sobre un cierto umbral, se vuelve viable pensar en la posibilidad de enseñar y aprender en formación académica y socioafectiva. Es interesante reconocer que el clima escolar no necesariamente es percibido homogéneamente por todos los miembros de la institución educativa. Asociado a ello, el estudio del clima puede estar centrado en los procesos que ocurren en algún "microespacio" escolar, como el aula o en el ambiente organizacional general vivido por profesores y directores. De esta manera, es posible reconocer la existencia de microclimas, percibidos como más positivos que el general, siendo espacios protectores ante la influencia de otros más negativos (Arón y Milicic, 1999b). El estudio del clima en el contexto escolar ha arrojado resultados que muestran como este constructo se asocia con importantes aspectos de la vida de estas instituciones. De este modo, se le ha relacionado con la capacidad de retención de las escuelas de sus estudiantes y docentes, favoreciendo lo que se ha llamado apego escolar (Alcalay, Milicic y Torreti, 2005). También se le ha relacionado con el bienestar y desarrollo socioafectivo de los estudiantes, mostrando que este resultaría potenciado o frenado dependiendo si en el establecimiento se presenta lo que ha se ha descrito como un clima social más bien tóxico o nutritivo (Arón y Milicic, 1999b). En cuanto a los docentes, la calidad del clima inside en la motivación por desarrollar su trabajo, el sentido de autoeficacia, sentirse valorado y estimulado, el compromiso con la escuela y la atención dada a los propósitos de la institución (Raczynski y Muñoz, 2005; Arón y Milicic, 2000). Pese a la relevancia de este actor y como la calidad del clima inside en su quehacer, existen indicadores que hacen pensar en una mala calidad de vida al interior de las escuelas. Los docentes triplican las tasas de depresión y otros trastornos emocionales respecto de la población adulta en Chile (Becerra et al., 2007), según los hallazgos de diversos estudios en esta línea (Rubio, 2003; Valdivia et al., 2000; Cifuentes 1995). Un estudio indica que entre las fuentes generadoras de licencias por diagnósticos asociados a la salud mental, los profesores mencionan dificultades respecto de las relaciones interpersonales entre ellos, alumnos y apoderados; las condiciones labores, señalando el alto número de alumnos por curso y la inadecuación de los espacios fisicos; X Clima escolar en el marco de la gestión directi••a de escuelas municipales de la Región Metropolitana junto al manejo de situaciones conflictivas (Corvalán, 2005). Otro estudio indica como fuente de tensión para los docentes, el percibir su trabajo caracterizado por la competitividad, falta de tolerancia y colaboración, dificultades para extemalizar afectos, falta de reconocimiento y tiempo, la tensión laboral por aumento de trabajo y atención de necesidades educativas especiales (Becerra, 2005). Por otra parte, existen diversos estudios que reconocen la existencia de un clima escolar positivo como condición necesaria para lograr buenos aprendizajes, relevando lo que ocurre en el aula, especialmente la relación profesores-alumno (Casassus, 2001 ; Valdés et al., 2008). El estudio de las escuelas efectivas, otorga también al clima un rol central en el logro de buenos resultados de aprendizaje (Raczynski y Muñoz, 2005). Un estudio realizado por Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) releva el papel que juega el clima a nivel de la organización escolar, describiendo las escuelas efectivas como poseedoras de una ética de trabajo, favorecedoras de altos grados de compromiso por parte de sus miembros, donde se reconocen los logros, existe una evaluación responsable, el trabajo es coordinado, se maneja en forma clara y explícita la disciplina, se brinda soporte emocional, existe aprendizaje organizacional, entre otros (Bellei et al., 2004). Arancibia (2004) agrega que en estas escuelas se desarrolla una gestión que consigue altos niveles de cohesión y espíritu de equipo entre los profesores; un medio de trabajo entusiasta, agradable y desafiante para estudiantes y profesores; compromiso por desarrollar relaciones positivas con alumnos y padres; atmósfera agradable con énfasis en el reconocimiento y valoración. Políticas educativas chilenas para la de gestión de ambientes que favorezcan un clima escolar positivo. En concordancia con la investigación, la política educativa chilena ha intencionado mejorar la calidad de vida en los establecimientos, siendo el clima escolar un indicador de ello, del estado de la convivencia. Su fortalecimiento ha sido promovido a partir de lineamientos y proposiciones de marcos que guíen la acción de directivos. La publicación de la Política de Convivencia Escolar (MINEDUC, 2002a) y la Política de Participación de Padres, Madres y Apoderados/as (MINEDUC, 2002b), en lo que refiere a la relación XI Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana familia-escuela. Otras orientaciones se han dictado a través del Marco para la Buena Enseñanza (MINEDUC, 2003) y el Marco para la Buena Dirección (MINEDUC, 2005), los cuales proponen estándares para el desarrollo y evaluación profesional de docentes y directivos, dando un rol protagónico a estos actores en cuanto gestores del ambiente del aula y de la escuela respectivamente. En cuanto a la creación de un clima positivo en el aula, este refiere al entorno de aprendizaje generado por el profesor en el que tienen lugar los procesos de enseñanza y aprendizaje (MINEDUC, 2003). Respecto de la gestión del clima institucional y de convivencia, se plantea que es uno de los factores en los que el director puede influir más directamente, favoreciendo la motivación y el compromiso de la comunidad educativa en el aprendizaje organizacional, relevando el rol de este actor en la generación de climas organizacionales adecuados para potenciar el proyecto educativo y los logros de aprendizaje escolares. Por otra parte, el SACGE, como sistema de aseguramiento de la calidad de la gestión escolar (MINEDUC, 2007), plantea un modelo que distingue como área central de procesos la gestión curricular, mientras la convivencia y apoyo a los estudiantes se constituye como un área que orienta y crea los soportes para la buena implementación de la propuesta curricular de los establecimientos. Esta última área refiere a las " ... prácticas que lleva acabo el establecimiento educacional para considerar las diferencias individuales y la convivencia de la comunidad educativa favoreciendo un ambiente propicio para el aprendizaje" (p.6). Otra área de procesos de este modelo, es recursos, donde se hace mención a las prácticas ejercidas para asegurar el desarrollo de los docentes y el establecimiento de mecanismos para reconocer el desempeño y aporte de los diferentes actores de la comunidad educativa. A su vez, la ley de Subvención de Educación Preferencial (MINEDUC, 2008) ha adjuntado recursos por cantidad de estudiantes vulnerables atendidos por las escuelas, posibilitando el desarrollo de planes de mejoramiento, donde la convivencia escolar es una de las áreas definidas como centrales en el desarrollo de acciones. En el año 201 O el énfasis ha estado en lograr reglamentos que den contención al quehacer de la escuela, describiendo las conductas apropiadas para una convivencia pacífica y delimitando las responsabilidades que les competen a las escuelas desde una perspectiva legal (Al varado, Cruz y de la Maza, 201 0). Siguiendo esta línea, se está XII Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana trabajando en el desarrollo de una ley de violencia escolar (Proyecto de ley sobre violencia escolar, 201 0). Gestión del director. En los últimos años ha cobrado una creciente relevancia en Chile la gestión escolar en general y la gestión del director en particular, como factores a considerar en la búsqueda de mejoras en la calidad de los aprendizajes escolares (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en el reporte realizado para Chile [OECD], 2007; Maureira y Cardemil, 2003). Ello se apoya, al menos en parte, en los hallazgos del estudio de las escuelas efectivas, los que consideran la gestión organizacional y el quehacer del director como parte de las variables que explican el logro de buenos resultados de aprendizaje (Raczynski y Muñoz, 2005; Arancibia, 2004; Bellei et al. , 2004). Una de las expectativas puestas en la labor del director es superar la mera dimensión de la administración escolar, para centrarse en la conducción pedagógica de los procesos educativos y la búsqueda de la generación de un clima de trabajo adecuado para docentes, alumnos y sus familias (Maureira y Cardemil, 2003). Expectativas distantes de cómo, incipientes estudios en este tema, han planteado la representación de los directores sobre el ejercicio de su roL Así, Maureira y Guerrero (2003) señalan que los directores de escuela continúan dedicando gran parte de sus energías al desarrollo de labores administrativas. Ello es apoyado por la visión de los profesores respecto de las tareas que desarrollan los directores, indagada en un estudio realizado por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación ([CIDE], 2001), en cuanto perciben con un menor grado de visibilidad aquellas labores vinculadas al apoyo de procesos pedagógicos y la supervisión de las clases. En relación con la inclusión del clima escolar como variable a gestionar por los directores, existe escasa evidencia. Maureira y Guerrero (2003) afirman que entre las preocupaciones de este actor, se encuentra el asegurar condiciones mínimas para el trabajo de los docentes y que tienden a considerar como una fortaleza de las escuelas, el contar con un clima escolar positivo. Ello es referido por los autores como un discurso que no se transforma en acciones concretas, dando cuenta de una desconexión con las necesidades de los docentes. Por otra parte, Milicic, Aron y Pesce (2003) realizan un estudio respecto de cómo los directores se representan el rol que desarrollan respecto a la convivencia escolar y XIII Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana la violencia. Entre los hallazgos de este estudio se revela que los directores perciben un deterioro de la convivencia escolar y por tanto del clima escolar, asociado a un aumento de la violencia en las escuelas. Los directores perciben que ello es acentuado por las autoridades de educación, quienes no ofrecen apoyo en situaciones críticas, se sobrefocalizan en los aspectos cognitivos y burocráticos, promueven un clima de competitividad a partir de las evaluaciones desarrolladas por el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE), ofrecen condiciones laborales a los docentes que descuidan sus necesidades, dando cuenta de la primacía de criterios económicos por sobre los criterios pedagógicos. XIV Clima escolar en el marco de la gestión directil•a de escuelas municipales de la Región Metropolitana Método El estudio se desarrolló con un enfoque cualitativo, de carácter exploratorio. Participaron 1O directores de escuelas municipales de una comuna de la Región Metropolitana que presenta un alto índice de vulnerabilidad de sus estudiantes, superior a un 80% (Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas [JUNAEB], 2010). Fueron seleccionados por un criterio de heterogeneidad, según los resultados que han obtenido en la prueba SIMCE los establecimientos en los que se desempeñan. Se utilizó el promedio nacional y comunal como criterio de segmentación de las escuelas, 250 y 237 puntos respectivamente, seleccionando aquellas extremas: las que presentaron los más altos y bajos resultados en el año 2007. Las entrevistas fueron realizadas en el establecimiento en que se desempeña cada participante del estudio. Para procesar la información se realizó un análisis de contenido que consta de en una serie de etapas sucesivas y recursivas (Navarro y Díaz 1995). El análisis comenzó estableciendo unidades básicas o códigos acorde a .los intereses del estudio, así también se contempló la identificación de unidades básicas emergentes. Se agruparon los códigos en categorías a partir del reconocimiento de relaciones de contenido, se elaboraron informes descriptivos y finalmente, se realizó un análisis interpretativo de los datos. XV Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Resultados Foco de la gestión del director: mejores aprendizajes y/o promoción de un buen clima escolar. Es posible reconocer tres distintos énfasis que los directores imprimen a su gestión y les distingue entre si: los que declaran centrarse en el logros de mejores aprendizajes, utilizando como indicador de ello los resultados de la prueba SIMCE; aquellos que se focalizan en la promoción de un buen clima o convivencia escolar (de buenos tratos, organizado, con un buen ambiente de trabajo para los docentes y seguro para los estudiantes) y los que ponen el acento en ambos aspectos. La mayor parte de los directores afirma ocuparse tanto de los aprendizajes como del clima escolar, correspondiendo tanto a escuelas de la muestra que obtienen los más altos y bajos resultados a nivel comunal en la prueba SIMCE. Un grupo menor, plantea un quehacer más centrado en el fortalecimiento del clima o la convivencia, concibiendo esta labor como el establecimiento de condiciones mínimas que permitan focalizar luego el trabajo en el logro de mejores resultados de aprendizaje. Estas escuelas pertenecen al grupo de más bajos resultados. Por otra parte, un director perteneciente al grupo de los más altos resultados, afirma que sólo se ocupan del logro de aprendizajes, puesto que no cuentan con funcionarios que puedan ocuparse del clima y convivencia y además, existiría una ~uerte de legado de la dirección anterior respecto de este tema, quien imprimió un alto grado de organización a la escuela. XVI Clima escolar en el marco de la gestión directil'a de escuelas municipales de la Región Metropolitana El clima escolar es parte de la gestión del director. Cuando se les pregunta a los directores sobre el uso del tiempo, las labores mencionadas con mayor frecuencia son relativas al quehacer pedagógico de la escuela, seguido de las labores administrativas y aquellas asociadas a la convivencia o clima escolar. El quehacer pedagógico es referido, por la mayoría de los directores, como aquello que se espera de la labor del director, aludiendo a organizar las actividades curriculares, atender los resultados de aprendizaje de los niños e involucrarse en las reuniones de profesores donde son abordados estos temas . Sobre esto último algunos directores, pertenecientes a escuelas del grupo que obtiene los más altos resultados SIMCE, declaran asumir un rol protagónico. Uno de ellos, señala ejercer un liderazgo pedagógico, otro, afirma sentirse responsable de conducir el proceso técnico pedagógico con los profesores. Otras labores que ocupan una importante parte del tiempo son administrativas, asociándose a requerimientos de entidades externas a la escuela y que su cumplimiento exige desarrollar estrategias que permitan equilibrar el uso del tiempo. Por otra parte, hay quienes mencionan labores que asocian a la convivencia o clima escolar, específicamente al establecimiento de normas que ayuden a regular la conducta de los niños, a intervenir en la solución de problemas disciplinarios y velar por su bienestar en la escuela. También, un grupo menor señala como preocupación por el clima, el cuidado de las relaciones interpersonales con y entre los profesores. Ello es descrito como procurar tener un buen trato, estar informado de su bienestar y dificultades, junto con organizar el quehacer en la escuela. Este cuidado de las relaciones involucra también lo pedagógico en labores como el reemplazo de profesores ausentes, la búsqueda de cambios en la práctica de los docentes y el apoyo a sus dificultades. Uno de los directores además, narra su interés por alcanzar una cercanía con los docentes a partir del desarrollo de un diálogo profesional, donde el quehacer pedagógico es el núcleo de la relación que establece con ellos. Este directivo, pertenece a una de las escuelas de mejores resultados SIMCE de la comuna. Ahora bien, al consultar sobre las labores consideradas de mayor relevancia para el buen funcionamiento de la escuela, lo que se menciona con mayor frecuencia es el cuidado de las relaciones interpersonales, especialmente con y entre los docentes. Esto, además de ser percibido como relevante, se relaciona estrechamente con aquello que más XVII Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana frecuentemente es mencionado como lo que les gusta hacer: dialogar con los profesores e informarse del bienestar y aprendizaje de los estudiantes . En segundo lugar mencionan el ocuparse del quehacer pedagógico de la escuela, atender lo curricular y procurar la superación de los logros de aprendizaje de los niños. Los directores perciben que la calidad de los vínculos con y entre los docentes, incide en el compromiso de los profesores con la escuela, en la posibilidad de instalar procesos de cambio, en poder convencerlos de la necesidad de estos, comprender sus prácticas y apoyar sus falencias protegiendo su bienestar en las dificultades cotidianas y facilita que pidan ayuda ante sus dificultades profesionales. También perciben una relación entre la calidad de la relación con y entre los docentes y su interés por los aprendizajes de los estudiantes. Sintetizando todo lo anterior, hay quienes expresan que la calidad de estas relaciones repercute en las posibilidades de la institución de cumplir sus metas. Todo este quehacer se desarrolla teniendo como contexto y condicionante la percepción de cada director sobre cómo era la escuela al inicio de su gestión. Casi en la totalidad de los casos, los directores mencionan haber detectado al llegar importantes dificultades asociadas al clima escolar. Las de mayor frecuencia dicen relación con la percepción de un deterioro de las relaciones interpersonales entre los docentes, una desunión en que primaba un trato frío y hostil. En algunos casos ello es atribuido a la formación de alianzas entre el profesorado a partir de la adhesión a uno u otro miembro del equipo directivo. Estas alianzas parecen dejar huellas en el tiempo; se legitiman formas de relación que refuerzan la desunión del equipo docente, mientras algunos se aíslan y son tildados como conflictivos. Otras dificultades respecto del clima escolar, se relacionan con un bajo nivel de organización evidenciado en aspectos como la ausencia de un proyecto educativo compartido, la falta de claridad de las funciones que desempeñan los docentes, uso poco eficiente del tiempo y carencia de regulación en la participación de los apoderados en la escuela. Cabe señalar, que las dificultades de relación entre los docentes al inicio de la gestión del director son descritas en todas las escuelas, mientras que las dificultades asociadas a la organización de la escuela, se percibieron en establecimientos de más bajos resultados SIMCE a nivel comunal. La mayoría de los directivos percibe que se ha mejorado en estas dificultades respecto del inicio, incluso aquellos que estiman que aún persisten dificultades en la relación. XVIII Clima escolar en el marco de la gestión directil'a de escuelas municipales de la Región Metropolitana Clima escolar: un sentirse bien que invita a trabajar y a aprender. La totalidad de los directores entrevistados afirma que el clima escolar alude a la calidad de las relaciones humanas entre los distintos actores escolares. Sin embargo, al profundizar en este tema sus opiniones hacen pensar que la centralidad de este concepto apunta a la calidad de las relaciones entre los funcionarios de la escuela, especialmente entre los docentes. Otro elemento definitorio del concepto de clima escolar mencionado es la organización del quehacer de la escuela, que lo refieren fundamentalmente al grado en que existe claridad sobre las funciones de quienes trabajan en ella y respecto de los objetivos que esta persigue. También el grado en que todos están dispuestos a trabajar por los objetivos de la escuela. Cabe señalar que el término clima y convivencia escolar son usado en muchos casos en forma indistinta por los directores entrevistados. Sin embargo, las distinciones que realizan los directores hacen pensar que el término convivencia es más bien utilizado para referir a la calidad de las relaciones y a la claridad del funcionamiento de la escuela considerando a todos los actores escolares. Clima escolar, en cambio, aparece como un concepto que releva el carácter organizacional de la institución. Cuando se refieren específicamente al ámbito de la sala de clases, utilizan el término clima de aula. Al referirse a los factores determinantes de la calidad del clima, los directores aluden a las actitudes y acciones de quienes forman parte de la escuela, especialmente de quienes trabajan en ella. Sin embargo, al profundizar en ello, la mayoría de los directores atribuye a elementos de su gestión un rol preponderante. Específicamente al grado en que logran claridad respecto de los objetivos de la institución, cómo van guiando a los docentes para que trabajen acorde a ellos, cómo se les hace partícipes de los procesos de la escuela y la calidad del trato que dan a los profesores en cuanto al respeto y acogida de sus necesidades. Hay quienes mencionan también, la importancia de dar espacios a sus dirigentes gremiales. Las actitudes de los profesores también son nombradas como determinantes de la calidad del clima: su disposición para realizar el trabajo, exigirse más, innovar, características de personalidad en cuanto a la disposición a integrarse o aislarse del equipo XIX Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana docente y la capacidad para tolerar el fracaso y sobreponerse a ello. Uno de los directores menciona la influencia de las historias de vida de los docentes, particularmente las experiencias de maltrato en la infancia que se perpetuarían en malos tratos a los alumnos. Otros aspectos determinantes en la construcción del clima escolar mencionados por algunos directores son: la forma en que se abordan los conflictos, la medida en que se cuenta con los funcionarios necesarios para desempeñar las funciones requeridas, la disponibilidad de tiempo y espacio para que quienes trabajan en la escuela puedan compartir, el grado en que son reconocidos los logros de la escuela y la formación que tienen los niños en el hogar. Según la opinión de la mayor parte de los directores entrevistados, la calidad del clima escolar incide en la labor del profesor, en cuanto repercute en su ánimo, compromiso y disposición para desempeñar un buen trabajo. Si el clima escolar es percibido como positivo, los docentes estarán más dispuestos a desarrollar un trabajo colaborativo, establecer un diálogo profesional nutritivo, reconocer sus dificultades, pedir apoyo al interior del establecimiento y poner sus esfuerzos al servicio del logro de los objetivos de la escuela. Por el contrario, uno de los directivos afirma, que un clima escolar percibido como negativo actuaría como una suerte de respaldo para el no cumplimiento de las responsabilidades profesionales. Algunos directores mencionan que en cuanto a la labor en el aula de los docentes, la calidad del clima influiría en las actitudes que ellos tienen con los alumnos, en la forma en que organizan la clase y, en consecuencia, en la disposición de los alumnos hacia los aprendizajes. En cuanto a ellos, interesa que tan confiados y motivados estén, permitiendo que el clima actúe como una antesala a los aprendizajes. Finalmente, dos directores relacionan la calidad del clima con la capacidad de retención de las escuelas de su personal docente, asociado al compromiso que se genera con la escuela cuando un profesor se siente bien en ella. XX Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Fortalezas percibidas sobre el clima escolar en las escuelas Al opinar sobre la calidad del clima percibido en su escuela, los directores se centran en la calidad de ciertos aspectos de su relación con los profesores. Algunos valoran positivamente que prime el diálogo y buen trato con ellos pese a los conflictos que puedan presentarse. También valoran la confianza que depositan los docentes en ellos, acudiendo para expresar sus dificultades personales y profesionales. Otros comentarios relevan la participación y colaboración de los docentes con las necesidades que ellos expresan junto a las muestras de reconocimiento que han hecho a su gestión. Un grupo menor de directores, valora positivamente la calidad de las relaciones que establecen con los auxiliares, específicamente el poder dialogar y acordar conjuntamente las acciones en la escuela. En cuanto a la apreciación que tienen los directivos entrevistados respecto de la relación entre los docentes de su escuela, se mencionan escasos aspectos positivos. Quienes aluden a ello, describen relaciones marcadas por el respeto, colaboración y relajo. Sobre la relación profesor alumno, quienes refieren a ella lo hacen principalmente para reconocer aspectos positivos, haciendo mención a una buena disciplina. Por otra parte, al consultar a los directores sobre cómo creen que perciben el clima escolar los profesores, la mayoría afirma en términos generales que esta sería positiva. Indicadores de ello mencionados son el estar contentos y cómodos en el trabajo, relajados pese al cansancio, que algunos expresen desear continuar en la escuela, bajo nivel de ausentismo, entre otros. Al preguntar a los directores sobre a qué atribuyen aquellos aspectos que perciben positivamente del clima escolar, un importante grupo sostiene que sus actitudes y actuar han sido determinantes de ello. Así, especialmente respecto de la relación con los docentes, se menciona el procurar un trato cercano, generar confianzas, expresar en forma adecuada las molestias, controlar las emociones, ser autocrítico y facilitar encuentros informales que posibiliten la unión entre los docentes. XXI Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Elementos tensionantes del clima escolar. Al consultar sobre aquellos aspectos que tensionan el clima escolar en sus escuelas, la atención de los directores se centra en otros elementos de la relación que establecen con los docentes. La fuente de molestia que es expresada con mayor frecuencia es lo que es percibido por ellos como incumplimiento de responsabilidades profesionales, ya que lo vislumbran como una señal de poco compromiso con la escuela. Les genera incomodidad tener que dar aviso de ello a los docentes involucrados, considerando que es algo que no les corresponde y que los profesores conocen lo que se espera de ellos. Algunos directores atribuyen estas dificultades a un acostumbramiento a un estilo de relación más vertical, donde hay docentes que esperarían recibir retos y órdenes. Por otra parte, algunos directores expresan su desagrado con el uso del rumor por parte de los profesores para expresar sus molestias, lo que dificulta saber cómo están y atender así sus inquietudes. Ante ello, hay quienes desarrollan estrategias para informarse de modo de evitar que se intensifiquen las dificultades. Otra fuente de tensión mencionada por un grupo menor de entrevistados, es la presión del Colegio de Profesores a nivel comunal, debido que a través de su representante en la escuela, presionan para que se tomen decisiones en la dirección de sus intereses, los cuales desde la perspectiva de los directores, perjudicarían el bienestar de los estudiantes. Un grupo menor, manifiesta su molestia en la relación con otros directivos de su equipo, existiendo diferencias en el tipo de trabajo requerido a los docentes y en el tipo de relación que se procura con ellos. En un caso, se aspira a un mayor nivel de exigencia, y en otro que se eliminen las hostilidades que han sido validadas y poder tener influencia en el diseño de los espacios de reflexión pedagógica. Por otra parte, respecto de la relación entre los docentes, hay quienes expresan su inconformidad con la desunión que se genera con la conformación de grupos y el aislamiento por el que optarían algunos docentes. Entre ellos, harían distinciones discriminatorias según antigüedad en la escuela o por una disconformidad con el quehacer de otros profesores. Quienes se aíslan son considerados por los directivos como personas conflictivas, que cuentan con historias personales dificiles, que cargan con dificultades por las que se les han transferido de escuela, o bien que han contado con deficientes formaciones profesionales. La mayoría de quienes refieren a este tema, expresan que no XXII Clima escolar en el marco de la gestión directil'a de escuelas municipales de la Región Metropolitana genera mayores dificultades, pues el resto del equipo docente ha optado por no considerar sus acciones y actitudes. Sin embargo, los directivos expresan que no han conseguido resolver este tema y la mayoría desea sacar a estos docentes de las escuelas, lamentando no tener las facultades para ello. Sobre las relaciones entre profesores y alumnos, los directores consideran que estas se ven obstaculizadas en algunos casos por las actitudes de ciertos profesores, caracterizando su actuar como autoritario, estigmatizador y de bajo manejo disciplinario. Generar modificaciones en ello es considerado dificil, expresando que se atribuye a creencias arraigadas de los docentes sobre cómo tratar a los alumnos, alojadas en las propias historias de vida, prácticas muy arraigadas en el tiempo y débiles capacidades J pro fe si onales. En cuanto a la relación con los apoderados, una buena parte de los directores reconoce avances. En algunos casos, se ha conseguido que los padres se acerquen a la escuela en actividades recreativas, se ha organizado la atención de sus inquietudes y su conocimiento sobre los reglamentos de la escuela. No obstante, se aspira un mayor involucramiento respecto dea los aprendizajes escolares y de la posibilidad de que apoyen algunas labores de la escuela como acompañar a los alumnos en recreos y almuerzos o bien, ayudar a los docentes en algunas actividades en el aula. En algunos casos, la falta de involucramiento de los padres es atribuido a que estos han sido marginados por los profesores, quienes observan su presencia en la escuela como una amenaza y fuente de crítica a su desempeño. Otros lo atribuyen en cambio, a desinformación y desinterés de los padres asociado a las propias problemáticas que se viven al interior de las familias o bien, a desconfianzas hacia la escuela. Algunos directores mencionan aspectos relacionados con la organización del establecimiento. Hay quienes consideran que la insuficiencia de funcionarios es una fuente de tensión en la escuela. No contar con personal que acompañe a los niños en patios y comedores, que se ocupe de temas de convivencia escolar, que cuente con la especialidad de la disciplina a impartir, que pueda cubrir cursos cuando falta algún docente es motivo de malestar para directivos y profesores, quienes sin contar con las herramientas y el tiempo necesario atienden estas labores en la medida de su voluntad y de lo posible. XXIII Clima escolar en el marco de la gestión directil•a de escuelas municipales de la Región Metropolitana Por otra parte, una fuente de tensión para los directores es la imposibilidad de atender lo pedagógico en el grado que se desea. Obtener los logros de aprendizaje esperados, poder atender las necesidades educativas de los alumnos, conseguir cambios en las prácticas de los docentes son anhelos que si bien son esperados en el corto plazo, saben que su consecución requiere de tiempos y recursos con los que no siempre se cuenta. Este malestar se acentúa al percibir que no se participa en los procesos de selección de personal, tener que atender peticiones urgentes de organismos externos por sobre lo que ellos consideran relevante y no contar con las redes de apoyo suficientes . Los directores también expresan diversas fuentes de malestar para los docentes. Entre ellas se mencionan las actitudes hostiles o de desinterés por los aprendizajes de algunos apoderados, la sobrecarga de trabajo asociada al número de alumnos y exigencias a su labor, los cambios desfavorables que aprecian en la conducta de los niños, la falta de formación para atender las necesidades educativas de sus alumnos, tener que cubrir docentes que faltan en las escasas horas que algunos tienen fuera del aula, que se les responsabilice de todo lo que sucede en la escuela, entre otros. Acciones desarrolladas para la promoción del clima escolar Diversas acciones son mencionadas por los directores, las que en su mayoría se orientan al cuidado de las relaciones con distintos estamentos escolares. En la mayor parte de ellas, este actor se sitúa como el sujeto que las lidera. Un elemento transversal a ellas, es velar por el buen trato para lo que se acude a actuar con el ejemplo: escuchar, ser empático y justo. Las acciones orientadas al cuidado de las relaciones son mencionadas indistintamente por directivos de escuelas de más altos y bajos logros de aprendizaje. Sin embargo, aquellas que refieren a intervenir en problemas disciplinarios de los alumnos son expresadas casi exclusivamente por directivos de las escuelas que obtienen más bajos resultados. Lo mismo ocurre con aquellas acciones referidas a promover la organización de la escuela. A continuación se presenta un cuadro que muestra las acciones que son más frecuentemente mencionadas. XXIV Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Tabla l. Acciones mencionadas para la promoción del clima escolar Area intencionada Acciones desarrolladas Relación entre director y - Estar disponible para atender las inquietudes de los docentes. profesores - Atender el rumor del malestar docente informándose con distintos actores y develándolo en espacios colectivos. - Evaluar el grado de satisfacción de los docentes e incorporar sus inquietudes en el quehacer directivo. - Abrir espacios para que los docentes colaboren y hagan sus propuestas de mejoramiento. - Transmitir valores personales y visión de relaciones humanas. Relaciones entre profesores - Facilitar espacios de encuentro social cotidiano: desayunos, celebraciones, tiempo de recreo, entre otros. - Promover el trabajo en equipo y apoyo mutuo. - Conciliar posiciones y promover la unión pese a las diferencias. - Solicitar ayuda a profesionales externos a la escuela para fortalecer relaciones. Relación con los alumnos -Desarrollo de actividades y talleres de interés de los alumnos. - Asistirlos en la solución de sus dificultades con los pares. - Dialogar colectiva e individualmente para poder conocerlos e intencionar ciertos valores. - Intervenir en problemas disciplinarios. Relación con los - Desarrollo de escuelas para padres y talleres de su interés. apoderados Organización escuela - Organizar encuentros masivos de carácter recreativo. de la - Regular quehacer de las personas a través de creación de reglamentos internos y manual de convivencia. - Mantener la infraestructura en buen estado y mejorar los ambientes de modo que sean gratos. - Definir la modalidad para la atención de apoderados. - Sacar del establecimiento a docentes que generan dificultades sistemáticas en el tiempo. XXV Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Discusión Gestión del clima y aprendizaje está incorporado en el discurso directivo Al consultar a los directores sobre las labores que ocupan la mayor parte de su tiempo, las consideradas de mayor relevancia y las que más les agrada realizar, aparecen sistemáticamente quehaceres relativos a la atención del clima escolar y los procesos pedagógicos de la escuela. Ello resulta auspicioso en términos de visualizar a directores que han incorporado en la visión de su ejercicio profesional, dimensiones que la política educativa ha buscado intencionar a partir de la publicación del Marco para la Buena Dirección (MINEDUC, 2005). Escenario distinto era el presentado por estudios de años anteriores, en que los directores referían que la mayor parte de su tiempo lo ocupaban en labores administrativas (Maureira y Guerrero, 2003) . Concepción sistémica o lineal del clima y su relación con el aprendizaje La mayor parte de los directores entrevistados plantea que el foco de su gestión se orienta tanto al logro de mejores aprendizajes académicos como a la promoción de un clima escolar que favorezca el bienestar de sus integrantes. Ello aparece como un buen camino a seguir en cuanto al logro de tales aprendizajes se ve fuertemente incidido por la calidad del clima de la escuela, tal como lo han presentado diversos estudios, entre ellos, los relacionados con efectividad escolar (Racsinsky, Muñoz, Elacqua y Fábrega, 2008). En la misma línea un estudio reciente realizado en 638 establecimientos del país muestra una correlación positiva entre la percepción de los educadores sobre la calidad del clima al interior de sus establecimientos y los resultados en las pruebas SIMCE de lenguaje y matemáticas (GeoDelphos y Tendencias Research, 2009). En una situación distinta, algunos directores parecen focalizar su atención en el cuidado del clima, concibiendo ello como el establecimiento de condiciones que permitan luego centralizarse en la búsqueda de mejores logros de aprendizajes académicos, que distan de los bajos resultados que hoy obtienen. Altos niveles de violencia y un bajo grado de organización escolar percibido al inicio de la gestión parecen hacer que estos directores se guíen en ese orden de prioridades. Esta decisión no es extraña si se considera que, en cierto modo, las políticas educativas también parecen dar cuenta de ello, siendo la escuela XXVI Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana un reproductor de esto. Así por ejemplo, se observa una política de convivencia (MINEDUC A, 2002) y participación de los padres (MINEDUC B, 2002) donde poco se hace mención a los aprendizajes académicos, un currículum escolar que propone aprendizajes esperados en lo académico y socioafectivo en forma separada, a través de contenidos mínimos obligatorios y objetivos fundamentales transversales, respectivamente, un sistema de evaluación de la calidad de la educación, a través de la prueba SIMCE, que sólo se enfoca en lo académico mientras se dan señales a la escuela de que lo convivencia! también es importante4 . Las escuelas a las que pertenecen los directores participantes en este estudio, cuentan con elevados índices de vulnerabilidad social, superior al 80% (JUNAEB, 2008). Sin duda ello ha de complejizar el desafio de lograr mejoras en la calidad de los aprendizajes. Sin embargo, el camino de escindir clima y aprendizaje, presenta el riesgo de fragmentar la vivencia escolar, separando el bienestar de los aprendizajes, y concibiéndolos en una relación lineal. El desafio paraciera ser que directivos logren visualizar que la calidad de la vivencia en la escuela esté dada por la medida en que el entramado de relaciones que se establecen en la escuela y la forma en que esta se ha organizado, permita que sus miembros se sientan parte de una comunidad de aprendizajes, donde el sentirse bien y aprender son parte de la misma experiencia. Además, considerando que en la escuela el aprendizaje sucede en una relación entre personas, calidad del clima y logro de aprendizajes han de fundirse en la creación de vínculos pedagógicos nutritivos enmarcados en el saber, la confianza y la satisfacción de las necesidades individuales (Onetto, 2003). Más aún, si se considera que en un contexto de alta vulnerabilidad los niños se presentan en mayor riesgo de no haber contado con relaciones primarias muy satisfactorias asociadas al estrés y daño que puedan vivenciar sus familias (Mena, Bugueño y Valdés, 2008), han de necesitar encontrar experiencias reparatorias en su vínculo con los docentes y desde ahí aprender. A la vez, los docentes que se desempeñan en estas escuelas han de necesitar vivenciar vínculos pedagógicos positivos 4 El detalle del currículum escolar y del Sistema de Medición de la Calidad de la Educación se encuentran respectivamente en http://www.curriculum-mineduc.cl/ y http://www.simce.cV XXVII Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la R egión Metropolitana con los miembros del equipo docente, con los directivos, de modo de cuidarse y seguir aprendiendo para continuar abordando el complejo desafio que como escuela han asumido. Ofrecer tal tipo de vínculos en el contexto escolar, dado la misión que la sociedad le ha encomendado, pareciera, según opinión de directivos que logran mejores resultados, tener que ver con procurar un alto nivel de conocimiento disciplinario y pedagógico en el marco de relaciones de buen trato. Comprensión del clima como constructo y como ámbito a gestionar centrado en el bienestar de los docentes Ahora bien, los resultados de este estudio hacen pensar que los directores poseen una adecuada comprensión del constructo de clima, refiriendo a dimensiones comunes presentes en la literatura, particularmente calidad de las relaciones y organización. También respecto de la construcción compartida de este por parte de los actores escolares y asumiendo un rol protagónico en ello, junto con comprender el impacto que la calidad de este tiene en la labor de los docentes. El principal rol asumido en la gestión del clima por parte de los directores de este estudio, apunta al cuidado de las relaciones con y al interior del equipo docente, relevando con ello el componente organizacional de la institución. Ello es coincidente con los resultados de un estudio realizado en establecimientos de la IX región, que indican que mientras los estudiantes vinculan este término exclusivamente a los contextos de aprendizaje, docentes y directivos lo asocian principalmente a las relaciones interpersonales que establecen con sus pares (Becerra, 2005). Comprender así el clima escolar aparece como un núcleo atractivo en la búsqueda de mejoras educativas según lo indicado por la literatura sobre gestión directiva. Entre ellos, Leithwood y Jantzi (2008) a partir de estudios realizados en Estados Unidos y Canadá, afirman que la calidad del liderazgo del director se juega en la relación que él establece con sus seguidores, donde el comunicar una visión motivadora, expresar confianza en la capacidad de sus seguidores, modelar roles y enfatizar los propósitos e identidad colectiva son clave. Al director se le atribuye la capacidad de establecer condiciones de trabajo que permitan a los docentes el desarrollo de sus motivaciones y aprendizajes, relevando para ello el cultivo del respeto y la confianza, la promoción del XXVIII Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana compromiso con los objetivos de la escuela, fomentar una comunicación abierta y fluída, crear tiempos comunes de planificación para profesores, incentivar una mayor participación de los docentes en la toma de decisiones, apoyar individualmente a los profesores y estimularlos intelectualmente, entre otros. Todo ello apunta a lo que Leithwood (2009) ha llamado la dimensión emocional del mejoramiento educativo, donde releva las emociones de los docentes y su impacto en los procesos de enseñanza-aprendizaje. El sentido individual y colectivo de eficacia profesional, compromiso organizacional, satisfacción laboral, estrés, ánimo y compromiso con la profesión son referidos por el autor como emociones fuertemente asentadas en las condiciones laborales y sobre las que el director puede incidir con sus prácticas. Acorde a lo anterior, la OECD (2007) afirma que si bien el efecto principal sobre los resultados de aprendizajes está mediado por el trabajo que los profesores hacen con los estudiantes al interior de las aulas, la calidad de este sería una función de sus motivaciones, habilidades y condiciones en las que desarrolla su trabajo, teniendo el liderazgo directivo la capacidad de impactar en ello. Así, el director tiene la capacidad de incidir en forma indirecta en los aprendizajes de los estudiantes, a través de los docentes, lo que correspondería según los estudios de Leithwood, Sammons, Anderson y Wahlstrom (2004) al 25% del total del impacto que proviene de la escuela. Por otra parte, el que buena parte de los directores de este estudio consideren relevante ocuparse de la relación que establecen con los profesores, sugiere un foco estratégico sobre el cual intervenir. En la calidad de esa relación, los directores se juegan la posibilidad de ejercer su liderazgo y orientarse así a las metas de la institución. El desafio para estos directores, es ser reconocidos y respetados, no por la posición de autoridad que ocupan, sino por el apoyo efectivo que brindan a los docentes, donde han de articular efectivamente el enh·amado de relaciones del cuerpo docente y para lo cual necesita ser legitimado por este (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF], 2005). La concesión de la importancia de ello en el quehacer directivo, se reafirma cuando algunos directores de este estudio reconocen al inicio de su gestión dificultades en el clima, en términos de la conformación de subgrupos que adhieren o no al equipo directivo, o bien quiebres en él, que generan alianzas, segmentando a los profesores a partir del surgimiento de liderazgos paralelos que imposibilitan mantener el equipo afiatado en términos de intereses y XXIX Clima escolar en el marco de la gestión directil'a de escuelas municipales de la Región Metropolitana creencias sobre como lograr la misión de la escuela. Ello hace pensar en la escuela como un sistema político, donde coexisten diversidad de intereses y expectativas en el equipo docente y directivo, en el cual el director ha de buscar apoyos para sustentar su gobemabilidad (Bardisa, 1997). Los directores expresan cierto grado de control sobre la creación de relaciones positivas con y entre los docentes. Ellos hacen referencia a la importancia de desarrollar actitudes de buen trato, crear espacios de encuentro, propiciar una comunicación directa donde prime la unión pese a la diferencia, entre otros. A esas prácticas es a lo que atribuyen su percepción de ciertos aspectos positivos del clima en la escuela. Percepción de fuentes de tensión que aparecen fuera de las posibilidades de gestión. Los directores participantes en este estudio, le atribuyen a los docentes la capacidad de incidir sobre la calidad de las relaciones y el clima, esta vez para referir en mayor grado a aspectos más bien tensionantes. Así se mencionan las actitudes de los docentes hacia el trabajo, dando cuenta en algunos casos de incumplimiento de responsabilidades profesionales, uso del rumor para expresar molestias, tendencia al aislamiento en la relación cotidiana con otros docentes y malos tratos hacia los alumnos. Si bien estos aspectos son percibidos por los directores como fuentes de malestar, salvo excepciones, ellos no expresan la voluntad ni necesidad de intervenir en ello. Es posible hipotetizar que lejos de imaginar que esto es parte de fenómenos micropolíticos a gestionar, consideran que son atributos externos, es decir, ajenos a su acción como líder. Habría que considerar si ellos no se sienten capaces de gestionar estos aspectos, con conocimientos, y que esto esté a la base de la negación de su potencial de control. Asmismo, se podría interpretar la nula consideración del equipo, ya sea como una concepción de que el trabajo no es en equipo, de que no hay equipo con el cual contar para estas tareas dado a la casi inexistente mención de otros actores escolares por los directivos de este estudio, y/o como una incapacidad de liderar estos temas en el equipo directivo. Si esta última hipótesis fuese plausible, hace pensar en una insuficiente formación de los directivos en la gestión de equipos humanos. Respecto de este tema, llama la atención el elevado porcentaje de directores de escuelas municipales que declara haber continuado estudios sistemáticos de postgrado, siendo cercano a un 90% según los resultados de una encuesta aplicada por el Centro de estudios XXX Clima escolar en el marco de la gestión directil•a de escuelas municipales de la Región Metropolitana de Políticas y Prácticas Educativas (CEPPE, 2009), programas de especialización que se han centrado principalmente en temas administrativos y muy poco en el desarrollo de capacidades para el trabajo que ejercen con los docentes (Universidad Alberto Hurtado, 2008). También conviene recordar, que salvo administración delegada, los directores de escuelas municipales poseen casi nulas atribuciones para contratar y despedir al personal y dotar así a la escuela de los profesionales que se consideran necesarios. De acuerdo con los datos entregados por la aplicación de una encuesta a nivel nacional a los directores, menos del 4% de quienes se desempeñan en escuelas municipales, declara tener algún tipo de atribución para conformar el equipo de trabajo, contrastando con cifras superiores al 60% en el caso de directores de escuelas particulares subvencionadas o pagadas (CEPPE, 2009). Ante ello, resulta esperanzador el anuncio hecho por las autoridades, el envío de tres proyectos de ley orientados a fortalecer la carrera docente. Uno de ellos, se orienta a empoderar a los directores de escuelas municipales, otorgándoles atribuciones para contratar al personal y disponer de un porcentaje de cupos de despido para aquellos docentes que resulten mal evaluados (Brunner, J., 2010). Lo anterior, resulta concordante con una política educacional que ha tenido cierta debilidad en reconocer este factor como prioritario. La política educativa en este tema se muestra en deuda, planteando a la fecha solo una serie de lineamientos generales que aparecen como una declaración de lo deseado sin dar cuenta de los procesos y las capacidades necesarias que puedan llevar a ello. Los resultados de este estudio, hacen necesario seguir explorando precisamente en la cualidad de tales procesos y las necesidades formativas para desarrollarlos. Además, se requiere avanzar en la definición de las competencias profesionales que los directores han de poseer, los mecanismos de incentivo para atraer candidatos, definición de estándares de desempeño y otorgar un marco claro a las universidades para formar a estos actores. Por tanto, no solo se trata de otorgar atribuciones sino que desarrollar las capacidades para el ejercicio de la dirección escolar, siendo parte clave de ello el desarrollo de prácticas relativas al clima escolar, especialmente aquellas orientadas a la conformación, cuidado y potenciación del equipo docente. XXXI Clima escolar en el marco de la gestión directil•a de escuelas municipales de la Región Metropolitana Perspectivas a futuro Este estudio sugiere esperanzas en términos de presentar avances en la instalación, al menos en un nivel declarativo, de aspectos relativos al clima al interior de la escuela desde la gestión directiva. Hay bases teóricas suficientes para valorar los discursos como precesores potenciales de buenas prácticas, en tanto refieren a creencias (Bandura, 1987). Convendría que futuras investigaciones indagen en la cualidad de los procesos y prácticas de los directivos en el ámbito de clima escolar, dando un paso respecto de este estudio exploratorio que, más bien, indagó en el grado y medida en que este tema es considerado en la gestión. Además, considerar escuelas que efectivamente sean casos extremos en términos de los logros de aprendizaje que alcanzan. El presente estudio pese a que intentó describir casos extremos, no logró la suficiente heterogeneidad, pues probablemente las distancias en términos de altos y bajos resultados en la prueba SIMCE no fueron lo suficientemente amplias al interior de la comuna seleccionada. Convendría chequear tendencias en casos más extremos, ampliando la muestra y controlando variables de los directivos que puedan permitir identificar perfiles y necesidades a potenciar. Por otra parte, contrastar los resultados con la mirada de los docentes sobre este tema parece relevante. Este estudio se propuso en una etapa preliminar hacerlo mediante un cuestionario de clima escolar, instrumento conespondiente a una escala tipo Likert con cuatro posiblidades de respuesta, validado y desanollado por Sandra Becena (2007), a través de la Dirección General de Investigación de la Universidad Católica de Temuco. Los resultados obtenidos para las dimensiones de clima evaluadas, tiendieron a puntajes medios en todos los establecimientos, careciendo así de valor en términos de las posibles interpretaciones a realizar. Convendría utilizar el cuestionario modificado utilizado por Valoras UC en estudios recientemente realizados (Valoras, 2010), de modo de conocer cómo impacta en los docentes el abordaje del tema del clima que declaran ejercer los directores de escuela. Cabe concluir este estudio, con las ideas iniciales: en un proceso de búsquedas no siempre fructíferas de mejoras educativas hacia una mayor calidad y equidad en Chile, conviene atender a las evidencias, e indagar con más decisión en la gestion directiva y en XXXII Clima escolar en el marco de la gestión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana como desde ella se promueve la construcción de un clima escolar que favorezca el logro de mejores aprendizajes. XXXIII Clima escolar en el marco de la g estión directiva de escuelas municipales de la Región Metropolitana Referencias Alcalay, L. , Milicic, N. & Torretti, A. (2005). Alianza Efectiva Familia-Escuela: Un Programa Audiovisual Para Padres. 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