¿Por qué estudiar el agua? - Instituto de Geofísica

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¿Por qué estudiar el agua?
La importancia que tiene el agua para la vida, llevaría a pensar que ya se
conoce todo sobre ella y que queda muy poco por descubrir, o que la ociosidad
lleva a investigaciones extrañas, como buscar las relaciones del agua con la
música. (Ramiro Rodríguez Castillo)
Por: Ramiro Rodríguez Castillo*
La importancia que tiene el agua para la vida, llevaría a pensar que ya se
conoce todo sobre ella y que queda muy poco por descubrir, o que la ociosidad
lleva a investigaciones extrañas, como buscar las relaciones del agua con la
música o los estados de ánimo. Su importancia parecería reflejarse sólo en el
establecimiento del Día Mundial del Agua que, estipulado por la ONU, se celebra
cada 22 de marzo desde 1993. Pero hay una pregunta importante: ¿por qué
estudiar el agua?
Sobre el agua como molécula, como sustancia, se sabe bastante, pero sobre su
volumen y disponibilidad, es decir, su papel como recurso, aún se sigue
investigando. Al igual que el petróleo hay reservar estimadas. El agua se
renueva, pero no en tiempos cortos: Un ciclo hidrológico puede durar miles de
años o no completarse nunca.
¿Por qué se especula sobre su posible escasez? ¿Por qué no se ha evaluado
bien de cuanta agua disponemos?. En nuestro caso la fuente primordial de agua
son los acuíferos. Lo primero que se puede preguntar es ¿hasta donde los
conocemos? Mediante prospecciones geofísicas es posible determinar, con
cierto margen de error, la estructura y composición de formaciones permeables
saturadas. De los más de 600 acuíferos que la Comisión Nacional del Agua
(CNA) reconoce, sólo se sabe de las dimensiones y propiedades de un número
reducido, así como de los mecanismos de recarga y volúmenes extraídos.
La comunidad geológica mexicana ha mapeado todo el País. Aunque el conocer
la Geología superficial, no implica disponer de la información litológica (las
columnas de material que se va encontrando conforme se perfora un pozo). No
sólo se necesita de estudios geofísicos para conocer la composición del
subsuelo, se requiere contar con los llamados cortes litológicos. Por diversas
razones, la CNA no dispone de esta información.
Para calcular la recarga de un acuífero hay que realizar un balance hidrológico,
para lo cual son indispensables datos de estaciones climatológicas (muchas de
éstas no funcionan de manera continua o simplemente no operan) e información
sobre la extracción. Si consideramos que cerca del 80 por ciento del agua
subterránea es explotada por agricultores, y que estos no han podido integrar a
su sistema productivo la tecnología necesaria, o no les agrada que se conozcan
los volúmenes que utilizan, los datos con que se cuenta deben de ser
reconsiderados. Aún más, no existe una metodología ciento por ciento confiable
para la estimación de la recarga. Ya se investiga el origen y la cantidad de agua
en Marte ¡y no se apoyan esfuerzos locales para evaluar todos los parámetros
que intervienen en un balance!
Las carreras de Ingeniero Geofísico, Ingeniero Geólogo e Ingeniero Hidrólogo
les son ajenas a nuestros jóvenes, las Instituciones de educación superior que
las ofrecen, muestran estadísticas preocupantes. No hay carrera de
Hidrogeólogo en México y pocas universidades extranjeras la ofrecen.
Recientemente en México se esta analizando la posibilidad de usar agua
desalinizada para abastecimiento urbano, la tecnología existe, hay que estudiar
como llevarla de los océanos, a los centros poblacionales, y los costos de ésta.
La UNAM desarrolla un proyecto para desalinizar agua a partir de energía
renovable.
Las aguas residuales no son bien aprovechadas en nuestro País, en los últimos
años la CNA viene realizando un considerable esfuerzo por poner en marcha
plantas de tratamiento en núcleos poblacionales importantes. Las comunidades
pequeñas deberían de contar por lo menos con humedales (pantanos) para
reducir la carga contaminante de sus aguas negras. Para ello hay que localizar
sitios y estudiar, de acuerdo a las características de la zona, qué especies
locales se pueden adaptar mejor, e investigar como hacer que la comunidad
participe.
Se han propuesto proyectos de recarga de acuíferos, sin conocer bien su
estructura geológica. Son necesarias investigaciones sobre la respuesta del
medio al agua por recargar artificialmente.
¿Cuántos acuíferos contaminados existen y con que se esta degradando su
calidad? ¿Cuáles son los efectos del flúor, el arsénico y otros contaminantes
naturales en esta mezcla de 35 etnias que somos los mexicanos? ¿Cómo tratar
esta agua con alteraciones a la calidad de manera barata y con residuos
fácilmente manejables? ¿Cómo descontaminar acuíferos afectados por
derrames de hidrocarburos o por fugas de compuestos orgánicos?
La subsidencia que afecta seriamente a más de 20 ciudades y destruye el
patrimonio de muchos mexicanos, no es estudiada profundamente. Es necesario
contar con elementos que permitan asociar la extracción de agua con los
hundimientos, para poder convencer a los usuarios locales de controlarla. Sólo
la ciudad de México cuenta con sistemas de monitoreo, las demás aún no.
Los modelos matemáticos computacionales son utilizados como herramienta de
planeación para un par de ciudades en México. Existen modelos regionales y
algunos locales, pero no llegan a las autoridades involucradas. La misma
distribución del agua requiere de investigaciones sobre modelos de gestión, que
incorporen las características de los usuarios.
Mucha investigación de estos temas, no es lo que se podría denominar
investigación de frontera, o que pueda ser publicable en revistas arbitradas; se
ubica en lo que algunos llaman investigación aplicada (con un cierto dejo de
desprecio). Razón por la que investigadores mexicanos se resisten a estudiar
estos fenómenos; los sistemas de evaluación llevan a desarrollar
preferencialmente proyectos con resultados publicables, no necesariamente
aplicables.
Hay una gran cantidad de campos donde se debe fomentar la investigación y
estudio del agua. Se requieren fondos y apoyo institucional. Los fondos mixtos
de CONACYT con Gobiernos estatales incorporan el tema agua. Si se reduce el
apoyo financiero a la investigación, ¿quién va a priorizar sobre los proyectos?
¿El agua seguirá en los primeros lugares?
*Investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM
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