1 EL PERIODISMO POLÍTICO AMENAZADO: LOS FORMATOS

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EL PERIODISMO POLÍTICO AMENAZADO: LOS FORMATOS TELEVISIVOS
ESPAÑOLES
DE
“INFOENTRETENIMIENTO”
POLÍTICO
Y
SUS
CONSECUENCIAS SOCIALES
Elena Cebrián Guinovart- Universidad CEU San Pablo
Dirección Postal:
Universidad CEU San Pablo
Pº Juan XXIII nº 10
28003 Madrid
ecebrian@ceu.es
Salomé Berrocal Gonzalo- Universidad de Valladolid
Dirección Postal:
Facultad de Filosofía y Letras
Plaza del Campus s/n
47011 Valladolid
salomeb@hmca.uva.es
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EL PERIODISMO POLÍTICO AMENAZADO: LOS FORMATOS TELEVISIVOS
ESPAÑOLES DE
“INFOENTRETENIMIENTO” POLÍTICO Y SUS
CONSECUENCIAS SOCIALES
POLITICAL JOURNALISM IN PERIL: SOCIAL CONSECUENCES OF
POLITICAL “INFOTAINMENT” SPANISH TV PROGRAMS
Resumen
Las televisiones generalistas españolas manifiestan públicamente su apuesta por la
información de calidad y su interés por contribuir al desarrollo de la conciencia cívica de los
ciudadanos a través de la información política. Sin embargo, distintos estudios evidencian que
la información política televisiva actual camina, de manera imparable, hacia el espectáculo y
que se apuesta en su tratamiento audiovisual por formatos que prefieren el espectáculo al
análisis y a la contextualización periodística.
En esta investigación - que examina este hecho, buscando desentrañar sus consecuencias
desde el punto de vista de los efectos políticos- se han analizado los ocho formatos de “infoentretenimiento” político emitidos en la televisión española (en el periodo marzo y abril 2009),
clasificándolos en tres categorías y tratando establecer unas características comunes, así
como sus consecuencias sociopolíticas.
Las conclusiones indican que, a pesar de la disparidad inicial de los formatos examinados,
todos presentan la actualidad política desde unos parámetros similares, que no contribuyen a
mejorar la compresión de la vida política sino a su aceptación como un mundo cínico, banal y
alejado de las preocupaciones reales de los ciudadanos. Unos parámetros que ponen en jaque
las funciones tradicionales del periodismo político y que resultan de especial gravedad, ya que
estos formatos gozan de audiencias numerosas y, cada vez, tienen más presencia en las
parrillas televisivas.
Palabras claves
Infoentretenimiento político- Televisión- Comunicación política
Abstract
Spanish television networks declare in public to be engaged to quality information and to
developing citizen’s civic consciousness with the political information they broadcast. Instead,
several studies prove that political information is at present more show an less journalism by
focussing political programs more on anecdotes than on analysis or explanation.
This paper examines this situation in order to reveal its political effects. It analyzes the eight
political infotainmet programs broadcasted in Spain on 2009 march and april, classifying them in
three groups according their special features and socio-political consequences. Conclusions
evidence that- besides the apparent differences- all these programs represent political events
with similar approaching that obstructs a critical understanding and provides a trivial and cynical
view. This fact challenges the traditional functions of political journalism and points a real
danger for information values on democracy, since these programs reach high audiences and
they are getting more common on TV schedules.
Key Words
Political Infotainment- Television- Political Communication
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Texto
1. El concepto de “infoentretenimiento” y su incorporación a la política
televisada.
Desde los años noventa, distintos estudios sobre comunicación
coinciden en señalar que la información en televisión ha modificado
radicalmente su naturaleza: la tendencia es evolucionar hacia un “infoshow”,
dónde los programas informativos están dominados por los sucesos o hechos
triviales, presentando las “noticias serias” con una visión frívola, uniforme y
residual. Desde esta fecha, se establece el término anglosajón infotainment
para designar a determinados programas que combinan la información con el
entretenimiento. Además, la competencia en el mercado audiovisual ha
provocado que las cifras de audiencia se conviertan en la referencia para
valorar un programa y el “infoentretenimiento” resulta de gran ayuda a los
medios para presentar la información como espectáculo, sirviendo de gancho
para captar y mantener audiencia. (Thomas, 1990)
Holtz-Bacha y Norris, en su estudio sobre la programación televisiva en
canales europeos, afirman como los informativos incluyen, cada vez, más
noticias de “interés humano”, mientras excluyen, en muchos casos, las noticias
más densas de información pura de política nacional e internacional (HoltzBacha y Norris, 2001:136-138).
Una tendencia que también está siguiendo la televisión en España:
García Avilés señala, como parte de los resultados del proyecto de
investigación: “Globalización y pluralismo: la función de la televisión pública en
el mercado audiovisual”, que la competencia entre los canales públicos y
privados ha desatado una mayor homogeneización en los contenidos, y que los
informativos apuestan por temas significativamente similares. Esta tendencia
se acentúa cuando los informativos pugnan por el liderazgo de audiencia,
frente a otros informativos de corte más minoritario o complementario, que
pueden optar por enfoques y contenidos más variados y distintos. En esta
situación, conforme se consolida la competencia, la mayoría de los canales
públicos y privados tienden a adoptar una estrategia similar, que prima la
inclusión de noticias sobre temas de “infoentretenimiento”. Asimismo, en países
donde la competencia es más reciente, los canales privados utilizan estos
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temas en sus informativos con mayor frecuencia que en los canales privados.
(García Avilés, 2007: 59-60)
En 2002, Prado ya había señalado que la espectacularización era la
“mega tendencia” más fuerte en la producción televisiva en la oferta televisiva
generalista en Estados Unidos y Europa, y había explicado que esto se
concretaba se producía a través de tres mecanismos: la expansión del “infoshow”, la espectacularización de la información y la exportación de los
estilemas del “info-show” a otros géneros. Así, en su análisis sobre la
programación televisiva en EEUU y centrado en las cadenas comerciales,
observa que el género dominante es la información, que ocupa el 32% de las
parrillas, seguido por la ficción que ocupa el 27%, del info-show con un 19% y,
finalmente, el deporte con un 10%. En las televisiones generalistas americanas
detectó una reducción del programas a tres macrogéneros: la ficción, la
información y el “info-show”; situación muy parecida a las de las parrillas
europeas, que en 2001, se concentra en tres géneros: ficción 30%, información
30% e “info-Show” 14% (Prado, 2003).
Aunque ambos trabajos coinciden en presentar la información como el
género al que dedican más tiempo las cadenas televisivas en Europa y Estados
Unidos, sería conveniente matizar que existe un incremento notable en el
periodismo de “noticias blandas” (soft news) y de “noticias espectáculo”, que se
esconden bajo el gran paraguas de la información (Langer, 2000: 233- 234 y
Cebrián, 2007:54).
En el caso de la información política, el “infoshow” significó, inicialmente,
una simplificación de la cobertura política en la que en vez de proporcionar a
los ciudadanos una descripción completa de los hechos políticos y elementos
de juicio que les permitieran contextualizarlos, se les ofrecían visiones cínicas y
negativas, enfoques personalistas, informaciones parciales, o narraciones
teatralizadas de la vida política (Berrocal, 2003: 282). Aunque en España los
informativos tradicionales mantienen buena salud, sí que se ha producido una
ampliación de estos marcos en los que se trata la actualidad política. Junto a
los informativos tradicionales, la información política participa hoy de una
variedad de géneros y de nuevos formatos, por un lado desayunos en los
medios, talk show, tertulias, debates, entrevistas compartidas, presencia de
público en los estudios, etc., en los que no hay una separación evidente entre
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vida pública y vida privada, o entre información y entretenimiento; pero también
los acontecimientos políticos se recogen en programas cómicos que se
plantean entretener y parodiar la política y no contemplan, en ningún caso, que
los ciudadanos comprendan mejor los acontecimientos de la vida pública o las
decisiones de sus representantes.
El problema que hoy atisbamos es que la información política televisada
está copiando un formato que tiene mucho que ver con: la espectacularización,
la conflictividad, o lo trivial y anecdótico. “Los medios optarían por un
tratamiento ligero y distendido (cuando no chabacano y torticero); mientras que
los políticos, por su parte, conocedores de esa ley, se adaptan al
planteamiento, asumen el rol que se les pide y se suman con agrado a los
esquemas. Los personajes públicos, por tanto, también potenciarían esos
senderos de la superficialidad, de la descalificación, del morbo o del insulto; y
se aprovecharía la provocación o la polémica que (por carente de contenido
que estuviera) conllevase gancho periodístico” (Sánchez Alonso, 2005: 75).
Las repercusiones de esta nueva tendencia, o nuevo modo de informar
en política, han sido escasamente estudiadas y arrojan resultados no
concluyentes. Según los resultados de algunos trabajos teóricos prometen no
ser halagüeñas en cuanto a que el votante adquiera un conocimiento mayor
para decidir su voto: Moy, Xenos y Hess mencionan que el camino emprendido
puede afectar negativamente a la salud democrática, al impedir que el
ciudadano capte las informaciones en el tono de rigor necesario y que, por
tanto, su implicación, confianza y compromiso con el actual sistema político
pueda ir disminuyendo (Moy, Xenos y Hess, 2005: 111-131) En cambio, un
trabajo empírico desarrollado en 2004 demuestra que este tipo de programas
incrementan el conocimiento político de su público: durante el verano de 2004
más de 19.000 personas participaron en Estados Unidos en una encuesta que
consistía en seis preguntas relativas a asuntos tan diversos como la posesión
de armas o la seguridad social. Los resultados mostraron que los espectadores
de The Daily Show with Jon Stewart- un exitoso late night norteamericano
centrado en la parodia política- sabían más acerca de los asuntos sobre las
elecciones de 2004 que aquellos que habitualmente leían prensa o veían los
informativos en televisión (Salgado, 2008: 93).
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2. El “infoentretenimiento” político español.
Aunque Arroyo señala que los primeros ejemplos de infoentretenimiento
político en España podrían considerarse Lo de Tip y Coll (TVE, 1974), Esta
noche Pedro (TVE 1986), o Deforme Semanal (Telemadrid, 1991), (Arroyo,
2008: 191) en este trabajo no los hemos considerado así, puesto que se trata
de programas centrados- como el propio autor reconoce- más en la recreación
humorística de la política que de casos en los que acontecimientos políticos
estuvieran colocados en un marco más o menos espectacular.
El desembarco de los formatos de infoentrenimiento político lo inició en
España Canal + en 1995 con sus Guiñoles, que adaptaban un formato francés
de lo que Jaén llama “informativo paródico”: “Un título que reconoció, en mi
opinión, muy justamente el trabajo periodístico –selección de noticias,
jerarquización y tratamiento de estas- que realizaba el equipo de guionistas y
realizadores que se ganaban la vida con Los Guiñoles. Desde ese punto de
vista, el programa adoptaba una actitud de responsabilidad periodística hacia
los contenidos que trataba, aunque, una vez asumida esa responsabilidad, se
le restaba toda la pompa que acompaña a “las noticias de verdad” para poder
crear los chistes” (Arroyo, 2008:296). El éxito de audiencias acompañó desde
el principio a este programa. Pero, además de triunfar entre el público, el
programa también encandiló a los políticos: “Entonces, cuando Los Guiñoles
existían, todo el mundo sabía que para ser un personaje de primera división de
la vida pública debía conseguir su alter-ego en “los muñecos del Plus” y
someterse a su juicio diario. Entonces, algunos políticos emergentes nos
hacían llegar más o menos disimuladamente el mensaje de que “no le
importaría” tener una réplica de látex” (Jaén, 2008: 311). A la sombra de la
aceptación social Tele5 puso en marcha otros dos programas que inauguran
diferentes facetas del infoentretenimiento político: Caiga Quien Caiga- la
adaptación de un formato argentino en 1996- y El Informal en 1998.
Caiga Quien Caiga estrenó en España el Infoshow de reportajes
políticos “elaborados por reporteros/as capaces de llegar allá donde los
programas “serios” no podían, proporcionando un punto de vista diferente de la
noticia gracias al ejercicio de preguntas incómodas, o la puesta en práctica de
acciones imprevisibles” (Arroyo, 1998, 175). Aunque en un primer momento los
políticos rehuían a “los hombres de negro” con el tiempo la relación se torno en
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un amor- odio que hacía que la mayoría de los políticos no sólo les atendieran
con agrado, sino que incluso se prestaran a participar en alguna de sus
iniciativas.
El informal fue un programa en el que lo político se trataba generalmente
desde el punto de vista del Infoshow de imitaciones, “programas que, usando la
actualidad como punto de partida, la parodian mediante imitadores que “clavan”
a conocidos personajes para recrear, desde la distancia humorística,
situaciones conflictivas acaecidas a lo largo de la semana” (Arroyo, 1998:176).
Sin embargo, el programa se ganó un puesto en el infoentretenimiento político
al ofrecer, en la campaña electoral de las elecciones legislativas de 2000,
minutos de presencia gratuita en pantalla a aquellos partidos políticos que
ofrecieran un discurso electoral que incluyera una lista de términos- graciosos,
coloquiales o de jerga establecida por el propio programa. Una oferta que
aceptaron la mayor parte de los partidos con representación parlamentaria.
Berrocal, Abad, Cebrián y Pedreira demostraron que estos tres
programas: Las Noticias del Guiñol, El Informal y Caiga Quien Caiga, habían
tratado la campaña electoral del año 2000 con una atención equivalente a la
de los informativos tradicionales: en la precampaña el 40% de sus contenidos
resultaron políticos y en campaña el 60% de ellos. También, detectaron un
sesgo político en la presentación de los distintos candidatos y de sus partidos.
Así, en los tres programas que analizaron, el candidato José Mª Aznar y el
Partido Popular recibieron mayor cobertura informativa que el resto de los
candidatos y partidos políticos, pero ese mayor tiempo de cobertura fue
utilizado para sesgar negativamente esta opción política, mientras que se
presentaba de forma más positiva al Partido Socialista y a su candidato.
Además, estos programas recogieron, preferentemente, en el discurso
audiovisual mensajes de ataque entre los candidatos, evitando las cuestiones
de fondo (Berrocal, Abad, Cebrián y Pedreira, 2003: 304-307 y Berrocal Et. Al.,
2001: 182-185).
En el periodo examinado en este trabajo (marzo-abril de 2009), las
cadenas generalistas nacionales españolas emitían ocho programas que
practicaban el infoentretenimiento político :
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CADENA PROGRAMA
TVE 1
Antena 3
Tele 5
La Sexta

59 segundos

Tengo una pregunta para usted

Espejo público

El Programa de Ana Rosa

La Noria

Buenafuente

El Intermedio

Salvados
Tabla 1- Programas de infoentretenimiento político en antena
en abril de 2009 en las cadenas generalistas españolas
En La Primera de TVE: 59 Segundos y Tengo una pregunta para usted, en
Antena 3: Espejo Público, en Tele 5: El Programa de Ana Rosa y La Noria, en
La Sexta: Buenafuente, El Intermedio y Salvados. Pero, si consideramos las
similitudes y diferencias entre estos programas podemos agruparlos en tres
categorías:

Formatos Políticos Espectacularizados,

Magazines Politizados e

Infoshows políticos.
Formatos Políticos Espectacularizados son 59 segundos y Tengo una
pregunta para usted; se trata de programas en los que los contenidos y los
participantes pertenecen al ámbito político-periodístico tradicional: analistas,
periodistas y políticos, que tratan asuntos de la actualidad política convencional
en un marco excepcional, generalmente orientado a cautivar a la audiencia.
Magazines Politizados son Espejo Público, El programa de Ana Rosa y La
Noria; en este caso, se trata de programas con temática variada, desarrollados
en una estructura que incluye entrevistas, comentarios o reportajes en los que
la política se intercala en igualdad de condiciones con otros temas de la
actualidad y que son tratados con dudoso buen gusto o valor social.
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Por último, Infoshows Políticos son Buenafuente, El Intermedio y Salvados;
programas indiscutiblemente orientados al entretenimiento pero que atienden
preferentemente la actualidad, presentándola desde un punto de vista irónico.
3. Un análisis de los efectos del “infoentretenimiento” político televisado
en la socialización política española
Desde el punto de vista de los efectos del “infoentreteinimiento” político
televisado en la socialización política española, podemos señalar las siguientes
cuestiones, atendiendo a la división en la tres categorías, que acabamos de
formular en el epígrafe anterior.
A- Formatos Políticos Espectacularizados
Como se ha explicado anteriormente, se trata de programas que
atienden temas y que cuentan con invitados que encajan en lo políticamente
tradicional, pero que sin embargo apuestan por formulas de realización o por
elementos propios de otros géneros televisivos que desvirtúan el tratamiento de
esos asuntos políticos tradicionales.
59 segundos es- de los dos programas que se emitían en el momento de
realizar esta observación- el que primero llegó a las parrillas españolas: en
2004. El factor que espectaculariza este formato político es el hecho de que las
intervenciones estén limitadas a menos de un minuto encorsetando la
argumentación política a una píldora que mantiene el ritmo televisivo. Muñoz
Alonso, lo llama “la tiranía del minuto” y explica sus consecuencias con la
anécdota del periodista francés Jaques Merlino quien, al conocerse la fatua
iraní que condenaba a muerte a Salman Rushdie en virtud de ciertas suras
coránicas, recibió a las 11h. de la mañana el encargo del director de su
informativo de elaborar para el informativo de las 13h. una intervención de 50
segundos explicando qué es el Corán. “¿Quién puede explicar en menos de un
minuto – que, por otra parte en televisión es toda una eternidad-
el Corán o
tantas cosas complejas que son objeto de las informaciones cotidianas?”
(Muñoz Alonso, 1999: 36)
En este contexto, en el que los asuntos políticos -considerados poco
estimulantes- se intentan hacer pasar por interesantes a toda costa, Bourdieu
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señala una tendencia generalizada a sustituir las figuras y los géneros que
hacen posible el análisis y la discusión profunda de los expertos “por la mera
diversión y, en particular, por las charlas intrascendentes en los talk shows
entre interlocutores adictos e intercambiables” (Bourdieu,1997:127). En relación
con el perfil de los interlocutores que participan en 59 segundos es importante
recordar que en las primeras emisiones contemplaba la posibilidad de que dos
humoristas de distintas orientación política debatieran, de forma desenfadada y
en clave cómica, algunos de los temas abordados en el programa: en este
sentido Arroyo explica como en su primera emisión, Anabel Alonso y Quique
San Francisco tuvieron un acalorado cara a cara sobre temas de actualidad
(Arroyo, 2008: 177).
La espectacularización de lo político en Tengo una pregunta para usted el segundo programa clasificado en esta categoría de los Formatos políticos
epectacularizados- responde a un abanico más amplio de factores. El primero
reside en lo estrictamente formal: una realización más cercana a la de un gran
festival que a la de una entrevista política. Antes de la emisión del primer
programa- marzo de 2007- RTVE explicó con detalle los aspectos técnicos del
programa como parte de la promoción: un plató de 1200 metros, un equipo de
100 profesionales, 14 cámaras fijas y móviles para captar cuanto aconteciera
en los 90 minutos de programa entre las que destacaba una cabeza caliente
telescópica servocontrolada elevada a cuatro metros de altura, un travelling
circular de 45 metros de largo con dos cámaras situadas sobre pedestales
hidráulicos dirigidos por control remoto. El director de Arte de TVE, Javier
Montemayor, destacó la apuesta por el plató circular de 360º para permitir que
el espectador se sintiera desde casa como parte de un hemiciclo “integrado
totalmente en la emisión”.
La lógica del programa es el segundo factor que espectaculariza esta
entrevista política al desdibujar el peso periodístico de una entrevista y
engordar el valor de la participación democrática del ciudadano común. El peso
periodístico se desdibuja al atribuir al periodista presentador la mera función de
un moderador que ordena las intervenciones, apremia a quienes “se van por
las ramas” o precisa los puntos que lo necesitan. Un hecho que además se
valora positivamente: según El País, “Lorenzo Milá actuó como un presentador
anglosajón, alejado de los respetos reverenciales que la prensa de este país
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suele tener muchas veces con las figuras públicas” (El País, 2007a:14),
mientras que Anson considera en El Mundo “La presentación de tengo una
pregunta para usted, ejemplo de objetividad” (Anson, 2009, 21).
Ramonet explica las consecuencias de esta pérdida de peso de lo periodístico.
Para este autor, el periodismo tradicionalmente era una organización triangular
resultante de la relación entre el acontecimiento, el mediador y el ciudadano:
“El acontecimiento estaba relatado por el mediador, es decir el periodista que lo
filtraba, lo analizaba, lo despejaba de alguna manera y lo hacía repercutir en el
ciudadano” (Ramonet,1998: 50-51). Pero el triangulo en la actualidad se ha
transformado en un eje- continua Ramonet- que tiene en un extremo al
ciudadano y en otro al acontecimiento, mientras que el analista se ha
convertido en un cristal transparente: los medios intentan poner al ciudadano
directamente en contacto con el acontecimiento extendiendo la creencia de que
uno puede informarse solo. (Ramonet,1998: 50-51)
La sobrevaloración del papel del público se concreta en la atribución de
valor democrático positivo al hecho de que fueran ciudadanos comunes y no
especialistas quienes preguntaran a los políticos: Lluis Fatjó-Vilas, Consejero
Delegado de TNS Demoscopia (Grupo Sofres)- la empresa responsable de
seleccionar a las 100 personas que asistirían a cada programa como
potenciales entrevistadores- explicó el proceso asegurando que se trataba de
“una muestra representativa de la sociedad española actual, en la que estarán
ciudadanos de todas las comunidades autónomas, de distintas edades, sexos,
profesiones, estado civil y situación laboral”, incluyendo también minorías
sociales: desde inmigrantes hasta personas con discapacidad (rtve.es, 2007) y
teniendo también en cuenta la afinidad política de los ciudadanos
(elpais.es,2007). Esta insistencia en
que el público entrevistador fuera “un
reflejo lo más fehaciente posible de la población, ciudadanos de a pie” (El País,
2007b) entronca con el concepto de Neo-televisión formulado por Eco: la
televisión entendida como un espejo que aspira a reflejar a la gente como es,
promoviendo el acceso a la pantalla- y por tanto a la visibilidad social de
personas sin ningún mérito particular. Como contraposición a la Neo-televisión
surgida en la década de los ochenta, Eco recuerda el modelo de televisión
precedente, la Paleo-televisión: un podio al que sólo se accedía por méritos
especiales (Ramonet, 2001:32).
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El último factor que espectaculariza los asuntos políticos en Tengo una
pregunta para usted es la repercusión mediática posterior a cada una de las
ediciones emitidas. Así, como afirma Canel (2006: 216-217) a partir de diversos
trabajos,
que las noticias políticas multipliquen los efectos de los actos
políticos tradicionales les concede un valor significativo desde el punto de vista
de la interpretación que los ciudadanos harán del acontecimiento político. En el
caso del programa que nos ocupa, un análisis de las dos primeras emisiones
del programa evidencia que los ciudadanos preguntaron al Presidente y al líder
de la oposición mayoritariamente por asuntos relacionados con política
tradicional pero en cambio los medios de comunicación se cebaron al día
siguiente en las anécdotas ocurridas durante las entrevistas: el precio de un
café en el caso del Zapatero, asistir o no a la boda de un hijo homosexual en el
caso de Rajoy (Berrocal y Cebrián, 2009). Como señala el catedrático MuñozAlonso (1995), “los medios pueden moldear y modificar la imagen que el
público tiene de la situación política, centrándose en unos acontecimientos e
ignorando otros”.
B- Magazines Politizados
Espejo Público, El programa de Ana Rosa y La Noria son los Magazines
Politizados que las cadenas españolas emitían en la fecha de elaboración de
este trabajo. Como se ha explicado anteriormente, se trata de magazines
tradicionales en los que se hace un hueco a los asuntos políticos. El factor de
espectacularización en este caso reside precisamente en el hecho de incluir lo
político en un marco que le es ajeno: en los últimos días de marzo de 2009, el
programa Espejo Público de Antena 3 entrevistó al entonces ministro de
economía, Pedro Solbes, y a la Presidenta de la Comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, o debatió sobre el caso de Eluana Englaro y las
posibilidades de la eutanasia en España, en el mismo marco en que se
ocupaba de las novedades del caso Marta del Castillo, acompañaba de
compras a la modelo Martina Klein o emitía un reportaje titulado “El Top-Ten de
lo que ellas odian en el sexo”. En esos mismos días, El programa de Ana Rosa
entrevistaba a Mariano Rajoy, a Rubén Coronado- el transexual español
embarazado de gemelos- y se ocupaba de los pormenores del caso Marta del
Castillo. Por último, La noria del 22 de marzo comentaba los incidentes
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semanales acaecidos en Supervivientes, entrevistaba a Nilo Manrique y
debatía con los tertulianos periodistas sobre la Ley del Aborto.
Ejemplos evidentes de la desconceptualización del discurso político, la
transformación de la política en show business, la dramatización de lo trivial y
la manipulación de la cultura democrática que Sartori atribuye a la implantación
“Videopolítica” (Sartori, 1997).
C- Infoshows políticos
Buenafuente, El Intermedio y Salvados constituyen la última categoría: la
de los Infoshows políticos. Como se ha explicado al clasificar los programas, se
trata de un formato claramente orientado al ocio, pero que espectaculariza lo
político en dos sentidos: por un lado maneja paradójicamente la actualidad
política ironizando sobre ella a la vez que convirtiéndola en el centro del
programa, y por otro implica a los políticos en actividades muy alejadas de la
de sus funciones clásicas.
La materia prima de la que se nutre el infoshow -explica Arroyo- es la
actualidad diaria que es también el punto de partida para la elaboración del
guión del programa: “Así, los temas de los que este género se va a ocupar
(info) surgen de las noticias que aparecen en los informativos audiovisuales,
boletines radiofónicos y periódicos del momento; pero es sobre todo en el
punto de vista adoptado (el de un show) donde este tipo de propuestas
televisivas se distinguen por su capacidad para abordar la actualidad
informativa de forma irónica y crítica a través del humor (Arroyo, 2008: 173174). Este peso de lo informativo ya se ha tratado en este estudio, al señalar
Los Guiñoles de Canal + como el inicio del infoentretenimiento político español.
Lo explicado en ese punto sobre los procesos de selección, jerarquización y
tratamiento de las noticias, así como la comentada actitud de responsabilidad
se repiten en los tres programas señalados. En el caso de Buenafuente “la
jornada empieza a las 10 de la mañana. Tres redactores capaces de leerse
seis periódicos por minuto ya andan por ahí con el ingrediente esencial para el
“vaciado de prensa” que ha de nutrir el programa de contenidos: litros y litros
de café…” (Grau, 2008: 214). En el caso de El Intermedio, Sánchez-Romero
explica la complejidad de mantener este equilibrio entre información y parodia:
“La dificultad que a nuestro parecer entrañaba –desde el punto de vista del
guión- un espacio de humor informativo era que, para satisfacer a esa parte de
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la audiencia que demandaba información, debíamos ser rigurosos en el
tratamiento periodístico de la noticia –aunque lo que contáramos meramente de
esta fuera meramente la enunciación del titular- ¿Por qué? Pues, porque
siendo puristas, y así lo entendíamos entonces y seguimos entendiéndolo
ahora, en el concepto ‘informativo humorístico’ el adjetivo no puede mermar un
ápice la seriedad del sustantivo” (Sánchez- Romero, 2008: 226).
La escenografía es el segundo elemento en que estos programas combinan
estilos informativos y de entretenimiento: “Generalmente, sus presentadores
mantendrán el tono y la pose fría propios de un impertérrito conductor de
noticias (como si el humor que destila su guión no fuera con ellos) aunque, en
realidad, gocen de libertad para sorprender al espectador en cualquier
momento rompiendo su férrea seriedad al realizar una imitación o reaccionar
de forma desproporcionada frente a las noticias que ellos mismos relatan”
(Arroyo, 2008: 175)
Schumpeter, al criticar la teoría de la decisión racional en política, estableció un
marco que ayuda a comprender la influencia de este enfoque paródico de la
actividad política. Según este autor, es improbable que el ciudadano individual
consiga prestar atención a las cuestiones políticas ya que las personas sólo
suelen ser capaces de manifestar un juicio mínimamente elaborado sobre
aquellas opciones de la acción caracterizadas por los criterios de proximidad y
frecuencia. Lo peculiar de las cuestiones políticas, por el contrario, es su lejanía
y el cambio continuo de temas. Por este motivo, la capacidad de los
ciudadanos para manejar cuestiones políticas se ve reducida a razonamientos
infantiles en comparación con otras áreas. El resultado, indica Schumpeter, es
una voluntad susceptible de caer en la manipulación, de dejarse llevar por los
afectos y en todo caso, responde a una voluntad fabricada. La política
expresiva y simbólica aparece así como el mecanismo más eficaz de
movilización de la ciudadanía. (Schumpeter, 1968: 177-178)
De la implicación en de los políticos en estos formatos es buen ejemplo
la muy comentada entrevista, el 19 de marzo de 2009, a Barak Obama en The
tonight show of Jay Leno de la cadena NBC, en la que además de bromear
sobre la caravana presidencial o la ayuda de sus escoltas para ganar al
baloncesto, explicó su programa económico y criticó el cobro de “Bonus” por
altos ejecutivos de empresas en ruinas que habían sido saneadas con dinero
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público. Sorprendentemente, gran parte del revuelo político desatado por esta
aparición no tuvo que ver con la idoneidad del programa o la mezcla de temas,
sino que se debió a que se producía siendo Obama ya presidente, puesto que
es frecuente en la política norteamericana que los candidatos participen con
entusiasmo en estos programas- de hecho Obama lo había visitado en dos
ocasiones y su esposa en una durante la campaña electoral- pero no que los
visiten los presidentes de Gobierno.
En el infoentretenimiento español poco margen les queda a los políticos
patrios para sorprender: en su última legislatura José Mª Aznar invitó a cenar a
“los hombres de negro” del Caiga quien caiga en el Palacio de la Moncloa y el
pasado diciembre Mariano Rajoy aceptó una invitación a desayunar con uno de
los reporteros del programa. Andreu Buenafuente ha entrevistado al Presidente
Zapatero y al líder de la oposición fuera de su estudio, y en él ha recibido a la
mayor parte de los ministros del gobierno socialista además de a las figuras
centrales de los partidos políticos más relevantes. Aunque, quizás los logros
más llamativos sean los de “El Follonero” en Salvados, quien entre otras cosas
ha conseguido que Zapatero y Rajoy hagan un corto para emitir en su
programa, o que la Ministra de Igualdad, Bibiana Aido, saliera a cenar una
noche con él y con sus cámaras, llegando incluso a intercambiar SMS con
otros ministros y a leerlos para el programa. Esta participación entusiasta de
los políticos en los formatos de infoentretenimiento se explica por la
oportunidad que les ofrecen de acceder -y por tanto transmitir sus mensajes- a
públicos alejados de los formatos políticos tradicionales: aquellos a quienes
Zukin llama “público apático” y que son los que no tienen interés por la política
y harían poco uso de los medios de comunicación con finalidades de
información (Zukin, 1981).
Se trata de una manifestación más de la democracia mediática, que
Schwartzenberg llama “vedetización” y que se concreta en el hecho que la
primera tarea de los candidatos sea aprender a vender su imagen
(Schwartzenberg,1987: 23). Tal es la magnitud de esta cultura del espectáculo
que, como señala Champagne, la necesidad de los políticos de pasar por la
televisión, ha modificado la naturaleza de lo que se necesita para triunfar
(Champagne,1990 : 131-197).
15
4. Conclusiones
A pesar de que, como hemos reflejado en este trabajo, existen diferencias
entre las tres categorías analizadas de infoentretenimiento político televisado,
es posible, también, afirmar que estos programas tratan la actualidad política
desde unos parámetros comunes que pueden considerarse tres características
generales del infoentretenimiento político:

Descontextualizan la política- En todos los casos comentados los
acontecimientos políticos son el punto de partida pero, o bien se
equiparan a temas de naturaleza muy diferente como en el caso de los
Magazines Politizados, o bien se frivolizan como en el caso de los
Programas Políticos Espectacularizados o los Infoshows Políticos.

Se centran en los elementos anecdóticos o paradójicos de la vida
pública. En los programas examinados se desplaza la argumentación
política tradicional en favor de aspectos banales o superficiales.

Sitúan a los actores de la política en un marco de representación
inapropiado.
Es
decir,
se
visibilizan
aquellas
actividades
o
declaraciones de los políticos relacionadas con lo anecdótico o lo
excéntrico en detrimento de lo relacionado con su argumentación o
competencia política.
Estas características nos conducen a afirmar que este tipo de programas no
contribuyen a que los ciudadanos comprendan mejor el sistema democrático o
el papel de sus representantes políticos y, sin embargo, sí que colaboran en la
construcción de una percepción banal de la vida política. Esto pone en jaque
las funciones tradicionales del periodismo político, puesto que los contenidos
ofrecidos por estos programas no contribuyen a que los ciudadanos tengan un
conocimiento adecuado de los asuntos públicos, cuestión que dificulta su
participación responsable en la política y, en consecuencia, empeora la calidad
del sistema democrático. El resultado es una política dominada por la ley del
espectáculo, en la que los ciudadanos han perdido de vista su realidad más
inmediata al no ofrecerles información sobre los verdaderos problemas que
debería acometer el poder político. En la práctica estos programas transforman
la política en lo que Paul Valery temía que fuese el arte de impedir a la gente
ocuparse de aquello que le concierne.
16
El problema es especialmente grave, al tener en cuenta que estos formatos
gozan de gran aceptación social, concretada en audiencias relevantes, y que
se multiplican en las parrillas de programación.
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