22-c.qxd 10/5/00 22 CRISIS 20:41 Página 1 El mundo La Plata, viernes 6 de octubre de 2000 POLITICA E INSTITUCIONAL EN YUGOSLAVIA Incendiaron el Parlamento y desapareció Milosevic Una multitud incendió la sede del Parlamento yugoslavo para pedir la renuncia del presidente Slobodan Milosevic, cuyo paradero se desconoce, en una convulsionada jornada donde murieron tres personas. “Esta noche un avión Antonov partió del aeropuerto de Belgrado y suponemos que Milosevic estaba dentro”, afirmó uno de los líderes de la oposición democrática de Serbia (DOS), Mladan Batic. Tras varias horas de manifestaciones en Belgrado, con disturbios en los que tres personas murieron y más de un centenar resultaron heridas, se anunciaba el despegue de tres aviones Antonov desde Belgrado, lo que hizo suponer la huída de Milosevic. “Aparentemente, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic no está más en Belgrado”, afirmó desde Irlanda la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright. Los aviones habrían despegado del aeropuerto militar de Batajnica, a las afueras de Belgrado, en dirección sur, pero la torre de control de vuelos de Macedonia, país fronterizo con Yugoslavia, negó que algún aparato hubiese sobrevolado su territorio. Bulgaria, por su parte, cerró su frontera con Yugoslavia para evitar el ingreso de Milosevic, informó el presidente búlgaro, Petar Stoyanov, con militares de alto rango. Se trata de “excluir toda posibilidad de tránsito por la frontera búlgara de personas buscadas por crímenes de guerra, incluyendo a Slobodan Milosevic”. Milosevic no pudo ser ubicado en todo el día, en una actitud habitual en él, y sólo el Partido Socialista emitió un comunicado en el que advertía que pensaba “luchar contra la violencia y la destrucción”. La agencia que emitió el comunicado, la estatal Tanjug, pasó a la oposición y anunció que, en adelante, “está con el pueblo de su país e informará con veracidad y objetividad”. La Oposición Democrática de Serbia (DOS), que lidera Kostunica, convocó a todos sus partidarios en Serbia a acudir a una gran manifestación en Belgrado en apoyo de su candidato y en contra del “fraude” en las elecciones del 24 de septiembre. El Tribunal Constitucional, al que había recurrido la DOS en busca de un nuevo recuento de los votos, dictaminó entretanto que los comicios de- bían ser anulados y celebrados nuevamente antes de junio de 2001, cuando expiraba el mandato de Milosevic. Esa decisión motivó que los opositores se lanzaran contra el Parlamento, lo que provocó choques con la Policía, pero finalmente lograron su cometido. Los manifestantes tomaron también la sede de la televisión estatal serbia, la RTS, en la que entraron sin mayor resistencia policial. La RTS dejó de emitir durante unas horas, y la imagen reapareció con una lectura en pantalla, que anunciaba “el nuevo programa de la Radiotelevisión Serbia” y pedía “un poco más de paciencia” a la audiencia. “La Policía colapsó en Belgrado”, afirmó uno de los líderes de la DOS, Zarko Korac. Por su parte, el jefe de la Policía de Belgrado, Branko Djuric, prometió a la oposición que sus fuerzas no intervendrían contra los que siguen manifestándose en las calles en apoyo a Kostunica. El coronel Ljubodrag Stojadinovic, ex jefe de prensa, afirmó que “la jefatura militar es adepta a Milosevic, pero los oficiales y parte del generalato y la tropa sólo piensan en los intereses del Estado y las Fuerzas Armadas”. Pueblo y policías, unidos Multitudes que buscan derrocar al presidente serbio Slobodan Milosevic desencadenaron su furia ayer contra los centros de poder, dejando en ruinas o incendiados el Parlamento y otros edificios públicos. Decenas de policías se sumaron a las manifestaciones contra el gobierno instaurado hace casi 13 años y millares de civiles continuaban en las calles de Belgrado esta medianoche a la espera de la instauración de un nuevo gobierno de oposición. El levantamiento popular se desarrolló a una velocidad impresionante, pues las calles se llenaban en momentos en que las fuerzas de seguridad se mostraban poco dispuestas a enfrentar la mayor protesta contra Milosevic. Muchos policías abandonaron sus puestos y se unieron a las multitudes que agitaban banderas cuando se acercaban hacia el centro de Belgrado. La caída de los símbolos del poder La conquista del Parlamento fue de un gran simbolismo, aunque perder el centro de radiodifusión estatal y el diario gubernamental Poliltika fueron vistos como un duro golpe para Milosevic, al arrebatarle sus mayores herramientas de propaganda y la capacidad de reunir a lo que queda de sus seguidores. Los éxitos de la oposición no eliminaron por completo los temores de que Milosevic volviera a la ofensiva