S. GARCERA; A. MARTÍNEZ; A. SOLER Estudio antropológico de los restos óseos hallados en Requena (Valencia) I. INTRODUCCIÓN La necrópolis de la Calerilla se descubrió de forma casual al producirse un desfonde, para cambio de cultivo, en un viñedo de la pedanía de Hortunas (Requena). Como consecuencia de este trabajo algunas estructuras quedaron prácticamente destruidas pero otras, debido a la gran potencia de sedimento que las cubre permanecieron intactas. Las campañas de excavación realizadas hasta la actualidad han permitido definir una necrópolis rural de amplio período de utilización donde se documenta un monumento funerario y numerosas tumbas adosadas a él, en un primer momento de incineración y a partir de finales del siglo II de inhumación. Presentamos en esta comunicación una breve descripción del yacimiento y los primeros resultados de los estudios paleopatólogicos de algunas tumbas de la necrópolis de inhumación, si bien el estudio se encuentra incompleto y el yacimiento en fase de excavación por lo que los resultados que exponemos son parciales. II. DESCRIPCIÓN DEL LUGAR La necrópolis de la Calerilla está situada en el extremo suroriental del término municipal de Requena (Hoja 27-28 del mapa 720 del S.G.E. del año 1981, escala 1:50000, coordenadas 669600-4361500) junto a la carretera que une las comarcas de la Hoya de Buñol con el altiplano de Requena-Utiel, un paso natural a través del río Magro por donde discurriría una vía de penetración de la costa a la meseta, como parece indicar la existencia de un monumento funerario, siempre localizados junto a la vías de comunicación, el estudio macroespacial de yacimientos existente a ambos lados del río y el ser un paso natural más accesible que el actual de la carretera nacional III atravesando la sierra de las Cabrillas. El yacimiento se localiza aproximadamente en el centro del valle de Hortunas, de origen cuaternario, que se encuentra surcado por el río Magro que desde Requena discurre entre cañones de bancos calizos y montes de la Herrada y por el sur por las estribaciones de la sierra Martes. La protección que recibe este valle y la orientación que posee crean un microclima más benigno que le correspondería por su altitud (540 m.s.n.m.), haciendo de este valle un enclave muy apropiado para las actividades agrícolas y ganaderas, conociéndose indicios de actividad humana desde el Eneolítico. Todo parece indicar, que la necrópolis sería el cementerio de una posible villa rústica, situada en las inmediaciones, si bien por el momento desconocemos la actividad económica que allí se desarrollaría. Al primer momento de la utilización de la necrópolis, unido al rito de la incineración, pertenecen los restos de un interesante monumento funerario que suponemos fue el que la originaría. Se trata de un edificio construido para albergar las incineraciones de varios miembros de una familia, posiblemente los propietarios de la villa. 217 S. GARCERA; A. MARTÍNEZ; A. SOLER El monumento quedó muy arrasado por acción del arado pero pudimos recuperar un buen número de piezas que nos están permitiendo su reconstrucción. Por la inscripción funeraria sabemos que una mujer Domitia lusta lo construyó en vida para sí y otras personas relacionadas con ella. Junto a este interesante documento, un capitel de pilastra, de una de las esquinas y diferentes piezas decoradas que pertenecían al friso y cornisa del edificio. Otro dato a tener en cuenta en relación con la necrópolis de inhumación, es el empobrecimiento de los ajuares; continúa la costumbre de depositar junto al cadáver algún objeto, generalmente cerámico, pero la calidad de las piezas deja mucho que desear, dando la sensación en muchos casos de producciones locales y desde luego, nada que ver con las piezas cerámicas de importación que se depositan en las tumbas de incineración. Junto a este monumento se adosan pequeñas tumbas monumentales de incineración con la que guarda una interesante relación espacial. Se trata de fosas excavadas en el suelo donde en un primer momento se efectuaría la incineración del cadáver para después, una vez recogidos parte de los huesos e introducidos en el interior de una urna, construir un pequeño monumento para engrandecer la memoria del difunto. De momento todas las tumbas de incineración excavadas, monumentales o más sencillas son "busta", es decir, que el depósito de los restos quemados, queda en el mismo lugar donde se efectúa la cremación. Esto nos ha permitido en algún caso documentar la orientación del cadáver en el momento en que se efectuó la incineración, apreciándose una orientación este-oeste similar a las primeras tumbas de inhumación. Las primeras inhumaciones, en cuanto a cronología se refiere, aparecen en idéntica orientación que documentamos en algún caso en la necrópolis de incineración. Las tumbas más monumentales, aparecen con urna funeraria y alguna de ellas con elementos de ajuar en su interior, existiendo en un caso un fragmento de aguja de hueso dentro de la urna y varios de la misma pieza en la pira funeraria, lo que demuestra claramente que allí se efectuó la incineración. Los ajuares son variados, con elementos de adorno personal y diferentes objetos cerámicos existiendo también, en algunas de las tumbas, restos de ofrendas alimenticias. A partir de finales del siglo II d.C. documentamos las primeras tumbas de inhumación. El estado actual de las investigaciones no nos permite precisar ni el motivo ni el momento exacto en que cambió el ritual funerario, pero todo parece indicar que debió existir un período de tiempo en el que no se utilizó la necrópolis, al haber podido documentar varias tumbas de incineración profanadas, pero ningún caso de destrucción en las tumbas de inhumación. Esto nos hace suponer que a mediados del siglo II d.C. se produciría un abandono del yacimiento, por motivos que desconocemos, y así el cambio de rito se podría relacionar con la llegada de nueva población. 218 La tipología de la tumba, en este momento, es muy sencilla, aparecen las inhumaciones en fosa simple o con algún tipo de preparación en la base de la tumba como es un enlosado de piedra. En el interior de la fosa se sitúa el cadáver dentro de un ataúd de madera, del que quedan los clavos alineados y en algún caso algún fragmento de madera del ataúd. En un momento cronológico que no podemos precisar, se documenta un cambio en la posición de los cadáveres, se mantiene la orientación este-oeste pero ahora las piernas están dirigidas hacia el oeste. Las tumbas suelen estar desprovistas de ajuar, pero en algún caso contienen piezas datables del siglo IV d.C. La tipología de las tumbas cambia, documentándose fosas simples sin ningún tipo de preparación en la mayoría de los casos, o con losas a doble vertiente. En esta fase, en que se utiliza el rito de la inhumación, no se aprecia la organización del espacio funerario que puede verse en la anterior fase de incinerarión, pero hemos documentado asociaciones de tumbas que pensamos pueden ser producto de una intencionalidad. Varios ejemplos tenemos de enterramientos dobles (hombre-mujer) y enterramientos infantiles. Futuras investigaciones podrán determinar si estas asociaciones son casuales, o como todo parece indicar, responden al deseo de varios miembros de una misma familia de ser enterrados juntos y ocupar un espacio funerario próximo. III. ESTUDIO ANTROPOLÓGICO De los estudios paleopatológicos que nuestro laboratorio está llevando sobre la necrópolis de Hortunas (Requena), podemos destacar el gran deterioro ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LOS RESTOS ÓSEOS HALLADOS EN REQUENA (VALENCIA) de todos los restos inhumanos que nos han sido remitidos. El número de inhumaciones estudiadas es de veintiocho pero tan sólo en diez individuos hemos podido determinar su sexo probable. Así mismo en lo referido a la edad destacamos la gran proporción de adultos en relación a los cuatro casos infantiles hallados. La imposibilidad de determinar con cierta precisión la edad de los individuos debido a la gran fragmentación de las piezas óseas no nos permite establecer conclusiones acerca de la edad media poblacional. La determinación de los caracteres sexuales a través del estudio de la pelvis en los esqueletos que mantienen su conservación, ha permitido obtener cinco individuos de características femeninas y cuatro con rasgos masculinos. Con respecto a la patología encontrada sólo merece especial interés las variantes fisiológicas y patológicas del desarrollo dental. Tras el correspondiente estudio odontológico llama poderosamente la atención la existencia de abundantes caries de gran tamaño, junto a un grado de abrasión dental considerable. Debido al interés de los datos odontológicos obtenidos hemos realizado un poster cuyo resumen figura en el libro de actas. TV. BIBLIOGRAFÍA COMAS, J.; 1957: Manual de Antropología Física. FCE. México. HEGLAR, R.; 1972: Paleoserology techniques applied to skeleral Identification (J. For Sci. 17: pp. 358-363). STEPHENS, B.G.; 1978: A simple method for preparing human ske-letal material for forensic examination (J. For. Se. 30 nov. 1978. pp. 660-662). 219