356679. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LVI, Pág. 178. LIBRANZAS, NATURALEZA DE LAS. El proceso del derecho mercantil lo representa el paso de la doctrina subjetiva que, para atribuir la calidad mercantil a un acto, atendía el carácter de comerciante de los sujetos que lo celebraban, a la concepción o tesis objetiva, que consideraba la naturaleza del acto, independientemente de la persona que lo realizaba, y consecuentemente, tratándose de títulos de crédito, el progreso lo marca la teoría de la obligación abstracta, esencialmente formal, literal y autónoma, teoría que considera indispensable el título para exigir la prestación, que se ejecuta al tenor del documento, en la extensión que del mismo resulte, e independientemente de la causa que le dio origen, puesto que el titular nada tiene que ver con las relaciones que hubieren mediado entre los anteriores poseedores del título y el deudor. De acuerdo con estos principios, la letra de cambio no es exclusivamente un instrumento de cambio, sino que se le considera principalmente como título de crédito, y como tal, autónomo, ya que no supone la preexistencia del contrato de cambio y puede expedirse para ser pagado en el mismo lugar, desapareciendo así una de las diferencias sustanciales que la distinguen de las libranzas, en nuestra legislación positiva, ya que éstas desempeñan actualmente la misma función económica de las letras de cambio, y aun cuando nuestro Código de Comercio fija la naturaleza mercantil de la libranza, en atención a la calidad de comerciante de las personas que en ella hubieren intervenido, o con relación a la causa que la origina, debe tenerse en cuenta que estos requisitos no se comparecen con la doctrina de los actos objetivos ni con la teoría de la autonomía de los títulos de crédito, razón por la cual la libranza debe ser siempre mercantil como la letra, cuya literalidad y autonomía fue adoptada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, desde la época en que regía sobre la materia el Código de Comercio, no obstante que sus disposiciones definían este documento como un instrumento de cambio, y esta teoría debe aplicarse con relación a las libranzas, y estimar que el requisito a que se refiere la fracción VI del artículo 546, no es esencial, dado que prescindiendo de él, la libranza sigue siendo de naturaleza mercantil. Amparo civil directo 1507/35. Salgado Mariano. 7 de abril de 1938. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-