Jerónimo Román moros para resistir sus28 correrias e yr les ganando tierra para echar los de toda Spañna como asta ally se avia ido hasiendo por todos los reies cristianos. Este puso en su coraçon desde luego que vio los movimientos que se llevantavan contra los Templarios y assy visto lo que se avia proveido mando poner en deposito los bienes assy muebles como los pueblos y otras hasiendas que tenian en el reino los Templarios. La historia deste Rey llama Vasco Fernamdes ynorantemente porque no se decia sino don Lorenço Monis como que da dicho ni de los comendadores ni priores no se hiso nada ni uvo nove-(fl. 10v)dad porque en ellos no se puso ni allo nota y assy se quedaron libres y despues se encorporaron en la misma Ordem que se tratava fundar como lo diremos a su tiempo murio Clemente poco despues dexando lo que se detremino en el concilio sobre la Orden del Temple y sus profeçores en toda la cristiandad salvo en Españna pero sucesor le dio lo able y santo fin como agora dire. Invio a la corte romana el rey don Denis dos enbaxadores prudenticimos y vastanticimos para qualquer negocio por grande e inportante que fuese y eran Pero Nunes (como dice el breve del Papa), Pero Peres canonigo de la catedral de Coimbra y a un cavallero dicho Juan Lorenço de Monçaras29 los quales bien instruidos en lo que avian de hacer llegados en Aviñnon adonde estava el Papa Juan vigesimo segundo que sucedio al dicho Clemente quinto. Venido el dia que se les avia de dar audiencia propusieron su enbaxada y legados al punto de enagenarce los bienes de los Templarios y darce a la Orden de San Joan assy provaron con raçones yficaces no convenir que el Papa y los cardenales se tuvieron en aquel punto por mas satisfechos y porque los dichos envajadores avian entendido que el Rey de Portugal pretendia aplicar a su corona los tales bienes y les desisieran la sospecha disiendo y porque vuestra biatitud entienda como el Rey nuestro señnor esta muy lexos de toda codicia y interes y que su fin es que los tales bienes seian siempre dedicados al servicio de Dios y enxalçamiento de la fee catholica y los oferece a la iglesia y nosotros en su nombre en lugar fuerte en el reino del Algarve llamado Castro Marin acomodadicimo assy pera la fortalesa como por el puesto para fun<dar> (fl. 11) en un famoso convento de cavalleros de Jesu Christo para que desde ally como en frontera de los moros que molestan la tierra de Africa que acuden cada dia por mar estan para resestir y acometer a los inimigos comunes y que por que se fundace una nueva religion a ymitaçion de la que notro tiempo profeçaron los Templarios quando vivian devajo de la obidiencia de la Iglesia el Rey tiene por bien de dar aquella fuerça y quitar la de la corona aunque le cea de mucho ynteres y dar la libremente con todas sus pertenemcias a la nueva Orden que se fundare y cavalleros que ally vivieren pera aumento de la relegion cristiana y que se veria bien quan bien empleado seria en aquella relegion los bienes de los Templarios. Y esto suplicamos a Vuestra Santidad porque el Rey terna esta por una de las señnaladas mercedes que podria recebir de la silla apostolica. Oyeran el Papa y cardenales atentamente la enbaxada y agradeciendo al Rey su relegiosa intencion y demanda se le respondio que se miraria lo que podian con madura deliberacion y que en todo se satisfaria a la voluntad y santo selo de su Rey y consultado y tratado todo en consistorio publico fueron llamados los embaxadores y alli despues de loada la cristiandad de su princepe se le concedio plenaria auturidad para que en el dicho castillo de Castro Marin se hisiese convento de la Orden de la Cavallaria de Jesu Christo. A la qual se le aplicavam las rentas y todos los demas bienes y previlegios de la destruida Orden del Temple y que viviecen segun los estatutos 28 Na versão da BNL, Colecção Pombalina, ms. 688, microfilme 335I, o texto que começa no local onde inserimos esta nota de rodapé termina no fl. 42v do manuscrito que agora publicamos. Foi encadernado, sem respeito pela sequência do texto, depois do capítulo 21, fl. 54 do manuscrito que agora publicamos. Por sua vez, a parte inicial do texto não aparece na BNL, Colecção Pombalina, ms. 688. 29 Procuração publicada Monumenta Henricina, vol. I, doc. 58, p. 88-90. 31