Introducción El Banco del Estado se creó en 1953, cuando comenzaba el gobierno de Ibañez. Sin embargo, nuestro análisis quedaría incompleto si no explicáramos, aunque brevemente, la evolución de los cuatro organismos que se fusionaron para formarlo. Cada una de estas instituciones fue creada en un momento distinto, y cada una experimentó una evolución diferente, enfrentando problemas propios de su quehacer, hasta su unificación en 1953. Cada una de ellas aportó al BECH su percepción de la realidad nacional y de los problemas del crédito y del ahorro. El Banco fue, inicialmente, la suma y continuación de lo existente; pero, pronto se agregaron nuevos problemas e inquietudes y nuevas soluciones. En 1953 se fusionaron la Caja Nacional de Ahorros, de larga trayectoria, fuerte arraigo popular y masiva difusión; la Caja de Crédito Hipotecario, cuya labor e importancia venían declinando; y las Cajas de Crédito Agrario e Industrial, organismos especializados que habían sido creados en la década de los 20. La idea de crear un Banco del Estado fue presentada muchas veces antes de 1953. Incluso en 1925, al crearse el Banco Central, hubo confusiones y proposiciones tendientes a crear un organismo híbrido, con funciones de Banco Central y de Banco del Estado (de la Nación o de la República eran otros nombres para la misma idea). Ninguno de los intentos previos que se realizaron desde la época de Balmaceda prosperó; en algunos casos por la debilidad de la propuesta y en otros por no concitar acuerdo entre los actores económicos. Sin embargo, los sucesivos proyectos hicieron madurar la idea que vino a concretarse ya avanzado este siglo y gracias a facultades económicas y administrativas extraordinarias que el Parlamento acordó al asumir el nuevo gobierno. Luego de 14 años de “gobiernos radicales”, asume la Presidencia, por elección democrática, el General Carlos Ibañez del Campo, quien ya había ejercido ese cargo en circunstancias bien distintas y anormales. Ibañez fue elegido en 1952 con el apoyo de un conjunto muy heterogéneo de partidos políticos y su gobierno se caracterizó por continuos movimientos en el gabinete (en gran medida a raíz de cuestionamientos del Parlamento) y por el cambiante apoyo político del gobierno, el que se inició con la participación de la izquierda y concluyó con una presencia bastante marcada de la derecha. A fines de los 40, el país enfrentaba diversos problemas, entre los cuales estaba la inflación, que desde el gobierno del Presidente González aumentaba de año en año. Las causas de la inflación, según el análisis de esa época, eran entre otras, el desequilibrio en la balanza de pagos, un inadecuado régimen de cambios, el estancamiento de la producción agrícola, el régimen fiscal inapropiado, la expansión incontrolada del crédito y la falsa orientación de las inversiones en negocios especulativos. En el intento por estabilizar los precios, se hicieron varias proposiciones y cada uno de los Ministros que se sucedieron durante el gobierno de Ibañez aplicó medidas diferentes. No hubo continuidad puesto que se carecía de apoyo político y de la opinión pública. Comienzan a difundirse en esos años las teorías estructuralistas, visitan Chile Harberger y Kaldor proponiendo soluciones opuestas, lo que ocasionó interesantes discusiones durante toda la década de los 50. El Fondo Monetario Internacional daba sus primeros pasos y se concretaba la Comisión Económica para América Latina. Las tasas de crecimiento mostraban descenso. La industria manufacturera privada había crecido a buen ritmo en los 15 años anteriores; pero, el proceso de sustitución de importaciones comenzaba ya a enfrentar problemas. La agricultura se veía progresivamente sobrepasada por la creciente demanda interna, lo que requería de cada vez mayores importaciones de alimentos. La Corporación de Fomento de la Producción estaba abocada a la creación de la infraestructura que el desarrollo requería, construyendo plantas hidroeléctricas y siderúrgicas, explorando y explotando yacimientos petroleros, emprendiendo nuevas tareas hacia el área de la ganadería, los frigoríficos, la madera y la celulosa, la pesca, el transporte, el turismo y la cinematografía entre otros. Se crea, entonces, el Departamento de Planificación de la CORFO, a cargo de Raúl Sáez, para elaborar un Plan Nacional de Inversiones. El crecimiento económico del país dependía fuertemente de las oscilaciones económicas de los países industrializados. Entre 1951 y 1952, Europa y Estados Unidos experimentaron un notorio crecimiento a consecuencia del rearme. En Estados Unidos la actividad desciende en 1953, pero Europa mantiene el ritmo. Esto, unido a la Guerra de Corea, se refleja en bonanza para nuestro país, con un rápido crecimiento de las exportaciones (27% en 1951 y 53% en 1952) y del Producto Geográfico Bruto, que aumentó en un 12% en 1952. Ello permitió postergar por unos años los problemas que se habían acumulado, per que inevitablemente reaparecieron. En esta Primera Parte, no trataremos sino marginalmente situaciones como las que acabamos de mencionar. Estudiaremos la creación del Banco del Estado de Chile en sí misma, sin adentrarnos en el contexto nacional (que en cambio será someramente considerado en las Partes Segunda y Tercera). La Primera Parte está dividida en tres Capítulos: el primero es un recuento de los sucesivos proyectos de creación de un Banco del Estado que no lograron concretarse, señalando sus principales contenidos y las reacciones que provocaron, en particular los que surgieron en la década de los 40. En el segundo capítulo damos cuenta de la creación de la nueva institución y las reacciones que provocó entre los representantes de las diversas actividades productivas, así como entre los funcionarios de las Cajas que entraron en la fusión, la banca privada y la prensa. En el capítulo tercero se describe el nacimiento y desarrollo de los cuatro organismos que dieron origen al Banco del Estado al fusionarse. Reseñamos también allí los aspectos que implicaron que una quinta Caja no entrara en la fusión.