CONTEXTO HISTÓRICO, FILOSÓFICO DE PLATÓN: CULTURAL Y La época en la que vivió Platón condicionó su filosofía, y de modo especial su pensamiento político. Es conveniente, por ello, que nos detengamos en las siguientes cuestiones: 1º. Antecedentes filosóficos. 2º. Los sofistas y el pensamiento democrático. 3º. Características de la ciudad-estado. 4º. Las instituciones y la vida política griega en general, que servía de marco y de punto de arranque a las especulaciones sobre el arte del buen gobierno. 5º. Los ideales políticos de la Atenas democrática. 6º. Las críticas a la democracia. 7º. Influencias de la filosofía de Platón. ANTECEDENTES FILOSÓFICOS: En el siglo VI a C. hay una revolución cultural que deja atrás el mito y su modo imaginativo de responder a las preguntas, dando paso al logos, que intentará responderlas racionalmente. Los presocráticos intentarán comprender los fenómenos naturales desde los fenómenos mismos. La máxima expresión de esta revolución la encontramos en la filosofía de Platón. LOS SOFISTAS Y EL PENSAMIENTO DEMOCRÁTICO: Fue un movimiento intelectual en armonía con los intereses del ciudadano común y que, consecuentemente, opone a la ideología aristocrática del poder establecido un programa de vida independiente de la sangre y del origen social: la libre competencia en la lucha por el poder político. La sofística le dio armas al ciudadano corriente para poner en cuestión la estructura social y el reparto del poder político y económico tradicionales. Frente a ellos, Sócrates elaboraría una filosofía introspectiva e intimista al servicio de los intereses de una fracción social determinada. Platón, más tarde, con su famosa “teoría de las ideas”, que pretendía dar consistencia y objetividad al saber humano, está al servicio de un punto de partida ético-político de corte elitista, es decir de la reacción aristocrática. Platón polemiza con los sofistas en “La República”. Allí podemos encontrar las siguientes contraposiciones: -la que distingue entre dos tipos de políticos y dos tipos de conocimiento: la de los que sólo conocen las sombras y viven en el mundo de la opinión y la de aquellos que conocen la auténtica realidad y el Bien. -la que distingue entre dos formas de educación: la de los sofistas, para quienes esta consiste en introducir conocimientos en la mente de los educandos, y la de Sócrates y Platón, que pretenden enseñar a mirar hacia donde merece la pena mirar. -la que distingue entre el bien común platónico frente al bien particular, subjetivo y relativo de los sofistas. CARACTERÍSTICAS DE LA CIUDAD-ESTADO: Era la célula básica de la organización política. Los griegos estaban convencidos de que el único ámbito posible para un hombre civilizado es aquel que puede abarcar y discernir su entendimiento, y con el que puede identificarse emocionalmente. Sólo las comunidades con el tamaño y las características propias de la ciudad-estado responden a estos requisitos. Por ello su radio de acción y poder era limitado. Su población estaba organizada en tres grandes grupos: Los esclavos, que políticamente no tenían ningún derecho, y cuya condición fue aceptada como un hecho natural que no requería discusión por todos los pensadores antiguos. Los pensadores griegos descuidarán llamativamente el avance de la técnica: puesto que hay esclavos, ¿qué mejor máquina se puede inventar? Por eso, la filosofía, que surge del ocio y de la desvalorización del trabajo productivo, es fundamentalmente teórica y contemplativa. La holganza origina la contemplación del mismo modo que la necesidad fomenta la creación de los ingenios técnicos que llamamos inventos. Los metecos, extranjeros residentes que aunque eran libres quedaban al margen de la vida política de la ciudad. Los ciudadanos, privilegio obtenido por nacimiento que implicaba el derecho a tomar parte activa de la vida política de la ciudad; poseían el privilegio de asistir a la Asamblea de la ciudad y la posibilidad de desempeñar cargos públicos. Muchos ciudadanos viven en la ociosidad, y la ciudad, además, entrega una cierta cantidad a los magistrados, a los jurados de los tribunales, a los soldados e incluso – a partir del s. IV- a todos los ciudadanos los días que participaban en la Asamblea. El ciudadano de Atenas se dedica sobre todo a la vida pública. El hombre ajeno a la política -apático o indiferente- era considerado imperfecto y vicioso. La casa queda para la mujer, que no sale casi nunca y permanece marginada; cuando el varón regresa a casa, es frecuente que organice banquetes con sus amigos hasta altas horas de la noche. Atenas se convirtió en el centro de pensamiento filosófico por sus condiciones favorables: economía floreciente, libertades democráticas, contactos con otras culturas, afluencia de extranjeros, curiosidad por todo... Esta es la paradoja: la ciudad democrática hizo posible la eclosión de la filosofía, pero, en general, ni los filósofos ni los poetas sintieron gran simpatía por la democracia. LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS: Las formas de gobierno de las Ciudades-Estado no se sujetaron a patrones definidos. Atenas, como otras ciudades, había conocido sucesivamente diversos tipos de gobierno, pero toda esa variedad comprendía siempre algún tipo de asamblea popular. La Asamblea la integraban la totalidad de los ciudadanos varones a partir de la edad de veinte años. Se reunía de modo ordinario diez veces al año y de modo extraordinario cuantas veces fuese necesario. Además, en Atenas, existía el Consejo de los Quinientos y el Consejo del Areópago. El primero tenía funciones legislativas, redactaba los textos que luego debía n aprobarse en la Asamblea asumía el poder ejecutivo y el control de la hacienda y la administración. El segundo es lo que había quedado de un senado aristocrático al que la creciente democracia lo había ido erosionando hasta convertirlo en un tribunal supremo encargado de las causas criminales más graves. En Esparta, por el aristocratismo de esta ciudad, estaba integrado por la aristocracia gobernante sin que sus miembros fuesen elegidos popularmente por la Asamblea, como ocurría en Atenas. Los magistrados: Era un grupo de diez ciudadanos, seleccionados de forma que cada uno de ellos fuese miembro de cada una de los barrios o demos en que se hallaban divididos los ciudadanos. Actuaban en nombre del pueblo y sólo durante un breve periodo. Ello permitía que todos los ciudadanos tuviesen acceso a las funciones de gobierno, lo cual estaba reforzado por la disposición contraria a las reelecciones. Los nombramientos de los cargos públicos se efectuaban por sorteo, de acuerdo a las normas democráticas. Los magistrados y funcionarios de gobierno no tenían un poder real, pues este se hallaba en manos del Consejo y de las determinaciones de la Asamblea. Existía, además, el cuerpo de los Diez Generales, que no eran elegidos por sorteo sino por elección directa y podían ser reelegidos. Aunque eran oficiales militares en teoría, su cargo se revestía de una mayor importancia política, y más que conducir a un cuerpo de representantes dirigían a todo un pueblo. Un caso claro lo tenemos en Pericles, cuyas funciones se asemejaban más a la del primer ministro de los Estados modernos que a las de un simple jefe de tropas. Los tribunales: Con funciones no sólo judiciales sino también legislativas y ejecutivas. Sus miembros eran muy numerosos, elegidos, como los demás cargos a través de los demos y su designación final sometida a sorteo. LOS IDEALES POLÍTICOS DE LA ATENAS DEMOCRÁTICA: El conocimiento de las ideas de los griegos sobre el tema ha llegado a nosotros a través de la conocida oración fúnebre que Pericles pronunció en el entierro de los atenienses muertos en la primera campaña de la Guerra del Peloponeso. La democracia: Pericles era tajante al respecto: “Nuestra forma de gobierno se llama democracia porque el poder está en manos de la mayoría y no de unos pocos”. Ya sabemos como resolvían los problemas de distribución de los cuerpos de gobierno, de elección y de designación de magistrados, en un sistema de rotación de los cargos que daba lugar a una participación activa por parte de todos los ciudadanos. La igualdad: Existía el imperativo de no excluir a ningún ciudadano por motivos de diferencia social. Eran las dotes naturales, y no el mayor o menor grado de riqueza, las que determinaban la participación en los asuntos públicos. La política, en virtud de esta concepción igualitaria, no era una profesión sino un ejercicio de aficionados y, a pesar de los éxitos de la democracia ateniense, la falta de disciplina que ello suponía no dejaría de tener consecuencias graves con el paso del tiempo. El gobierno popular: La soberanía descansaba en el conjunto de los ciudadanos. La intención de delegarla en manos individuales era rechazada sin discusión y este rechazo evidencia la preocupación de que los asuntos políticos no cayesen bajo la influencia de una sola persona o de una elite en particular. La libertad y la ley: La concepción de una vida política armónica estaba sustentada por dos valores interrelacionados: la libertad y la ley. Ser libre consistía en no depender de nadie ni de nada y, a un mismo tiempo, implicaba el respeto a las disposiciones de la mayoría democrática. La restricción que imponía la ley no suponía la limitación de la libertad, puesto que no era la imposición de una voluntad individual. LAS CRÍTICAS A LA DEMOCRACIA: Frente a las fuerzas sociales que habían hecho triunfar la democracia en Atenas, una nobleza de tendencias oligárquicas y una minoría de propietarios rurales trataron de hacer prevalecer sus opiniones adversas. Sentían simpatía por el régimen aristocrático de Esparta. Aristófanes reflejó en sus comedias el descontento del sector aristocrático de la ciudad. Fustigó sin piedad a los jefes democráticos y a su política. Isócrates quería restaurar el papel rector del Aerópago aristocrático y sustituir al método de sorteo por el de la elección. Es una crítica desde la defensa de la democracia. Jenofonte criticó el régimen democrático, caracterizado por la indisciplina, la incompetencia y el partidismo. Ve al gobierno aristocrático y militar espartano como una forma superior de institucionalización política. Atenas le incautó sus bienes y Esparta le dio una hacienda como compensación. INFLUENCIAS DE LA FILOSOFÍA DE PLATÓN: -En el terreno de la Ontología su teoría de las ideas es fundamental en la moderna filosofía de las matemáticas. -En el terreno del Conocimiento su dialéctica aparece como el proyecto de un saber universal y absoluto. Ha inspirado a alguno de los grandes filósofos, como Leibniz o Hegel. -En el terreno de la Antropología su distinción alma-cuerpo ha influido en el desarrollo de la religión cristiana y ha nutrido una concepción popular de la psicología. - En el terreno político, su utópico gobierno de los sabios -el Estado ideal y racional de “La República”- ha estado en la base, de casi todas las revoluciones políticas. Bibliografía: “Historia de la filosofía en su marco cultural”,de César Tejedor Campomanes. “Filosofía y Sociedad”, de Rafael Jerez Mir. “Historia del pensamiento social”, de Salvador Giner. “Introducción general a las ideas políticas” de varios autores.