• ARQUEOLOGÍA DEL SABER • LA FILOSOFÍA: LA CONFIGURACIÓN DE LO REAL • LAS CIENCIAS SOCIALES: LOS DESEOS DEL CONOCIMIENTO • LA RACIONALIDAD CIENTÍFICA: LA MOSTRACIÓN DE LO REAL COMTE En el Discurso sobre el espíritu positivo se expone la superioridad mental y social del espíritu positivo así como las condiciones para su advenimiento. Propone la alianza de los propietarios y los filósofos a la que seguiría la implantación de una enseñanza superior de orientación positiva como solución a los problemas sociales. EL POSITIVISMO DE COMTE DEFINICIÓN DE COMTE DE FILOSOFÍA: doctrina general de los conocimientos humanos. Las ciencias positivas se fundamentan en hechos observados. El positivismo lo considera como un saber universal que sintetiza todas las ciencias. El positivismo de Comte, siguiendo la dirección marcada por Saint−Simon, nace de la necesidad de construir la ciencia como fundamento de un nuevo orden social unitario. Hay que tener en cuenta que el positivismo acompaña y provoca el nacimiento y la afirmación de la organización técnico−industrial de la sociedad, fundada y condicionada por la ciencia y por la técnica. En este sentido, el positivismo expresa las esperanzas, los ideales y la exaltación optimista que ha provocado y acompañado la sociedad moderna en la que el hombre cree haber hallado en la ciencia la garantía infalible de su propio destino. Esto explica el rechazo que el positivismo hace de toda referencia a lo sobrenatural, a lo metafísico, considerada ahora como inútil y supersticiosa y su concepción de la ciencia como la expresión a través de la cual se adquiere el único conocimiento válido sobre los hechos. Una vez que, dadas las condiciones actuales, ha podido hacerse positiva en sus diversas manifestaciones e imponer las consecuentes medidas de orden práctico. Comte trate de derrocar el dominio del apriorismo y restaurar la autoridad de la experiencia orientándose hacia la búsqueda de una leyes físicas necesarias que gobernarían la realidad. El sabes positivo responde a una tesis fundamental: los enunciados científicos son enunciados sobre hechos constatables. La ciencia de interesa por las cosas en cuanto que estas si nos manifiestan, en cuanto son fenómeno, algo con lo que el hombre se encuentra lo dado. Pero estas cosas dadas como fenómeno las ciencias las considera únicamente en cuanto observables y, como tal, verificables para cualquiera. Además si tales hechos han de servir para el saber positivo, es necesario que sean observados y verificados con máxima precisión y rigor. Resulta que hecho científico y hecho positivo se identifican. Los hechos no se presentan de manera caótica, sino según un orden bastante invariable que nos manifiesta cómo acontecen. Es lo que llamamos ley. Las leyes no nos dicen porqué, sino cómo ocurren los hechos. El saber positivo consiste, en conocer no la naturaleza interna de las cosas, sino el modo de su relación con otras. El saber positivo es un saber relativo. La naturaleza es un sistema de relaciones, una red en las que los hechos son los nudos de sus relaciones, una red en la que los hechos se presentan cuando se presentan otros. 1 Comte ve en la ciencia positiva el único camino para establecer e incrementar el poder del hombre sobre la naturaleza. La meta de las ciencias es la formulación de las leyes, porque la ley permite la previsión y guía la acción del hombre sobre la naturaleza. La ciencia está constituida por dos elementos: el hecho observado y la ley. Ésta prevalece sobre aquél. Las leyes se descubren por la reflexión racional dentro del mundo de la experiencia. En definitiva, constituyen el principio del determinismo que se extiende al hombre y a la sociedad. Pero las ciencias progresan sin cesar. Sus principios son relativos puesto que toda especulación humana está condicionada por la realidad exterior y por la propia constitución interna del hombre. LA SOCIOLOGÍA O FÍSICA SOCIAL Todas las ciencias están subordinadas a la Física Social o Sociología, última de las ciencias que ha llegado a ser positiva. La sociología es una síntesis de todas las ciencias positivas en el sentido de que las grandes concepciones científicas, que son los productos de la actividad intelectual de la humanidad, constituyen su objetivo natural. En la obra Sistema de Política Positiva, Comte le asigna además a la sociología la tarea de instituir la religión de la humanidad, es decir, la proyección religiosa de la filosofía positiva. La idea de orden y progreso La sociología de Comte está inspirada en Montesquie, Condorcet y Bosseuet. Bajo estas tres influencias, Comte aborda el estudio de los hombres en sociedad, de los fenómenos sociales sometidos a todas las leyes de la vida orgánica en general, y cuya continuidad queda confirmada por la idea de progreso como desarrollo del orden, lo cual permite una valoración de todas las épocas pasadas. Centra la vieja noción de la historia como un retorno circular u oscilatorio, Comte propugna ahora la idea de un avance progresivo, de una línea que se acerca indefinidamente a una meta, sin jamás tocarla. De la sociología a la Religión de la Humanidad Comte hace de la religión el ángulo de reflexión de todo su sistema enciclopédico del saber. El camino lo suministra la sociología, que da paso a la moral: cuyo objeto es la revalorización del sentimiento como fuerza activa de la existencia humana y cuyo fin es dar unidad a la vida individual armonizándola con la del resto de los individuos, es decir, exigiendo al hombre vivir para la humanidad, en Gran Ser. La Humanidad es la unidad suprema integrada por elementos naturales y espirituales. El positivismo considera superadas las creencias religiosas del estado. Sin embargo, su abandono supone la necesidad de una nueva religión que religue de nuevo a los hombres en su porvenir. Esta nueva religión es la religión de la Humanidad, propia del estado positivo, en el que el individuo se salva y sobrevive en los otros. La religión potencia y enlaza las voluntades. La educación adquiere aquí un papel predominante, es e recurso para asegurar el progreso teórico y práctico a la vez. La Humanidad ha quedado divinizado, todos los actos de la vida social deben ser continua expresión de veneración y servicio a la misma, puesto que la felicidad consiste en unirse más a ella, como resumen del orden universal. El positivismo comtiano acaba así potenciando la naturaleza altruista del hombre a 2 favor de una noble coordinación de la inteligencia, el sentimiento y la voluntad. 3