Positivismo; Augusto Comte

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Introducción
Hacia la segunda mitad del siglo XIX el Romanticismo, movimiento que se opuso a todo lo establecido hasta
aquel momento, con sus fuentes de inspiración, sus valores consagrados, su forma subjetiva, su contradicción
existencial entre lo poseído y lo anhelado, etc., va perdiendo su fuerza, y se impone la corriente positiva.
El Positivismo pretende "atenerse a los hechos" y toma como modelo de racionalidad la ciencia experimental,
por lo tanto difiere totalmente del pensamiento romántico; aunque la idea de progreso, una de las obsesiones
románticas, sigue destacada como ideal en esta filosofía. Se puede considerar al positivismo como un
"romanticismo de la ciencia".
El fundador de este pensamiento es Augusto Comte, filósofo francés,
considerado uno de los pioneros de la sociología. Nació en Montpellier el 19 de enero de 1798. Durante
algunos años fue secretario particular del teórico socialista Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint−Simon,
de quien recibió influencias reflejadas posteriormente en algunas de sus obras. Murió en París el 5 de
septiembre de 1857.
El Positivismo
Positivismo se define como un sistema de filosofía, basado en la experiencia y el conocimiento empírico de
los fenómenos naturales, en el que la metafísica y la teología se consideran sistemas de conocimiento
imperfectos e inadecuados.
Respecto a los orígenes del positivismo, consideramos en primer lugar, la tradición humanista − científica
heredada del siglo XVIII y de la Revolución Francesa. Luego los problemas sociales, los cambios
institucionales a veces violentos que atenta la inteligencia del hombre europeo. En tercer lugar, una razón
negativa: el positivismo representa una reacción contra la filosofía meramente especulativa, sin raíz alguna en
los hechos que afectan al individuo y a la sociedad. El positivismo pretende establecer, a partir de los hechos y
sólo de ellos, leyes que expliquen este mundo, y sirvan para actuar sobre él; y no fantásticas teorías sobre
entidades que nadie percibe y sobre mundos del más allá.
La expresión "lo positivo", tiene diferentes significados. Por extensión,
pasó a significar todo lo que se puede considerar como un hecho, o como un dato de la experiencia. En este
sentido, es prácticamente sinónimo de lo real.
Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la
realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. Se interesó por la
reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta
vía, del control de las fuerzas naturales. La idea central de su pensamiento es la "regeneración universal" a
través del conocimiento. El positivismo buscó también en la ciencia el remedio a las perturbaciones sociales
del siglo XIX.
Características de la tendencia positiva:
1. Propone un nuevo modelo de racionalidad: la racionalidad científica.
Comte declara que se inspira en Bacon, Galileo y Descartes.
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2. Pretende mantenerse en el terreno de los hechos. Entendiendo por "hecho" no sólo los datos inmediatos de
los sentidos, sino las relaciones entre dichos datos, es decir, las leyes científicas. Aquí se presenta una cierta
incongruencia: las leyes no son hechos, sino generalizaciones acerca de los hechos.
3. Rechaza como "incognoscible" todo lo que este más allá de los hechos: negación de la Metafísica, y
postura, en general, agnóstica.
4. Considera a la ciencia como guía única de la Humanidad, y confía en un progreso indefinido. Por lo tanto el
valor de la ciencia queda subordinado a estos ideales humanitarios (función práctica del saber), y que la
misma ciencia es relativizada históricamente (relativismo del saber).
5. Desde el punto de vista moral, defiende el utilitarismo; y desde el punto de vista socio−político, representa
una ideología burguesa, conservadora (a pesar de la creencia en el progreso) y, a veces, escasamente
democrática.
Desde el punto de vista filosófico, puede establecerse una relación con el empirismo. Pero el positivismo,
desde el punto de vista de la teoría del conocimiento, es un realismo: los sentidos ponen en contacto inmediato
con la realidad, y las leyes de la naturaleza expresan conexiones reales ("hechos"), y no simplemente hábitos
subjetivos.
La filosofía comtiana puede dividirse en dos etapas:
1826− 1845 Publica su obra fundamental en seis volúmenes Curso de filosofía positiva (1830− 1842). El
Discurso sobre el espíritu positivo (1844) cierra esta etapa. Aparece como introducción a un Tratado filosófico
de astronomía popular, y en su última parte propone un programa de "política popular", de difusión de los
conocimientos positivos, y de "alianza de los proletarios y los filósofos".
1846− 1857
Muerte de su enamorada Clotilde de Vaux; la idealiza después de su muerte y la hace símbolo de la nueva
humanidad. El positivismo se transforma en religión de la Humanidad. Período místico de Comte, en el que
deriva hacia posturas cada vez más conservadoras. Publica el Sistema de política positiva o Tratado de
sociología que instituye la religión de la humanidad (1851− 1854) y el Catecismo positivista, o Exposición
sumaria de la religión universal (1852). En 1848 había fundado ya una "sociedad positivista" con la misma
orientación.
La filosofía de Comte posee una clara intención de reforme social, que
tiene como contexto las consecuencias de la Revolución francesa. Su idea de reforme precisa para su éxito
primero de una reforma teórica. Comte opone el orden a la revolución; busca el orden en el progreso, y no en
la vuelta al pasado.
Por lo tanto, los principales aspectos del pensamiento comtiano sean: una filosofía de la historia (ley de los "
tres estados"), una filosofía de la ciencia y una filosofía de la sociedad.
Para Comte, las ideas gobiernan y cambian el mundo, entonces la crisis moral de las sociedades de la época
residía en la anarquía intelectual. Por esta razón para Comte el "desorden" revolucionario del siglo XIX sólo
podría conducirse al "orden y progreso" mediante un sistema de ideas, ya que el sistema del momento parecía
inadecuado y anticuado. El nuevo sistema podría ser solamente la "filosofía positiva".
Para Comte, la historia del pensamiento humano, incluso la biografía
espiritual de cada uno está regida por una ley universal de desarrollo, que denomina ley de los tres estados. A
cada uno de estos estados mentales, o modos de comprender las cosas, corresponde, una forma social de
relacionarse y una forma dada de gobierno. Estos estados son:
a) El estado teológico o ficticio: el hombre primitivo (así como el niño) debido a la necesidad de explicarse las
cosas desconocidas y evitar las perjudiciales, atribuye a los fenómenos naturales causa extranaturales, mágicas
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o trascendentes. Este modo de entender las cosas naturales tiene sus grados. En un primer modo de
comprender los fenómenos se atribuye la animación, espíritu e intenciones a las cosas. Es el fetichismo,
infancia de la humanidad.
El segundo modo de desarrollo en esta etapa teológica es el politeísmo. En cierto sentido, el politeísmo
destruye la unidad del gran todo mágico de la mentalidad primitiva. En esta nueva etapa hay, sin embargo, un
progreso evidente, en cuanto los teólogos establecen una primera jerarquía y orden entre las funciones divinas;
orden y jerarquía que se reflejan en las relaciones naturales y sociales.
El tercer estado de la primera etapa corresponde a la concepción monoteísta, con la cual, en cierto sentido, se
vuelve a la unidad del mundo del estado mágico, aunque ligado a un principio −Dios− extraño al mundo y
separado de él. Lo positivo: la concepción monoteísta es más racional que las anteriores, lo que permitirá, con
el progreso de esta misma racionalidad, eliminar el principio extraño inventado para producir aquella unidad.
En general en este período teológico el hombre piensa imaginativamente.
b) Estado metafísico o abstracto: El hombre metafísico hace las
abstracciones de su mente, 'cosas' que le sirven para explicar la realidad; construye grandes sistemas
explicativos de la realidad natural y humana, a partir de entidades como 'la esencia', 'la substancia', 'el espíritu
absoluto', etc. Ante tal abundancia y disparidad de opiniones y de términos, la conciencia se vuelve crítica, a
veces escéptica, y, lo que es peor, la organización social, anárquica. Comte tenía ante sus ojos el período
inmediatamente posterior a la Revolución francesa.
c) Estado positivo o científico: la ciencia, al contrario de lo que hace la metafísica, no indaga las 'causa
últimas' ni el 'por qué' ni el 'para qué' de los hechos. Se limita a describirlos, a describir su 'cómo'. Atenerse a
los hechos, describirlos, y no recurrir a explicaciones, a hipótesis inverificables. Este estado supone la
renuncia al saber absoluto, y la búsqueda exclusiva de las leyes que explican los hechos.
Comte considera cada uno de los tres estados como necesario e inevitable: la Humanidad −y también cada
individuo particular− tuvo que pasar por una etapa preparatoria, la cual se modifica en una segunda etapa; esta
última sirve únicamente para "disolver" la primera y dar paso a la definitiva.
Ésta es, entonces, la filosofía de la historia Comte: idealista, en cuanto se supone que las ideas conducen a la
historia; racionalista e ilustrada, en cuanto a que admite un progreso lineal de la Humanidad con una meta que
es el triunfo de la racionalidad; positivista, en cuanto que esa racionalidad es la racionalidad científica o
"positiva"; y conservadora, en cuanto a que se basa en la idea de "orden".
Según Comte, la aparición de los estados positivos, supone la madurez intelectual y social de la Humanidad.
El saber positivo determinará el progreso efectivo, la desaparición de los desórdenes y la unidad de todos los
hombres. Esta unidad, referida también al ideal comtiano de "regeneración", debe empezar siendo una unidad
intelectual para terminar siendo una unidad social. Por eso Comte propone una unificación de todas las
ciencias "presentándolas como ramas de un tronco común, en lugar de continuar concibiéndolas como cuerpos
aislados".
Es importante averiguar qué ciencias y en qué orden han ido conquistando su condición positiva, es decir, en
qué momento de su crecimiento se han ido separando, primero de sus conexiones con la magia, con la
teología, luego de sus conexiones con la metafísica. Este análisis histórico y conceptual, al mismo tiempo,
permite a Comte ordenar las ciencias de la siguiente manera:
Matemáticas
Ciencia de cuerpos inorgánicos: Física celeste: Astronomía
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Física terrestre: Física Mecánica Química
Ciencia de cuerpos orgánicos: Del individuo: Biología
De la especie: Sociología
Esta clasificación esta basada en el criterio histórico que las ordena
según el momento en que se habría ido separando del tronco común metafísico, pero también existen algunos
criterios de tipo lógico − conceptual:
a) Cada ciencia en el orden en que se encuentra en esta clasificación, sigue una simplicidad y una generalidad
decrecientes, y una complicación y particularización crecientes.
b) Cada ciencia, en cuanto a su fundamento, tiene una dependencia y una independencia relativa a las otras
c) Todas las ciencias, en cuanto a fin, están sometidas a una sola: a la Sociología, ciencia del hombre.
d) En esta clasificación no está presente la Psicología, ya que según Comte, es imposible que exista una
ciencia de los fenómenos internos, dice "No puede un individuo pensante dividirse en dos, uno de los cuales
pensaría y el otro observaría lo que el otro hace". Por otra parte, el estudio del sistema nervioso, base de 'todos
los fenómenos internos', pertenece a la fisiología; y el estudio de los pensamientos expresados, de las
intenciones realizadas, de los sentimientos provocados, etc., todos estos son hechos sociales.
e) Las matemáticas, como cálculo puro, no están incluidas en esta
clasificación, pues no se refieren a fenómenos. Las matemáticas son un instrumento de las otras ciencias, 'una
admirable extensión de la lógica natural'.
La sociología
Esta ciencia, incluso su nombre, lo debe a Augusto Comte. Este filósofo pretendía establecer una ciencia
fundada en la observación de los fenómenos sociales, compuesta de proposiciones de carácter descriptivo y de
validez general. El método para obtener estas preposiciones consiste en someter los fenómenos sociales a
análisis semejantes a los que se emplean en la mecánica; esta parte descriptiva y analítica de la sociología la
denominó 'Estática social'. La dinámica social consiste, en cambio, en determinar cuáles serían las
condiciones para alcanzar una sociedad justa, jerárquica, antidogmática y progresista.
La filosofía de Comte derivó en una suerte de religión − la religión de la Humanidad −, porque para Comte la
religión no es sino "el estado de completa unidad".
"La palabra religión indica el estado de completa unidad que distingue
nuestra existencia, tanto personal como social, una vez que todas sus
partes, tanto morales como físicas, convergen regularmente hacia un fin común (...)"
En la religión positiva comtiana, el gran ser es la Humanidad, concebida como un concepto histórico:
"conjunto de seres pasados, futuros y presentes que concurren libremente a perfeccionar el orden universal".
A este gran ser se unen también los animales y los seres inorgánicos. La unidad que establece esta religión es
la del amor. Moral altruista en la que "el amor constituye el único principio universal en una síntesis
completa". La cual da entender que, en esta última etapa de su pensamiento, Comte ya no consideraba
suficiente la unificación por el conocimiento.
La unificación de la Humanidad en el Gran Ser expresa un ideal conservador y progresista al mismo tiempo:
"trabajamos para nuestros descendientes, pero bajo el influjo de los ante pasados". El individuo queda
sometido a la colectividad, y sólo gracias a ella consigue perpetuarse.
Conclusión
Después de analizar la filosofía de Augusto Comte, el Positivismo, puedo referirme a este como una forma de
vida basándose solamente en lo real, en los hechos, en lo 'meramente comprobables'. A través de esto llego a
leyes, para entender al mundo y a soluciones concretas, para los problemas de la sociedad. Es como si a todo
se le buscara un sentido práctico para lograr así un fin: el progreso de la humanidad −entendiendo progreso
como orden y unidad en la sociedad.
Se entiende a primera vista, como una filosofía bastante simple, a través del conocimiento científico, o sea
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hechos reales; logro el bien de la humanidad. Es decir, a través de hechos concretos llego a soluciones
concretas.
Mirándolo desde este punto de vista estoy de acuerdo, me parece útil y válido; para arreglar algo hay que ir
directo a lo que está mal. Pero creo que respecto a una sociedad, esto le quita profundidad a las cosas. Lo que
trato de decir es que (llevándolo a algo entendible) un día yo digo que me siento mal, pero no tengo síntomas
de ninguna enfermedad, ni fiebre, ni dolor de cabeza, ni dolor muscular, ni tos, o menos una fractura. Por lo
tanto, según los hechos, estoy completamente sana y tendría que sentirme bien. Pero ese mal no tendría por
qué ser sólo físico, sino que de adentro, como por jemplo haberme peleado con mi mamá el día anterior. O,
poniendo
más complejidad al asunto, hagamos como que voy al colegio normalmente. En clases hago mis tareas,
cumplo con mis ejercicios, tomo apuntes en las diferentes materias, etc. Por los hechos se podría afirmar que
yo estoy sana y me siento bien. Pero eso no implica que por dentro me siga sintiendo mal, con un nudo en la
garganta, con remordimiento o algo así, por la pelea. Lo que quiero decir, es que, según mi parecer, los hechos
concretos no lo muestran todo, cuando hablamos de personas. A diferencia de Comte, pienso
que sí existe un 'yo interno'. Puede que esté captando en forma errónea su idea, pero eso fue lo que pude
entender dentro de otras cosas. Me parece que su pensamiento es bastante interesante.
Supongo que tuvo tantos seguidores por la época que se estaba viviendo. Creo que por los momentos
históricos que se vivían, la gente quería una filosofía más real, sujeta a los problemas que afectan a las
personas, hechos; y a partir de ellos, concluir leyes que expliquen el mundo, pudiendo así hacer algo sobre él.
DICCIONARIO
Utilitarismo (del latín, utilis, 'útil'), en el ámbito de la ética,
la doctrina según la cual lo que es útil es bueno, y por lo tanto, el valor ético de la conducta está determinado
por el carácter práctico de sus resultados.
Metafísica, rama de la filosofía que se ocupa de la naturaleza de
la realidad última. La metafísica está dividida en ontología, que tiene que ver con la cuestión de cómo muchos
tipos fundamentales de entidades componen el universo, y la propia metafísica, que se ocupa de describir los
rasgos más generales de la realidad. Juntos, esos rasgos generales definen la realidad que tal vez pueda
caracterizar cualquier universo. Como esos rasgos no son definitorios de este universo, sino que son comunes
a todos los mundos posibles, la metafísica puede ser llevada al más alto grado de abstracción. La ontología,
por el contrario, como investiga las divisiones últimas dentro de este universo, está más relacionada con el
plano físico de
la experiencia humana.
Agnosticismo, (de agnóstico)m. Doctrina epistemológica y teológica
que declara inaccesible al entendimiento humano toda noción de lo absoluto y esp. la naturaleza y la
existencia de Dios, cuya existencia, a diferencia del ateísmo, no niega.
Relativismo, m. Doctrina epistemológica que, como el subjetivismo,
niega la existencia de toda verdad absoluta, universalmente válida, pero hace depender la validez del
conocimiento de determinados lugares, tiempos, épocas históricas, ciclos de cultura u otras condiciones
externas en las cuales este conocimiento se efectuó. Es decir, mientras el subjetivismo, general o individual,
hace depender la validez del conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el
relativismo subraya la dependencia de todo conocimiento respecto de factores externos.
Utilitarismo, m. Doctrina ética que identifica el bien con lo útil,
entendiendo por útil lo que aumenta la dicha o preserva de un dolor; pone como regla de las acciones humanas
el principio de la utilidad individual o general. 2 econ. Identificación del bien con la satisfacción de las
necesidades.
Empirismo, en filosofía occidental, doctrina que afirma que todo
conocimiento se basa en la experiencia, mientras que niega la posibilidad de ideas espontáneas o del
pensamiento a priori.
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Bibliografía:
"Breve historia de la filosofía" Humberto Giannini
"Historia de la filosofía en su contexto cultural" Cesar Tejedor
Enciclopeida Encarta Microsoft
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