MANUEL ÁNGEL RUEDA, NOTARIO a regulación de los contratos de construcción naval y compraventa y la norma general de adquisición del buque, desde el punto de vista de la forma, es muy similar (artículos. 109, 118 y 63 respectivamente). Se resume en la exigencia de que el contrato conste “por escrito” o “documento escrito”, y la necesidad de escritura púbica para su inscripción en el Registro. Ciertamente, la nueva regulación proyectada, no supone ninguna innovación respecto de la normativa actualmente vigente del artículo 573 del Código de Comercio. Se sigue exigiendo con carácter imperativo el documenEl tráfico jurídico to escrito, pero sin aclade buques y transporte rar la condición de tal exigencia. Por tanto, marítimo exige con el nuevo texto, un sistema podrá reproducirse el de seguridad jurídica debate doctrinal acerca de la condición del citafirme y sin fisuras do requisito, como ad solemnitatem (como en algún momento ha decidido el Tribunal Supremo) o ad probationem (como defiende la mayoría de la doctrina); e incluso, mantener la tesis intermedia que lo considera como una forma probatoria pero exclusiva, quedando así excluido cualquier otro medio de prueba, de modo que constituye una excepción al principio de libertad de prueba pero no al de libertad de forma. El Capítulo IV del Título II del Proyecto, contiene una novedosa regulación de la inscripción en el Registro de Bienes Muebles, Sección de Buques. Y entre sus principios generales, figura el de “Titulación pública” (artículo 73). Se cita la escritura pública como título inscribible, al lado de la resolución judicial firme y el documento administrativo expedido por funcionario con facultades suficientes por razón de su cargo. Resulta ocioso explicar la importancia económica, e incluso social, de un sector económico como el de la construcción naval y el transporte marítimo, de tan importante implantación en nuestro país. Por eso, el tráfico jurídico de este tipo de bienes, exige un sistema de seguridad jurídica firme y sin fisuras. “La publicidad es crucial en el tráfico patrimonial” dice la Exposición de Motivos. Resulta pues imprescindible la certeza y autenticidad que proporciona la actuación notarial en documentos de tanta trascendencia L económica. Y otro aspecto colateral de la intervención notarial es el que deriva del control de legalidad aplicado a los medios de pago en este tipo de operaciones en que, con mucha frecuencia, intervienen partes contratantes radicadas en distintos países, tanto de la UE como de fuera de ella, pues es también una obviedad, la trascendencia internacional del tráfico marítimo; previniendo, de este modo, posibles fraudes fiscales y blanqueo de capitales, que carecerían de todo control en el caso de la documentación privada. Es de destacar la novedad que supone el contenido del apartado 2 del artículo 73 y 4 del artículo 118, el primero con redacción más cuidada. Se trata de dar soporte legal al sistema de conexión notaría-registro, que tan buenos resultados está proporcionando en materia inmobiliaria desde 1994. Se formula como una doble obligación que se impone al notario o cónsul, de solicitud de información registral previa al otorgamiento de la escritura, expresiva de la situación de dominio y cargas, y de presentación de la propia escritura en el Registro a los efectos de su inscripción. Las modernas técnicas informáticas permitirán que tales actividades se realicen en forma telemática afianzando así la celeridad y seguridad del tráfico jurídico sobre los buques. La formulación de este principio general en el artículo 73 supone su generalización a toda clase de escrituras relativas a buques, embarcaciones o artefactos navales. Resulta perturbador, el artículo 128 que permite la constitución de la hipoteca naval, no solo en escritura sino también “en documento privado”. La actual complejidad e internacionalización de las transacciones exige una documentación clara y segura que no se obtiene con el documento privado y sí con la escritura. Es manifiesto, pues, que esa mención del documento privado en el artículo 128, debe desaparecer en la tramitación parlamentaria. Porque, además, resulta inútil, ya que por la aplicación directa del artículo 73 antes comentado, nunca sería posible la consideración del documento privado como título inscribible. Téngase en cuenta, además, que la hipoteca constituida e inscrita con arreglo a la legislación española, será reconocible y ejecutable en todos los Estados partes en el Convenio Internacional sobre los privilegios marítimos y la hipoteca naval, hecho en Ginebra el 6 de mayo de 1993 y ratificado por España mediante Instrumento de adhesión de 31 de mayo de 2002. MARZO / ABRIL 2014 El documento notarial en el proyecto de ley de Navegación Marítima Escritura PÚBLICA 19