RMF 34 34 DESPLAZAMIENTO URBANO Transición, conexión e incertidumbre: desplazados internos en Kampala Richard Mallett La larga y brutal guerra civil de Uganda tuvo como resultado el desplazamiento interno de casi 1,6 millones de civiles, de los cuales se estima que de 300.000 a 600.000 no huyeron a uno de los muchos campos de refugiados del país, sino a destinos urbanos. En julio y agosto de 2008, con entrevistas a los desplazados internos del norte de Uganda que ahora viven en una barriada de Kampala, conocida coloquialmente como el barrio de los Acholi, intenté descubrir lo que significaba el día a día de un desplazado urbano a menudo invisible. Transición Ahora estamos como en tierras extranjeras. Con aproximadamente el 90% de su población desplazada durante las dos últimas décadas en Uganda, Acholilandia, en el norte, ha sido la región más afectada del país. Debido a que grandes franjas del norte se volvieron inseguras a causa de las insurgencias del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), así como a la desaparición de la mayoría de los campos de desplazados creados durante las fases iniciales del conflicto, dirigirse a zonas urbanas constituía una opción factible y sensata para muchos desplazados internos, en especial si ya tenían algún tipo de conexión previa al lugar, como algún pariente en la zona. Teniendo en cuenta las condiciones de miseria en que se encuentran muchos campos de desplazados de Uganda, los destinos urbanos pueden parecer ventajosos, pero la realidad puede ser muy diferente. Para los Acholis desplazados, Kampala representa un marcado contraste con sus tierras natales norteñas y con sus antiguos estilos de vida agrícola; un contraste a menudo acentuado por los recuerdos idealizados del norte antes del conflicto. Mientras que antes los medios de vida y las necesidades materiales se consideraban “dados”, en función del trabajo en las propias tierras y otras actividades de subsistencia, el acceso a los servicios, Richard Mallett Si las autoridades gubernamentales buscan soluciones duraderas para los desplazados urbanos, deben tener en cuenta las preocupaciones y aspiraciones de los más afectados por estos desplazamientos. incluso más esenciales, es incierto en Kampala. Como señaló un entrevistado, “La vida es muy, muy difícil. Hace falta dinero para todo: para el alquiler, para el agua, incluso para los aseos.” La falta de tierras y la incertidumbre sobre la propiedad, no sólo preocupa a los desplazados por su supervivencia económica básica, sino que también dificulta una integración local exitosa, ya que la ausencia de títulos formales de propiedad afianza la idea de que su migración (forzada) es sólo temporal. Así, incluso en los casos en los que se ha conseguido un grado considerable de adaptación urbana, los Acholis todavía se enfrentan a la idea de que de alguna manera están “fuera de lugar”, viviendo en unas tierras que no son suyas. Por supuesto, no existen soluciones sencillas para semejante dilema, en especial cuando muchos de los miembros de la comunidad de acogida se enfrentan a dificultades similares a la hora de acceder a una vivienda y a un empleo decente. Implementar políticas específicas para los desplazados internos podría, en estos casos, promover un mayor resentimiento hacia los Acholis, exacerbando de ese modo la ya considerable discriminación cotidiana. Sin embargo, aunque en efecto resulta apropiado ver Kampala como un lugar de transición, esto no debería tildarse de negativo necesariamente. Los lugares de destino, en especial los urbanos, ofrecen un panorama no sólo de seguridad, sino también de oportunidades. Muchas mujeres y niños del barrio Acholi participan en el proyecto BeadforLife fabricando bisutería con materiales reciclados, para lo que existe un mercado establecido.1 La presencia de comunidades de desplazados puede conllevar cambios positivos para la población autóctona. Por ejemplo, en el barrio de los Acholi una ONG con base en la comunidad como Meeting Point International (MPI) está gestionada en parte por desplazados Acholis. Los servicios de MPI no están limitados para Desplazados internos urbanos en Kampala, Uganda. los desplazados e incluyen: un grupo popular de apoyo a seropositivos y mujeres, distribución de antirretrovirales gratuitos, subvención de tasas escolares y, hasta hace poco, donación de alimentos. Conexión Si te digo ¿crees que puedes dejar tu tierra natal? Tu no puedes. Aunque con frecuencia hayan experimentado traumas y violencia y hayan sido separados físicamente de sus “hogares”, en algunos casos durante más de 20 años, los desplazados Acholis en Kampala mantienen una fuerte conexión con su pueblo. La mayoría de los entrevistados insistieron en que su “hogar” sigue estando en el norte y los pocos que estaban menos seguros del retorno, expresaron un fuerte deseo de mantener sus contactos con Acholilandia. Existen pocas dudas de que mantener el contacto de varios modos con el norte –manteniendo comunicación verbal o escrita con amigos y familiares de los pueblos, por ejemplo– ha resultado primordial para que los desplazados Acholis se hayan podido adaptar a sus entornos urbanos. RMF 34 35 DESPLAZAMIENTO URBANO En este sentido, quizás no sea tan extraño que muchos de ellos optaran por el barrio Acholi, una “comunidad” de Kampala que puede facilitarles la adaptación al estilo de vida urbano, ayudarles con la aclimatación logística, asegurarles un refugio y empleo y representar un lugar de pertenencia, un “cuasi-territorio”. Aunque el barrio Acholi se caracteriza por la falta de servicios, viviendas inadecuadas, altos niveles de enfermedades y bajas perspectivas de empleo, al mismo tiempo se ha visto imbuido de significado, representando la expresión extraterritorial de la identidad del colectivo Acholi. Aspiraciones No vamos a dejar este lugar completamente. Sin embargo, “volver a casa” no resulta en modo alguno sencillo o incluso una opción factible para los cientos de desplazados internos asentados en zonas urbanas. La gente duda en volver “con las manos vacías”, sin dinero suficiente o el material necesario para reconstruir sus vidas y reanudar una existencia agrícola. Aunque la “Política Nacional sobre Desplazados Internos” de Uganda no limita la asistencia para el reasentamiento a los campos, los desplazados no han recibido ayuda en las zonas urbanas; un punto tratado en diversas ocasiones por el Proyecto de Ley de Refugiados (RLP, por sus siglas en inglés). Aunque se ampliara este apoyo a los Se debe incluir a los desplazados urbanos de Uganda ­– como dictan la equidad, la lógica y el deber– en los planes de retorno gubernamentales, de modo que también las autoridades reconozcan las complejidades asociadas a los desplazamientos urbanos y (re)consideren las soluciones duraderas acordes. Por último, las dudas también rodean el futuro del mismo barrio Acholi. Puesto que muchas personas tienen intención de volver al norte únicamente como “visitantes” –en especial los ancianos que no desean embarcarse en un largo proceso de reconstrucción y reintegración– hay expectativas de que el Gobierno intervenga y mejore la barriada mediante las tan necesarias reparaciones y el desarrollo de las infraestructuras. En cambio, podría decirse que es muy posible que el Gobierno intervenga con distintas intenciones. Tal vez no se haya perdido del todo el temor a una relocalización forzada, como expresaron numerosos entrevistados. En octubre de 2008, una actualización del Proyecto de Ley de Refugiados sobre los desplazados urbanos planteó que en el barrio Acholi “algunos hogares [de desplazados internos] habían sido demolidos por petición de los vecinos propietarios que los querían fuera”,3 y la prensa nacional continúa cubriendo los desalojos forzados que se producen por toda la ciudad. Richard Mallett (richard.mallett@soas.ac.uk) estudia un Máster en Violencia, Conflicto y Desarrollo en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (www.soas.ac.uk). Este artículo es una versión de «“Es como si estuviera con un pie aquí y otro en mi pueblo”: Transición, Conexión y Aspiraciones (¿Inciertas?) entre los Desplazados Urbanos en Kampala, Uganda» (tesis inédita). 1. http://www.beadforlife.org/ 2. Actualización del Movimiento de los Desplazados Internos por el Comité Permanente Inter-Agencias, mayo de 2009 (en inglés) http://tinyurl.com/ IASCUgandaMay09 3. ‘Govt Stalls Urban IDP Profiling’, Refugee Law Project, A Special Bulletin on Urban IDPs, octubre de 2008 www. refugeelawproject.org/others/idpspecialbulletin3.pdf Richard Mallett Tras la firma del Acuerdo de Cese de Hostilidades entre el Gobierno de Uganda y el Ejército de Resistencia del Señor en agosto de 2006, la situación de seguridad en el norte ha mejorado notablemente. A pesar de la constante negativa del LRA a firmar el Acuerdo de Paz Final, quedan motivos para un optimismo cauteloso, reflejados en el cambio del enfoque de las operaciones de paz hacia la protección del retorno, la recuperación y la reconstrucción. Hacia mayo de 2009, aproximadamente 823.000 desplazados internos, el 60% del total, han vuelto a sus pueblos de origen y 244.000 (18%) se encontraban en emplazamientos temporales.2 desplazados del barrio Acholi, no existen garantías de que éstos retornasen, al menos no al principio. Kampala ofrece servicios no establecidos (todavía) en el norte: servicios de salud, trabajos mejor remunerados y lo que es más importante, educación para los niños. A pesar del consenso general entre los entrevistados en cuanto a que les gustaría aprovechar el nivel educativo superior de Kampala, la pérdida de la identidad cultural –asumiendo que es inevitable que ocurra tras años viviendo en esta ciudad - se ve como una cuestión profundamente problemática. Por tanto, las decisiones no son fáciles. Abalorios hechos con material reciclado (Proyecto BeadforLife) puestos a secar, Barrio Acholi, Kampala.