emergencias E D I T O R I A L UNIDADES DE OBSERVACIÓN «En la zona de observación quedarán los pacientes pendientes de resolución de su patología (tratamientos cortos), evolución corta o aclaramiento diagnóstico. La estancia máxima en esta zona será de 24 horas en las que se decidirá si el enfermo es dado de alta o trasladado a la zona de hospitalización que le corresponda. En ningún caso se utilizará la zona de observación como hospitalización ya que esto origina importantes distorsiones en el funcionamiento de la urgencia». Con estos dos párrafos se definen las unidades de observación en el documento «Organización y funcionamiento de las Areas de Urgencia Hospitalaria» de la Subdirección Provincial de Gestión de Atención Hospitalaria de Madrid de 1990. Este documento no ha sido derogado ni sustituido por ningún otro hasta el momento. Si bien la primera parte del primer párrafo es totalmente cierta y así se utilizan estas unidades, la segunda parte y el segundo párrafo no se cumplen en la mayoría de los casos. Algunos de los enfermos que quedan en estas unidades lo hacen para aclarar su diagnóstico y para recibir tratamientos cortos y sencillos pero otros muchos, quedan dos, tres días e incluso hasta más de una semana esperando el ingreso en la planta correspondiente1-3. Esto da lugar a que se aplique en ellas el tratamiento de choque de la mayoría de los enfermos agudos. Así, en muchas ocasiones estos pacientes son dados de alta directamente desde estas unidades sin haber pasado por la planta correspondiente. El que un número importante de pacientes agudos sean tratados y dados de alta en las unidades de observación hace que dichos enfermos, que son los que necesitan menor número de días de estancia hospitalaria, no ingresen en otras unidades4, 5. Al no ingresar estos pacientes, sólo lo hacen aquellos que precisan estancias más largas y por lo tanto esto hace que las estancias medias de las unidades de ingreso aumenten de una forma importante. Al prolongarse las estancias, disminuyen el número de camas libres para ingresos y de esta forma se crea un círculo vicioso que hace que los enfermos en espera de cama se vayan acumulando en urgencias en mayor número, contribuyendo a la sobresaturación de dicho Servicio. En las Unidades de Observación se tratan los pacientes agudos, que son los que dan más trabajo tanto al personal médico como auxiliar, de forma que se descarga a las demás unidades de una pesada carga asistencial4, sin que en la mayoría de las ocasiones se reconozca como tal. Tras varios días en observación el paciente sube a planta, estabilizado, para completar un tratamiento ya iniciado o para completar un estudio. Otra peculiaridad es que los ingresos en observación no están considerados como tales en la mayoría de los centros y no se computan en los indicadores de actividad del Servicio, ni del Hospital, de forma que dichos indicadores no revelan la realidad del centro ni mucho menos la de estas unidades. En los casos en que las Unidades de Cuidados Intensivos, Unidades Coronarias, o ambas, no tienen camas libres, se comienzan tratamientos intensivos, como fibrinolisis en los pacientes con síndrome coronario agudo, se colocan marcapasos externos, etc.2, 6, 7 para ganar tiempo en lo que se gestiona y realiza el traslado a otro centro con camas libres en una de las citadas unidades. Esto también sobrecarga al personal de las unidades de observación y del Servicio de Urgencias en general. Desgraciadamente, en muchos hospitales y en muchas ocasiones, las Unidades de Observación tienen que ampliarse de forma obligatoria y más o menos transitoria, al desbordarse la capacidad de ingreso de los diferentes servicios hospitalarios como bien señalan en el estudio de Estella y cols, publicado en este número de la revista al indicar que la pequeña unidad de observación tiene una ocupación del 137%. Esta ampliación se realiza colocando pacientes en camillas, sillas de ruedas, etc., en los pasillos, salas de exploración o en despachos del Servicio de Urgencias Emergencias. Vol. 9, Núm. 2, Marzo-Abril 1997 77 9 dando a dichos servicios el aspecto de hospitales de campaña y creando inmensos problemas médicos, de enfermería, de intendencia y de intimidad. Todos estos problemas pueden hacer caer en la tentación de ampliar las Unidades de Observación en un intento de mejorar la asistencia. Pero, ¿hasta qué grado deberían ser ampliadas...? Y una vez ampliadas, se comenzarán a fraccionar por diferentes patologías: una sección de cardiópatas, otra de respiratorios, otra de neurológicos 8, otra de..., y en poco tiempo nos encontraríamos con un hospitalillo de pacientes agudos dentro del Hospital general. En lo que parecen estar de acuerdo la mayoría de los autores1-5 es en la gran utilidad y el gran rendimiento de estas Unidades que juegan un papel fundamental en el desarrollo de la actividad de los diferentes Servicios de Urgencia y del resto del Hospital que tendría que soportar muchas más camas en los pasillos, «cruzadas» etc., transfiriendo el aspecto de «hospital de campaña» desde el Servicio de Urgencias al resto del Hospital. José F. Perianes Matesanz Subdirector de EMERGENCIAS Bibliografía 10 1. García Alonso JA, Izquierdo MA, Morago V, España J y García Castrillo L. Aprovechamiento de la Unidad de Observa- 78 ción de un Servicio de Urgencias. Comunicación el VII Congreso Nacional de la SEMES. 1995. 2. Burillo Putze G, Rodríguez Gaspar M, Fernández Rodríguez F y Alonso Lasheras E. Utilidad de la sala de Observación de los Servicios de Urgencias. Comunicación al VII Congreso Nacional de la SEMES. 1995. 3. Martínez Hernández P, Cristóbal C, Alba Martínez D, Martínez López MA, Moreno de la Santa MC y Juárez A. Atención a enfermos en el Area de Observación de un S.U.H. Estudio de 2.476 enfermos durante 1995 (II). Diagnóstico y destino final de los pacientes. Comunicación al VIII Congreso Nacional de la SEMES. 1996. 4. García Alonso JA, Izquierdo MA, Rodríguez Lera MJ y Herrera J. Gestión de la Unidad de Observación. Comunicación al VIII Congreso Nacional de la SEMES. 1996. 5. García Alonso JA, España J, Gutiérrez A. y Morago V. Capacidad de ahorro de la Unidad de Observación. Comunicación al VIII Congreso Nacional de la SEMES. 1996. 6. Montoya García M, Martínez García L, Marín Gámez N, González Díaz F, Guerrero Gómez F, Fornieles Pérez HG. Fibrinolisis en Urgencias. 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