Un Encuentro Revelador con el Señor Lectura Bíblica: Juan 7: 53- 8:11 Objetivo: Ayudar al niño a: Observar los rasgos básicos del carácter de Dios. Para Recordar. En la clase pasada estudiamos sobre la invitación que Jesús hizo en el último día de la fiesta de los tabernáculos, que era el día más importante de esta celebración. Jesús se puso en pie y con voz fuerte les dijo a todos los que estaban ahí: "El que tenga sed, venga a mí y beba y ríos de agua viva brotarán del corazón de los que creen en mí. Así dice en las Escrituras". (Juan 4:14/ 6:35) Dios le dio al pueblo de Israel agua física para satisfacer su sed física cuando estaban en el desierto. En un desierto hace mucho calor, ahí no hay ni agua y si no tomamos agua podemos morir. Cuando nos falta el agua empezamos a tener sed, pero cuando tenemos sed empezamos a tener un deseo irresistible de buscar el agua que nos quite la sed. (Mateo 5:6) El agua es esencial para la vida física, pero Jesús no está hablando de la sed que se calma con el agua física. Jesús nos ofrece el agua que quita la sed que sentimos en nuestro corazón y quien beba del agua que Jesús ofrece nunca más tendrá sed, porque Jesús es el único que puede quitar completamente nuestra sed espiritual. (Salmo 42:1) El agua espiritual es su Palabra, la Palabra es Jesús y en la “Palabra” esta la capacidad de darnos vida espiritual. El efecto de esta agua en nuestra vida es interno. (Isaías 55:1/ Efesios 5:26) Solo Cristo puede satisfacer nuestra sed espiritual, su presencia es esencial para la satisfacción de nuestra vida espiritual. Si tenemos a Jesús en nuestro corazón, el satisfacerá nuestra sed de Dios y proveerá la satisfacción que necesita nuestro espíritu teniendo una relación intima con él, es decir poniéndolo como prioridad en nuestras actividades del día. (Salmo 63:1/ Mateo 10:34-39) El tiempo de comunión con el Señor es muy importante y debe ser lo primero que hagamos al despertarnos para poner toda nuestra confianza en Dios. Porque si no tenemos comunión con Dios nuestro espíritu y nuestra alma se van quedando sin el agua de vida. La comunión con el Señor nos dejará más satisfecho que el agua más deliciosa que podamos tomar. Cuando pasamos tiempos de comunión con Dios, nos vamos convirtiendo en canales por los que corre el agua viva de los que puedan beber otras personas que no conocen a Jesús. Versículo anterior: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” Juan 7:38 Versículo de hoy: “Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” Desarrollo del Tema: En nuestra lección de hoy conoceremos 4 rasgos del carácter de Jesús. Primero veremos que Jesús tenía un carácter humilde, porque después de la fiesta de los tabernáculos todas las personas se fueron a descansar a su casa, pero Jesús se fue a descansar al monte de los Olivos, porque él no tenía una casa donde descansar, también fue ahí para orar y para recibir instrucciones de su Padre. Al día siguiente Jesús fue muy temprano al templo para enseñar a las personas que se acercaron a Él. (Isaías 55:6/ Salmo 63:1) También se acercaron a Él los maestros de la ley y los fariseos llevando a una mujer que había sido sorprendida en adulterio para que El la juzgara. El propósito de esto era poner a Jesús en una situación difícil y poder atraparlo en un error. Si él respondía que debían lanzarle piedras hasta matarla como decía la ley de Moisés entonces iba a transgredir la ley de los romanos y podían llevarlo a la cárcel y matarlo como eran sus planes; y si decía que no la apedrearan entonces iba a ser acusado de transgredir la ley de Moisés. (Lev.20:10) ¿Qué es el adulterio? La palabra adulterar significa, “hacer algo impuro”; impuro es cuando algo está mezclado. En el matrimonio el adulterio es cuando alguien ama a otra persona que no es su esposo o esposa, y esta persona también está casada con alguien más. El adulterio es un pecado contra Dios. Porque destruye y hace impura la relación del matrimonio y la relación con Dios. Otra manera de cometer adulterio es cuando nosotros no somos fieles en nuestra relación con Dios, desobedeciendo su palabra y dando prioridad a otras cosas antes que a Dios. ¿Cómo respondió Jesús a la pregunta de los fariseos? El respondió con sabiduría, les dijo “Si alguno de ustedes nunca ha pecado, tire la primera piedra” Al escuchar a Jesús, todos empezaron soltar su piedra porque su conciencia los acusaba a cada uno de ellos y se fueron uno a uno hasta que Jesús se quedó solo con la mujer. Con esta pregunta Jesús los confrontó con su pecado, es decir que les mostró a todos que todos eran pecadores. (Romanos 3:23) Para Dios no hay pecados grandes o chiquitos, el pecado es del mismo tamaño, porque nos mantiene separados de Dios. La mujer que a pesar de haber sido descubierta en su falta, permaneció delante de Jesús esperando que la condenara, pero en lugar de eso Jesús le preguntó ¿donde están los que la acusaban?, ¿ninguno te condenó? Ella le dijo “ninguno Señor” Entonces Jesús le dijo: “Ni yo te condeno (Juan 3:17-19/ 3:36) Jesús le dio el perdón de su pecado le dijo: “puedes irte, pero deja tu vida de pecado, (1 Juan 3:9) ella reconoció que Jesús era Dios y lo acepto como Señor porque le dio una vida nueva. (Isaías 55:7)