Co-Responsabilidad Inspirando una comprensión más profunda de la verdadera generosidad Agosto 2014 L o importante no es la cantidad de dinero que un administrador tiene a su cargo, sino la forma en que lo maneja. Una familia que vive de la beneficencia pública puede confundir sus prioridades tan fácilmente como el presidente de una corporación. En el relato evangélico sobre la viuda que puso su única moneda en la canasta de las ofrendas, Jesús no dijo que ella era más espiritual por ser pobre, o que la gente rica era menos justa por ser rica. Fue el buen manejo de lo que poseía lo que provocó el halago de nuestro Señor. De la misma forma, en la parábola de Lázaro y el hombre rico en el paraíso, este no fue condenado por tener abundancia, sino por su tacañería en compartir con Lázaro lo que tenía. ¡Lo que Jesús quiso decirnos está muy claro! Si tenemos 1 dólar o 1,000,000 de dólares, lo mismo seremos evaluados por Dios respecto a nuestras prioridades en el uso de estas bendiciones. Si no hemos aprendido a ser fieles con lo que se nos ha dado, nos pregunta Jesús, ¿cómo entonces Dios pondrá en nuestras manos las grandes riquezas de su reino? debemos reconocer Primero, diariamente que Dios es el dueño de todo lo que poseemos. ¿Alguna vez te has quedado sin trabajo por un período de tiempo, o te has visto en el hoyo al momento de tener que pagar tus cuentas? ¿A quién acudes en busca de ayuda (aparte del banco o de algún ios nos ha confiado el mundo. Como buenos administradores, somos responsables de la forma en que manejamos lo que Dios ha puesto en nuestras manos. Co-responsabilidad es usar nuestro tiempo, capacidades y recursos en beneficio nuestro y de los demás, para honra y gloria de Dios. D familiar)? Usualmente le rezamos a nuestro Dios, quien nos prometió suplir todas nuestras necesidades. Cuando estamos en dificultades financieras no se nos dificulta ver a Dios como como nuestra mejor fuente de ayuda. Y cuando Dios provee nuestras necesidades, agradecemos sus bendiciones. La actitud de un co-responsable sabio empieza por agradecerle a Dios cuando tenemos un buen ingreso, cada vez que firmamos un cheque, cuando podemos satisfacer con nuestros recursos la necesidad de alguien en dificultades. Segundo, un manejo adecuado de nuestros recursos requiere que le ofrezcamos a Dios un porcentaje concreto de nuestro ingreso, reconociendo que él es el verdadero Continúa en página 4 1 La esquina de los CO-RESPON SA BLES Jóvenes M Ella hacía palomitas encarameladas ary Dumars, una señora perteneciente a una iglesia de Los Ángeles, era de una generosidad especial. Hacía ricos pasteles para todos, para cualquiera, y para “ocasiones especiales” que ella misma creaba. También hacía ollas de palomitas encarameladas para todos los niños a la vista. Y si la familia estaba en necesidad, junto con estos regalos iba un sobre con efectivo discretamente entregado a los padres. Muchos de los otros miembros de la iglesia tenían muchos más recursos e aquí algunas financieros que ella, pero eso no le preocupaba en lo más mínimo. Ella era una maneras en que dadora. podrías ejercer tu coEn su funeral, varias personas adultas trataban de entender el porqué de su responsabilidad este generosidad. “¿Por qué, por qué?” se preguntaban unos a otros. Finalmente, una verano: lee un libro de chica adolescente que pertenecía a una de las familias más pobres, habló y dijo: la Biblia cada semana; “Un día le pregunté, ¿por qué eres tan buena con todos nosotros? Y me contestó: dedica una hora extra es mi forma de agradecerle a Dios por todo lo que él me ha dado. Además, el gran a la semana en tiempo voluntario para la iglesia; gozo que yo recibo al tratar de ayudar a otros. Simplemente lo disfruto mucho”. María fue un ejemplo vivo de lo que es la co-responsabilidad en acción. sal a caminar con tus hijos y háblales de los dones de Dios de los que estamos rodeados; olvídate de ti mismo y has algo por algún vecino en necesidad; ponle más dinero a la canasta de la colecta para recordar a quienes han salido de vacaciones. H 2 H A través del vitral ... Deuteronomio 16: 10, 17 Y celebrarás la fiesta solemne de las Semanas en honor de Jehová, tu Dios, presentando tus ofrendas voluntarias según lo abundantes que hayan sido las bendiciones de Jehová, tu Dios…cada uno presentará su ofrenda conforme a la bendición que Jehová, su Dios, le haya dado” M antengan en mente la buena co-responsabilidad de su tiempo, talento y recursos. ¿Han sido bendecidos en una área más abundantemente que en otras? Da de acuerdo a las bendiciones recibidas ¿Sientes que no puedes dar el dinero suficiente para hacer una diferencia, pero eres un músico dotado o un maestro? Si eres maestro, enseña. Si tienes tiempo disponible, ofrécete de voluntario. Quizás tu trabajo te mantiene viajando y tu tiempo y talentos no están tan disponibles para tu iglesia como tú quisieras, pero tienes la capacidad de hacer ofrendas financieras significativas. Dar proporcional Da en proporción a lo que has recibido. Da proporcionalmente y en la medida en que has sido bendecido. Puede que encuentres tiempo, talento y recursos que no creías tener. Recuerda, el Señor ama al dador alegre. ay un proverbio nigeriano que ilustra muy bien lo que es la coresponsabilidad: “Es el corazón el que da, los dedos únicamente lo dejan ir”. Ciertamente el corazón bueno y generoso es un suelo donde echa raíces la co-responsabilidad y produce frutos abundantes y maravillosos. Moisés lo entendía muy bien. Cuando dirigía a su pueblo en la construcción del tabernáculo, les dijo: “Tomad de entre vosotros una ofrenda para Jehová. Todo hombre generoso de corazón le traerá a Jehová oro, plata, bronce…” (Éxodo 35:5). Y continúa mencionando algunas otras ofrendas que podrían usarse para la construcción del santuario y para dotarlo de materiales para las ceremonias de culto. “Moisés convocó…a todo hombre de talento en cuyo corazón Jehová hubiera puesto sabiduría, a todo hombre a quien su corazón le hubiera movido a participar en la obra” (Éxodo 36:2). Fue su corazón el que los impulsó a dar, y fueron sus manos las que realizaron el trabajo”. i Jesús te abordara para decirte: “Ven y sígueme, tengo mucho trabajo que hacer y en verdad necesito tu ayuda”. ¿Le dirías que se hiciera a un lado porque estabas muy ocupado procurando posesiones personales y comodidades? ¿Has considerado de alguna manera ayudar a Jesús a realizar sus obras en tu propia iglesia? S Corazones abiertos Nuestro Señor también nos enseñó que la co-responsabilidad tiene sus raíces en el corazón. “El hombre bueno”, dice, “del buen tesoro de su corazón saca lo bueno…” (Lucas 6:45). Parece bastante claro que cuando usamos nuestros talentos, tiempo y recursos en favor del reino de Dios, es porque tenemos un corazón abierto a Dios y manos que buscan dar, servir y amar. 3 Luz del mundo... na vieja fábula relata que un hombre le ofreció dejarle su casa a cualquiera de sus hijos que pudiera llenarla por completo con una sola cosa. El mayor trae una carreta llena de arena. El siguiente, una de aserrín. Pero ninguno la llena hasta el techo. Sin embargo, el tercer hijo lo logra. Con su linterna, llena la cabaña U de luz desde el piso hasta el techo. Mediante el Espíritu Santo, Dios ya nos dio su casa, la Iglesia. ¿No debiéramos hacer todo lo que pudiéramos para llenarla de luz? Por supuesto, hay muchas formas de proveer iluminación. Está la luz de la alegría que los himnos del coro traen a los corazones. Está la luz del entendimiento que la educación religiosa da a las mentes. Está también la luz literal que los focos y los cirios producen, que alguien tiene que comprar y alguien tiene que cambiar. Cristo dijo: “Ustedes son la luz del mundo”. Como cristianos, debemos recordar nuestro deber de dar la luz a otros en cualquier forma que nos sea posible hacerlo. Viene de página 1... Lo importante no es ... dueño. Si no puede ser el 10%, dejémoslo en 1% o en 3%, pero debe ser el primer cheque que firmemos. Ser fiel en el manejo de recursos Tercero, un manejo financiero adecuado requiere poner nuestra propia casa en orden. No podemos cargar nuestras tarjetas hasta el límite, comprar un camper y tomarnos costosas vacaciones sin ningún plan para el futuro y esperar que Dios nos confíe las riquezas de su reino, como la vida de otras personas, si no hemos probado ser fieles en el manejo de los recursos que él nos ha confiado. Echemos un vistazo a nuestra chequera. Es probablemente la mejor imagen de cómo manejamos nuestros propios recursos. Al final del mes sumemos lo que hemos gastado para Dios, cuánto para nosotros mismos y cuánto para los demás. Los porcentajes podrían ser vergonzosos. Ciertamente nos mostrarían si estamos sirviendo a Dios o al becerro de oro. El dinero es un instrumento El dinero es un instrumento que usamos para servir a Dios. No es bueno ni malo. Una persona pobre no es más espiritual que una rica. Nuestro manejo de los recursos que se nos han confiado es importante. No podemos servir a Dios y al becerro de oro, pero podemos servir a Dios con nuestro becerro de oro. Copyright © Parish Publishing, LLC May not be reproduced without permission. 4 888-320-5576 www.parishpublishing.org