Servicio Cántabro de Salud Hospital Universitario Marqués de Valdecilla Servicio de Farmacología Clínica Avda. de Valdecilla s/n, 39008 Santander Tfno: 942 – 20 33 70 BOLETÍN DE TERAPÉUTICA Boletín 31: Julio 2007 Vol. 4– N º 4 SUMARIO 1. PROBIÓTICOS. LA OTRA CARA EN PACIENTES DEBILITADOS: Saccharomyces boulardii E INFECCIONES INVASIVAS PROBIÓTICOS. LA OTRA CARA EN PACIENTES DEBILITADOS: Saccharomyces boulardii E INFECCIONES INVASIVAS El término “probiótico” se utilizó inicialmente para describir un suplemento de microorganismos vivos en número suficiente como para alterar la microflora del huésped (por implantación o colonización) y producir un efecto beneficioso. El argumento para administrar probióticos es reinocular cepas específicas que normalicen un desequilibrio de la microflora indígena [1]. Los primeros probióticos que se estudiaron (Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus) se utilizaron habitualmente en la industria alimentaria. Posteriormente se han investigado otros usos para estos agentes y en 1995, con un mayor conocimiento de sus propiedades, se propuso el término de “agentes bioterapéuticos” para describir microorganismos con propiedades terapéuticas específicas que también eran capaces de inhibir el crecimiento de las bacterias patógenas [2]. Con esta finalidad clínica, se han aislado y estudiado un número de agentes considerable (tabla 1). Tabla 1. Probióticos [3] Lactobacilli L. acidophilus L. reuteri L. curvatus L. casei L. brevis L. fermentum L. plantarum L. cellobiosus Cocos gram-positivos Lactococcus lactis Streptococcus salivarius Streptococcus diaacetylactis Streptococcus intermedius Bifidobacterias B. bifidum B. Adolescentis B. Animalis B. infantis B. longum B. thermophilum Saccharomyces Saccharomyces boulardii En España se encuentran probióticos comercializados como especialidades farmacéuticas (tabla 2) que no están financiadas por el Sistema Nacional de Salud. Tabla 2. Especialidades farmacéuticas de probióticos [4] Nombre Composición Casenfilus Lactobacillus acidophilus 240 x 106 Infloran Lactobacillus acidophilus 109 Bifidubacterium bifidum 109 Lacteol Dr Boucard Lactobacillus acidophilus 6 x 106 Lactobacillus acidophilus 2 x 109 Lactofilus Lactobacillus acidophilus 12 x 107 Salvacolon Bacillus subtilis 0,83 mg + vitaminas Ultra levura Saccharomyces boulardii 109 La indicación autorizada para estas especialidades es el tratamiento sintomático de las diarreas inespecíficas y la prevención y tratamiento de las diarreas asociadas al uso de antibióticos [4]. Además, se está analizando su posible utilidad protectora en la intolerancia a la lactosa, la diarrea del viajero, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad intestinal inflamatoria y el cáncer de colon, pero los resultados no son todavía concluyentes. I. EVIDENCIA DE EFICACIA: DIARREA ASOCIADA A ANTIBIOTERAPIA POBLACION ADULTA En 2002 se publicaron dos metanálisis de ensayos clínicos con probióticos en la prevención de la diarrea asociada a antibioterapia en la población general. Ambos metanálisis apoyaban la utilidad de asociar probióticos con antibióticos [5,6]. En el primero se incluyeron 9 ensayos aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo. En 4, el probiótico utilizado fue Saccharomyces boulardii, en otros cuatro lactobacilli y en otro una cadena de enterococcus. En todos los ensayos el probiótico se administró junto con antibioterapia y los grupos control recibieron placebo + antibioterapia. El probiótico fue más eficaz que el placebo para prevenir la diarrea asociada a antibióticos (OR: 0,39, IC95%: 0,25- 0,62, p<0,001 para Saccharomyces boulardii y OR: 0,34, IC95%: 0,19-0,61, p<0,01 para lactobacilli). La odds ratio combinada fue 0,37 (IC95%: 0,26-0,53; p<0,001) [5]. En el segundo metanálisis los autores tuvieron en cuenta tan sólo 7 ensayos clínicos homogéneos (881 pacientes) de los 22 ensayos controlados con placebo identificados inicialmente. El riesgo relativo combinado también apoyó la eficacia de los probióticos (RR: 0.40, IC95%: 0,270,57) [6]. Aunque ambos meta-análisis sugerían que la administración de probióticos era beneficiosa para la prevención de la diarrea asociada a antibioterapia, los dos coincidían en que esta evidencia no era definitiva, debido especialmente al diseño de algunos estudios y a las peculiaridades de las poblaciones estudiadas [5,6]. En contra de estos resultados, una revisión sistemática, publicada en 2005, no encontró evidencia suficiente para el uso clínico rutinario de los probióticos en la profilaxis o tratamiento de la diarrea asociada a C. difficile en adultos. De 4 estudios seleccionados, el beneficio de los probióticos se vio en dos y se restringió a grupos con diarrea grave por C. diffícile y uso incrementado de vancomicina. Los otros dos estudios fueron considerados metodológicamente inadecuados para tener en cuenta sus conclusiones [7]. POBLACION INFANTIL Entre la población infantil que recibe antibioterapia de amplio espectro se ha descrito una incidencia de diarrea del 11 al 62%. Sin embargo, la información disponible sobre la eficacia de los probióticos en la prevención de estos cuadros en pediatría es escasa [8]. La Cochrane Library ha publicado este año una revisión sistemática sobre el uso de probióticos en pediatría [9], que incluyó diez ensayos clínicos con un total de 1986 pacientes, de edades entre 0 y 18 años, que recibieron probióticos con antibióticos para prevenir la diarrea asociada a antibioterapia. Los sujetos recibieron probióticos (Lactobacilli spp., Bifidobacterium spp., Streptococcus spp., o Saccharomyces boulardii sólo o en combinación), placebo, otros tratamientos que se piensa pueden prevenir la diarrea (diosmectine) o ningún tratamiento. Los estudios fueron de curso recortado con una duración entre 15 días y 3 meses. En 9 de los 10 ensayos, el análisis por protocolo encontró que la incidencia de diarrea era significativamente menor en los grupos de los probióticos que en los otros grupos (RR: 0,49, IC95%: 0,32–0,74). Sin embargo el análisis por intención de tratar no encontró resultados significativos en este análisis global (RR: 0,90, IC95%: 0,50–1,63) [9]. Los autores comentaron que la dosis de 5,5 a 40 x 109 unidades formadoras de colonias parecía eficaz, mientras que dosis de 1 x 109 o menores podrían ser insuficientes. Estas dosis son mayores que la de algunas de las especialidades comercializadas en España (tabla 2). La conclusión de los autores fue que, aunque los resultados eran prometedores, la evidencia aún era insuficiente para recomendar el uso de probióticos de manera rutinaria en la prevención de diarrea asociada a antibióticos en pediatría[9]. II. SEGURIDAD DE LOS PROBIÓTICOS: EL CASO DEL SACCHAROMYCES BOULARDII Y LAS INFECCIONES INVASIVAS La seguridad de los probióticos no parece ser un problema especial en los individuos sanos. Sin embargo, se han descrito infecciones serias como bacteriemias y sepsis, endocarditis, neumonía y abscesos intra-abdominales por Lactobacillus, así como meningitis por Bifidobacteria, tanto en neonatos como en pacientes inmunocomprometidos o seriamente debilitados [8]. Un ejemplo a destacar es el del Saccharomyces spp. y las infecciones fúngicas invasivas. El Saccharomyces cerevisiae es una levadura ampliamente presente en la naturaleza e incluida ahora en algunas dietas y comidas “saludables”. El Saccharomyces boulardii es un subtipo de S. cerevisiae que también se utiliza en preparaciones probióticas [10]. En 2005 se publicó un brote de fungemia por S. cerevisiae en una unidad de cuidados intensivos de un hospital español [8]. Los tres pacientes habían sido expuestos a un probiótico con Saccharomyces boulardii. Ese mismo año se revisaron en Clínical Infectious Diseases todos los casos publicados hasta mayo de 2005 de infecciones invasivas debidas a Saccharomyces spp y definidos como fungemia, detección de la levadura en lugares normalmente estériles como la cavidad pleural o la sinovial, e infecciones profundas [11]. La edad de los pacientes en los 92 casos documentados de infección invasiva por Saccharomyces de esta revisión fue de 9 a 89 años. Todos tenían factores predisponentes para las infecciones fúngicas invasivas: catéteres intravenosos en 47 casos y terapia antibiótica en 45 casos. En 37 de los 92 casos se consideró que el Saccharomyces boulardii era el agente causal en base al tipaje de la cepa y/o a una historia reciente de tratamiento con Saccharomyces boulardii. En 23 de estos casos, se aisló Saccharomyces boulardii en el laboratorio. El principal factor de riesgo fue la toma de probióticos que contenían este hongo, y en ellos el mecanismo más probable de adquisición de la infección fue la traslocación intestinal. Cinco de estos pacientes no estaban recibiendo productos conteniendo Saccharomyces boulardii, cuando ocurrió la infección invasiva, pero estaban hospitalizados cerca de pacientes que si estaban siendo tratados con este probiótico. En estos casos se consideró que la puerta de entrada fue un catéter venoso central. La transmisión seguramente ocurrió por contacto a través de las manos de los profesionales o bien por contaminación aérea al manipular los envases del fármaco, ya que las cápsulas se abren para administrar el contenido a través de sonda nasogástrica. El 58% de los pacientes infectados con Saccharomyces boulardii presentaban alteraciones gastrointestinales, el 84% eran portadores de cateteres intravenosos, y el 32% estaban ingresados en una unidad de cuidados intensivos. Sólo el 25% estaban inmunosuprimidos. Trece pacientes fueron tratados con anfotericina B, 17 con fluconazol, uno con 5fluocitosina y uno con voriconazol. Nueve de estos pacientes murieron, pero la responsabilidad de la infección fúngica y su tratamiento en dicho fallecimiento no se analizó. Los autores creen que estos casos de infección invasiva cambian el balance riesgo/beneficio de los fármacos basados en el Saccharomyces boulardii. Además, los pacientes tuvieron que ser tratados con fármacos antifúngicos que producen efectos adversos con frecuencia [11]. El fabricante ha incluido en 2006 una nota en la información sobre Ultra levura del Diccionario Vidal (el equivalente francés de nuestro Vademécum Internacional), contraindicando su uso en pacientes portadores de catéteres venosos centrales. En la sección de precauciones/advertencias se indica que S. boulardii es un organismo vivo con riesgo de infección sistémica fúngica mediante translocación gastrointestinal o transmisión a través de las manos y que raros casos de fungemia se han observado en pacientes hospitalizados, con catéter venoso central y con enfermedad severa subyacente [12]. A juicio de evaluadores independientes como los de la revista Prescrire, estas contraindicaciones y precauciones están plenamente justificadas [12]. Sin embargo, dicha advertencia no se incluye en la información sobre Ultra levura de nuestro Vademécum Internacional. III. CONCLUSIONES PRÁCTICAS Los probióticos son suplementos de microorganismos vivos que pueden prevenir las diarreas provocadas por los antibióticos, pero que no están exentos de riesgos. Salvo que los probióticos a las dosis de nuestras especialidades famacéuticas demuestren en ensayos clínicos metodológicamente relevantes que son claramente eficaces y seguros, puede ser preferible no utilizarlos, especialmente en pacientes frágiles o vulnerables (cuidados intensivos, nutrición enteral, cateteres venosos centrales, etc) [12]. Bibliografía 1. Fuller RB. Probiotics in human medicine. Gut 1991; 32:439-42. 2. Mc Farland LV, Elmer GW. Biotherapeutic agents: past, present and future. Microecol Ther 1995; 23: 46-73. Información 3. http://www.euskadi.net/sanidad. terapéutica de la Comarca. 2003; 11 (9). 4. Catálogo de Especialidades Farmacéuticas. 2006. 5. D´Souza AL, Raijkumar C, Cooke J, et al. Probiotics in the prevention of antibiotic associated diarrhea: meta-analysis. BMJ 2002; 324:1361-6. 6. Cremonini F, Di Caro S, Nista EC, et al. Metaanalysis: the effect of probiotic administration on antibiotic associated diarrhea. Aliment Pharmacol Ther 2002; 16:1461-7. 7. Dendukuri N, Costa V, McGregor M, et al. Probiotic therapy for the prevention and treatment of Clostridium difficile-associated diarrhea: a systematic review. CMAJ 2005; 173:167-70. 8. Johnston BC, Supina AL, Vohra S. Probiotics for pediatric antibiotic-associated diarrhea: a meta-analysis of randomized placebo-controlled trials. CMAJ 2006; 175 (4): 377-83. 9. Johnston BC, Supina AL, Ospina M, et al. Probiotics for the prevention of pediatric antibiotic-associated diarrhea. Cochrane Database of Systematic Reviews 2007; Issue 2. Art. No.: CD004827. Last Sustantive update: January 2007. 10. Muñoz P, Bouza E, Cuenca-Estrella M, et al. Saccharomyces cerevisiae Fungemia: an emergency infectious disease. CID 2005; 40:1625-34. 11. Enache-Angoulvant A, Hennequin C. Invasive Saccharomyces Infection : A comprehensive Review. CID 2005 ; 41 :1559-68. 12. Invasive infections due to Saccharomyces boulardii (Ultra levure). Prescrire International 2007; 16:89. Consultas terapéuticas: Servicio de Farmacología Clínica (Urgentes en el teléfono 942 – 20 33 73 ó 73 373. No urgentes a través del sistema de pases de interconsultas electrónicas) Coordinadora del Boletín: Dra. Blanca Sánchez (Tel: 73 373, e-mail: bsanchez@humv.es) Comité de Redacción del Boletín: Dr: Javier Adín, Dr. Juan A. Armijo, Dra. Mª Angeles de Cos, Dra. Africa Mediavilla y Dra. Blanca Sánchez del Servicio de Farmacología Clínica. En este número ha colaborado el Dr. Peralta. Médico Adjunto del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sierrallana.