Agradecimientos Durante este tiempo en la UDLA sucedieron infinidad de acontecimientos en mi vida. Primero que nada pasé de ser un niño a un joven, lo cual implicó muchas más responsabilidades y compromisos conmigo mismo y con mi familia. La vida universitaria me enseñó que lo que haces por convicción lo haces con gusto, y lo que haces por gusto lo haces para ti. Este capítulo en mi vida hoy ha llegado a un final, el cual, es al mismo tiempo el principio de mi vida sin responsabilidades pasajeras, sin calificaciones ni oportunidades para enmendar mis errores. Hoy por hoy comienza la escritura de un libreto sin posibilidad de cambio ni segundas tomas, en donde el protagonista soy yo, y el escritor es mi inhabilidad o habilidad para llevar a cabo acciones que llenen esta obra de fracaso o éxito. Quiero dar gracias a Dios Nuestro Señor por brindarme la posibilidad y llenar de trabajo las manos de mis padres para obtener una excelente educación en esta gran institución. Así, dar también gracias a Él por llenarme de amor por parte de unos padres maravillosos que con sacrificios y desvelos me enseñaron con el ejemplo a nunca darme por vencido y siempre mirar tan alto como mis ojos lo permitan siguiendo, sin fallar, la línea de la honestidad, honradez, agradecimiento, lealtad, alegría, amor, sacrificio, bondad y sencillez. A mis lindas hermanas por ser consejeras incondicionales y ejemplo de excelencia académica e incansables mujeres trabajadoras con sed de triunfo. A mis amigos y hermanos que sin sus risas y buenos momentos no sé cómo sería mi vida. A aquellas personas tan especiales que me dieron fuerza para cerrar este capítulo con sus consejos, ternura, cariño y apoyo absoluto. A una persona que sé que hubiera dado todo por estar aquí, con la cabeza en alto y orgullosa de su nieto… que Dios te tenga en Su Gloria Zeti, aquí estoy orgulloso de ser tu nieto. Agradezco especialmente al Sr. Alvin Aisaku Higa por su tiempo y dedicación para orientarme y enseñarme grandes aspectos de la vida en los negocios, así como la vida en sí, pues su filosofía me ayudó a mantener siempre la calma ante situaciones difíciles y ver el lado alegre de los enfrentamientos 1 personales en la vida cotidiana. También agradezco la paciencia y amabilidad de mis profesores y compañeros de clase que siempre estuvieron ahí para ayudarme y orientarme en el camino de mis estudios, especialmente al Dr. Arturo Aguilar Ochoa quién asesoró este proyecto de titulación con gran objetividad y entrega. A todos ellos, les dedico mis logros y mis experiencias a lo largo de mi vida, la cual pido a Dios siempre lleve en sus manos y llene de felicidad a todos aquellos que me rodeen. 2