TCHAIKOVSKY (1840-1893) El 7 de mayo de 1840 nace en Votkinsk (Rusia) el compositor Piotr Ilich Tchaikovsky, autor de algunas de las obras de música clásica más famosas del repertorio actual. Su música, de carácter cosmopolita aunque no carente de elementos rusos es, ante todo, profundamente expresiva y personal, reveladora de la personalidad del autor, co311mpleja y atormentada. En lo que respecta a las influencias, ocupa un lugar preponderante la del sinfonismo alemán. Tchaikovsky nació en el seno de una familia de clase media. Desde pequeño demostró un talento precoz para la música. Sus padres se dieron cuenta de ello y asistió a clases de piano a la edad de 5 años. Tres años más tarde leía a primera vista mejor que su propio profesor. Sin embargo, más tarde, sus padres viendo que su hijo emprendería la carrera de música, lo desanimaron e intervinieron para que estudiara leyes con la intención de que se convirtiera en funcionario, tal era la aspiración medioburguesa de la familia. Cuando el músico tenía 14 años, su madre muere de cólera, hecho que produce un trauma en el joven Tchaikovsky. A pesar de cursar estudios de Derecho por obligación paterna, sigue en contacto con el mundo musical de San Petersburgo, su ciudad natal. Tras graduarse a los 19 años, empieza a seguir clases de teoría de la música con profesores de la Sociedad Musical Rusa como Zaremba o Rubinstein. Al poco tiempo, decide abandonar su carrera como funcionario y dedicarse por entero a la música. A partir de 1867, con 27 años, empieza a componer con regularidad y sus obras se estrenan e incorporan al repertorio con prontitud. Sin embargo, su fama le trajo problemas de celos con otros músicos y compositores. Además, Tchaikovsky empezó a cuestionarse su homosexualidad. En una sociedad donde la homosexualidad estaba claramente estigmatizada, no era fácil para un compositor de su fama 1 de 1 interiorizarla. En esta época, Tchaikovsky decide casarse con una alumna suya de composición. El matrimonio es un completo fracaso y el compositor cae en una profunda depresión. Decide salir de Moscú y así comienzan sus años de peregrinaje. Viaja por Europa, Alemania y Francia entre otros países, y también por la Rusia rural. Gracias al soporte financiero de la mecenas Nadezhda von Meck, una rica viuda a la que no llegaría a conocer, Tchaikovsky pudo dedicar desde finales de la década de los 60, todo su tiempo a la composición. Él le escribió a ella: Hay algo tan especial sobre nuestra relación que a veces me deja atónito. Te he contado más de una vez, creo que tú eres para mí la misma mano del destino, vigilándome y protegiéndome. El mismo hecho de que no te conozco personalmente, junto con el hecho de sentirme tan cerca de ti, hace que te imagine como una presencia oculta pero benevolente, como una Providencia divina. Entre ambos se estableció una relación platónica a la vez que económica, pero sólo por correspondencia. Uno de los frutos de esta relación fue la Sinfonía n.º 4, que el compositor le dedicó. Sin embargo, en 1890 von Meck de repente dio por terminada la relación. Padecía problemas de salud que le dificultaban la escritura; también tuvo problemas financieros debido a la mala gestión de sus propiedades por parte de su hijo Vladimir. La ruptura con Tchaikovsky fue anunciada en una carta entregada por un criado de confianza en lugar del servicio postal habitual. Contenía la petición de que nunca la olvidara y venía con el adelanto del subsidio de un año. Justificaba esto al estar en bancarrota, lo cual, si no literalmente cierto, era evidentemente una amenaza real por aquel entonces. En otras fuentes se dice que Nadezhda se creía amada por Tchaikovsky pero que las murmuraciones sobre la supuesta homosexualidad de él la disuadieron de continuar con la relación. Tchaikovsky se enteró casi un año más tarde de los problemas financieros de su benefactora. Esto no le impidió continuar dando por sentado el subsidio (con frecuentes expresiones efusivas sobre su gratitud eterna), ni se ofreció a devolver el anticipo que recibió con la carta de despedida. A pesar de su creciente popularidad por toda Europa, la asignación de von Meck seguía siendo una tercera parte de los ingresos del compositor. Aunque ya no necesitara su dinero tanto como en el pasado, la pérdida de su amistad, apoyo y ánimo fue devastadora: permaneció confundido y resentido sobre su abrupta desaparición durante los restantes tres años de su vida. En 1884, cansado de los viajes retorna a Rusia, donde permanecería hasta su muerte en 1893. COMPOSICIONES Alumno de composición de Anton Rubinstein en San Petersburgo, sus primeras obras, como el poema sinfónico «Fatum» o la Sinfonía núm. 1 «Sueños de invierno», mostraban una personalidad poco definida. En la década de 1870, de partituras como la Sinfonía núm. 2 «Pequeña Rusia» y, sobre todo, del célebre «Concierto para piano y orquesta n.º 1» (André Previn, Horacio Gutiérrez & London Symphony Orchestra), la música de 2 de 2 Tchaikovsky empezó a adquirir un tono propio y característico, en ocasiones efectista y cada vez más dado a la melancolía. Fruto de esa dedicación exclusiva fueron algunas de sus obras más hermosas y originales, entre las que sobresalen sus ballets «El lago de los cisnes» (Israel Philharmonic orchestra, director Wolfgang Sawallisch), «La cenicienta», «La bella durmiente» y «Cascanueces»; sus óperas «Evgeny Oneguin» y «La dama de picas», y las tres últimas de sus seis sinfonías. La postrera de ellas, subtitulada «Patética» (Orchestra del Teatro alla Scala of Milan, director Yuri Temirkanov), es especialmente reveladora de la compleja personalidad del músico y del drama íntimo que rodeó su existencia, atormentada por una homosexualidad reprimida y un constante y mórbido estado depresivo. Frases y citas célebres de Tchaikovsky Necesito creer en mí una vez más, mi fe ha sido socavada. La naturaleza me ha equipado con un talento musical del que no reniego y estoy orgulloso, porque también le trae calma y placer a las personas. La inspiración es un huésped que no visita de buena gana al perezoso. Me siento al piano a las nueve de la mañana y las señoritas musas han aprendido a estar a tiempo para cada cita. El componer pierde el carácter de trabajo totalmente, se convierte en beatitud pura. El proceso creativo es como la música, que tiene raíz con extraordinaria fuerza y rapidez. 3 de 3