Nanook el Esquimal (Nanook of the North); Film-documental, B/N, 70 mn., EEUU. 1922, Robert Flaherty. “Nanook el Esquimal” es considerada la primera película-documental de la historia del cine. Con una duración de aproximadamente 70 minutos, muda y en blanco y negro, después de 80 años sigue deleitando a los espectadores ¿Por qué? El realizador de Nanook, Robert Flaherty, era hijo de un ingeniero de minas asentado en la frontera de EEUU y Canadá. Desde niño se familiarizó con la geografía y gentes de esas tierras, y heredó de su padre el interés cartográfico que más tarde le animaría a titularse en su misma disciplina y a continuar con una intensa labor de exploración del lugar. Lejos del sueño de Hollywood, se empleó en la Fundación Mackenzie para quien prospectaría los yacimientos mineros circundantes a la Bahía de Hudson. Fruto de este trabajo, se conoce hoy en día una de las pequeñas islas del conjunto Belcher con el nombre de Flaherty Island. En 1913, preparando lo que sería su tercera expedición, el propio Mackenzie lo invitó a llevar una cámara consigo para filmar sus descubrimientos. Animado por la idea, compró una Bell & Howell y un pequeño laboratorio portátil para poder revelar y copiar. Fue en estos momentos cuando empezó a gestarse el Flaherty cineasta y su particular estilo. Al regreso de cada viaje mostraba el material obtenido. Llegó a reunir unos 10.000 metros de celuloide que, tras un descuido, quedaron reducidos al pasto de las llamas en apenas unos segundos. Pero Flaherty, ahora más como cineasta que como explorador de minas, nunca maldijo tal suceso al no satisfacerle plenamente el resultado fílmico de aquellos montajes. Después de siete años de experiencia y un vasto conocimiento de la zona, la compañía peletera Revillon Frères se decidió a financiarle un nuevo y más ambicioso proyecto: Nanook. “La única forma de comprender a los esquimales era vivir con ellos”, y Flaherty pasó esta vez casi dos años y medio en la región nororiental de la Bahía de Hudson. Eligió a un buen cazador de la tribu Itivimuit de esquimales, Nanook, convirtiéndolo junto a su familia en protagonistas de la película. Sin un previo guión, Flaherty no dejaba de anotar en su diario ideas para la película. La cacería de morsas (a la manera tradicional que habían abandonado los esquimales mucho tiempo atrás) y la construcción del iglú (dimensionado y preparado en exclusiva para el rodaje), dos de las secuencias más importantes del film, fueron la cabeza de turco para los defensores y detractores de la película en el terreno de lo antropológico y etnográfico. Pero en su defensa, el realizador siempre declaró que sus intenciones: “eran mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello sea aún posible, antes de que el hombre blanco destruya no solo su carácter, sino también el pueblo mismo“. En 1922 y tras ser rechazada su distribución por las compañías americanas, fue la francesa Pathé Pictures quien se encargaría, a finales de año, del estreno del film en el Capitol de New York. Rápidamente se convirtió en un éxito por parte de la crítica mundial, y aún más del público, cuando se divulgó la noticia dos años después de la muerte de Nanook. Pero fue en 1924 cuando el inglés John Grierson publicó un artículo utilizando por primera vez el término “documental” para describir una película cuidadosamente pensada y realizada con un gran valor y aporte antropológico. Se estaba refiriendo a “Moana”, la segunda película de Flaherty, ambientada en una de las islas de la Polinesia; por lo tanto “Nanook of the North”, realizada dos años antes, se convertía en el primer film-documental de la historia del cine con el significado que entendemos hoy en día. Después de “Moana” realizó, en 1934, lo que muchos críticos consideran una de sus mejores películas, “Men of Aran”, rodada con los habitantes de una pequeñísima isla irlandesa de Irishmore. Posteriormente el propio Murnau propuso a Flaherty colaborar en una película que debería ambientarse en Bali; pero el único resultado de aquella relación fue una inapreciable ayuda en Tabú, con un gran resultado final “sello Murnau”. Robert Flaherty, murió en 1951 con 67 años habiendo aportado al cine su particular visión etnográfica, dando origen a un nuevo género cinematográfico y al menos una película de excepción; Nanook el esquimal. A.G.C - Septiembre 2004