Levante 04/05/2006 Tirant, el bretón La obra de Martorell no posee ninguna referencia a una supuesta valencianidad del personaje ni a que estuviera en Gandia o Valencia Aunque algunos especialistas de Gandia han puesto el grito en el cielo y han criticado la ausencia de cualquier referencia en la adaptación cinematográfica de Vicente Aranda a la supuesta valencianidad de Tirant, el personaje de la novela de Joanot Martorell, lo bien cierto es que Tirant nace, según la imaginación de su autor, en Bretaña. Tirant es bretón. Y sus hazañas no transcurren en el antiguo Reino de Valencia ni tampoco en las proximidades de Gandia, tierra que no pisa pero que se ha convertido en otra de las críticas que ha recibido la versión cinematográfica. La imaginación de Joanot Martorell dio para mucho más, para no quedarse en su entorno aunque tirase de él- hay referencias al Mondúver, eso sí con otro nombre y es la única geográfica que aparece en la novela, según algunos especialistas consultados por este diario- y llevar la acción y la situación de los personajes de su obra literaria más allá de los mares. De hecho, la alusión al Mondúver es lo que, por otro lado, ha llevado a algunos especialistas a cuestionar la total autoría de la obra de caballerías por parte de Joanot Martorell y a apuntar a la posibilidad de que una segunda mano participase en el elaboración de la obra e incluso fuera el autor de toda la segunda parte de la misma. Martorell, nacido eso sí de una familia de Gandia, lo que hizo fue aprovechar su experiencia y sus conocimiento en la Corte inglesa para crear a un héroe y un guerrero, hijo del señor de la Marca de Tirania y nieto del duque de Bretaña, caballero de la Garrotera que llegó a ser príncipe y césar del imperio de Grecia tras derrotar a los turcos. Tirant es un caballero cuyas aventuras transcurren en el Norte de África, Francia, Sicilia, la Bretaña y Constantinopla, lugar donde está principalmente basada la adaptación de Aranda. Levante 04/05/2006 Martorell llegó a Bretaña tras un enfrentamiento con Joan de Monpalau, un primo suyo que había deshonrado a su hermana Damiata al no cumplir su promesa de casamiento. Lo desafió a muerte y durante ocho meses intercambiaron letras de batalla. Finalmente, en 1438 Martorell decidió buscar un juez que los emplazara para el duelo, y lo encontró en Enrique VI de Inglaterra, por lo que emprendió viaje a Londres. Una vez allí, el encuentro se aplazó, siendo más tarde zanjado mediante una suma de florines. Martorell aprovechó para permanecer un año en la corte inglesa, donde estuvo en contacto con caballeros de toda Europa y tuvo la oportunidad de dedicarse a la lectura y dar vida a los primeros manuscritos de una obra maestra que continúa viva.