M artín Luis Guzmán, uno de los mejores prosistas de las letras nacionales, y Xavier Villaurrutia, un autor cuya poesía es intensa, estética, fantástica es cercana a los mitos, son dos ejemplos de por qué vale la pena mirar al pasado, al menos en el plano de la literatura, donde se pueden hallar, como en este caso, dos visiones de un México puro, íntimo y cercano. Citaba Hugo Gutiérrez Vega al poeta de Contemporáneos: “Yace aquí, silencioso y olvidado, el que en vida vivió mil y una muertes. Nada quieras saber de su pasado, despertar es morir, no me despiertes” La obra de Xavier Villaurrutia (Ciudad de México, 27 de marzo, 1903 – 25 de diciembre, 1950) tiene un lugar en las letras de Hispanoamérica y en la cultura mexicana labrados con la fuerza de su lírica, la innovación del lenguaje poético y la capacidad en la transmisión de las emociones a partir de las imágenes. Su poema Nostalgia de la muerte es un clásico del género del siglo XX. De acuerdo con el escritor e investigador Frank Dauster, Xavier Villaurrutia es uno de los valores poéticos más destacados de México, a pesar de que su producción abarca sólo tres volúmenes y unos poemas no coleccionados. “Poeta de la soledad y de la angustia, aunque poco o nada existencialista, logró recrear en sus versos el sentimiento de horror ante la vida, que es una de las características del hombre contemporáneo”, escribe en su texto La poesía de Xavier Villaurrutia publicado en la Revista Iberoamericana. El investigador Anthony Stanton, quien realizó el estudio “La rosa de Villaurrutia”, incluido en Nocturna Rosa de Xavier Villaurrutia, una edición facsimilar del poema editado por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura, asegura que la poesía de Xavier Villaurrutia es actual, intensa, estética, fantástica, cercana a los mitos, a los sentimientos y a la vida instintiva, por eso 28 • SIGLO NUE V O Xavier Villaurrutia. Foto: Circa conecta directamente con los sentimientos del lector de estos tiempos. El académico de El Colegio de México expone que se trata de “un poeta intenso, un poeta del deseo, de la fascinación, de la soledad, de los juegos de palabras, del miedo, de la fascinación y de la angustia, temas fuertes pero con los que se identifican muchos de los jóvenes de ahora”. Luis Tizcareño coincide en que la obra de Xavier Villaurrutia continúa vigente y se sigue leyendo, a pesar de ser un poeta complicado por el manejo de las figuras retóricas, pues es de mucha sensoridad.